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Antes de explicar ¿qué es la luz ultravioleta? y ¿para qué se usa? empecemos por conocer ¿qué es
el espectro electromagnético? Se denomina espectro electromagnético a la gama de energía que se
extiende desde la radiación de menor longitud de onda, como los rayos gamma y los rayos X,
incluyendo la luz ultravioleta, la luz visible y los rayos infrarrojos, hasta las ondas electromagnéticas,
cuya longitud de onda es mayor, como son las ondas de radio.
Se cree que el límite para la longitud de onda más pequeña posible es la longitud de Planck, mientras
que el límite máximo sería el tamaño del Universo, aunque formalmente el espectro electromagnético
es infinito y continuo.
La luz Ultravioleta es parte del espectro electromagnético, es decir, es energía cuya longitud de onda
es menor que la luz visible pero mayor que la de los rayos X, dicha longitud de onda se encuentra
entre los 200 a 400 nanómetros (nm=10-9 metros), en otras palabras, toda la luz UV es invisible para
el ojo humano.
Es por ello que este rango de energía electromagnética, que bien se conoce como luz ultravioleta
(UV), puede a su vez subdividirse en las siguientes bandas (ver figura 1):
–
• UVA o de onda larga de 400 a 315 nm, es la más abundante en la luz del sol, y es la causante del
bronceado y las arrugas en la piel.
• UVB o de longitud intermedia de 315 a 280 nm, es la causante del enrojecimiento y cáncer en piel.
• UVC o de onda corta de 280 a 200 nm, es la más efectiva para uso germicida, pero no penetra
a la superficie de la tierra.
La luz UV existe de forma natural como parte del espectro electromagnético, sin embargo para su
utilización con diferentes finalidades es necesario “producirla” o generarla artificialmente.
La generación artificial de la luz UV se realiza de la siguiente forma (ver figura 2), mediante la
utilización de un emisor (denominado lámpara) de cuarzo puro, que contiene un gas inerte (vapor de
mercurio), que cuando se induce una corriente eléctrica en los polos de la lámpara, (que genera un
arco voltaico) se ioniza, es decir, los átomos del gas reciben una carga eléctrica, lo cual incrementa
su energía (los excita).
Adicionalmente, el calor producido por el emisor se incrementa junto con la presión interna del gas,
lo que aumenta la excitación de electrones haciendo que “salten” desplazándose a través de las
diferentes líneas de longitud de onda, hasta el punto de convertirlos en fotones de luz UV.
Por ejemplo, una descarga de presión baja produce un espectro a 185 y 253.7nm. Los emisores de
luz UV de presión media producen radiación multi-onda, es decir, diferentes longitudes de onda de
diversa intensidad a través del espectro UV (200-400nm). De acuerdo a lo anterior, controlando la
descarga y la presión dentro de un emisor es posible producir diferentes clases o tipos de luz UV
antes descritos, por ejemplo la requerida para las camas de bronceado.
Este espectro electromagnético puede ser utilizado en lámparas para la purificación del aire en
edificios, oficinas, escuelas y hospitales
Actualmente en el aire acondicionado, la aplicación más difundida de luz UV es con fines germicidas
y de forma muy concreta en los serpentines de enfriamiento, es decir, se utiliza para mantenerlos
limpios, libres de algas u hongos, esto ayuda para mantener su eficiencia térmica y evita el uso de
germicidas en las charolas de condensados.
Otro uso quizá menos conocido, pero sumamente importante, es la eliminación de la carga biológica
del aire, esto significa que la irradiación ultravioleta es capaz de eliminar microorganismos que son
aerotransportados. Para lograr esto es necesario determinar cuáles son y en qué cantidades se
encuentran, ello permite determinar la “dosis” de radiación requerida.
