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DE MORÓN DE LA FRONTERA
! (1402 - 1426)
FUENTES PARA LA
HISTORIA DEL ANTIGUO REINO DE SEVILLA
INTERCAMBIO
ACTAS CAPITULARES
DE
MORÓN DE LA FRONTERA
(1402-1426)
yt&&$f Publicaciones de la
EXCMA. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE SEVILLA
bajo la dirección de Antonia Heredia Herrera
SECCIÓN: HISTORIA
SERIE 2a (Fuentes para la Historia de Sevilla)
Número 3
SEVILLA, 1992
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL
PRÓLOGO XI
ESTUDIOS INTRODUCTORIOS
IX
PRÓLOGO
i
Las Actas Capitulares constituyen de entre todas las existentes en los fondos
archivísticos municipales una fuente fundamental para la historia local. Desgraciada
mente, no siempre puede disponer el historiador de la Baja Edad Media de textos de
esta índole, no tanto porque no se estilasen, sino por el descuido en la conservación
de un tipo documental de tanto relieve. Pero cuando se han conservado, el investi
gador dispone d una fuente de noticias de incalculable valor, tanto para el estudio local
en sus más variados aspectos. No son muchos los municipios andaluces que disponen
de Actas Capitulares anteriores a 1500. Sabíamos de la existencia de libros de Actas
en Jaén (a partir de 1476), Ubeda (un sólo libro, correspondiente a los años 1461-62),
Córdoba (desde 1479, con importantes lagunas), Ecija (desde 1480), Carmona (a partir
de 1464), Sevilla (desde 1437) y Jerez de la frontera (desde 1412). A esta relación se
añaden hoy las Actas de Morón de la Frontera, que se inician en 1402.
El Libro de Actas que hoy publicamos es el primero de los conservados en Morón
y, como se observa, el más antiguo de todos los de Andalucía. Este hecho explicaría
por sí solo la oportunidad de su edición. Se da, por otra parte, la circunstancia de ser
el único que se conserva en Morón correspondiente al siglo XV. Hubo, evidentemen
te, otros, citados por el primer historiador de Morón don Luis Gutiérrez Bonilla, cuya
obra en tres volúmenes utilizó don Antonio Bohórquez Villalón, que ha desapare
cido. Por ello, en la actualidad, la serie de Actas se continúa tras este primer volumen
con otro - el TV Libro de Actas - que se inicia en 1502. De todas formas se ha conservado
algún resto de estos desaparecidos libros de actas. En un pleito de principios del siglo
XVII se copiaron como testimonios una serie de ordenanzas y decisiones capitulares
correspondientes a los años centrales del siglo XV que, evidentemente, fueron
tomadas de los volúmenes desaparecidos de Actas Capitulares.
El lector no familiarizado con este tipo de documentación podrá comprobar el
enorme interés de las Actas Capitulares de Morón que ahora se editan. Y, se
sorprenderá, como me sucedió a mí cuando tuve la oportunidad de leerlas, de la escasa
XIII
actividad municipal desarrollada por el concejo de Morón - dos o a los más tres
reuniones por año -, lo que explica que un cuarto de siglo de vida administrativa pueda
caber en cien apretados folios, Pero, hecha esta constatación, salta a la vista la enorme
riqueza de información contenida en las Actas: desde asuntos de pura rutina, como
la aprobación de las cuentas de los mayordomos saliente, o los inventarios del,
llamémosle, sucinto "archivo" municipal o de las propiedades muebles de las iglesias,
con su sorprendente abundancia de telas "moriscas", o la espléndida serie de
privilegios dados a la villa por los maestres de la Orden de Alcántara, señores de
Morón desde los lejanos tiempos de Alfonso X el Sabio, hasta las disposiciones u
"ordenamientos" municipales sobre los asuntos más diversos o noticias sobre incur
siones efectuadas por los moros de Zahara, de Ronda o de Setenil sobre las tierras
moronenses. Si logramos traspasar la fría y torpe prosa administrativa de los varios
escribanos del consejo estaríamos en disposición de alcanzar algo de lo que fue la vida
de un municipio de frontera, como el de Morón, preocupado por la dureza y la
peligrosidad de su condición fronteriza y dominado por un nutrido grupo de
caballeros-ganaderos que controlaban de una forma, aparentemente familiar, los
asuntos del municipio.
Ha parecido conveniente preceder este importante texto de una serie de estudios
introductorios que, por un lado, permitan efectuar una primera interpretación del
contenido del Libro I de Actas Capitulares de Morón, y, por otro, señalar el interés
lingüístico y diplomático del mismo.
El primer estudio comprende varios apartados. Manuel García Fernández es autor
de la reseña histórica que lo encabeza y del apartado dedicado a la normativa
municipal, donde se analiza una nutrida serie de "ordenamientos" concejiles. El resto
del estudio - "Morón y la Orden de Alcántara y Morón de la frontera a comienzos del
siglo XV" - ha sido escrito por mí. En estas páginas se refunden varios artículos
realizados a partir del Libro I de las Actas Capitulares de Morón: Privilegios de los
Maestres de Alcántara a "Morón de la Frontera", Archivo Hispalense, 214 (1987), pp.
3-46; "Morón de la Frontera a comienzos del siglo XV", Anuario de Estudios
Medievales, 17 (1987), pp. 401-421, y "Morón, una villa de Frontera" Actas del IV
Coloquio de Historia Medieval Andaluza (Almería 1988), pp. 55-70.
El Dr. Frago, catedrático hoy en la Universidad de Zaragoza y conocido especia
lista en los orígenes del "andaluz", se brindó encantado a realizar el estudio lingüístico
del texto que editamos. El lector podrá comprobar la enorme riqueza de datos
lingüísticos que contienen las Actas Capitulares de Morón y el uso novedoso que de
ellos hace destacado lingüista.
El tercer estudio, redactado por la Dra. Ms José Sanz, catedrática de Paleografía y
Diplomática de la Universidad de Oviedo, analiza desde la perspectiva del diplomatista
el documento en sí mismo: tanto en sus caracteres externos - soporte y escritura del texto
- como internos para concluir con unas atinadas observaciones sobre el archivo de Morón
y sobre el mundo del libro en Morón en los años iniciales del siglo XV.
XTV
La transcripción del texto ha sido realizada por Manuel García Fernández y
revisada por Ma José Sanz y por mí. Los índices han sido elaborados por Débora
Kirchsberg, Becaria de Investigación del Departamento de Historia Medieval de la
Universidad.
Quisiera concluir esta presentación señalando mi agradecimiento a la Consejería
de Educación y Ciencia de la junta de Andalucía, por la ayuda prestada a este trabajo
que se ha realizado dentro del grupo de Investigación " El Reino de Sevilla en la Baja
Edad Media", acogido al Plan Andaluz de Investigación; al Ayuntamiento de Morón
de la Frontera y a la Fundación "Fernando Villalón" por su colaboración en la edición
de este libro de Actas Capitulares que constituye la pieza más preciosa del rico
Archivo Municipal de la villa, y al Servicio de Publicaciones de Excma, Diputación
Provincial de Sevilla y a su Directora, la Dra. Da Antonia Heredia, que acogió con
entusiasmo la idea de publicar este texto dentro de la Serie "Fuentes para la Historia
del Antiguo Reino de Sevilla".
XV
ESTUDIOS INTRODUCTORIOS
I
MORÓN DE LA FRONTERA
EN LA BAJA EDAD MEDIA
Estudio Histórico
1. CONQUISTA Y REPOBLACIÓN
XXI
La conquista de Sevilla en 1248 y el sometimiento nominal de los musulmanes
de la comarca gaditano-xericiense y de Niebla cierran el decenio trascendental de
las grandes conquistas castellanas en el Valle del Guadalquivir4. Morón, Cote, Osuna,
Cazalla y en general todo el vasto territorio fronterizo de la Campiña y la Sierra sur
sevillana no sufrieron alteración importante. Por el contrario, Castilla consolidó
lentamente su posición en una extensa comarca, de límites muy imprecisos y de
escasísima población cristiana, que, al constituir uno de los puntos más avanzados de
Castilla en el reino de Granada, necesitaba una urgente remodelación estratégica y
militar. Pero, en cualquier caso, no lo debía entender así Fernando III, cuando
entregó en 1248 al infante don Enrique los castillos de Cote y Morón en concepto de
"apanages" como garantía hasta que se le hiciese entrega definitiva de Lebrija, Jerez
de la Frontera, Arcos de la Frontera y Medina Sidonia5. La muerte del rey impidió la
consolidación de tan desatinado proyecto señorial.
En efecto, el acceso al trono de Alfonso X en 1252 supuso de inmediato la
recuperación para la Corona de los patrimonios de su hermano en Cote y Morón de
la Frontera, y, lo que era más importante, el inicio de una contundente política de
fortalecimiento del control castellano en las poblaciones fronterizas de la "Banda
Morisca", cuyo sometimiento no pasaba de ser muchas veces nominal y teórico. En
este sentido, el 8 de diciembre de 1253 Alfonso X entregó al concejo de Sevilla, como
término de la ciudad, las poblaciones de "Morón, e Coth, e Catzalla, e Osuna, e
Lebrissa, e las Yslas de Captiel e de Captor"6. El interés del monarca por reforzar
y repoblar la frontera y hacerlo bajo la responsabilidad directa del concejo sevillano,
se manifestó igualmente en dos nuevos privilegios, fechados en 1255 y 1256, por los
que concedió a Sevilla una serie de rentas reales — almojarifazgo y pedidos — en
Morón, Cote y Cazalla "para tenengia con que guarden los castiellos que yo di por
términos a SeMíV/a"7. Así pues, entre 1253 y 1256 debió efectuarse un primer pobl amiento
cristiano de Morón y de algunas de sus aldeas al instalar el concejo de Sevilla,
auspiciado por el rey, no ya sólo una guarnición de soldados fronteros sino algunos
vecinos que poblasen y al mismo tiempo defendiesen la tierra y controlasen, asimismo,
a los mudejares de Morón, que habían sido trasladados forzosamente a la vecina aldea
de Silibar en 12548.
xxn
En la nueva política de Alfonso X encaminada a conseguir la repoblación de
los núcleos fortificados más importantes de la "Banda Morisca" los mudejares no
entraban. Considerados como un enemigo potencial para los cristianos, los pactos o
pleitesías concertados con Fernando III fueron frecuentemente violados por los
nuevos pobladores cristianos y lógicamente terminaron siendo anulados por las
mismas autoridades municipales encargadas de defenderlos. Así, en abril de 1255
Alfonso X aprobó el acuerdo firmado un año antes entre Gonzalo Vicente, alcalde
del rey en Sevilla, y el alcalde de los moros de Morón, Aben Cabah. En el se establecía
que los mudejares de Morón se obligaban a vender a los cristianos todas sus
propiedades — casas, viñas, huertas, olivares e higuerales — y a entregar al rey toda
la tierra de labor, abandonando, en consecuencia, la villa para trasladarse a la aldea
de Silibar 9 . A cambio se les respetaría la estructura tradicional de su aljama con sus
propias autoridades (alcalde de moros), sus leyes y costumbres, la libertad de
movimientos, e incluso se les permitiría tener baños, tiendas, hornos, molinos y
alhóndigas "a la costunbre de los moros"10. El sistema fiscal impuesto por las autori
dades cristianas a los mudejares era extraordinariamente duro, al tratarse en la
mayoría de los casos de una población marginal, de escasos recursos y empobrecida.
Además de los impuestos de tradición almohade, los moros de Silibar debían pagar
otros típicamente cristianos — diezmos, pechos, terrazgos, etc.— según se recoge en
las capitulaciones de noviembre de 1254. De modo que a los mudejares de Silibar,
como en general a los del resto de Andalucía, no les quedó otra alternativa que la
emigración al reino de Granada o al norte de África, o la sublevación violenta contra
la política de Alfonso X. Los moros de Morón optaron, casi de inmediato, por la
primera, pues ya en mayo de 1255 la aldea de Silibar estaba casi despoblada cuando
en monarca la entregó a la Orden de Calatrava para su custodia y defensa 11 .
xxm
política tan radical debió incidir también de forma negativa en el débil poblamiento de
Morón y su tierra, que a duras penas podía mantener el concejo hispalense, especial
mente a raíz de las razzias benimerines de 1275 y 1277 12 .
Efectivamente, entre 1277-1278 — según nos cuenta Gutiérrez Bonilla—fueron
continuas las recriminaciones del concejo de Morón al de Sevilla por los escasos
socorros en hombres, alimentos y pertrechos que recibían de la capital hispalense
para el mantenimiento de la villa. Pero, asimismo, eran frecuentes también las réplicas
de Sevilla, pues las rentas donadas por Alfonso X en 1256 para la tenencia de sus
castillos fronteros eran insuficientes 13 . Había que dar un cambio decisivo en el
planteamiento de toda la política de fronteras del rey Sabio. Se necesitaba ahora — tras
las algaradas norteafricanas y granadinas — una frontera efectiva y bien defendida
con el reino de Granada que el concejo de Sevilla, aún en sus primeros estadios de
formación, era incapaz de garantizar. La única solución viable para Alfonso X fue la
de asentar en la comarca a las Ordenes Militares, instituciones de larga tradición en
la guerra de frontera y, sobre todo, capaces de aportar los efectivos humanos
necesarios para la defensa del territorio.
De esta forma Morón de la Frontera entró a formar parte de la Orden de
Alcántara en 1279 como resultado de esa remodelación de la frontera apuntada más
arriba. Como antes sucediera con Osuna y Estepa, concedidas a las Ordenes de
Calatrava y Santiago, respectivamente, el monarca pretendió reforzar la seguridad
de estas plazas obligando a las Ordenes Militares a asentar en ellas sus Conventos
Mayores: "damos...al conuento dessa misma Orden (de Alcántara) la uilla e el castiello
de Morón, a que ponemos nombre Buenauentura, en que tengan el conuento
mayor..." 14 . En esta donación se incluía también el castillo de Cote y Arahal.
(12) F. GARCÍA FITZ: "La frontera castellano-granadina a fines del siglo XIII", Actas
del TV Coloquio de Historia Medieval Andaluza. Almería, 1988, pp. 23-25.
(13) F. COLLANTES DE TERÁN Y CAAMAÑO: Historia de Morón de la Frontera. D.
ORTIZ DE ZÚÑIGA: Anales de la ciudad de sevilla. Madrid, 1795,1, p. 367.
(14) El privilegio original del 14 de diciembre de 1279 se conserva en el AHN, sec. Osuna,
leg. 81, n- 2. Diplomatario andaluz de Alfonso X..., ob. cit. na 453, pp. 478-480.
XXTV
por tanto, de las fuentes conservadas se debe, por un lado, a la desaparición del
Archivo de Alcántara, y, sobre todo, al desinterés de los propios cronistas, ya que
cuando escribieron Morón no era señorío de la Orden15.
En cualquier caso, durante los siglos XIII y XTV la Orden de Alcántara
consolidó la posición fronteriza de Morón y Cote. En este sentido, en Morón se
construyó una segunda cerca o muralla con cuatro torres que desde la Villa Vieja
integraba la Plaza Alta y el Barrio de Santa María. En Cote estas actividades se
concretaron en la reconstrucción de su castillo aprovechando las bases de la
fortificación musulmana primitiva, muy deterioradas a causa de la guerra16. Asimismo,
los diferentes maestres de Alcántara auspiciaron el poblamiento de su Encomienda
Mayor — que según Gutiérrez Bonilla llegó a alcanzar 200 vecinos — y procedieron
también a la reorganización de la vida política, social, económica, administrativa etc.
de- la villa y su tierra, según se desprende de la documentación que se contiene en
el Libro I de Actas Capitulares de Morón de la Frontera, como se comprobará más
adelante con detalle17-
El año de 1378 constituye una fecha de gran trascendencia histórica para el
futuro de Morón de la Frontera. En efecto, entre el 22 de mayo y el 9 de junio de 1378
Enrique II recuperó de la jurisdicción de la Orden de Alcántara la plaza de Morón
y las aldeas de su término18. Varios días después, el 10 de junio y el 29 de agosto, el
monarca emitió y confirmó a Moró un importante conjunto de privilegios y franquezas
con las que presumiblemente pretendía consolidar su débil poblamiento y asegurar
su autodefensa19:
* Igualó las franquezas y los privilegios de los vecinos de Morón con los
que disfrutaban los vecinos de Utrera y Osuna.
* Otorgó a sus pobladores el derecho a elegir libremente a sus propios
oficiales municipales.
* Confirmó a sus vecinos el fuero de Sevilla, y los privilegios que tenían de
los monarcas anteriores y de los maestres de Alcántara.
* Autorizó a Bartolomé Fernández, alcalde del rey en Morón, y a Lope
XXV
González, escribano público, a repartir las rentas reales de Morón a razón
de 15.000 mrs. anuales para Ruy Fernández de Córdoba, alcaide de la plaza;
6.000 mrs. anuales para 30 hombres de caballo que defendiesen la fortaleza
y su tierra, y 500 mrs. a los almocadenes "...que estén en la dicha villa, que
dan los rastros e los reciven de los moros...".
* Por último, dio carta de población al castillo de Cote, instalando 20 vecinos,
libres y francos.
Pero, ¿ qué era lo que realmente perseguía Enrique II al separar Morón del
señorío de la Orden de Alcántara ? La historiografía local, desde Gutiérrez Bonilla
y Bohórquez Villalón, sostiene que el rey tenía la intención de entregar Morón a su
hijo bastardo, el infante don Enrique Enríquez 20 . Sin embargo, hasta varios meses
después de la muerte de Enrique II, en concreto hasta noviembre de 1379, el infante
don Enrique no se titula duque de Medina Sidonia y señor de Alcalá de los Gazules,
Cabra y Morón de la Frontera 21 . En consecuencia, si la única intención del rey era
entregar Morón, Cote y Arahal a su hijo, ¿ cómo se explicaría que estas localidades
permaneciesen casi un año — desde junio de 1378 a mayo de 1379 — bajo el control
personal del monarca, y, sobre todo, a qué respondía el notable interés manifestado
por Enrique II por consolidar su poblamiento y reforzar su defensa ? Tal vez porque
la enajenación de Morón y Cote en favor del infante bastardo no fue el único
argumento por el que Enrique II segregó estas plazas del señorío de la Orden de
Alcántara. Todo, pues, nos parece indicar que esta donación la concibió el monarca
en un momento posterior, quizás ante la imposibilidad de llevar a cabo el proyecto que
había motivado, en última instancia, la recuperación de Morón de la Frontera para la
Corona de Castilla.
XXVI
Córdoba y Sevilla, colocados bajo el mando de los infantes don Alfonso y don Juan, y
del propio Enrique II, teniendo este último como base de operaciones las poblaciones
de la Campiña sevillana, Carmona, Ecija y Morón 23 . Para ello el monarca no sólo preparó
la defensa de esta comarca sino que, presumiblemente, segregó Morón y Cote del
señorío de la Orden de ALCÁNTARA, incapaz de garantizar, a los ojos del rey, la guarda
de sus patrimonios fronterizos ya desde los tiempos de Alfonso XI 24 .
El señorío del infante don Enrique sobre Morón y Cote duró tan sólo varios años.
Juan I, atendiendo a la demanda de la Orden de Alcántara y a la de su maestre, frey Martín
Anes de Barbuda, un noble portugués exiliado en Castilla, procedió a una minuciosa
"revisión de las mercedes emriqueñas" ; de modo que ya en enero de 1385 Morón de
la Frontera y las aldeas de su término, Cote y Arahal eran de nuevo de la Orden de
Alcántara 28 .
xxvn
2. MORÓN DE LA FRONTERA Y LA ORDEN DE ALCÁNTARA.
Es muy poco lo que sabemos de la Orden de Alcántara, la menor y la más olvidada
de las Ordenes Militares castellano-leonesas. Sólo se dispone de algunos índices de
su documentación además del Bullarium que editara en 1759 Ortega y Cotes, y de las
noticias reunidas antes de su desaparición por Rades y Andrada y Torres Tapia.
Derek W. Lomax señaló hace algunos años la poca importancia de la documentación
que de esta Orden se nos ha conservado, lo que es evidentemente cierto, y supuso
que en los pueblos que pertenecieron a su señorío debía conservarse muy poca
"documentación medieval, aunque sí tendrían algo del siglo XVI en algún caso" 29 .
Este juicio habría hoy que contrastarlo con una tarea lo más completa posible de
consulta de los archivos municipales de los territorios que pertenecieron a la Orden.
En este sentido, J.L. Martín y A. García publicaron unas cuentas del municipado de
Gata 30 , y, más recientemente, D. Bohórquez editó unas interesantísimas ordenanzas
de fines del siglo XV conservadas en el Archivo Municipal de Valencia de Alcántara 3 '.
Por lo que respecta a Morón de la Frontera, la conservación del Libro I de
Actas Capitulares (1402-1426) - -el más antiguo libro de Actas Capitulares de toda
Andalucía — nos permite, entre otras cosas, un detallado conocimiento de la vida
municipal moronense y su relación con la Orden de Alcántara ya desde mediados del
siglo XIV. A través del estudio de una singular serie de privilegios, otorgados por los
maestres desde 1371 a 1385, que aparecen insertos en el Libro I de Actas Capitulares
en una confirmación general hecha en 1403 por el maestre frey Fernán Rodríguez
de Villalobos, se puede adivinar cómo la Orden de Alcántara procedió, desde los
tiempos del maestre Fernán Pérez Ponce en 1346, a una minuciosa reglamentación
de la vida política, social, económica, etc. de Morón y sus aldeas, Cote y Arahal, la única
encomienda que tenía en la frontera de Granada.
2.1 El concejo
Morón había sido repoblada al fuero de Sevilla y tuvo desde sus orígenes una
organización municipal similar a la de otros concejos de tipo medio de la baja
Andalucía. La incorporación de la villa a la Orden de Alcántara no supuso ninguna
alteración importante de su estructura organizativa, y ello se comprueba en la
documentación que editamos especialmente en lo que se refiere a los oficios
concejiles y la forma de acceso a los mismos por parte de los vecinos de la villa.
xxvm
El privilegio general de 1372, en efecto, reconoce al conjunto de hombres buenos
de Morón la capacidad para elegir entre ellos cada año a sus dos alcaldes, al mayordomo y a
los jurados. Nada se dice del oficio de alguacil. Pero en el privilegio de 1377 se reconoce
igualmente a los vecinos el derecho a elegirlo cada año, anulando así una práctica tal vez
reciente introducida por el comendador Pedro López de Morales, quien había dado el cargo
a un escudero suyo el cual tenía la prisión en el castillo. En virtud de este privilegio el maestre
devuelve al concejo la capacidad de nombrar a su alguacil y dispone que éste tenga la "prysión
en su casa en la villa". Respecto a los derechos inherentes al oficio del alguacilazgo, el citado
privilegio dispone que se repartiesen entre la Orden y el comendador — dos tercios — y el
concejo de la villa (tercio restante).
Todo parece indicar que los comendadores no tenían competencias civiles
sobre el concejo. La dependencia institucional se establecía directamente con el
Maestre, que es quien concede privilegios e interviene en la regulación de la vida
municipal. Ello se comprueba de forma fehaciente en la prohibición hecha por don
Ruy Díaz de que el comendador no participase en la elección de los oficiales del
concejo ni se asentase "en el poyo a do libran los vuestros alcalles los días de las
abdiengias nin en nuestro congeio".
En el siglo XIV, el patrimonio municipal estaba constituido, según la documen
tación que editamos, por una serie de bienes y derechos concedidos o reconocidos
a Morón por los maestres de Alcántara. Ignoramos si anteriormente el concejo había
dispuesto de bienes de propios o si éstos fueron creados ex novo por los maestres.
En cualquier caso el patrimonio del concejo se nos presenta integrado por las
siguientes propiedades y derechos:
l)Las rentas de la bellota, corcho y caza de los montes de Gutierre Ruiz,
Alcotera y el Sotillo de Derraigalobos.
2) El horno del concejo.
3) El diezmo del esparto.
4)La dehesa boyal.
5) La carnicería del concejo.
6) La tercera parte de los derechos del alguacilazgo.
XXK
"Sennor, sabed que lo pasamos muy mal et, sennor, asas lo pasamos avnque
otros pechos non ouiésemos saluo los males e dannos que resgebimos de los moros
de cada día, que nos matan e nos roban e non podemos auer emienda dello".
Pero la situación fronteriza significaba también la obligación de los vecinos de
Morón de participar en la defensa del territorio. En este sentido se observa una clara
dependencia del concejo con respecto a los comendadores y a sus alcaides, quienes
a veces se extralimitaban en sus exigencias. Para salir al paso de estos problemas y
corregir algunos abusos, en 1378 el maestre don Ruy Díaz reguló el alojamiento a costa
de los vecinos de los emisarios del Maestre y de los "huéspedes" del comendador;
prohibió a los comendadores que exigiesen a los vecinos de la villa el transporte
gratuito del trigo, cebada o sal de las salinas de la encomienda o les forzasen a
abastecer el castillo de Cote en tiempo de paz. En cambio, se determina que los vecinos
estaban obligados como "syenprefue vso e costumbre en los tienpos pasados", a llevar
una recua a Cote tres veces al año en tiempo de guerra.
Además de estos privilegios, la documentación emanada de la cancillería
maestral hace referencia a otras disposiciones de índole económica orientadas a
fomentar el poblamiento de la villa y a favorecer a sus habitantes. La más importante
se refiere a la autorización de sacar de la villa la tercera parte de la cosecha de cereales
concedida en 1372 por el maestre don Ruy Díaz 32 . En 1378 el concejo obtuvo del
mismo maestre el control de estas sacas autorizadas, siendo competencia del mayor
domo del concejo la entrega de las correspondientes licencias de saca o "albalaes".
En 1385 el maestre frey Martín Anes de Barbudo dictó una serie de disposiciones
prohibiendo que los vecinos de Morón fuesen a segar a otros pueblos de la comarca
desde principios de mayo hasta mediados de agosto, o se dedicasen a otras tareas menos
perentorias, como la recogida de esparto. Se pretendía que las mieses se levantasen lo
antes posible para evitar su destrucción "por fuego de moros e de malos cristianos".
Igualmente, para favorecer el normal abastecimiento de la villa, prohibió vender fuera
de la misma los conejos y perdices cazados en su término y ordenó que los ganaderos
que entrasen a pastar en Morón vendiesen en la carnicería de la villa "la carne que les
ahondase".
(32) Se conocen autorizaciones similares para la saca del pan otorgadas por Alfonso XI
a Sevilla, Niebla y Jerez. Cfr. M. LADERO QUESADA y M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ:
Diezmo eclesiástico y produccción de cereales en el reino de Sevilla (1408-1503). Sevilla,
1979, p. 83, nota 30.
XXX
al parecer los moronenses se sentían muy agraviados. El texto, inserto en el Libro I de
Actas Capitulares, consta de 52 leyes o artículos, dispuestos con un cierto orden, como
sucede con frecuencia en documentación de esta índole. Se trata de un cuaderno por
donde se cobraban — no sabemos si en nombre del comendador o del propio maestre
— los derechos de entrada, salida o "pasada" de una larga serie de artículos y productos
que aparecen minuciosamente indicados en las diversas leyes del arancel. No obstante
se incluyen algunos artículos que nada tienen que ver con los derechos del almojarifazgo,
tales como los derechos correspondientes a dos rentas municipales — la carnicería del
concejo (leyes XVI, XVII y XVIII) y el peso del concejo (ley XXVI) —, cobrados, en
este último caso, por el almojarife, en nombre del concejo o de la Orden. Igualmente
entre los últimos artículos se incluyen tres referentes a los delitos de sangre y a las
competencias del alguacil de la villa (leyes XLV-XLVUI), que, evidentemente, nada
tienen que ver con el almojarifazgo.
1) Principios generales. Antes de entrar en el análisis del arancel debemos
señalar los principios generales que parecen presidir el cobro de los derechos del
almojarifazgo. En primer término, los vecinos de Morón y de su término estaban
exentos de pagar almojarifazgo por las cosas que comprasen o vendiesen entre sí (ley
LII). Sólo si vendían a gente de fuera o compraban a comerciantes forasteros estaban
obligados al pago del almojarifazgo (ley XLIX). En segundo lugar, los no vecinos
debían pagar en concepto de almojarifazgo el 5 por ciento del valor de mercado de
las mercancías. Por último, los derechos de almojarifazgo debían satisfacerse, por
norma general, en el plazo de tres días: en caso contrario, el producto u objeto de
comercio podía ser tomado por el almojerife como "descaminado".
2) Derechos sobre las ventas de cereales y otros productos
agrícolas. Los primeros artículos del arancel (leyes I-VIII) tratan de la venta de
cereales, leguminosas y aceite, y se insiste especialmente en la obligatoriedad de
efectuar las mediciones con fanegas, almudes y arrobas contrastadas por el almotacén
del concejo, o cedidas por el propio almojerife. En el caso concreto del aceite debía
emplearse la arroba del concejo.
3) Compraventa de animales. La venta de "bestias" estaba gravada con
el 5 por ciento (la "veintena", o lo que es lo mismo el pago de un maravedí por cada
veinte). No obstante, el vendedor debía satisfacer unos derechos de un maravedí por
cabeza mayor, y de cinco dineros por cabeza menor. Los trueques de bestias por
bestias no pagaban derecho alguno. El ganado restante, tanto si eran comprados o
vendidos por forasteros como sacados por vecinos de la villa para venderlos fuera,
tributaban de acuerdo con el siguiente arancel:
vacas y bueyes 2mrs.
carneros 2,5 ds.
cerdos 5 ds.
corderos y cabritos Id.
XXXI
El ganado que se vendía a los moros pagaba, como era norma, el llamado
diezmo y medio diezmo de lo morisco, tributando además el vendedor según
el arancel precedente (ley XI).
4) Derechos sobre productos cerámicos. Las labores de barro (ladrillos,
tejas, ollas, cántaros y tinajas) pagaban al almojarifazgo el diezmo "de quanta labor
saliere a puerto", corriendo por cuenta del almojarife los gastos de encendido del
horno. Las labores de vidriado satisfacían la veintena o el 5 por ciento de lo labrado.
5) Derechos sobre productos de especiería y otros. La ley XXVII,
bajo el título erróneo de "la saluagyna", enumera los derechos que pagaban, por
arroba, una larga serie de productos entre los que predominan las especias (pimienta,
azafrán, gengibre, canela, comino, alcarabea), frutos secos (higos y pasas) y otros
productos alimenticios, tales como las cebollas, manteca y tocino, queso y azúcar;
curtientes y colorantes (greda, vayón, caxca y añil) y por último la seda y el hierro.
6) Pieles o "salvagina". Tres leyes (parte de la XXVIII, XXIX y XXX) se
refieren a la venta de pieles de animales, la mayor parte de ellos salvajes, y su saca
de la villa. Los cazadores debían pagar el diezmo de las capturas. Si vendían las pieles,
pagaban de almojarifazgo 11 sueldos por arroba. El comercio de pieles realizado por
forasteros o el paso de las mismas por Morón para ser vendidas, tal vez, en Granada,
se regula en un arancel especial, en el que se enumeran pieles de vacuno y ovino
y, sobre todo, de animales salvajes, tales como ciervos y gamos, conejos y liebres,
alimañas (ginetas, garduñas, zorras, gatos monteses, cervales y "de fuego"), e,
incluso, nutrias. La saca de pieles estaba gravada con la mitad de los derechos que
afectaban a las compraventas.
7) Entrada y salida de determinados productos. Una serie de produc
tos, tales como pescado, cera, caza menor (conejos, "páxaras" y otras aves), madera
labrada (tablas, arcos, camas, "huchas" o arcones, armarios, mesas, puertas, escudillas,
cucharas, morteros, dornillos, tajadores, "griales" y "altabaques" o cestos de mimbre)
pagaban al almojarife la veintena por la entrada y la "quarentena" o el 2,5 por ciento
de su valor por salida. Lo mismo sucedía con los productos de buhonería o de
"alcagería" traídos por moros y judíos y con una serie de frutos tales como bellotas,
nueces, castañas, almendras, piñones, avellanas y ajos.
8) Derechos de paso. Las leyes XL y XLIII especifican los derechos de
paso, correspondientes al almojarifazgo, "de moros" y "del esparto". El primero de
los artículos es de más amplio contenido de lo que indica su enunciado, pues no sólo
se refiere a lo que debía pagarse por un "moro forrado" o rescatado de cautiverio,
sino que se indica además lo que pagaban las caballerías (potros, muías y yeguas
encabestradas y "merchantas") y el ganado de carne, como cerdos, ovejas, cabras y
vacas, que pasaba por término de Morón. Además la ley LI detalla los derechos que
debía satisfacer el ganado que pasaba por la villa con destino al reino de Granada: 2
mrs. por cabeza de vacuno; 5 dineros, por cabeza de ganado ovejuno, y 2,5 dineros
por cabeza de ganado cabrío.
xxxn
Las cargas de sogas o de esparto pagaban al almojarifazgo 4 dineros.
9) Otros productos. Las cargas cerradas de paños, buhonería, especiería,
ajos o vinagre pagaban en concepto de almojarifazgo 6 mrs. la carga mayor y 3 mrs.
la menor (ley XXXIX). Sin embargo, en la ley XXXV se indica que algunos de estos
productos (paños, lienzos y sayales) debían derechos de almojarifazgo, pero sin
especificar su cuantía. ¿ Se trataba, tal vez, de cargas abiertas? Igualmente, el arancel
no expresa lo que pagaba el jabón. Tan sólo se limita a señalar la prohibición que
pesaba sobre los forasteros de hacer jabón en término de la villa y de venderlo en
Morón sin licencia del almojarife.
El vino traído de fuera pagaba al almojarife 8 dineros por carga mayor y 4 mrs.
por carga menor. Se indica que el vino podía ir "de pasada"; pero no se expresan los
derechos que en este caso correspondían al almojarife (ley LI). Por último, las
colmenas introducidas en el término por gente de fuera pagaban, además del diezmo
de la castra, un cornao de entrada y otro de salida.
10) Otras disposiciones. Restan una serie de leyes que recogen derechos
correspondientes al almojarifazgo. Así la ley XIX estipula que los cazadores de la villa
debían pagar el diezmo de los conejos que cazasen para venderlos. La ley XXVII
ordenaba a los compradores de grana el pago al almojarife de los 2/9 del valor de lo
adquirido. Por último, la ley XLII regula lo referente al hallazgo de "moros o moras
catyuas, o tártalos o tártalas" en la villa o en su término. En el caso de tener señor
conocido, el captor recibía 100 mrs. por cada cautivo; en caso contrario, le correspon
día la tercera parte de su valor, siendo los dos tercios restantes para el almojarife.
11) Conclusión. El arancel del almojarifazgo que acabamos someramente de
analizar es, sin duda, una fuente preciosa para el conocimiento de las actividades
económicas de una localidad de frontera a fines del siglo XIV. A través del mismo
Morón se nos presenta con unas peculiaridades que no son frecuentes en los pueblos
de la comarca en que la villa se inscribe: la campiña sevillana. Es cierto que se observa
un tipo de economía semejante a los pueblos de la zona en lo que toca a ciertos aspectos
básicos: cultivos cerealeros y oleícolas. Pero junto a ellos destaca la importancia de
la ganadería, y especialmente, el aprovechamiento de los recursos naturales de un
término extenso y en parte no explotado del todo desde el punto de vista agrícola.
La abundancia de colmenas, la recogida de la grana, y sobre todo, del esparto se nos
presentan como formas habituales de aprovechamiento de los recursos naturales.
Destaca igualmente la caza en los montes sobre los que se apoyaba la frontera, que,
por su misma condición de tierra de nadie, constituían un ecosistema apenas alterado
por la mano del hombre y donde vivía una fauna salvaje abundante y variada.
Morón era, por su condición de villa fronteriza, un punto a través del cual se
efectuaba un comercio de cierta importancia con el vecino reino de Granada. Sin ser
uno de los puertos por los que se efectuaba el comercio autorizado en tiempo de
paz, Morón de hecho funcionaba como uno de ellos, aunque la documentación oficial
no lo cite en ninguna ocasión. Pero como indica la ley XI, en la villa se cobraba el
xxxm
diezmo y medio diezmo de lo morisco por el ganado que en ella compraban los
moros. La ley LI alude claramente al paso por Morón de ganado que iba a venderse
a territorio granadino, e, igualmente por la villa pasaban cautivos moros rescatados
o era relativamente frecuente que en su término fuesen capturados cautivos moros
o esclavos "tártaros" fugitivos que trataban de alcanzar la frontera.
Pero Morón de la Frontera era también punto de llegada de determinados
productos granadinos. El arancel no lo indica expresamente. Pero no sería demasiado
aventurado suponer que muchos de los productos reseñados eran de procedencia
granadina: las especias; el azúcar o la seda que se citan en la ley XXVHI; los artículos
de buhonería o de alcaicería traídos por moros y judíos, e, incluso, quién sabe si parte
del pescado traído de fuera no procedía de las costas malagueñas.
XXXTV
2.5 Morón y Cote
Las relaciones de Morón con su Castillo de Cote sólo se explican en el ámbito
que impone la proximidad de la frontera con Granada. Cote constituía, ya desde el
siglo XIII, una pieza clave junto con la Torre de Lopera y Las Aguzaderas, en la
defensa de la campiña sevillana frente a Zahara, Setenil y Ronda 33 . Tal vez por ello,
la Orden de Alcántara vinculó su tenencia y abastecimiento al concejo de Morón; pues
sus vecinos estaban obligados a llevar una recua a Cote tres veces al año en tiempo
de guerra 34 . Pero la situación de Cote, como la de otros muchos castillos fronterizos
de la comarca debía ser durante el siglo XIV la de un auténtico presidio militar.
En efecto, para consolidar su posición, en 1378, Enrique II le otorgó carta de
población 35 . La carta puebla del castillo de Cote se inserta por tanto en el conjunto de
mercedes, privilegios y franquezas otorgadas por Enrique II a los vecinos y
moradores de Morón de la Frontera con la intención de auspiciar el poblamiento de
la villa y las aldeas de su término, para asegurar la defensa de la campiña sevillana.
Se trata, por tanto, de una carta puebla de carácter fronterizo, en la misma línea de las
emitidas en tiempos de Alfonso XI para las plazas fronterizas vecinas de Olvera, Teba,
Torre Alháquime, etc 3 6 . Esta modalidad de cartas pueblas no persigue tanto la
atracción de simples pobladores — campesinos y menestrales que pusiesen en
explotación las tierras baldías — como la instalación de una guarnición militar perma
nente de "soldados fronteros", por lo que su principal finalidad, frente a otras
modalidades poblacionales de la época, fue fundamentalmente la defensa de una
fortaleza ubicada en un sector estratégico de la frontera.
XXXV
sólo entre futuros pobladores de la comarca sino también entre los de Morón de la
Frontera. Para facilitar esta tarea, según era ya costumbre en las repoblaciones
fronterizas, Enrique II liberó y franqueó a sus pobladores de cualquier tipo de
servicio directo e indirecto — yantares, empréstitos, monedas, pedidos, etc. — y
especialmente de alcabalas con la intención de facilitar la adquisición y el transporte
de todo lo necesario para el inicio de la nueva repoblación de Cote.
Hasta ahora en nada o en muy poco se diferenciaba el poblamiento del castillo
de Cote de los efectuados por la nobleza sevillana en sus torres y cortijos señoriales
de la campiña, muchas veces bajo la protección de la corona. Sin embargo, la condición
fronteriza de Cote transformó a sus pobladores en auténticos "soldados fronteros".
Con ello Enrique II, que como sabemos planeaba una serie de campañas militares en
Granada, quiso consolidar la posición de la fortaleza y evitar en la medida de lo posible
su despoblación a causa de la guerra. En este sentido, es de destacar que el rey ordenó
a Bartolomé Fernández, alcalde de Morón, y a Lope González, escribano público de
la villa, que entregasen mensualmente a cada uno de los 20 vecinos instalados en el
castillo de Cote 10 mrs. en concepto de soldada y una fanega de trigo, sacado todo ello
del montante de las rentas reales de Morón de la Frontera. En contrapartida el monarca
exigió la obligatoriedad de la residencia permanente en la fortaleza, pues las partidas
de numerario y pan debían entregarse en Cote tras comprobar nominalmente la
presencia física de los vecinos interesados38. Con esta medida pretendía Enrique II
evitar el fraude y garantizar a los soldados fronteros de Cote una cierta liberalización
de sus obligaciones estrictamente poblacionales en beneficio de las militares y
defensivas: escuchas, velas, atalayas, etc. De todas formas, el castillo de Cote no dejó
de ser durante el siglo XIV un presidio militar, de débil poblamiento y complicada
defensa, vinculado a Morón de la Frontera.
XXXVI
MORÓN DE LA FRONTERA
A COMIENZOS DEL SIGLO XV
El estudio del Libro I de Actas Capitulares nos permite, entre otras muchas
cosas, un perfecto conocimiento de la vida municipal moronense; de su estructura
concejil, formas de gobierno, de su modesta hacienda, con sus gastos e inversiones;
de las relaciones con la Orden de Alcántara, etc. Todo ello nos ofrece un cumplido
panorama de Morón de la Frontera a comienzos del siglo XV.
1. LA ESTRUCTURA MUNICIPAL
(39) A fines del siglo XV el vecindario de Morón apenas superaba los 500 fuegos. Cfr.
A. VINA BRITO:Do« Pedro Girón y los orígenes de la Casa de Osuna (Tesis doctoral
inédita, Sevilla, 1987).
(40) A. BOHÓRQUEZ VILLALÓN: Anales de la Villa de Morón , cap. XIV. Editados
en Revista de Morón, 1-9. Morón, 1914, p. 32.
(41) ACM-I, f. 12v [27].
xxxvn
reuniones capitulares, juzgaban en primera instancia a los vecinos de la villa, y
recibían las apelaciones de las sentencias emitidas por los alcaldes de la aldea del
Arahal, que pertenecía a la tierra de Morón. El alguacil tenía como principal cometido
la ejecución de los mandamientos del concejo y de las sentencias de los alcaldes, así
como la vigilancia de los presos y de la cárcel del concejo. Cada año, el alguacil saliente
entregaba al nuevo los presos que estaban en su poder y los diversos objetos de la
cárcel. Según la más antigua relación conservada, éstos consistían en un cepo de palo
con dos "teleras" de hierro; dos cadenas; tres candados; tres candados con sus
respectivas llaves; siete collares de hierro, "del pescuego", con tres eslabones, y
varios "peales de los pies", con sus eslabones42.
La función de los jurados está peor definida. Realmente, aparte de participar
en el gobierno de la villa, no tienen otras competencias que las de elaborar los
padrones de los vecinos cada vez que era necesario efectuar una derrama extraor
dinaria, como aquéllas a las que nos referiremos más adelante. Por último, el
mayordomo recogía y administraba las rentas del concejo.
Las reuniones capitulares se celebraban normalmente en "las casas del
cabildo" y, más frecuentemente, en las iglesias de Santa María y de San Miguel, si bien,
en ocasiones también se celebraban en la casa de algún alcalde43 e, incluso, del
mayordomo44.
Más arriba aludíamos a la escasa complejidad de la institución municipal de
Morón de la Frontera. Este rasgo salta a la vista observando la frecuencia de las
sesiones del concejo. Normalmente el cabildo se reunía a comienzos del año, cuando
se producía el cese de los capitulares del año anterior, para tomar la cuenta del
mayordomo saliente y recibir los objetos de la cárcel confiados al alguacil. Es probable
que se efectuase otra reunión preceptiva a finales del año con motivo de la renovación
de los cargos concejiles, pero de ella no hay constancia documental alguna en las Actas
conservadas. Así pues, si exceptuamos las primeras reuniones del año, las demás, muy
pocas como veremos, se convocaban cada vez que surgía un problema de cierta
importancia o para realizar un acto administrativo que requiriese la formalidad de una
reunión capitular.
Durante el período 1403-1425 hemos contado 73 reuniones capitulares forma
les -"estando apartados en su cabildo, mouidos por su peón, segund que lo an de vso
e de costunbre"45. En algunos años sólo se produjeron dos sesiones de cabildo (1404,
1405,1409,1416,1417 y 1424), y en 1411 sólo una. Sólo en algunos años (1404,1410,
1412,1413,1414,1415,1420,1421 y 1425) los capitulares de Morón celebraron más de
xxxvm
cuatro reuniones. En todos los casos, por una razón u otra, fueron motivos excepcio
nales los que rompieron la norma: la construcción del pilar del concejo en 1412, que
provocó hasta dos reuniones para tratar de allegar fondos para la obra; la gravísima
carestía de 1413, que motivó hasta seis reuniones de cabildo, celebradas cuatro de ellas
en el mes de enero; la resolución de problemas referentes a los abrevaderos públicos
obligó en 1415 a efectuar hasta tres reuniones, y, finalmente, en 1425 — el año en que
más sesiones se produjeron — ocho reuniones para tratar, además de los asuntos
habituales (aprobación de las cuentas del mayordomo del concejo y del mayordomo
de las iglesias), otros tales como varios juicios, el arrendamiento de la carnicería del
concejo, hacer un pilar en la plaza de la villa y la contratación de un sacristán.
Pero junto a estas reuniones formales del cabildo, a las que asisten no sólo los
oficiales concejiles sino otros muchos hombres buenos de la villa, se efectuaron
otras en las que sólo participaban los capitulares natos, y no todos, para tratar asuntos
de urgente resolución que no requerían por su misma índole de la convocatoria formal
de una reunión de cabildo.
Al servicio del cabildo o del concejo figura una serie de personas. Hemos
aludido ya al peón del concejo (portero y pregonero a un tiempo), encargado de citar
a los alcaldes y demás oficiales a las reuniones. Pero, a lo que parece, tenía además
otras competencias. En un contrato entre el concejo y un tal Alfonso García se estipuló
que sirviese el oficio de la peonía del concejo por 300 mrs. anuales llevando anejo
el oficio del almotacenazgo, con los derechos y penas anejas46. Consta también la
existencia de guardas, no sabemos si del campo o, simplemente, de los accesos de
la frontera, lo que era habitual en casos de amenazas de los granadinos47. También,
como era habitual en otros concejos andaluces, había en Morón un alarife del
concejo, cuyos derechos se regularon por ordenanza en 140348.
Caso aparte es el de los escribanos, que aparecen habitualmente firmando las
Actas Capitulares. Se trataba, en todos los casos, de hombres buenos y, como tales,
desempeñaron también oficios concejiles. En 1422 se les dio rango de funcionarios
municipales al reconocérseles ciertos emolumentos para que "fagan las escripturas"
del concejo49.
xxxrx
cuatro reuniones. En todos los casos, por una razón u otra, fueron motivos excepcio
nales los que rompieron la norma: la construcción del pilar del concejo en 1412, que
provocó hasta dos reuniones para tratar de allegar fondos para la obra; la gravísima
carestía de 1413, que motivó hasta seis reuniones de cabildo, celebradas cuatro de ellas
en el mes de enero; la resolución de problemas referentes a los abrevaderos públicos
obligó en 1415 a efectuar hasta tres reuniones, y, finalmente, en 1425 — el año en que
más sesiones se produjeron — ocho reuniones para tratar, además de los asuntos
habituales (aprobación de las cuentas del mayordomo del concejo y del mayordomo
de las iglesias), otros tales como varios juicios, el arrendamiento de la carnicería del
concejo, hacer un pilar en la plaza de la villa y la contratación de un sacristán.
Pero junto a estas reuniones formales del cabildo, a las que asisten no sólo los
oficiales concejiles sino otros muchos hombres buenos de la villa, se efectuaron
otras en las que sólo participaban los capitulares natos, y no todos, para tratar asuntos
de urgente resolución que no requerían por su misma índole de la convocatoria formal
de una reunión de cabildo.
Al servicio del cabildo o del concejo figura una serie de personas. Hemos
aludido ya al peón del concejo (portero y pregonero a un tiempo), encargado de citar
a los alcaldes y demás oficiales a las reuniones. Pero, a lo que parece, tenía además
otras competencias. En un contrato entre el concejo y un tal Alfonso García se estipuló
que sirviese el oficio de la peonía del concejo por 300 mrs. anuales llevando anejo
el oficio del almotacenazgo, con los derechos y penas anejas46. Consta también la
existencia de guardas, no sabemos si del campo o, simplemente, de los accesos de
la frontera, lo que era habitual en casos de amenazas de los granadinos47. También,
como era habitual en otros concejos andaluces, había en Morón un alarife del
concejo, cuyos derechos se regularon por ordenanza en 140348.
Caso aparte es el de los escribanos, que aparecen habitualmente firmando las
Actas Capitulares. Se trataba, en todos los casos, de hombres buenos y, como tales,
desempeñaron también oficios concejiles. En 1422 se les dio rango de funcionarios
municipales al reconocérseles ciertos emolumentos para que "fagan las escripturas"
del concejo49.
XXXTX
2. LAS RELACIONES CON LA ORDEN DE ALCÁNTARA
Las relaciones entre el concejo de Morón y el Maestre de la Orden de
Alcántara estaban reguladas, como hemos visto más arriba, por los privilegios que la
villa había recibido de los diversos maestres y, antes que nada, por las libertades y
exenciones que desde Alfonso X a Enrique II le habían sido otorgadas por los
monarcas. Ello no impediría, sin embargo, que los maestres interviniesen en los casos
que lo considerasen oportuno, como cuando en octubre de 1405, por causas que
ignoramos, se ordenó la deposición de los dos alcaldes de la villa. En cualquier caso,
parece claro que los comendadores y alcaides no tenían competencias civiles sobre
el concejo. La dependencia institucional se establecía directamente con el Maestre,
que es quien aparece regulando la vida municipal. Este principio se recuerda en
alguna ocasión en las Actas Capitulares durante el período que estudiamos. Así, la
reunión capitular del 22 de agosto de 1422 fue presidida por el alcaide Gonzalo de
Porras, en la que se dictaron varias ordenanzas sobre la saca del pan. Al fin de las
mismas se indica expresamente lo que sigue:
"...como quiera quel dicho Gongalo de Porras, alcayde, acaesció en esta
ordenanca con el dicho congejo, non se entienda que lo á de auer de costunbre,
saluo cada e quando al dicho concejo ploguyese" 50.
Las únicas obligaciones que tenía la villa hacia la Orden eran pagar yantar al
maestre, cuando residiese en la villa, como se observa por las cuentas municipales que
analizamos más adelante; tener algunas "atenciones" con los comendadores y los
alcaides; hacer servicio de hospedaje de acuerdo con lo dispuesto en el privilegio
de 137851 y poco más.
XL
¿ quiénes eran estos hombres buenos?, o, mejor, ¿ qué requisitos debía reunir para
merecer esta consignación y, en consecuencia, poder intervenir y participar en el
gobierno de la villa ?
