El concepto de fotografía ha sido manifestado de múltiples formas, y por
lo tanto también ha obtenido diversas valoraciones, que han cambiado según la corriente artística que predomine en una determinada época.
La fotografía es el procedimiento para obtener imágenes duraderas
debido a la acción de la luz, fijándolas en un medio material que constituye un verdadero texto visual construido por el autor que es susceptible de ser descifrado con los valores pertenecientes a una época determinada. No busca solo el registro inmediato de los hechos, sino también manifestaciones estéticas.
La fotografía propone su propio lenguaje, que se refiere a su
composición técnica, a la manera en que es concebida por el fotógrafo y el modo en que es capturada la imagen. Este lenguaje fotográfico se compone de: Planos (lo que va a salir en la toma), Ángulos (posición de la cámara con respecto al objetivo), Encuadre (A lo que se le dará importancia, enfoque que se le dará) y Composición (Organización de las formas dentro de un espacio visual disponible, con sentido de unidad, de forma que el resultado sea armonioso).
El lenguaje fotográfico posee también ciertas funciones comunicativas,
que son: La función expresiva o emotiva (está orientada al fotógrafo y permite inferir la subjetividad del que capta la imagen, puesto que refleja la intencionalidad del fotógrafo), La función poética o estética (Se centra en la fotografía misma y se refiere a la configuración del lenguaje fotográfico, a su forma visual y a su construcción) y La Función referencial (Se da con mayor énfasis en la fotografía periodística, ya que allí se concibe el contexto como todo lo extralingüístico. Esta función abarca solo sucesos reales y comprobables).
La fotografía ha obtenido diversas valoraciones hasta llegar a ser
considerada como arte propiamente tal, entendiendo arte, según la Rae, como la “Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüístico o sonoros”.
En el siglo XIX, el retrato fotográfico formó parte de los inicios de la
fotografía, siendo Julia Margaret Cameron, una fotógrafa que resaltó por sus retratos de corte artístico en dicha época. Con esta técnica, y la masificación de las cámaras fotográficas, se fue perdiendo el valor de la fotografía, es por esto que los fotógrafos deciden buscar un nuevo enfoque para su labor, para lo cual deciden imitar la pintura y el dibujo. Es con este período que se le comienza a dar una valoración más artística a la fotografía, hasta llegar a nuestra actualidad en donde se le considera arte de forma independiente.
En el mismo siglo, surge la corriente artística del naturalismo, la cual
pretendía realizar una mímesis realista y perfeccionista, centrada en la objetividad de lo pintado. Así pues, el naturalismo fue un gran empujón para el ingreso de la fotografía en el arte, ya que esta última disciplina tiene por particularidad el poder captar de forma casi perfecta la realidad.
El impresionismo también marcó una gran influencia en la fotografía, ya
que su tendencia hacia al abstracto hizo desarrollar en esta distintos efectos. El impresionismo asimiló y le dio un valor a todos los “defectos” de la fotografía, tal como el desenfoque y la incapacidad para reproducir objetos en movimiento, en donde estos van a ser “el germen” de la borrosidad de visión y la técnica impresionista.
Siguiendo con la temporalidad, en el modernismo y a través del
surrealismo, la fotografía deja de anhelar ser una mímesis de la realidad y pasa a intentar expresar el inconsciente, logrando un mayor grado de subjetividad, a través de distintas técnicas que imitará de la misma pintura surrealista. Uno de los principales expositores de esta corriente es Man Ray.
También podemos encontrar el fotomontaje que nace con el dadaísmo,
el cual combina distintos elementos para lograr un montaje que exprese la subjetividad de quien lo realiza. Es más que claro que esta corriente no pretende imitar la realidad, sino que todo lo contrario, busca lograr encontrase con el inconsciente a través de técnicas de montado.
En otra perspectiva de la fotografía se encuentra el fotoperiodismo
o periodismo fotográfico, que puede ser definido como una forma periodística destinada a la presentación de material actual en los medios de comunicación social. En esta disciplina las fotografías son usadas como medio para dar a conocer noticias, por lo tanto, estas imágenes deben mantener un vínculo con la realidad y el contexto histórico en el que ocurren.
Otra característica de este género, es que narra lo que sucede al
momento de la fotografía, pero a pesar de ello, también busca ser un elemento crítico de la realidad social que permita generar opiniones y debates; es por esto que se sostiene que posee objetividad y subjetividad a la vez: el fotógrafo le da un enfoque real, pero el receptor puede tener su propia opinión de lo que ahí ocurre. Esta dicotomía también se ve reflejada en la ideología que represente el medio al que el fotógrafo entregue sus imágenes, es decir, la narración de la fotografía existirá, pero dependiendo del enfoque que cada medio le quiera dar, privilegiarán algunas imágenes sobre otras. Para considerar una imagen como parte del fotoperiodismo, se debe tener en cuenta que esta cumpla con ciertos requisitos: Actualidad (La imagen debe reflejar un hecho reciente y relevante), Objetividad (La situación representada en la fotografía es una imagen fiable y representativa de los eventos indicados.), Narrativa (La fotografía tiene un narrador: el fotógrafo, un texto que viene narrado: la fotografía y alguien que recibe esta narración: el receptor.), Estética (La imagen debe conservar elementos de la estética fotográfica, tales como, luz, encuadre, relación, fondo, forma, perspectiva, gestión de sombras, etc.) El fotoperiodismo es una actividad informativa que busca entregar eventos noticiosos por medio de imágenes que entreguen el contenido por sí solas, aun cuando existen casos en donde se incluye pie de página o artículos al respecto, las fotografías son capaces de mostrar una realidad que no es posible describir con palabras. De acuerdo todo lo planteado anteriormente, la fotografía al fin de cuentas se convierte en arte cuando se produce un proceso de abstracción mayor en su interpretación, es decir, cuando ya no solo cumple una función informativa, sino cuando es capaz de transmitir algún tipo de crítica, emoción o ideal. Es por esto que cada interpretación que se le de será subjetiva y dependerá netamente del fotógrafo, quien dará una determinada importancia solo en algunos aspectos, resaltando cierta información.