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gama de energía que se extiende desde la radiación de menor longitud de onda, como los
rayos gamma y los rayos X, incluyendo la luz ultravioleta, la luz visible y los rayos
infrarrojos, hasta las ondas electromagnéticas, cuya longitud de onda es mayor, como son
las ondas de radio.
¿Qué es la luz UV?
La luz Ultravioleta es parte del espectro electromagnético, es decir, es energía cuya
longitud de onda es menor que la luz visible pero mayor que la de los rayos X, dicha
longitud de onda se encuentra entre los 200 a 400 nanómetros (nm=10-9 metros), en
otras palabras, toda la luz UV es invisible para el ojo humano.
La luz UV, puede a su vez subdividirse en las siguientes bandas:
• UVA o de onda larga de 400 a 315 nm, es la más abundante en la luz del sol, y
es la causante del bronceado y las arrugas en la piel.
• UVC o de onda corta de 280 a 200 nm, es la más efectiva para uso
germicida, pero no penetra a la superficie de la tierra.
Como hemos dicho, la luz UV es una forma de energía que se “transmite” o “viaja”
como fotones, esto significa que para que funcione como germicida, es necesario
que el microorganismo sea “iluminado” o “irradiado” por los fotones de luz UV, es
decir debe ser expuesto al haz de luz UV (ver figura 3).
La longitud de onda de la luz UV permite penetrar y destruir la estructura del DNA del
microorganismo.
Aquí es importante recordar que este tipo de luz UV-C tiene una longitud de onda
muy específica 254 nm, y es precisamente eso lo que le permite penetrar la
“pared” que protege la información genética del microorganismo y romper su
estructura del DNA.
La forma más común de daño es la destrucción de la timina (es una de las cuatro
bases nitrogenadas que forman parte del ADN), haciendo que se “funda” con
alguna de las otras bases del DNA, produciendo un abultamiento en la “escalera”,
haciendo que las moléculas de DNA no funcionen correctamente, inutilizando al
microorganismo o virus.
La luz UV-C con longitudes de onda entre 200 – 290 nm inactivan el ARN (ácido
ribonucleico) del virus, algunos autores y fabricantes marcan el número mágico en
254 nm como la longitud de onda de mayor absorción. Por tanto, el virus entra en
el organismo, pero no puede replicarse al tener su carga genética dañada. Esta
acción no es instantánea, depende del tiempo de exposición y la intensidad
lumínica, de forma que la dosis de UVC recibida por el virus sea efectiva.
Energía requerida para destruir los microorganismos más comunes
• Dentro del sistema de ductos, ya sea en el retorno o la inyección, esto se hace con la
finalidad de eliminar “al paso” la carga biológica del aire, para ello se utilizan las dosis
mencionadas, además de un adecuado material en el ducto, ya que como la luz UV es
una radiación, ésta se refleja y puede multiplicar su efecto.
La longitud de onda UV-C elimina, y además previene, la acumulación de microbios y
materiales orgánicos en las bobinas de enfriamiento, los filtros de aire, las superficies
de los ductos y en las bandejas de drenaje de los sistemas de climatización.
No existe evidencia sobre la eficacia y seguridad de la desinfección de SARS-CoV-2 con
dispositivos de radiación con luz ultravioleta u ozono. La evidencia disponible sugiere que
ambos dispositivos pueden reducir la población de virus de una superficie, sin embargo,
se desconoce si esa reducción es suficiente para conseguir la desinfección.
La lámpara de luz ultravioleta utilizada para desinfección solo requiere ser encendida una vez por
la mañana, al iniciar la jornada de trabajo. No es necesario prenderla cada vez que finalice un
trabajo en la misma, excepto en la cabina donde se evalúan micobacterias.
Mantenimiento de las lámparas de luz ultravioleta: Es muy importante que las lámparas sean
limpiadas periódicamente con alcohol y se verifique su efectividad con cierta frecuencia, al menos
anual.
Las lesiones más frecuentes causadas por el UV-C son las quemaduras de
córnea, eritemas y quemaduras de piel.
Las quemaduras por UV-C son dolorosas pero las lesiones duran poco tiempo.
• Cumplir con las recomendaciones suministradas por el fabricante sobre el manejo y cuidado
de los equipos.
• Conocer la longitud de onda con la que trabaja, o el tipo de fuente de radiación que emplea.
(Esta información la suministra el fabricante).