La cuestión de los "hombres buenos" es obligada en cualquier estudio de
temática concejil 53 . En muchos casos, a la altura del siglo XV, la mención documental
a los ornes buenos es una simple fórmula carente ya de significado. Esto es desde
luego así en los concejos donde la participación popular en la vida concejil a través
de las elecciones de determinadas magistraturas ha dejado paso a la designación
directa de las mismas por los propios monarcas. En este supuesto, los "hombres
buenos" eran simplemente sujetos de obligaciones fiscales o militares; eran simple
mente los vecinos "contiosos" obligados al mantenimiento de caballo y armas 54 o al
desempeño, en determinadas localidades, del cargo más comprometido: el de mayor
domo del concejo 55 .
En Morón - -tal vez por su misma condición de la villa de frontera y por la
inexistencia o escasez de hidalgos — los caballeros de cuantía, es decir, los ornes
buenos que citan reiteradamente las Actas Capitulares, detentan, en cuanto grupo
de perfiles sociales y económicos muy bien definidos, el gobierno municipal. Se trata,
en cualquier caso, de un grupo abierto, al que se accede automáticamente en razón
de los bienes muebles y raíces que se poseen, que son los que determinan la cuantía
que obliga a tener caballo y armas.
En el Anexo de este capítulo figuran los nombres y curricula administrativos
de los hombres buenos que aparecen citados en el primer tomo de las Actas
Capitulares de Morón de la Frontera. Su número ronda el centenar, y de ellos unos
(53) Son ya clásicos los estudios de M. C. CARLE, "Boni homines y hombres buenos",
en Cuadernos de Historia de España, XXXIX-XL (Buenos Aires, 1964) y de J. CERDA,
"Hombres buenos, jurados y regidores en los municipios castellanos de la Baja Edad
Media", en actas del I Symposium de Historia de la Administración, Alcalá de Henares,
1970, reed. en J. CERDA, Estudios sobre instituciones jurídicas medievales de Murcia y
su reino, Murcia, 1987.
(54) Sobre la caballería popular y de cuantía andaluza, ver M. GONZÁLEZ, "La
caballería popular en Andalucía (siglos XIII al XV)", Anuario de Estudios Medievales, 15
(1985), pp. 313-329.
(55) Así sucedía en Carmona, M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ: El concejo de Carmona afines
de la Edad Media (1464-1523), Sevilla, 1973, pp. 172-175. En otras ciudades, como Baeza,
la participación de los vecinos contiosos en la vida municipal era mucho más relevante, tal
vez como reminiscencia de la antigua situación foral. Entre ellos se designaban los llamados
"oficios sorteros" del concejo, que eran tres alcaldías ordinarias, el alguacilazgo, cinco
escribanías públicas, tres alcaldías la de la ciudad y las de Vilches y Baños de la Encina,
la mayordomía y las cuatro caballerías de la sierra. C. AGENTE DEL CASTILLO y J.
RODRÍGUEZ MOLINA: "Ordenanzas de Baeza", Cuadernos de Estudios Medievales,
V m - K (1986-81), p . 29.
XLI
70 ocuparon cargos concejiles. Algunos ejercieron en años sucesivos la práctica
totalidad de los oficios concejiles. En este sentido destacan los cursus honorum de
Pedro González y de Miguel Pérez. El primero fue alcalde en cuatro ocasiones (1408,
1415, 1422 y 1425), además de mayordomo del concejo (1411), mayordomo de las
iglesias (1409 y 1414), jurado (1412) y regidor (1426); el segundo fue mayordomo del
concejo en 1407, cinco veces alcalde (1410,1413,1419,1420y 1422) y regidor (1426).
Y así podríamos seguir con otros casos.
A la vista de todo ello resulta que el sistema de elección para el desempeño de
cargos concejiles debía ser bastante flexible, combinándose la elección simple con
otros sistemas de designación directa, tales como la cooptación o la aprobación,
nemine discrepante, de propuestas hechas por los alcaldes salientes o por
cualquiera de los oficiales u hombres buenos, o a sugerencias de los maestres en algún
caso. Todo ello, unido a la experiencia y especial prestigio de algunos de los elegidos
reiteradamente, explica casos como los citados y otros menos llamativos que pudieran
aducirse y que se recogen en el Anexo II de este capítulo.
Sabemos poco sobre las propiedades y niveles de riqueza de los hombres
buenos/caballeros villanos de Morón. De uno de ellos, Juan Martínez de Rota,
que fue alcalde en dos ocasiones, consta que poseía colmenas junto al molino de
Engorrilla, de su propiedad 56 . Otro, Martín Sánchez de Guadalajara, cuyo nombre
no figura entre los asistentes a las sesiones capitulares, debía ser un rico propietario
de ganados. En 1403 los moros de Zahara le robaron diez yeguas "que traya en sus
vacas e mataron cinco puercos"5'1. En 1412 su mujer María Sánchez dejó en su
testamento dinero para hacer un cáliz de plata para las iglesias58. Del jurado Martín
Fernández, que ocupó casi todos los cargos del concejo, sabemos que era labrador
acomodado, ya que sus eras fueron robadas en 1403 por los moros de Zahara59.
xm
y el alcance del año anterior; el total del descargo cuyo desglose no se pormenoriza
(sólo se indica, y no siempre, que el mayordomo saliente presentó como comprobante
de su descargo un quaderno), y, por último, la cuenta concluye señalando el importe
del alcance o cantidades no gastadas por el mayordomo saliente, que éste debía
entregar al mayordomo que le sustituía en el cargo.
De no haber sido por la conservación de tres cuentas, correspondientes a los
años de 1420,1424 y 1425, en laS que se indican con detalle los conceptos justificativos
tanto del cargo como del descargo, desconoceríamos cuáles eran los diversos
capítulos de las rentas y, por supuesto, en qué invertía el concejo el dinero de sus
propios.
La hacienda concejil se nutría básicamente de una serie de rentas, todas ellas
de rendimientos muy modestos. Se trataba de las siguientes:
1) Una serie de lugares de pastos (las llamadas matas de Gutier Ruiz, Derraigalobos
y la Alcotera), que, arrendadas por el concejo, rentaron en 1414, 4.240 mrs.
2) Por dos hornos del concejo (el Viejo y el Nuevo), que rentaron en el mismo
año 3.266 mrs.
3) La renta del diezmo del esparto, que produjo en el mismo año, 130 mrs.
5) La renta de la "calabazuela", cuya naturaleza desconocemos, que rentó 60 mrs.
6) La renta del almotacenazgo, que rentó 60 mrs.
7) La renta de las colmenas, que rentó 35 mrs.
8) La renta de la entrada del vino, que rentó 40 mrs.
9) Y, por último, la renta de la carnicería, que rentó 2.000 mrs.
Algunas de estas rentas habían sido dadas o reconocidas al concejo por los
maestres de Alcántara. Así, en un privilegio de 1372, frey Ruy Díaz atribuyó a los
propios del concejo la renta de la bellota, corcho y caza de los montes o matas
de Gutierre Ruiz, la Alcotera y Derraigalobos; la renta del horno del concejo;
el diezmo del esparto; la dehesa boyal; la carnicería del concejo, y la tercera
parte de los derechos del alguacilazgo60. En las cuentas del período 1402-1425 no
figuran como rentas la dehesa boyal ni el alguacilazgo, y sí otras nuevas, como el
diezmo de las cabalgadas, concedido al concejo en 1425 para atender al pago de
los salarios de los guardias fronterizos61.
En definitiva, se trata de una hacienda municipal pobre, que suministraba al
concejo unos ingresos que oscilaron entre 2.500 mrs. (años 1402 y 1418) y 13.000 mrs.
(año 1424). En 1420 el dinero gestionado por el mayordomo ascendió a la exigua suma
de 775 mrs. A pesar de ello la economía concejil no era deficitaria. En efecto, a través
de las distintas cuentas se constata que todos los años (menos en 1419 y 1425) el
XLUI
ejercicio económico se saldó con superávit. El déficit del segundo de los años
indicados se debió no tanto a gastos imprevistos como a la compensación económica
inusual dada al mayordomo (2.000 mrs.) por haber dedicado muchos días (unos
doscientos) "en el fazer del pilar e enfazer las puertas de las barreras e cerrar los
portillos ... et enfazer las puertas para las dichas puertas e en traer la madera para
ellas". Lo excepcional del caso llevó al concejo a declarar que esta remuneración les
parecía "agás poco, según los trabajos que é auía tomado"^1.
En estas circunstancias, cualquier gasto no previsto, por pequeño que fuese,
obligaba a efectuar derramas entre los vecinos, de cuyo reparto y cobro se
encargaban, como veíamos más arriba, los dos jurados. Se nos han conservado
cuentas de varias de estas derramas o pechos. La primera de ellas 63 , cogida en 1403,
ascendió a 3.729 mrs. y se destinó a pagar la obra de la iglesia de San Miguel 64 . En 1404
se recogió otro pecho de 2.088 mrs., que en parte se destinó a pagar la obra del horno
del concejo 65 . En 1405 volvió a efectuarse una nueva derrama por un importe de 1.967
mrs. 66 . Al año siguiente se cogió un pecho de 332 mrs. 67 . En 1411 se cogieron dos
pechos o padrones, por un importe respectivo de 334 mrs. y de 529 mrs., que
sirvieron en parte para pagar ciertos servicios de vigilancia y atalaya 68 . Finalmente,
en 1422 se cogió otro pecho por 1.957 mrs. que sirvió para pagar, entre otras cosas,
el alquiler de las "bestias que leuaron la ropa del comendador"*®.
De la penuria permanente en que se movía la hacienda del concejo de Morón
es buena prueba el hecho de que en 1412, para hacer frente a la obra del caño y pilar
del concejo, hubo de recurrirse a solicitar préstamos individuales por 30 mrs. a ciertos
ornes buenos, entre los que se contaban los dos alcaldes, el alguacil, el mayordomo
y un escribano. Lo conseguido fue tan poco que hubo de pedirse al mayordomo de
las iglesias que prestase algún dinero al concejo 70 .
La explicación más verosímil de esta precariedad financiera hay que buscarla,
en parte, en la superposición, sobre la estructura municipal, e la jurisdicción señorial
de la Orden de Alcántara. Nada sabemos directamente de la fiscalidad señorial. Las
XLIV
Actas Capitulares reflejan, como veíamos, la presencia del comendador y alcaides.
Pero ignoramos qué punciones económicas se derivaban de la existencia del señorío.
Tan sólo se advierte en contadas ocasiones la "servidumbre" señorial a través de los
gastos que el concejo ha de afrontar de vez en cuando. Pero nada más. Intuimos que
determinadas rentas, especialmente las que gravaban el tráfico comercial, eran de
propiedad señorial. Así sucede con el diezmo y medio diezmo de los moriscos,
que usufructuaba la Orden y, especialmente, con la entrada y salida de productos de
la villa — el portazgo/aduana o almojarifazgo local — que debía producir importantes
beneficios. Buena prueba del interés de esta renta, que sin duda era señorial, es el
minucioso arancel del siglo XIV inserto en copia en las Actas Capitulares71, que
comentábamos páginas más arriba. El original o una copia del mismo se entregaba, con
otros documentos, al mayordomo del concejo. Así, por ejemplo, entre los documentos
entregados en enero de 1416 al mayordomo Gonzalo García figuran "el alangel del
almoxarifalgo" y otros aranceles, desgraciadamente desaparecidos, como el de las
viñas y el de las matas72.
XLV
5.1 Los salarios
El concejo de Morón pagaban pocos salarios. En unos casos el pago de los
mismos está relacionado con la propia administración municipal, como en el caso del
peón del concejo, que hacía también las veces de pregonero y portero del cabildo.
En 1409 la peonía del concejo llevó anejo un salario de 300 mrs. anuales y el oficio
del almotacenazgo, con sus derechos y penas correspondientes73. En las cuentas que
estudiamos se asignan al peón unos 200 mrs. Por su parte, el escribano del cabildo
recibe una asignación de 200 mrs. anuales.
Aparte de estos dos sueldos, desde 1424, por lo menos, el mayordomo del
concejo percibía un salario simbólico por los perjuicios económicos que pudieran
derivarse de su trabajo. La cantidad normal era de 100 mrs.; sin embargo, en 1425 se
le asignó un total de 2.000 mrs., como veíamos más arriba. Igualmente los alcaldes
recibían, en conjunto, 100 mrs. de los propios. Se trata, a lo que parece, de una
asignación nueva, ya que procede de la renta del almotacenazgo que ellos mismos
se encargaban de gestionar. Anteriormente el oficio del almotacén estaba asociado
al del peón del concejo. La renta era de escaso significado económico — en 1424
ascendió a 60 mrs.—, y tal vez por ello los alcaldes debieron hacerse cargo del oficio
del almotacén, lo que justifica la simbólica compensación que recibían.
Las cuentas registran también otros salarios, tales como el del almocadén de
la tierra, hombre conocedor de los vericuetos de la frontera y, probablemente, de
la lengua de los moros, a quien vemos actuando de espía en territorio granadino74.
Su sueldo era de 600 mrs. anuales. Igualmente, para atender a las necesidades del
vecindario, el concejo pagaba un salario anual de 300 mrs. al herrero de la tierra.
en 1422 el concejo se concertó con un tal Gonzalo López, herrero natural de
Carmona, quien por la citada cantidad se comprometió a avecindarse en Morón,
recibiendo un salario de 300 mrs. anuales, y herrar los caballos y bestias así como calzar
las rejas de los arados, a la manera de Utrera75.
Finalmente, y en relación con las necesidades espirituales del vecindario, el
concejo pagaba de los propios la predicación cuaresmal76. También el concejo
destinaba 600 mrs. de los propios para pagar la sacristanía de la villa, si bien en 1425
se avino con Juan Sánchez, sacristán de Alcalá de Guadaira, por un salario de 1.000
mrs. anuales77. Por último, aunque este concepto no se recoge en las cuentas de los
XLVI
5.4 Correos y emisarios
La dependencia de la Orden de Alcántara exigía normalmente el envío de
mensajeros al Maestre o al comendador de Morón, que habitualmente residía en
Sevilla. Pero la inestabilidad en la frontera y los rumores de incursiones de moros
generaban una copiosa correspondencia dirigida las más de las veces al Maestre o,
sobre todo, al comendador, y también a autoridades de la zona, como el Adelantado
de Andalucía o don Pedro Ponce de León, señor de Marchena.
En 1424 se enviaron 28 mensajeros a los antes citados y, especialmente, al
comendador don Fernando de León, dándoles noticia "de las nueuas de Ronda" 83
o "sobre razón de la caualgada"^.
En 1425 fueron también frecuentes las mensajerías—unas 2 7 — y por las mismas
razones. Así, Alfonso de Vejer llevó a don Fernando de León "cartas del seguro de
los moros" 85 , otra carta al mismo comunicándole "cómo quería correr los moros"g6;
otra al mismo "sobre razón de los que entrauan a tierra de moros de Ferran Peraga"^,
o la carta enviada por el concejo a Setenil "sobre la seguridat"^; otra carta al
Adelantado "sobre las nueuas de los moros"*9, o la carta dirigida al concejo del Arahal
dando noticia de que "estauan los moros en Mogerejo" 9 0 ; o finalmente, otra carta a
don Fernando de León "sobre razón de los que entraron a tierra de moros a fazer
prenda sobre el seguro que estaua puesto" 9i. Como se ve, la frontera era una fuente
permanente de noticias sobre incidentes y alarmas más o menos fundadas, y ello se
refleja, aunque sea esquemáticamente, en los secos apuntes del mayordomo, conver
tido así, sin pretenderlo, en cronista de la frontera.
XLVín
vino, trigo y fruta 200 mrs.
Otros gastos también habituales eran los que se derivaban del amojonamiento
de las dehesas y del término, así como las recompensas por matar lobos (10 mrs. por
cabeza).
Ya son más excepcionales otros gastos, tales como la adquisición de papel para
el escribano, o piel de pergamino para copiar algún privilegio; o el gasto realmente
extraordinario de la confirmación por el Maestre de los privilegios de la villa, que se
elevó a 1.600 mrs. A veces se premia al portador de una noticia de interés, como la que
mereció en 1424 nada menos que 300 mrs. que se pagaron a Benito García, criado del
comendador de Osuna, "por las albriqias guando murió Juan de Coca" 9 2 .
(92) ACM-I, f. 86r. Suponemos, por la alegría que la noticia produjo en Morón,
que debía tratarse de un malhechor, tal vez un tornadizo -¿el primer bandido
andaluz documentado?-, de mucha consideración.
XLDÍ
LA NORMATIVA CONCEJIL
1. INTRODUCCIÓN
(93) M. BORRERO FERNÁNDEZ: "La frontera de Sevilla..." ob. cit., pp. 13-21. M.
GARCÍA FERNÁNDEZ: "La carta puebla..." ob. cit., pp. 57-67.
(94) M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ: "Privilegios..." ob. cit., pp. 3-46.
Ll
la villa y su término, cuya armonización se había realizado desde siempre en el marco
de las instituciones locales, aunque, en algunos casos, tomando como referencia
obligada la normativa foral y, cuando los había, los ordenamientos regios y/o
mandamientos señoriales al respecto 95 . Se trataba de una potestad privativa del
cabildo municipal, de la que con el tiempo se derivó un conjunto de leyes, ordenamientos
y mandamientos locales, emitidos por el concejo, integrado por oficiales y por los
hombres buenos, destinadas a reglamentar aspectos concretos y singulares de la villa:
seguridad urbana, policía, mercados, precios, salarios, abastecimientos, abrevaderos,
cañadas y veredas, dehesas, prados, etc 9 5 .
En el caso de Morón de la Frontera estas cocmpetencias no fueron privativas
únicamente de los poderes municipales. Por el contrario, como en otras localidades
de señorío de la comarca, los maestres de Alcántara primero y, sobre todo, los Téllez
Girón después hicieron valer sus derechos y atribuciones señoriales en la ordenación
de la vida local. Sin embargo se trató, siempre que ello fue posible, de postestades
convergentes, nunca contrapuestas. Los maestres de Alcántara y los condes de Ureña
hicieron suyas, ratificando y considerando de nuevo, ordenamientos y mandamientos
promulgados por el cabildo municipal. Al tiempo que el cabildo de Morón de la
Frontera consideró como propias, convirtiéndolas en ordenanzas municipales, las
disposiciones emanadas de los poderes señoriales, especialmente las contenidas en
los privilegios de los maestres de Alcántara confirmados por el maestre don Fernán
Rodríguez de Villalobos en 1403.
Así pues, los ordenamientos y mandamientos municipales contenidos en el
Libro I de la Actas Capitulares de Morón de la Frontera, aparecen como legítima
manifestación de la autonomía local; aunque esa autonomía estuviese en ocasiones
reducida por dos factores: La proximidad de los gerentes de poder señorial; el alcaide
del castillo de Morón y su comendador, y el interés más inmediato del maestre de
Alcántara por participar en el gobierno y la buena administración económica de su
"encomienda mayor".
Por último, esta normativa municipal, objeto fundamental de nuestro estudio,
no siempre alcanzó la categoría legal de "ordenanzas" tal co mo hoy la entenderíamos.
Es más, por su temprena cronología -1402-1427- casi nunca se trató de ello; sino más
Ln
bien de simples acuerdos, o mejor "mandamientos" en expresión de los propios
textos, tomados en sesiones de cabildos ordinarios 97 . Su análisis, en cambio, resulta
vital para el conocimiento de múltiples y variadas facetas de la vida cotidiana en
Morón a comienzos del siglo XV 9 8 .
LUÍ
2.2 Seguridad urbana
El mantenimiento de la seguridad y el orden en el interior de la villa fue siempre
competencia del concejo de Morón, En 1426 el cabildo mando pregonar en la Plaza
de San Miguel la prohibición de llevar "espadas ni tergiados nin cochillos que pasen
de marca de codo", pues en las localidades de frontera la gente acostumbraba a ir
armada, lo que ocasionaba frecuentes "escándalos et roydos"loi.
LIV
oficios: zapateros, herreros y molineros.
* Zapateros
En 1415 el concejo de Morón, juntamente con el alcaide y el comendador,
representantes de los intereses señoriales, mandaron pregonar una ordenanza sobre
el precio y la calidad del calzado. Se tomó como modelo de referencia las disposiciones
vigentes a este respecto en la ciudad de Sevilla y se obligó a Alfonso Ferrández, tal
vez al único zapatero de la villa, a acomodar su trabajo, productos y precios, a los que
indicaba el concejo: un par de "suelas de serrada", 10 mrs.; un par de "suelas de
sotajo", 8 mrs.; un par de "suelas de vira", 6 mrs.; un par de "gapatos geruunos", de
10 a 20 mrs. Con todo ello, el concejo de Morón sólo pretendía acallar el descontento
de muchos vecinos, "por cuanto se auian quexado e quexaban", del elevado precio
del calzado, sino también evitar el fraude en artículos necesarios, pues en Morón un
simple par de "cuelas de serrada" costaba de 2 a 3 mrs. más que en la ciudad de
Sevilla106.
* Herreros
En 1422 el concejo de Morón emitió un ordenamiento por el que concertaba
o se "ygualaua" con Gonzalo López, herrero de Carmona, "para que tryga su muger
e su casa a esta dicha villa para que labre de ferrerya". Al mismo tiempo el concejo
reglamentó también el trabajo a realizar por el nuevo herrero de Morón, obligándole
a que "sea tenudo de ferrar como en Vtrera e en Carmona e en Mare he na", bestias,
armas, rejas, etc. A cambio percibiría del mayordomo del concejo 300 mrs. anuales por
su trabajo107.
* Molineros
En 1426 el concejo de Morón emitió una ordenanza, pregonada en la Plaza
de San Miguel, que unificaba y normalizaba la actividad de los molineros y harineros.
Con ello se pretendía evitar los fraudes que se cometían por los molineros, obligán
doles entregar a sus clientes harina de buena calidad en relación con a las cargas de
trigo entregadas por los vecinos y, lo más importante, a un precio razonable. Para tal
fin se encomendó a los regidores de la villa el examen del trigo que se llevaba al molino
y la harina conseguida posteriormente108.
LV
2.6 Mercados
Al margen de las actividades mercantiles orientadas a satisfacer la demanda
diaria de la subsistencia y el abastecimiento, en Morón tenemos constatada la existen
cia también de otro tipo de activades mercantiles, no exclusivamente alimenticias,
como recoge el arancel del almojarifazgo de la villa de 1387 110 . No obstante, enl423
el concejo de Morón emitión un ordenamiento qeeu regulaba la actividad del
mercado. Con ello se pretendía evitar la acaparación indebida y la especulación de
"mercadurías". Por ello se ordenmó que ningún vecino ni morador de Morón podría
comprar ni vender nada "fasta pasado el tercer día". Este mercado, posiblemente
semanal, se realizaba en la Plaza de San Miguel y tenía un radio de acción comarcal 1 ' ] .
LVI
intereses y la producción local, vetando la salida de determinados alimentos, contro
lando los precios, etc. Morón de la Frontera no fue evidentemente una excepción.
Por el contrario, el concejo emitió una serie de ordenanzas al respecto centradas en
cuatro artículos básicos: el vino, la carne, la caza y, sobre todo, el pan.
* El vino
En 1408 el cabildo emitió una ordenanza por la que prohibía la entrada de vino "de
fuera parte a esta villa para vender nin para beuer", con la única intención de proteger
la cosecha local. Tan sólo escapará a esta medida el vino "que leuarenpara los castillos
fronteros" n^.
* La carne
El concejo de Morón disponía, por privilegio del maestre frey Ruy Díaz en
1372, de las rentas que proporcionaba la "carnicería del concejo"114. Se trataba de una
de las rentas más importantes de la hacienda municipal, y la carne un alimento de
primera necesidad como para permanecer al margen de la ordenación concejil. Por
lo que, tomando como referencia obligada las disposiciones de los maestres al
respecto, en 1415 el cabildo promulgó una ordenanza por la que obligaba a los
carniceros a no vender carne "que non viniese en sus pies byva a la dicha
carnesgería"n5. Con ello el concejo aseguraba el "monopolio" de su carnicería - tal
vez la única existente en Morón- donde estaba obligado sacrificar y despedazar el
ganado, como se contiene en los privilegios del maestre frey Martín Anes Barbudo
de 1385; "que ayan de aquí adelante... la carnesgería do tajen carne". Así mismo el
cabildo conseguiría también que todos los ganaderos que entrasen a pastar en término
de Morón estuviesen obligados a vender en la carnicería del concejo "la carne que
le ahondase" n6.
En 1425 el concejo emitiría otra ordenanza por la que obligaba a todos los
vecinos y moradores de Morón "a tomar carne parta la despedazar en la carnesgería,
salvo la que diere el carnisgero", por lo que recibía además ciertos derechos117.
* La caza
Lo mismo que la carne e intimamente relacionada con ella, la caza era otro de los
alimentos básicos en el abastecimiento diario a Morón de la Frontera. Ya en 1385 el maestre
frey Martín Anes Barbudo había emitido, a petición del propio concejo, una serie de
disposiciones que favorecían a sus vecinos y moradores en el aprovisionamiento de caza,
pues había prohibido vender fuera de Morón los conejos y las perdices capturados en
LVII
sun término 118 . Pero la caza no sólo era de conejos y perdices sino también de venados,
gamos, jabalíes, palomas, zorzales, perdigones, etc.
Por ello, la serie de ordenamientos municipales promulgados epor el concejo
desde 1408 a 1426 inciden en dos aspectos. En primer lugar, recordar a todos los
cazadores de Morón la prohibición de vender su caza fuera de villa, "porque estaua
ordenado que ningunos caqadores de aquí de Morón, vesinos e moradores desta villa
de Morón, que non matasen conejos para leuar a fuera parte"'19. Sin embargo, hasta
un total de cuatro ordenanzas -1421 (dos), 1425 y 1426- emitiría el cabildo recordando
a sus vecinos esta prohibición; señal evidente de que este mandamiento no debía
cumplirse con absoluta normalidad 120 .
El concejo se ocupó también de reglamentar el precio y establecer un lugar
determinado donde vender la caza en al villa. En este sentido, desde 1421 estaba
ordenado "que los cazadores sean obligados et tenudos de sacar la dicha caga a
vender en la plaga", pues se había vedado la venta en las casas particulares 121 .
En cuanto al precio de la caza este solía variar de un ordenamiento a otro según
cada coyuntura concreta. En los ordenamientos mujnicipales de 1408 y 1410 era el que
sigue:
* los conejos a 4 cornados
* una libra de venado a 4 cornados
* un par de perdigones a 2 mrs.
* una libra decarne de gamo o de jabalí, fresca como la de vaca, a 1 mrs. 1 2 2 .
En el ordenamiento de 1421 los precios eran algo superiores:
* conejos, lmr. cada uno
* un par de perdices, 4 mrs.
* un par de perdigones, 3 mrs.
* una docena de zorzales, 3 mrs.
* un par de palomas, 5 blancas 123 .
Esta ordenanza fue tomada como modelo repitiéndose en 1426 pues en ella se
recogían una serie de disposiciones contra la reventa de los regatones de Morón 124 .
* El pan y la saca del pan
Para consolidar y acrecentar el poblamiento y a la vez favorecer la riqueza
de sus habitantes, Morón de la Frontera disfrutaba, ya desde el sigloXIII, de una serie
de privilegios económicos y fiscales, otorgados por la Corona de Castilla y confirma-
(118) M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ: "Privilegios..." ob. cit., p. 9 ACM-I, f. 15v 28.4 [2].
(119) ACM-I, f. 70r [147].
(120) ACM-I, f. 69rv [146], 70r [147], f. 93v [191] y f. lOOr [197].
(121) ACM-I, f. 70r [147].
(122) ACM-I, f. 28r [39].
(123) ACM-I, f. 69rv [146].
(124) ACM-I, f. lOOr [197].
LVffl
dos por los maestres de Alcántara. El más importante se refiere, sin duda, a la
autorización que tenían sus vecinos de sacar libremente fuera de la villa la tercera
parte de la cosecha de cereal, la conocida "saca del pan" concedida el 1372 por el
maestre frey Ruy Diaz y confirmada por Enrique II en 1378 125 . Pero en 1378 el
concejo de Morón, consciente de la importancia de este privilegio, obtuvo del maestre
el control y la autorización de la "saca del pan", siendo además competencia del
mayordomo la entrega de las correspondientes licencias de saca o "albalaes" a los
labradores de Morón 126 .
Durante el siglo XV, según se comprueba en el Libro I de Actas Capitulares,
el concejo de Morón dictó varias ordenanzas que regulaban, modificaban y actuali
zaban el antiguo privilegio de la "saca del pan" conla única intención de controlar la
salida de cereales para asegurar, en épocas de guerra o carestías, el abastecimiento
de pan a la villa. Así pues, las ordenanzas emitidas al respecto se pueden agrupar para
su estudio en dos grandes bloques. En primer lugar aquellas que hacen referencia
directa a la "saca del cereales"; y, en segundo lugar, aquellas otras que se refieren
al pan como alimento básico de primera necesidad, a su producción, precio y venta
en la villa.
La saca del pan
En 1404 y en 1413 el cabildo de Morón pregonó en la Plaza de San Miguel la
prohibición de sacar pan para vender fuera de la villa, especialmente en los mercados
sevillanos y lugares próximos 127 . Se trataba, evidentemente, de una notable violación
del tradicional privilegio de la "saca del pan". Incluso se obligó a los alcaldes del
concejo a controlar las cargas de trigo y cebada que salían fuera de la villa para su
molienda para evitar el "enganno e la mala enteníón", encomendando al mayordomo
y a los escribanos actuar como " guardas para guardar la saca del dicho pan"128. Ahora
bien, ¿por qué esta vulneración de un privilegio tradicional de los vecinos de Morón?
Una posible respuesta se encuentra, desde luego, en la condición fronteriza de la
villa, marcada por una débil producción cerealista, según los datos conocidos y
estudiados por M. A. Laredo Quesada y M. González Jiménez 129 . Pero también se
puede explicar por la existencia de una serie de años malos desde 1413 a 1415 como
bien recogen las Actas Capitulares del mes de enero de 1414 al referir que "este anno
es asy afortunado por la grand mengua de pan"130. Todo ello determinó que el
LK
aprovisionamiento de trigo en Morón, como en otras localidades de la Frontera,
dependiera casi exclusivamente de su propia producción y de los escasos excedentes
de granos de otros pueblos de la comarca: Ecija y Marchena 131 .
No obstante, no conseguiría retener el concejo de Morón esta veda por mucho
tiempo. La mayoría de los vecinos eran partidarios de la "saca del pan"; lo que
incrementaría sus ingresos, habida cuenta de "que en toda esta Andaluzía es grand
la mengua de pan, et es vedado en todas las qibdades e villas e lugares desta Frontera
que non saquen ni lyeuen pan alguno a otras partes a vender" Por lo que emitió una
nueva ordenanza al que permitía a los vecinos de Morón sacar la mitad de la tercia
parte de cereal a la que tenían derecho 132 . De esta manera el cabildo aseguraba el
abastecimientode pan al. tiempo que ofrecía a los labradores una nueva posibilidad
"para proueymiento de sus labores e faziendas". Una vez más el mayordomo se
encargaría de controlar la salida del pan de Morón mediante la entrega de las
correspondientes licencias.
Sin embargo, el cabildo de Morón era consciente de que actuaba "poniéndose
so la merced del dicho sennor maestre" y, tal vez por ello, para evitar quejas y tumultos,
decretó en julio de 1442 una nueva ordenanza por la que autorizaba a todos los
labradores a sacar "la tercia parte del pan que cogieren", siempre que presentasen
la correpondiente licencia de saca del mayordomo del concejo 133 .
Pero incluso el "albalá" del mayordodmo podía afectar o dañar los intereses
de los vecinos de Morón al retrasar la llegada de su cereal a los mercados necesitados
una vez abastecidos con pan de otros lugares. Por lo que en agosto de 1442, recogía
una abundante cosecha de cereal, el cabildo, presionado por los labradodres de
Morón, emitió una nueva ordenanza por la que les autorizaba a sacar "por cada yunta
de bueyes con la que labren un cafis de pan para reparo de sus labores", sin la licencia
del mayordomo del concejo 134 . Por último, en noviembre del mismo año, una nueva
ordenanza obligaba al mayordomo del concejo y también al alguacil a realizar
juramento "para que guardasen la dicha ordenanga de la saca del pan", sin fraude ni
cohecho 1 3 5 .
Todas estas ordenanzas municipales emitidas en 1422 quedarían definitivamente
redactadas enl423 bajo el título de "Ordenanza de la saca del pan de Morón" 136 .
LX
El privilegio de la saca del pan autorizaba a los vecinos de Morón la salida de
cereales; pero, en cambio, estaba severamente castigada la venta fuera de la villa de
"pan cocho" o "pan cosydo", así como la intervención de revendedores y regatones
en el proceso137.
El pan
Relacionada con la "saca del pan" aparece la serie de ordenamientos munici
pales destinados a satisfacer el abastecimiento de pan en la villa de Morón, cuya
competencia corría a cargo del concejo como hemos visto más arriba. Efectivamente,
en 1413, año de gran escasez de pan en toda la Frontera, el cabildo de Morón emitió
un conjunto de disposiciones en varios sentidos: prohibió a las panaderas de la villa
vender "pan cocho" fuera de Morón, bajo severísimas penas138, procuró harina para
hacer pan, "por quanto non había pan cocho en la plaga para que pudiese ser el pueblo
proueydo", bien entregando a las panaderas la propia del concejo, bien confiscando
los excedentes de ciertos vecinos poderosos. Y se llegó incluso a contratar a
"panaderas públicas" para que, en nombre del concejo, "fuesen proueydas de pan
para que amasen por sus dineros, segund que el dicho concejo mandase". Por
supuesto, estas intervenciones llegaban hasta fijar el salario que las panaderas debían
recibir por la elboracion de pan con trigo público: 40 mrs. por cada fanega de trigo
panificado. Por último, el concejo obligó a que el "pan del concejo" así amasado saliese
"todo a la plaga de vna vez".
En su conjunto, se trataba de una serie de disposiciones populares destinadas
a callar los furores de los vecinos más necesitados de la villa, "por quanto el pueblo
se quexaua que non ay pan cozido en la plaga"139. Incluso en 1422 el cabildo ordenó
al alguacil y al mayordomo confiscar, en años de escasez y carestías, el trigo a los
regatones que comprasen pan para venderlo fuera de la villa y entregarlo a los
vecinos "que más lo ouieren de menester para su mantenimiento"140.
2.9 Esparto
El llamado "diezmo del esparto" era una renta tradicional de la hacienda
concejil desde que en 1372 fuera donada a Morón por el maestre frey Ruy Díaz141.
Se trataba de una renta de escasa cuantía. Pero haciendo valer el privilegio del
maestre, en 1404 el cabildo de Morón pregonó en la Plaza de San Miguel una
ordenanza por la que prohibía a los vecinos y moradores de la villa la siega del esparto
fuera del término de la misma142. Se trataba de una disposición que, en teoría, iba
LXI
destinada a acrecentar la modesta hacienda municipal. Sin embargo, no debió tener
el éxito deseado como lo demuestra el escaso beneficio del "diezmo del esparto" del
año 1424 143 .
2.10 Colmenas
La hacienda municipal moronense se nutría también de la llamada "renta de las
colmenas", cuya naturaleza recoge en parte el arancel del almojarifazgoo aprobado
por el comendador Pedro López de Morales en 1387 144 . Como la anterior, se trataba
de una renta modesta que en 1424 rentó tan sólo 35 mrs. Las ordenanzas municipales
sobre colmenas emitidas por el cabildo en 1403 y 1423 se limitan a ratificar la ubicación
de las "majadas" en un "coto adentro", "por quanto está defendido en el alansel del
congejo que non estén desta parte del río"145. Desconocemos a qué arancel de las
colmenas hace referncia esta ordenanza; en cambio, intuímos que en el mismo debía
indicarse "conmo e en que manera deuen de tener las dichas colmenas" los vecinos
de Morón.
2.11 Veredas, cañadas y caminos
El predominio de las actividades ganaderas en la economía moronense impulsó
al cabildo a decretar una serie de ordenamientos municipales donde se especifican
los lugares de tránsito para un abundante ganado menor - cabras, puercos, ovejas,
carneros, etc.- que diariamente entraba o salía deltérmino de Morón en busca de
pastos. Se intentaba proteger los sembrados, pero también las veredas y cañadas
tradicionales, que pasaban cerca de las dehesas boyales y los eriazos de yeguas y
caballos. En este sentido debemos entender la ordenanza pregonada en 1411 por la
que el concejo amojonaba una nueva cañada para entrada y salida en el término del
ganado menor por el llamado Lomo de las Caleras, Fuente de Yunqueros, Los
Arenales y Cabeza Hinojosa 146 . La más importante de estas veredas municipales fue
la amojonada en una ordenanza de 1425 para los ganados de los vecinos de Morón
"veyendo que el pueblo cresta en bien e en faziendas", pues se trataba de una amplia
cañada que iba por el viejo camino de Utrera y Benamequís, aunque lo más alejada
posible de las dehesas boyales. El concejo obligó a los labradores, bajo severas multas,
a no arar ni sembrar la nueva cañada, "que sea todo suelto, que non se syembre", y
a los ganaderos de Morón a su forzosa utilización 147 .
Pero no sólo se habilitaron cañadas y veredas para el ganado. También el
LXII
concejo abrió caminos nuevos para el tránsito de personas y mercancías. En efecto,m
una ordenanza de 1425 obligaba a los oficiales municipales a mantener "llano" el
nuevo camino de Benamequís que pasaba por el cementerio de Santa María 148
Lxm
2.13 Abrevaderos
La dedicación preferentemente ganadera de Morón provocaría frecuentes
altercados entre ganaderos y labradores de la villa; en la "guarda de los sembrados",
en el tránsito por las nuevas cañadas y, sobre todo, en el derecho que todos tenían
al disfrute de los pozos de la villa para regadíos y abrevaderos. La mediación del
concejo, tal vez controlado por los propietarios de rebaños locales, se inclinó en la
mayoría de los casos a favor de los intereses ganaderos de la villa. De modo que los
ordenamientos municipales emitidos al respecto aseguraron a los ganados de Morón
el "monopolio" de un serie de abrevaderos:
* El Pozo del Rosalejo: dos ordenanzas de 1410 obligaron a los campesinos
a "desempachar" /as aguas del pozo y a levantar todo "lo cochechado en derredor",
permitiendo a los ganados de los vecinos de Morón entrar libremente a beber154.
* El Pozo de Sahusadilla: una ordenanza de 1415 permitiría beber a los
ganados de Morón de día, y autorizaría a los campesinos de la villa a regar sus tierras
de noche, una vez "los ganados ydos e partidos de la dicha agua a donde an de
dormir"155.
* El Pozo de Corcovado y la Fuente de Espartero: tenían idéntico
ordenamiento.
* La Madre Vieja: una ordenanza de 1415 obligaba a los oficiales municipales
a mantener limpia sus aguas, "en tal manera que la dicha agua vaya por lugar del arroyo
onde solya ir, que es la Madre Vieja", para el abastecimiento de agua potable a
Morón156.
* El Pozo de Sevilla: una ordenanza de 1415 y otra de 1425 obligaba a
mantener limpio el pozo y sus aguas dulces para uso de los ganados y también de los
vecinos de Morón157.
LXIV
3. CONCLUSIÓN
Los ordenamientos y mandamientos municipales contenidos en el Libro I de
Actas Capitulares de Morón evidencian, como hemos podido constatar, el creciente
interés del concejo, de los oficiales y hombres buenos, por controlar y regular las
múltiples y variadas facetas de la vida local, especialmente las actividades económicas.
En las actividades económicas urbanas el cabildo municipal manifiesta una notable
preocupación por el grave problema del abastecimiento diario a los vecinos de
Morón. Este asunto se acrecienta el los artículos básicos de la supervivencia cotidiana
en la Frontera; el vino, la carne, la caza y sobre todo lel pan, protegiendo la
producción local. Pero también intenta instalar en la villa aquellas profesiones
necesarias para el normal desarrollo de un poblamiento que, al menos en teoría, se
presupone difícil; zapateros, herreros, etc. En las actividades económicas rurales el
concejo presenta, en cambio, una orientación básicamente ganadera, común, por otra
parte, a otros muchos municipios fronterizos. Así se explicaría la atención prestada al
ganado lugareño, a las veredas y cañadas, a los abrevaderos y a los lugares comunes
de pastos, especialmente para los caballos de la villa, tan necesarios en la defensa
diaria de la frontera, tan imprescindibles para conservar el estatus social privilegiado
de la alicaída "caballería popular", para los hombres buenos que controlaban la
gestión municipal.
Todo esto y mucho más se contiene en los ordenamientos municipales
moronenses. En ellos se aprecia la viva inquietud del concejo por mantener el orden
interno y la seguridad externa en una frontera vacilante; controlar los precios, para
evitar carestías en una tierra ya de por si cara; mantener sus privilegios tradicionales
ante los señores y apuntalar su modesta hacienda; acrecentar un poblamiento, cuando
menos arriesgado; hacerse presente, en fin, en la vida cotidiana de los vecinos de
Morón de la Frontera.
LXV
MORÓN, UNA VILLA DE FRONTERA
LXVII
las Actas no registran durante dicho tiempo ningún solo incidente fronterizo. Más aún:
apenas si se hace mención alguna a la guerra en sí, ni a la participación de los de Morón
en la misma y, especialmente, en conquistas tales como las de Pruna, Zahara y
Antequera. La única referencia es una carta del infante don Fernando declarando
haber armado de su mano "caballero de espuela dorada" a Sancho Fernández de
Villalón, alférez de la encomienda de Morón, como premio por haber sido, junto con
otros de Morón, el primero en escalar las murallas de Antequera158.
Esta ausencia casi absoluta de noticias referentes a la guerra parece indicar dos
cosas: En primer término, que la guerra escapó al control municipal, y que los
llamamientos, recluta y abastecimiento fueron organizados directamente por la Orden
de Alcántara a través del propio maestre o del comendador. A lo más que llegó la
intervención del concejo en los asuntos relacionados con la guerra fue a recaudar
dinero entre los vecinos para satisfacer los sueldos de los hombres de armas
reclutados en la villa o en su término159. Y, en segundo lugar, que, por contradictorio
que pueda parecer, había mayor seguridad en la frontera que en tiempo de guerra
que durante los períodos de treguas o paces. Y es que, efectivamente, una cosa eran
los tratados de paz y tregua solemnemente firmados entre los dos Estados, y otra muy
distinta era su cumplimiento por los hombres y comunidades situados a ambos lados
de la línea fronteriza.
A este respecto conviene recordar las inolvidables páginas, llenas de gran
fuerza descriptiva y de extraordinaria belleza literaria, que dedicara al tema el prof.
Carriazo. De forma acertada definió la tensión permanente que caracterizaba la vida
de la frontera durante los períodos de treguas como de "guerra atenuada y
vergonzante" o de "guerra menor, vergonzante y localizada"160. Y es que las treguas
estaban jalonadas de incidentes de mayor o menor gravedad, nunca resueltos de
forma satisfactoria, a pesar de la existencia de instituciones llamadas precisamente a
velar por el mantenimiento de la paz y la seguridad en la frontera, que iban dejando
entre moros y cristianos un poso de odios y resentimientos acumulados a través de
generaciones. Podía haber amistad y entendimiento entre los caudillos y caballeros
de uno y otro bando. Pero las poblaciones fronteras, ajenas por completo a las
prácticas caballerescas y que además soportaban en sus propias carnes la dureza de
su condición fronteriza, actuaban de forma más primitiva y, por supuesto, mezquina.
Por ello, los golpes de mano, la depredación sistemática del enemigo, como medio de
vida, las represalias fueron en todo tiempo lo que dio su tono a la vida en la frontera.
A este respecto el prof. Carriazo escribió que la paz y la guerra "no son asuntos
de Estado, que incumban a los gobernantes", sino que, por el contrario, "son negocios
Lxvm
particulares de cada fronterizo, que los resuelve conforme a sus intereses privados
y a su libérrima determinación, sin tener para nada en cuenta la situación general ni
los acuerdos de los príncipes. Cada uno hace su guerra y su paz, a su antojo..."161. Esta
visión de la realidad fronteriza es básicamente cierta o, al menos, así aparece
confirmada por la documentación de ciertas localidades como Jaén y la propia Morón.
Otros estudiosos del hecho fronterizo han preferido llamar la atención sobre las
relaciones pacíficas de buena vecindad entre las poblaciones situadas a ambos lado
de la frontera, relaciones que sólo se interrumpen esporádicamente con ocasión de
las guerras oficiales. Manuel Acién ha hablado de las relaciones cordiales entre
róndenos y jerezanos, hasta el punto de que aquéllos en 1455 llegaron a comprome
terse a avisar a éstos en el caso de que el rey de Granada reuniese tropas "parafazer
danno en tierra de christianos"; o de los acuerdos para la explotación de los pastizales
de Casares, frecuentados por los ganados de las villas cristianas de la zona 162 . El
cuadro basado en hechos reales, no deja, a mi entender, de ser deliberadamente
idílico, ya que pasa por alto el hecho fundamental de la violencia permanente que se
soportaba a lo largo de toda la frontera.
Una visión más ajustada a la realidad nos obligaría a hablar de la existencia de
un doble juego o, si se prefiere, de la utilización habitual de un doble lenguaje en las
relaciones fronterizas: el de la violencia y el de la negociación. El primero, más
espectacular y básico, echaba sus raíces en la existencia misma de una frontera estable,
que limitaba el aprovechamiento de las posibilidades agrícolas del territorio — la
desaparición de la frontera significó a fines del siglo XV el relanzamiento de la
población interior 163 — y favorecía, como contrapartida, el desarrollo de una econo
mía depredatoria, que se justificaba dentro de una política de debilitamiento sistemá
tico del enemigo. Este lenguaje, por su propia naturaleza, exigía dejar siempre abierta
la vía de la negociación; obligaba a no llegar nunca a situaciones límite y a no otorgar
nunca carácter oficial a la violencia circunstanciada practicada por los fronteros, ya
se trate de alcaides o de grupos que actúan de forma más o menos incontrolada. De
aquí el interés, a uno y a otro lado de la frontera, por el respeto de ciertas normas y
(161) J de M. CARRIAZO Y ARROQUIA: "Un alcalde entre los cristianos y los moros
en la frontera de Granada", reeditado en el vol. I del Homenaje que, con motivo de su
jubilación, publicara la Universidad de Sevilla bajo el título En la frontera de Granada,
Sevilla, 1973, p. 139.
(162) M. ACIEN ALMANSA: Ronda y su Serranía en tiempo de los Reyes Católicos.
Málaga, 1979, pp. 133-139.
(163) A. COLLANTES DE TERÁN SÁNCHEZ: "Nuevas poblaciones del siglo XV en
el reino de Sevilla", Cuadernos de Historia, 7, (1977). El fenómeno se observa con toda
claridad en la parte meridional del término de Jaén, donde, entre las que se cuentan Mancha
Real, Los Villares, Valpeñas y Campillo de Arenas. J. MARTÍNEZ DE MAZAS: Retrato
al natural de la ciudad y término de Jaén, Jaén, 1794 (reed. facsímil, Barcelona, 1978),
apéndice VI, pp. 512-518.
Lxrx
por el mantenimiento de ciertas instituciones, como alcaldes o jueces entre moros y
cristianos, o los fieles del rastro que señalaban, como su propio nombre indica,
dónde finalizaba el rastro de determinada incursión, al objeto de responsabilizar a
los habitantes de dicho territorio de satisfacer a la parte afectada. Alonso de Palencia,
buen conocedor de la frontera, describió perfectamente esta realidad:
"A los moros y cristianos de esta región, por inveteradas leyes de la guerra,
les es permitido tomar represalias de cualquier violencia cometida por el
contrario, siempre que los adalides no ostenten insignias bélicas, que no
convoquen a la hueste a son de trompeta y que no armen tiendas, sino que
todo se haga tumultuaria y repentinamente" 164 .
(164) Crónica de Enrique IV, ed. y traducción de A. PAZ Y MELIA, Madrid, 1975. BAE.
CCLXVII, p. 88.
(165) M. A. LADERO QUESADA: Granada Historia de un país islámico (1232-1571).
Madrid, 1979, p. 130.
(166) F. COLLANTES DE TERÁN Y DELORME: Inventario de los Papeles de
Mayordomazgo del siglo XV. Sevilla, 1980, II, p. 136, nfi 159.
LXX
En los años anteriores a 1405 la mayor parte de los ataques provienen de los pueblos
musulmanes próximos, como Zahara y Pruna, o, al menos, en ellos concluyó el rastro
seguido por los de Morón. Los incidentes de 1415 parecen haber sido organizados
desde la propia Ronda o de cualquier otra localidad rondeña próxima a la frontera
como Setenil, si bien el rastro sólo puedo seguirse en uno de los casos hasta la aldea
de Abdita o Audita, situada a una legua de Zahara.
Generalmente los ataques fueron protagonizados por pequeños grupos de
moros (entre seis y diez), y, más excepcionalmente, por destacamentos de veinte a
treinta personas, llegando en una ocasión a superar el centenar. En la mayoría de los
casos se trataba de grupos formados espontáneamente, con la única finalidad de robar
y saquear el territorio cristiano. Los asaltos se producen, como es lógico, en pleno
campo, lejos de Morón y en parajes de montaña, como la Nava de la Higuera, el castillo
de Cote, el Puerto de Montegil o la Nava de Menín, y al amanecer, lo que indica que
los moros se había introducido al amparo de la noche, colocándose en celada en un
lugar adecuado. Las víctimas de los ataques suelen ser cazadores, algún caminante
desprevenido, como Diego Martínez de Oris, alcaide de Cote, arrieros y, especial
mente pastores y ganaderos. Ello permite afirmar que el principal objetivo de las
entradas de los moros era robar ganado: ovejas, vacas, bueyes, bestias de carga y
yeguas.
Es ciertamente curioso que al describirse la entrada producida el 6 de junio de
1403 y el robo de los ganados de Martín Sánchez de Guadalajara se indique que, tras
robarle las yeguas que traía con sus vacas, le matasen cinco puercos. En un caso el
robo fue de cierta entidad, como sucedió en diciembre de 1404, cuando 20 ó 30 moros
de Ronda se apoderaron en Montegil del hato del Comendador Mayor, en el que
había unas 150 vacas. En siete de los once casos que las Actas refieren con cierto
detalle se produjeron muertes y cautiverio de cristianos.
De todos estos incidentes, el mejor documentado, sin duda, fue el que tuvo
lugar a fines de diciembre de 1404. Según las Actas, el día 21 "entraron moros de
Zahara, de pie e de cauallo, a término de Morón, e corrieron el campo de la Gironda,
e al Coronil, e robaron los bueyes e las vacas que fallaron". En esta ocasión la entrada
de los moros penetró hasta el campo de Utrera, según nos informa la documentación
sevillana167. Al regresar a territorio granadino, llevando consigo los hatos de vacas
y bueyes robados en la comarca, fueron sorprendidos por tropas de Morón y las del
Comendador Mayor y del comendador de Lares y de otros que se les habían unido,
como el caballero sevillano Fernán Arias de Saavedra, alcaide del castillo de Utrera,
en el río Guadalete. El relato que de este hecho de armas hacen las Actas Capitulares
de Morón es muy expresivo, a pesar de su concisión:
LXXI
moros que leuauan la presa, e tomárongela e pelearon con ellas encyma del
Puerto d'Orillo, e mataron fasta ochenta o nouenta moros. E mataron ay a
Pero Gongález, alhageme, vesino de Morón, e firieron a otros"168.
