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Preguntas.

1. ¿Por qué compramos más de lo que necesitamos?


2. ¿Es necesaria la implementación de la obsolescencia programada para reactivar la
economía mundial?
3. ¿Es correcto afirmar que la obsolescencia programada depende del consumidor, ya
que nadie lo obliga a comprar?
4. ¿Cuál es el objetivo de crear toda una sociedad de consumo infinito en un mundo
finito?
5. ¿Representa la obsolescencia programada para los ingenieros e inventores un dilema
ético?
6. ¿Por qué llevan los residuos electrónicos desde los países desarrollados a los países
tercermundistas?
7. ¿Cómo se puede crear conciencia con respecto a la alta demanda energética del estilo
de vida consumista que llevamos hasta la actualidad?
8. ¿De qué manera la sostenibilidad es la mejor base para un negocio?
9. ¿Cómo se puede luchar en contra de la obsolescencia programada?
10. ¿En que se basa la sociedad del decrecimiento?
Ensayo documental Obsolescencia programada.
“Quien crea que un crecimiento ilimitado es compatible con un planeta limitado o está
loco o es economista”
Serge Latouche

El consumo desproporcionado de bienes y servicios, ha sido sin duda alguna uno de los
problemas de mayor crecimiento a lo largo de la historia, ya que desde el inicio de la revolución
francesa dicho problema ha causado un aumento desmedido en la cantidad de residuos
generados, abonado a esto, al consumismo se le ha sumado un nuevo componente, la
obsolescencia programada, esta consiste esencialmente en fabricar productos cuya vida útil
sea lo suficientemente corta como para obligar al consumidor a comprar y reemplazarlos por
productos nuevos. Esta dinámica genera un gran impacto ambiental de trascendencia negativa,
sin embargo, para esta sociedad de consumo supone más importancia la economía que la
conservación del medio ambiente y los recursos naturales del planeta.

El consumismo es considerado como la base de una economía creciente, por lo cual, los que
controlan los mercados y la economía mundial buscan generar un crecimiento infinito de la
economía, produciendo más bienes de los que en realidad son necesarios, dejando de lado la
responsabilidad ambiental sin tener en cuenta que el planeta cuenta con recursos limitados,
que deben ser cuidados y utilizados de tal forma que no se agoten, contaminen o desperdicien,
pues esto podría ocasionar problemáticas irreparables e irreversibles. A pesar de lo anterior,
muchos economistas y empresas sostienen que es necesario el consumo desmedido para que
la economía funcione correctamente, sin embargo, otros expertos en el tema, afirman que se
pueden tomar medidas más amigables con el ambiente que permitan un crecimiento
económico, como, por ejemplo, tener en cuenta los costos reales que conlleva fabricar los
productos y crearlos más eficientes y duraderos, de esta forma se puede obtener ganancias de
forma responsable.

Por otro lado, el consumo ilimitado de productos tiene como una de sus principales
consecuencias la generación de residuos, lo cual representa un grave problema para la
conservación del medio ambiente. Con la implementación de estrategias de consumo como la
obsolescencia programada, este problema se agrava a gran escala, ya que productos con una
vida útil previamente establecida, la cual resulta demasiado corta, ocasiona que los
consumidores compren más pero también que desechen más, y si a esto sumamos las
afectaciones que los procesos de fabricación generan al medio ambiente, nos encontraremos
frente a un gran cumulo de elementos negativos en esta dinámica de mercado. Porque en
términos generales las empresas no suelen contar con buenos y eficientes planes o estrategias
para el manejo de los desechos generados, así estos terminan siendo enviados a países
tercermundistas, que no cuentan con recursos ni capacidad para manejarlos, contaminando de
esta forma, su entorno, sus ríos y paisajes naturales, convirtiendo a estos países en el basurero
del primer mundo.

Para concluir, es necesario conocer la situación actual del mundo para comprender el problema
que ocasionamos siendo una sociedad altamente consumista, ya que es tomando conciencia al
respecto del por qué y para qué consumimos más de lo necesario, y actuando frente a ello, que
se puede generar un cambio en las dinámicas de mercado, lo cual su vez, obligaría a los
productores a reducir la producción de bienes e implementar mejores estrategias de mercado
que resulten beneficiosas tanto para la economía mundial como para el planeta y sus recursos.
Por lo tanto, mientras no nos apersonemos no los diferentes problemas que nuestra forma de
consumo descontrolada e irresponsable genera, seguiremos pensando que es más importante
la economía que la conservación del medio ambiente y así seguiremos “viviendo”.

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