• Verificar que la instalación sea adecuada y realizada por un especialista en este tipo de
elementos.
• Reducir y controlar el área de superficie sobre la que inciden estas radiaciones, encerrándola
o limitándola lo máximo posible
• Informar a todo trabajador sometido a radiaciones ultravioletas de los riesgos a que está
expuesto y los medios apropiados de protección.
• Señalización y operación: Cuando está en uso, se debe mantener cerrada la puerta de acceso
al área de utilización de luz ultravioleta y no se debe permitir el acceso de personal no
autorizado a la zona. Se debe señalizar apropiadamente el área e implementar señalización
visual que permita informar sobre el funcionamiento de UV.
Debe evitarse cualquier exposición innecesaria aún con los ojos y la piel cubiertos, para ello es
indispensable implementar sistemas de encendido o apagado por fuera de la zona o área de
ubicación de la fuente de UV. Nunca debe mirarse directamente la fuente de emisión. No
deben descubrirse las fuentes de rayos ultravioleta ya que estos rayos pueden producir
lesiones en los ojos o la piel. Abstenerse de realizar reparaciones o ajustes en los equipos, esto
debe ser realizado por personal capacitado quienes se encargaran de realizar mantenimiento
correctivo y preventivo periódicamente programado.
• Medidas de protección: Para usar la luz ultravioleta es necesario el uso de una adecuada
protección personal en particular la de los ojos, inclusive cuando observe geles con la luz
ultravioleta. Utilizar pantallas faciales o gafas de seguridad específicamente diseñadas para
proteger frente a estos riesgos (Norma europea EN170). Existen en diferentes colores (claro,
amarillo, gris) de acuerdo con la protección ofrecida por longitud de onda.
• Cubrirse cualquier piel expuesta con batas de laboratorio, guantes de nitrilo u otra
vestimenta de laboratorio. Equipos de protección individual (Fotos: Fisher Scientific y Wurth)
El personal que trabaja con UVC o cerca de las instalaciones UVC debe recibir formación sobre
salud y seguridad, manipulación y mantenimiento de fuentes UVC, y respuesta de primeros
auxilios después de la exposición a la luz UVC. Se recomienda encarecidamente que se
coloquen señales de advertencia cuando los dispositivos UVC estén conectados eléctricamente
para advertir a los observadores de la posible exposición a la radiación UV, especialmente si se
trata de LED, puesto que no tienen emisión en el espectro visible. Estas etiquetas deben estar
localizadas en todos los idiomas relevantes e indicar que el peligro para los ojos y la piel es
probable y que solo los operadores autorizados están permitidos en el área. Las etiquetas de
advertencia deben colocarse fuera de los paneles de acceso y las puertas a la fuente de UVC,
así como los paneles o puertas a las áreas adyacentes donde la radiación UVC puede penetrar
o reflejarse. Ejemplo de etiqueta de advertencia Los riesgos de exposición a los rayos UVC
deben minimizarse tomando todas las precauciones posibles. Los sistemas más adecuados son
los interruptores de seguridad, independientes de la iluminación general, conectados en serie
y situados en lugares solo accesibles para personas autorizadas. Las ubicaciones de los
interruptores deben estar bloqueadas o protegidas con contraseña para garantizar que la
fuente UVC no se encienda accidentalmente. Cada sistema UVC debe tener la opción de una
ventana de visualización para que los trabajadores puedan ver el conjunto de la lámpara sin la
posibilidad de sobreexposición a UVC. Las instrucciones de funcionamiento y las
recomendaciones para el uso adecuado de cualquier sistema UV deben ser claramente visibles
para los operadores o el personal de mantenimiento para garantizar un funcionamiento
seguro. El mantenimiento debe realizarse de acuerdo con las instrucciones del fabricante. La
energía eléctrica siempre debe desconectarse para evitar la exposición accidental. En caso de
exposición a los rayos UV, se recomiendan las siguientes acciones:
Seguridad
• Nunca mire directamente a la luz UV, aun con protección.
• La luz ultravioleta puede causar daños a algunos materiales, como por ejemplo el acrílico. El
material quedará quebradizo y debe ser descartado.
• En lo posible conectar las lámparas con un sensor de movimiento, de manera que apaguen
automáticamente si alguien ingresa bajo su luz.
• Siempre colocar un cartel indicativo de que la luz UV-C se encuentra prendida y un breve
resumen del riesgo.