Esta fue la única ocasión, junto con la cabalgada de fines de 1424, en que los
de Morón fueron capaces de reaccionar a tiempo y alcanzar a su regreso a los moros.
En el segundo de los casos las Actas hacen referencia a la derrota y muerte de los
moros que habían entrado en tierra de Morón, y, de forma indirecta, al reparto de los
despojos de los vencidos169. En los demás casos, tal vez por lo repentino de la entrada
y a pesar de la persecución y seguimiento del rastro, en lo que participan las
autoridades de la villa, numerosos vecinos y, en ocasiones, hasta los mismos comen
dadores, no se consigue recuperar lo robado ni tan siguiera tomar contacto con los
atacantes.
La fuente que sirve de base a estas notas es extraordinariamente parca en
noticias referentes a cabalgadas organizadas contra tierra de moros. En 1414, siendo
alcaide de Morón Juan García Várelo "se hizo grande entrada en tierra de moros, de
que trajo a esta villa gran presa"170. Hubo otra en diciembre de 1424 contra la tierra
de Ronda, organizada por el comendador de Morón y de Cote don Fernando de
León, de la que se obtuvo gran cantidad de "ganado vacuno e ouejuno e cabruno e
bestias e otras cosas"'I71. Al parecer, antes de que se produjese el acostumbrado
reparto del botín y se dedujese el quinto que correspondía a la corona, el producto
de la cabalgada fue robado por vecinos de Morón y del Arahal. Ello exigió la
intervención de Fernán Gutiérrez de Sandoval, alcalde mayor entre cristianos y
moros del arzobispado de Sevilla y del obispado de Cádiz, quien ordenó la apertura
de una investigación para poner las cosas en claro.
A propósito de las cabalgadas hay que hacer alusión a un interesante privilegio
concedido a Morón por el maestre de Alcántara en el que, además de conceder al
concejo autorización para tener sus propios guardas que defendiesen el término
contra los ataques de los moros, le otorgó, para compensar de alguna forma el daño
que recibían de los granadinos, el diezmo "de todos los moros e cauallos e ganados
e otras cosas... que fueren sacados de tierra de moros..., asy las caualgadas que
sacaren los comendadores e alcaydes como almogáuares de cauallo e de pie, asy en
guerra commo en pas..."172. Al propio tiempo ordenó que nadie, excepto "el alcalde
LXXH
de lo morisco" se entrometiese a averiguar lo que se traía de la cabalgada.
La condición fronteriza de Morón — como de tantas otras localidades andaluzas
situadas en las proximidades de la frontera granadina — marcó profundamente el tono
de la vida económica y determinó un cierto predominio de la ganadería y de otras
actividades sobre las específicamente agrícolas, como ya hemos tenidos ocasión de
señalar. Este hecho se comprueba de manera clara a través de los datos conocidos de
la producción de cereales. En efecto, comparando las cifras de producción de Morón
(la villa, más Arahal y Cote) con las de otra localidad cercana, como Marchena, resulta
lo siguiente:
Año MORÓN % total MARCHENA % total
Lxxm
Y junto con la ganadería el aprovechamiento de la riqueza natural y cinegética
del término: madera, carbón, alcaparras, esparto, colmenas y, sobre todo, caza. El
cuaderno de almojarifazgo de 1387, y las propias Actas Capitulares abundan en
noticias referentes a la riqueza cinegética de Morón: aves (perdices, palomas y
zorzales), liebres y conejos y caza mayor (venados — ciervos, corzos y gamos — y
jabalíes), entre las especies comestibles; ginetas, garduñas, zorros, gatos monteses e,
incluso, nutrias, entre las alimañas cazadas por su piel.
Morón no fue, que sepamos, uno de los puertos a través de los cuales se
realizaba el tráfico comercial con Granada en tiempo de treguas. Pero consta, sin
embargo, que se efectuaba un comercio normal, sometido a los controles habituales,
y es más que probable que, como en otros muchos enclaves fronterizos, se practicase
en la localidad un comercio clandestino, del que, naturalmente, no se hacen eco las
fuentes conocidas.
El cuaderno del almojarifazgo antes aludido y comentado nos habla, efectiva
mente, de este tráfico comercial normalizado, que debía producir ciertos beneficios
económicos a la Orden de Alcántara o a sus comendadores. Así, a propósito de la venta
de bestias a moros, se afirma que éstos debían pagar el diezmo y medio diezmo
de lo morisco, impuesto que, como se sabe, gravaba habitualmente todas las
transacciones del reino granadino.
¿ Qué productos constituían la base de este comercio fronterizo ? Hacia
Granada irían principalmente productos alimenticios y ganado. Pero también Morón
era lugar por donde se rescataban cautivos moros, que pagaban en concepto de
pasada 6 mrs. Más noticias existen de los productos que llegaban a Morón proceden
tes de Granada. El arancel de almojarifazgo reseña, como probables productos de
origen granadino, los siguientes: especias (pimienta, azafrán, gengibre, canela,
alcarabea); seda; colorantes (añil), y otros productos alimenticios y medicinales, como
higos, pasas y azúcar 173 . Sin duda también debían traerse de Granada telas y paños.
Las referencias a la importación de paños, especialmente de seda, nos permite
aludir, por último, a las influencias culturales granadinas en Morón. Se trata — y creo
que no es del todo ocioso hacer esta observación — de un influjo que en nada modifica
el carácter occidental y cristiano de la civilización de las localidades fronterizas. Pero,
dicho esto, debemos también afirmar que los fronterizos no sólo aceptaron como de
uso corriente ciertos elementos de la cultura material islámica, sino que manifestaron
una especial fascinación y aprecio por determinados productos de la artesanía
granadina. Ello resulta evidente al leer en las Actas Capitulares de Morón los
inventarios de ornamentos de las iglesias de la villa. En el de 1413 y en otros posteriores
(173) Tanto la seda como las pasas figuran en el arancel por el cual en 1476 se cobraba
en Alcalá la Real diezmo y medio diezmo de lo morisco. Actas Capitulares de Jaén,
año 1476, f. 38v.
LXXIV
se registran almaizares de seda; coranas moriscas con orillas de seda; alhofijas
moriscas con orillas coloradas; sábanas moriscas; alfardas de seda moriscas;
cortadas de seda moriscas; tocas moriscas, "en que lieuan el Cuerpo de Dios
a los enfermos", y, por último, alfaremes moriscos, ..que lieua el clérigo quando
va a comulgar"174.
(174) Ver, entre otros inventarios de los bienes de las iglesias de Morón, los que figuran
en los folios 42v, 53rv, 59rv y 82r de las actas.
LXXV
ANEXOS
ANEXO
GAMO/A, XVI.
GANADOS, LI.
GENGIBRE, XXVIII.
GRANA, XXVII.
GREDA, XXVffl.
GRIALES, XXXVII.
HIERRO, XXVIII.
HIGOS, XXVffl.
HORNOS DE LADRILLO, XXII, XXIII.
DEVEDRÍO.XXIV.
HUCHAS, XXXVII.
JABALÍES, XVI.
JABÓN, XXXVIII.
JUDÍOS, XXXIV.
LADRILLOS, XXII.
LANA, XXVI, XXXffl, XXXV.
LECHOS, x x x v n .
LEGUMBRE, I, II, III.
LIENZOS, XXXV.
LINO, XXVI, XXXffl.
LXXX
MOROS, XI, XXXIV, XL, XLH, LI.
MORTEROS, XXXVII.
MULO/A, XL.
NUECES, XXXV.
OLLAS.XXn.
0R0suz,xxvm.
OVEJAS, XIII, XVI, XL.
PALOMAS, XXXVI.
PAÑOS, XXXV, XXXIX.
PASAS, xxvm.
PAXARAS, XXXVI.
PESO DEL CONCEJO, XXV.
PIEL DE CERVAL GATUNO/ DE CONEJO/ DE GARDUÑA/ DE GATO DE FUEGO/ DE GATO
MONTES/ DE GINETA/ DE LIEBRE/ DE NUTRIA/ DE ZORRA, XXIX.
PIMIENTA, XXVHI.
PIÑONES, XXXV.
POTROS, XL.
PUERCOS, XII, XIII, XIV, XV, XVI, XL.
PUERTAS, XXXVH.
QUESO, XXVII, XXXV.
REDOMAS, XXIV.
TABLAS, XXXVD.
TAJADORES, XXXVII.
TARTALOS/AS.XLJX
TEJAS, XXII.
TINAJAS, XXH.
TRIGO, I, II, III,
UNTO, XXVUJ.
YEGUAS, XL.
ZORZALES, XXXVI.
LXXXI
SESIONES DEL CABILDO (1403-1425)
Lxxxn
1414 15-1 Ordenanzas de ganados
28-1 Sobre lobos
1415 11-11 Cuentas de los mayordomos
25-IV Ordenanza sobre zapatería
29-VI Cuenta del mayordomo de las iglesias
8-VII Ordenanza sobre pozos
16-VIII Ordenanza sobre pozos
18-VIII Ordenanza sobre pozos
25-VIII Sobre ganados
1416 23-1 Cuentas de los mayordomos
1-V Ordenanzas de eriazos
1417 12-1 Cuentas de los mayordomos
1418 27-n Cuenta del mayordomo del concejo
2-III Cuenta del mayordomo de las iglesias
1420 22-1 Cuenta del mayordomo del concejo
23-1 Cuenta del mayordomo de las iglesias
29-1 Cuenta del molino del concejo
18-XI Ordenanza sobre ganados y caza
1421 30-1 Cuentas de los mayordomos y jurados
14-IV Ordenanza sobre prados
25-VIII Autorización de saca de pan
9-XI Ordenanza de la caza
21-XII Ordenanza de la caza
1422 13-1 Cuentas de los mayordomos
26-VII Sobre la saca de pan
9-VIII Sobre lo mismo
1423 1-1 Ordenanzas de colmenas
28-1 Cuentas de los mayordomos
8-VIII Autorización de la saca del pan
1424 8-II Cuenta del mayordomo del concejo
11-11 Cuenta del mayordomo de las iglesias
1425 8-1 Cuenta del mayordomo de las iglesias
30-1 Cuenta del mayordomo del concejo
4-III Juicio sobre medidas falsas
18-111 Arrendamientos de la carnicería
1-IV Juicio sobre un abrevadero
3-rv Sobre lo mismo
3-V Acuerdo de hacer un pilar en la plaza
25-VII Acuerdo con el sacristán de la villa
LXXXHI
ORDENAMIENTOS MUNICIPALES CONTENIDOS EN EL LIBRO I
DE ACTAS CAPITULARES, (1402-1426)
LXXXTV
FECHA RESUMEN DEL CONTENIDO REFERENCIA
LXXXV
IV*- l«t> t/TT* THiVCií 1 H. w " * *.»*,<■** * - • ■ - » i >»■• ÍA- p i í i y v v . i v | i ' '■
c
II
LOS DOCUMENTOS CAPITULARES
DE MORÓN Y LA HISTORIA
DEL ANDALUZ
LXXXK
el estado en que ahora se encuentra en apenas un siglo o siglo y medio 1 . Pero lo más
grave de todo es que semejante negación de una razonable antigüedad para las hablas
andaluzas se plantee sin aval documental de ninguna clase, pues a los que tal actitud
antihistórica adoptan, su personal convencimiento les exime de acudir a los archivos,
o eso es lo que parece.
(1) Tampoco establecen una cronología precisa los debeladores de la historia del
andaluz, ni por el extremo de la modernidad que desde su punto de vista tiene, ni, esto es
mucho menos, atendiendo coherentemente al conjunto de los rasgos fonéticos
caracterizadores de las hablas meridionales, que nadie ha tratado diacrónicamente en su
totalidad. A lo sumo se llega admitir que los comienzos evolutivos de la /-s/ implosiva se
notan sólo desde finales del XVIII, o que algo similar se advierte con respecto al yeísmo.
Y si tan escasa luces alumbran la diacronía del fonetismo andaluz, excepción hecha, y ello
únicamente como cuestión de grado, del fenómeno del seseo -ceceo, la más espesa
obscuridad cubre celosamente la formación de su léxico de tipificación regional.
(2) Seguro estoy de que estas afirmaciones mías asombrarán a más de un historiador
de cuestiones ajenas al lenguaje; pero sucede que para ciertos lingüistas y filólogos la
ciencia que cultivan ha de ser especial en todo, incluso en su presunción metodológica de
hacer consideraciones históricas, ignorando olímpicamente la existencia de fuentes
escritas.
(3) He sugerido la multiplicidad de interés científicos que el estudio diacrónico de las
hablas andaluzas encierra en "Historia del andaluz: problemática y perspectivas", El habla
andaluza, Sevilla, Ilustre Colegio Oficial de Doctores y Licenciados, 1985, pp. 63-73, y en
"Viejos y nuevos dialectos en la evolución lingüística: el caso del andaluz", Actas del XVIII
Congreso Internacional de Lingüística y de Filología Románicas, Tréveris, 1986 (en
prensa).
XC
de adquirir. En este sentido, indudablemente habrá de ser de enorme utilidad para
los hispanistas en general y para los historiadores del español en particular tener a
su disposición el corpus medieval de Morón de la Frontera editado por iniciativa del
medievalista de la Universidad hispalense, Dr. González Jiménez 5 , a quien debo la
oportunidad de participar en un trabajo interdisciplinario por desgracia poco frecuen
te en nuestro país 6 .
(4) Los trabajos en los que de manera más monográfica me he ocupado hasta ahora del
andaluz en su vertiente histórica son: "Materiales para la historia de la aspiración de la /-s/
implosiva en las hablas andaluzas", Lingüística española actual, 5, 1983, pp. 153-171; "La
fonética del español meridional y sus fuentes históricas", Miscel. lánia Sanchis Guarner, Tomo
II, Valencia, 1984, pp. 131-137; "El seseo entre Andalucía y América", Revista de Filología
Española (en prensa); "¿Sólo grietas en el edificio del reajuste fonológico?", Lingüística
Española Actual (en prensa); "El cambio de ge lo a se lo en testimonios andaluces", Anuario
de Lingüística Hispánica (en prensa), junto a algunos más que se citarán en nota correspon
diente al apartado quinto de este estudio y sin contar con otros estudios en los que he venido
aportando datos concernientes a la historia del andaluz.
(5) Al extraordinario valor puramente histórico del corpus que mencionaré como ACM
(Actas Capitulares de Morón) se refería ya su editor, M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ, en
"Privilegios de los Maestres de Alcántara a Morón de la Frontera", Archivo Hispalense,
214, 1987, pp. 3-46. De nuevo y más monográficamente se ocupa de ello en este mismo
volumen, quedando a cargo de otra especialista los aspectos materiales y paleográficos del
documento.
(6) Desde luego es una pena que historiadores y filólogos caminemos tan separados;
sobre todo ahora, cuando la formación universitaria de los unos y de los otros corre sendas
dispares, se hace más necesaria que nunca la colaboración, afortunadamente iniciada entre
unos pocos Departamentos de la Universidad de Sevilla. Más esa cooperación interdisciplinaria
tampoco ha de restringirse a estas dos parcelas del saber, histórico y filológico, como
modestamente prueban JUAN A. FRAGO GRACIA Y JOSÉ A. GARCÍA-DIEGO en Un autor
aragonés para "los veintiún libros de los ingenios y de las máquinas", Zaragoza, Diputación
General de Aragón, 1988.
XCI
y porque es donde mejor reflejada quedará la norma lingüística practicada en la época
por el grupo social representado en los escribanos cuyas plumas pergeñaron el
corpus que nos ocupa.
2. Veamos, pues, con obligada brevedad algunos rasgos que con carácter de
generalidad describen la lengua del manuscrito en sintonía con la que se aprecia en
otros por los mismos años redactados en no importa qué parte del dominio
castellanohablante. Pero creo que no estará de más traer a colación primero unos
pocos elementos formales del texto, que, no siendo en puridad lingüísticos, denotan
su pertenencia a un determinado ambiente cultural, descubren los hábitos escolares
de quienes de ellos se sirvieron y son, en definitiva, inseparables componentes del
marco en el que la lengua escrita se manifiesta. Esto y que en ciertos casos no aparece
muy netamente marcada la frontera que separa lo meramente gráfico de aquello que
ofrece conexiones con determinadas facetas del lenguaje.
2.1. Así, por ejemplo, se mantiene la tendencia a escribir con y la vocal /i/
cuando funciona como elemento decreciente de un diptongo (veynte, seys:fol. Ir.),
pero, aparte otras excepciones a las que luego aludiré, esa misma grafía sirve igual
que para la semivocal, para la semiconsonante y aun para la vocal plena y tónica
(treynta, syete, Ruys: fol. lv.). No sólo eso, sino que los frecuentísimos alualayes
'albalaes', seyendo o veyendo, con incuestionable epéntesis antihiática, aseguran
el sentido consonantico mediopalatal de la -y- de alfayate y formas análogas. Y no
es creíble que la aparición de este fonema /y/ se produjera apenas unos años antes
de la composición de nuestro corpus 7 , en el cual su existencia se observa plenamente
contrastada, y no digo consolidada porque pienso que siempre lo estuvo en castellano.
2.1.1. Ya que me he referido a la y como signo que sirvió lo mismo para la consonante
/y/ que para la vocal /i/, mencionaré ahora el empleo de la j , letra con la que también
se expresa gráficamente el fonema /i/, si bien no de modo caprichoso en lo que a la
voluntariedad del amanuense toca, como algunos libros de comentarios de textos dan
a entender, sino con la dependencia de una determinada sistematización, que irá
diluyéndose en los albores de la Edad Moderna en buena medida merced al
condicionamiento de la imprenta. En las actas de Morón pesa todavía mucho la
tradición escrituraria y, como en el siguiente parágrafo se comprobará, continúa
(7) Frente a la forma alualaes (fol. 42r.) se registran numerosos casos de alualayes
(así, fols. 54r. y 65v., con dos ejemplos en este); al lado de viendo (fol. 54v.) hallaremos
muchos más veyendo (v. gr., fols. 3Ir., 34v., 36r., 37r., 43v., con tres atestiguaciones en
este), sin que falte elemento seyendo 'seendo, siendo' (fol. 34r.). Un despropósito
mayúsculo será negar la existencia de la mediopalatal /y/ en el castellano medieval sin tener
en cuenta lo que al respecto significa epéntesis consonanticas como las señaladas.
(8) De esta cuestión trato "Observaciones filológicas de una carta notarial del año
1243", Analecta Malacitana, III, 1980, pp. 401-414.
xcn
vigente la causa que obligaba a este uso grafémico, a saber, la necesidad de facilitar
con él la lectura que obstaculizaba la ausencia del punto sobre la i. Tampoco lo llevaba
el otro signo (j), pero su prolongación por debajo de la caja de escritura hacía que fuera
preferido como el de mejor identificación en contacto con grafías de rasgo vertical
(m, n, u, etc.) 8 .
Dicho esto, no debe extrañar que desde el comienzo de nuestro manuscrito nos
topemos con abundantísimos registros similares a los de segujmjento, sigujeron,
termjno, vesjnos, del fol. lv. Lógicamente, cuando el mencionado problema de
comprensión no se presenta, dejarán asimismo de darse los resultados gráficos
anotados, lo cual obviamente sucede en los textos de factura libraría 9 .
MARCIO. Dexad estar estas vuestras cerimonias españolas para los que se comen las
manos tras ellas, y dezidnos de qué sirve la tilde sobre como y sobre muy.
VALDÉS. Solamente se pone por ornamento de la escritura.
MARCIO. ¿ Y un rasguillo que ponéis delante la o ?.
VALDÉS. De lo mesmo 10 .
xcm
"rasguillo" del que en la cita valdesiana se dice que iba antepuesto a la o. Efectiva
mente, en el quinientos aún fue corriente colocar delante de la conjunción disyuntiva
una línea curva dirigida hacia la derecha, la misma que durante el Medievo en igual
contexto era señal de pausa rítmica y sintáctica, y que en las actas de Morón suele
verificarse ante dicha partícula en función de nexo oracional, por ejemplo: "segund
que la vendiere o oujere vendido", "a cada vno que contra esto dicho es o contra
parte dello viniere o lo quebrantare..." (fols. 15v., 16r.) n .
(11) En las ACM el trazo en cuestión es un línea ligeramente curvada hacia la derecha;
en el segundo pasaje arriba aducido se observa que la primera o no va precedida del signo
y sí la siguiente.
XCIV
2.1.4. Nada hay en las actas capitulares dadas en Morón de la Frontera por los
años iniciales del XV que no pueda documentarse en manuscritos coetáneos de otras
áreas hispánicas. Con el correr de los siglos algunas de las prácticas reseñadas
acabarían consolidándose, mientras que otras terminarían arrumbadas o
sustancialmente modificadas en la moderna ortografía española. Sin embargo, lo que
en una perspectiva histórica mejor caracteriza a todos estos rasgos gráficos es su
misma inestabilidad, como pertenecientes que son a una tradición en trance de cambio.
Se comprueba, pues, la lenta transformación de viejas costumbres escriturarias en
convivencia con hábitos todavía firmemente anclados en el pasado, por ejemplo la
asendereada distinción grafémica entre v y u, la primera de las cuales letras signaba
al fonema vocálico /u/ y al consonantico /v/ a comienzo de palabra (vno-vender),
en tanto que la segunda se reservaba para posiciones interiores (aguja-cauallo). En
el corpus que estudio está aún plenamente viva esta diferenciación gráfica, que se
aplica con absoluta constancia 12 .
Y por descontado que a más aspectos que los tratados podía haber prestado
mi atención, pero lo aducidos bastan para poner de relieve la coherencia que con el
contexto cultural de su tiempo mantiene el lado más externo del texto, como del todo
consecuente será el contenido lingüístico con su ambientación cronológica, geográ
fica y social. Si acaso me gustaría poner de relieve un último detalle formal, en el cual
el estereotipo acuñado a través de los repetitivos actos de los amanuenses entra en
conflicto con la reacción que provoca en el individuo que nos lega una parte de este
corpus, de modo que el contraste entre lo inveterado y lo innovador añade perfiles
a la fisonomía filológica del texto. A saber, el redactor del fol. 90r. después de haber
escrito "e ferrando" lo tacha y a continuación pone "E ferrad", con el elemento
antroponímico abreviado mediante la tilde de nasalidad y apocopado de su vocal final.
A mi juicio esta rectificación significa que el escribano primero se deja guiar
instintivamente por usos ya poco apegados a las abreviaturas, para luego verse
constreñido por un modelo de escritura mucho más arcaizante, que aparentemente
sería el de un pendolista de mayor edad. Esto, lisa y llanamente, indicaría que las actas
capitulares de Morón tuvieron una redacción inicial de la que se sacarían una o más
copias destinadas a diversas instancias, una de las cuales es la que estamos analizan
do 1 3 . Aunque siempre cabría pensar en un retoque textual libre de influencias
externas, situación de todos modos extraña para el ejemplo considerado, otros pasajes
de similares características avalan mi hipótesis. Así, el duodécimo renglón del fol. 75v.
termina con el texto incompleto "asy que montan to" invalidado por una tachadura
horizontal, mientras que el trece acaba "asy" y el catorce comienza "que montan
todos", todo lo cual sólo se explica admitiendo la existencia de un salto de líneas sobre
(12) En los pasajes que cito con formas como maravedí su v interior no aparece
realmente en el manuscrito, pues se trata de palabras abreviadas que yo he desarrollado
convencionalmente, de igual manera que normalizo el empleo de la puntuación ortográfica,
de la acentuación y de las mayúsculas de acuerdo con los cánones modernos.
XCV
el borrador original, anticipación que fue advertida y corregida a tiempo.
2.2. Facilitan las actas de Morón noticias del menudo vivir cotidiano en esta villa
fronteriza, sea con alusiones de carácter folklórico, como aquella anotación de los
veinte maravedís que "costo [el] vyno que beuieron los caualleros el dia de SantJuan"
(fol. 65r.), o como aquel asiento de lo que se abonó al almocadén y a sus hombres para
"que fuesen a tierra de moros a tomar lengua" (fol. 86v.), con una datación de lengua
'intérprete' muy anterior a la que Corominas conoce en el también andaluz Guzmán
de Alfarache14. Y nada más lógico que ese ambiente de moros ladinos y de furtivas
incursiones se dibuje sobre una zona en la que el mundo cristiano se encontraba con
el musulmán en guerra o en inestable paz, pero al fin y al cabo en un discurso
sociológico de contacto que hasta los mutuos hostigamientos favorecían, escuchán
dose con profusión en el léxico del corpus los ecos de esa comunicación etnolingüística,
según habremos de constatar en lo que sigue. Mas la antroponimia de las actas también
facilita algún significativo dato, a mi entender probatorio de que la separación entre
las gentes de las tres religiones dentro de esta localidad sevillana no se producía sin
fisuras, desde el punto y hora en que lo mismo un cristiano se apellida Benjumea,
que un morisco se llama Juan Ferrandes (fols. 89r., 93v.) 15 .
No es ésta la única enseñanza que de la consideración de los nombres de
persona de los documentos capitulares se desprende. Comprobamos, por ejemplo,
(13) Claro que podría tratarse también del traslado definitivo verificado por un mismo
amanuense sobre el borrador por él inicialmente pergeñado con las notas que en cabildo le
dictaban o escuchaban o como Ferrad le servía para ganar tiempo, mientras que en la
redacción definitiva rechaza su primer apuntamiento en favor del modelo innovador. El
hallazgo de una serie de Actas Capitulares de Ecija, del que me da cuenta el Dr. GONZÁLEZ
JIMÉNEZ, donde se conservan los borradores de los textos ya pasados a limpio es un hecho
que me inclina hacia esta segunda hipótesis. Y hago constar que la noticia que tan
amablemente me proporciona mí colega medievalista la desconocía yo cuando sugerí lo
sobredicho. En cualquier caso, el análisis filológico revela bien a las claras que estamos ante
un manuscrito basado en otro anterior, aunque, eso sí, ambos dados sin intervalo cronológico
digno de mención y , seguramente, por una misma persona.
(14) J. COROMINAS, Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, (citado
DECH), Madrid, Editorial Gredos, 1980 y ss., s.v. lengua. Corominas se refiere al "empleo
adjetivo" de moro lengua 'moro intérprete', que más bien es una aposición sustantiva.
De todos modos, lengua 'intérprete' con anterioridad al fecha manejada por el autor de
este diccionario se usa como elemento nominal aislado, en las ACM, en la Guerra de
Granada de Hurtado de Mendoza y en las crónicas indianas del siglo XVI.
(15) Aun en el supuesto de que el apellido Benjumea no constituya un arabismo, en
las ACM hay numerosos testimonios de convivencia entre cristianos y musulmanes,
pacífica dentro del recinto de Morón y muchas veces conflictiva en los límites fronterizos,
situación que, p. ej., refleja la expresión estar por atalayas (fol. 95r.)
XCVI
demuestra el uso antroponímico del término jinete en este pasaje: "dy mas a Goncalo
Ginete por que leuó vna carta a Rota a don Ferrando sobre rason de la caualgada,
quarenta maravedís" (fol. 85r.). Por descontado que todavía no se había fijado la
obligatoriedad de la herencia del apellido paterno, porque aun cuando muchos casos
en el corpus muestran el avance de la corriente que con lentitud avanzaba hacia la
consecución de tal norma, otros todavía se apartan de ella y ratifican la fluctuación en
los cánones de la onomástica medieval, siendo testimonios de lo primero las citas
"Alfonso Ferrandesjijo de Ximeno Ferrandes", "Juan Martines de Bejer e Alfonso
Martines de Bejer, su hijo" (fols. 36v., 91r.), y de lo segundo "Alfonso Ferrandesjijo
de Marcos Peres", "FerrandMartines, fijo de Marcos Peres, mayordomo de las dichas
yglesias" (fols. 36v.,46v.).
En varias cuestiones lingüísticas descubriremos más adelante la impronta de
los colonizadores occidentales (astur-leoneses, gallegos, extremeños) en la lengua
de nuestro manuscrito, igual que el occidentalismo dialectal ha influido, y todavía hoy
es bien visible, sobTe el castellano de la más vieja Andalucía. Del todo indudable se
hará lo que ahora simplemente anticipo en la abundancia de voces derivadas con -
xcvn
que continúa la costumbre onomástica de añadir al nombre de pila y al familiar el
nombre del oficio que determinadas personas ejercían (ferrero, tejero, etc.), que
funcionaba como verdadero apodo y que llegaba a emplearse en función de auténtico
apellido (Goncalo Trompeta: fol. 64v.), con gran plasticidad social, además, según
demuestra el uso antroponímico del término jinete en este pasaje: "dy mas a Goncalo
Ginete por que leuó vna carta a Rota a don Ferrando sobre rason de la caualgada,
quarenta maravedís" (fol. 85r.). Por descontado que todavía no se había fijado la
obligatoriedad de la herencia del apellido paterno, porque aun cuando muchos casos
en el Corpus muestran el avance de la corriente que con lentitud avanzaba hacia la
consecución de tal norma, otros todavía se apartan de ella y ratifican la fluctuación en
los cánones de la onomástica medieval, siendo testimonios de lo primero las citas
"Alfonso Ferrandes,fijo de Ximeno Ferrandes", "Juan Martines de Bejer e Alfonso
Martines de Bejer, su hijo" (fols. 36v., 91r.), y de lo segundo "Alfonso Ferrandes, fijo
de Marcos Peres", " F errand Martines Jijo de Marcos Peres, mayordomo de las dichas
yglesias" (fols. 36v.,46v.).
En varias cuestiones lingüísticas descubriremos más adelante la impronta de
los colonizadores occidentales (astur-leoneses, gallegos, extremeños) en la lengua
de nuestro manuscrito, igual que el occidentalismo dialectal ha influido, y todavía hoy
es bien visible, sobre el castellano de la más vieja Andalucía. Del todo indudable se
hará lo que ahora simplemente anticipo en la abundancia de voces derivadas con -
algo (almotacenalgo, almoxarifalgo), sufijo de fonética claramente leonesa, y el
elemento repoblador leonés en Morón acusará su presencia con antropónimos de
incuestionable caracterización regional como el de Beceynte Paes de Senabria
o Juan Sanches de León (fols. 77v., 86v.), por las menciones toponímicas que
encierran, o como Juan Llorenco (fol. 86v.), por la específica tipología lingüística
que determina su palatalización de la f\-¡ inicial16.
Tampoco podía ser por completo ajeno al texto el tipo de lenguaje formulario
que lo configura, propio de los asientos o anotaciones que se sitúan dentro de la
tradición notarial, subyacente en frases dotadas de la más reiterativa precisión, como
ésta "que por quanto el conqejo auia menester para agora luego, agora de presente
algunos maravedís, para algunas cosas que le conplia..." (fol. 30r.). Y representativas
de ese estilo entre curialesco y judicial son las expresiones fijas a las que de trecho
en trecho el amanuense acude; así, tras la referencia a don Juan de Sotomayor,
"maestre de la caualleria de la Orden de ALCÁNTARA"', se añadirá el desiderativo
"que Dios mantenga por muchos tienpos e buenos, amen" (fol. 89v.), fórmula
deprecatoria que tendrá modalidades adecuadas a cada contexto: se aplicará "que dé
Dios santo parayso" en alusión a los reyes difuntos, "que Dios mantenga" para el
remante don Juan II y "que Dios perdone" para los "maestres pasados" (fol. 78v.).
No resulta ilógico, así, que la construcción más arcaizante de artículo + posesivo +
sustantivo tenga lugar casi constantemente en giros fijos y repetitivos, por formularios,
xcvn
como "anno del nasgimiento del nuestro Saluador", "siendo llamados por el su
mouidor", "mouidos por el su peón", entre otros del género.
De los rasgos diferenciadores que en las ACM vamos a encontrar, unos tienen
sabor arcaizante y se les descubre correspondencia en zonas hispánicas norteñas,
en las que por lo general hallarán un origen más o menos inmediato, mientras que otros
son de signo mucho más innovador, y son los que con mayor justicia admiten el
tratamiento de "andalucismos lingüísticos" (cf. § 5).
(17) V. GARCÍA DE DIEGO: "El castellano como complejo dialectal y sus dialectos
internos", Revista de Filología Española, XXXIV, 1950, pp. 107-124.
(18) J. DE VALDES, Diálogo de la lengua, ob. cit. p. 62.
(19) Fols. 10v., llv., 17r„ 64v.
;xcvm
como "atino del nasgimiento del nuestro Saluador", "siendo llamados por el su
mouidor", "mouidos por el su peón", entre otros del género.
De los rasgos diferenciadores que en las ACM vamos a encontrar, unos tienen
sabor arcaizante y se les descubre correspondencia en zonas hispánicas norteñas,
en las que por lo general hallarán un origen más o menos inmediato, mientras que otros
son de signo mucho más innovador, y son los que con mayor justicia admiten el
tratamiento de "andalucismos lingüísticos" (cf. § 5).
(17) V. GARCÍA DE DIEGO: "El castellano como complejo dialectal y sus dialectos
internos", Revista de Filología Española, XXXIV, 1950, pp. 107-124.
(18) J. DE VALDES, Diálogo de la lengua, ob. cit. p. 62.
(19) Fols. 10v., llv., 17r., 64v.
xcvni
puede haber tenido un cierto apoyo el modismo andaluz.
(20) El leonesismo fonético lo encuentro con almoxarifalgo (fol. 55v., 58r., 72r., 78v.,
99v.) y con almotacenalgo (fol. 97r.). Pero almoxarifadgo (fols. 18v., 42r., 48r., 61r.,
66r.), terradgo (19r.), alguasiladgo (fol. 42r.), almotacenadgo (fol. 66r.), etc.
(21) Fols. 68r., 83v., 87r., 89r., con cinco ejemplos en el primero de estos folios.
(22) Emprestar (fols. 19r., 38r.) con el doblete emprestar -prestar en el fol. 41r.;
"vn velo prieto de ante el Ihesú" fols.s 59r., 62r., 67r., 82r.); procurar (fol. 37r.); tirar
(fols. 12v., 34r., 46., 62. y v.).
(23) Montaracía está indudablemente relacionada con el salmantino montaraz, que el
diccionario académico define en su cuarta acepción como 'mayordomo de campo', sin que
la Real Academia Española recoja la forma de las ACM, y tampoco le da cabida el DECH,
s. v. monte, donde se atestigua montaraz 'guardabosque' en documento vallisoletano de
1440 y con el sentido de 'mayordomo de campo' a finales del siglo XV, registrando además
Corominas el uso de montaraz 'leñador que fabrica carbón' en el español de Argentina. De
nuestro corpus mencionaré las citas "otro alansel nueuo de la montarasía", "dos
alanseles, uvno del almoxarifadgo e otro de la montarsyá" (fols. 66r., 72r.). Para
las referidas dataciones onubenses de montaracía remito a mi "Nuevo planteamiento para
la historia del occidentalismo léxico en el español de América", Andalucía y América (en
prensa).
XCK
3.2. Por lo demás, y también salvo lo que más adelante se indicará (§ 5), el
aspecto lingüístico de las ACM coincide con el que ofrecen otros muchos textos
castellanos redactados por los mismos años en distintas áreas. Por ejemplo, en lo
tocante al sistemático arraigo de la /-b/ implosiva en palabras que durante el siglo XVI
conocerían variantes con pérdida o vocalización de dicha consonante: cabdaloso,
cibdat, cobdo, debda, dubda, recabdar, recabdador, recabdamiento, recabdo. Similar
cronología le corresponde a la sustitución del futuro verná (fols. 38r., 47r. y pássim)
por un vendrá inexistente en nuestro manuscrito, en el que también son constantes
so 'soy', ca 'porque', el imperfecto de subjuntivo únicamente en -se (mandasen,
sembrase, etc.), el empleo de nos 'nosotros', del vos de respeto, y de este mismo
pronombre sin pérdida de su consonante inicial en función completiva marcada por
preposición 2 5 .
Del mismo modo, persistirá el uso de ser como auxiliar de verbos de movimien
to ("se es ydo", "que todos los ganados en la tarde fuesen ydos de la dicha agua":
fols. 38r., 51v.), igual que corrientes son tanto el orden de palabras típicamente
medieval {"que lo non sacare a la plaga", "que se non syenbre": fols. 34v., 40v.),
como otras tendencias de la sintaxis de la época, así la concerniente a la doble negación
antepuesta al núcleo verbal ("ningunos ganados non la podían beuer", "ningunas
personas non sacasen pan": fols. 34v., 43r.), contrapuesta a la que no tardando mucho
iba a imponerse ("non fuesen osadas ningunas personas de lauar en el poso de las
eras": fol. 33v.), o la referida a la repetición del nexo subordinante que: "mandaron
que el dicho Gonqalo García que aya para sy los qiento maravedís" (fol. 53v.).
(24) Se lee "del arroua del vayón, ¡inco sueldos" en el fol. 22r. y Coraminas conoce
el uso de bayón 'espadaña' en Extremadura, Salamanca y Cespedosa, hallándole docu
mentación en los primeros años del siglo XVI con los autores occidentales Juan del Encina,
Gil Vicente y Lucas Fernández (DCHPy, s. v. bodón).
(25) "E mandaron a nos, Martín Ferrandes e Andrés Martines, escriuanos públicos de
la dicha villa de Morón...", "en presencia de nos, Matín Ferrandes e Andrés Martines,
escriuanos públicos de la dicha villa de Morón (fols. 9v., 82v.); "que resgeby de vos, Pero
Gongales, mayordomo que fuestes de las dichas yglesias...", "e mando vos que la dicha
pesquisa que la fagades..." (fols. 33r., 89r.)
C
de cuyas formas una se impondría en la lengua moderna comúnmente a costa de la de
signo tradicional.
Algunas de tales alteraciones son:
(26) Esto no quita para que en algún folio sea meitad el elemento únicamente empleado,
v. gr. el núm. 73v., con dos registros de esta forma. Realmente, y contra lo que Menendez
Pidal documentalmente comprueba para el castellano en el siglo XIII, en esta época no se
aprecia ninguna diferencia sustancial entre lo que al respecto de las variantes meitad-
mitad ocurre en las ACM y en fuentes aragonesas coetáneas, si bien al romance de Castilla
no es tan fácil atribuirle el influjo occitánico como factor coadyudante de la implantación de
mitad en el dialecto de Aragón, sin por ello descartar que en él se tratase de una simple
reducción vocálica, sólo que difundida con una cierta antelación sobre el correspondiente
uso del castellano: JUAN A. FRAGO GRACIA, "Precisiones documentales navarroaragonesas
a la historia del esp. mitad", Estudios dedicados a Emilio Alarcos Llorach, V, Oviedo, 1983,
pp. 33-39.
(27) Con las grafías lleualos 'llevarlos' y lyeue (fol. 69v.). En las ACM prevalece el
antiguo levar, de tal manera que la forma palatizada llevar se registra por primera vez
en el fol. 59v., del año 1419.
CI
ACM, y aver se repartirá con tener la expresión verbal de la posesión en
oraciones como éstas: "los quales dosientos e setenta maravedís mandaron que
los ouiese el dicho Martín Sanches" / "ordenaron que por quanto se
quexauan los que tenían ganados..." (fols. 36r., 41r.).
Para no alargar en exceso la mención de fluctuaciones morfosintácticas, me
limitaré a traer a colación las dos que siguen:
1) Todavía revelan las ACM la ambivalencia de los verbos ser y estar en
frases de sentido locativo: "el piado que disen de los Derramaderos, que es en
Benamaques" I "de los que están en el camino de Oluera" (fols. 34r., 68r.).
2) Abundan los sintagmas del tipo Art. + Pos. + N: la su carnegería, los sus
términos, el su preuillejo, al su mayordomo, la nuestra villa 28 , y de modo muy
señalado, ya lo he indicado antes (cf. 2.2), en expresiones de acusado carácter
formulario. De cualquier manera, son mucho más corrientes secuencias como la que
aquí anoto, en las que se recurre a la construcción propia del español moderno 29 . Tan
fuerte es ya esta tendencia, que hasta en las expresiones repetitivas o fijas aflora
tímidamente la alternancia: "anno del nasqimiento del nuestro Saluador", "syendo
llamados por el su mouidor "/ "anno del nasqimiento de nuestro Saluador",
"mouidos por su mouidor" (fols. 9r. y v., 56v., 69r., 79v.). Seguramente donde mayor
arraigo presenta el específico comportamiento medieval del artículo es en su ausencia
ante nombres propios regidos por preposición: "la yglesia de sennor Sant Mi
guel", "dentro de la yglesia de sennora Santa María", "en la plaga de sennor
Sant Miguel" (fols. 65v., 72*., 94r.).
3.2.2. En modo alguno debe concluirse de lo que precede que la lengua de las
ACM sea caótica, ni muchísimo menos. Contiene, eso sí, variaciones como las
aducidas, menos numerosas que las habituales en etapas históricas anteriores y más
frecuentes que las permitidas por la mayor uniformidad lingüística de los siglos
siguientes. Pero hay también profundos trazos de regularidad idiomática, y ello tanto
en la continuidad de usos arcaicos, así el de un imperfecto de subjuntivo aún
constituido en este corpus por una única forma en -se (cogiesen, sembrasen,
vendiesen), o el de los verbos en -ra, consecuentemente con el hecho precedente
todavía con el sentido etimológico de pluscuamperfecto de indicativo, como los
touiera 'había tenido' y estudiera 'había estado' del fol. 62v., o como los cogiera
y tirara de este fragmento: "e él, ayer luego, que cogiera dos onbres para derribar
el dicho valladar e que, andándolo derribando, que Juan Manuel osada mente, non
temiendo a Dios nin a la justiqia, que tirara los dichos omnes, que non desfesiesen
el dicho valladar" (fol. 91r.). Pero en contrapartida se descubre la total implantación
de determinados cambios, por ejemplo el que supone la generalización de un para
en
a partir del preexistente pora 30 .
4.1. La vida de frontera que los habitantes de Morón llevaban a principios del
siglo XV se atisba a través de reiteradas referencias textuales, como la de un "Alfonso
Carretero, que está catyuo en tierra de moros" (fol. 34r.), y la promiscuidad
cultural se pone de relieve en las abundantísimas menciones léxicas similares a las de
alfardas de sirgo moriscas y aljofifa morisca (y cf. § 2.2). No es extraño, pues,
que en nuestro corpus el vocabulario de origen árabe adquiera particular relevancia,
con nombres de instituciones y cargos públicos, de oficios, de medidas de capacidad
o de superficie, y de los más variados objetos y productos: aceite, aceituna, acémila,
aceña, adalid, alancel, alarife, albacea, albalá, albanega, albricias, alcacería, alcaide,
alcalde, alcaldía, alcantarilla, alcaravea, alcribís, alfarda, alfareme, alfayate, algodón,
alguacil, alguacilazgo, aljófar, aljofifa, almaizar, almocadén, almojarifazgo, almojarife,
almotacén, almotacenazgo, almud, alquiler, altabaque, anoria, arroba, atahona, atala-
ya, atalayero, atanor, azafrán, azófar, azúcar, cahíz, celemín, fanega, maravedí,
orozuz, recua.
La mayoría de estos términos tuvo difusión general en castellano, y aun muchos
de ellos en los demás romances hispánicos. Sin embargo, algunos de nuestros
registros anticipan dataciones respecto de las que Corominas maneja en su gran
diccionario. Es lo que sucede con alarife, alcribís, aljofifa, almaizar, atanor y
orozuz, siendo de destacar los casos de alcribís 'especie de embudo en que se
encaja el cañón de los fuelles en el horno de fundición', voz que como tecnicismo el
filólogo catalán no atestigua hasta el año 1761 y que en las ACM tiene varios expurgos
semejantes a éste: "dos yunques de fierro e dos machos e vn alcreujs e vna
tajadera de fierro" (fol. 54r.). A tenor de lo que estos datos documentales parecen
indicar no es aventurado proponer el regionalismo andaluz de este arabismo, carácter
que tal vez le corresponda a atanor 'cañería para agua', por primera vez testimoniado
en el DECH con Nebrija, autor que recogerá aljofifar, verbo formado sobre
cm
aljofifa, andalucismo de origen árabe reiteradamente empleado en el manuscrito de
Morón y que Coraminas sólo datará en el primer tercio del siglo XVIII con el
Diccionario de Autoridades*1.
4.2. Por lo que atañe al léxico romance, hallaremos voces que por una u otra
razón se convertirían pronto en anticuadas, como agua duge (pero paloduz hoy
usual en hablas andaluzas), antocano, ayunque, botiller, fieldad, grial, poridad.
Interesante es nuestro corpus por ofrecer vocablos que ni el diccionario académico
ni el de Corominas contienen: atoradilla. bestia caminal, fanega ferida, gato del
fuego, montaracía, pico azadón, sotajo. Y términos que no se ven documentados
en el DECH: crismeras, dornillo, echadillo, gargantilla, tajón, terciado,
trastejar. Finalmente, adelantan sus dataciones en las ACM, siempre teniendo por
referencia el diccionario de Corominas, las palabras apaniaguado, destajo, esta
cada, merchaniego, pertrecho, tasajo, con anticipaciones en ocasiones notables,
pues a las siguientes formas del manuscrito de Morón les corresponderán en dicha
obra las fechas que pongo entre paréntesis: hucha (1610), jineta 'garduña' (1573),
merchante (1612, merchán en Nebrija), panilla (1585), toza (1607). Desde el punto
de vista semántico, resaltan los casos de vira ("que lieue por las suelas que echare
de vira a los borseguíes seys maravedís": fol. 49r.), cuya acepción secundaria de 'tira
para reforzar el zapato' no la fijará Corominas hasta comienzos del siglo XVII, y de
padrón, término con dos significados en nuestro corpus, 'lista o censo' (padrón de
pecho: fol. 63r.), que el mismo autor documenta en Nebrija, y 'modelo, patrón', con
testimonio de 1570 en el DECH y definición de 'essemplo', aquí concretado en el
sentido de 'patrón para la medida de líquidos': "el padrón viejo del vyno e otro
padrón nueuo de aqófar et vn padrón de palo para la medida de la leche" (fol. 54r.).
No es improbable el occidentalismo de esta forma padrón, de difusión desde
luego mucho menor en zonas del centro y del oriente peninsular, y bastante verosímil
es también esta tipificación dialectal para montaracía y las demás voces que con ésta
antes se han mencionado (cf. § 3.1.2). De idéntica geografía lingüística debe ser el
vocablo atoradilla si, como parece, tiene la misma raíz que atorar 'obstruir'
extendido hoy por no pocas hablas andaluzas 32 , de modo que en las ACM compro
bamos la existencia de un pequeño grupo de andalucismos léxicos, arabismos los unos
y de ascendencia leonesa, en líneas generales hablando, los otros. Sea como fuere,
se trata de elementos de vocabulario sobre los cuales se empieza a establecer una
diferenciación del hablar andaluz frente al de otros dominios castellanos y son
precisamente las fuentes históricas las encargadas de asegurarnos acerca de la mayor
o menor antigüedad del léxico regional. Y es así que habiendo supuesto en un
CIV
reciente trabajo mío que el onubense cabezo, por mí atestiguado desde 1566 en
ordenanzas de Lepe, también había tenido vida en tierras sevillanas 33 , lo que era
hipótesis se ha convertido en certidumbre gracias a los dos registros de cabecuelo
en el manuscrito de Morón (fols. 34v., 89r.). ¿Aprovecha a la historia del español, y
con ella a la del andaluz, este dato documental?. Opino que sí, como la completa el
esquilmo de nava en el mismo corpus (fol. 48v.), con el cual ya no habrá motivo para
la suspicacia que Corominas muestra ante el empleo, "bastante raro" dice el filólogo
catalán, de dicha palabra como apelativo por el sevillano Argote de Molina en 1588,
según pasaje que aduce el Diccionario de Autoridades (DECH, s.v.).
CV
5.2. Tendencia muy acusada en las hablas andaluzas modernas, si bien no
exclusiva de ellas, es la aféresis silábica, y en el manuscrito de Morón se documenta
con gran abundancia de ejemplos un boltorio de frecuencia incluso mayor que la
correspondiente al elemento pleno envoltorio 37 . No se trata de la única manifesta
ción de este fenómeno, pues al mismo pertenece el también repetido uso de pistolero
'epistolero' 38 , igual que las grafías cordar 'acordar' (fol. 65r.) y (a)toradilla (fol.
29r.), la segunda con su a- inicial previamente olvidada y luego añadida en pequeño
tamaño sobre la caja de escritura. Mientras tanto, no estoy seguro de que idéntico
rasgo idiomático quede reflejado en la combinación enlla 'en ella', diversas veces
verificada en esta fuente histórica: "de los que enlla biuen" (fols. 69r., 73r., 94r.).
5.4. La aspiración /h/ de /f-/ latina en el primer tercio del siglo XVII comenzó
a perder la estimación social que anteriormente tuvo, igual o mayor que la del uso
contrario basado en la pérdida de este sonido (hembra/embra). A partir de ese
momento la aspiración de la /f/ etimológica paulatinamente fue abandonando el habla
urbana y refugiándose en la rústica, con progresiva lexicalización. Hoy Andalucía se
divide en dos bloques a este respecto: el occidental, donde el modismo arcaico se
CVI
mantiene en no pocos vocablos (hambre, hiél, hollín, hoyo, horno, hoz, humo...)
y el oriental, donde el fenómeno sólo se aprecia en zonas contiguas a la gran área
aspiradora (ambre, (h)iel, ollín, oyó, orno, oz, umo...)39.
No es que se trate de casos evolutivos distintos dentro del castellano de
Andalucía, sino que, como en otras cuestiones, el oeste de la región se muestra
lingüísticamente afín al reino de Toledo, Extremadura y, parcialmente por lo que a
la aspiración concierne, León. Por el contrario, el reino de Granada recibe la lengua
de finales del siglo XV y de comienzos del XVI, con una fuerte impronta de la España
que previamente había llegado al cero fonético.
Por lo que atañe al corpus que nos ocupa, adscrito a la variedad andaluza
occidental, parece predominar en él la conservación de la ¡i-I latina, puesto que una
y otra vez se documentan las formas defesa, fariña, fazer, fecho, fechara, fembra,
ferida, ferrar, ferrería, ferrero, ferrojo, fierro, figo, fijo, filo, firieron, forno, furto,
refierta40. Sin embargo, aquí y allá surge un término únicamente escrito con h, así
buhonerías-bohonería (fol. 23r., v.), lo mismo que se producirán alternancias
grafémicas en un mismo vocablo, con frecuencia en el intervalo de unos pocos
renglones, así alfareme-alhareme (fols. 31v., 46v.), defesa-dehesa (fol. 79v.),
faca-haca (fol. 91r.), fasta-hasta (fol. 45r.), Ferrandes-Herrandes (fols. 54v.,
68r.), fijo-hijo (fol. 67v.). Significativa es la circunstancia de que en el mismo folio en
que se pone defesas, Ferrand, Ferrandes, fesieron y forno como anotación
marginal se lea la secuencia hastaquj 'hasta aquí' (fol. 83v.). Aún más ilustrativas, si
cabe, son las correlaciones que sobre el particular en varios puntos del corpus se
descubren: así, en el fol. 51v. hay un hue tachado por trazo horizontal y a continuación
se escribió fuente; en el fol. 65r. encima de la h de Hurtado se pergeñó una f, y otro
tanto parece haber ocurrido en 73v. con un faser tal vez rehecho sobre haser,
aunque en este caso no tengo la misma seguridad que en los dos anteriores.
