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Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628

Proyecto de integración
Racismo y la Intolerancia
Lluvia de ideas
❖ Forma de estigmatización.
❖ Inclinacion hacia el sexo femenino
❖ Discriminación racial
❖ Provoca genocidio
❖ Violacion a los Derechos Humanos
❖ Esclavitud
❖ Complejos de superioridad
❖ Intolerancia a diferentes etnias
❖ Estereotipos acostumbrados

Esquema Gráfico
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
Bosquejo tópico
Racismo y la intolerancia
➢ 1. Características
1.1 Inclinacion hacia el sexo femenino
1.2 Discriminacion racial
1.3 Forma de estigmatización

➢ 2. Consecuencias
2.1 Provoca genocidio
2.2 Violacion a los Derechos Humanos
2.3 Esclavitud

➢ 3. Causas
3.1 Complejos de superioridad
3.2 Intolerancia a diferentes etnias
3.3 Estereotipos acostumbrados

Bosquejo Oracional
El racismo y la intolerancia
1. El racismo y la intolerancia pueden tomar diversas formas en las que puede llegar
a negar los principios de igualdad de las personas
1.1 Su inclinacion hacia el sexo femenino es mas, un ejemplo es el tráfico de
mujeres y niñas que generalmente ocurre con las más vulnerables y en condición
de pobreza.
1.2 La discriminación racial afecta a muchas etnias hoy en dia hay medidas
especiales para eliminar las condiciones que causan o propician la discrimacion
racial.
1.3 Es una forma de estimación porque tiene un señalamiento negativo hacia
una persona o grupo de personas con el fin de insultar u ofender.
2. Las consecuencias que llega a tener el racismo, puede ser la intolerancia.
2.1 El odio étnico que puede llevar al genocidio, los cuales destruyen vidas y
fraccionan comunidades.
2.2 Se violan derechos al prohibirles o negarles el uso de ellos, al pensar que las
personas discriminadas son inferiores.
2.3 En epocas anteriores el racismo y la discriminación se practico la esclavitd,
ya que las personas de raza negra se veian como objetos de trabajo.
3. Algunas causas del racismo puede ser por desconocimiento, los prejuicios, la falta
de información o las circunstancias socio-económicas.
3.1 Los complejos de superioridad por ser “blancos” y pensar que las personas
de raza negra son inferiores debido a su color de piel.
3.2. La intolerancia a las etnias a menudo se basa en prejuicios y estereotipos de
las personas y de los grupos sociales.
3.3 Los estereotipos a los que se está acostumbrado al observar que una persona
no tiene o no coincide con ese estereotipo es discriminado.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
El racismo y la intolerancia

Actualmente existen sistemas de protección de derechos, de los puntos mas importantes


de la discriminación, es el racismo, la discriminación racial viene de tiempos muy atras,
un ejemplo cuando los españoles creían que su sangre era pura, que no había otro tipo de
sangre mas pura y limpia que la de ellos o también podemos ver otro caso en Estados
Unidos de América donde se discriminaba a los “negros” y se sigue discriminando pero
ya no tan publicamente, La igualdad es un valor que debemos de aprender a usar se ha
transformado considerablemente a lo largo del tiempo, y la distancia entre sus expresiones
clásicas, que apelan a la ciencia, y sus formas contemporáneas, que recurren cada vez más
a la idea de diferencia e incompatibilidad de las culturas.

Los Derechos humanos, los cuales ya cuentan con instrumentos que enfatizan la
obligación de garantizar el respeto de los derechos de todos los seres humanos, sin
distinción alguna de raza, género, religión o posición política. De modo que los grupos y
personas excluidas puedan reclamar sus derechos ante los Estados y obtener respuestas
prontas. Tomando en cuenta que a pesar que exista ese sistema se toma con seriedad los
tratados, declaraciones y convenciones que protegen y buscan esa igualdad para toda
persona, esto no se cumple de una manera efectiva.

