La madre de caperucita.

Es la típica madre buena y dedicada al hogar, una mujer que quiere mucho a sus
hijos y los llena de consejos para que no caigan en desgracia. También parece ser
una muy buena cocinera y muy al pendiente de su madre ya que le envía cosas
para que ella pueda subsistir.

El prejuicio: todas las madres son buenas y dedicadas al hogar.

Caperucita.

Ella es la “niña” obediente e inquieta que lleva al mandado de su madre a casa de

su abuela, por diversión no le hace caso a su madre al no escuchar su consejo de
no hablar con extraños conociendo al lobo además parece ser una pequeña muy
ingenua al no darse cuenta de las intenciones del lobo ni de el lobo disfrazado de
su abuela.

El prejuicio: todas las niñas son inquietas y no obedecen a sus padres.

El Lobo feroz.

Es el personaje malo de la historia, ruin, vil y manipulador intenta engañar a

Caperucita para devorarla, el llega primero a la casa de la abuelita y la devora
vistiéndose después como ella y engañando a Caperucita para que se acerque y
así poderla devorar.

El prejuicio: todos los lobos de los cuentos son malvados y quieren devorar a los
demás.

La abuelita de Caperucita.
La venerable anciana que vive sola en su casa en un sitio apartado, dependiente
de su hija y su nieta que le envía la comida, al parecer no puede valerse por sí
misma por lo que pasa la mayor parte del tiempo en cama quiere mucho a su nieta
y disfruta cada momento que pasa con ella.

El prejuicio: todas las personas de edad son inútiles y no pueden valerse por sí
mismas.

El leñador.

El personaje bueno de la historia grande, fuerte y fornido que llega a salvar a

Caperucita y su abuela una vez devoradas por el lobo, matando al lobo y
sacándolas de estómago sanas y salva permitiendo que Caperucita se
reencuentre con su madre.

El prejuicio: los hombres grandes y fuertes de los cuentos protegen y cuidan de

los pequeños.