Todos estos datos indican, lisa y llanamente, que en las época y área de
referencia el paso de /f/ a /h/ se había realizado ya sistemáticamente, si bien los
escribanos se atenían a la costumbre imperante en la lengua escrita, donde artificio
samente se mantuvo la f hasta finales de esa centuria (reinado de los Reyes Católicos),
por más que la norma escolar, que las mencionadas rectificaciones querían restituir,
se viera traicionada por el habla del escritor. Esto, o que, como mínimo, la aspiración
coexistiera en un plano de presumible igualdad con la pervivencia del sonido
etimológico.
(39) La difusión regional de estas voces, con y sin aspiración, se describe en los mapas
1548-1553 del ALEA: M. ALVAR, A. LLÓRENTE Y G. SALVADOR, Atlas lingüísticoy etnográfico
de Andalucía, Universidad de Granada-CSIC, 1961-1973.
(40) Refierta (fol. 49v.) se corresponde con el antiguo rehierta y con el moderno
reyerta.
CVII
5.5. La sonorización en /g/ de la /k/ inicial de palabra, que actualmente se
comprueba en algunas comarcas andaluzas y que, según apunté en otro estudio, debe
contar con una considerable antigüedad en el sur de España 41 , se documenta en las
ACM con la forma gar<;elera(s) 'carceleras' de la siguiente cita: "costaron quatro
garcelera de fierro para las dichas puertas, treynta e ginco maravedís" (fol. 96r.). En
interior de vocablo tiene lugar también idéntico fenómeno con un solo ejemplo en el
arabismo algriuís (fol. 55v.), con grafía alcreuís en sus restantes atestiguaciones.
(41) JUAN A. FRAGO GRACIA, "La fonética del español meridional y sus fuentes
históricas", Miscel.lánia Sanchis Guarner, II, Valencia, 1984, p.135.
(42) Sobre estas alternancias he elaborado los estudios "Una forma cochecha en la
historia de cosecha", Revista de Filología Española (en prensa), "Etimología y fonética
histórica: a propósito del falso catalanismo del esp. caja" y "El cambio de ge lo a se lo
en testimonios andaluces", Anuario de Lingüística Hispánica (en prensa).
(43) Bugeta en 53v. y buxeta en 59r., 62., 67., 76., 82r.
(44) De la trascendencia que para la historia del español tiene esta igualación grafémica
ss=s en las ACM y de otros particularismos fonéticos en este corpus implicados me he
ocupado en ¿Sólo grietas en el edificio del reajuste fonológico?", Lingüística Española
Actual, XII, 1989, pp. 125-143. Aparte de la ese sigmática, de la de doble curva, más
raramente empleada, y de la alta de los amanuenses del manuscrito de Morón recurren con
cierta frecuencia a la ese simple de doble trazo redondeada procedente de la cursiva
visigótica.
CVIII
6.1. Realmente, la equiparación de las tres grafías — recordemos que en las
ACM la s vale también por ss — se verifica en cualquier posición de palabra,
verbigracia como elemento final de sílaba interior: con la de trazo alto están esquierdo
(fols. 40r., 68v., 69r.), viscayno (fols. 40r., 67v.) y Velasques (fols. 48r., 63r., 66r., 67v.,
71v., 77r.). A título de inventario estos esquilmos son suficientemente probatorios de
lo que digo, contando asimismo con que Velasques en los registros citados constan
temente presenta ese alta en la segunda sílaba y sigma en la tercera, y que aún
encontraremos el mismo término onomástico con ese sigma en ambas situaciones,
dentro del vocablo y a su término (fol. 97r.) 46 .
En pura lógica esto significa que en el habla representada por el manuscrito
de Morón el sonido simbolizado por la z se ha ensordecido y ha perdido su oclusión
originaria, pasando a ser una realización fricativa dentalizada, tal vez /s/, intermedia
entre el precedente /s/ (< /s, z/) y el definitivo seseo o ceceo. Muy cerca del último
resultado simplificador de las cuatro sibilantes medievales /s, z, s, z/ se debía estar, en
efecto, si es que no se había alcanzado ya, desde el momento en que no sólo se verifica
la alternancia de (ss)-s, sigma incluida, con z, sino también con c, al menos en las formas
acás, 'asaz' (fol. 98v.), pero asas en fol. 27v. y pássim, Almanca ' Almansa' (fol. 94v.),
Qahara-Sahara 'Zahara' (fols. lv., 2r.), calisejo-cálices, 'calicejo-cálices' (fol.
76r.), enéjenlo, encendió 'incienso', encencario 'incensario' (fols. 59r. y v., 62r.),
oficiales-ofisiales (fols. 72v., 73v.) 47 .
Y una vez más habrá que hacer hincapié en el alto valor histórico de estas
referencias grafémicas, puesto que con dichas alternancias y confusiones se está
rompiendo con los modelos ortográficos, o simplemente gráficos, escolarmente
asimilados y después fijados en la repetitiva labor del amanuense. También en el caso
de los "errores" que acabo de enumerar el retoque de una letra supone la prueba
(45) Medio siglo más tarde, entre 1470 y 1480, los amanuenses burgaleses que copiaron
el Poema de Fernán González casi llegaban a similar indistinción de ss y s, con decidida
preferencia por la letra simple, igual que lo tocante al empleo de las tres clases de ese (de
doble curva, alta y sigmática) en cualquier posición de la palabra. Con alguna frecuencia,
que no se da en las ACM, se diferencia en el códice de Burgos la s de la z, aunque su
igualación se aprecia en la rima asas 'azaz' -rapaz-pas 'paz' - pías 'plaz (place)' del
fol. 141r. Lo que no hay es alternancia entre s-z y c en el texto castellano, en contra de lo
que sucede en el andaluz: Poema de Fernán González, edición facsímil del manuscrito
depositado en el Monasterio de El Escorial, Excmo. Ayuntamiento de Burgos, Vitoria, H.
Fournier, S.A., 1989.
(46) La movilidad de la ese sigmática es enorme, pues no sólo se encontrará a final de
sílaba y entre vocales, sino a comienzo de vocablo (sábado, seis, sorsales) y, por
supuesto, en lugar de z (aseite, fasiendas, franquesas, resién).
(47) El onomástico Aparisio (fol. 89r.) puede constituir un caso más de confusión de
s por c. Por otro lado significaré que algunos de estos dobletes gráficos se verifican con
enorme profusión en las ACM.
CK
complementaria que no suele faltar cuando entran en conflicto la tradición cultural,
de la que la ortografía es importante manifestación, y la innovación fonética, a vueltas
con el espíritu de corrección. Es lo que se plasma en la voz alansel 'alancel, arancel',
expresada con sigma a lo largo de este corpus, si bien se observa que en dos ocasiones
el escribano le ha puesto ce con cedilla (5) en primera instancia, luego rehecha a
manera de ese sigmática (fol. 58r., líneas 7, 17).
CX
"e más veynte e tres cartas de los maestre" (fol. 77r.) .
"que todos tengan ballestas e langas e escudo" (fol. 80r.) 54 .
"mil e quatrogientos e veynte e seys anno" (fol. 94r.) 55 .
"e sy alguno que las tales armas troxieren les fuer en falladas e las rrebelaren
al dicho alguasil, que esté treynta días en la cárgel e que todauja pierda la
dicha arma" (fol. 94r.).
"costaron quatro ganadera de fierro..." (fol. 96r.).
B) Casos de -s ultracorrecta:
(51) Todavía figura en este mismo folio el sintagma "mayordomo de las dichas
yglesias", contiguo al arriba señalado sin -i tanto en el artículo como en el sustantivo.
En las ACM sistemáticamente se pon las yglesias cuando se alude a todas las de Morón
y el singular yglesia sólo cuando se particulariza con la correspondiente advocación, o con
el distributivo cada.
(52) Compárese este pasaje con el que sigue del fol. 76v., y tantos otros de semejante
expresión en las ACM: "Alfonso Gargía de Maderuelo e Alfonso Gargía, fijo de Sancho
García, alcaldes, e Antón Martines e Martín Ferrandes, jurados".
(53) Con pocos renglones de distancia se pone tres veces en este folio de los maestres.
(54) En principio al menos cabría esperar un correlato plural escudos.
(55) En esta construcción lo general es años, así a comienzos del fol. 94v.: "anno del
nasgimiento del nuestro Saluador Ihesu Christo de mil e quatrocientos e veynte e seys
annos".
(56) La forma uno(s) es aquí numeral y no indefinido. Siempre que en el manuscrito de
Morón se mencionan objetos donados o mantenidos en depósito se hacen acompañar del
cardinal correspondiente.
CXI
aducido todas las citas posibles. Habían quedado otras en el tintero, similares a éstas:
"ninguno nin alguno", "en pelea peleada" (fol. 24r.), "para agora luego
agora de presente" (fol 38r.). Nada extraño tiene, pues, que el arcaísmo lingüístico
halle preferente acomodo en la fraseología fijada por el uso notarial y forense, de
manera que, incidiendo en lo arriba dicho, comprobaremos que el verbo aver 'tener'
se registra abundantemente en construcciones como "segund que lo an de vso e de
costunbre", "segund que lo auemos de vso e de costunbre" (fols. 40v., 41r., 44r., 49r.),
y lo mismo ocurre con empleos de ser que más tarde corresponderían a estar:
"veyendo que es bien", "segund suso dicho es", "segund que dicho es" (fols. 43v.,
45r.).
No cabe duda de que el aspecto más tradicional del lenguaje jurídico, en cierta
medida sujeto a expresiones y giros preestablecidos, dignificados por su adscripción
a un círculo restringido de profesionales y ahormados en el aprendizaje espe
cializado, condiciona la constante aparición de pasajes como los precitados. Hasta tal
punto manda la fuerza de la costumbre, que muy poco después de la sustitución en
Castilla de la era hispánica por la cristiana, hecho acaecido en 1383, el escribano
mezclará la novedad con la atávica costumbre: "Domingo dies e syete días de margo,
anno del nasgimiento del nuestro Saluador Ihesu Christo de la era de mil e tresientos
e ochenta e syete annos..." (fol. 18v.).
Hay también, sin embargo, elementos gráficos que muestran una gran espon
taneidad lingüística, por ejemplo cuando del modo más realista el amanuense se ha
visto abocado a suprimir una a en el sintagma a Andrés ("dos sogas e dos espuertas
que dy Andrés Ferrandes": fol. 98r.), igual que en la anotación marginal hastaquj
'hasta aquí' y en la secuencia vna (a)toradilla, cuya a- inicial se añadió posterior
mente sobre la caja de escritura y en tamaño menor del normal (cf. §§ 5.2., 5.4.). En
cuanto al fragmento "que le deuj el congejo" (fol. 87r.), la sinalefa puede explicar
la pérdida de la desinencia -a del imperfecto deuja 'debía', si bien es posible que nos
encontremos ante la aglutinación vocálica de -e, + e- (deuíe o deuié + el), porque
todavía en el primer tercio del siglo XVI sería relativamente frecuente esta variante
morfológica en el habla andaluza, e incluso mucho más tarde57.
Junto a esta clase de lapsus calami, fonéticamente plásticos donde los haya,
están las enmiendas gráficas introducidas por el escribano, denotadoras tanto de su
prurito cultista y normativo como de la extraordinaria vigencia que a la sazón había
alcanzado el hecho idiomático subyacente a la escritura propiamente dicha. Algo de
ello se ha señalado ya a cuenta de la aspiración Pal procedente de /f/ latina (cf. § 5.4.),
pero esta circunstancia se descubre asimismo en otros particularismos del género
alusivos a cuestiones fonéticas de marcada idiosincrasia dialectal (cf. §§ 6.1., 6.2.). Y
el dialectalismo andaluz irrumpe con fuerza a través de numerosas cacografías,
cxn
expresivas de la simplificación de las cuatro sibilantes medievales /s, z, s, z/ en un solo
fonema, manifestación ya, o muy próxima a serlo, del fenómeno seseo-ceceo, que, y
esto es seguramente lo más probable, coexistiría con la pronunciación antigua. Una
mayor diversificación documental ayudará a precisar en qué nivel se encontraba la
competencia entre la innovación y el arcaísmo en materia fonético-fonológica.
El manuscrito de las ACM ofrece enseñanzas que afectan a la historia del
castellano tomado en su conjunto. Verbigracia, a propósito de la forma tasajo que con
grafía -s- aparece en fuente castellana del último tercio del cuatrocientos, notará
Corominas: "pese a esta grafía con -s- en Guillen de Segovia, texto de poca autoridad
ortográfica, así las formas portuguesa y catalana como las etimologías tomadas en
consideración, indican que el vocablo tendría ss sorda en castellano antiguo"
(DECH, s.v.). Pues la tendría, pero en nuestro corpus presenta -s- (fol. 33v. y pássim),
y esto, sin entrar en consideraciones etimológicas, ha de tenerse en cuenta para
discutir el dato de Guillen de Segovia. Mas, aunque la sospecha del estudioso catalán
fuera correcta, queda una conclusión incontestable, y es que a comienzos el siglo XV
en Morón de la Frontera, bien al sur de España por consiguiente, se había llegado a
la neutralización del rasgo opositivo sordez/sonoridad del par fonemático /s/ - /z/, por
ceñirme ahora exclusivamente a él, de forma que la correspondiente tendencia
lingüística mal puede irse a buscar por esas fechas en un remoto sistema "cantábrico".
Por último, en las ACM surgen al unísono las resonancias onomásticas de una
colonización con acusada impronta leonesa y los leonesismos tanto léxicos como
fonéticos de ella derivados (cf. § 2.2.). Menor concreción hay para el papel que quizá
desempeñó lo sevillano en el habla que este texto representa. Sea como fuere, la
presencia de Sevilla será constante en múltiples aspectos externos a la lengua misma.
Así en la onomástica personal: Juan de Seuilla (fol. 84r.); en la toponimia: el Poso
de Seuilla (fol. 54v.); en la organización militar: "vn testimonio de cómo Seuilla á
de poner las guardas en término de Morón" (fol. 61r.); en el ordenamiento civil:
"otra carta de Seuilla sellada con su sello del alansel del almoxarifalgo" (fol. 55v.);
en la actividad ganadera, mercantil y artesanal: "el traslado del libro de la Mesta
de Seuilla", "por mandado del congejo para que traxiese la ordenanza de
Seuilla de los texedores", "e leuar la tergia parte del pan que cogieren a vender
a Seuilla para reparamiento de sus fasiendas", "e veyendo en cómo en la cibdat
de Seuilla valía vn par de suelas...", "otra libra de fierro de Seuilla", "que tiene
pagados a Juan Garqía escriuano en Seuilla por vn (e)pistolero que fase para las
dichas yglesias, mil maravedís" (fols. 42r., 49r., 66r., 77v., 8 Ir., 85r.); y en lo tocante a
dependencia jurídica: "estude en Seuilla sobre rasón de (a)cordar los
dichos testimonios" (fol. 65r.).
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Múltiples han sido en la última década los trabajos dedicados a dar a conocer
la existencia de actas municipales redactadas durante la Baja Edad Media 1 .
Si bien ya en la pasada centuria se había puesto de manifiesto el interés que
tales fuentes presentaban para la Historia, al darse a conocer un libro de acuerdos del
concejo de Palencia fechado en 1421 2 , en los primeros años de la actual centuria
Anselmo Salva iniciaba lo que podríamos denominar "competición" por localizar
libros de actas de mayor antigüedad, ofreciendo a los estudiosos amplia noticia de la
serie conservada en el Archivo Municipal de Burgos, cuya fecha inicial era 1388 3 .
Y es que las Actas Capitulares o Libros de Acuerdos, denominación un tanto
restrictiva esta última 4 , pero que, sin embargo, ha hecho fortuna, son fuente funda
mental para el conocimiento de la vida concejil, ya que en ellos el escribano de concejo
(1) Cabría destacar las obras de O. GALLEGO DOMÍNGUEZ: "El archivo del concejo de
la ciudad de Orense y sus fondos hasta el año 1600", en La ciudad hispánica durante los siglos
XIII al XVI, I, Madrid 1985, pp. 183-206 (dedica a la descripción de los Libros de Actas las
pp. 195-197), y de J. A. MARTÍN FUERTES, "Los libros de acuerdos del concejo de Astorga
(siglo XV)", Ibid., pp. 597-616.
(2) Cfr. F. SIMÓN Y NIETO: "Palencia en el siglo XV. Su primer libro de Acuerdos
Municipales", Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, XXXVI (1875), p. 118. Aunque
es una breve noticia erudita, puede servir como simbólico punto de partida en el interés por
esta fuente documental en el ámbito del reino de Castilla.
(3) Cfr. A. SALVA: "El primer libro de Actas Municipales", Revista de Archivos..., VITI
(1903), pp. 260-267. En él realiza una descripción del primer libro de Actas del concejo de
Burgos.
(4) A ello hace referencia O. GALLEGO: "El archivo., "ob. cit., p. 195, al afirmar que "se
conocen también con el nombre de libros de acuerdos, si bien esta denominación no obedece
a su contenido, pues éste abarca un campo más extenso que el de los propios acuerdos".
CXVII
va dejando constancia de todo lo acordado 5 , resuelto o actuado por el concejo en sus
ayuntamientos.
Pero si bien, como ya he indicado, son numerosas las publicaciones que nos
dan noticias de la existencia de Libros de Actas, mucho más escasas son aquéllas que,
como la que en esta obra se presenta, proceden, aparte de su estudio histórico y
diplomático, a la edición diplomática total de las mismas. De momento ésta sólo ha sido
afrontada de una manera continuada en el caso de las actas del concejo madrileño,
cuyo primer tomo, obra de Agustín Millares y J. Atriles, veía la luz en 1932 6 . Años más
tarde Eloy Benito editaba los restos, solamente 22 folios, de las actas medievales del
concejo de Toledo 7 , y ya en fecha reciente José Antonio Martín publicaba las actas
más antiguas del concejo de Astorga 8 . Consta también la existencia de actas capitulares
en Murcia en la segunda mitad del siglo XIV, ampliamente aprovechadas en diversos
estudios, pero no descritas ni publicadas en su integridad 9 .
Las Actas del concejo de Morón de la Frontera, que ahora se editan, son, hasta
el momento, las terceras en antigüedad de las conocidas en el ámbito de la Corona
castellano-leonesa, sólo precedidas por las ya citadas actas burgalesas y murcianas,
y las más vetustas de Andalucía. Su fecha inicial, 1402, las distancia en más de veinte
años de los fragmentos de actas conservados en el Archivo Municipal de Ecija 10 , y
en más de treinta de la serie hispalense 11 . Son, por tanto, un importante hito en la
CXVIH
Historia y en la Diplomática municipal de la Baja Edad Media, no sólo en Andalucía
sino también en el amplio marco de la corona de Castilla y León.
LAS ACTAS
1. Caracteres externos
1.1. Soporte y disposición del texto
El elemento utilizado como soporte receptor de la escritura en las Actas de Morón
es el papel, material ya de uso común en todo tipo de cancillerías, tanto para la
documentación menor como para cierto tipo de libros: registros, libros de actas, etc 12 .
Se trata, en este caso, de un papel verjurado de estimable grosor y de tono
amarillento. El tamaño, folio menor, logrado mediante el plegado en dos de la
superficie obtenida en una forma cuyas dimensiones no excederían los 40 x 28 cm.,
siendo el actual tamaño de hoja de 19'5 x 28 cm.
El texto se dispone en renglón tendido, siguiendo el sentido de los corondeles
y guardando leves márgenes laterales, más acentuado en el izquierdo, que, con
ligeras oscilaciones y de manera casi mayoritaria, es de 2 cm. Mucho más irregular
resulta el mantenimiento del margen derecho que, en muchas ocasiones, ni tan
siquiera existe, llevándose la escritura hasta el mismo borde de la hoja.
Cada uno de los asientos va precedido, en el mayor número de los casos , por
un brevete que resume su contenido y que se ubica en posición central respecto al
cuerpo del texto y destacado del mismo, en líneas más breves que éste, en uno o más
renglones y, en muchas ocasiones, para mayor realce, subrayado o enmarcado
mediante trazos rectos o curvilíneos, ejecutados con la misma tinta que el texto.
1.2. La escritura
La escritura que ha servido para fijar el texto de las Actas Capitulares de Morón
se inscribe dentro del complejo mundo de la escritura gótico cursiva.
Fundamentalmente los autores materiales de su ejecución, varias manos, como
posteriormente tendré ocasión de destacar, han practicado una escritura minúscula, de
ductus muy rápido, con un trazado, por lo general, despiezado, típico de la época en la
que se ejecuta, y ya con una visible tendencia a la ejecución de rasgos curvos envolventes
y al predominio de la s redonda o sigma al final de palabra que nos llevaría a calificarla,
utilizando la terminología"clásica", aceptada comúnmente para definir las escrituras
bajomedievales de la Corona de Castilla, como escritura precortesana, ya, en alguna de
las manos, en un grado de evolución muy próximo a la cortesana 13 .
(12) Cfr. A. MILLARES CARLO: Tratado de Paleografía española, 1.1. Madrid 1983, pp.
306-307.
(13) Ibid., pp. 224-225.
CXK
La mayor parte del Libro de Actas es obra de Martín Fernández, cuya rúbrica
como escribano es casi constante al final de los numerosos asientos y que com tal es
también reconocido en el texto de algunos de ellos ( fols. 72vQ, 84vs y 97v9). Es
amanuense de escritura fácil y ágil; predomina en ella el módulo reducido, aunque
en algunas ocasiones, pocas, relacionadas fundamentalmente con el contenido de las
actas (fols. 13vs-16v°) o, más tarde, con el paso del tiempo y el avance de la edad, lo
llegue incluso a duplicar. Son características de su escritura las astas descendentes de
la s y f apuntadas en ápice y casi continuamente engrosadas y cargadas de tinta por
un doble paso del instrumento escritorio en su ejecución, realizada mediante un trazo
descendente que se repasa al ascender la pluma para el trazado de la cabeza de ambas
formas alfabéticas.
Una segunda mano en la ejecución de las Actas es la de Andrés Martínez que
rubrica, por lo general, como notario, pero que se nos identifica (fol. 55rs) como
escrivano de nuestro sennor el rey, et escriuano del dicho congejo. Su escritura, más
abierta, menos compacta que la de Martín Fernández, llega a adquirir caracteres de
total desaliño (fol. 70ve). Mucho más angulosa que la de su colega, en los textos en la
que tenemos ocasión de apreciarla se muestra una total despreocupación por la
calidad, apareciendo llenos de tachaduras y de correcciones interlineadas. La
diferencia entre ambos amanuenses queda bien patente cuando tenemos ocasión de
compraralas en una misma hoja, tal como ocurre en el fol. 71v9, en el que los dos
asientos superiores fueron ejecutados por Andrés Martínez, correspondiendo el
inferior a Martín Fernández.
Otras dos manos actúan, aunque con mucha menor frecuencia, en las Actas.
Son las de Alvar González, escribano público, y la de Alfonso Fernández, autor el
primero de una escritura muy despiezada y de formas alfabéticas muy diferenciadas
(fol. 72v-, asientos 2 y 3), mientras que el segundo practica una escritura menuda y
apretada, muy similar a la de Martín Fernández (fol. 72v2, asiento 1).
Aparte de ellas, pertenecientes todas a escribanos laicos locales, se pueden
detectar otras dos manos que practican una escritura diferente.
En los folios 31vQ-32rs y 42ve-43r9 , notando sendas relaciones de bienes
pertenecientes a las iglesias de Morón, podemos apreciar la influencia en la cursiva
gótica castellana de la denominada escritura bastarda14. Su autor es el vicario Miguel
Sánchez, que rubrica al pie de la segunda relación; es, probablemente, su formación
escrituraria en un ambiente eclesiástico lo que hace de su escritura una cursiva trazada
con mano lenta, conágiles astas ascendentes y descencedentes, predominio de la a
cuadrada y notable utilización de la b y d de doble ojo.
Algo similar ocurre en larelación suscrita en los fols. 53re-va por el vicario Juan
Sánchez, aunque éste trabaje con una mano mucho más cursiva.
cxx
Por último, y en lo que a escritura se refiere, cabría señalar la presencia de pasajes
caligrafiados dentro del cuerpo de las actas, ya que, de los documentos que en ellas se
insertan, dos son transcritos con tipos de escritura que destacan del conjunto general.
El primero, en el fol. 64r s , copiado por el tantas veces citado Martín Fernández,
imita la escritura al uso en la cancillería real castellana, una cortesana muy rasgueada
y que exagera los rasgos distintivos de la misma. El segundo transcribe en el fol. 93v s
una carta de don Fernando de León, comendador de Morón y Cote, y lo hace
utilizando una clara y elegante cursiva formada, de claro sabor arcaizante, de formas
aisladas y muy despiezada, de la que no hemos podido identificar su autor.
Es, pues, todo un amplio panorama de cursivas góticas al uso en el momento,
el que nos ofrece el primer libro de Actas de Morón, panorama que viene a poner
de manifiesto la influencia que sobre la escritura tiene el lugar de formación en que
la adquirieron sus practicantes — laicos o eclesiásticos — y que asimismo, a través de
las suscripciones de los distintos miebros del concejo, nos aporta información sobre
el nivel escriturario de los mismos.
2. Caracteres internos
2.1. Caracteres de redacción
2.1.1. Lengua
La lengua utilizada en la redacción de las actas es el castellano, aunque
impregnado de modismos propios del léxico y del habla andaluza 15 .
2.1.2. Estilo
Están redactadas de acuerdo con el formulario propio de las actas coetáneas 16
y siempre de forma objetiva: el escribano da noticia de los acuerdos; el autor de la
génesis documental, en este caso el concejo, aparece expresado en tercera persona:
acordaron, mandaron.
CXXI
2.2.1. Actas Capitulares
El Libro I de Actas del concejo de Morón reúne en sus 100 folios un total de
207 asientos, cuyas fechas están comprendidas entre el 26 de junio de 1402 y el 13 de
enero de 1426. No existe ninguna relación proporcional del número de asientos por
año, registrándose el máximo (18) en 1425, y el mínimo (2) en 1407 y 1418.
Tras la apertura del libro, realizada, según uso frecuente, mediante una
invocación religiosa verbal: En el nombre de Dios e de Santa María, los asientos van
anotándose en bloques cronológicos, según las sesiones del concejo. Cada sesión se
inicia indicando la fecha completa (día de la semana, día del mes, mes y año, según el
cómputo cristiano de la Natividad) y la relación de los asistentes. No es frecuente que
se exprese el lugar donde se celebra el ayuntamiento, ya que en este momento no
existía sede fija, apareciendo esporádicamente citados como lugares de reunión el
cabildo de la iglesia de San Miguel y la casa del mayordomo del concejo.
Por lo que respecta a la expresión cronológica, hallamos dos puntos a destacar:
una confusión terminológica y un error de fecha en un asiento.
La confusión preside el establecimiento del año en los siete primeros asientos
del libro. Así, mientras elprimero cita el anno del nascimiento del nuestro Salvador
Ihesu Christo, los tercero, cuarto y quinto citan anno del Sennor, y el séptimo anno
de la era. Tal confusión alcanza al sistema del cómputo: el asiento n° 6 está hecho el
viernes veynte e nueve días del mes de deziembre, anno del sennor Ihesu Christo
de mili e quatrogientos annos; el n 9 7 el martes veynte e tres días de enero de la era
de mili e quatrocientos e tres annos. Claro resulta que, en el primer caso, el escribano
no utilizó el estilo de la Natividad, dentro del cómputo cristiano, sino que llevó el
comienzo dele nuevo año al día I a de enero. Al no haber en todo el primer libro de
Actas ningún otro asiento fechado entre los días 25 y 31 de diciembre, no podemos
establecer que ésta fuera la norma usual entre los escribanos de Morón. Más probable
nos parece que, incluso la indecisión nagimiento/Señor/era en las expresiones, nos
indica una inadaptación todavía de los escribanos de la villa al ordenamiento por el
que Juan I impuso a sus reinos el cómputo del año según el estilo cristiano de la
Natividad 17 , mezclando por ello elementos del cómputo anterior (era como expre
sión y comienzo del año el l e de enero) y del nuevo (Cristo como eje del cómputo).
En cuanto al asiento fechado erróneamente, es el primero de los correspon
dientes al año 1420 (fol. 59v°), que aparece asentado el lunes, primero día del mes de
enero, anno del nasgimiento del nuestro Salvador Ihesu Christo de mili e quatrogíentos
e diez e nueve annos, siendo el anterior de 24 de marzo de 1419 y el siguiente de lunes
de 1420. Nos hallamos, en este caso, ante el error, tan frecuente por otra parte, que
(17) Sobre la implantación del uso y el relativo incumplimiento de esta disposición ver
A.C. FLORIANO CUMBREÑO: Curso general de Paleografía y Diplomática españolas.
Oviedo 1946, p. 286.
cxxn
se comete al datar el año en los primeros días de él, cuando la costumbre de la cifra
del año anterior nos impele a seguir utilizándola.
Los primeros asientos de cada año están relacionados con el alguacilazgo y el
mayordomazgo de la villa: la entrega de las prisiones y presos, y la cuenta rendida
por el mayordomo. Esta última, que en un primer momento vemos redactada en bloque
y en cifras globales, a partir de 1421 va a ser rendida por menudo, hecho que va a dar
lugar a una nueva distribución del texto sobre la hoja en dos sectores, ocupando los
dos primeros tercios del renglón el texto del asiento y el otro tercio, sangrado a la
derecha, la cantidad, expresada en numerales romanos y con máxima abreviación de
la denominación de las monedas, maravedíes ( - ) y cornados (c°s).
A partir de 1409, ambas relaciones se ven acompañadas por una tercera, la de
bienes pertenecientes a las iglesias de Morón (joyas, preseas, ropas y otros objetos
litúrgicos y de culto), relación que establece y rubrica el mayordomo de las mismas.
La última relación que se incluye es, a partir de 1413, la de documentos, patrones
y otros objetos, entre ellos el sello del concejo, de que se hace cargo el mayordomo.
Además de estas relaciones, encontramos asentados en las actas capitulares:
2.2.1.1. Ordenamientos
Son acuerdos mediante los que el concejo establece una norma o normas a
cumplir por todos sus vecinos o por un sector determinado de los mismos: guarda de
panes, utilización de aguas, etc. Su dispositivo gira en torno a las expresiones
ordenaron, ordenaron e mandaron y ordenaron e tovieron por bien.
2.2.1.2. Mandamientos
Ordenes de ejecución dadas por el concejo a alguno de sus miembros para que
haga cumplir los ordenamientos establecidos por ellos. Su dispositivo, mandaron a N
que. Cabe incluir entre los mandamientos los que en el brevete se declaran como
pregones, ya que su contenido es una orden al portero de la villa para que proceda
a pregonar algún acuerdo.
2.2.1.3. Cuentas
Como anteriormente indiqué, uno de los elementos constantes en las Actas es
la cuenta rendida anualmente por el mayordomo del concejo. Asimismo encontramos
las cuentas rendidas por el mayordomo de las iglesias. En ambos casos la cuenta se
articula en dos apartados: fallóse que regibió y fallóse que gastó, concluyendo con el
visto bueno otorgado por el concejo.
A ellas se vienen a añadir, esporádicamente, las cuentas de recogidas de
pechos (fol. 17ra y 18r°) y las de gastos de viajes (fol. 30v°).
2.2.1.4. Requerimientos
Ordenes dadas por el concejo a sus oficiales en razón del cumplimiento de la
función que les haya sido encomendada (fol. 56r3).
cxxm
2.2.1.5. Pedimientos
Súplicas verbales, elevadas ante el concejo: paresqió x e razonó por palabra,
y la respuesta dada por el concejo a las mismas (fo. 51vB).
2.2.1.6. Igualamientos
Acuerdos establecidos por el concejo en pleno o por uno de sus oficiales por
contraprestación de servicios: abastecimiento de aceite (fol. 43v°), exterminio de
alimañas (fol. 45r9), etc.
2.2.1.7. Querellas
Quejas planteadas por los vecinos de la villa ante el concejo, generalmente a
causa de robos, y en la mayor parte de los casos motivadas por las razias de los moros
fronterizos (fols. 48v!!, 49vfi).
2.2.1.8. Emplazamientos
Establecimiento de plazos para el abono de una cantidad u objeto. El asentado
en el fol. 45ve aparece cancelado mediante barras, indicando así que el emplazamiento
había sido cumplido en su término debido.
2.2.2.Documentos insertos
Las actas capitulares se nos muestran, además y más allá de como fuentes
inestimables para la inteligencia de todo lo que gaha referente a los municipios18, como
transmisores de documentos que, transcritos en las mismas o intercalados entre sus
hojas, han llegado hasta nuestros días, conservando una información preciosa que,
de otro modo, se hubiera perdido19. Ello ocurre también en las Actas de Morón, que
nos han transmitido información de gran interés, emitida por:
cxxrv
Rodríguez de Villalobos y uno al de don Juan de Sotomayor. Por su estructura
diplomática podemos calificarlos como:
(20) Sobre las relaciones documentales entre señores y concejos de señoríos vid. Ma
L. PARDO RODRÍGUEZ: "Aportación al estudio de los documentos señoriales. El señorío
de Medinaceli (1368-1454)", en El pasado histórico de Castilla y León, 1.1 Edad Media.
Burgos 1983, pp. 127-132, y A.J. LÓPEZ GUTIÉRREZ: "Documentación señorial y concejil
del señorío de Cogolludo en el Archivo Ducal de Medinaceli (1176-1530)", Historia.
Instituciones. Documentos, 10 (1984), pp. 1-94, y Documentación del señorío de Cogolludo
en el Archivo Ducal de Medinaceli de Sevilla (1176-1530). Zaragoza 1989, pp. 99-130.
(21) Los diez han sido publicados por M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ: "Privilegios de los
maestres de Alcántara a Morón de la Frontera", Archivo Hispalense, 214 (1987), pp. 3-
46.
(22) Ibid., docs. nn. 2, 4, 5 y 6.
(23) Ibid., docs. nn. 3, 7, 8 y 9.
CXXV
en Sevilla el 21 de mayo de 1378 (fols. 14rM5r Q ) 25 . En él, el maestre don Ruy Díaz
asiente a las peticiones presentadas por el concejo de Morón, añadiendo al final de
cada una su rúbrica Nos el maestre.
Este sistema de la súplica sola signatura fue utilizado con frecuencia en la
cancillería pontificia. Suponen, en un primer momento, el paso incial previo a la
obtención del documento definitivo, aunque, con posterioridad, muchos destinatarios
se conformaran con ellas, al no contar con medios económicos suficientes para
obtener el libramiento del consabido privilegio 26 . Es el primero el de Morón, que
pronto procuró confirmación en documento en forma de la súplica signada.
La diversidad de tipos documentales, la calidad de su redacción y la utilización
del sistema de súplica sola signatura, añadido a la utilización de un sello propio del
maestrazgo nos llevan a concluir la existencia de una cancillería, concibiendo como
tal la existencia de un organismo propio de expedición deocumental, perfectamente
organizada en la Orden de Alcántara 27 .
2.2.2.1.2. Encomienda de Morón y Cote
En los fols. 88v 9 y 93v e se copian dos documentos intitulados por don Fernando
de León, comendador de Morón y de Cote.
Su estructura es paralela. Iniciadas con la dirección en vocativo: Concejo,
alcalles ..., seguida de la intitulación, cierra el protocolo inicial con una amplia
salutación. Son ambas, misivas relacionadas con la resolución de temas de prendas
fronterizas. El dispositivo, de mandato atenuado por ruego previo. Se cierra el texto
con un saludo final, constituyendo el escatocolo la fecha, con datos cronológicos
referidos tan solamente al mes y al día, y la rúbrica del otorgante. En ninguno de los
casos se alude a la presencia del sello.
Como documento mixto encomienda/concejo se debe incluir la publicación del
arancel del almojarifazgo de Morón (fols., 18vQ-25v-)28. Aunque por su estructura
diplomática es un acta notarial, suscrita por Lope González y Fernán Martínez, escribanos
públicos de la villa por el maestre de Alcántara, es el comendador Pedro López quien
(24) Ibid., doc. n. 10, ubicado erróneamente en los fols. 93vQ 94re.
(25) Ibid., doc. n. 4.
(26) Cf. P. RABIKAUSKAS, Diplomática pontificia. Prelectionum lineamenta. Roma, 4-
ed., 1980, pp. 109-110.
(27) Sería muy deseable la realización de estudios sobre las cancillerías de las Ordenes
Militares en toda su extensión y profundidad. Hasta el momento sólo contamos con el
efectuado por B. CASADO QUINTANILLA, "La cancillería y las escribanías de la Orden de
Calatrava", Anuario de Estudios Medievales, 14 (1984), pp. 73-99, en el que se abordan
los factores de la génesis del documento calatravo, pero no los momentos de la misma ni
la tipología documental.
CXXVI
asiente a la petición planteada por el concejo de la villa y junto con él quien establece la
vigencia del arancel, aponiendo al final su rúbrica, junto con la de los escribanos.
2.2.2.2. Infante don Fernando
En el fol. 64r- se recoge una ragón de la gédula del ynfante nuestro sennor, en que,
de modo abreviado, Martín Fernández, escribano de Morón, da traslado de lo que,
por su inicio Don Fernando etc., y su dispositivo por fazer honrra e merged, pudira
ser una carta de merced emitida por la cancillería del infante don Fernando de
Antequera. No resulta posible una mayor precisión, ya que las fórmulas eliminadas
son las que podrían proporcionar la clave para su correcta clasificación 29 .
2.2.2.3. Oficiales del rey
Un documento intitulado por Fernán Gutiérrez de Sandoval, alcalde mayor
entre moros y cristianos por el rey en el arzobispado de Sevilla (fols. 88v Q -89r s ), viene
a incidir en las características que para la documentación emitida por oficiales reales
puse de manifiesto al estudiar los existentes de este tipo en los fondos medievales del
Archivo Municipal de Ecija 30 .
Nos hallamos ante un documento de iniciación directiva y con un dispositivo en el que
se expresa la calidad de porder delegado del otorgante: por que vos mando departe del dicho
sennor rey e vos ruego de la mía. Por su estructura, salvo el hecho de alterar el orden de la
intitulación/dirección, es un mandato. Como validación aporta la rúbrica del intitulante y la de
un escribano, Luis González, probablemente adscrito al oficio de la alcaldía.
2.2.2.4. Concejo
Solamente hay inserto en las actas un documento concejil, intitulado por el
concejo de Morón, y al que ya hice referencia anteriormente: el memorial o súplica
que aprueba el maestre don Diego Martínez sola signatura. Su redacción de adecúa
plenamente al esquema común a este tipo documental: dirección en vocativo, intitulación,
salutación y expositivo de petición, articulado en uno o más párrafos, introducidos,
en este caso, a partir del segundo por el adverbio otrosí; cierra el texto el saludo final 31 .
cxxvn
No se contiene inserto en las actas ningún otro documento concejil ni del mismo
Morón ni producido por la relación entre su concejo con los limítrofes.
Respecto a la documentación emitida por el propio concejo, aparte el memorial
retornado, pocas noticias nos aportan las actas, dado que no es su principal cometido
registrar tal documentación 32 . Sin embargo sí cabría anotar que el término carta
aparece expreso en dos casos:
- Con ocasión del arrendamiento de la carnicería del concejpo (fols. 30v s , 47r-
s
y 90r ), el brevete que da paso al asiento reza carta de la renta de la carnegería. Ahora
bien, aunque sí es cierto que en los tres asientos se recogen las condiciones necesarias
para establecer un contrato de arrendamiento: objeto, plazo, precio, condiciones de
pago, penas por incumplimiento, cláusula de obligación de bienes y declaración de
fiadores, en ningún caso se hace mención de la emisión del documento respectivo.
- En el fol. 43v s se asienta, según el brevete, una carta de ygualanga del congejo,
referida al abastecimiento de aceite para la villa. Aunque, al igual que en el caso
anterior, recoge las condicioenes pero no redactadas en forma, al final incluye lo que
sería el anuncio de validación en el original dúplice a expedir: para lo qual mandaron
fazer dos cartas, tal la una como la otra, porquel dicho concejo tenga la suya e el dicho
Martín González la suya.
En ambos casos, y al referirse a contratos sujetos a derecho público, ambas
cartas irían validadas, además de por el sello del concejo, inexcusablemente por la
suscripción y signatura de un escribano público de la villa.
(31) Cfr. F. PINO REBOLLEDO: "Diplomática municipal....", ob. cit., pp. 75-78, y Ma J.
SANZ FUENTES: "Tipología concejil...", pp. 203-204.
(32) Tal cometido cumpliría a los registros que debían llevar los escribanos de concejo.
Cf. F. PINO REBOLLEDO: "Diplomática municipal...", ob. cit., p. 35.
cxxvm
- costó más el papel para escrevir las cosas del concejo ocho maravedís (fol.
65r B). Año 1421.
- costó una mano de papel para escrevir las escripturas del concejo ocho
maravedís (fol. 84v 9 ). Año 1425.
Tal vez la diversidad de términos cosas/escrituras pueda relacionarse en el
primer caso con las actas del concejo y en el segundo con la documentación expedida.
3.1.2. Amanuenses
Son dos los escribanos que aparecen documentados como adscritos al concejo
en labor escrituraria: Andrés Martínez y Martín Fernández. Su sueldo se fija en el
asiento hecho en el año 1422 (fol. 72v e ) de un mandamiento concejil:
Mandaron que por quanto Andrés Martínez y Martín Fernández,
escrivanos, escrevían las escripturas que pertenesgían al congejo e
porque fasta aquí non les dava nada el congejo por las dichas escripturas
e porque padegían sobre esta razón, mandaron que de aquí adelante que
les den e ayan del congejo cada giento maravedís de cada anno, porque
fagan las dichas escripturas.
En los dos últimos años recogidos en las actas — 1424 y 1425—debieron de actuar
turnándose y realizando uno de ellos el trabajo cada año, ya que en el primero de ello
se le libran 200 maravedís a Andrés Martínez sin haber ningún libramiento a nombre
de Martín Fernández (fol. 85v°), mientras que en el segundo se le libra la misma
cantidad, 200 maravedís, a Andrés Fernández y ninguna a su colega (fol. 97r s ).
3.1.3.Sello
El sello del concejo, elemento validador por excelencia de sus documentos y
símbolo de su poder y capacidad jurídica 33 , aparece recogido continuamente en la
relación de bienes recibidos por el mayordomo al comienzo de cada año para su
custodia. Trátase, como es obvio, de la matriz sigilar, de la que se nos proporciona
hasta su materia, el agófar o latón (fol. 66r e ) 34 . No se describe el tipo grabado en su
campo, ni se nos indica si es anepígrafo, o por el contrario lleva leyenda, pero es
recuperable a través de las improntas que del mismo o de una matriz sucesiva se hallan
en el Archivo Municipal de Sevilla 35 .
3.1.4. Correos
En los libramientos del mayordomo hay abundantes referencias sobre el pago
a personas que actuaron como portadores de cartas del concejo hasta su destino. En
cada asiento se hace constar el nombre del correo, el número de cartas que se le
(33) Cfr. Ms C. CARLÉ: Del concejo medieval castellano-leonés. Buenos Aires 1958, p.
98.
(34) Es el latón, junto con el bronce y otras aleaciones del cobre, el material más utilizado
en la confección de matrices de sellos. Cf. F. MENÉNDEZ PIDAL y E. GÓMEZ PÉREZ:
Matrices de sellos españoles (siglos XII al XVI). Madrid 1987, p. 19.
CXXDí
entregan y el lugar de destino, aunque en alguna ocasión este último dato es sustituido
por el nombre o título del destinatario: Don Pero Ponce (fol. 84rQ) o el Adelantado (fol.
84v°). La cantidad menor librada es de 10 mrs. por ir a Marchena, a El Coronil y a
Arahal. La más elevada, 40 mrs. que se pagaron a un jinete que llevó una carta a Rota
(fol. 84vs) y 3o mrs. por ir a Sevilla y a Zahara. En sólo tres asientos se nos indica que
el portador era persona adscrita al concejo: en dos ocasiones (fols. 64vs y 97r°) el
trompeta Gonzalo, y en una (fol. 96vs) Alfonso, el pregonero.
El hecho de precisar el dato del jinete junto al portador de la carta de Rota, nos
inclina a pensar que todos los demás fueron troteros, correos a pie.
(35) Cfr. Ma J. SANZ FUENTES y Ms I. SIMO RODRÍGUEZ: ob. cit., nn. 556, 639 y 1518.
CXXX
mesta y otras escrituras.
- legajos: aparece en las relaciones el término "envoltorio": veyntitrés
cartas en un envoltorio, de los maestres; treynta e un cartas en otro
envoltorio, de los maestres, etc.
CXXXI
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ACTAS CAPITULARES
DE
MORÓN DE LA
FRONTERA
(1402 - 1426)
Ir./ [1]. En el nonbre de Dios et de Santa María.
Lunes veynte e seys días del mes de junio, anno del Nascimiento de nuestro Saluador
Diesu Quisto de mili e quatrocientos e dos annos.
En este dicho día, frey Pero López, comendador de Morón e de Cote, e Pero Yuánnez
de Coria e Iohán Martínez de Castro, alcaldes, e Pero Goncález, mayordomo, e Martín
Sánchez e Matheos Ferrández, jurados, e Martín Ferrández, alguasil, e Goncalo Alfonso e
Martín Sánchez de Marchena e Iohán Martínez de Rota e Alfonso García Maderuelo e Iohán
Ferrández Cachipeto e Loys Lobatón e Domingo Martínez Nieto e Ferrand Martínez,fijode
Pero Sánchez, e Ferrand Martínez de Bejer e Miguel Pérez e otros ornes buenos el concejo
de la villa de Morón, estando ayuntados en su cabildo, segund que lo an de vso e de costunbre,
mandaron e entendieron que era seruicio de Dios e de nuestro sennor el rey e de nuestro sennor
el maestre, et viendo la pesa que tenía la cibdat de Seuilla con que se pesauan todas las cosas
con que se regía la dicha gibdat, e segund la pujaron segund costunbre, e veyendo la mayoría
que la dicha pesa desta villa tenía la pesa de la dicha cibdat, mandaron e touieron por bien
que las dos oncas que syenpre auía de más que las aya agora, segund que las ouo de vso e de
costunbre.
1 v./ En este dicho día, los dichos oficiales e ornes buenos requirieron la pesa del dicho
concejo e fallaron que auía en la dicha libra treynta e ocho oncas en la dicha libra del dicho
concejo.
® Miércoles syete días del mes de junio, anno del sennor de mili e
quatrocientos e dos annos.
En este dicho día miércoles, moros de Ronda o de su tierra saltearon en término de
Morón en la Ñaua que dizen de la Figuera, a Pablo Maryn e a Iohán Díaz e a Martín Sánchez
de Madryd e a Pero Ruyz, e mataron al dicho Pero Ruyz, e leuáronle vna ballesta e vna capa
e vna aljaba e vn cynto e vn terciado e vn sahueso e otras cosas que podían valer dies doblas
3
de oro, e fueron en seguimiento deste rastro muchos onbres vesinos de Morón, de pie e de
cauallo, entre los quales fueron Goncalo Alfonso e Bartolomé Goncález e Ferrand Martín,
fijo de Marcos Pérez, e Alfonso Delgado e Andrés Martínez, escriuano público de Morón,
e seguieron este rastro fasta en término de Zahara.
2r./ [3]. Domingo veynte días de jullio, anno del Sennor de mili e quatroctentos
e dos annos.
En este dicho día, los oficiales e ornes buenos del concejo de la villa de Morón,
estando ayuntados en su cabildo, segund que lo han de vso e de costunbre, mandaron Alfonso
Goncález, vesino de la dicha villa, que fuese por su mandadero e procurador a casa de nuestro
sennor el rey en vn pleito que ellos auían con Iohán Sánchez de Carranca, e con el concejo
de la villa de Teba. Et dieron al dicho procurador Alfonso Goncález para despensa en el dicho
pleito vn mili mrs. para librar los preuillejos de la dicha villa.
Et otrosy dieron e entregaron al dicho Alfonso Goncález dos preuillejos escriptos en
pargamino, de franquesa de la dicha villa, e más dos cartas e vn alualá escriptos en papel de
la dicha franquesa de la dicha villa. E otrosy se obligaron que sy por aventura su cauallo
estuvies< > que gelo paguen.
Yo, Martín Fernández, escriuano. Yo, Andrés Sánchez, escriuano.
En este dicho día, los dichos oficiales e ornes buenos rescibieron de Martín Ruyz,
jurado de la dicha villa, tresientos mrs. que traxo del Arahal, que los echaran de pecho para
este dicho negocio, para ayuda a la dicha costa.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
{ [4]J Viernes veynte e nueue días del mes de disienbre, anno del Sennor Ihesu
Christo de mili e quatrocjentos e dos annos.
En este dicho día, moros de Zahara entraron a tierra de Cristianos en término de
Morón, donde dizen el Saltillo de Cote, e saltearon a Diago Rodríguez de Oriz, alcayde que
era de Cote, e matáronlo e robáronle quanto leuaua, en lo qual le robaron toda su ropa e sus
armas e gallynas, que podía valer lo que le robaron veynte doblas de oro; e seguieron este
rastro ornes de pie e de cauallo, vezinos de Morón, entre los quales fueron García López, fijo
del comendador, e Ferrand Martínez, escriuano, e García Alfonso e Alfonso Delgado e
Martín Ruyz e Alfonso Gonfález e Ferrand Martínez,fijode Bartolomé Ferrández, e vesinos
de Morón.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
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2v./ [5]. Entrega de lo del concejo de la prisyones.
Martes veynte e tres días del mes enero, anno de la era de mili quatrocientos e tres
annos.
En este dicho día los oficiales e omes buenos del concejo de la villa de Morón
entregaron las prisyones que ellos an de Ferrand Martínez, alguasil de la dicha villa;
- Primeramente vn cepo.
- Dos cadenas, vna gruesa e otra delgada.
- Tres cañados con sus llaues.
- Et syete collares de fierro del pescueco con tres eslabones e cinco peales de
los pies con sus eslabones.
[6]. Martes veynte e tres días del mes de enero, anno del Nascimiento del
nuestro Saluador Ihesu Christo de mili e quatrocientos e tres annos.
