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Tercera parte La misicg de las bibliotecas, > rioridadl AT miismo-tiempo, ha revelado | riedad de las concept discursos alrededor de la llamada animacién a ladeetura con la velocidad que lo hicimos. Angustiosamentelenta y dolorosa desde la perspectiva individual, pero ssom- brosamente répida y relativamente indolora desde la perspectiva social. Aunque no haya culminado. Aunque con certeza veremos emerger dafios insospechados anto en la dimensién individual como social. Gi, La vida cotidiana en estos tiempos de confinamiento puso en evidencia que leer y escribir son dos verbos que \gamos a diario con una diversidad de formas para | una diversidad de fines. Précticamente todos y para casi todo. Pero también han perdido poder para crear sent do, porque, lejos dé alimentar el didlogo, se han conver: tido en medios para SCrécentar el solipsismo. \ idades para valorar de otra forma el espacio y las diversas maneras en las que se construye la comunicacién mis alld de los mensajes escritos o grabados. En el trabajo, las escuelas, los hospi- tales, los museos y teatros. Para sobrevivir, todos hemos saltado a un espacio comtin creado por la cultura escri- ta, entendida en su sentido més amplio, que al mismo tiempo nos comunica y en el que con frecuencia nos sentimos incomunicados. Consagrados a leer (ver 0 escuchar) 0 a escribir (gra- bar) mensajes para seguir trabajando, estudiando o par- ticipando, de pronto nos vimos con una inédita posibi- idad de leer desde una perspectiva diferente el espacio y los procesos. Cémo se dan y por qué? Ahora que estan cerradas las se ha hecho evidente una dimensién de las bibliotecas que no vefamos, aunque estaba frente a nuestros ojos. / “Tal ver porque de ella (casi) no se hablaba, J 126 ete CO Gan Manes * entraba en al registro del quehacer bibliotecario. ‘Ahora que estin cerradas, Teed pesones | no hay un lugar alternative para no hacer nada o hacer todo ya. | ‘Ahora que estin cerradas las bibliotecas ~ ¥y muchos otros espacios, la dimensién espacial de las bibliotecas cobra una _ elevancia singular [Ahora que esti cerradas, podemos también constatat que esta reduccin del valor de la dimensién espac se habia comenzado a manifestar fuera de ellas desde mucho tiempo antes. Y eso les daba valor especi las bibliotecas eran un espacio para responder a la reduccibn del valor del espacio y a sobrevaloracién de la dimension del tiempo, tuna caracteristica de nuestro tiempo. ‘Ahora que estin cerradas, se percibe el valor de esa dimensién fundamental sncluso en las bibliotecas més plenamente envuetas en la transformacién digital. Como etnégrafo amateur que soy, en mis primeras se- manas al frente de la Biblioteca Vasconcelos, cuando terrogar a los ustari los su- Pleran que era el director, varias mafianas entrevisté 4 usuarios. Iniciaba mi conversacién con una mi preguni Sott0s le hiciéramos llegar los libros o las computadoras Su hogar? No hubo uno solo que aceptara semejante trato, { Afios después, Teresa Lépex Avedoy pregunté a otros usuarios qué estarian haciendo de no haber ido ese dia a 'a biblioteca o en qué otro lugar estarian haciendo esas actividades. Muchos de ellos respondieron que, de no haber acudido a la biblioteca, no estarian haciendo lo ue estaban haciendo. Un joven lo resumié con una fra- se que no olvi iendo o haciendo nada», ca representaba la po- igo diferente de lo que harfan y hhacfan. No pocos al asisti a la biblioteca hicieron algo ente de lo que esperaban hacer. Desde otro Angulo, se podria decit que era un espacio alternative para set diferentes, Dependiendo de la extensién de la mirada, la biblio- feca era un espacio propiciador de otras maneras de usar su empo, o de descubrirse diversos de lo que habfan imaginado ser. La bibl eca no era una escucla, aunque se ocupara de la educacién. No era una fibrica o una oficina, aun. ‘Que sirviera para trabajar. No era un museo o una sala de conciertos, aunque a ellas podian acudir a escuchar conciertos 0 ver expos tivo, desde otra perspectiva. aso ayuda a expli espacio que en promedio tomaba més de una hora de ida y otra de regreso? ‘Tal ver. Aunque creo que no hay solo una respuesta. ‘Todas las que imagino suponen un contraste entre el espacio del que se viene y el que brin- dala Escuchando sus r teca, 8, 0 leyendo los testimonios la experiencia bibliotecaria o se cerraba? ;Al en- Para no pocos usuario: comenzaba al salir de cas. tregar el libro? “Suponge que no hay una sola respuesta. Y todas de- penden de la extensién de la mirada y la fineza de la escucha, Pero lo cierto es que el espacio bi it troduce un nuevo espacio para releer,revisar, weelaborar, repensar y ciertamente también redactar la propia y wayectoria, Pasada, preiente ¥ por venir. Ya lo he dicho, el prefijo re- resume muchas de las tan ajeno ‘y \ al ajetreado devenir de las jornadas, Al escuchar a los usuarios o leer ensayos y testimo Todos tienen que desplazar el cuerpo Para estar en un lugar ‘con otros, vivos o muertos, que estén presentes sin molestar, Ese espacio es objetivo, Peto las experiencias que ahi se ‘ven no solamente se pueden analizary explicar obje- ‘Maments. Es subjetivo ¢ intesubjetivo, Los didlogos ue ese espacio puede propiciar pueden ser también intrasubj Las bibliotecas y los némadas Como los libros, las bibliotecas son (;o eran?) lugares de remanso, Espacios que (e)corta(ba)n una contingt dad, En paz.con Jos difuntos. En tregua con los vives (uno mismo incluido). Son (o eran) espacios que con- ‘dio de una multitud, de muchas ‘También posibilita(ba)n ser uno y mailtiple. Ser (y acceder) solo un fragmento de una conversacion que Que no tiene fin, lad més all de la misma conversacién? Como los libros, las bibliotecas son (0 eran) una expre- sién del deseo de permanecer, De ser uno con el otro,

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