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MARCEL PROUST x4 - ao : paQeadt “ Critica literaria NEED Reservados todos fos derechos. Queda rigurosamente prohibida sin In autorieacion por escrito de NEED Ia reproduccién total 0 parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, inelidos ta seprograia y el tratemiento informitic. ANTONIG GORNEJH POLAR Kees hail Coleccion Manuel Baquerizo Baldeén Clasificacion Ingreso MBB 01003 848.91 Cc | | | ] WT wHee-OTO0 5 © Traduceién: Rubén Falbo Prdloge: Silvia Berlenga 1998, NEED, Del Barco Centenera 1193, (1424) Buenos Aires, Argentina,” ‘Tel-Fax 924-0349 1.S.B.N, 987.9186,70.2 Quests hecho el depésito que previene Ja ley 11.723 Impreso en ta Argenting-Printed in Asgentina Este libro so termind de imprimir en tos Talleres Grificos CYAN, Potos! 4471, Buenos Aires, Argentina, en ol mes de diciembre de 1998, Se hicieran 1000 elemplares, A propésito del estilo de Flaubert Acabo de leer (y es por eso que me veo impedido para emprender un estudio profundo) el articule del distinguido critico de la Nouvelle Revue Francaise, sobre “el estilo de Flaubert”. He quedado muy asombrado, lo confieso, al comprobar que se trata como poco dotado para escribir a un hombre que, por el uso totalmente novedoso y personal que ha hecho del pasado definido, del pasado indefinido, del gerundio, de ciertos pronombres y preposiciones, ha renovado casi tanto nuestra vision de las cosas, como Kant, con sus Categorias, las Teorias del Conocimiento y de la Realidad del mundo exterior?. Y no es que entre todos prefiera los libros de Flaubert ni siquiera el estilo de Flaubert. Por razones que aqui serian de muy largo desarrollo, creo que la metafora solamente puede darle una especie de eternidad al estilo y no hay, tal vez, en Flaubert una sola metafora hermosa. Mas alin, sus imagenes son en general tan endebles que no se asoman por encima de lo que podrian encontrar sus personajes mas * msignificantes. Sin duda cuando en una pieza sublime, la sefiora de Arnoux y Frédéric cambian frases como: “A veces sus palabras regresan a mf como un eco tejano, como el sonide de una campana que trae el viento, Tenia siempre en ef fondo de mi mismo, la musica de su voz y el esplendor de sus ojos”, esta sin duda demasiado bien para tratarse de una conversacién entre Frédéric y la sefiora Arnoux. Pero si Flaubert hubiera hablado en Ingar de sus personajes no habria encontrado nada mejor. Para exptesar de una manera que le parece deliciosa, en su obra mas perfecta, el silencio que reinaba en el castillo de Julian, dice que “se oia el roce de una casa 0 el eco de un suspiro”. Y al final, cuando el que lleva San Julian se transforma en Cristo, ese instante sublime queda plasmaco mas 0 menos asi: ‘Sus ojos adquirieron una claridad de estrellas, sus cabellos se alargaron como rayos solares, el aliento, el olor de Jas rosas, etc.” No hay en ello nada malo, nada 2 Conozco bien que Descartes habia empezado con su “buen sentido” que no es otra cosa que los principios vacionales. Se aptendia eso, antes, en clase. Proust usa “brosser” que Titeralmente signifies “cepillar” y que se empled imetaféricamente por pintar, Lo he reemplazado por “cuatro pinceladas”, ¢] mas, cercano equivalent en espaiiol, (N. det T.). es horrible si uno lo tartajea y ridiculo si hace rodar las erres. En general, la repeticién voluntaria de una vocal o de una consonante puede dar grandes efectos, (Racine: Ifigenias, Fedra). Hay, una labial que, repetida seis veces en un verso de Hugo a esa impresién de ligereza aérea que quiere conseguir el poeta: Los alientos de ta noche soplaban sobre Galgala* En cuanto a Hugo, ha sabido utilizar la repeticién de la erre, que es contrariamente muy poco armoniosa en francés. La utilizé felizmente pero en condiciones distintas, De cualquier manera, y sea lo que fuere con los versos, ya tio sabemos leer fa prosa; en el articulo sobre el estilo de Flaubert, Thibaudet, lector tan docto y avisado, cita una frase de Chateaubriand, No tenia nada mas que elegir. {Qué numerosas son aquellas sobre Jas que hay que extasiatsc! Thibaudet (queriendo demostrar, en verdad, que el uso del anacolute® aligera el estilo) cita una frase de! no menos hermoso Chateaubriand, del no menos elocuente Chateaubriand y acerca de cuye escaso interés mi distinguido colega hubiera podido ser advertido por el mismo placer con que lo recitaba el sefior Guizot. Por regla general, todo lo qué en Chateaubriend contintia o presagia Ja elocuencia politica de los siglos XVII o XIX, no es verdadero Chateaubriand. Y debemos tener ciertos escriipulos, alguna conciencia, en nuestra apreciacién de las distintas obras de un escritor, Cuando Musset, aiio tras afio, rama por rama se eleva hasta fas Noches y Moliére hasta el Misantropo, (no hay cierta crueldad en preferir a las primeras: En Saint Blaise, en la Zuecca, Estabamos, estibamos perfectamente a gusto® el segundo, Las pillerias de Scapin’? Por otra parte no tenemos mas que leer a jos maestros, Flaubert como los otros, con devota sencillez, Nos asombraré ver como estén asombrosamente vivos, junto a nosotros, ofteciéndonos mil ejemplos logrados del esfuerzo que nosotros mismios hemos equivocado. Flaubert elige al abogado Senard para que