En este dicho día, Ferrand Martínez e Iohán Ferrandez, alcaldes de la villa de Morón,
et Ferrand Martínez, alguasil, e Martín Ferrandez e Ferrand Gutiérrez, jurados, e Alfonso
Goncález, mayordomo, e otros omes buenos, omes vesinos de la dicha villa, rescibieron
cuenta de Pero Goncález, mayordomo que fue de la dicha villa del anno de mili e
quatrocientos e dos annos, de los maravedíes quel dicho Pero Goncález, mayordomo,
rescibió en nombre del dicho concejo, los quales maravedíes montaron dos mili e quinientos
e setenta e seys mrs., et dio por despendidos en prouecho del dicho concejo dos mili tresientos
e nouenta e dos mrs. e syete ds. Asy que alcanca lo rescebido a lo despendido por setenta mrs.,
e estos maravedíes mandaron al dicho Pero Goncález que los dé Alfonso Goncález,
mayordomo del dicho concejo. Et esta cuenta dieron los dichos oficiales e omes buenos por
buena e verdadera agora e para syenpre jamás, e dieron por quito al dicho Pero Goncález a
a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Martín Ferrandez, escriuano. Yo, Ferrand Martínez, escnuano. Yo, Andrés
Martínez, escriuano.
3r./ [7]. En este dicho día los dichos oficiales e omes buenos de la dicha villa
mandaron faser vn quaderno para coger ciertos maravedíes quel dicho concejo á de dar a
Iohán Valásquez, sacristán, de soldada de la sacristanía que el syrue por el dicho concejo, que
fallaron que le deuían de vn tercio del anno pasado de mili e quatrocientos e dos annos. Et
pidió merced que le fagan merced de otro tercio. E luego el dicho concejo físole la merced
del dicho tergio que le sea cogido en rasón de la dicha soldada, e mandaron a Martín
Ferrandez, escriuano, que faga el dicho padrón para coger el dicho pecho, el qual tercio se
conplirá en fyn del mes de abril primero syguiente que verná.
Otrosy los dichos ofigiales e omes buenos de la dicha villa mandaron a los oficiales
que busquen vn onbre que pertenesca para ser portero de la dicha villa.
Yo, Martín Ferrandez, escriuano. Yo Andrés Martínez, escriuano. Yo, Ferrand
Martínez, escriuano.
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Otrosy en este dicho día los dichos oficiales e ornes buenos de la dicha villa otorgaron
que rescibieron de Miguel Sánchez, vesino de la dicha villa, albacea que fue de Ferrando el
Cauanno, nueuecientos e ochenta mrs., los quales maravedíes son:
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fuera de las dichas partes, que peche dosientos mrs. por penna e por postura que en vno
posieron.
Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
4v./ [10]. Viernes seys días del mes de abril, anno del Sennor Ihesu Christo de mili
e quatrocientos e tres annos.
En este dicho día Ferrand Martínez e Iohán Ferrández, alcaldes, e Ferrand Martínez,
alguasil, e Ferrand Gutiérrez e Martín Ferrández, jurados, e Alfonso Goncález, mayordomo,
e García Alfonso e Bartolomé Ferrández e Martín Goncález e Alfonso Ferrández e Matheos
Ferrández e Miguel Ruyz e Goncalo Garfia e Iohán Martínez e Martín Goncales e Iohán
Goncález Iohán Martínez de Castro e otros ornes buenos vesinos de la dicha villa, estando
ayuntados en su cabildo, segund que lo an de vso e de constunbre, veyendo los menesteres
desta dicha villa, fallaron que auían de dar de la obra de la yglesia de Sant Miguel de aquí de
Morón al maestro que la labra tres mili mrs., los quales maravedíes mandaron derramar por
pecho, et más quinientos mrs. para pertrecho de la dicha obra, que son tres mili e quinientos
mrs. para la dicha obra.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Ferrand Martínez, escriuano.
(g) Martes a primero día de mayo, anno del sennor Ihesu Christo de mili e
quatrocientos e tres annos.
En este dicho día, en la noche, moros de tierra de Ronda entraron a tierra de cristianos
a término de aquí de Morón, en el canpo que disen de la Fygüera, e saltearon un fato de ouejas
de vesinos de aquí de Morón, e leuaron robados nueue bestias asnares, e leuaron capas e
langas e calderos e todas la otra ropa que en el dicho fato estaua. Los quales asnos e ropa e
todo lo otro que asy levaron podía valer fasta cinquenta doblas. Et seguieron este rastro ornes
de pie e de cavallo fasta en término de Pruna; e fueron en seguimiento deste rastro Garfia
Alfonso e Ferrand Martínez, escriuano, e Alfonso Delgado e Pero Goncález e Iohán Sánchez
e otros vesinos e moradores de la dicha villa.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
')
5r.| [12]. Sábado trese días del mes de mayo, anno del Nascimiento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili quatrocientos e tres annos.
En este dicho día, en la noche, moros de tierra de Ronda, fasta veynte peones, entraron
a tierra de Morón en el canpo que disen de Benamequís, e saltearon un fato de vacas de vesinos
de aquí de Morón, et mataron a Pero Alfonso, vaqueriso, rabadán de las dichas vacas, e
robaron el dicho fato e todo lo quel dicho Pero Alfonso tenía. Et fue seguido este rastro fasta
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término de Pruna. Et fueron en seguillo Ferrand Gutiérrez e Ferrand Martínez e lohán
Ferrández e Matheos Ferrández e Alfonso Delgado e Alfonso Martínez Cariso e Ferrand
Martín, escriuano, e Andrés Martínez, e otros vesinos e moradores de la dicha villa de Morón.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
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! [13]. Miércoles seys días del mes de junio, anno del sennor Ihesu Christo de
V _ ^ mili e quatroctentos e tres annos.
En este dicho día moros de Zahara entraron a tierra de cristianos a término de Morón,
al canpo que disen de Terrona, e leuaron dies yeguas de Martín Sánchez de Guadalfajara que
traya en sus vacas, e mataron cinco puercos, e leuaron todo quanto fallaron en las eras de
Martín Ferrández, jurado. Et fue seguido este rastro fasta término de Zahara. E fueron en
seguillo Alfonso Goncález e lohán Martín Cachipeto e Pero Goncález Alhaqueme e Ferrand
Martín de Rota e Ferrand Martín, escriuano, e otros vesinos de la dicha villa.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
5v./ [14]. Cuenta de los maravedíes que cogieron de pecho Ferrand Gutiérrez e
Martín Ferrández, jurados.
Viernes postrymero día de nouienbre, anno del Nascimiento del nuestro Saluador
Ihesu Christo de mili e quatrocientos e tres annos.
En este dicho día lohán Ferrández e Ferrand Martínez de Rota, alcaldes, e Ferrand
Martínez, alguasil, e Alfonso Goncález, mayordomo, e García Alfonso e Alfonso García
Maderuelo e Martín Ruyz e Alfonso Gómez e lohán Martín de Castro e Alfonso Ferrández
e Aluar Goncález e Pero Yuánnez e Matheos Ferrández e Domingo Martín de Fuentes e
Goncalo García Xaramillo e Antón López e otros ornes buenos, vezinos de la dicha villa,
rescibieron cuenta de Ferrand Gutiérrez e de Martín Ferrández, jurados de la dicha villa, de
un pecho que los dichos jurados cogieron por el dicho concejo; el qual padrón montó tres mili
e setecientos e veynte e nueue mrs. Et de estos maravedíes dieron que auían dado por el dicho
concejo a lohán Martín, maestro, que labró la yglesia de Sant Miguel de aquí de Morón, un
mili e nueuecientos mrs. Et dio más que auyan dado a Martín Sánchez de Molyna,
mayordomo de la dicha yglesia por el dicho concejo, seycientos e quarenta mrs.; et dieron
más que auían despendido en prouecho del dicho concejo ochocientos e treynta e seys mrs.
E contado lo rescebido e descontado todo lo despendido, fallaron que alcancó el concejo e
oficiales e ornes a los dichos jurados por treynta e dos mrs. E los dichos ornes buenos dieron
la dicha cuenta por buena e leal e verdadera, e dieron por quitos a los dichos Ferrand Gutiérrez
e Martín Ferrández, jurados, a ellos e a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
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En este dicho día, los dichos oficiales e ornes buenos de la dicha villa dieron licencia
e abtoridat a Ferrand Martínez de Rota, vezino de la dicha villa, para que pudiese tener e poner
sus colmenas que el á en una majada que está un poco encyma del molyno que dizen de
Engorrilla para en el tienpo de la vuas, por quanto está defendido en el alanzel del concejo
que non estén desta parte del río.
Yo, Martín Ferrandez, escriuano.
En este dicho día los dichos oficiales e ornes buenos del concejo de la dicha villa, vista
una apellacion que ante ellos fue presentada por parte de Alfonso Ferrandez de Porras, prioste
que es de la confradía de Corpore Christi, de una sentencia que Goncalo Martín, alarife del
dicho concejo, dio sobre una agua que sale de las casas de Maryna Blanca, en que mandó que
la dicha agua que fuese por un ospital de la dicha cofradía e que sálvese alia (sic) calle. Et
luego los dichos oficiales e ornes buenos, vista la dicha apellacion, mandaron e dieron poderío
conplido para librar el dicho negocio, segund quel dicho concejo lo ha e commo mejor e más
conplydamente puede et deue ser derecho Alfonso Goncález, mayordomo, e a Ferrand
Martínez de Rota, alcalde, oficiales de la dicha villa, e Alfonso García, maestro, vezino de
la dicha villa, para que vean el dicho agrauio e agrauios, et que lo libren e den en ello sentencia
o sentencias, aquella o aquellas que con derecho deuan, en manera que llegue el fecho a
deuyda esecución.
Testigos, los sobre dichos.
Yo, Martín Ferrandez, escriuano.
[16]. Los derechos que á de leuar el alarife del concejo de aquí de Morón:
Primeramente, esto es lo que á de auer el alarife del concejo de Morón de sus derechos:
- De la pared que es fazia la calle e la quisyeren derribar, ha dos mrs. Et sy la
derribaren syn licencia del alarife, doze mrs. Et sy la derribare la pared fasta
el cimiento e el cimiento non derribare, non cayga en la penna de los doze mrs.
- Et sy el cimiento abriere a dos calles que tenga esquina, á de cada calle dos
mrs.
- Otrosy sy fuere llamado a qualquier obra commo joez porque la vea, a quatro
mrs. de su derecho.
- Otrosy de partición de casa que fiziere á de cada parte dos mrs.
- Otrosy qualesquier aguas que vinieren a casa de su comarcano e pudieren
salyr alia (sic) calle, que les mande echar alia (sic) calle, que non venga a casa
de su vezino, á por tal juizio dos mrs.
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- Et de la y da por que va a ver las aguas a do son pertenescientes, quatro mrs.
Et sy fuere otro maestro otro con el, á otros quatro mrs., e esto es a costa del
caydo.
- Otrosy qualquier que abriere cjmiento en qualquier calle syn el alarife, que
peche doze mrs. al alarife. E sy llamare al alarife que le dé de su derecho por
la yda e vista, dos mrs.
- Et qualquier que fiziere cimiento en qualquier calle syn el alarife, que le pague
por penna doze mrs. E sy lo llamare al alarife, que le dé dos mrs.
7r./ [17]. Traslado de tres cartas de nuestro sennor el maestre, escripias en papel,
selladas con el sello de cera en las espaldas, e firmadas de vn nombre que
dise Alfonso Ferrández, contador, de las quales cartas el tenor dellas es
este que se sygue.
[17.1] De nos frey Ferrand Rodríguez de Villalobos, por la grafía de Dios maestre de
la Cauallería de la Orden de Alcántara, al concejo, alcaldes e ornes buenos de la nuestra villa
de Morón, nuestros vasallos, salud e buena ventura.
Sepades quel concejo e ornes buenos del nuestro lugar del Arahal, nuestros vasallos,
se nos enbiaron querellar e dizen que quando acaesfe que fazedes algunas derramas entre
vosotros para los menesteres del concejo sobre razón de los mandaderos que a nos enbiades,
et otrosy sobre razón de los otros pleitos e negofios que entre vosotros acaescen que cunple
a seruifio del rey nuestro sennor e nuestro, e a pro del dicho concejo, que les echades que
paguen con vosotros e que non les llamades a que se cacterten a las cuentas nin al fazer de
las derramas. E que sy esto asy pasase que recibirían en ello agrauio e danno. Et enbiáronnos
pedir mercad que mandásemos que quanto las tales derramas fiziésedes, que fuesen llamados
dos ornes buenos del dicho lugar, Arahal, para que se acaesgiesen a fazer las dichas derramas
e a uer las cuentas de los mrs. que se ouiesen a derramar, porquel dicho concejo del Arahal
fuese sabedor dello e non fuese dañineado; e en qué se gastan los dichos mrs. que asy fueren
derramados.
Et nos, veyendo que nos pedían derecho, toufmoslo por bien. Porque vos mandamos
que de aquí adelante cada que ouierdes a faser alguna derrama para los dichos vuestros
menesteres, que lo fagades saber al dicho concejo del Arahal porquel enbiase a se afeitar a
ello dos ornes buenos sus vezinos, porque su derecho sea guardado, que lo que le ende cunpla
a pagar, mandamos que lo paguen; e do en otra manera lo fiziéredes, mandamos que lo non
paguen. E non fagades ende al por alguna manera, so pena de la nuestra merced.
Dada en el nuestro lugar de Villanueva, veinte et vn días de nouienbre, armo de mili
e quatrofientos e tres annos.
Yo Alfonso Ferrández de Villa Real, contador de mi sennor el maestre, la fiz escreuir
por su mandado.
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8r./ [17.2] De nos frey Ferrand Pérez de Villalobos, por la gracia de Dios maestre de
la cauallería de la Orden de Alcántara, al concejo e alcaldes e ornes buenos de la nuestra villa
de Morón, nuestros vasallos, salud e buena ventura.
Sepades quel concejo e ornes buenos del nuestro lugar del Arahal, nuestros vasallos,
se nos enbiaron querellar e dizen que son mucho agrauiados en quanto a los alcalles que son
del dicho lugar del Arahal non les dades lugar a que libren los pleitos más de fasta en contía
de sesenta mrs., por la qual rasón an de yr ante los alcalles de la dicha nuestra villa de Morón
por los otros pleitos que entre ellos a acescen de mayor contía de sesenta mrs., e que se les
sygue por ende grand danno e menoscabo por auer de yr del Arahal a Morón, que son tres
leguas de yda e tres de tornada, por lo qual dizen que menoscaban mucho de sus faziendas,
e que sy esto asy pasase que sería ocasión de se ermar el dicho nuestro lugar. Et enbiáronnos
pedir por merced que les proueyésemos de remedio con derecho.
Et nos, remediando en esto e viendo que es asy verdat commo nos fue querellado, e
por los escusar de costas e dannos de aquí adelante a los dichos ornes buenos del dicho nuestro
lugar del Arahal sy ouiesen de yr a los dichos pleitos ante los dichos nuestros alcalles de la
dicha nuestra villa de Morón, et que se pueble mejor, ordenamos e mandamos que de aquí
en adelante que los alcalles que fueren del dicho lugar Arahal que conoscan de todos los
pleitos ceuiles, mayores e menores, que ante ellos parescieren, e que puedan dar en ellos
sentencia o sentencias; e que la parte que se syntiere por agramada que pueda apellar por ante
los alcalles de la nuestra villa de Morón. E de la sentencia o sentencias que los dichos alcalles
de la dicha nuestra villa dieren, que la parte que se agrauiare que pueda apellar ante nos o ante
el comendador que fuere de la dicha nuestra villa de Morón. E eso mesmo, que la sentencia
o sentencias que diere el dicho comendador que pueda suplicar ante nos sy quisyere, e que
non le sea denegada la apellación nin suplicación.
E esto vos mandamos que les non vayades nin pasedes contra esta ordenaba et
merced que nos fazemos en ninguna manera, so pena de la nuestra merced e de seyscientos
mrs. a cada vno para la nuestra cámara.
Dada en el nuestro lugar de Villanueva, veinte e vn días de nouienbre, armo del
nascimiento de nuestro Saluador Ihesu Christo de mili e quatrocientos e tres annos.
Yo Alfonso Ferrández de Villa Real, contador de mi sennor el maestre, lafisescreuir
por su mandado.
8v./ [17.3] De nos don frey Ferrand Rodríguez de Villalobos, por la gracia de Dios
maestre de la Cauallería de la Orden de Alcántara a vos el concejo e alcalde e ornes buenos
de la nuestra villa de Morón, nuestros vasallos, salud e buena ventura.
Sepades quel concejo e ornes buenos del nuestro lugar del Arahal, nuestros vasallos,
se nos enbiaron querellar et dizen que quando acaesce que ponen entre sy sus alcalles de cada
anno, segund que lo an de vso e de costunbre, que van ante vos que los confirmedes, e que
algunas vezes, quando vos queredes, que reuocades los tales alcalles que ellos lyeuan asy
esleydos, e que ponedes vos otros alcalles, e que sy esto asy pasase que rescebirían en ello
agrauio e danno, por quanto los tales alcalles que asy reuocades fyncan menoscabados,
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seyendo ellos ornes buenos et de buena fama e tales quel dicho concejo les plaze que ayan
los dichos oficios. E enbiáronnos pedir por merced que los proueyésemos de remedio.
Et nos touímoslo por bien, porque vos mandamos que de aquí adelante cada quel
dicho concejo et ornes buenos del dicho lugar del Arahal pusyeren sus alcalles todos a vna
voluntad o a la mayor parte del dicho concejo del Arahal, e los enbiaren ante vos para que
los confirmedes, que vos que los confírmades e les tomades juramento que bien e leal e
verdaderamente vsen de los dichos oficios, guardando seruicio de nuestro sennor el rey e
nuestro, e las otras cosas sustanciales quel derecho quiere, e que non aya y otro mandamiento
alguno.
Et los vnos e los otros non fagades ende al so pena de la nuestra merced.
Dada en el nuestro lugar de Villanueva, veynte e vn días de nouienbre, anno del
Sennor de mili e quatrocientos e tres annos.
Yo Alfonso Ferrández de Villa Real, contador de mi sennor el maestre, la fis escreuir
por su mandado.
Fechos estos traslados en miércoles, cinco días de dizienbre, anno de la era
sobredicha.
Jueues tres días de enero, anno del Nascimiento de nuestro Saluador Ihesu Christo de
mili e quatrocientos e quatro annos.
En este día Ferrand Martínez, alguazil, dio e entregó Alfonso Delgado, alguazil, estas
prisyones que se syguen;
- Primeramente un cepo de palo.
- Syete collares del pescuezo, con tres eslabones.
- Cinco peales de los pies.
- Dos cadenas de fierro, vna gorda e otra delgada.
9v./ [19] Cuenta del mayordomo del concejo que es Alfonso Goncález,
Jueves postrimero día de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili e quatrocientos e quatro annos.
En este día García Alfonso e Ferrand Martínez, alcaldes, e Alfonso Martín, alguazil, e
Alfonso Garfia, mayordomo, e Domingo Andrés e Martínez Carizo, jurados, oficiales de la dicha
villa de Morón, e otros oficiales e ornes buenos de la dicha villa, rescibieron cuenta de Alfonso
Goncález, mayordomo del dicho concejo, de lo que él rescibió por el dicho concejo, lo qual montó
quatro mili e quinientos e nueue mrs. quel auía rescebido por el dicho concejo. E dio por
despendidos en prouecho del dicho concejo dos mili e quinientos e ochenta mrs. Asy que alcanca
lo rescebido a lo despendido por vn mili e nueuecientos e veynte e nueue mrs. E dio más que auía
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despendido en el pleito quel dicho concejo trae con el concejo de Teba, de lo suyo propio, un mili
quatrocientos e nouenta e ocho mrs. Asy que quedan para el dicho concejo quatrocientos e treynta
e un mrs. E destos maravedíes, sacando ciento e setenta mrs. que auía dado más por el dicho concejo,
quedan para el dicho concejo dozientos e sesenta e un mrs. para el dicho concejo. Et luego los dichos
oficiales et ornes buenos dieron la dicha quenta por buena e leal e verdadera, e dieron por quito al
dicho Alfonso Goncález e a sus bienes e a sus herederos, et mandaron a nos, Martín Fernández e
Andrés Martínez, escriuanos públicos de la dicha villa que diésemos carta de quitamiento al dicho
Alfonso Goncález.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
En este dicho día los dichos oficiales e ornes buenos de la dicha villa de Morón
ordenaron e touieron por bien, entendiendo que era seruicio de Dios e de nuestro sennor el
rey e de nuestro sennor el maestre et pro e onra e prouecho desta villa e de los que en ella
byuen, ordenaron e touieron por bien que ninguno nin alguno vezino nin morador desta dicha
villa nin otro ninguno de fuera parte, que non sea tenudo de leuar nin sacar fuera de la dicha
villa trigo nin ceuada syn mandado e alualá de Alfonso Garfia, nuestro mayordomo, que lo
á de ver por nos. E sy lo sacara e leuare que lo pierda el trigo e la ceuada e los costales en que
los leuare. Et qualquier que lo fallare que lo pueda acusar e leuar la tercia parte.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
Domingo quinze días de junio, armo del sennor Ihesu Cristo de mili e quatrocientos
e quatro annos.
En este día a la ora de la nona el concejo e oficiales e ornes buenos de la dicha villa
de Morón mandaron a Iohán Martín, portero desta dicha villa, que pregonase que ninguno
nin algunos que non sean osados de yr a segar afuera parte, nin de yr a coger esparto, sy non
qualquier o qualesquier que asy fueren a segar afuera parte, o a coger el dicho esparto, que
se paren a la penna que nuestro sennor el maestre manda por sus cartas.
Lunes tres días de nouienbre, armo del Nasfimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili quatrocientos e quatro annos.
En este día García Alfonso, alcalde de la villa de Morón, e Domingo Andrés, jurado,
e Alfonso Garfia, mayordomo, e Alfonso Ferrández de Porras e Ferrand Gutiérrez, e Pero
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Yuánnez e Pero Goncález e Matheos Gonf ález, e otros ornes buenos vezinos de la dicha villa,
en presencia de mí, Martín Ferrández, e de mí, Andrés Martínez, escriuanos públicos de la
dicha villa, rescibieron cuenta de Alfonso Martínez, jurado del dicho concejo, de un padrón
de pecho quel dicho Alfonso Martínez, cogió por el dicho confejo, el qual padrón montó dos
mili e ochenta et ocho mrs. Et destos maravedíes el dicho jurado dio que auía dado Alfonso
Garcm, mayordomo del confejo, un mili e quinientos mrs. Et más dio quue auíe dado a Martín
Ferrández, escriuano, por mandado del dicho confejo ciento mrs. porque ayudó a coger el
dicho pecho. E dio más en albaquía sesenta e seys mrs. Asy que alcanca el confejo al dicho
Alfonso Martínez, jurado, por quatrofientos e veynte e un mrs. e finco ds. E mandaron al
dicho Alfonso Martínez que los dichos maravedíes que los dé al dicho mayordomo para con
qué faga el forno del confejo. Et, pagando al dicho Alfonso Martínez los dichos maravedíes,
diéronlo por quito al dicho Alfonso Martínez e a sus bienes a sus herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
llr(/[23]J Miércoles tres días de dizienbre, anno del Nascimiento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili e quatrofientos e quatro annos.
En este día entraron moros de tierra de Ronda, fasta LX peones, escontra al castillo
de Cote, e saltearon a Miguel Ferrández del Corral e a Martín Sánchez de Madrid e a Garfia
Pérez e a Marcos, fijo de Andrés Ferrández, e tomaron al dicho Miguel Ferrández e al dicho
Marcos, e despojáronlos et matáronlos. E fue seguydo este rastro fasta en término de Zahara
de ornes de pie e de cauallo, vezinos de aquí de Morón, e de otros. Entre los quales fueron
Ferrand Martín de Rota e Garfia Alfonso, alcaldes, e Aluar Rodríguez d'Abrio e lohán
Alfonso, su criado, e Ferrand Gutiérrez e Pero Gonf alez e Gonfalo de Fozes, e otros muchos,
en presenf ia de mí, Martín Ferrández, escriuano público de la dicha villa.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
Miércoles diez e syete días del dicho mes, anno de la era sobre dicha.
En este dicho día entraron moros de tierra de Ronda a término de Morón, a donde
dizen Las Veredas de Montegil, fasta veynte o treynta peones, e robaron el fato de las vacas
del comendador mayor, e leuaron fasta fiento e finquanta vacas del dicho fasta (sic). E fue
seguydo este rastro fasta en término de Zahara por el dicho comendador e por el comendador
de Lares e por Ferrand d'Arias e por Garfia Alfonso e Ferrand Martínez de Rota e Ferrand
Martín, escriuano, e Miguel Pérez e Pero Gascón e Alfonso Martínez, alguazil, e otros
muchos, en presenf ia de mí, Martín Ferrández, escriuano público de Morón.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
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1 lv(7 [25] J Domingo XXI días de dezienbre, anno del Nascimiento de nuestro
^—-^ Saluador Ihesu Christo de mili e quatrocientos e quatro annos.
[26]. Estas son las cosas que Alfonso Martínez, alguazil, entregó a Iohán
Ferrández de Morón alguazil.
Domingo quatro días de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili e quatrocientos e cinco anno. En este día Alfonso Martínez Delgado, alguazil
que fue de aquí de Morón, dio e entregó estas cosas que aquí dirán a Iohán Ferrández de
Morón que es agora:
- Primeramente vn cepo de palo e dos cadenas de fierro, vna gorda e otra
delgada.
- Syete collares de fierro para el pescueco, con tres eslabones.
- Cinco peales de los pies con sus eslabones.
- E más, el dicho Alfonso Martínez, alguazil, entregó al dicho Iohán Ferrández
a Iohán de Aroche e Iohán de la Vaca, porquerizos de Martín Yuánnez, vezino
de Marchena, que los tenía presos.
- E más tres cañados de fierro.
Jueues veynte e vn día de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Cristo de mili e quatroejentos e cinco anno.
En este día Alfonso Ferrández e Iohán Goncález, alcaldes, e Iohám Ferrández,
alguazil, e Antón Pérez e Antón López, jurados, oficiales de la villa de Morón, e Alfonso
Goncález e Ferrand Gutiérrez et Goncalo Alfonso e Alfonso Núnnez, mayordomo, e Alfonso
Martínez Carizo e Martín Ferrández et Martín Goncález e Pero Yuánnez e Domingo Andrés,
e otros ornes buenos vezinos de la dicha villa rescibieron cuenta de Alfonso García
Maderuelo, mayordomo que fue del concejo de la dicha villa en el anno de mili quatrocientos
e quatro annos, de todos los maravedíes quel dicho Alfonso García rescibió del dicho
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concejo. En la qual cuenta se falló quel dicho Alfonso Garfia que rescibió del dicho concejo
finco mili e nueuecientos e vn mrs. et cinco ds. E fallóse e dio por despendidos, por mandado
del dicho concejo, ginco mili e ochocientos e setenta e quatro mrs. e finco ds. Asy que alcanca
lo rescibido a lo despendido por treynta e tres mrs. Et luego los dichos oficiales e ornes buenos
dieron la dicha cuenta por buena e leal e verdadera, e dieron por quito al dicho Alfonso Garfia
e a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
12v./ [27] Domingo seys días del mes de setienbre, anno del sennor Ihesu Cristo de
mili quatrocientos e finco annos.
En este día el conf ejo e ofif iales e ornes buenos de la villa de Morón fesieron sus
alcaldes, a seruif io de Dios e de nuestro sennor el maestre e a pro e onra desta villa, a Ferrand
Martínez de Rota e a Garfia Alfonso, vezinos de Morón, por quanto fue merfed del dicho
sennor maestre de tirar de las dichas alcaldías a Iohán Gongález e Alfonso Ferrández, que eran
alcaldes de la dicha villa en el estado que los dichos Garfia Alfonso e Ferrand Martínez los
pusyeron.
Testigos: Antón López Lobato e Alfonso Núnnez e Ferrand Martínez,fijode Marcos
Pérez, e Pero Yuánnez e Iohán Martínez de Castro e Pero Sánchez e Alfonso Garfia
Maderuelo e Miguel Pérez e Alfonso Ferrández,fijode Martín Ferrández, e Alfonso Garfia,
fijo de Sancho Garfia, e Domingo Martín Nieto, en presemfia de mí Andrés Martínez e
Martín Ferrández, escriuanos públicos de la dicha villa.
Sepan quantos esta carta vieren commo nos don frey Ferrand Rodríguez de Villalobos,
por la grafía de Dios maestre de la Cauallería de la Orden de Alcántara, vymos vna carta del
maestre don Ruy Díaz, nuestro antef esor, que Dios dé santo parayso, escripta en papel e
firmada de su nonbre e sellada en las espaldas con el sello del maestradgo, segund que por
ella paresf ía, de la qual es el su tenor della éste que se sygue:
[28.1] "Sepan quantos esta carta vieren commo nos frey Ruy Díaz, por la grafía de
Dios maestre de la Cauallería de la Orden de Alcántara, por fazer bien e merf ed a vos los ornes
buenos, nuestros vasallos, vezinos de la nuestra villa de Morón e de su término, por muchos
seruifios et buenos que a la dicha nuestra Orden e a nos avedes fecho fasta aquí e faredes de
aquí adelante, otorgámosvos todas las merfedes et /13r./ vsos e costunbres e libertades e
donafiones que vos ouistes en el tienpo del maestre don Ferrand Pérez Ponce, que Dios
perdone, e de los otros maestres nuestros antecesores que fueron después. De las quales
merfedes e libertades et vsos e costunbres e donafiones que vos auíades de los dichos
maestres son éstas que aquí dirán:
16
(1) Primeramente que vos los ornes buenos de la dicha villa de Morón, asyn los que
agora sodes commo los que fuérdes de aquí adelante, seyendo ayuntados en vuestro concejo
e abenidos con concordya, podades fazer de cada armo vuestros alcalles e vuestro mayordo
mo e vuestros jurados e dedes estos oficios conjuntamente a ornes buenos vuestros vezinos
que sean abonados e de buena fama e pertenescientes para auer los dichos oficios e tales que
cunplirán et guardarán seruicio e mandado de nuestro sennor el rey e nuestro e de nuestra
Orden, e farán derecho a las partes que ante ellos vinieren, e amarán onrra e prouecho e pro
comunal de todos vosotros.
(2) Et otrosy que ayades de aquí adelante para syenpre toda la bellota e caca e corchos
de los matos que dízen Gute (sic) Ruyz e de Alcotera e del Sotillo de Derraygalobos.
(3) Et que ayades por vuestro el forno del concejo, asy commo lo ouistes fasta aquí.
(4) Et que ayades el diezmo de todo el esparto que se coge e se cogiere de aquí adelante
en el término de la dicha nuestra villa de Morón.
(5) Et otrosy que qualesquier vezinos de Morón que labrárdes por pan en el dicho
término que ayades para vuestro mantenimiento e reparamiento de vuestras faziendas e
lauores la saca de la tercia parte del pan que vos labráredes para que lo podades vender en las
cibdades e villas e lugares del sennorío de nuestro sennor el rey; e que lo non podades vender
en otras partes que sean fuera del su sennorío.
Et estas mercedes e libertades e donaciones e vsos et costunbres que dichas son vos
damos que vsedes et vos aprouechedes dellas agora e syenpre vos los dichos ornes buenos
et los que descendieren de vos, segund mejor e más conplidamente vsastes et vos aprouechastes
fasta aquí de todo lo sobredicho en el tienpo de los otros maestres nuestros antecesores.
Et por esta nuestra carta o por el traslado sy gnado de escriuano público rogamos a los
nuestros subscebsores que vinieren después de nos et a todos los otros oficiales de la su casa
e de toda la tierra de la Orden que vos /13v./ guarden e anparen con las dichas mercedes que
vos nos fazemos. E mandamos a todos los comendadores e suscomendadores e alcalles e
alcaydes e otros oficiales qualesquier de la nuestra tierra de la Orden, asy los que agora son
commo a los que fueren por nos, que de aquí adelante que vos guarden e anparen e defiendan
con las dichas mercedes que vos nos fazemos, e vos non vayan nin pasen nin vos consyentan
yr nin pasar contra ellas nin contra alguna dellas en algund tienpo nin por alguna razón. E non
fagan ende al los freyles por mandamiento, so pena de obedencia, e los seglares so pena de
la nuestra merced e de los cuerpos e de lo que ouieren.
E desto vos mandamos dar esta nuestra carta sellada con el nuestro sello del
maestradgo, en que escreuimos nuestro nonbre.
Dada en la nuestra villa de Calamea, veynte días de enero, era de mili e quatrociento
e diez annos.
Nos el maestre".
[28.2] Otrosy nos el sobredicho maestre don frey Ferrand Rodríguez de Villalobos
vymos otra carta del maestre don Diego Martínez, nuestro antecesor que Dios dé santo
parayso, escripia en papel efirmadade su nonbre e sellada en las espaldas con el sello del
maestradgo, segund que por ella parescía, de la qual es su tenor éste que se sygue:
17
" De nos frey Diego Martínez, por la gragia de Dios maestre de la Cauallería de la
Orden de Alcántara, a vos Pero López, nuestro freyle, comendador de Morón, salud e amor
en Ihesu Christo, commo aquél al qual quemamos que guiase Dios el cuerpo e el ánima al
su seruigio.
Fasemos vos saber quel concejo e ornes buenos de la nuestra villa de Morón nos
enbiaron dezir commo en los tienpos pasados solían auer por su alguazil vn orne bueno su
vezino e de buena fama que touiese la cadena entre ello e non en el castillo. E que agora que
tiene el oficio del dicho alguagiladgo vn vuestro escudero que non es su vezino, e que tyene
la prisyón en ese castillo; e en esto dizen que resaben agrauio por quanto algunos sus vezinos,
asy ornes commo mugeres, pueden ser presos e leuados al dicho castillo non auiendo de salir
desa villa nin de ser entregados saluo a su vezino, commo dicho es. Et pidiéronnos por merged
que en esta rasón que vsasen conbusco asyn commo mejor vsaron en los tienpos pasados con
los otros comendadores que ay fueron fasta aquí.
E nos, veyendo /14r./ que nos demandan derecho e razón, touímoslo por bien, porque
vos mandamos por mandamiento en virtud de obediengia que luego, vista esta nuestra carta,
fagades tornar el ofigio del dicho alguaziladgo a vn orne bueno e de buena fama, vezino de
la nuestra villa de Morón, que sea pertenesgiente para lo seruir, e tenga la prisyón en su casa
en la villa e non en el castillo; e lo que montare en los salarios e rentas del dicho alguaziladgo
mandamos que lo aya la Orden e vos las dos partes, e la vna el concejo, e de aquí adelante
ponga el concejo conbusco por alguazil al su vezino que ellos vieren que es bueno et
pertenesgiente para ello, e vsen conbusco e vos con ellos en esta razón, segund mejor se solía
vsar en los tienpos pasados.
E vos nin ellos non fagades ende al, a vos so la dicha pena, e a ellos so pena de la
nuestra merged e de seysgientos mrs. para la nuestra cámara.
E desto les mandamos dar nuestra carta sellada con el nuestro sello del maestradgo,
en que escreuimos nuestro nonbre.
Dada en la nuestra villa de Calamea, onze días de febrero, era de mili e quatrogientos
e quinze annos.
Nos el Maestre".
[28.3] Otrosy nos el sobredicho maestre don frey Ferrand Rodríguez de Villalobos
vymos otra carta del maestre don Diego Martínez, nuestro antegesor que Dios dé santo
parayso, escripta en papel e firmada de su nonbre e sellada en las espaldas con el sello del
maestradgo, segund que por ella paresgía, de la qual es su tenor éste que se sygue:
" Sepan quantos esta carta vieren commo nos frey Diego Martínez, por la gragia de
Dios maestre de la Cauallería de la Orden de Alcántara, por fazer bien e merged a vos los
omnes buenos, nuestros vasallos, vezinos de nuestra villa de /14v./ Morón e de su término,
por muchos seruigios e buenos que a la dicha Orden e a nos auedes fecho fasta aquí e faredes
de aquí adelante, e por quanto nos mostrastes vn escripto de mergedes quel maestre don Ruy
Díaz, que Dios perdone, vos fizo, el qual escripto el traslado del es éste que se sygue e dize
en esta manera:
18
" Maestre Sennor: Nos los alcalles e alguazil e los omnes buenos del concejo de la
vuestra villa de Morón, vuestros vasallos, a la vuestra merced besamos vuestros pies e
vuestras manos e nos encomendamos en la vuestra merced.
Sennor, pedímosvos por merced que nos dedes e otorguedes todos los buenos vsos
e costunbres que nos fueron dados e otorgados de los otros maestre vuestros antecesores que
fueron ante de vos, que Dios perdone. Los quales vsos e costunbres son éstos que aquí serán
dichos:
(1) Sennor, de nos faser merced que non pose omne de palacio entre nos quando vos
aquí non fuérdes, saluo sy fueren huéspedes que le vinieren al vuestro comendador por finco
o seys días, commo syenpre fue vso e costunbre.
Nos el maestre.
(2) Otrosy, sennor de nos fazer merced que non nos tomen ropa de nuestras posadas
contra nuestra voluntad, commo syenpre fue en los tienpos pasados.
Nos el maestre.
(3) Et otrosy, sennor, de nos fazer merced que non nos fagan yr apremia contra nuestra
voluntad a nos e a nuestras bestias a traer trigo e ceuada e sal de las salinas que pertenescen
al vuestro comendador e a otros lugares, commo syenpre fue vso e costunbre en los tienpos
pasados, ca, sennor, esto es muy grand despoblamiento desta vuestra villa.
Nos el maestre.
(4) Otrosy, sennor, seala vuestra merced que nonpongamos recua en Cote en pazes commo
nos la fazen poner, con dos o tres fanegas de fariña que acaesce en el anno muchas vezes, e van
los omnes en aventura, saluo en la guerra tres vezes en el anno que ponga recua al vuestro
comendador e nosotros con él, commo syenpre fue vso e costunbre en los tiempos pasados.
Nos el maestre.
(5) Otrosy, sennor, de nos fazer merced que nos non tomen de nuestras posadas contra
nuestra voluntad el pan e vyno e la carne que tenemos para nuestros mantenimientos, commo
sienpre fue vso e costunbre en los tienpos pasados.
Nos el maestre.
(6) Et otrosy, sennor, sea la vuestra merced de mandar al vuestro comendador que
aquí estudiere que non entre con nosotros a fazer nuestros oficiales que fazemos de cada anno
para guarda e seruicio vuestro, commo fue vso e costunbre en los tienpos pasados.
Nos el maestre.
(7) Nin se asyenten en el poyo a do libran los vuestros /15r./ alcaldes los días de las
abdiencias nin en nuestro conceio, ca, sennor, es mucho vuestro deseruicio.
Nos el maestre.
Et, sennor, estas mercedes que vos pedimos syenpre nos fueron otorgadas de los
dichos vuestros antecesores, que Dios perdone, e de las guardar los comendadores que aquí
fueron, saluo, sennor, desque Sancho Gutiérrez e Pero López fueron aquí comendadores.
E, sennor, sea la vuestra merced de vos querer adolescer de nosotros e de nos fazer
merced, que, sennor, sabed que lo pasamos muy mal et, sennor, asaz lo pasamos avnque otros
pechos non ouiésemos saluo los males e dannos que rescebimos de los moros de cada día, que
nos matan e nos roban e non podemos auer enmienda dello.
19
Et sennor, pedímosvos por merced que libredes e mandedes sobre todo lo que vuestra
merced fuere. Et, sennor, Dios vos dé su grafía e la del rey.
(8) Otrosy, sennor, bien sabedes que nos distes vna vuestra carta de merced en que
los labradores desta villa que ayan la tercia parte del pan para vender fuera parte para
reparamiento de nuestras labores. Et, sennor, esta tercia parte pedímosvos por merced que nos
la otorguedes para que dé los alualayes el nuestro mayordomo para lo sacar, ca, sennor, esto
es mucho vuestro seruicio.
Nos el maestre".
Et nos el dicho maestre don frey Diego Martínez vymos las dichas peticiones fechas
por el dicho concejo e omnes buenos de Morón e otorgadas por el dicho maestre don Ruy
Díaz, nuestro antecesor que Dios perdone, e, veyendo que nos piden derecho e cosa que es
a seruicio nuestro e de nuestra Orden e a pro del dicho concejo, otorgámosgelas, e mandamos
al comendador que agora es de Morón e a los que fueren de aquí adelante, e a los alcaydes
del dicho castillo que las guarden en todo e les non vayan contra ellas nin contra parte dellas
en algund tienpo por alguna manera, a los freyles por mandamiento en virtud de obediencia,
e a los otros so pena de la nuestra merced.
Et desto les mandamos dar esta carta sellada con el nuestro sello del maestradgo en
que escreuimos nuestro nonbre.
Dada en la muy noble cibdat de Seuilla, veynte e vn días de mayo, era de mili e
quatrocientos e dies e seys annos.
Nos el maestre".
[28.4] Otrosy vymos vna carta del maestre don Martín Anes de Baruudo, nuestro
antecesor, que Dios dé santo parayso, escripta en papel et firmada de su nonbre e sellada en
las espaldas con el /15v./ sello del maestradgo, segund que por ella parescía, de la qual es su
tenor della éste que se sygue:
" Sepan quantos esta carta vieren commo nos frey Martín Anes de Barvudo, por la
gracia de Dios maestre de la Cauallería de la Orden de Alcántara, e merino mayor en Tejo
e Guadiana por nuestro sennor el rey don Johán, rey de Castilla et de Portogal, vymos las
peticiones que los omnes buenos de la nuestra villa de Morón de la Frontera, nuestros
vasallos, nos enbiaron pedir por merced:
(1) Primeramente que de aquí delante de cada anno, que desde primero día de mayo
fasta Santa María mediada del mes de agosto, que ningunos vezinos nin moradores de la villa
de Morón nin de los sus términos que non sean osados de ir segar afuera parte del término
de la dicha nuestra villa nin maten conejos nin perdizes para vender afuera parte de la dicha
nuestra villa, saluo que se cosgan los panes de la dicha nuestra villa; nin cosgan esparto en
el término de la dicha villa nin en otros términos, por que en este tienpo se an coger los panes
para mantenimiento de la dicha nuestra villa, et están en aventura de fuego de moros e de
malos cristianos.
(2) Otrosy que de aquí adelante de cada anno que desde primero día de otubre en
adelante fasta Carastolendas (sic) que non sean ningunos vezinos nin moradores de la dicha
20
nuestra villa nin de su término osados de cafar conejos nin perdizes para vender afuera parte
de la dicha villa, nin fagan cabañería en término de Morón nin otros términos < de otras >
partes, saluo que labren por pan e por vyno, que es poblamiento desta nuestra villa.
(3) Otrosy que ayan de cada anno de aquí en adelante de los vezinos e moradores de
la dicha nuestra villa e de los lugares de sus términos de los ganados que entraren en el término
de la dicha villa la carne que les ahondare en la su carnecería, segund que la vendieren o
ouieren vendido a los omnes de fuera parte tanto por tanto.
(4) E otrosy que ayan de aquí adelante la su defesa para los sus bueyes de labor, e
carne$ería de tajar carne, segund que la ouieron fasta aquí.
(5) E otrosy que non /16r./ ayan premia de ponedor del vyno que an de su cochecha,
pues nunca lo ouieron de costunbre.
E que todo que dicho es los dichos omnes buenos, nuestros vasallos, nos enbiaron
pedir por merced por las dichas peticiones que era seruicio de Dios e nuestro e de nuestra
Orden, e pro e onrra dellos. Et nos el dicho maestre touímoslo por bien, e por esta carta o por
el traslado della sygnado de escriuano público, rogamos a los nuestros sucebsores que
vinieren después de nos e a todos los sus oficiales de la su casa e de toda la tierra de la Orden
que vos guarden e anparen e defiendan con estas dichas mercedes que vos nos fazemos. Et
mandamos a todos los comendadores e sus comendadores e alcalles et alcaydes e otros
ofi§iales qualesquier de la nuestra tierra de la Orden, asy a los que agora son commo a los que
fueren de aquí adelante, que vos guarden e anparen e defiendan con las dichas mercedes que
dichas son et cada vna della, et vos no vayan nin pasen nin consientan yr nin pasar contra ellas
nin contra parte de cada vna dellas en algund tienpo nin por alguna razón.
E non fagan ende al, los freyles por mandamiento so pena de obediencia, e los seglares
so pena de la nuestra merced e de seyscientos mrs. a cada vno que contra esto que dicho es
o contra parte dello vinieren o lo quebrantaren, la qual pena sea para las obras del nuestro
castillo de la dicha nuestra villa de Morón.
E desto mandamos dar esta nuestra carta, sellada con el sello del maestradgo, en que
escriuimos nuestro nonbre.
Dada en la nuestra villa de Alcántara, nueve días de enero, anno del nascimiento de
Nuestro Saluador Ihesu Christo de mili e trezientos e ochenta et cinco annos.
Nos el maestre don frey Martín Anes de Barvudo".
E agora el dicho concejo e alcalles e alguazil e omnes buenos de la nuestra villa de
Morón nos enbiaron pedir por merced que les confirmásemos todas las gracias e mercedes
que los dichos maestres, nuestros antecesores, lesfizieronsegund se contienen en las dichas
cartas suso contenidas. Et nos el dicho maestre don frey Ferrand Rodríguez de Villa-/16v./
lobos, veyendo quel dicho concejo e omnes buenos que nos pedían razón e derecho, porque
la dicha nuestra villa de Morón e su tierra se pueble mejor, e por muchos seruicios e buenos
quel dicho concejo e omnes buenos nos an fecho e nos fazen de cada día a nos e a la nuestra
Orden touímoslo por bien de les dar esta nuestra carta de confirmación en la dicha razón, por
la qual dicha carta les confirmamos todas las gracias e mercedes que los dichos maestres
nuestros antecesores les fizieron, segund que en esta nuestra carta van encorporadas.
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Pero que en razón de los huéspedes, mandamos que los vezinos et moradores que los
tengan en sus posadas fasta ocho días e non más. Et sy los dichos huéspedes más estudieren
en la dicha villa, mandamos que los tenga el comendador en su posada.
Et por esta nuestra carta o por el traslado della sygnado de escriuano público,
mandamos a frey Pero López de Morillas, comendador de la dicha villa, e a los otros
comendadores que después del vinieren e a los alcalles de la dicha villa que vos guarden e
anparen e defiendan con las dichas gracms e mercedes suso contenidas e non fagan ende al,
a los freyles por mandamiento en virtud de obediencia, e a los seglares so pena de la nuestra
merced e de seyscientos mrs. a cada vno para la nuestra cámara.
E desto mandamos dar esta nuestra carta, sellada con el nuestro sello del maestradgo
e firmada de nuestro nonbre.
Dada en el nuestro lugar de Villanueua, catorze días de nouienbre, anno del
nascimiento del Nuestro Saluador Ihesu Christo de mili e quatrocientos e tres annos.
Et en razón de las posadas, que esto se entienda con el comendador dende en razón
de los huéspedes de los ocho días. Pero que sy acaesciere que algunos que nos ouiéremos de
yr allá o enbiar alguna gente de armas en tienpo de guerra o de paz que cunpliere a seruicio
del rey nuestro sennor, e nuestro, que seades tenudos de nos dar posadas por el tienpo que ay
estudiéremos.
Ferrand Rodríguez.
17r./ [29]. Cuenta del pecho que cogió Antón López e Antón Pérez, jurados.
Miércoles veynte e vn días del mes de otubre, anno del sennor Ihesu Cristo de mili
et quatrogientos e cinco annos.
En este día García Alfonso e Ferrand Martínez, alcaldes, e Iohán Ferrández, alguazil,
e Alfonso Núnnez, mayordomo, e Ferrand Gutiérrez e Alfonso Gómez, oficiales e ornes
buenos de la dicha villa de Morón, rescribieron cuenta de Antón López e de Antón Pérez,
jurados de la dicha villa de un padrón de pecho que ellos cogieron por el dicho concejo, el
qual padrón fallaron que montó vn mili e nueuecientos e sesenta e syete mrs. Et destos
maravedíes dieron los dichos jurados que dieron Alfonso Núnnez, mayordomo del dicho
concejo, vn mili e trezientos et quarenta e ocho mrs., et dieron más que dieron Andrés
Martínez, escriuano, porque les ayudó a coger el pecho, ciento mrs., et dieron más en
albanquías ciento e seys mrs. Asy contados los maravedíes quel dicho mayordomo rescibió
por el dicho concejo e los otros maravedíes que le ellos dieron al dicho Andrés Martínez, e
los maravedíes de las albanquías, alcan§a el conejo a los dichos jurados por quatrocientos
e catorze mrs. Et mandaron a los dichos jurados que los dichos maravedíes que los den al
dicho Alfonso Núnnez, mayordomo, para el dicho concejo. Et dieron la dicha cuenta por
buena e leal e verdadera. E, pagando los dichos maravedíes los dichos jurados al dicho
mayordomo, diéronlos por quitos a ellos e a sus bienes et a sus herederos, en presencia de mí
Martín Ferrández e Andrés Martínez, ecriuanos públicos de la dicha villa de Morón.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
22
17v./ [30]. Cuenta que tomó el concejo Alfonso Núnnez mayordomo.
Lunes veynte e finco días del mes de enero, anno del Nascimiento del nuestro
Saluador Ihesu Cristo de mili e quatrocientos e seys annos.
En este día Alfonso Garfia e Matheos Ferrández, alcaldes, e Alfonso Martínez,
alguazil, e Ferrand Gutiérrez, mayordomo, e Alfonso Ferrández e Aluar Gonf alez, jurados,
e Garfia Alfonso e Ferrand Martínez e Alfonso Ferrández,fijode Martín Ferrández, e Antón
López Lobato e Martín Ferrández e Antón Pérez e Martín Ruyz e Alfonso Gonf alez e
Domingo Andrés e Iohán Martín de Castro e Ferrand Martínez,fijode Bartolomé Ferrández,
e otros oficiales e ornes buenos vezinos del concejo de la villa de Morón, en presencia de mí
Martín Ferrández e Andrés Martínez, escriuanos públicos de la dicha villa, rescibieron cuenta
de Alfonso Núnnez, mayordomo que fue del concejo en el anno pasado de mili e quatrocientos
e finco anno, e fallaron quel dicho mayordomo que resfibió por el dicho confejo tres mili et
quarenta e ocho mrs. E fallaron que hauía despendido por el dicho confejo vn mili e
quinientos e nouenta e seys mrs. e finco ds. Et contados todos los mrs. resfebidos, e
descontados todos los mrs. despendidos, alcanfa el confejo al dicho Alfonso Núnnez,
mayordomo, por vn mili e quatrof ientos e cinquanta e vn mrs. e finco ds. E mandaron al dicho
mayordomo que los dicho mrs. del dicho alcanf e que los dé a Ferrand Gutiérrez, mayordomo
del dicho confejo. Et luego el dicho Alfonso Núnnez, mayordomo, dio que auía despendido
más en prouecho del dicho concejo f iento e f inquanta mrs. E sacados los dichos maravedíes
de la dicha cuenta, queda que á de aver el dicho confejo del dicho Alfonso Núnnez vn mili
e dozientos e vn mrs. e finco ds. Et dieron la dicha cuenta por buena e leal e verdadera. E
dieron por quito al dicho Alfonso Núnnez e a sus bienes, pagando los dichos maravedíes al
dicho mayordomo en nonbre del dicho confejo.
