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CARTA LXI

Hay una mirada baja todo el tiempo, hay llantos reprimidos


mientras camino por las calles naranjas. No hay frio solo
calor de desesperación, me ahoga.
Por momentos siento poco, luego siento todo y observo.
Sin darme cuenta ya es parte de mí y no lo puedo cambiar, el
espectro es parte mí y me abraza. Yo en mi confusión y
evocando recuerdos de lucha, dejo abrazarme por ella y la
túnica deja de serlo para convertirse en sedas que me cubren,
son cálidas, son agradables.
Empiezo a caminar y miro al frente.
Todo es mejor ahora. Estoy mejor ahora.

CARTA XVI

A veces creo que todo puede estar conectado. Desde esa hermosura de
luna que sale entre las nubes, como una mujer bailando sensitivamente
entre sedas. Puede que esta última esté conectada con mis bocetos, con
mi acentuada sensorialidad de hoy. La luna es lo más hermoso que ven
mis ojos en la noche y uno de los grandes motivos de mi existencia, no
sé si después de la muerte habrá lunas tan preciosas como esta.

Dejadme decirle mi señora, que es lo más hermoso de la noche. Dejadme


admirarle se lo imploro, cada minuto que la veo mi corazón se exalta.
Deseo intensamente que me hable y me diga que soy para usted. Deseo
fervientemente bailar en la noche solo una pieza, y jugar con las
sedas que tocan su cuerpo. Dejadme admirarle solo esta noche más y la
siguiente por siempre.

CARTA DOMINICAL

Hoy más que nunca estoy destruida, más inconsciente que nunca.
Deseo que pueda existir una madre y me ofrezca consuelo. A veces no
quiero sentir nada, solo a veces. De nuevo estoy perdida no puedo ver,
ni oír nada. Es extraño lo que siento, no lo sé. Se con mucha certeza
que estoy deshecha. Como bailando una danza para los suspiros de mi
soledad y mi dolor inquebrantable, esperando a alguien o algo que con
misma certeza sé que no llegara, no almenos en esta vida. Por ahora
solo toca vivir, vivir como se pueda y sin que duela tanto. Solamente
deseo una cosa hoy,

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