Por último existe una nueva tecnología que permite combinar el ozono generado por la lámpara con
el agua contenida en el aire (humedad), generando moléculas súper-oxidantes que representan un
menor riesgo que el ozono y que funcionan a partir de que son inyectadas a las áreas que deben ser
tratadas, oxidando las moléculas de los contaminantes. Al proceso utilizado por esta tecnología se
le conoce como Foto Hidro Ionización o PHI (por sus siglas en inglés), la cual es básicamente una
fotocatalización en donde el componente “lumínico” es la luz UV.
Como hemos dicho, la luz UV es una forma de energía que se “transmite” o “viaja” como fotones,
esto significa que para que funcione como germicida, es necesario que el microorganismo sea
“iluminado” o “irradiado” por los fotones de luz UV, es decir debe ser expuesto al haz de luz UV (ver
figura 3).
Figura 3.- La longitud de onda de la luz UV permite penetrar y destruir la estructura del DNA del microorganismo.
–
Aquí es importante recordar que este tipo de luz UV-C tiene una longitud de onda muy específica
254 nm, y es precisamente eso lo que le permite penetrar la “pared” que protege la información
genética del microorganismo y romper su estructura del DNA.
La forma más común de daño es la destrucción de la timina (es una de las cuatro bases nitrogenadas
que forman parte del ADN), haciendo que se “funda” con alguna de las otras bases del DNA,
produciendo un abultamiento en la “escalera”, haciendo que las moléculas de DNA no funcionen
correctamente, inutilizando al microorganismo o virus.
– Del lado de baja presión del serpentín (salida del aire) con la finalidad de mantener limpio el
serpentín y la charola de condensado, evitando la proliferación de microorganismos, cuya presencia
disminuye la eficiencia térmica, porque su crecimiento reduce el área de paso del aire a través del
serpentín, lo que aumenta la velocidad de paso y por lo tanto disminuye el tiempo de contacto del
aire con las aletas y tubos, además de que estos microorganismos son una fuente importante de
contaminación biológica.
– Del lado de alta presión (entrada del aire), en los filtros de alta eficiencia del sistema, para inactivar
o eliminar los microorganismos que son atrapados por el filtro, estos son irradiados por las lámparas
que se instalan enfrente de los filtros.
• Dentro del sistema de ductos, ya sea en el retorno o la inyección, esto se hace con la finalidad de
eliminar “al paso” la carga biológica del aire, para ello se utilizan las dosis mencionadas, además de
un adecuado material en el ducto, ya que como la luz UV es una radiación, ésta se refleja y puede
multiplicar su efecto.
• En los bancos de filtros, se instalan delante de estos, ya sean para toma de aire fresco o de
recirculación y así evitar la introducción de microorganismos en el ambiente controlado. O bien
delante de los filtros de contención para evitar la descarga de aire contaminado al medio ambiente.
Las lámparas de luz UV tienen una vida útil, ésta la indica el fabricante y es necesario cambiarlas
cuando se agota el periodo sugerido, ya que si bien no se “apagan” o “funden”, si pierden su
capacidad de generar radiación, esto es debido al decaimiento del vapor de mercurio, y desde luego
cuando esto sucede ya no se logra el efecto deseado, con las correspondientes consecuencias en
nuestra aplicación en particular.
Para que la luz UV cumpla con el objetivo deseado, basta con instalar las lámparas en el lugar
adecuado según la aplicación, para que de inmediato inicien su acción, ya sea microbicida o
cualquier otra como la eliminación de olores.
Una recomendación es evitar la radiación en su persona, ya que si bien para que los efectos se
manifiesten se requieren dosis muy altas, también es cierto que cada persona tiene diferente
sensibilidad y puede sufrir daños desde leves “quemaduras” en la piel (bronceado), hasta molestias
en los ojos por que se pueden resecar levemente.
Por ello se recomienda consultar a los expertos en Calidad Ambiental Interior, quienes con toda
seguridad podrán orientarle en el uso adecuado de esta tecnología de acuerdo a cada requerimiento.