18r./ [31]. Cuenta del pecho que cogió Antón Pérez, jurado por el concejo para el
sacristán, el qual dicho pecho montó trezyentos e treynta e dos mrs.
En este día los dichos alcaldes et onbres buenos resfebieron cuenta de Antón Pérez
del dicho pecho. Et dio en cuenta que resf ebió el dicho Juan Velásquez del dicho pecho
trezientos et quinze mrs. Et más dio en cuenta que dio al escriuano que cogió el dicho pecho
quinze mrs.; et más dio en albaquías dos mrs. Asy que son por todos trezientos e treynta e dos
mrs., asy que á de auer el dicho Iohán Velázquez para complimiento de dos terfios que
montan en quinientos mrs. al anno, que monta trezientos e treynta e tres mrs. e dos es. Et
dieron por quito al dicho Antón Pérez e a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
23
18v./ [32]. Traslado del alancel del almoxarifadgo.
Domingo diez e syete días de marco, anno del nascimiento del Nuestro Saluador
Hiesu Christo de mili e trezientos e ochenta e syete annos.
En este dicho día, en Morón, villa de la orden de Alcántara, a la ora de la tercia, poco
más o menos tienpo, estando en el castillo de la dicha villa frey Pero López, comendador de
la dicha villa e de Cote, et Pero Ximénez et Bartolomé Ferrández, alcalles, e Pero Sánchez,
alguazil, e Martín Sánchez et Andrés, jurados, e Pero Yuánnez de Coria, mayordomo,
oficiales e ornes buenos vezinos de la dicha villa, e en presencia de mí Lope Goncález e
Ferrand Martínez, escriuanos públicos de la dicha villa por nuestro sennor el maestre de
Alcántara.
Et los dichos oficiales e ornes buenos razonaron por palabra antel dicho comendador
e dixieron que vn alanzel por donde se coge el almoxerifadgo desta villa e de sus términos
que se fizo en tienpo que don Enrrique, fijo del rey don Enrrique que Dios perdone, touo a
esta villa, que los que cogen el dicho almoxerifadgo por el dicho comendador que eran
agramados por el dicho alanzel, e que cogían por él cosas que nunca se cogieron en los tienpos
pasados que esta villa fue de la Orden. Et pidieron al dicho frey Pero López, comendador de
parte de nuestro sennor el maestre, que mande a los sus cogedores del dicho almoxerifadgo
que cosgan el dicho almoxerifadgo segund que syenpre lo mandaron coger los otros
caualleros que aquí fueron comendadores desde el tienpo del maestre don Ferrando, que Dios
perdone, acá.
E luego el dicho frey Pero López, comendador, respondió a todo esto que los dichos
oficiales e ornes buenos antél auían razonado e pedido, e dixo que le plazía de vsar con los
dichos oficiales e ornes buenos et con todo el concejo e ornes buenos de Morón segund que
avían vsado los otros caualleros que en esta villa fueron comendadores en los tienpos pasados
desde el dicho sennor maestre don Ferrando acá.
Et el dicho comendador e oficiales ordenaron que todas las cosas que pertenescían al
dicho almoxerifalgo de Morón e de sus términos son éstos que aquí serán escriptos en este
libro e se solían pagar en el dicho tienpo del dicho maestre don Ferrando acá, e que los cosgan
los arrendadores e cogedores et recabdadores que agora son o serán de aquí adelante. E
mandaron que non ayan nin cosgan por libro nin por libros de alanzel que aya aquí en la dicha
villa de Morón nin en sus términos, saluo por este libro o por el traslado del firmado de
escriuano público.
Et mandaron que todos los libros de alanzeles que fueren fallados aquí en Morón e
en sus términos que fueron fechos en el tienpo del dicho don Enrrique, que todos sean rotos,
casos e quemados, e que non libre ningund joez nin alcalle por ellos nin por qualquier dellos,
saluo por este libro o por el traslado delfirmadode escriuano público, commo dicho es.
Et porque esto sea cierto efirme,el dicho frey Pero López, comendador, escriuió aquí
su nonbre e nos los dichos escriuanos escriuimos aquí nuestros nonbres.
Pero López. Yo Lope Gonfález, escriuano. Yo Ferrand Martínez, escriuano.
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19r./ [I]. Título de las inedias fanegas.
Primeramente que todos los labradores que fueren vezinos de la villa de Morón e de
los lugares de sus términos que pueden tener fanega ferida del almotacén para vender su trigo
e geuada e legunbre de su cogecha o de rentas de bueyes o de molynos o de aceñas de pan
o de terradgo de sus tierras, et non la alquile nin la enpreste alguno, más que tome la del
almoxerife el que non touiere de suyo. E qualesquier que desto pasaren que pague al
almoxerife del logar por cada vegada sesenta e dos mrs. de calonia, e al almotagén doze mrs.
sy la non touiere ferida.
[V]. Título de los que arriendan sus molynos, con quál fanega an de medir.
Otrosy todos aquéllos o aquéllas que arrendaren aceñas o molynos o atahonas pan por
pan, no sean osados de vender por la media fanega nin por el almud del agenna e molyno nin
del atahona, más véndalo con la fanega o almud del almoxerife, e sy non que peche la pena
sobredicha, saluo sy el agenna o atahona o molyno fuere de vezino de la villa de Morón e de
los lugares de sus términos, ca este atal puede /19v./ vender syn pena con su media fanega
o con su almud derecho el pan que ouiere de auer de renta del agenna o molyna o atahona o
almud del almoxerife. Et el arrendador que non pueda vender otro pan sy non por la media
fanega o almud del almoxerife, so la dicha pena sobredicha.
25
[VT]. Título del arroua del azeyte.
Otrosy todos aquéllos o aquéllas que vendieren azeyte, quier sea de su cogecha o de
otra manera qualquier que lo vendiere, que lo venda con el arroua del concejo e non con otra
ninguna. E sy con otra arroua vendiere, que peche por cada vez que le fuere prouado doze mrs.
al almotacén. Et esta regla sea de los vezinos e moradores de Morón e de los lugares de sus
términos. Et sy omne de fuera parte lo conprare, que pague al almoxerife la veyntena.
26
los de fuera parte que gelo fagan saber al almoxerife al tercer día. E sy non gelofizieresaber,
que sea descaminado.
r )
( [XI]. Título de los que venden bestias a los moros.
Otrosy sy algunos vezinos e moradores de la dicha villa de Morón e de los lugares de sus
términos o de fuera parte vendieren alguna bestia a moro, que pague el moro que la comprare el
diezmo e medio diezmo. Et el que la vendiere que pague la cabeca, commo dicho es.
27
XVI]. Título de los carniceros.
Otrosy todo carnicero que tajare carne en la carnef ería del concejo, que dé del derecho
de la vaca o buey finco libras, las primeras que pesare; e del camero e del oueja, vna libra;
e del cabrón e de la cabra, vna libra; e del fiemo macho, quatro libras; e de la fiema, dos libras;
e de la corfa, dos libras; e del corfo macho, tres libras; et del gamo macho, dos libras; e de
la gama, vna libra; e del puerco jaualy, dos libras; e del puerco manso, media libra. Et sy por
aventura lo matare e tajare e non lo fiziere saber ese día que lo matare e tajare, e gelo prouare
el almoxerife, que le pague el carnif ero todo su derecho, más que el dicho carnifero que non
aya otra pena.
28
[XXII]. Título de los fornos del ladrillo.
Otrosy todos aquéllos o aquéllas vezinos e moradores de Morón e de los lugares de sus
términos o otros ornes de fuera parte que fizieren fornos para fazer ladrillos o tejas o ollas o cántaros
o tinajas o otra labor de barro, que den el diezmo al almoxerife de quanta labor saliere a puerto. Et
el almoxerife que faga el fomo a su costa o le descuente la costa que en él fiziere.
29
[XXVIII]. Título de la saluagyna.
- Los de fuera parte que paguen de la que cogieren el diezmo. E sy la vendieren
e conpraren, que paguen del arroua honse suel dos xi s.
- Del arroua de las ceuollas, el vendedor e el conprador vn dinero i d.
- Del arroua del fierro, tres sueldos iii s.
- Del arroua del seuo, dos sueldos ii s.
- Del arroua del vnto, nueue sueldos ix s.
22r./ - Del arroua de la pimienta, doze sueldos xii s.
- Del arroua del acafrán, quinze dineros xv ds.
- Del arroua del agengibre, cinco dineros v ds.
- Del arroua de la canela, doze sueldos xii s.
- Del arroua de la greda, tres sueldos iii s.
- Del arroua de los cominos, seys sueldos vi s.
- Del arroua del alcarauea, seys sueldos vi s.
- Del arroua del orocús, doze sueldos xii s.
- Del arroua de la seda, dos mrs ii mrs.
- Del arroua de losfigos,vn sueldo : i s.
- Del arroua de las pasas, cinco sueldos v s.
- Del arroua del vayón, cinco dineros v s.
- Del arroua de la casca molyda, dos sueldos ii s.
- Del arroua del annir, seys sueldos vi s.
- Del arroua del queso, tres sueldos iii s.
- Del arroua del acucar, vn mr i mi.
Los que traxieren o vendieren e lo non fezieren saber el día que las trazieren todas
estas cosas, que lo pierdan por descaminado.
30
22v./ - De la nutria, dos ds. e medio iids. mB
- De la encorrada del fieruo macho, quatro ds iv ds.
- De la fenbra, dos ds ii ds.
- Del gamo macho, tres ds iii ds.
- De la fenbra, dos ds ii ds.
- Del gato montes, vn d i d.
- Del 9erual gatuno, dos ds ii ds.
- Del cuero del cerual, quatro ds iv ds.
- Del gato del fuego e de la liebre, non, nada.
31
[XXXTV]. Título de los moros et judíos.
Otrosytodos aquellos cristianos e moros e judíos que non fueren vezinos de la dicha
villa nin de los lugares de sus términos que paguen la veyntena e los derechos que pertenesgen
al almoxerifadgo, tan bien de barro, commo de madera labrada o por labrar, commo de otras
cosas de buhonería o de alcagería. E que lo faga saber al almoxerife o al arrendador ante que
los abra a vender; sy non, que lo pierda por descaminado todo.
32
r \
[XL]. Título del pasage de los moros.
Otrosy los que non fueren vezinos nin moradores de la villa nin de los lugares de sus
términos que pague del moro ferrado, de pasada, seys mrs.; e del potro e de la yegua
encabestrada merchanta, seys mrs.; e del mulo e de la muía encabestrada, de cada cabeca, seys
mrs.; e del puerco e de la puerca, de cada vno, finco ds.; e de la oueja e del carnero, de cada
vno, finco ds.; del cabrón e de la cabra, de cada vno, finco ds.; et de todas las reses vacunas,
de cada vna dellas, dos mrs. E sy lo pasare e non lo fiziere saber al almoxerife, que lo pierda
por descaminado.
33
que la pague el omne que ouiere edat /24v./ de catorze annos arriba, e la muger de doze annos arriba.
Et esta penna que la acuse e proeue el alguazil, commo dicho es.
34
/25v. [En blanco].
26v./ [34]. En este día Alfonso Núnnez, mayordomo que fue del concejo, dió cuenta
al dicho concejo de vn mili e ciento e vn mrs. e finco ds. E dió que auía dado por mandado
del dicho confejo quinientos mrs. a Martín Ferrández, escriuano, por finco meses que estudo
en Castilla, e fiento mrs. que dió a Iohán Ferrández de Morón porque fue a las vistas, e
dozientos mrs. que dió Alfonso Gonfález e a Martín Ferrández quando fueron a Teba; que
son todos ochof ientos mrs. E diez mrs. de follas que fizo el forno del conf ejo, e dozientos
e nouenta e vn mrs. e finco ds. que dió por resfibido Ferrand Gutiérrez, mayordomo. E dieron
por quito al dicho Alfonso Núnnez.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
35
maestre de Alcántara, e Martín Sánchez e Ferrand Martínez e Andrés Martín, escriuano, e
Martín Ferrández e Alfonso Núnnez, alguazil, e Matheos Ferrández et Alfonso Delgado e
Alfonso Goncález e Alfonso García Maderuelo e Domingo Andrés e Juan Goncález
Labrador, e otros ornes buenos de la dicha villa, rescibieron cuenta de Miguel Pérez,
mayordomo que fue del dicho concejo en el armo de mili quatrocientos et syete annos. Et el
dicho Miguel Pérez dio que rescibió por el dicho concejo tres mili e ochocientos e ochenta
mrs., los quales maravedíes fueron de las rentas del dicho concejo, con quatrocientos mrs.
quel dicho mayordomo rescibió de Alfonso García Maderuelo de los maravedíes que fueron
dados al dicho concejo de los de las costas de los bueyes. Et destos maravedíes dio el dicho
mayordomo que despendió por el dicho concejo tres mili e trezientos e XXXI mrs. Asy que
alcanca lo rescebido a lo despendido por quinientos e quarenta e nueue mrs. Et los dichos
oficíales et ornes buenos mandaron al dicho Miguel Pérez que dé e pague los dichos
quinientos e quarenta e nueue mrs. al dicho Martín Ruyz, mayordomo, para que los tenga para
el dicho concejo. E los dichos oficiales e ornes buenos dieron dicha cuenta por buena e leal
e verdadera. Et dieron por quito al dicho Miguel /27r./ Pérez e a sus bienes e a sus erederos.
Et mandaron dar carta de quitamiento al dicho Miguel Pérez. Et fallaron más, que Alfonso
García Maderuelo que á de dar al dicho concejo dozientos mrs., los quales mandaron dar al
dicho Martín Ruyz, mayordomo.
[36]. Et luego los dichos oficiales e ornes buenos ordenaron et touieron por bien,
entendiendo que era seruicio de Dios e de nuestro sennor el maestre, e pro e onra de esta villa,
que qualquier onbre de cauallo quel concejo enbiare en mandadería que le den por cada día
a quinze mrs.; e al onbre de pie, que le den diez mrs.; e quando algunos ouieren de meter recua
a Cote que lieuen los onbres de cauallo a diez mrs., e los onbres de pie a seys mrs. Et esto
fizieron porque fasta aquí trabajauan algunos e otros folgauan e non trauajaban ninguna cosa,
e porque asy pecharán todos para los tales seruicios.
Yo, Martín Ferrández, escriuano público de Morón, so testigo. Yo, Andrés Martínez,
escriuano, so testigo.
Et mandaron que den a los asnos que fueren menester para en seruicio del dicho
concejo dos mrs. et cinco ds. de jornal.
Et á de recabdar el dicho Martín Ruyz, mayordomo, de Alfonso Goncález ciento mrs.
En este día martes, Martín Ferrández, alguazil, dio e entregó a Alfonso Núnnez,
alguazil, estas prisyones que se syguen;
- Primeramente vn cepo de palo.
- E dos cadenas defierro,e vn retaco más.
- Dos cañados de cubo.
36
- Syete collares del pescueco con seys eslabones.
- Et cinco peales para los pies.
Domingo nueue días de setienbre, armo del sennor Hiesu Christo de mili e quatrocientos
et ocho annos.
En este día, estando Pero Goncález e Ferrand Martínez, alcaldes, e Pero Martín, en
nonbre de Alfonso Núnnez, alguazil, e Alfonso García, jurado, e Martín Ruyz, mayordomo,
e Martín Sánchez de Molyna e Juan Martínez de Castro e Alfonso Ferrández,fijode Ximén
Ferrández, e Ferrand Martín de Rota e Juan Goncález Labrador e Matheos Ferrández, e
Martín Goncález e Alvar Goncález e Alfonso Ferrández, fijo de Martín Ferrández, e Juan
Goncález el Moco e Alfonso García Maestro e Alfonso Delgado e Juan Ferrández de Aroche
e Domingo Andrés e Miguel Pérez e Ferrand Martínez,fijode Marcos Pérez, e Juan Martínez
Cachipeto et otros ornes buenos del concejo de la dicha villa en la yglesia de sennora Santa
María de aquí de Morón, ayuntados en su cabildo monidos, segund que lo han de vso et de
costunbre, viendo fazienda de la dicha villa, ordenaron que por quanto en esta dicha villa ay
vyno asaz de su cochecha para se vender para proueymiento desta dicha villa, e entendiendo
que es seruicio de nuestro sennor el maestre et del comendador mayor en su nonbre et pro e
onra desta villa e de los que en ella /28r./ byuen, mandaron que non fuese ninguno nin algunos
osados de traer vyno de afuera parte a esta villa para vender nin para beuer de oy en delante.
Et qualquier o qualesquier que lo traxieren que le ronpan los cueros en que lo traxiere e le
viertan el vyno et que peche sesenta mrs. de penna. Et sobre esto mandaron que qualquier o
qualesquier vezinos o moradores que entraren con el dicho vyno en la villa que pueda e aya
lugar, en nonbre del concejo, de ronper los dichos cueros que fallare que traen el dicho vyno
asy de fuera parte. Et en razón del vyno que leuaren para los castillos fronteros que lo pongan
en el mesón públicamente et que lo lieuen.
Yo Andrés Martínez, escriuano. Alfonso Ferrández. Yo, Alfonso Delgado. Alvar
Goncález. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
Et luego, los dichos oficiales e ornes buenos ordenaron e touieron por bien que los que
matasen conejos e los vendiesen que non fuesen osados de tomar más por cada conejo de a
quatro cornados por cada vno. Et la libra del venado que valga otros quatro cornados. Et el
par de los perdigones, a dos mrs. fasta el día de Todos Santos, et dende en adelante como el
concejo mandare. Et qualquier o qualesquier que más vendiere estas cosas et cada vna de lo
que dicho es, que peche en penna, cada vez que le fuere prouado, doze mrs. Et la carne del
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gamo e del jaualy que valga segund vale la carne de la vaca.
Yo Martín Ferrández, escriuano.
28v./ [40]. Estas son las cosas que entregaron a Pero Goncález, mayordomo de las
yglesias.
Lunes syete días de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Diesu Quisto
de mili e quatrocientos et nueue annos.
En este día Alfonso Martínez, alcalde, e Goncalo García, jurado, e Domingo Andrés,
mayordomo, e Martín Sánchez e Miguel Sánchez, vicario, dieron e entregaron estas cosas que
son de las yglesias de aquí de Morón a Pero Goncález, mayordomo, las quales cosas son estas
que se sygue:
- Primeramente; quatro vestimentos de seda con todos sus aparejos.
- Tres cálizes de plata.
- Vna custodia de plata, e vna alhareme redy.
- Vn encensario quabrado.
- Cinco botonnes de plata.
- Dos amitos nueuos.
- Las estolas de la Cruz.
- Vna Cruz de plata.
- Vn velo blanco de la Quaresma.
- Vna aljofifa nueua, et otra vieja, et otra aljofija nueua et vna sáuana blanca,
orillada nueua, et otra aljofifa que está en San Miguel.
- Vn manto de Santa María.
- Tres capas de seda.
- Vn cordel del velo de la Quaresma.
- Quatro cortinas, dos de seda e dos de lyno.
- Tres sáuanas blancas de lyno.
- Vn antelecho.
- Dos pares de manteles, et en la yglesia están tres pares.
- Dos tortas de cere.
- Syete varas de lienco de estopa.
- Tres frontales, e quatro que están en la yglesia.
29r./ - Dos echadillos.
- Vna alfarda morisca.
- Vna ateradilla.
- Otro echadillo, e otro echadillo blanco.
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[41]. Estas son las cosas que resabió Alfonso Ferrández, alguazil, de Alfonso
Núnnez, alguazil en el anno de mili e quatrocientos e nueue annos.
29v./ [42]. Cuenta del concejo que rescibieron de Martín Ruyz, mayordomo.
Jueues postrimero día del mes de enero, anno del Nasgimiento del nuestro Saluador
Diesu Christo de mili et quatrocientos e nueue annos.
En este día Ferrand Martínez de Rota e Alfonso Martínez Delgado, alcaldes, e
Alfonso Ferrández, alguazil, e Juan Ferrández, jurado, e Goncalo García, jurado, et Domingo
Andrés, mayordomo, et otros oficiales e ornes buenos del concejo de la dicha villa,
rescibieron cuenta de Martín Ruyz, mayordomo que fue de la dicha villa en el anno pasado
de mili e quatrocientos e ocho, de los maravedíes quel dicho Martín Ruyz rescibió por el dicho
concejo. Por la qual cuenta fallaron quel dicho Martín Ruyz rescibió por el dicho concejo
cinco mili et ochocientos e veynte et quatro. Et fallaron quel dicho mayordomo que despendió
por el dicho concejo quatro mili e quinientos e ochenta et ocho mrs. Asy que alcanga lo
rescebido a lo despendido por vn mili e dozientos e treynta mrs. Et mandáronle que estos
dichos maravedíes que los dé el dicho Martín Ruyz a Domingo Andrés, mayordomo del dicho
congejo. Et él dándogelos, dieron la dicha cuenta por buena et verdadera. Et dieron por quito
al dicho Martín Ruyz, mayordomo, e a sus bienes e a sus herederos, et mandáronle dar carta
de quitamiento.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Alfonso
Delgado, alcalde. Yo, Alfonso Ferrández, alguazil.
Et queda que á de dar Andrés Martínez, escriuano, al dicho Domingo Andrés,
mayordomo, dozientos e ginquenta mrs. para el dicho concejo, de los maravedíes que
resgebió para para yr a casa del rey.
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fasta tres annos conplidos primeros syguientes que vernán, a Alfonso Sánchez, alfayate,
vezino desta dicha villa, et que les dé en renta por la dicha carnecería, por los dichos tres
annos, tres mili et quinientos mrs. de la moneda que coriere al tienpo de las pagas. Et estos
dichos maravedíes que los dé e pague al dicho congejo o a quien él mandare de cada anno por
tres tercios, cada tergio lo que montare, e que corte la carne vn dinero menos que los carniceros
de la cibdat de Sevilla lieuan e leuaren para sy. Et que corte la dicha carne con las condiciones
que son escriptas en el alanzel del dicho concejo. Et que dé las carnes pertenescientes, cada
vna en su tiempo; et que cada domingo de todo el anno que dé carne de una vaca et de las otras
carnes fasta ser bastegido el dicho pueblo. Et sy lo non diere e conpliere commo dicho es, quel
mayordomo del dicho concejo que pueda tomar tantos de los bienes del dicho Alfonso
Sánchez a que pueda proueer de carne al dicho pueblo. Para lo qual obligó a sy e a sus bienes
el dicho Alfonso Sánchez, e quedó que dé ñangas a contentamiento del dicho concejo.
Yo, Andrés Martínez, escriuano.
[44], Et luego el dicho congejo et ornes buenos de la dicha villa de Morón mandaron
al dicho Martín Ruyz que de los mili e dozientos e treynta mrs. que dé a Mguel Sánchez,
vicario de aquí de Morón, seysgientos et treynta mrs., por quanto los pagó por el dicho congejo
en la cal quefizoGarcía Ferrández para adobar los poyos de la yglesia de Sant Miguel. Et el
dándogelos que se otorgaua por pagado dellos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
30v./ [45]. Sábado quatro días de mayo, anno del sennor Ihesu Christo de mili e
quatrocientos et nueue annos.
En este día Ferrand Martínez de Rota e Alfonso Martínez Delgado, alcaldes, e
Goncalo García, jurado, e Domingo Andrés, mayordomo, et otros ornes buenos del concejo
de la villa de Morón se egualaron con Antón García,fijode Alfonso García, en esta manera:
quel dicho Antón Gargía que syrua este congejo en el ofigio de la peonía bien e lealmente a
todo su poderío, et que le den del dicho congejo trezientos mrs. de cada anno, et en este anno,
por quanto es pasado el primero tergio del anno, que le den dozientos mrs. Et que le den luego
adelantados giento mrs. Et que vse el ofigio del almotagenadgo, et que lieue todos los
derechos et pennas que con derecho le pertenesgieren.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Alfonso
Martínez, alcalde.
40
En este día Ferrand Martínez de Rota e Alfonso Martínez Delgado, alcaldes, e Juan
Ferrández, jurado, e Domingo Andrés, mayordomo, e Ferrand Martínez, escriuano, e
Alfonso García Maestro e Martín Ruyz e Iohán Martínez Cachipeto e Ferrand Martín, fijo
de Marcos Pérez, e Martín Ferrández, fijo de Alfonso Ferrández, e Alfonso García, fijo de
Sancho García, e Pero Goncález,fijode Goncalo Ferrández, et otros ornes buenos del concejo
de la dicha villa, estando ayuntados en su cabildo segund que lo an de vso e de costunbre,
veyendo la cuenta e esgasto que Andrés Martínez fiso en la yda que fue a casa del rey nuestro
sennor sobre razón de la confirmación de los preuillejos e sobre razón de los preuillejos de
nuestro sennor el maestre, de lo qual fallaron que montó la costa de la yda del dicho Andrés
Martínez, en nouenta e syete días que andudo allá que montó dos mili mrs. E dio que costó
la conformación de los preuillejos del rey dozientos mrs. Et destos dos mili mrs. echaron los
mili a la confirmación del rey, e más los dozientos, que son mili e dozientos mrs., que viene
a la tercia parte del Arahal, quatrocientos mrs. Et otrosy fallaron que costó la confirmación
del maestre setecientos e treynta e dos mrs., e mili ochocientos mrs., que son dos /3 Ir./ mili
e quinientos e treynta e dos mrs. Et fallaron que tenía rescibo el dicho Andrés Martínez vn
mili e trezientos veynte e dos mrs. que á de auer vn mili e seyscientos e nueue mrs. et cinco
para conplimiento de toda su costa. Los quales mili e seysciento e nueue mrs. e finco ds.
mandárongelos den e paguen al dicho Andrés Martínez de los maravedíes del dicho concejo.
Yo Martín Ferrández, escriuano. Yo, Ferrand Martínez, escriuano. Yo, Alfonso
Núnnez, alcalde. Andrés Martínez, escriuano.
[47]. En este día el dicho concejo e ornes buenos, estando ayuntados en el dicho
cabildo, veyendo que era seruicio de Dios e de nuestro sennor el maestre, e pro e onra desta
villa e de los que en ella byuen,fizierongracia e merced Alfonso Sánchez Alfayate, carnicero,
en esta manera: que vn antocano que está en las pennas de la cuesta, onde solía estar el corral
de las cabras, está agora esento e non poblado, e por quanto el dicho Alfonso Sánchez dixo
que lo querría poblar e fazer en él vn corral para el ganado que trae para la carnecería desta
villa, quel dicho Alfonso Sánchez que pueda tomar e tome el dicho solar e fazer en él casa
o casas, lo que pudiere o quisyere, asy commo fazen todos los otros vezinos que fazen casas
en esta villa en esta tierra de la orden e meter en ello el ganado o ganados que el touiere para
la dicha carnecería e para su mantenimiento e proueymiento, segund que fazen todos los otros
vezinos que fazen las dichas casas commo dicho es.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Alonso Martínez, alcalde. Yo, Ferrand Martínez,
escriuano. Yo Andrés Martínez, escriuano.
3 lv./48]. Estas son las cosas que entregó Alfonso Ferrández, alguazil, a Pero Gascón,
alguazil en el anno de mili e quatrocientos e diez annos:
- Primeramente vn cepo de palo.
- Et dos cadenas. ;
- Et seys collares del pescueco.
- Et syete peales de los pies.
41
- Ocho eslabones.
- Dos cañados de cubo con sus llaues.
Queda que á de dar vn collar et vn peal et el ramal de la cadena.
[49]. Lunes seys días de enero, anno del sennor de mili quatrocientos e diez
annos.
En este día Martín Sánchez, alcalde, e Juan Martínez de Castro, e Matheos Sánchez,
jurados, e Matheos Ferrández, mayordomo, e Pero Gascón, alguazil, e Alfonso Ferrández,
alguazil que fue, e Miguel Sánchez, vicario, dieron e entregaron estas cosas que son de las
eglesias de aquí de Morón a Alfonso García, albanní, mayordomo de las dichas eglesias. Las
quales cosas son éstas que se sigue;
- Quatro vestimentas de seda con sus aparejos.
- Tres cálices de plata.
- Vna custodia de plata, vn alfareme redy.
- Vn encensario de plata.
- Dos amitos nueuos para bendezir.
- Las estolas de la cruz.
- Vna cruz de plata.
32r./- Cinco botones de plata.
- Vn velo para la Quaresma con su cordel.
- Vna aljofifa nueua e otra vieja, e más otra aljofifa nueva.
- Vna sáuana blanca orillada nueua, et otra aljofifa.
- Vn manto de Santa María.
- Tres capas de seda.
- Quatro cortinas, dos de seda e dos de lyno.
- Tres sáuanas de lino blancas.
- Vn antelecho.
- Vn par de manteles.
- Otro par de manteles, e en la eglesia están tres pares.
- Dos panes de jera.
- Seys varas de estopa.
- Tres frontales nueuos.
- Vn alfarda morisca.
- Dos ferrojos de fierro.
42
32v./ [50]. Cuenta que rescibió el concejo de Domingo Andrés, mayordomo.
Martes syete días de enero armo del sennor Diesu Christo de mili e quatrocientos e diez
annos.
En este día Martín Sánchez, e Miguel Pérez, alcaldes, e Pero Gascón, alguazil, e
Matheos Ferrández, mayordomo, e Juan Martínez de Castro e Matheos Sánchez, jurados, e
Juan Goncález Labrador e Pero Goncález e Alfonso García,fijode Sancho García, e Alfonso
Goncález e Martín Goncález e Martín Ruyz e Alfonso Ferrández, fijo de Ximón Ferrández,
e Goncalo García Xaramillo e Juan Sánchez el Ruuio e Juan Martín Cachipeto e Juan
Fernández, jurado, e Antón López Lobato e Alfonso García Maestro e Alfonso Sánchez de
Arca e Ferrand Martín, fijo de Marcos Pérez, e Martín Goncález e Goncalo Ferrández, fijo
de García Ferrández, et otros onbres buenos del concejo de la villa de Morón, rescibieron
cuenta de Domingo Andrés, mayordomo, de los maravedíes quel dicho mayordomo rescibió
por el dicho concejo, e fallaron que auía rescibido cinco mili e ochocientos e veynte e seys
mrs. Et destos maravedíes dio por despendidos cinco mili e quarenta e tres mrs. et cinco ds.
Asy que alcanca lo rescebido a lo despendido por setecientos et ochenta e dos mrs. E fallaron
que auía rescebido más tresientos mrs. de Juan Goncález Labrador de la corta de las matas.
Asy que monta todo vn mili e ochenta e dos mrs. e cinco ds. Los quales maravedíes mandaron
al dicho Domingo Andrés que los dé et entregue a Matheos Ferrández, mayordomo del dicho
concejo, e para el dicho concejo. Et él dándogelos, diérongelos por quito a él e a sus bienes
et a sus herederos. Et dieron la dicha cuenta por buena e leal et verdadera.
Ay raydo et emendado et escripto del cabo de fuera o diz setecientos mrs. Non
enpesca. Et destos [en blanco].
Yo Martín Ferrández, escriuano. Alfonso Ferrández.
33r./ Et destos mili e ochenta e dos mrs. e cinco ds., esquitaron dozientos e cinquenta
e vn mrs. de costa que diz que se fizo el día que dio la cuenta el dicho mayordomo. Et más
Ciento mrs. que le mandaron dar por el trabajo que tomó. Et más nouenta mrs. de vna dobla
que mandaron dar para ayuda a la rendición de Apariscio Martín. Los quales maravedíes
montan quatrocientos e quarenta e vn mrs. Et esquitaron más ciento mrs. que dio el dicho
mayordomo para el acuerdo de Alfonso Rodríguez. Que montan todos quinientos e quarenta
et vn mrs. Et esquitando estos quinientos e quarenta e vn mrs., esquitando de mili e ochenta
mrs., quedan que á de dar el dicho mayordomo quinientos e quarenta mrs. al dicho concejo.
Los quales maravedíes le mandaron que diese al dicho Matheos Ferrández, mayordomo, para
el dicho concejo.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
[51 ]. En este día el dicho concejo rescibió cuenta de Pero Goncález, mayordomo que
fue de las yglesias este armo que agora pasó, de lo que rescibió por las dichas iglesias. Por
la qual cuenta dio que rescibió seyscientos e veynte e seys mrs. e cinco ds. Et destos
maravedíes dio que despendió quatrocientos e setenta e quatro mrs. Asy que alcancan al dicho
mayordomo por ciento e cinquenta e dos mrs. cinco ds. Los quales maravedíes mandaron al
43
dicho mayordomo que los dé e pague Alfonso Garfia, mayordomo de las dichas yglesias, et
para las dichas yglesias. E pagando estos dichos maravedíes, dieron por quito al dicho Pero
Gonf ález e a sus bienes e a sus erederos, e mandáronle dar carta de quitamiento.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo Andrés Martínez, escriuano.
Otorgo yo, Alfonso Garfia Maestro, mayordomo de las yglesias, que resceby de vos,
Pero Gonf ález, mayordomo que fuestes de las dichas yglesias, ciento e cinquanta e dos mrs.
e finco ds. por que fueste alcanf ado en cuenta. E porque es verdat, otorgué este alualá ante
Martín Ferrández, escriuano. Fecho diez días de mayo anno de mili e quatrofientos e onze
annos.
Yo Martín Ferrández, escriuano.
44
34r,/ [54]. Cuenta que resgibieron de los mayordomos de las yglesias de la costa que
pagaron por las vacas que fueron mandadas [a] Alfonso Carretero.
45
Gutiérrez, et otros ornes buenos de la dicha villa, ayuntados en su cabildo, dixieron que por
quanto les era fecho relación en cómmo el agua del Rosalejo, término desta villa, estaua toda
enpachada en derecho, que la querían senbrar en manera que ningunos ganados non la podrán
beuer. E veyendo que era mal, mandaron a Miguel Pérez, alcalde, e a Matheos Ferrández e
a Iohán Martínez, jurados, e a Martín Ferrández, escriuano, que fuesen ver la dicha agua, e
ella vista, que mandasen a las personas que lo tenían arado que lo que non fuese de senbrar
para que quedase desenpachada para que se beuiese la dicha agua, que lo defendiesen que non
senbrase, so apercebimiento que sy lo senbrasen que ge lo mandarían comer. Para lo qual le
dieron poder conplido.
Et después desto, diez e syte días del dicho mes, los dichos Miguel Pérez e Matheos
Ferrández e Juan Martínez de Castro e Martín Ferrández, escriuano, fueron ver la dicha agua,
e fallaron que sy lo que estaua cochechado en derredor de la dicha agua se senbrase, que en
ninguna manera que se non podía beuer la dicha agua de ningunos ganados. Por lo qual
mandaron a Ferrand Gutiérrez que la tierra que tiene cochechada, desde la primera presa que
está en el cerro de arriba, que non la syenbre; e a Esteuan Ruyz Lóbulo e Antón Ferrández,
fijo de García Ferrández, quel cabecuelo de el Arenal que está cochechado, e el Lynar que
estaua en mitad de la vadera senbrado e por senbrar que se non syenbre, so el dicho
apercebimiento.
35r./ [58]. Estas son las prisiones que entregó Pero Gascón a Martín Ferrández,
fijo de Alfonso Ferrández, alguazil en el anno del sennor Ihesu Christo de mili
quatrocientos e onze annos:
- Primeramente; vn cepo de palo grande.
- Dos cadenas defierrogordas.
- Dos carinados de cubo con sus llaues.
- Ocho peales de fierro con sus eslabones.
- Seys collares del pescueco.
- Vn ramal de vna cadena delgada.
Queda que á de dar recabdo él o Alfonso Ferrández, que fue alguazil, de vn collar de
fierro.
Entregó más el dicho Pero Gascón al dicho Martín Ferrández vn moco preso en vna
cadena, el qual se llama Iohán, el qual era preso a boz de enasiado. Testigos.
46
En este día Ferrand Martínez e Ferrand Martínez, alcaldes, e Martín Ferrández,
alguazil, e Esteuan Ruyz e Pero Martín, jurados, et Matheos Ferrández, mayordomo, et otros
ornes buenos, vezinos de la villa de Morón, resfibieron cuenta de Matheos Sánchez e Iohán
Martínez de Castro, jurados que fueron del armo pasado, de dos padrones que ellos cogieron,
los quales padrones montó el vno dellos trezientos e treynta e quatro mrs. e destos sacaron
nueue mrs. de albaquía. E quedó que dieron trezyentos e veynte e finco mrs. Et el otro padrón
montó quinientos e veynte e nueue mrs. Et destos mrs. sacaron treze mrs. e finco ds. de
albaquía. E destos maravedíes dieron más a Iohán Valásquez de su soldada, dozientos mrs.,
e a Domingo Martín ballesteros fiento cinquenta e seys mrs. e finco ds. de soldada que ganó
en el atalaya. Asy que queda que dieron a Matheos Ferrández, mayordomo del dicho confejo,
fiento e sesenta mrs., de los quales el dicho mayordomo á de dar cuenta al dicho confejo.
[61]. En este día los dichos ofifiales e ornes buenos resfibieron cuenta de Alfonso
Garfia, mayordomo que es de las yglesias de aquí de Morón, en la qual cuenta fallaron quel
dicho Alfonso Garfia que resf ibió por las dichas yglesias nueuef ientos e setenta et vn mrs.
et finco ds. Et dio por cuenta que despendió en las obras de las dichas yglesias vn mili e fiento
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e syete mrs. e cinco ds. Asy que alcanca el dicho Alfonso Ganjía, mayordomo, a las dichas
yglesias por ciento et treynta e seys mrs. Los quales maravedíes mandaron al dicho Alfonso
Garfia que de los maravedíes que ouiere por las dichas yglesias que se entregue en ellos en
este armo de mili e quatrocientos e onze annos.
Yo Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
36r./ [62]. Et luego los dichos oficiales e ornes buenos, veyendo la vyda de Ferrand
López, espartero, que es viejo et ciego e cansado, e auyendo piadat del, por amor de Dios,
feziéronle limosna de dozientos mrs. Et sobre esto mandaron Andrés Martínez, escriuano,
que de la renta del esparto que él tiene arrendada del dicho concejo, que dé e pague al dicho
Ferrand López los dichos maravedíes por amor de Dios. Et mandaron a Pero Goncález,
mayordomo, que resciba en cuenta al dicho Andrés Martínez los dichos dozientos mrs. que
á de dar al dicho Ferrand López.
Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Ferrand Martínez, escriuano.
36v./ [64]. Estas son las cosas que entregó Martín Ferrández, alguazil, a Sancho
Ferrández, alguazil en el anno de mili quatrocientos e doze annos:
- Primeramente vn cepo de palo con dos teleras de fie rro.
- Dos cadenas de fierro.
- Et más vn ramal de cadena.
- Seys collares de fierro con dos eslabones.
- Ocho peales con sus eslabones.
- Dos cañados de cubo con sus llaues.
- Queda que á de dar recabdo de vn collar con el eslabón.
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[65]. Cuenta que rescibió el concejo de Pero Goncález, mayordomo.
Jueues veynte e vn días de enero, armo del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili et quatrocientos e doze annos.
En este día Alfonso García de Maderuelo e Alfonso Martínez Delgado, alcaldes, e
Sancho Ferrández, alguazil, e Pero Goncález e Martín Ferrández, jurados, e Martín Goncález,
mayordomo, e Ferrand Martínez de la Placa e Alfonso Ferrández, fijo de Ximón Ferrández,
e Juan Martínez Cahipeto e Juan Goncález Labrador e Alfonso García,fijode Sancho García,
e Goncalo Esteuan e Alfonso García Maestro e Matheos Ferrández e Miguel Pérez e Martín
Ruyz e Domingo Andrés e Pero Sánchez de Ángulo e Matheos Sánchez e Alfonso Ferrández,
fijo de Martín Ferrández, e Pero Martín, hermano de Alfonso Núnnez, e Juan Ferrández, hijo
de Bartolomé Ferrández, e Ferrand Martínez, fijo de Marcos Pérez et otros ornes buenos
oficiales de la villa de Morón, rescibieron cuenta de Pero Goncález, mayordomo que fue del
concejo este armo pasado de mili e quatrocientos et onze annos, de los maravedíes que él
rescibió por el dicho concejo. Por la qual cuenta fallaron que rescibió por el dicho concejo
de alcance que fue fecho a Matheos Ferrández vn mili et trezientos e quarenta mrs; et que
rescibió de las rentas del dicho concejo en el dicho anno cinco mili e quinientos e sesenta e
seys mrs. e quatro es. Asy que montan todos los dichos maravedíes seys mili e nueuecientos
e seys mrs. e quatro es. E destos maravedíes dio que gastó el dicho mayordomo por el dicho
concejo seys mili e quarenta e syete mrs. Asy que esquitando estos maravedíes gastados de
los maravedíes rescibidos alcanca el dicho concejo al dicho Pero Goncález mayordomo por
ochocientos et cinquenta mrs. Et mandaron que estos dichos maravedíes que los dé el dicho
Pero Goncález al dicho Martín Goncález, mayordomo del dicho concejo. Et dieron la dicha
cuenta por buena e verdadera. E dieron por quito al dicho Pero Goncález e a sus bienes et a
sus herederos, e mandáronle dar carta de quitamiento.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
37r./ [66]. En este día el dicho concejo e oficiales e ornes buenos mandaron que por
quanto Alfonso Sánchez, carnicero, les auía arrendado la su carnicería de tajar carne por tres
annos, los quales annos se cunplían por las Carastollendas primeras siguientes que vernant,
e que auía por la dicha carnecería mucho más de renta de lo que valía; e veyendo la pérdida
e danno que por razón de la dicha carnecería le auía venido, mandaron que de los maravedíes
que él auía de dar del tercio postrimero de la dicha renta de la dicha carnecería que le soltauan
e soltaron dozientos mrs. de la dicha renta. Et mandaron que estos dozientos mrs. que fuesen
esquitados al dicho Pero Goncález de los maravedíes del alcance quel dicho concejo le auía
fecho. Et otrosy mandaron que de ciento e ochenta mrs. que Andrés Martínez, escriuano, auía
de dar de la renta del esparto que él touo arrendado del dicho concejo, que por algunos
seruicios que él auía fecho al dicho concejo, que le dexauan e dexaron ochenta e finco mrs.
Asy que queda que á de recabdar el dicho Martín Goncález del dicho Pero Goncález para el
dicho concejo los maravedíes que le alcancaron por quinientos et sesenta e finco mrs D
LXVmrs.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
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[67]. Viernes veynte e c,inco días de margo, anno del Nascjmiento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili et quatroctentos et doze annos.
En este día el congejo e ofuáales e ornes buenos de la villa de Morón res9ibieron cuenta
de Martín Ferrández, escriuano, de los maravedíes que él por mandado del conejo procuró. Los
quales maravedíes eran de Ferrand Martín de Cuenca, que estaua catiuo en tierra de moros. Los
quales maravedíes eran de 9iertas ouejas e vacas que se vendieron que fueron mandadas para la
rendÍ9Íón del dicho Ferrand Martínez. Por la qual cuenta fallaron que montauan los dichos
maravedíes 9¡nco mili e trezientos e veynte e seys mrs., con dozientos e nouenta mrs. de vn tauardo
que Yague Alfonso ouo mandado para la dicha rendÍ9¡ón del dicho Ferrand Martín. Los quales
maravedíes el dicho Martín Ferrández dio que pagó por mandado del concejo en esta manera: que
dio a Esteuan Ruyz, por mandado del conejo, dos miU mrs.; et que dio a Alfonso Gar9Ía de
Maderuelo, por mandado del dicho conejo, vn mili e 9Íento e veynte e tres mrs; et dio a los alcaldes
para que enbiaron a Ferrand Martín de Cuenca diez doblas, et destas diez á de dar el mayordomo
del conejo las dos para las obras de las yglesias que montaron estas diez doblas nueu9ientos e diez
mrs. Asy que alcana que á de dar el dicho Martín Ferrández al dicho congejo para las obras de las
yglesias vn mili e dozientos e nouenta e tres mrs. Et destos maravedíes el dicho congejo mandó al
dicho Martín Ferrández que por el trabajo que auía auido /37v./ que le dauan e dieron giento e
nouenta e tres mrs. Asy que queda que á de dar vn nuil e 9Íento mrs. Los quales maravedíes
mandaron al dicho Martín Ferrández que los diese al mayordomo de las dichas yglesias. Et él
dándogelos, diéronlo por quito a él e a sus bienes e a sus herederos, et mandáronle dar carta de
quitamiento.
Yo, Alfonso Martínez, alcalde. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Ferrand
Martínez, escriuano. Sancho Ferrández, alguazil. Miguel Sánchez, vicario.
Et de los mili e 9Íento e veynte e tres mrs. quel dicho Alfonso Gar9ía, alcalde, res9Íbió
del dicho Martín Ferrández, da que dio a Ferrand Martín de Cuenca quatroflorineset vna
corona en oro, et que gastó él 9Íento e 9Ínco mrs., que montan trezientos e nouenta e 9inco
mrs. Asy que quedan que á de dar a Alfonso Gar9Ía Maestro, mayordomo de las yglesias,
sete9Íentos e veynte e ocho mrs.
[68]. En este día el dicho conejo e ofigiales e ornes buenos de la dicha villa de Morón
res9Íbieron cuenta de Alfonso Gar9Ía Maestro, mayordomo que es de las yglesias de aquí de
Morón, de los maravedíes que él res9Íbió de las dichas yglesias en el anno que pasó de mili
e quatro9Íentos et onze annos. Por la qual cuenta fallaron quel dicho Alfonso Gar9Ía que
resgibió en nonbre de las dichas yglesias tres mili et treynta e quatro mrs. Et destos maravedíes
dio que gastó en las dichas yglesias vn mili e seys9Íentos et 9inquenta e tres mrs. Asy que
aleaban las dichas yglesias al dicho Alfonso Gar9ía por vn mili e quatro9Íentos et ochenta
e vn mrs., con 9Íento mrs. que quedauan por yerro que non dauan por resgebidos. Et queda
que á de recabdar más el dicho Alfonso Gar9Ía en este anno de la muger de Esteuan Ruyz e
de sus fiadores dos mili mrs., et de Martín Ferrández, escriuano, vn mili e 9¡ento; et de Alfonso
Gar9ía de Maderuelo sete9¡entos e veynte e ocho mrs. et de Martín Gon9ález, mayordomo
del congejo, dos doblas de oro.
50
Yo, Ferrand Martínez, escriuano. Miguel Sánchez, vicario. Yo Martín Ferrández,
escriuano.
38r./ Et queda que á de dar cuenta Miguel Sánchez, vicario, de nouenta e quatro mrs.
que rescibió del dicho Alfonso García, mayordomo, en el armo de mili e quatrof ientos et onze
annos.
Yo, Andrés Martínez, escriuano.
[69]. En este día quedó por quanto Mary Sánchez, muger que fue de Martín Sánchez
de Gudalfajara, que perdone Dios, auía mandado fazer vn cález de plata para las yglesias de
aquí de Morón, el qual cález ouieron mandado fazer Ferrand Martínez de Bejer e Martín
Ferrández escriuano, en nombre de la dicha Mary Sánchez, asy commo sus albaceas, el qual
dieron a fazer a Gil Sánchez, oreuzo. Et por quanto el dicho Gil Sánchez se aleó de la tierra
e se es ydo, que non puede ser auido, queda que Joana Sánchez, muger del dicho Ferrand
Martínez, e el dicho Martín Ferrández, escriuano, que den el dicho cález de oy en vn armo
primero siguiente que verná para las dichas yglesias.
Yo, Martín Ferrández escriuano. Miguel Sánchez vicario. Yo, Andrés Martínez,
escriuano.
[70]. Mandamiento del concejo.
Lunes diez e seys días de mayo, armo del Nasf imiento del nuestro Saluador Diesu
Christo de mili e quatrof ientos et doze annos.
En este día Alfonso García e Alfonso Martínez Delgado, alcaldes, et Sancho
Ferrández, alguazil, e Pero Gonfález, jurado, e Martín Sánchez de Molyna e Ferrand
Martínez de la Placa e Domingo Andrés e Martín Goncález, mayordomo, e Gómalo Garfia
Xaramillo mandaron Alfonso Garfia, mayordomo de las yglesias, que por quanto el concejo
auía menester para agora luego agora de presente algunos maravedíes para algunas cosas que
le cunplían, e pues que él tenía de las dichas yglesias ciertos maravedíes, que de los dichos
maravedíes que diese e enprestase al dicho Martín Goncález, mayordomo del conf ejo, diez
doblas para quel dicho Martín Gonfález, en nonbre del dicho concejo, los pagase a Johán
Garfia, tegero, por ciertos millares de ladrillos quel dicho confejo ha menester para fazer
ciertas obras. Et el segundo terfio deste armo conplido que dé a torné el dicho Martín
Gonfález al dicho Alfonso Garfia las dichas diez doblas para las dichas yglesias.
Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo Alfonso Martínez, alcalde. Sancho Ferrández,
alguazil.
38v./[71]. Estos son los ornes buenos de la villa de Morón que dixieron que
enprestaran cada cinquenta mrs. para fazer la obra del canno para el
pilar que el concejo manda faser. Los quales son estos que se syguen:
- Alfonso Garfia de Maderuelo, alcalde, cinquenta mrs L mrs.
- Alfonso Martínez, alcalde, cinquenta mrs L mrs.
- Martín Ferrández, escriuano, cinquenta mrs L mrs.
- Sancho Ferrández, alguazil, cinquenta mrs L mrs.
51
- Iohán Ferrández, fijo de Bartolomé Ferrández, L mrs.
- Pero Martínez, yerno de Garfia Alfonso L mrs.
- Martín Gonfález, mayordomo, L mrs.
[72]. Jueues dos días de junio, anno del sennor Ihesu Christo de mili e
quatrof ientos e doze annos.
En este día Alfonso Martínez e Alfonso Garfia, alcaldes, e Sancho Ferrández,
alguazil, e Martín Goncález, mayordomo, et Martín Ferrández e Pero Goncález, jurados, e
Ferrand Martín de la Plaga e Pero Gonfález e Miguel Pérez e Juan Martín Cachipeto e
Domingo Garfia e Matheos Ferrández e Goncalo Garfia Xaramillo e Martín Ferrández, fijo
de Alfonso Ferrández, e Alfonso Garfia Maestro e Matheos Sánchez e Alfonso Ferrández,
fijo de Martín Ferrández, escriuano, e Domingo Garfia e Joan Ferrández de la Piafa e Pero
Martín e Alfonso Gonfález e Martín Ruyz e Miguel Sánchez e Juan Gonfález Labrador e
Ferrand Martínez, escriuano, estando ayuntados en casa del dicho mayordomo veyendo
fazienda del conf ejo, et entendiendo que era seruifio del maestre nuestro sennor et pro e onrra
desta villa e de los que en ella byuen, et por quanto el dicho confejo auía menester fiertos
maravedíes para algunas labores que tenía enpef adas, et por quanto Alfonso Garfia Maestro,
mayordomo de las yglesias de aquí de Morón, tiene algunos maravedíes de las dichas
yglesias, mandaron a los dichos alcaldes que vean con dos escriuanos qué maravedíes tiene
oy el dicho Alfonso Garfia Maestro o el dicho Martín Gonfález o otras personas algunas, que
sean deuidos al dicho confejo o a las dichas yglesias; que los tomen prestados e los den e
paguen a do fuere nesf esario en las dichas obras del dicho confejo. Et los maravedíes que asy
resfibieren para las dichas obras, que los fagan escreuir a quién los dan e en qué lugar. Et
mandamos, al dicho Martín Gonfález, mayordomo del dicho confejo, que los ponga él por
despendidos, et quando cobrare los maravedíes del dicho confejo, que los pague a las
personas que los asy prestaren.
