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COMO ESPERAR LA PAREJA EN EL SEÑOR

CONFLICTOS JUVENILES
(ESTUDIO REALIZADO POR PABLO
MARTINI)
Comenzamos a tratar en el estudio anterior, algo sobre
un tema tan importante como lo es la elección de la
pareja. Vimos la oferta distorsionada que el mundo
presenta hoy en día al joven creyente que se encuentra
constantemente presionado y con temor de ceder ante
tanta influencia mundana.
Tal vez en tu vida haya alguna experiencia de fracaso
respecto a este tema y esa estadística negativa ha
creado en ti un miedo crónico a vivir una nueva
desilusión amorosa que te ha llevado a cerrarte a toda
posibilidad de enamorarte o has resuelto aplicar el
método del mundo, ceder a sus requerimientos y hoy
vives acallando tu conciencia constantemente.
Quisiera que a través de este estudio puedas sentirte
preparado para evitar el fracaso.
Debes saber que si bien el fracaso en la vida cristiana
está previsto por Dios y aún es utilizado por Él en la
formación y disciplina de sus hijos, eso no es un
justificativo para tus errores ni los míos. Algunos
cristianos toman una posición conformista ante las
adversidades de la vida y se excusan diciendo: total,
¿qué le hace una mancha más al tigre?. Seguramente
recuerdas el pasaje de 1ra de Tesalonicenses 5:23,
donde el deseo del Espíritu es que todo vuestro ser sea
guardado irreprensible para ser presentado así ante
Dios en aquel día. Si bien es cierto que la labor
santificadora de parte de Dios muchas veces va más
allá de nuestra intervención y nos protege aún a pesar
de la participación humana, también es cierto que hay
una cuota muy importante de responsabilidad de parte
nuestra.
De ahí el consejo de velar y orar porque nuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quién devorar. Entremos de lleno
a ver algunos principios bíblicos respecto al tema de
cómo esperar la pareja en el Señor? En primer lugar
debes saber que todas las parejas bíblicas fueron
formadas en un contexto de servicio. Esto significa
que hay un claro orden de prioridades respecto al
momento para el noviazgo, que si quieres
parafrasearlo de alguna manera podemos decir:
ocúpate de los asuntos del Señor que Él se ocupará de
tus asuntos. Veamos. ¿Qué estaba haciendo Adán, el
primer hombre, cuando Dios le sorprendió con la
provisión de la pareja?, pues él estaba obedeciendo el
mandato de Dios y sirviéndole en el trabajo en el
huerto.
Segundo. ¿Qué estaba haciendo Isaac en Génesis 24
cuando Dios lo sorprende con la provisión de Rebeca?,
sí, estaba trabajando en el campo. ¿Qué estaba
haciendo Raquel, cuando Jacob se enamora de ella a
primera vista?, pues dice el relato de Génesis 29 que
traía a beber a las ovejas de su padre pues era pastora.
Entiendes, si Dios dice en Génesis 2:18 que la función
específica de la mujer es la de ser ayuda ideal para el
trabajo del hombre, ¿cómo es que muchos jóvenes
cristianos están haciendo planes amorosos cuando ni
siquiera se han preocupado por cultivar una vida de
servicio cristiano, cuando ni siquiera saben cuál es su
don ni el de ella, cuando no están actualizados con el
programa de actividades de su iglesia, en otras
palabras viven en la reposera y necesitan ayuda para
ellos
Recuerda: primer principio: Dios provee de la
compañera o compañero cuando estás consagrado a
una vida de servicio, no antes. Segundo principio.