lo defienda... hubiera podide convocar el testi- =tmonio brillante y desinteresado de todos los grandes escritores que me es conspletamente personal. Bn Por jos Caminos de Swann, “Les soufftes dle la muit flottaient sur Galgata. Figura retdrica gramatical. A Snint Blaise, é fa Zueeca “Nous étions, nous étions bien aise. 23 algunas personas, por cierto muy eruditas, desconociendo la composicién rigurosa aunque disimulada (y tal vez mas dificilmente discernible porque tenia gran apertura de compas y el trozo simétrico de todo comienzo, la causa y el efecto se encontraban a un gran intervalo uno de otro) creyeron que mi novela era una especie de coleccién de recuerdos, encadenados de acuerdo a las leyes fortuitas de la asociacién de ideas, Citaron, en apoyo de esa contra-verdad, unas paginas en que algunas migas de “magdalena”, mojadas en una infusion, me recuerdan (0 por Jo menos recuerdan al Narrador que dice “yo” y que no siempre coin- cide conmigo) todo un tiempo de mi vida, olvidado en la primera parte de la obra. Y sin hablar en este momento, del valor que te encuentro a esos recuerdos inconscientes sobre los que fundamento en el ultimo volumen —todavia sin publicar— de mi obra, toda mi teoria del arte, y para atenerme al punto de vistade | la composici6n, simplemente para pasar de uno a otro plano, habia | usado no un hecho, sino lo mds puro, lo mas valioso que habia | encontrado como unidén, un fendmeno de memoria. Abrid Las Memorias de Ultratumba 0 Las Hijas de fuego de Gérard de Nerval. Veréis que los dos grandes escritores, que se complacen —el segundo, especialmente— en empobrecer y en resecar por una interpretacién puramente formal, conocieron a la perfeccién ese procedimiento de brusca transicién. Cuando Chateaubriand esta en Montboissier —si recuerdo bien— oye de pronto el canto de un tordo. Y ese canto que ofa tan frecuentemente en su juventud, lo hace regresar al instante a Combourg, lo incita a cambiar y mueve al lector con él en el tiempo y en el espacio. En la misma forma, la primera parte de Sylvie transcurre delante de una escena y describe el amor de Gerard de Nerval por una actriz. De pronto sus ojos se fijan en un anuncio: “Maiiana los arqueros de Loisy, etc.”. Estas palabras evocan un recuerdo 0 mejor dicho, dos amores de infancia: inmediatamente se desplaza el lugar de accién de la novela. Ese fendmeno de la memoria le sirve a Nerval para /a transicion. Todas las obras de ese genio que fue Gérard dé Nerval deberian llevar por titulo el que le habia dado yo a una de. las mias en un primer momento: Las intermitencias del corazdn. Tenian otras caracteristicas en él, se dira, debido a hecho de qué estaba loco. Pero desde el punto de vista de la critica literaria, ne puede Hamarse con propiedad locura, a un estado que deja subsistente la percepcidn exacta (mas atin, que agudiza y cambia el sentido del descubrimiento) de las relaciones mAs importantes entre las imagenes, entre las ideas. Esa locura no es casi mas que 1 24 el momento en que las acostumbradas ensofiaciones de Nerval se yuelven inefables. Su locura-—que resulta de la obra precedente— se hace punto de partida y materia misma de la obra que sigue. El poeta no tiene mas vergiienza del ataque terminado, que de Ia que nos ruborizamos cada dia por haber dormido, de la que tal vez un dia estaremos confusos por haber pasado un instante por la muerte. ¥ trata de clasificar y describir suefios alternados. Estados ya muy lejos del estilo de Madame Bovary y de la Educacidn Senti- mental, En vaz6n directa de la prisa con que escribo estas paginas, el lector disculpara los defectos y errores del mio, Marcel Proust Nouvelle Revue Francaise, enero de 1920 Los deslumbramientos’ Por la condesa Ana de Noailles “Dios mio, qué quieren ustedes”, contestaba Sainte Beuve a los Goncourt, que se quejaban siempre de que s¢ hablase del genio de Voltaire; “concibe que a propésito de Voltaire uno se yea impulsado a hablar de genio; y entre nosotros confesemos que verdaderamente no lo ha robado”. Se piensa en esa ocurrencia de Sainte Beuve cuando acaba de leer uno el viltimo volumen de poemas de la sefiora de Noailles, Los deslumbramientos, y se le aplica a la autora. Se dice que, sia propésito de ella, se habla de genio, verdaderamente no lo ha robado. También se piensa en esa caria que Joupert escribiera a la sefiora de Beaumont en ocasién de la aparicién de Avala y que hubiera podido escribirse a propésito _ de Los deshunbramientos si se’siguiera escribiendo tan bien... | “En esta obra hay una Venus, celestial para unos, terrenal para ‘otros, pero que se hace sentir por todos. Este no es un libro como otros que andan por ahi... Los buenos jueces encontrar4n quizas algo que observar, pero también nada deja por desear. Hay un ‘ortilegio, un talistnin que depende de los dedos del obrero, Este tendra éxito porque pertenece al encantador”, Durante mucho tiempo, cada vez que la Revue des DeurxMondes, la Revue de Paris, o Le Figaro, hacian conocer mevos poemas de la sefiora de “Noailles, se oyé preguntar, con el Cantar de los Cantares: “eQuién es la que sc adelanta, semejante a una colummna de humo en forma Les Ebloissements. £. : : : : a eee ee 25

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