Martín Ferrández, jurado. Yo, Alfonso Martínez, alcalde. Sancho Ferrández, alguazil.
Alfonso Ferrández. Yo, Ferrand Martínez escriuano. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
En este día los dichos ofifiales e ornes buenos mandaron que por quanto [en blanco].
52
e pro e onrra desta villa e de los que en ella byuen, ordenaron que por quanto fallauan que
algunas personas desta villa, con enganno e mala entención, que sacauan e leuauan desta villa
cargas de pan cocho para vender en Seuilla e en otras partes, que por esta razón que qualquier
o qualesquier vezinos o moradores desta villa que fallaren e tomaren el dicho pan, que lo
puedan auer e tomar para sí syn penna e syn calopnia.
Et otrosy que por quanto lieuan el pan trigo a moler a fuera parte, que qualquier o
qualesquier que leuaren el dicho trigo a moler, que desde que touiere cargado el dicho trigo
que lleguen con ello a casa de qualquiera de los alcaldes e que gelo muestre, et quando tornare
con la fariña gelo muestren, por que vean sy traen lo que leuaron. Et qualquiera que leuare
el dicho pan trigo e ceuada a moler e non tornare la fariña, que caya en penna de seyscientos
mrs.
Et otrosy que qualquiera panadera o otras mugeres qualesquier que amasaren pan
para vender, et vendieren a ornes de fuera parte más de cada dos mrs. de pan cocho nin lo
enbiaren a fuera parte que estén o anden en el término, que pague por cada vez que le fuere
prouado ciento e veynte mrs. Et esto que sea por pesquisa.
Et otrosy que qualquiera o qualesquier que tomaren qualesquier cosas destas que de
suso dichas son, que aya la mitad, e la otra mitad que sea para los oficiales et escriuanos.
Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo Alfonso Martínez. Sancho Ferrández, Martín
Ferrández, Aluar Goncález. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
39v./ [74], Estas son las coas e prisiones que entregó Sancho Ferrández a Ferrand
Martínez, alguazil.
Martes tres días de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Diesu Christo
de mili e quatrocientos e treze annos.
En este día Martín Ferrández, escriuano, en nombre de Sancho Ferrández, su
hermano, alguazil que fue desta villa el anno pasado, entregó estas prisiones que se sygue a
Ferrand Martínez,fijode Marcos Pérez, alguazil desta dicha villa este anno en que estamos.
Las quales cosas quel rescibió son éstas que se syguen:
- Vn cepo de palo con dos teleras de fierro.
- Dos cadenas defierro,e mas vn ramal de cadena delgada.
- Dos cañados con su llaues de fierro.
- Seys collares de fierro con dos eslabones.
- Ocho peales de los pies con sus eslabones.
Queda que se á de recabdar de Alfonso Núnnez vn collar de fierro con su eslabón.
- Vnas esposas de fierro.
Et otrosy recibió más el dicho Ferrand Martínez, alguazil, a Ferrand Goncález,
tinagero, preso por ciertas debdas que deue en esta villa.
53
Et otrosy rescibió más a Alfonso Ferrández, caretero, preso por tres bueyes que deue
a Alfonso Sánchez de Cantillana, e por trezientos mrs. que deue a Pero Gómez, ortelano.
Et otrosy rescibió a vn mogo que dizen Alfonso, porque furto un albalá en Aymonte
e salió del castillo.
54
- Los fijos de Iohán Martín que es tutor Gómalo Garfia Xaramillo.
- El fijo de Juan Esquierdo, que es tutor Pero Gonf ález de Mayrena.
55
41r./ [78] Cuenta que rescibió el concejo de Martín Goncález, mayordomo
Lunes diez e nueue días de febrero armo del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili e quatrofientos et treze annos.
En este día, Martín Sánchez de Molyna, alcalde, e Ferrand Martínez, alguazil, e Johán
Martínez e Johán Ferrández, jurados, et otros oficiales e ornes buenos del concejo de la villa
de Morón, estando ayuntados en su cabildo, monidos por el su peón segund que lo han de vso
e de costunbre, resfibieron cuenta de Martín Gonfález, mayordomo que fue del dicho
confejo el armo que pasó de mili et quatrof ientos et doze annos, de todos los maravedíes et
otras cosas quel dicho Martín Goncález rescibió por el dicho concejo. Por la qual cuenta
fallaron que el dicho Martín Goncález que rescibió seys mili e trezientos et finquanta mrs.
Et destos maravedíes dio que gastó por el dicho concejo 9Ínco mili e nueuef ientos mrs., e más
esquitaron Alfonso Sánchez, carnicero, de la renta que auía de dar de la carnecería dozientos
e sesenta e tres mrs., e más cinquenta mrs. que mandaron dar a Martín Ferrández, escriuano,
por el trabajo que tomó de escriuir los ganados; e setenta mrs. que gastó Sancho Ferrández,
alguazil, en las prisiones. Asy que quedan que alcanca el dicho concejo al dicho Martín
Gonfález por dozientos e setenta mrs. Los quales dozientos e setenta mrs. mandaron que los
ouiese el dicho Martín Gonfález por quarenta e finco días que seruió en los fornos del
concejo, e en el abrir del canno, e de otros días. Et el dicho concejo dio la dicha cuenta por
buena e leal e verdadera. Et mandaron dar e dieron por quito al dicho Martín Gonfález e a
todos sus bienes e a sus herederos.
Yo Martín Ferrández, escriuano. Miguel Sánchez, vicario. Alfonso Ferrández. Alvar
Gonfález.
Et después desto, el dicho Martín Gonfález paresf ió ante el dicho conf ejo, et dixo en
commo bien sabían que ellos que auían ref ibido cuenta del de los maravedíes quel auía
resf ibido por el dicho conf ejo, en la qual cuenta auía auido yerro, e pidióles que la mandasen
ver e emendar. Et el dicho confejo mandó ver la dicha cuenta, por la qual fallaron quel alcanfe
que fue fecho al dicho Martín Gonfález, mayordomo, que fue setefientos e ocho mrs., et
destos maravedíes paresfe quel dicho confejo que mando dexar Alfonso Sánchez, carnicero,
dozientos e sesenta e siete mrs., e más de costa dozientos e f inquenta mrs., e más f iento e
veynte mrs. a Sancho Ferrández por las prisiones, e a Martín Ferrández por los ganados que
escriuió; e mandó dar al dicho Martín Gonfález trezientos e f inquanta mrs. Asy que, contados
todos estos maravedíes, á de auer el dicho Martín Gonfález del dicho confejo para
conplimiento de todos estos dichos maravedíes dozientos e treynta e vn mrs. Los quales
maravedíes mandó el dicho confejo a Juan Ferrández, su mayordomo, que los diese e pagase
al dicho Martín Gonfález. Los quales maravedíes son dozientos et treynta e vn mrs. Yo,
Martín Ferrández, escriuano.-
56
41v./ [79] Cuenta que rescjbió el concejo de Alfonso Garfia Maestro, mayordomo
de las yglesias.
En este día lunes el dicho conf ejo e ofif iales e ornes buenos rescibieron cuenta de
Alfonso Garfia Maestro, mayordomo de las yglesias de aquí de Morón que fue en el anno que
pasó de mili et quatrof ientos et doze annos, por la qual quenta se falló quel dicho Alfonso
Garfia que resf ibió por las dichas yglesias seys mili e f iento e setenta e finco mrs. Et destos
maravedíes dio por gastados e porque enprestó al conf ejo que se deuen a la yglesia seys mili
e finco mrs. Asy que alcanf a las dichas yglesias al dicho Alfonso Garfia por f iento e setenta
mrs. Et destos fientos e setenta mrs. fallaron que auían sydo cargados al dicho Alfonso Garfia
fiento mrs., los quales non auía resfibido. Asy que queda que deue el dicho Alfonso Garfia
a las dichas yglesias setenta mrs.
Queda que deue el dicho confejo a las dichas yglesias de vna parte quel dicho Alfonso
Garfia ouo prestado vn mili e trezientos e veynte e quatro mrs jUCCCXXUU mrs.
Et más de otra parte, fiento mrs. que pagó a Juan Sánchez Pelado por las tapias del
concejo.
Et más tres doblas quel dicho Alfonso Garfia prestó a Ferrand Martínez, escriuano,
las quales gastó por el dicho conf ejo.
Et más fiento et cinquenta e seys mrs. que se pagaron al dicho Juan Sánchez Pelado.
Asy que montan estos dichos maravedíes quel dicho confejo deue a las dichas yglesias vn
mili et ochofientos e veynte et seys mrs iUDCCCXXVI mrs.
Et el dicho conf ejo e ofif iales e ornes buenos dieron al dicho Alfonso Garfia e a sus
herederos e a sus bienes por quitos, e dieron la dicha cuenta por buena e leal e verdadera. Et
mandáronle dar carta de quitamiento.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Miguel Sánchez, vicario. Alvar Gonf ález. Alfonso
Ferrández.
42r./ [80], Estas son las cosas, cartas e preuillejos que Martín Goncález entregó a
Juan Ferrández, mayordomo.
- Vn libro de papel en que se escriuen las cuentas del confejo.
- Vna carta de conpra del forno del confejo.
- Vn sello de af ófar.
- Tres preuillejos de la franqueza del rey.
- Vna carta escripta en papel de la franqueza del rey, e otra carta de Seuilla e
dos cartas otras, vna del rey e otra del Infante.
- Dos preuillejos del maestre.
- El traslado del preuillejo de Osuna.
- Veynte e ocho cartas de los maestres atadas en vn boltorio.
- Cmco alualás del rey don Enrrique, e vna sentenfia e dos testimonios.
- Vn alanzel de los ganados que entran en la defesa e vinas.
- Diez e ocho cartas de los maestres.
57
- La carta del alguaziladgo.
- El alanzel del almoxarifadgo.
- La sentencia que dio Alfonso Ferrández e razón de los bueyes.
- Las condiciones de entre Morón e Marchena.
- Vna libra, e media libra de fierro.
- Et vn alazel nueuo.
- Vn alcreuiz bueno, e otro non tal.
- Vnas fuelles e vna yunque.
- Dos pares de tenazas.
- Vn machón e un martillo de mano.
- Et vn puncón e vn canuto de las fuelles.
- Vn picacadón.
- Otra libra de fierro, de Seuilla.
Et todas estas cosas sobredichas entregó el dicho Juan Ferrández a Alfonso Ferrández,
mayordomo del dicho concejo en el anno del sennor Ihesu Christo de mili e quatrocientos et
catorze annos.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro señor el rey.
42v./ [81]. Estos son los ornamentos de las eglesias de Morón quel concejo de la villa
de Morón dieron e entregaron a Martín Ferrández, escriuano público;
las quales cosas rescibió de Alfonso García, mayordomo que fue en el
tienpo pasado de mili e quatrocientos e doze, lo qual rescibió en martes
veynte e vno días de febrero anno del sennor de mili quatrocientos e treze:
- Primera mente recibió el dicho Martín Ferrández, escriuano, vna cruz de
plata.
- Et más, tres cálices de plata, vno blanco e dos dorados. E más vn encensario
de plata et más otro cálize dorado que á de dar el dicho Martín Ferrández e
Juana Sánchez.
- Et más vna custodia de plata sobredorada con su cáliz e cruz otrosy de plata,
con vn almayzar de seda.
- Et más dos anpollas de plata e cinco botones de plata.
- Et más quatro vestimentas de seda con sus aparegos.
- Et más tres capas de seda.
- Et más quatro cortinas, las dos moriscas con orillas de seda, e las dos de lino
con orillas, la vna cárdenas e las otra bermejas.
- Et más dos aljofifas moriscas con orillas coloradas. E más otra sáuana morisca
orillada. E más otra aljofifa que está en Sant Miguel. E más vn aljofifa vieja
con orillas coloradas.
- Et más vna sáuana orillada para el atril de lino, et otra sáuana de lino, e otra d' estopa
58
- Et más dos pares de manteles d'estopa. E vn par de alimaniscos; et están en
las eglesias en los altares dos pares.
- Et más dos antelechos de lino con sus orillas.
- Et más dos pares de touajones labrados e vnas touajas para las manos
alimaniscas, e más tres parejuelos de touajones para las manos.
- Et más vna orilla cárdena de seda, et más otra orilla labrada de lana.
- Et más dos manípulos e vna estola e dos cintas todo bendezido.
- Et vn trencado de oro e de seda, e otro trencado labrado de seda que ponen a
la cruz con vna finta, et más vn amito nueuo por bendezir.
- Et más dos tocas moriscas, la vna nueua e la otra vieja.
43r./ - Et más vna toca de sirgo vieja con orillas. Vendióse esta toca.
- Et más siete frontales e vn destajo.
- Et más dos destajos que están en Sant Miguel.
- Et más dos trencados labrados que an de poner en el ara.
- Et más dos ferrojos defierrocon vna armella.
- Et más vn velo para la Quaresma.
- Et más vna piedra para ara, et más dos arcas de palo en que están estas joyas.
Et martes veynte e vn días de febrero anno sobredicho. En este día acaescieron a
entregar estas cosas sobredichas Martín Sánchez e Miguel Pérez, alcaldes, e Juan Martínez
Cachiprieto e Juan Ferrandez, jurados, e Ferrand Martínez, alguazil, e Miguel Sánchez,
vicario, e Pero Goncález e Alfonso Martín Delgado e Juan Velásquez, sacristán.
Miguel Sánchez, vicario. Alfonso Martínez Delgado. Yo, Iohán Velásquez, sacris
tán. Yo, Martín Ferrandez, escriuano otorgo que resciby lo sobredicho.
[82]. Martes nueue días de mayo, anno dicho de mili quatrocientos e treze annos. En
este día, estando Martín Sánchez e Miguel Pérez, alcaldes, e Iohán Ferrandez, mayordomo,
e Juan Martínez Cachiprieto e Juan Ferrandez, jurados, et otros ornes buenos del concejo de
la dicha villa, en casa del dicho Juan Ferrandez, mayordomo, ayuntados en su cabildo segund
que lo han de vso e de costunbre, et entendiendo que es seruicio de Dios e de nuestro sennor
don Sancho, et pro e onrra desta villa e de los que en ella biuen, ordenaron que por quanto
era defendido por el dicho concejo que ningunas personas non sacasen pan, trigo nin ceuada
nin pan cocho, fuera desta villa, et que sobre esto osadamente que algunas personas que han
sacado e leuado el dicho pan, et porque en esto ouiese escarmiento e non se feziese la tal cosa,
mandaron que Miguel Pérez e Johán Ferrandez, mayordomo, et Andrés Martínez, escriuano,
et Aluar Goncález e Martín Ferrandez, su hermano, que sean guardas para guardar la saca del
dicho pan. Et mandaron que los sobredichos que qualquier o qualesquier personas que ellos
tomaren o sopieren por pesquisa que lieuan e sacan el dicho pan, trigo e ceuada o pan cocho,
que lo que tomaren, que lo ayan para sy el dicho pan trigo o ceuada o pan cocho, e que lo que
non tomaren e sopieren por pesquisa quién lo leuó e sacó, que ge lo puedan demandar, e los
joezes, sabida la verdat, que lo libren luego syn otro detenimiento.
Yo, Andrés Martínez, escriuano de nuestro sennor el rey.
59
43v./ [83]. Carta de ygualanca del concejo.
Domingo finco días de nouienbre armo del Nasfimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili e quatrof ientos et treze annos.
En este día, estando Martín Sánchez e Miguel Pérez, alcaldes, et Iohán Ferrández e
Juan Martínez Cachiprieto, jurados, e Johán Ferrández, mayordomo, e Ferrand Martín,
alguazil e Alfonso Garfia de Maderuelo e Pero Goncález, fijo de Gonf alo Ferrández, e
Alfonso Ferrández, fijo de Ximón Ferrández, e Domingo Andrés, e Gonfalo Garfia
Xaramillo e Matheos Ferrández e Martín Ruyz e Aluar Gonf ález e Alfonso Ferrández, fijo
de Martín Ferrández, e Martín Gonfález, e Pero Gonfález de Mayrena, et otros ofifiales e
ornes buenos ayuntados en su cabildo segund que lo han de vso e de costumbre monidos por
el su peón, en la yglesia de sennor Sant Miguel de aquí de Morón, veyendo fazienda del
conf ejo et entendiendo que era seruif io de nuestro señnor don Sancho e pro e onrra desta villa
e de los que en ella byuen, et veyendo en cómmo esta villa e los que en ella byuen lo pasan
muy mal en razón del azeyte que se vende en la piafa, e veyendo que es bien, egualáronse
con Martín Gonf ález,fijode Johán Gonf ález, vezino desta villa, en esta manera: quel dicho
Martín Gonf ález que bastesca esta villa de azeyte vendido desde oy día que esta carta es fecha
fasta vn armo conplido primero siguiente; et que le den luego de presente por la panilla del
azeyte a diez es. et de aquí a delante quel dicho Martín Gonf ález quel azeyte que traxiere que
faga verdat a cómmo le cuesta el arroua, e de cómmo jurare que le cuesta el arroua, quel
mayordomo del confejo que faga la cuenta, e la cuenta fecha, que cargue sobre ello doze mrs.
de gananf ia que manda el confejo que le den en cada arroua, e segund saliere cada panilla,
la dicha cuenta fecha, que asy venda de oy en adelante fasta el dicho anno conplido. Et el dicho
Martín Gonf ález obligóse por sy e por sus <bienes> de traer e vender el dicho azeyte el dicho
anno en esta villa al dicho presfio, segund que dicho es, et cada día que menguare el azeyte
al dicho pueblo, que pague por penna doze mrs., et esta dicha penna que gela acuse e lieue
el mayordomo del conf ejo. Para lo qual mandaron fazer dos cartas, tal la vna como la otra,
porquel dicho confejo tenga la suya e el dicho Martín Gonf ález la suya.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Alfonso Ferrández. Alvar Gonf ález.
Et luego el dicho confejo e ofif iales e ornes buenos mandaron que de oy en adelante
que ningunos nin algunos non sean osados de traer nin vender azeyte fasta el dicho anno
conplido. Et qualquier que lo traxiere e lo vendiere que pague de penna doze mrs. cada día,
quantos días lo vendiere. Et más quel azeyte que touiere, sy estudiere en odre, que gelo
rompan e se vierta, e sy estudiere en tinaja, que quiebren la tinaja e se vierta el azeyte.
44r./ [84]. Estas son las cosas que entregó Ferrand Martínez, alguazil, Alfonso
García, fijo de Sancho Garfia, alguazil.
Lunes primero día de enero, anno del Nasfimiento del nuestro Saluador Ihesu Christo
de mili e quatrofientos et catorze annos. Resfibió Alfonso Garfia, fijo de Sancho Garfia,
alguazil, de Ferrand Martínez alguazil, estas cosas que se syguen:
60
- Primeramente, dos cadenas de fierro e vn ramal de cadena.
- Tres cañados de fierro con sus llaues.
- Dos pares de esposas con vn canadillo.
- Ocho peales de fierro de los pies con sus eslabones.
- Seys collares del pescuefo con dos eslabones.
- Vn cepo de palo con dos teleras de fierro.
[85]. Ordenamiento del concejo.
Lunes quinze días de enero, armo del Nas9Ímiento del nuestro Saluador Ihesu Christo
de mili et quatrocientos et catorze annos.
En este día estando el concejo e alcaldes e alguazil e oficiales e ornes buenos de la villa
de Morón ayuntados en su cabildo, segund que lo auemos de vso e de costunbre, veyendo
fazienda del concejo, mandaron que por quanto en este armo es asy afortunado por la grand
mengua del pan, e por quanto se fazen muchos dannos en los panes que son senbrados, e
porque los que guardan los ganados ayan más temor de los guardar, e que fasta aquí era de
penna vn mr. de cada día e dos mrs. de noche, que de oy en adelante que los ganados, bueyes
o vacas o nouillos o yeguas o cauallos o potros, que entraren en qualquier pan, trigo o ceuada,
que paguen de día dos mrs. por cada vno, e de noche que pague el doblo, que son quatro mrs.
por cada vno.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Aluar Goncález, alcalde.
Alfonso Ferrández. Yo, Ferrand Martínez, escriuano.
61
[87]. Jueues veynte e cinco días de enero, anno del Nasf¡miento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili e quatrocientos e catorze annos.
En este día quedó llanamiente quel cález de plata que en este libro se contiene que
Martín Ferrández, escriuano, á de dar a las yglesias de aquí de Morón, que á de auer en él dos
marcos de plata e tres doblas de oro para la fechura, e dos doblas castellanas para la doradura.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Miguel Sánchez, vicario. Yo, Andrés Martínez,
notario de nuestro sennor el rey.
45r./ [88]. Jueues veynte e cinco días de enero, anno del sennor Ihesu Christo de
mili e quatrocientos et catorze annos.
En este día, Miguel Sánchez, vicario, e Aluar Gonf ález e Domingo Andrés, alcaldes,
e Martín Ruyz e Domingo Garfia, jurados, e Alfonso Garfia, alguazil, e otros ornes buenos
de la villa de Morón, entregaron las joyas de las yglesias de aquí de Morón a Pero Gonf ález,
mayordomo de las dichas yglesias, las quales cosas son que entregaron al dicho mayordomo
las que entregó Alfonso Garfia Maestro a Martín Ferrández, escriuano, segund que en este
libro son escripias. Et más vna arca de madero que dio Leonor Gonf ález e vn tocado de tocar
nouias. Et vna corona de Santa María, de plata.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Miguel Sánchez, vicario.
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matare tantos lobos para que se esquiten los dichos maravedíes, que los torne al dicho
concejo. E para esto que dé fiadores al mayordomo del dicho concejo para los tornar. Et más
que dé los cueros de todos los lobos que asy matare al mayordomo del dicho concejo. Et más
que quando el dicho Andrés Martín dixiere que quiere mudar la dicha paranca de vn lugar
a otro, quel mayordomo del concejo que le dé vn asno para la mudar.
Et luego, Andrés Martín obligóse a todo lo sobredicho e otorgó que rescibió cinquanta
mrs. luego, e dio porfiadoresa Ferrand Martínez, escriuano, e a García Gómez, los quales
se obligaron de lo conplir segund suso dicho es.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Yo, Ferrand Martínez,
escriuano. Aluar Goncález, alcalde. Yo Martín Ferrandez, escriuano.
46r./ [92]. Los clauos e rejones que se quitaron de las puertas de la barrera.
Martes dies e sey s días de otubre, armo del sennor Ihesu Christo de mili e quatrocientos
e catorze annos.
63
En este día Aluar Goncález, alcalde, e Alfonso Ferrández, mayordomo, desfizieron
las puertas de la barera de Santa María, e tiraron dellas cinquanta tres clauos e dos clauos e
vn pestillo et treynta e vn roñes (sic) et catorze cabecas de otros clauos quebrados, los quales
clauos están en poder del dicho mayordomo.
Aluar Goncález, alcalde. Alfonso Ferrández, mayordomo.
[93]. Estas son las cosas que entregó Alfonso García, alguazil, a Goncalo
Esteuan, alguazil nueuo.
Martes primero día de enero, armo del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Quisto de mili e quatrocientos et quinze annos.
En este día, Alfonso García, fijo de Sancho Garfia, entregó estas prisiones a Goncalo
Esteuan, alguazil nueuo, que se syguen:
- Primeramente, dos cadenas defierro,et más vn ramal de cadena.
- Et más tres cañados de fierro de cubo con sus llaues.
- Et más dos pares de esposas con vna llaue.
- Et más seys collares de fierro con dos eslabones.
- Et más ocho peales de los pies con sus eslabones.
- Et más dos cepos de palos con sus teleras, que son cada dos.
Et rescibió más el dicho Goncalo Esteuan, Antonia Sánchez, muger que dizen que es
de Esteuan Matheos, presa. Et rescibió más a Miguel de Lynares preso.
Aluar Gonfález. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
46v./ [94]. Estas son las cosas que Pero Goncález, mayordomo de la yglesias de
Morón, entregó a Ferrand Martínez, mayordomo de las dichas yglesias.
Lunes onze días de febrero, armo del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu Christo
de mili e quatrocientos et quinze annos.
En este día, los oficiales e ornes buenos de la villa de Morón entregaron estas cosas
que son de la yglesias a Ferrand Martínez, fijo de Marcos Pérez, mayordomo de las dichas
yglesias. Las quales cosas que son estas que se siguen;
- Vna cruz de plata con su casa de palo enbuelta en vn antelecho.
- Quatro cálizes de plata con vnas anpollas de plata, que son dos.
- Vna custodia de plata con su calizejo e vna cruzeta.- Vn encensario de plata.
- Vna corona de plata de Santa María.
- Quatro vestimentas de seda con sus aparejos.
- Onze pares de manteles que son onze manteles. Dio Ferrand Martínez treze
pares, e tres pares que están en la yglesia.
- Siete sáuanas.
- Dos cortinas, et otras dos que están en las yglesias. Dio quatro cortinas e otra
cortina de syrgo.
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- Dos aljofifas, et más otras dos aljofifas.
- Dos alharemes de lyno blancos.
- Tres pares de fazalejos labrados.
- Quatro antevaras con sus orillas.
- Dos velos moriscos de sirgo, enbueltos en vn amito nueuo.
- Vn alhareme redi.
- Vnas mangas de panno de sirgo. Vendiéronse.
- Tres capas de sirgo.
- Otro par de fazalejos.
- Dos frontales nueuos de figuras.
- Las cuerdas de la cruz.
- Dos ateradillos nueuos de syrgo; vna alfarda nueua.
- Tres echadillos.
- Otro echadillo de orillas verdes.
- Dos estollas nueuas.
- Vn cordón de sirgo verde nueuo.
- Vnas cintas para vestirse e clérigo quando dize misa.
- Vn pedaco de panno de sirgo que quedó del estola.
- Cinco botones de plata gruesos, e vna piedra blanca.
- Vn tocado de tocar nouias, con vna redezilla de aljófar.
- Dos frontales et vn par de manteles.
- 47r./ - Otrosy, rescibió más el dicho Ferrand Martínez, mayordomo, vn
echadillo de syrgo que dyo la fija de Martín Sánchez de Molyna.
- Ochos destajos viejos para poner en los altares.
- Vn velo que estaua tras el Ihesú.
- Tres arcas, lo que está en las yglesias.
- Quatro antelechos.
- Cinco pares de manteles.
- Vna aljofifa.
- Vn destajo pintado, et otro destajo cárdeno.
- Vn echadillo que tiene Santa María con orillas verdes.
- Dos arcas, en cada yglesia la suya.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Aluar Goncález. Yo, Martín
Ferrández, escriuano.
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del anno pasado, otorgaron la su carnegería de tajar carne que han aquí en Morón, arrendada
por vn anno desde el día de Pascua Florida primera siguiente que vemá fasta el día de
Carastollendas que serán en el anno de mili et quatro9Íentos et diez e seys annos, con las
condÍ9Íones de los annos pasados. Et que les dé en renta por la dicha cantería por este dicho
anno quinientos mrs., et estos dichos maravedíes que los pague al su mayordomo por tres
tedios del anno. Et el dicho Alfonso Sánchez obligóse de seruir la dicha cantería del dicho
conejo el dicho tienpo, et de dar las carnes en sus tienpos pertens9ientes abastamiento del
dicho conejo et obligóse de dar los dichos maravedíes a los dichos plazos para lo qual obligó
a sy et a todos sus bienes.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Aluar Gon9ález. Yo, Martín
Ferrández, escriuano.
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48r./ [97]. Estas son las escripturas que entregaron a Goncalo Garete, mayordomo
del dicho concejo, en el sobredicho día lunes onze días del dicho mes de
febrero. La quales escripturas et otras cosas son éstas que se syguen:
- Primeramente, dos preuillejos de los reyes de la franqueza, escriptos en
pargamino.
- Otra carta escripia en papel de la confirmación destos preuillejos que nos dio
nuestro sennor el rey don Iohán.
- Dos preuillejos de los maestres escriptos en pargamino, el vno de nuestro
sennor el infante don Sancho.
- Et más otra carta de la cibdat de Seuilla en que manda que nos guarden los
preuillejos.
- Et más ocho cartas que van en vn boltorio.
- Et más el traslado del preuillejo de Osuna.
- Et más la carta de la conpra del Forno Nueuo.
- Las condiciones de Marchena.
- El alanzel del almoxarifadgo.
- Los traslados de las cartas del rey que traxo el doctor Furtún Velásquez.
- El traslado del Ordenamiento de la Mesta.
- Vn testimonio sobre el despojo de los moros.
- Vn testimonio que se tomó en Utrera sobre las guardas.
- finco cartas e dos alualás de la franqueza.
- Veynte e nueue cartas en boltorio, todas selladas.
- Otro boltorio de cartas.
- El alanzel viejo de las vynnas.
- Otro alanzel nueuo.
- La media fanega de medir pan, e medio celemín.
- La libra, e media libra de fierro.
- Et otra libra de Seuilla.
- El sello del concejo.
- El padrón del vyno, e otro padrón nueuo.
- Vn picafadón rezién calcado.
- Dos yunques defierro,et otra ferramienta que se fallare que tiene el ferero de
los petrechos, et los fuelles.
- Et otra carta de don Sancho,firmadadel governador, e vn testimonio firmado
e sygnado.
Yo, Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey. Aluar Gongález. Yo, Martín
Ferrández, escriuano.
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48v./ [98]. Querella de Pero Gongález, alcalde.
Lunes veynte e ginco días de margo, armo del Nasgimiento del nuestro Saluador Diesu
Christo de mili e quatrogientos et quinze annos.
En este día, ante Alfonso Gargía de Maderuelo, alcalde, paresgió Pero Gongález, fijo
de Gongalo Ferrández, vezino de aquí de Morón, et querelló antel dicho alcalde e dixo que
ayer domingo en la noche, que fueron a veynte e quatro días del mes de margo en que estamos,
quel e sus apargeros, teniendo vn fato de vacas en la Ñaua de Memin, término de aquí de
Morón, que de noche que saltearon el dicho fato moros de Ronda o de su tierra, et que le
leuaron dos yeguas, vna suya e otra de Alfonso Ferrández, gapatero, e que robaron todo el
dicho fato, que dixo que podía valer todo lo que asy leuaron fasta dos mili mrs. El qual rastro
fue seguido fasta en término de Ronda por giertos vezinos de Morón de pie e de cauallo.
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Juan Garfia. Yo, Alfonso Martínez Delgado. Martín Ferrández. Aluar Gonfález. Yo,
Martín Ferrández, escriuano.
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50r./ [103]. Cuenta que resabió el congejo de Pero Goncález mayordomo que fue de
las yglesias.
Sábado veynte e nueue días de junio anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili et quatrogientos et quinze annos.
En este día los oficiales e ornes buenos de la villa de Morón resgibíeron cuenta de Pero
González, mayordomo que fue de las yglesias de aquí de Morón el anno que pasó de mili e
quatrogientos et catorze annos, de los maravedíes que resabió de las dichas yglesias en el
dicho anno, asy de los maravedíes del bacyn conmo de los maravedíes de las mandas e de las
aberturas de las fuesas. Por la qual cuenta se falló que rescibió el dicho Pero Goncález vn mili
e quatrogientos et veynte e ginco mrs. Et destos maravedíes dio que gastó por las dichas
yglesias setecientos e quarenta e seys mrs. e quatro es. Asy que esquitando estos maravedíes
despendidos de los maravedís rescebidos, alcangan las yglesias al dicho Pero Goncález,
mayordomo, por sey scientos e setenta e ocho mrs. e dos es. Et queda que á de recabdar el dicho
Pero Gongález de Johán Ferrández de la Plaga giento mrs. de vna sepoltura que está en
refuesa, que se á de librar.
Yo Andrés Martínez, notario de nuestro sennor el rey.
Iohannes Sancii, vicarius. Yo Juan Martínez, jurado. Yo, Alfonso Martínez Delgado.
Yo, Johán Velásquez. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
50v./ [105]. Ordenamiento del concejo sobre los pozos de la dicha villa.
Lunes ocho días del mes de julio, anno del Nasgimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili et quatrogientos et quinze annos.
En este día estando los alcaldes e alguazil e jurados e ofigiales e ornes buenos de la
villa de Morón ayuntados en su cabildo, monidos por el su peón, segund que lo han de vso
70
e de costunbre, mandaron que por quanto el agua que dizen de la Sahusadilla que es en
término desta villa, fue sienpre e es esenta para todos los ganados que la han menester de
beuer; et por quanto agora de presente auían quexa los boyerizos que guardan las boyadas de
los bueyes de los vezinos desta villa, que Pero Alfonso de Marchena que tiene la huerta que
dizen de la Sahusadilla que toma el agua dey para la dicha huerta, por lo qual se pierden los
dichos bueyes por mengua de la dicha agua; por lo qual mandaron que de oy en adelante quel
dicho Pero Alfonso que non tome ninrieguela dicha agua en ninguna manera, fasta que cada
día ayan beuido los dichos bueyes e otros ganados e se vayan onde an de dormir de noche;
e los dichos bueyes o otros ganados ydos e partidos de la dicha agua a donde an de dormir,
commo dicho es, quel dicho Pero Alfonso que pueda tomar e regar el agua que quedare para
la dicha su huerta; et en quanto anocheciere que luego que cierre el dicho Pero Alfonso la
dicha agua, en tal manera que sea guardada la dicha agua para otro día quando vinieren los
dichos bueyes o otros ganados qualesquier, porque fallen agua para beuer, et los dichos
ganados sean mantenidos. Pero mandaron que sy por aventura la dicha agua menguare o
fallesciere para que los dichos ganados ayan menester la dicha agua, quel dicho Pero Alfonso
que non sea osado de tomar nin regar la dicha agua saluo que queda toda esenta para los dichos
ganados. Et sy por aventura el dicho Pero Alfonso pasare en alguna manera contra esto que
dicho es, que por cada vez que le fuere prouado que peche e pague por cada vez quel tomare
e regare la dicha agua fuera desta ordenaba contenida, sesenta mrs. por cada vna vez. E esta
toma de esta dicha agua que la aya el dicho Pero Alfonso en quanto fuere merced e voluntad
del dicho concejo, que pues que la dicha agua es esenta de todo el concejo para sus ganados
que asy sea esenta sienpre.
Et luego los dichos oficiales e ornes buenos mandaron que por quanto el dicho Pero
Alfonso ouo cegado e cegó un pozo que fue fallado fecho de tienpo antiguo cerca del Pozo
de Seuilla, et lo cegó por mal fazer porque se non aprouechasen de la dicha yequa (sic),
mandaron a Goncalo García, mayordomo del dicho concejo, que de los bienes del dicho
concejo que faga alynpiar el dicho pozo, en tal manera por que pueda sacar e beuer la dicha
agua todo el pueblo.
Et luego el dicho concejo e alcaldes e alguazil e jurados e oficiales e ornes buenos
mandaron que por quanto Pero Gómez ouo desfecho la fuente que dizen de los Esparteros,
por lo qual non pueden beuer bestias algunas que vayan nin vengan por el camino, mandaron
quel dicho Goncalo García, su mayordomo, que requiera al dicho Pero Gómez que luego a
vn plazo que le él pusiese que tornase la dicha fuente al estado en que estaua, por tal manera
que qualesquier bestias que fueren o venieren por la dicha fuente que puedan beuer
sueltamente la dicha agua. Et sy lo non quesie-/5 lr/se fazer, quel dicho mayordomo, en
nonbre del dicho concejo, que pueda tornar e adobar la dicha fuente, segund que primeramen
te estaua, porque la dicha agua se pueda beuer; para lo qual le dieron todo su poder conplido,
segund quel dicho concejo lo ha.
Yo, Andrés Martínez, notario. Alfonso Ferrández. Yo, Alfonso Martínez Delgado.
Aluar Goncález. Yo Andrés Martínez, escriuano. Juan Martínez, jurado. Yo, Martín
Ferrández. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
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106]. Mandamiento del concejo.
Viernes dies e seys días de agosto armo del Nascimiento del nuestro Saluador Diesu
Christo de mili e quatrocientos et quinze annos.
En este día estando el concejo e alcaldes e alguazil e oficiales e ornes buenos de la villa
de Morón, estando ayuntados en su cabildo segund que lo han de vso e de costunbre, en casa
de Goncalo García, mayordomo del dicho concejo, mandaron que por quanto Pero Alfonso
de Marchena les ouo requerido por testimonio ciertas cosas en razón del agua de la
Sahusadilla, et por quanto la dicha agua fue e es sienpre del dicho concejo para todos los
ganados de los vezinos e moradores, por ende mandaron a Matheos Ferrández e Alfonso
Garfia,fijode Pero García, et Andrés Martínez, escriuano público, que vayan a la dicha agua,
et que abran la presa que está fecha en la dicha agua, en tal manera porque la dicha agua vaya
por lugar del arroyo onde solía yr, que es la Madre Vieja, porque el dicho concejo aya e cobre
su posesión segund que sienpre la ouieron. Et esto asy fecho, quel dicho Andrés Martínez que
dé testimonio de todo ello; para lo qual el dicho concejo les dio todo su poder conplido, et
apremiando al dicho Pero Alfonso que pague todas las cosas que sobre esta razón fezieron
el dicho concejo.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Andrés Martínez escriuano. Aluar Goncález.
Alfonso Ferrández. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
51v./ [107]. Pedimiento del concejo que fizo Pero Alfonso de Marchena.
Domingo diez e ocho días del mes de agosto, armo del Nascimiento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili et quatrocientos e quinze annos.
En este día estando el concejo e alcaldes e alguazil e oficiales et ornes buenos de la
villa de Morón ayuntados en su cabildo, monidos por el su peón, segund que lo han de vso
e de costunbre, en casa de Goncalo Garfia, su mayordomo, paresció ay Pero Alfonso de
Marchena, vezino de aquí de Morón, et razonó por palabra antel dicho concejo, et dixo en
cónmo bien sabían quél sobre razón del agua de la Sausadilla, que auía tomado testimonio
contra el concejo, el qual testimonio el auía tomado non se le entendiendo que eraua contra
el dicho concejo; pero agora que se le entendía que lo auía erado e eraua, que les pedía por
merced que le perdonasen, et que él que se partía del dicho testimonio, e lo daua e dio por
ninguno; et que sy merced fuese del dicho concejo que él que quería estar e pasar por el
ordenamiento que el dicho concejo sobre razón desta dicha agua auía fecho primeramente,
en que le auían mandado que el que non tomase nin regase la dicha agua fasta que todos los
ganados en la tarde fuesen ydos de la dicha agua, et que en estos que él que quería pasar por
el tal ordenamiento mientra fuese merced del dicho concejo, et que en esto que le farían
mucha merced e ayuda. Et luego el dicho concejo e oficiales e ornes buenos en respondiendo
al pedimiento quel dicho Pero Alfonso les auía fecho, dixeron que puesto quel dicho concejo
que lo non deuía fazer contra el dicho Pero Alfonso por el acomentimiento que contra el dicho
concejo auía fecho, sabiendo bien que la dicha agua que fue sienpre e es del dicho concejo;
pero que non parando mientes al error del dicho Pero Alfonso, e por le fazer merced e grafía
e ayuda mandaron quel dicho Pero Alfonso que aya la dicha agua para con que riegue su
72
huerta, segund en el ordenamiento que sobre esta razón fezieron, que él que tome la dicha
agua después que todos los ganados fueren ydos a pacer en la tarde, fasta tanto que cada noche
que pueda regar, e el agua que se allegare en la noche, que quede para que beuan de día. Et
esto que gelo dan mientra fuese e fuere merced del dicho concejo.
Yo, Andrés Martínez, notario. Alfonso Ferrández. Aluar Goncález. Yo, Martín
Ferrández, escriuano.
[108]. Mandamiento del concejo de la renta del boyero que traxiere bueyes.
Domingo veynte e cinco días de agosto, anno del Nascimiento del nuestro Saluador
Diesu Christo de mili et quatrocientos et quinze annos.
En este día los alcaldes e oficiales e ornes buenos del concejo de la villa de Morón,
estando ayuntados en su cabildo, monnidos por el su peón segund que lo han de vso e
costunbre, mandaron que de oy día en adelante su mayordomo, que de oy en adelante que non
consienta que ninguna nin algunas personas que non traygan nin metan bueyes nin yeguas
nin otros ganados algunos en las defesas del concejo; sy non qualquier o qualesquier que lo
/52r./pasare que peche de penna cada vez que los tales ganados fallaren en las dichas defesas
que paguen de penna sesenta mrs. el boyero que los acogiere en la boyada e los guardare.
Et otrosy en este día mandaron Alfonso Sánchez, carnicero de aquí de Morón, que de
oy en adelante que non taje en la carnecería que él tiene del concejo ninguna nin algunas res
vacuna nin otra qualquier que non viniere en sus pies byua a la dicha carnecería; sy non
qualquier res que él tajare que non viniere byua a la dicha carnecería, que peche de penna
ciento mrs. et que yagua treynta días en la cárcel. El qual mandamiento fizieron el dicho
Alfonso Sánchez, en su presencia.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Martín Ferrández,
escriuano.
[109]. Estas son las prisiones que entregó Goncalo Esteuan alguazil que fue,
Alfonso Matheos, alguazil.
Miércoles primero día del mes de enero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador
Ihesu Christo de mili et quatrocientos e diez e seys annos.
En este día, Gocalo Esteuan, alguazil que fue del anno pasado, dio et entregó Alfonso
Matheos, alguazil desta villa, estas prisiones que se syguen:
- Primeramente, dos cadenas de fierro e más vn ramal de cadena delgada.
- Et más tres cañados de fierro de cubo con sus llaues.
- Et más dos pares de esposas con vna llaue.
- Et más seys collares de fierro con dos eslabones.
- Et más ocho peales de fierro de los pies con sus eslabones.
- Et más dos cepos de palo con cada dos teleras de fierro.
- Et otrosy rescibió más el dicho Alfonso Matheos, alguazil, Alfonso Andrés
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e a Catalyna, presos en sendas cadenas, los quales dixo que tenía enbargados
por Alfonso Sánchez, alfayate, e que gelos entregaua con el dicho enbargo.
Testigos que fueron presentes, Martín Ruyz e Pero Sánchez de Ángulo e Martín, fijo
de Miguel Ferrández, e Alfonso, ballestero e fueron Johán Sánchez, pastor, et Loys et otros.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
52v./ [110]. Cuenta que dio Ferrand Martínez, mayordomo de las yglesias.
Jueues veynte e tres días del mes de enero, armo del Nascimiento del nuestro Saluador
Diesu Quisto de mili e quatrocientos et diez e seys annos.
En este día, Martín Ferrández, alcalde, e Alfonso Matheos, alguazil, e Juan Martínez
Delicado, Pero Martínez, jurado, et otros oficiales e ornes buenos de la villa de Morón,
rescibieron cuenta de Ferrand Martínez, fijo de Marcos Pérez, mayordomo que fue de las
yglesias de aquí de Morón. Por la qual cuenta fallaron quel dicho Ferrand Martínez que
rescibió en nonbre de las dichas yglesias vn mili e setecientos e setenta e dos mrs. e dos es.
Et destos maravedíes dio que gastó por nonbre de las dichas yglesias quatrocientos et veynte
e seys mrs. Asy que esquitando los maravedíes gastados de los maravedíes rescibidos,
alcancan las yglesias al dicho Ferrand Martínez por vn mili e trezientos e quarenta e quatro
mrs. e dos es. Et dieron la dicha cuenta por buena e leal e verdadera, et dieron por quito al dicho
Ferrand Martínez e a sus bienes, pagando los dichos maravedíes.
Aluar Goncález. Alfonso Ferrández. Yo, Andrés Martínez, notario. Iohannes Sancii,
vicario. Yo Andrés Martínez, escriuano. Yo, Martín Ferrández, escriuano.
[111]. En este día jueues el dicho Ferrand Martínez, mayordomo, dio e entregó
Andrés Martínez, mayordomo que es de las dichas yglesias, estas cosas
que se syguen:
- Primeramente vna cruz de plata en vna casa de madera labrada, enbuelta en
vn antelecho.
- Quatro cálizes de plata con dos anpollas de plata.
- Vna custodia de plata con vn cáliz e vna cruzeta.
- Et vn encensario de plata.
- Vna corona de plata de Santa María.
- Quatro vestimentas de seda con sus aperejos.
- Treze pares de manteles, e tres pares que están en las yglesias, que son diez
e seys.
- Quatro cortinas syn las que están en las yglesias.
- Otra cortina de sirgo, e vn echadillo que dio la fija de Martín Sánchez.
- Siete sáuanas, quatro alhofifas; dos alharemes de lyno blancos.
- Tres pares de fazalejos labrados.
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- Quatro antevaras con sus orillos.
- Dos velos moriscos de syrgo enbueltos en vn amito nueuo.
53r./ - Vn alhareme redi.
- Tres capas de syrgo.
- Otro par de fazalejos para las manos.
- Dos frontales nueuos de figuras.
- Las cuerdas de la cruz con un trancado labrado e con otro velo morisco.
- Dos ateradillos nueuos de syrgo, e vna alfarda nueua.
- Tres echadillos, et otro echadillo de orillas verdes.
- Dos estollas nueuas.
- Vn cordón nueuo de syrgo verde.
- Vnas 9yntas para las vestimentas.
- Vn pedaco de panno de syrgo que quedó de las estollas.
- finco botones de plata gruesos, e vna piedra blanca.
- Vn tocado de tocar nouias con vna redezilla de aljófar.
- Dos frontales e vn par de manteles.
- Vn velo para la Quaresma.
- Dos ferrojos de fierro.
- Ocho destajos viejos para poner en los altares.
- Vn velo que estaua tras el Diesús.
- Tres arcas para en que está todo esto.
- Vn destajo pintado, e otro destajo cárdeno.
- Dos arcas que están en las yglesias.
- Et más, quatro fanegas e media de trigo.
- Et mas vn escripto de vna manda que fezieron a las yglesias.
[112]. Estas son las cosas que entregó Andrés Martínez, escriuano, mayordomo
de las eglesias de Morón a Alfonso Núnez, mayordomo nueuo en el anno
de mili e quatrocientos e diez e siete annos.
Primeramente vna cruz de plata. Más vna custodia de plata con su cályz e su cruzeta.
Más quatro cálices de plata con sus patenas e vn par de anpollas de plata e una corona de plata
e vn encensario de plata e un tocado de nouias con su redezilla de aljófar más otra gargantilla
con diez e ocho redezillas de aljófar e vna cruzada de seda, e más quatro vestimentas de seda
con sus aparejos e tres capas de seda más ocho pares de manteles e tres pares que están en las
eglesias e dos alfardas de seda morisca e vn alfareme rradí de seda, e más tres algififas e vna
que está en la eglesia e más dos sáuanas e dos piernas e más otra aljofifa nueva. /53v./ Más
dos frontales defigurase otros dos cárdenos e otros cinco que están en las eglesias, e otros
tres viejos e más vna cortina e dos que están en las eglesias. Et más tres pares de touajas
labrados e vn panno de la crux con su cordón de seda, e más dos estollas e dos fintas e vn
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pedaco de seda, e más vn velo de la Quaresma, e más tres antevaras e quatro que está en la
eglesia e dos amitos; dos pares de touajas para las manos e vn manípolo viejo, e vn manto que
ponen a Uiesu Christo e vna piedra blanca de christal e vna bogeta del encienso. Un pedazo
de lyenco de estopa; otra media vara de lyenco. Todas estas cosas entregó el dicho Alfonso
Núnez a Juan Martínez Cachiprieto mayordomo de las dichas yglesias.
Yo Iohannes Sancii, vicarius.
54r./ [114]. En este día jueues, el dicho Goncalo García entregó al dicho Matheos
Ferrández estas cosas que se syguen.
- Primeramente, dos preuillejos de los reyes de la franqueza escriptos en
pargamino.
- Otra carta escripia en papel, de la confirmactón del rey don Iohán.
- Dos preuillejos de los maestros, escriptos en pargamino, el vno de nuestro
sennor el infante don Sancho.
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- Más otra carta de la cibdat de Seuilla, sellada con su sello.
- Más ocho cartas que van en vn boltorio, et el traslado del preuillejo de Osuna.
- E más la carta de la conpra del forno nueuo del concejo. Las condiciones de
Marchena.
- El alanzel del almoxarifadgo. Los traslados de las cartas del rey que traxo el
doctor Fortún Velásquez.
- El traslado del ordenamiento de la Mesta.
- Vn testimonio sobre el despojo de los moros.
- Vn testimonio que se tomó en Utrera sobre las guardas.
- Cinco cartas e dos alualayes de la franqueza.
- Treynta e dos cartas en vn boltorio.
- Otro boltorio de cartas.
- El alanzel viejo de las vinnas. El alanzel de las matas.
- Otro alanzel nueuo que fue trasladado.
- La media fanega de medir pan e el medio celemín.
- La libra e media libra de fierro. Et otra libra de fierro de Seuilla.
- El sello del concejo.
- El padrón viejo del vyno, e otro padrón nueuo de acófar.
- Vn padrón de palo de la medida de la leche.
- Una panilla, e media panilla de acófar nueuo.
- Vn picaacadón rezién calcado.
- Dos yunques de fierro, et dos machos, et vn alcreuíz.
- E una tajadera de fierro.
- Rescibió diez e ocho rejones, e á le de dar Gon?alo Garfia treze rejones.
- E rescibió más cinquenta e ocho clauos mayores.
- Rescibió más el dicho mayordomo vna carta de nuestro sennor el infante don
Sancho firmada de su gouernador. E más vn testimonio firmado e sygnado de
las quexas que fueron mostradas al dicho gouernador.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Martín Ferrandez,
escriuano.
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que los eriazos que dizen de Cabeca Fermoca cónmo dize el camino viejo que va por gima
de los perales de Sancha Ferrández, et por los valladares de los eriazos que fueron de Marcos
Pérez et de Martín Sánchez de Guadalfajara e de somo a dar en el monte que sea el vn mojón,
et el otro mojón que sea desde el majuelo de Alfón Núnnez e el arroyo del Pozo de Seuilla
fasta el majuelo de Garcya Ferrández, e a dar en el eriazo de donna Ximona. E que estos dichos
eriazos que sean guardados et se guarden de oy en adelante para pasto de los cauallos de los
vezinos de esta villa, et que non sean tenudos otros ganados algunos de entrar a comer los
dichos eriazos. Et qualquier otros ganados que fueren tomados dentro que les lyeuen la pena
o penas que lyeuan de los ganados que se toman en la dehesa del dicho concejo, saluo las
yeguas quando andan en manada, que non ayan pena.