Este problema de racismo y de intolerancia viene desde “la época del autoritarismo y las
violaciones contra la vida y la libertad desde la década de los ochenta” (Roberto Cuellar,
1999), hoy en día en Latinoamérica la pobreza y exclusión social son todavía extensas y
uno de los factores de violencia, generando un alto grado de inseguridad. El racismo no
solo trata del color de piel o raza, si no abarca la orientación sexual, religión y situación
económica como lo veremos ahora "Una de las características más sobresalientes de
América Latina ha sido históricamente la acentuada inequidad de la distribución del
ingreso, así como su falta de flexibilidad ante el cambio. Esta desigualdad no solamente
excede a la de otras regiones del mundo, sino que además se mantuvo invariable durante
la década de 1990 e incluso empeoró a comienzos de la presente década " según
(Panorama Social de América Latina 2006).

Se entiende como exclusión social de grupos humanos por razones de sexo, etnia,
religión, convicciones políticas o ideológicas, origen social o condición socioeconómica y
las prácticas que no respetan las diferencias ni valoran la diversidad a esto se le podria
decir intolerancia, al no soportar que otras personas no encajen en el tipo de estereotipos
en los que la sociedad está acostumbrada. Las personas excluidas están en condiciones de
desventaja respecto del resto de la población de una manera distinta, a estas personas se
les excluye del modo de vida esperado en sociedades democráticas, con ejercicio de los
derechos humanos. Son seres humanos y colectividades que, por estas razones, no llegan
a ser consideradas como miembros de pleno derecho de la sociedad.

En Latinoamérica el racismo y la discriminación tienen características históricas,


económicas, sociales y culturales tomando en cuenta la esclavitud que se vivio años
atrás,a pesar que esas practicas ya cuentan como delito en la sociedad, los grupos
específicos, entre estos los pueblos indígenas, afrodescendientes y mujeres, la
discriminación es un delito no sólo porque es una conducta contraria a la normativa, sino,
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
porque violan sus derechos humanos fundamentales . Igualmente, cuando ésta se funda en
prejuicios de raza, identidad étnica, nacionalidad o cultura, afecta a la mayoría de las
víctimas de la discriminación racial.

Quienes persisten en ser diferentes y reclaman ser tratados como tales, son estigmatizados
de muy diversas maneras, entre las cuales la atribución de una raza como estereotipo y de
un conjunto de prejuicios que les desvaloriza. En esta condición, la discriminación se basa
en la negación del derecho a la diferencia.

Recientemente, Louise Arbour, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, expresaba: "Junto a la pobreza, la discriminación constituye otra
fuente recurrente de inhabilitación y de negación de derechos, libertad y dignidad . y, a
pesar de los numerosos esfuerzos de la comunidad internacional, el racismo y las
prácticas racistas continúan produciéndose de manera sutil, viciosa e insidiosa".
Igualmente, el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, se ha
referido también a la discriminación racial como un peligroso obstáculo al desarrollo
nacional.

Es evidente que la erradicación de la discriminación requiere, entre las medidas más


importantes e inmediatas, que combata el racismo y la discriminación racial y promueva
la diversidad como una condición del desarrollo con equidad y de la plena vigencia de los
derechos humanos. Es importante desarrollar un conjunto de indicadores que empuje a
erradicar la reacción racista desde la óptica de los derechos humanos o las legislaciones
de todos somos iguales ante la ley se vale decir, ellos son todos iguales y diferentes a
nosotros, no hace sino ahondar la presencia de racismo y la violencia que este conlleva.

El racismo y la discriminación es un problema que estará siempre en la historia del mundo


desde el esclavismo hasta el asesinato de una persona negra, pero todo esto puede parar si
nosotros tenemos la iniciativa y se respeta cada derecho individual de todo ser humano,
respetando las ideas de las personas, toma encuenta su opinión, sin juzgar su nivel económico,
ideologia politica, genero, orientacion y su etnia.

