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OCASO
Cuento
El sol brillaba esplendoroso en el límpido cielo, qué es? Le contestó alegre, el padre. Por la mente
dorando las arenas y el mar; mas Jacinto veía todo de Jacinto pasó enseguida la posible respuesta.
nublado, dolorosamente triste, desolado. La ¡Seguramente debe ser el uniforme deportivo que
canción del mar, el susurro de las olas, acoplado le pedí!, ¡mi camiseta!, ¡mi short!, ¡mis calcetines!,
melodiosamente con el canto de las aves, llegan a ¡mis chimpunes!, ¡mi balón!.. Tanto se emocionó
los oídos de Jacinto cual música fúnebre. Las que su cuerpo se sobresaltó delatando ante sus
vastas olas golpean con furia la orilla y algunas familiares su incontenible alegría. El padre, aún
rocas que en ese lugar había, golpeaban tan fuerte más emocionado, se apresuró en mostrar el regalo
como queriendo romperlas; igual estaba abatido el con la ilusión de que la felicidad de su hijo no
corazón de Jacinto, pero por olas de pena, angustia tuviera límites.
y desconsuelo que hacían, de cuando en cuando, El padre era un humilde pescador, como la
brotar una cristalina lágrima de sus ojos. mayoría de los habitantes de este puerto. Todos los
¿Por qué ese niño se encontraba así? Por su días salía en su caballito de totora en búsqueda de
mente, en esos momentos pasaba el cruel los frutos del mar que proveían el sustento del
recuerdo de aquella tarde, de aquel ocaso cuando hogar, aunque el provecho económico que obtenía
el sol se fue a perderse en el mar, igual que su le rendía a duras penas solo para aquella humilde
padre, llevándose la luz del día, pero también la del vida que llevaban. Durante el último mes, sus
alma de Jacinto, dejándole a cambio sombra de compañeros observaron que el trabajo de aquel
dolor y culpa. varón era el doble de lo que antes hacía, y un día,
Era una cálida tarde en el puerto de Santa extrañados, le preguntaron el motivo de tanto
Rosa, del grandioso departamento de esfuerzo. ¡Es por mi hijo!, respondió. A él le gusta
Lambayeque, cuando Jacinto llegó a su casa mucho el fútbol, pero con este trabajo no me
exhausto después de un duro partido de fútbol que alcanza para darle lo que él necesita; así que
disputó con la selección de su escuela, pero trabajaré cien veces más si es necesario para
aunque su cuerpo estaba sin fuerzas, sus labios llevarle a casa un kit deportivo que le permita
dibujaban una confortable sonrisa. ¡Ganaron!, seguir su sueño. Pero por otro lado, los gastos del
pensó su padre que desde la puerta observó su hogar redujeron el ahorro que tenía el padre para
llegada y entró a la humilde cabaña donde vivían, a comprarle lo que quería a su hijo; así que cuando
esperar a su retoño con unas misteriosas ansias. se fue a la ciudad, se percató que sólo le alcanzaba
¡Ganamos!, exclamó Jacinto al entrar en casa para comprar un par de chimpunes, y eso fue lo
donde lo esperaba su madre y su pequeña que hizo.
hermanita, al tiempo que se tiraba sobre el viejo Cuando el regalo llegó a manos de Jacinto, la
sofá como si en aquel grito hubiera gastado sus reacción no fue la esperada. Contra todo
últimas energías. Cuando dirigió su mirada hacia su pronóstico, al descubrir de lo que se trataba, tiró los
cuarto, divisó la apacible figura de su padre que le chimpunes al suelo y con la misma violencia dirigió
sonreía con una actitud jubilosa, un tanto pícara y una hiriente mirada hacia el padre. Este sintió que
enigmática, pero llena de ilusión, al tiempo que se le partió el alma. La mirada de Jacinto lo dijo
caminaba hacia él. El padre se acercaba a su hijo todo y el padre así lo entendió y salió
con las manos ocultas tras la espalda y el presurosamente de la cabaña, cargó su caballito de
chasquido de una bolsa que tenía entre ellas, totora, y a pesar de ser muy tarde y su esposa
advirtió a Jacinto de las intenciones de su implorarle que no se marche, presintiendo tal vez la
progenitor: ¡una sorpresa! Gritó Jacinto dando un fatalidad, el hombre se hizo a la mar con lágrimas
brinco del viejo sofá al rústico piso. ¡Sí!, ¿adivina
en los ojos, decidido a poder, con su esfuerzo, furia, pero con el paso de las horas un golpe de
entregarle a su hijo lo que le reprochaba. culpa le azotó el corazón. Fue entonces cuando
Pero el cielo se nubló, el sol se fue a dormir, recién se dio cuenta de lo que había hecho, pero ya
nubes negras invadieron el cielo, y aun así, el no había remedio, su padre jamás volvió.
padre siguió adelante, sin escuchar los ruegos de (Esteban Alberto Plasencia Dueñas. CNSJ,
su mujer. La tormenta se desató y el padre se Primer Puesto en el I Concurso de Cuento ACHKIY
perdió de vista en la inmensidad del enfurecido 2008, región Lambayeque, organizado por
mar. Jacinto desde la cabaña solo observaba con Distriluz)
COMPRENSIÓN LITERAL A. Jacinto
B. El padre
1. ¿Quién es el personaje principal? C. La madre
_______________________________________ D. Los pescadores
2. ¿Dónde ocurren los hechos? E. Solo C y D.
_______________________________________ COMPRENSIÓN INFERENCIAL
INVESTIGACIÓN
1. Investiga el autor de los siguientes cuentos
peruanos:
Autor Cuento
Calixto
Garmendia
Al pie del
acantilado
Paco Yunque
El alfiler
El hipocampo de
oro
La soberbia del
piojo
El bagrecico