Et que esta mesma pena se lyeue de los otros eriazos qualesquier de todos los vezynos
de la dicha villa, et olyuares et estacadas.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo Andrés Martínez, escriuano. Yo, Alfonso Martínez
Delgado. Aluar Gongález.
[116]. En este día, los dichos ornes buenos mandaron que los carneros del carnicero
que non coman de la dehesa del concejo más de conmo dize de la calera de
Pálmete a dar a la otra calera del Pozo de Seuilla, et a dar a las penuelas del
Camino de Barros, e a dar al puntal del monte de Cabeca Fermosa. Et esto que
non la coman más de quanto fuere merced del dicho concejo.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Alfonso Martínez
Delgado.
Martes doze días de enero, armo del sennor de mili et quatrocientos et diez e syete annos.
En este dicho día el concejo et alcaldes et alguazil et jurados et oficiales et ornes
buenos de la villa de Morón rescibieron cuenta de Andrés Martínez, escriuano, mayordomo
de las yglesias de la dicha villa, et contando lo rescebido et descontado lo despendido, alcancé
lo rescebido a lo despendido por nueue cientos mrs. Et más vn cafíz de trigo e tres fanegas
de ceuada. La qual cuenta el dicho concejo dio por buena et verdadera.
Yo, Aluar Goncález, mayordomo. Alfonso Martínez, alcalde. Iohannes Sancii,
vicarius. Yo, Andrés Martínez, escriuano.
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en el dicho armo. Et fallóse que rescibió quatro mili e quinientos e ochenta mrs. Se despendió
tres mili ciento e sesenta e quatro mrs. despendidos. Contando lo rescebido et descontando
lo despendido, alcanca lo rescebydo a lo despendido por quatrocientos et veynte mrs. Los
quales maravedíes quedó que recabde Aluar Goncález, mayordomo nueuo del dicho concejo.
Et luego el dicho concejo e oficiales et ornes buenos dieron la dicha cuenta por buena et leal
e verdadera, et mandáronle dar carta de quitamiento.
Yo, Alfonso Martínez, alcalde. Alfonso Ferrández, alcalde. AJuar Goncález, mayor
domo. Yo, Andrés Martínez, escriuano. Yo, Andrés Martínez, escriuano de nuestro sennor
el rey, et escriuano del dicho concejo.
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56r./ [120]. Requerimiento de la cuenta de Matheos Ferrández, mayordomo.
Lunes diez et ocho días de enero armo del sennor de mili et quatro9Íentos et dyez et
syete annos.
Este día los alcaldes Alfonso Martínez et Alfonso Ferrández e Ferrand Martínez,
alcalde viejo, et Gar9Ía Gómez, jurado, et Aluar Sánchez, mayordomo del conejo, requerieron
la cuenta que dio Marcos Ferrández, mayordomo viejo; por la qual dicha cuenta se falló que
auían quedado por contar dozyentos et sesenta mrs. Los dozyentos del ter9Ío del sancristán;
et los sesenta de Pero Lucas. Asyn que sacando estos dozientos et sesenta mrs. de seys9Íentos
et ochenta mrs. que se auían alcan9ado, quedan para el dicho conejo quatro9Íentos et veynte
mrs.
Yo, Andrés Martínez, escriuano de nuestro sennor el rey. Alfonso Ferrández, alcalde.
Yo Alfonso Martínez, alcalde.- Yo, Andrés Martínez, escriuano.
56v./ [ 122]. Entrega de las prisiones del concejo que entregaron <a> Aluar Goncález,
alguazil.
Miércoles primero día de febrero, armo del Nas9Ímiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili et quatro9Íentos et diez e nueue annos. Entregaron Aluar Gon9ález, alguazil,
estas prisiones que se syguen:
- Cinco collares de fierro, e vn eslabón.
- Cinco palales (sic) e vn eslabón.
- Vna cadena de fierro.
- Seys cañados de fierro con dos llaues.
- Vn par de esposas.
- Vn 9epo con dos teleras.
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[123]. Cuenta del concejo que tomó Aluar Goncalez, mayordomo.
Lunes veynte et syete días de febrero, armo del Nas$imiento del nuestro Saluador
Diesu Christo de mili quatrocientos et diez et nueue annos.
En este día Miguel Pérez e Ferrand Martínez, alcaldes, e Goncalo García e Martín
Ruyz, jurados, e Pero Martín, mayordomo, oficiales e omes buenos de la villa de Morón,
rescibieron cuenta de Aluar Goncalez, mayordomo que fue del dicho concejo en el anno que
pasó de mili e quatrocientos et diez e siete annos, por la qual cuenta fallaron que montaron
las rentas del dicho concejo tres mili et dozientos et treze mrs., et que rescibió de Mámeos
Ferrández, mayordomo que fue en el anno pasado, quatro§ientos e veynte mrs.
57r./ [124]. Cuenta del concejo de Morón que rescibieron de Aluar Goncalez,
mayordomo.
Lunes veynte e siete días de febrero, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili e quatrocientos et diez e nueue annos.
En este día Miguel Pérez e Ferrand Martínez, alcaldes, e Goncalo García e Martín
Ruyz, jurados, e Pero Martín, mayordomo, et otros oficiales e omes buenos de la dicha villa
de Morón, rescibieron cuenta de Aluar Goncalez, mayordomo que fue del dicho concejo (en
el) anno que pasó de mili e quatrocientos e diez e siete annos, por la qual cuenta se falló que
valieron las rentas del dicho concejo en el dicho anno tres mili e dozientos e tres mrs.; et que
rescibió más el dicho Aluar Goncalez de Matheos Ferrández, mayordomo que fue del anno
pasado, quatrogientos et veynte mrs. Asy que montan todos los dichos maravedíes en la
manera que dicha es, tres mili e seyscientos e treynta et tres mrs. Los quales dichos tres mili
e dozientos e treze mrs. son con quinientos e setenta e tres mrs. quel dicho Aluar Goncalez
rescibió de Andrés Martínez, escriuano, de los maravedíes por quel dicho Andrés Martínez
fue alcangado en cuenta de la mayordomía de las yglesias. Et destos maravedíes rescibidos
en la manera que dicha es, el dicho Aluar Goncalez dio por despendidos por menudo, segund
se contiene en vn quaderno escripto que en esta razón mostró, tres mili e ciento nouenta et
tres mrs. Et estos dichos tres mili e ciento e nouenta e tres mrs., esquitándolos de los tres mili
seyscientos e treynta e tres, que alcana el dicho concejo al dicho Aluar Goncalez por
quatrocientos e treynta e nueue mrs. Et estos dichos quatrocientos et treynta e nueues mrs.
mandaron al dicho Aluar Goncalez que los dé e pague a Pero Martín, mayordomo del dicho
concejo. Et él dándoselos, dieron la dicha cuenta por buena e verdadera, et dieron por quito
al dicho Aluar Goncalez e a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Andrés Martínez, escriuano del rey et escriuano del dicho conejo. Aluar
Goncalez, escribano. Yo Martín Ferrández, escriuano.
81
57v./ [125]. Cuenta que rescibió el concejo de Iohán Ferrández, mayordomo que fue
del concejo en el anno que pasó de mili e quatrocientos et diez e ocho
annos.
Lunes veynte e siete días de febrero, anno del sennor Ihesu Quisto de mili e
quatrocientos et diez e nueue annos.
En este día, Miguel Pérez e Ferrand Martínez, alcaldes de la villa de Morón, e Martín
Ruyz e Goncalo García, jurados, e Pero Martínez, mayordomo, et otros oficiales e ornes
buenos de la dicha villa de Morón, rescibieron cuenta de Johán Ferrández de la Placa,
mayordomo que fue del dicho concejo en el anno que pasó de mili et quatrocientos et diez
e ocho annos. Por la qual cuenta, fallaron quel dicho Johan Ferrández que rescibió de las
rentas del dicho concejo que montaron en el dicho anno dos mili e quatrocientos et sesenta
et cinco mrs. Et destos maravedíes dio por gastado el dicho Juan Ferrández por vn quaderno
por menudo dos mili e quarenta et siete. Asy que esquitando estos dos mili e quarenta et siete
mrs. de los dos mili e quatrocientos et sesenta e cinco mrs., queda que alcancael dicho concejo
al dicho Juan Ferrández por quatrocientos et dies et ocho mrs. Et el dicho concejo e oficiales
et ornes <buenos> mandaron al dicho Juan Ferrández que dé e pague los dichos quatrocientos
et diez e ocho mrs. a Pero Martínez, su mayordomo. Et él dándoselos, dieron la dicha cuenta
por buena et verdadera, et dieron por quito al dicho Juan Ferrández et a sus bienes e a sus
herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Aluar Goncález, escriuano. Yo, Andrés Martínez,
notario. Yo Martín Ferrández. Yo, Andrés Martínez.- Juan Martínez.
82
- Otro alanzel nueuo que fue traslado. Media fanega et medio de medir pan, et
la lybra et media lybra de fyerro, et la lybra de Seuilla. Et el sello del concejo.
- Los padrones nueuo et viejo de acófar de medyr vino.
- Vn padrón de palo para medyr leche. Vna panilla e media panilla de medir
azeyte de acófar. Vn pico acadón.
- Dos yunques de fierro et vn alquenryz e vna tajadera defierro.E más treynta
et quatro clauos et seys rejones. Más, de Gonfalo García, diez clauos et
rejones, más tres martillos de mano e vn macho.
58v./ [127]. Cuenta que rescibió el concejo de Alfonso Núnnez, mayordomo de las
yglesias de aquí de Morón, del anno de mili quatrocientos et diez e syete
e del anno de mili et quatrocientos e de diez et ocho.
Jueues dos días del mes de marco, anno del Nascimiento del nuestro Saluador Ihesu
Quisto de mili et quatrocientos et diez e nueue.
En este dicho día, en las casas de Ferrand Martínez,fijode Marcos Pérez, alcalde, el
concejo, e alcaldes et alguazil et jurados e oficiales et ornes buenos de la villa de Morón,
rescribieron cuenta de Alfonso Núnnez, mayordomo que fue de las yglesias deste dicho lugar
del anno de mili et quatrocientos et dyez e syete, e del anno de mili quatrocientos et dyez et
ocho annos, por la qual cuenta se falló que rescibió el dicho Alfonso Núnnez en los dichos
dos annos, asy de lo que rendió el bacín conmo de otras cosas que se dieron para las dichas
yglesias, ochocientos et tres mrs. Et fallóse que despendió el dicho Alfonso Núnnez en
algunas cosas que fueron menester para reparar las dichas yglesias, seyscientos et treynta et
nueue mrs. et finco ds. Asy que alcana lo rescebido a lo despendido, por ciento et sesenta
et quatro mrs.; los quales dichos ciento et sesenta et quatro mrs. del dicho alcance mandaron
el dicho concejo e ornes buenos al dicho Alfonso Núnnez que los diese et entregase a Juan
Martínez Cachipeto, mayordomo de las dichas yglesias, para las dichas yglesias.
Otrosy quedó más que á de dar el dicho Alfonso Núnnez al dicho Juan Martínez vn
cafiz de ceuada et treze almudes de trigo. Otrosy, quedó más que á de dar Andrés Martínez,
escriuano, al dicho Juan Martínez, mayordomo, para las dichas yglesias vn cafiz de trigo et
tres fanegas de ceuada,
Otrosy, quedó más que deue el dicho concejo a las dichas yglesias, que tomaron
prestados mili et dozientos et veynte et finco mrs.
Yo, Andrés Martínez, escriuano de nuestro sennor el rey e escriuano del dicho
concejo. Yo, Martín Ferrández, escriuano. Iohannes Sancii, vicarius. Aluar Goncález,
escryuano. Yo, Andrés Martínez. Aluar Goncález, escryuano.
83
59r./ [128]. Entrega de las cosas que entregó Alfonso Núnnez, mayordomo de las
yglesias a Juan Martínez Cachipeto mayordomo de las dichas yglesias.
En este dicho día jueues entre(gó) Alfonso Núnnez, mayordomo que fue de las dichas
yglesias, a Juan Martínez Cachipeto, mayordomo de las dichas yglesias, estas cosas que se
syguen:
Primeramente, vna cruz de plata. Et vna custodia de plata con su cályz e vna cruzeta
de plata. Et más quatro cálices de plata con sus patenas. Et vnas anpollas de plata. Et vna
corona. Et vn encensario de plata. Et vn tocado de nouias, con su redezylla de aljófar, más
otra redezilla con dyez et syete redezillas de aljófar. Et vn cruzado de seda. Et más quatro
vestimentas de seda con sus aparejos, más tres capas de seda. Más nueue pares de manteles.
Et otros quatro pares de manteles que están en las yglesias. Et dos alfardas de seda moriscas.
Et vn alfareme rady de seda más tres aljofifas. Et vna que está en las yglesias más dos sáuanas.
Et dos piernas. Et más otra aljofifa nueua más dos frontales de feguras. Et otros dos cárdenos.
Et otros 9Ínco. Et otros tres viejos. Et vna cortina. Et otras dos que están en las yglesias. Et
más tres pares de touajones labrados. Et vn panno de la cruz con sus cordones de seda. Et dos
estolas. Et dos 9¡ntas. Et vn peda9o de seda. Et vn velo de Quaresma. Et más syete antevaras.
Et dos amitos. Dos pares de touajas para las manos. Et vn manípulo e vn velo prieto de Ihesu
Christo. Et vna piedra blanca de christal. Vna buexeta de en9en9Ío. Vn peda90 de lyen9o
nueuo de estopa. Et otra media vara de lyen90 de lyno.
Yo, Andrés Martínez, escriuano de nuestro sennor el rey et escriuano del dicho
conejo. Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez. Alvar Gon9ález escriuano.
59r./ Et después desto, en sábado veynte et 9Ínco días del mes de mar90, armo del
Sennor de mili e quatro9Íentos et diez et nueue annos.
En este dicho día, en las casas del dicho Juan Martínez, estando ay Ferrand Martínez,
fijo de Marcos Pérez, et Miguel Pérez, alcaldes, de aquí de Morón, en presen9ia de mí, Andrés
Martínez, escriuano de nuestro sennor el rey, et estando ay otrosy Gómalo Gar9Ía, jurado,
et Pero Martínez, mayordomo, et Matheos Ferrández et Marcos Pérez, los sobredichos
entregaron a Juan Martínez Cachypeto, mayordomo de las yglesias de este dicho lugar, vna
cruz de plata con su casa de madera, et vna custodia de plata, et vnas anpollas de plata, et vn
en9en9ario de plata, et vna corona de plata, et vna toca de seda blanca morisca con que Ueuan
el Cuerpo de Dios a los enfermos, et más tres cályz (sic) de plata con sus patenas, et vna cruzeta
de plata de la custodia, et vn cályz, pequenno de plata que anda en la custodia.
Yo, Andrés Martínez escriuano de nuestro sennor el rey, so testigo.
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[129]. Entrega de las cosas e prisiones del concejo de Morón que entregó Aluar
Goncález Alfonso García, fijo de Sancho Garcya.
Lunes primero día del mes de enero, armo del Nasfimiento del nuestro Saluador Ihesu
Quisto de mili et quatrofientos et diez e nueue annos.
En este día entregó Aluar Goncález, alguazil que fue el anno pasado, estas prisiones
que se syguen Alfonso Garfia, fijo de Sancho Garfia, alguazil.
- Primeramente tres cannados con dos llaues, las quales son de cubo.
- Seys peales con sus eslabones, e otro peal quebrado syn eslabón.
- Seys collares del pescuezo syn eslabones.
- Dos cadenas e vn ramal de cadena delgada.
- Vnas esposas.
- Vn cepo con dos teleras.
Lunes veynte e dos días del mes de enero anno del Nasf imiento del nuestro Saluador
Ihesu Christo de mili et quatrofientos et veynte annos.
En este día, Miguel Pérez e Alfonso Núnnez, alcaldes, e Alfonso Garfia, alguazil, e
Juan Garfia e Alfonso Sánchez de Arca, jurados, e Ferrand Martínez,fijode Marcos Pérez,
e Alfonso Ferrández, escriuano, e Aluar Gonfález e Andrés Martínez, notario, e Pero
Gonf ález, fijo de Gonfalo Ferrández, e Martín Ruyz, mayordomo, e Matheos Ferrández e
Martín Gonfález e Alfonso Ferrández de Porras e Alfonso Garfia Maestro e Garfia Gómez
e Ferrand Gonfález et Garfia de Maderuelo, Domingo Andrés, Gonfalo Garfia Xaramillo,
ofif iales e ornes buenos de la dicha villa de Morón, estando ayuntados en su cabildo, monidos
por el su peón, segund que lo han de vso e de costunbre, en casa de Pero Martínez, mayordomo
que fue del dicho confejo en el anno pasado, resf ibieron cuenta del dicho Pero Martínez de
todos los maravedíes quel dicho mayordomo resfibió. Por la qual cuenta fallaron quel dicho
Pero Martínez, mayordomo que resfibió por el dicho confejo finco mili e quinientos e
sesenta e seys mrs. Et destos maravedíes el dicho Pero Martínez dio que gastó en nonbre del
dicho confejo e por él, por vn quaderno de escriptura por granado e por menudo, seys mili
e sesenta et finco mrs. Asy, esquitando los seys mili e sesenta e finco mrs. de los finco mili
et quinientos e sesenta e seys mrs., alcanf a el dicho Pero Martínez, mayordomo, al dicho
confejo por quatrofientos e nouenta e nueue mrs. Et la dicha cuenta dada por el dicho Pero
Martínez et resf ebida por los dichos ofif iales e ornes buenos, luego dichos ofif iales e ornes
buenos dieron la dicha cuenta por buena e leal e verdadera, et dieron por quito al dicho Pero
Martínez e a sus bienes et a sus herederos, et mandaron que de qualesquier maravedíes que
Martín Ruyz, mayordomo del dicho confejo, resfibiere por el dicho confejo, que dé e pague
al dicho Pero Martínez estos dichos quatrof ientos et nouenta e nueue mrs.
85
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, notario. Alfonso Ferrández,
escriuano. Yo, Aluar Gon9ález, escriuano.
60v./ Et destos quatrocientos e nouenta e nueue mrs. quel dicho Pero Martínez
alcancó al dicho concejo, luego los dichos oficiales e ornes buenos dieron en paga al dicho
Pero Martínez quarenta e quatro mrs. Queda que dio en demasía Alfonso Andrés quando fue
al maestre XLIIIF mrs.
Et diéronle más en paga el dicho Pero Martínez destos maravedíes setenta mrs., que
le ouo dado Iohán Ferrández, mayordomo que fue del dicho concejo LXmrs.
Et diéronle más en paga al dicho Pero Martínez, siento e veynte mrs. que dixo que auía
dado a Ferrand Gutiérrez; e fallóse que non le auía dado nada e que le son de descontar del
dicho alcance ; XCCmrs.
[131]. Estas son las cosas que entregó el concejo e oficiales e ornes buenos a
Martín Ruyz, mayordomo del dicho concejo.
- Primeramente tres preuillejos de las confirmaciones de los reyes, escriptos en
pargamino.
- La confirmafión destos preuillejos de nuestro sennor el rey escripia en papel
e sellada con el sello de la poridá de cera colgada en las espaldas.
- Dos preuillejos.
- Tres preuillejos de los maestres, el vno de maestre don Ferrand Rodríguez, el
otro del infante don Sancho, e el otro de nuestro sennor don frey Iohán,
maestre de Alcántara.
- El traslado del preuillejo de Osuna.
- La carta de conpra del forno que fue del Adalyd.
- Cinco cartas e dos alualaes de la franqueza.
- Los alualaes de la paga de la yglesia de Sant Miguel de quando se fizo de
nueuo.
- Las condiciones que entre Morón e Marchena.
- Et en vn boltorio treynta e dos cartas de los maestres.
6Ir./ - El quaderno del traslado de la Mesta.
- Vn testimonio de cónmo Seuilla a de poner las guardas en término de Morón.
- Dos traslados de las cartas del rey que traxo el doctor Furtún Velásquez.
- La carta de Seuilla. Seys cartas de nuestro sennor el maestre don frey Juan de
Sotomayor e la sentencia del agua del Rosalejo.
- El alanzel del concejo del almoxarifalgo.
- El alanzel viejo de los vinas.
- La sentencia quel comendador mayor dio contra los del Arahal.
- El peso del consejo, e la libra e media de fierro, e la libra de Seuilla de fierro.
- El padrón viejo de medir vyno, e el padrón nueuo.
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- La panilla e media panilla de medir azeyte.
- La media fanega de medir pan e el medio celemín.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.-
61 v./ [ 132]. Cuenta que rescibió el concejo de Iohán Martínez Cachipeto, mayordomo
que fue de las yglesias.
Martes veynte e tres días del mes de enero anno del Nascimiento del nuestro Saluador
Diesu Quisto de mili e quatrocientos et veynte annos.
En este día Miguel Pérez e Alfonso Núnnez, alcaldes, e Alfonso García, alguazil, e
Juan Garfia e Alfonso Sánchez de Arca, jurado, e Martín Ruyz, mayordomo del concejo, e
Alfonso Garfia de Maderuelo, mayordomo de las dichas yglesias, e Ferrand Martínez, fijo
de Marcos Pérez, e Alfonso Ferrández, escriuano, e Andrés Martínez e Aluar Goncález e Pero
Martín, mayordomo que fue, e Goncalo Garfia Xaramülo resfibieron cuenta de Ihohán
Martínez de Cachipeto, mayordomo que fue de las dichas yglesias el anno que pasó, por la
qual cuenta fallaron quel dicho Iohán Martínez que rescibió de Alfonso Núnnez, mayordomo
que fue de las dichas yglesia, de alcance que le fue fecho ciento e sesenta et quatro mrs. Et
dio que resfibió del bacjn e de las lymosnas e de los capillos que vendió, segund se contiene
por vn quaderno que en esta rasón mostró, seysfiento et quarenta mrs.; que montan todos los
maravedíes resabidos en la manera que dicha es ochocientos et quatro mrs. Et destos
maravedíes, el dicho Juan Martínez, mayordomo, dio que gastó en prouecho de las dichas
yglesias en ciertas <cosas> que compró e en reparamiento de lo que fue menester, por vn
escripto que en esta razón mostró quinientos et treze <mrs.>. Asy que, esquitando estos
dichos quinientos e treze mrs. de los ochocientos e quatro mrs. resabidos, alcangan las dichas
yglesias al dicho Iohán Martínez por dozientos e nouenta e vn mrs. Et fallóse quel dicho Iohán
Martínez que resabió del dicho Alfonso Núnnez vn cafiz de ceuada e treze celemines de
trigo. Et que rescibió de Andrés Martínez, escriuano, vn cafiz de trigo e tres fanegas de
ceuada.
De la qual ceuada el dicho Iohán Martínez dio que vendió para lo que era menester tres
fanegas de ceuada; et que dio al prouisor del arcobispo vna fanega e tres celemines de ceuada. Asy
que sacando la ceuada vendida e la ceuada que dio al prouisor, queda para las dichas yglesias diez
fanegas e nueue celemines de ceuada X fs. IX cls. c3
Et queda más para las dichas yglesias vn cafiz e treze gelemines de trigo le If. i el. tr
Et la dicha cuenta dada por el dicho Iohán Martínez e resfibida por el dicho concejo,
luego los dichos oficiales dieron la dicha cuenta por buena e verdadera, et dieron por quito
al dicho Iohán Martínez e a sus bienes e a sus herederos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Andrés Martínez, notaryo. Iohannes Sancii,
vicarius. Aluar Goncález, escriuano. Alfonso Ferrández, escriuano.
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62r./ [133]. Estas son las cosas que entregó Iohán Martínez, mayordomo.
En este dicho día martes, el dicho conejo e of^iales e ornes buenos de la dicha villa
de Morón res9Íbieron del dicho Juan Martínez los bienes que le auían entregado de las dichas
yglesias, las quales cosas que el asy entregó las res9ibió el dicho Alfonso Gar9Ía de
Maderuelo del dicho conejo e del dicho Juan Martínez. Lo quel entregó et el dicho Alfonso
Gar9Ía res9Íbió, es esto que se sygue:
- Primeramente dos atoradillas de syrgo que dieron a las dichas yglesias, et más
quatro pares de manteles.
- Vna cruz de plata e vna custodia de plata con su cruz e con su calyzejo.
- Et más quatro cálizes de plata con sus patenas e vnas anpollas de plata.
- Et vna corona de plata. Et más vna casa de plata con vna cruzeta en que estaua
el Cuerpo de Dios. Et vn en9ensario de plata. Et vn tocado de nouias con su
redezilla de aljófar. Et más otra redezilla con diez e seys ramillos de aljófar
e más vn cruzado de seda. Et más quatro vestimentas de seda con sus aparejos.
Más tres capas de seda. Más ocho pares de manteles, e quatro pares que
estauan en las yglesias. Dos alfardas de syrgo moriscas. Vn alhareme radí de
seda. Más tres aljofifas et vna aljofifa nueua. Más dos frontales defiguras,et
otros dos frontales cárdenos, et otros 9Ínco frontales. Et más otros tres
frontales viejos. Et vna cortina; et otras dos que están en las yglesias. Et más
tres pares de touajones labrados. Et más vn panno de la cruz con sus cordenos
(sic) de seda. Et dos estolas, e dos 9intas, et vn peda90 de seda. Vn velo de
Quaresma. Et más siete antevaras. Et dos amitos. Dos pares de touajas para
las manos. Et vn manípulo. E vn velo prieto de Ihesu Christo. Et vna piedra
blanca de cristal. Vna buxeta de en9¡en90. Vn peda90 de lien90 nueno de
estopa. Et otra media vara de lien90 de lyno.
Yo, Martín Ferrández, escriuano.
- Et más vn manto de Santa María que le tiraron para ponelle otro.
- La sáuana del atril e la sáuana de la pila.
- Vn echadillo que dio la muger de Miguel Pérez.
62v./ [ 134]. Cuenta que dio Alfonso Sánchez de Arca de lo que rindieron los molynos.
Lunes veynte e nueue días del mes de enero armo del Nas9Ímiento del nuestro
Saluador Ihesu Christo de mili quatro9Íentos e veynte annos.
En este día Miguel Pérez e Alfonso < Núnnez >, alcaldes, e Alfonso Gar9Ía, alguazil,
e Iohán Gar9Ía, jurado, e Martín Ruyz mayordomo, ofi9Íales de la dicha villa, e Matheos
Ferrández e Juan Martínez Cachipeto e Gar9Ía Ximénez e Pero Gon9ález, fijo de Gómalo
Ferrández, Alfonso Ferrández e Aluar Gon9ález, escriuanos públicos, res9¡bieron cuenta de
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Alfonso Sánchez de Arca, jurado, del tienpo que estudo en los molynos que dizen del Adalid
por mandado del confejo, quando los tiraron a Johán Aluarez de León e a Miguel Ferrández,
molyneros. Por la qual cuenta el dicho Johán Aluarez estando presente el dicho Alfonso
Sánchez, dio que rindieron los dichos molynos en treynta et vn días quél los touiera en fieldat,
quatro cafizes e tres fanegas de trigo. Et la dicha cuenta dada por el dicho Alfonso Sánchez
et resfibida por los dichos ofif iales e ornes buenos en faz del dicho Iohán Aluarez, los dichos
oficiales dixieron al dicho Johán Aluarez quél que viese qué sería razón que diesen al dicho
Alfonso Sánchez por el tienpo que estudiera en los dichos molynos, et que lo contentasen del
dicho trigo que auía ganado de los dicho molynos. Et luego el dicho Johán Aluarez dixo que
le parescía que sería bien quel dicho Alfonso Sánchez que ouiese del dicho trigo vn cafiz e
nueue fanegas, et que quedase para él e para el dicho Miguel Ferrández, su conpannero, dos
cafizes e seys fanegas de trigo para de que se pagase la renta de los dichos molynos. Lo qual
quedó asy sosegado por el dicho Juan Aluarez et oficiales e ornes buenos.
Yo, Martín Ferrández, escriuano. Yo, Aluar Gonf ález, escriuano. Alfonso Ferrández,
escriuano.
63r./ [135]. Cuenta que rescibió el concejo de Goncalo García Xaramillo, jurado, del
padrón del pecho que cogió.
Miércoles postrimero día del mes de enero armo del Nascimiento del nuestro
Saluador Jhesu Christo, de mili quatrof ientos et veynte annos.
En este día Miguel Pérez e Alfonso Núnnez, alcaldes, e Alfonso Garfia, alguazil, e
Alfonso Sánchez de Arca, jurado, e Martín Ruyz, mayordomo, e Ferrand Martínez e Garfia
Gómez e Iohán Martínez Cachipeto e Pero Martín, hermano de Alfonso Núnnez, e Aluar
Gonf ález e Alfonso Ferrández, escriuanos, et Matheos Ferrández et otros ornes buenos del
conf ejo de la villa de Morón rescibieron cuenta de Goncalo Gargía Xaramillo, jurado que fue
de la dicha villa el anno pasado, de vn padrón de pecho que él cogió por mandado del dicho
concejo para pagar la soldada que el dicho concejo deue a Iohám Velásquez, sacristán, del
anno que pasó de mili e quatrof ientos et diez e ocho annos. Por el qual padrón fallaron que
montó lo quel dicho Gonfalo Garfia cogió por el dicho padrón quinientos et nouenta mrs. Et
destos maravedíes sacaron quinze mrs. de albalquias; asy que quedan que á de dar quinientos
e setenta e finco mrs. Et sobre estos, cargando catorze mis. e finco ds. que tiene el dicho
Gonfalo Garfia que quedaron en él de nouenta e finco mrs. quél resf ibió prestado para enbiar
Alfonso Andrés al maestre; de los quales nouenta et finco mrs. dio que pagó al dicho Alfonso
Andrés los ochenta mrs.
Asy que queda quel dicho Gonfalo Garfia que dé e pague al dicho Iohán Velásquez,
sacristán, quinientos et ochenta e nueue mrs. et finco ds DLXXXIX mrs. V ds.
Et sobre esto fezieron cuenta quel dicho Iohán Velásquez que á de auer sobre estos
maravedíes, et sobre fiento mrs. que resf ibió de Iohán Ferrández, mayordomo que fue del
dicho confejo, para conplimiento de todos los maravedíes quel dicho confejo le deue fasta
el día de Nauidat que agora pasó setefientos e diez mrs. et finco ds.
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Yo, Andrés Martínez, escriuano. Aluar Goncález, escriuano. Alfonso Ferrández,
escriuano. Martín Ferrández, escriuano.
Lunes dies e ocho días del mes de nouienbre armo del Nasfimiento del nuestro
Saluador Diesu Christo de mili e quatrofientos et veynte annos.
En este día estando Alfonso Núnnez, alcalde, e Alfonso Garfia, alguazil, e Juan
Garfia et Alfonso Sánchez, jurados, e Martín Ruyz, mayordomo, et otros oficiales e ornes
buenos del concejo de la villa de Morón, ayuntados en su cabildo mouidos por el su peón,
en la yglesia del sennor Sant Miguel, segund que lo han de vso e de costunbre, ordenaron que
por quanto en la defesa del concejo, por razón de las carinadas entrauan puercos et carneros
e otros ganados, de lo qual venía muy grand danno a la defesa de confejo, que por ende de
oy en adelante que non ayan lugar los tales ganados de andar en las dichas carinadas, saluo
de yr o venir acogidos por el Camino de Barros, et qualquiera ganado que tomaren andando
paf iendo que caya en la penna de la defesa.
Otrosy, ordenaron que por quanto los caf adores que cafan conejos et perdizes los
venden a regatones, por lo qual los vezinos non pueden auer cafa alguna para mantenimiento
de sus casas, et que esto que era mucha synrazón, por que mandauan que de aquí adelante que
ningunos cafadores que cafasen conejos o perdizes o zorzales que non fuesen osados de los
vender a fuera parte nin a regatón para los leuar, et qual quiera que los vendiere que pague
de penna doze mrs., et el conprador que pague otros doze mrs. et la cafa que sea perdida, e
que la pierda [la mitad ] el conprador, [et la otra mitad el vendedor ], et para esto que pueda
ser sauido con pesquisa por los alcaldes o por el mayordomo, et que puedan tomarjuramento
a los vendedores e conpradores.
Don fray Ferrando. Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Juan Ramírez. Aluar González.
64r./ [137] .Entrega de las prisiones que se entregaron Alfonso Matheos, alguazil
de la villa de Morón.
En miércoles primero día de enero, armo del sennor Diesu Christo de mili e
quatrof ientos et veynte et vn annos.
- Primeramente: resfibió el dicho Alfonso Matheos vn fepo de palo con dos
teleras.
- Resfibió tres carinados, de cubo con dos llaues.
- Dos cadenas de fierro et vn ramal de cadena más.
- Seys peales sanos con sus eslabones.
- Otro peal quebrado.
- Seys collares del pescuef o syn eslabones.
- Vn par de esposas con sus llaues.
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137.1]. Ragón de la cédula del ynfante nuestro sennor.
Don Fernand etc. por fazer honrra e merf ed a vos, Sancho Ferrández Vyllalón, alferiz
de la encomienda de la villa de Morón de la Frontera, por quanto, vos e los vuestros, conviese
a saber, Pero Sánchez de Ángulo, Diego García d'Aralar, Juan Fernández Párraga, Diego
López de Orellana, Lope Lobato, Lope de Porras, García de Luna, Pero Ferrández Navarro,
Christóual Martínez Navarrete, e otros vezinos de la dicha villa, fuystes de los prymeros que
subieron al muro de Antequera, e ganasteys un estandarte a los moros, e fuystes causa de la
vitoria, e por quanto habeys servydo en la defensa de vustra frontera vos e vuestros abuelos,
especialmente Bartolomé Ferrández Vyllalón, que se halló en las conquistas de Morón e
Carmona e Sevilla, el qual hera de muy noble sangre de las Montannas que tovo principio de
la casa de los duques de Bullón de Godofre, conquistador de Iherusalem os armo por mi mano
cavallero d'espuela dorada etc. E aze la ceremonia d'espuelas, espada e golpes etc.
La fecha es armo del nuestro Salvador de mili e quatrof ientos e diez, e firma el ynfante
nuestro sennor, e Diego Ferrández de Cigüeñea, su secretario.
Yo Martín Ferrández, escriuano de Morón, tomé la razón de la cédula del infante
nuestro sennor, por mandado el sennor comendador et la volvy a Alvaro López Vyllalón,
syendo testigos Alvaro de Alcántara, fijo de Alfonso Sancho e Martín Alcántara, et Pero
López,fijode Christoval López, et Domingo Leal, en treynta días del mes de henero, armo
del sennor Ihesu Christo de mili e quatrocientos e veynte annos. Martín Ferrández, escriuano.
64v./ [138], Cuenta que rescibió el concejo de la villa de Morón de Martín Ruyz,
mayordomo.
Jueues treynta días del mes de enero armo del Nasf ¡miento del nuestro Saluador Ihesu
Christo de mili quatrocientos et veynte e vn annos.
En este día Matheos Ferrández et Iohán Martínez, alcaldes, e Alfonso Matheos,
alguazil, e Johan Martínez de Bejer e Juan Furtado, jurados, et Martín Ferrández, fijo de
Ferrand Martínez, mayordomo, ofif iales de la dicha villa et otros oficíales et ornes buenos
de la dicha villa de Morón estando ayuntados en su cabildo, monidos por el su peón segund
que lo han de vso e de costunbre, resf ibieron cuenta de Martín Ruyz mayordomo que fue del
dicho concejo el anno pasado de mili quatrocientos et veynte annos, por la qual cuenta
fallaron quel dicho Martín Ruyz, mayordomo, que rescibió en nonbre del dicho concejo
setef ientos et setenta et finco mrs.
Et destos dichos setef ientos et setenta et finco mrs. el dicho Martín Ruyz dio que
gastó estos maravedíes que se siguen en nonbre del dicho concejo:
- Costó vyno que se bevió el día que fezieron las rentas del confejo, nouenta mrs. XC mrs.
- Costaron adobar las puertas del Forno Viejo del confejo, X mrs X mrs.
- Costaron clauos dos mrs. para las dichas puertas U mrs.
- Costaron poner vnos ladrillos en el dicho forno, finco mrs V mrs.
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- Dy a vn maestro por que trastejó el Fomo Viejo del concejo dos días, quarenta mrs ... XL mrs.
- Costaron más dos fanegas de sal para adobar, nueue mrs EX mrs.
- Costó más adobar el costado del forno que se quería caer diez mrs X mrs.
- Costó adobar más la puerta del dicho forno catorze mrs XIJIP mrs.
- Costaron traer dos cargas de barro para adobar el dicho forno tres mrs ITJ mrs.
- Costó adobar el forno nueuo del concejo treze mrs XIH mrs.
- Dy más a Juan Ferrández el Torro porque leuó vna carta a Marchena de
nueuas que vinieron de los moros XII mrs.
- Dy más a Goncalo, tronpeta, porque leuó otra carta a Marchena dyez mrs X mrs.
CCXVHP mrs.
65r./- Dy más a Juan Ferrández Furtado, quando lo enbiaron al maestre, ciento et ochenta mrs.
CLXXX mrs.
- Costaron más acordar los testimonios que tomaron conta Pero Aluarez veynte
e tres mrs XXUI mrs.
- Costaron más tres libras e media de clauos para las puertas de la barera et
asientar otros clauos, diez e siete mrs. e cinco ds XVII mrs. V ds
- Estude en Seuilla sobre razón de cordar los dichos testimonios, e fazer los clauos
tres días, que deuo auer quarenta e finco mrs XLV mrs.
- Costó vyno que beuieron los caballeros el día de Sant Juan XX mrs.
- Más andude yo, el dicho mayordomo, dos días con el maestro el día que se adobó e 1
forno, veynte mrs XX mrs.
- Dy más Antón Ferrández de la Feradura por mandado del concejo por la soldada
que le deuía, cinquanta mrs L mrs.
- Fizóse más de costa el día que traxieron la toca para la puerta nueua, diez
e siete mrs XVU mrs.
- Costó más papel para escriuir las cosas del concejo, ocho mrs VIH mrs.
- Dy al alcayde de Cote diez mrs. de vn lobo que mató X mrs.
- Dy a Rodrigo por vn lobo que mató diez mrs X mrs.
- Dy Alfonso Domínguez por vn lobo que mató X mrs.
- Dy a Juan, ballestero, por vn lobo que mató diez mrs X mrs.
- Dy a Esteuan Matheos de dos lobos que mató veynte mrs XX mrs.
- Dy a Juan de Porcuna de vn lobo que mató X mrs.
- Dy a Juan Martínez de vn lobo que mató X mrs.
- Dy a Alfonso Sánchez boyero de vn lobo que mató X mrs.
- Dy al vaquerizo de Pero Alfonso de vn lobo mató X mrs.
- Dy más a Andrés Martínez, escriuano, por mandado del concejo L mrs.
CCCC XXX mrs. V ds.
CC xvnnmrs.
DCC XL VIHI mrs. V ds.
92
65v./Asy que contados los maravedíes gastados en la manera que dicha es, montan
sete9Íentos et quarenta et ocho mrs. et 9Ínco ds.; et esquitando estos dichos sete9Íentos et
quarentae ocho mrs. e 9Ínco ds. de sete9Íentos et setenta e 9Ínco mrs. que se fallan que res9Íbió
por el dicho conejo, alcana el dicho conejo al dicho Martín Ruyz, mayordomo, por veynte
et seys mrs. et 9Ínco ds.
Et la dicha cuenta dada por el dicho Martín Ruyz et res9ibida por el dicho conejo e
ofi9Íales e ornes buenos, luego el dicho conejo e ofujiales dieron la dicha cuenta por buena
e leal e verdadera, et dieron por quito al dicho Martín Ruyz mayordomo e a sus bienes e a su
erederos.
Martín Ferrández, escriuano.
[139]. Estas son las cosas que entregó el concejo e oficiales e ornes buenos de la
villa de Morón a Martín Ferrández,fijode Ferrand Martínez, mayordomo
del dicho concejo en el an no del sennor Ihesu Christo de mili e quatrocientos
et veynte et vn annos.
93
- La media fanega de medir pan, e el medio celemín.
- Et el arca de palo en que va todo.
67r./ [141]. Estos son los bienes quel concejo e ofifiales e ornes buenos de la villa de
Morón entregó e dio a Juan Martínez Cachipeto que son de las yglesias de ay
de Morón en el anno del sennor Ihesu Christo de mili e quatrofientos et veynte
e vn annos, asy conmo mayordomo de las dichas yglesias. Resf ibió el dicho
Juan Martínez estas cosas que se syguen:
- Primeramente; resfibió vna cruz de plata en una caxa de madera.
- Resfibió vna custodia de plata con su calizejo e vna cruzeta.
- Resfibió vn enfensario de plata. Resf ibió más quatro cálizes de plata con sus
patenas. Et resfibió más vna corona de plata de Santa María.
- Resfibió más vnas anpollas de plata.
- Que resfibió más vn tocado de nouias con su redezilla de aljófar, e más otra
redezilla con diez e seys ramillos de aljófar e más vn cruzado de seda.
- Que resfibió más quatro vestimentas con todos sus aparejos. Que resfibió
más tres capas de seda. Et más treze pares de manteles, e quatro pares que
94
estauan en la yglesia. Dos alfardas de syrgo moriscas. Vn velo morisco que
ponen sobre el Cuerpo de Dios, nueuo. Vn alhareme redi de syrgo, más quatro
aljofifas, e la vna nueua. Vna toca de syrgo de jodias. Más dos frontales de
figuras, et otros dos frontales cárdenos et más ocho frontales, los tres viejos.
Et tres cortinas e vna que está en la yglesia. Et tres pares de touajones labrados.
Et más el panno de la cruz con sus cordones de seda. E vna estola, e dos cintas,
e vn pedaco de panno de seda. Vn velo de Quaresma. Et más ocho ante varas
e dos amitos. Dos pares de touajas para las manos e vn manípulo. E vn velo
prieto de ante el Ihesu. Et <vna> piedra blanca de ara, vna buxeta de tener
encienso, vn pedaco de lienco nueuo de estopa. Vna sáuana del atril, et otra
sáuana de la pila, dos echadillos. Dos mantones de Santa María.
- E ciertos capillos de lienco.
- Dos erales de seda.
- Quedó en el dicho Alfonso García el salero de plata que vendió a Juan de Ribas
para que de los maravedíes que valió que merquen vnas crismeras para las
dichas yglesias.
Martín Ferrández, escriuano.
- Et quatro echadillos de syrgo. Vnas crismeras de plata. Más tres tocas de syrgo
para las ymágenes. E vna cortina nueua e vn par de manteles.
Miércoles treze días de enero anno del sennor de mili quatrocientos et veynte e dos
annos. En este día el dicho concejo entregó a Ferrand Martínez, mayordomo de las yglesias
todas estas cosas sobredichas. Et el dicho Ferrand Martínez otorgó que las rescibió en sy para
la dichas yglesias.
Martín Ferrández, escriuano. Aluar Goncález, escriuano.
Esto todo rescibió.
67v./ [142]. En este día, jueues, el dicho concejo e omes buenos de la dicha villa de Morón
rescibieron cuenta de Alfonso Sánchez de Arca e de Juan García, fijo de
Domingo García, jurados que fueron de la dicha villa el anno pasado, de vn
padrón de vn pecho que los dichos jurados cogieron por mandado del concejo,
el qual padrón montó vn mili et nueuecientos et cinquanta et siete mrs. Et
destos mili et nueuecientos e cmquanta et siete mrs. los dichos jurados dieron
de albaquías en quatro mocos diez e seys mrs., et veynte mrs. suyos de los
jurados, et doze mrs. de Bartolomé Pérez e de Mencía Martín, e de Antonia
Sánchez doze mrs., que montan las albaquías quarenta et ocho mrs.
- Et dio que pagó a Juan Velásquez de la soldada que le da el concejo de la sacristanía,
quinientos mrs D mrs.
- Que dieron a Juan Ferrández Viscayno de los que ganó con sus bestias dozientos et qua
renta e quatro mrs CCXLUJP mrs.
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- Et que dio a Martín Ruyz, mayordomo del concejo, sesenta mrs LX mrs.
- Et que pagaron a ciertos vezinos de Morón de debdas que le deuía el concejo de las bestias
que leuaron la ropa del comendador D mrs. V ds.
- Et que dio a Pero Martín, hermano de Alfonso Núnnez, de la debda que le deuía el con
cejo, ciento e ochenta mrs CLXXX mrs.
Asy que montan los maravedíes que los dichos jurados dieron por el dicho concejo
vn mili e quinientos e treynta e dos maravedíes; que es la contía de los maravedíes gastados
vn mili et quinientos e treynta e dos mrs. e cinco ds iUDXXXUmrs.
Asy que esquitado estos dichos maravedíes de los maravedíes contenidos en el dicho
padrón, alcanca el dicho concejo a los dichos jurados por quatrocientos veynte e quatro mrs.
et cinco ds CCCCXXTIJP mrs. Vds.
Et luego el dicho concejo e oficiales e ornes buenos mandaron a los dichos Alfonso
Sánchez e Juan García, jurados, que los dichos quatrocientos e veynte et quatro mrs. e finco
ds. que den los quatrocientos mrs. del dicho alcance a Juan Velásquez, sacristán, que los á
de auer de la soldada que le da el concejo de la sacristanía, e los veynte e quatro mrs. e finco
ds. que los ayan los dichos jurados para ayuda de los maravedíes que ellos dan al escriuano
que les ayudó a coger el dicho pecho.
Yo, Andrés Martínez, notario. Yo, Alfonso Ferrandez, escriuano. Juan Martínez,
alcalde. Yo, Martín Ferrandez, escriuano.
Lunes catorze días de abril armo del sennor de mili e quatrocientos et veynte e vn
annos. En este dicho día, don frey Ferrand Ponce de León, comendador de Morón, e Matheos
Ferrandez e Juan Martínez, alcaldes, et Juan Ferrandez Furtado et Martín Ferrandez,
mayordomo, et otros onbres buenos del concejo de la dicha villa de Morón, estando
ayuntados en su cabildo en la yglesia del sennor Sant Miguel de la dicha villa, veyendo et
ordenando algunas cosas que cunplen a pro et onrra deladichavillaetdelosqueenella biuen,
ordenaron et touieron por bien que el piado que dizen de los Derramaderos, que es en
Benamaquiz, que desde el día de Todos Santos fasta el día de San Juan de junio primero
syguiente, que ninguno nin algunos merchantes, asy vezinos o moradores de la dicha villa
conmo de otras partes, que non sean osados de entrar en el dicho piado con ningunos nin
algunos ganados merchaniegos nin con recua nin recuas de bestias, sy non qualquier o quales
quier personas de las que dichas son que entraren en el dicho piado, segund dicho es, que sy
fueren vacas que le maten vna vaca, et sy fueren ovejas o carneros o cabras o cabrones que
le maten diez caberas, et sy fueren bestias asnales o azémilas que page (sic) por cada vna finco
mrs. Et esta pena o penas que las pueda leuar et penar qualquier o quales quier personas que
las fallare en el dicho piado, et avelas para sy. Et esto fizieron et ordenaron el dicho concejo
et ornes buenos porque es seruicio del maestre, nuestro sennor, et pro et onrra desta villa et
de los que en ella biuen, por quanto el dicho piado es nescesario de yema para los cauallos.
96
Et esta pena o penas se entienda en los ganados merchaniegos que van a tierra de
moros, et bestias caminales de fuera parte que non sean vezinos de la dicha villa.
Don frey Ferrando [rúbrica].
Lunes veynte e cinco días del mes de agosto anno del Nascimiento del nuestro
Saluador Diesu Quisto de mili e quatrocientos et veynte e vn annos.
En este día, estando en las casas de Iohán Martínez Esquierdo, alcalde de la villa de
Morón, García Gutiérrez de Porres en nonbre e en boz de don frey Ferrand Ponce de León,
comendador de la dicha villa de Morón e de Cote, e Matheos Ferrández e el dicho Juan
Martínez, alcaldes, e Alfonso Matheos, alguazil, e Juan Ferrández e Juan Martínez de Bejer,
jurados, e Martín Ferrández, mayordomo, e Miguel Pérez e Alfonso Núnnez e Martín
Ferrández, alcalde mayor, e Martín Ruyz e Alfonso Garfia, fijo de Sancho García, e Juan
Garfia e Alfonso Sánchez deEgea e Ferrand Martínez,fijode Marcos Pérez, oficiales et ornes
buenos de la dicha villa de Morón, ayuntados en su cabildo mouidos por el su peón, segund
que lo han de vso et de costunbre, para ver fazienda del dicho concejo, que es seruicio de
nuestro sennor el maestre et del dicho sennor comendador et pro et onrra desta dicha villa et
de los que en ella byuen, ordenaron que por quanto en toda esta Andaluzía es grand mengua
de pan et es vedado en todas las cibdades e villas e lugares desta frontera que non saquen nin
lyeuen pan alguno a otras partes a vender, saluo que se esté en los dichos lugares. Et
considerando que esta villa e los que en ella byuen que tienen preuillejos de los maestres
pasados, que dé Dios santo parayso, et confirmados de nuestro sennor el maestre, que Dios
mantenga, en que se contiene que todos los labradores que labraren por pan aquí en esta villa
que puedan sacar e leuar para vender e para proueymiento de sus labores e faziendas la tercia
parte del pan que ouieren. Et considerando la fortuna de la mengua del dicho pan et el
vedamiento que es puesto en todos los dichos lugares, et oponiéndose so la merced del dicho
sennor maestre, ordenaron e mandaron que de la dicha tercia parte que se contiene en el dicho
preuillejo que saquen e lieuen para vender en los lugares e sennoríos de nuestro sennor el rey
la mitad del pan de la dicha tercia parte. Et esta dicha tercia parte deste dicho pan que lo puedan
leuar e lieuen con licencia et mandado et alualá del mayordomo del concejo, et esta licencia
e alualá que la dé el dicho mayordomo, sabiendo primeramente verdat del que lo quiere leuar,
quanto pan cogió. Et qualquier o qualesquier personas que contra ésto que dicho es sacare
e leuare el dicho pan, que pierda la tercia parte del pan que leuare, et esta tercia parte del pan
que asy se tomare que sea para el dicho mayordomo e alguazil. Et sy por aventura los dichos
Martín Ferrández, mayordomo, e Alfonso Matheos, alguazil, dieren licencia o lugar para que
se saque algún pan contra esta dicha ordenanca, que los dichos oficiales que pierdan los
ofifios que tienen e quel concejo que los pueda dar a otras personas. Et sy por aventura los
dichos oficiales non sopiersen del tal pan que asy se lieua que lo puedan saber e acusar con
pesquisa fasta vn anno conplido. Et otrosy, sy alguno o algunos vezinos de /69r./ Morón o
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