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Mercado Viejo ubicado en el centro de la ciudad. La sociedad dominicana ha quedado
conmocionada por este hecho, que tantas muertes ha ocasionado, pero al mismo tiempo
tantas personas afectadas con quemaduras y daños materiales incalculables. El primer
comunicado de apoyo fue del Centro Montalvo, de la Compañía de Jesús y luego se
sucedieron los del Obispo de Baní, Monseñor Víctor Masalles y de la Conferencia del
Episcopado Dominicano. Este hecho nos invita a estar más atentos y atentas a las diversas
situaciones que se dan en el país. El mismo pasó por el país, de la tormenta Franklin,
sabemos que ha causado muchos daños y no tenemos noticias de que alguna comunidad
religiosa haya sido afectada o de algún seguimiento por parte de la Vida Religiosa en tareas
de atención y reconstrucción. Nuestras ausencias y silencios en torno a estas situaciones,
ameritan que nos revisemos y asumamos una actitud más profética ante lo que acontece.
Otra situación que hemos vivido en estos días, ha sido la referente a la supresión de la
Compañía de Jesús en Nicaragua y que se ha expresado de manera injusta y arbitraria en el
cierre de la Universidad Centroamericana (UCA) y el despojo de la Casa de la Comunidad
de la Universidad. El gobierno de Rosario Murillo y de Daniel Ortega ha dado muestras de
serios ataques a la iglesia y al pueblo en general, por lo que nos solidarizamos con el pueblo
de Nicaragua, la iglesia en las situaciones de Monseñor Rolando Álvarez Lago, a tantos
sacerdotes, agentes de pastoral y laicos, laicas prisioneros, al igual que la situación de las
Diócesis de Matagalpa y de León que están privadas de sus pastores. El comunicado de la
Conferencia Episcopal Dominicana del miércoles 30 de agosto de 2023, amerita nuestra
lectura y difusión entre nuestras comunidades religiosas, grupos eclesiales y los diferentes
ambientes donde nos desenvolvemos.
Seguimos caminando en medio de tantas dificultades y pedimos al Dios de la Vida que nos
permita serle fiel a nuestro pueblo y que a través de María de la Altagracia alcancemos la
gracia y la compasión para bien de nuestros hermanos y hermanas.
Fraternal y sororalmente.