Tratemos de identificar un momento determinado en
este asunto de los romances que es el momento cuando
la chispa del amor por una persona comienza a arder,
cuando ese nombre comienza a ser especial para ti
cada día más, cuando ese rostro comienza a quitarte
horas de sueño y sólo piensas en eso las 24 horas. Del
día. He comprobado que en un 90% de los noviazgos
frustrados el momento del error ha sido ese, y en lugar
de dar allí un paso atrás, tomarse una pausa y verificar
en oración y consejo si esa llama que comenzó a arder
en mi interior la encendió Dios o sólo es producto de
una compatibilidad de caracteres, lo que hacen la
mayoría de los jóvenes, es comenzar a echar toda la
leña disponible, convertir esa llama inicial en un
incendio pasional y luego plantar la bandera de su
amor ante cualquiera que le aconseje lo contrario.
¿Qué?, nos amamos. ¿Eso no vale?.
Permíteme decirte para tu asombro que ese argumento
no vale. El amor y el enamoramiento, es algo que
surge de tener ciertas actitudes con el sexo opuesto y
debes saber cómo segundo principio que actitudes
amorosas despiertan sentimientos amorosos.
El amor Eros, no es patrimonio exclusivo del cristiano.
Conozco muchas parejas de no cristianos que están
profunda y genuinamente enamorados y estarían
dispuestos a dar su vida por ese amor. Querido querida
joven, si tú vas a alimentar cada pensamiento de
atracción hacia otro que se te presente sin previa
autorización del Señor, sin un tiempo prudente de
oración privada, y sin el apoyo de un consejero
espiritual, lo único que vas a lograr es enamorarte, y
en esas condiciones, es prácticamente imposible tener
una apreciación imparcial de la situación, te cierras a
cualquiera que te dé una nota de advertencia y te
embarcas en un bote que tal vez llegue a buen puerto,
pero que tal vez se encuentre remando contra viento y
marea y culmine su travesía naufragando en el mar de
otro fracaso. Si ese sentimiento no es del Espíritu, es
de la carne y dice Gálatas 5:16: No satisfagáis los
deseos de la carne.
En otro orden de cosas, no podemos ser dogmáticos
respecto a la edad para ponerse de novios, quiero
dejarte una ecuación que de seguro compartirás
conmigo, y es la siguiente: Novios jóvenes =
Noviazgos largos = más tiempo expuestos a tentación.
Digo que novios jóvenes implica que estén varios años
noviando, porque en regla general, los estudios
seculares aún no se han concluido, el carácter aún no
está formado, no hay solvencia económica, no está
manifestado el don y un sin fin de agravantes que lo
único que logran es retrasar el tiempo de casamiento
prolongando así un tiempo de tentación durante el
largo noviazgo que en muchos casos no se soportó y
culminó en casamientos improvisados por razones
obvias.
Por lo tanto querido, joven adolescente o adolescente
joven:¡espera!. En último lugar, hay algo que puedes y
debes hacer durante el tiempo en que esperas que
llegue tu pareja ideal y es prepararte para esa etapa. En
el caso de las muchachas, prepararse en arreglos
caseros, como administradora de tus ahorros, como
madre observando a tu mamá o a tu hermana casada.
En el caso de los muchachos, en los oficios básicos
para el mantenimiento del hogar, económicamente
para que ella no tenga que trabajar luego, como líder
espiritual para que puedas ser su consejero, la cabeza
del hogar. Y principalmente debes prepararte para
cuando llegue ese momento, y esto va para ambos,
guardándote en santidad de tu cuerpo y mente, dile no
al sexo libre, no a la pornografía, no a la masturbación
no a toda esa basura que el mundo hoy en día llama
hacer el amor.
Debes confiar que tu pareja llegará como llegan las
demás necesidades de tu vida y que como dijimos
antes tu Dios pues, suplirá todo lo que te falte. Él sabe
que no es bueno que el hombre esté solo, pero quiere
prepararte a ti y a ella para ese encuentro sublime y
eterno. Debes saber que el noviazgo es un ministerio
nuevo que se abrirá en tu vida y si no lo asumes con la
seriedad y responsabilidad que merece, te puede traer
serios problemas en el futuro. Dejamos aquí el primer
subtema de la espera de la pareja y luego veremos
sobre la elección de la pareja. Hasta entonces y ¡Qué el
Señor te bendiga!.

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