Bibliografía
● Eddo-Lodge, R. (2021). Por qué no hablo con blancos sobre racismo. Barcelona: Ediciones
Península
● Pérez, I. (20 de Marzo de 2015). Racismo, causa de sufrimiento de millones de personas.
Obtenido de Ciencia UNAM: Recuperado el 03/02/2022 en
http://ciencia.unam.mx/leer/441/Racismo_causa_de_sufrimiento_de_millones_de_personas
● Noah, T. (2017). Prohibido nacer: memorias de racismo, rabia y risa. España: BLACKIE
BOOKS.
● VARGAS UGARTE, Rubén, La vida de los afrodescendientes en el Perú. Buenos Aires,
Imprenta López, 1963
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628

Proyecto de integración 1
El racismo desde las historias de vida
1. Fuente: Pérez, I. (20 de Marzo de 2015). Racismo, causa de sufrimiento de millones de personas. Obtenido de
Ciencia UNAM: Recuperado el 03/02/2022 en
http://ciencia.unam.mx/leer/441/Racismo_causa_de_sufrimiento_de_millones_de_personas
● Perspectiva: El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas: desde la negación de los
principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio étnico que puede llevar al
genocidio y los desplazamientos forzados, los cuales destruyen vidas y fraccionan comunidades.
● Autor: Isabel Pérez Solís. Reportera de ciencia, creadora de contenidos escritos en portales y sitios web.
Relaciones Públicas. Capacidad de negociación y trabajo en equipo bajo presión. Propositiva, con miras
a lograr el objetivo deseado.
● Editorial: Ciencia UMAN es un espacio público de comunicación de la ciencia en lenguaje accesible y en
diferentes formatos: artículos, entrevistas, infografías, interactivos, audios, videos y galerías
fotográficas.
2. Fuente: Eddo-Lodge, R. (2021). Por qué no hablo con blancos sobre racismo. Barcelona: Ediciones Peninsula
.
● Perspectiva: En la universidad, las cosas empezaron a cobrar sentido para mí. Recuerdo claramente un
debate, en un seminario, sobre si el racismo era solo discriminación o discriminación más poder.
Reflexionar sobre aquello hizo que me diera cuenta de que el racismo no era solo un prejuicio personal:
era también estar en posición de que tu prejuicio tuviera un impacto negativo en la vida de los demás.
Mi perspectiva cambió por completo. Mi amiga, en cambio, dejó la asignatura tras asistir a un par de
seminarios. «No es para mí», dijo.
● Autora: Reni Eddo-Lodge es una galardonada periodista afincada en Londres. Ha escrito para el New
York Times, The Voice, Daily Telegraph, The Guardian, Independent, Stylist, Inside Housing, The Pool,
Dazed and Confused y el New Humanist. Ha sido distinguida con el premio Women of the World Bold
Moves, y en 2014 The Guardian la eligió como una de las 30 mejores jóvenes en medios digitales.
● Editorial: Ediciones Península edita libros de no ficción, libros de ensayo y libros de ciencias sociales de
referencia, con autores destacados en sus sectores.
3. Fuente: Noah, T. (2017). Prohibido nacer: memorias de racismo, rabia y risa. España: BLACKIE BOOKS. ●
Perspectiva: Mi madre me quería tanto, que tuvo que tirarme de un coche en marcha para que huyera. - Mi
padre me quería tanto, que cuando paseaba conmigo lo hacía por la vereda de enfrente, sin mirarme.- Mi
padre era suizo, muy blanco. - Mi madre era xhosa, muy negra.- Y, según las leyes del apartheid, por ser de
razas distintas tenían prohibido hacer el amor. - Pero al parecer lo hicieron... porque nací yo.- Lo peor que
podía haber hecho.
● Autor: Trevor Noah, En 2011 se mudó a Estados Unidos y su carrera se convirtió en una supernova. Fue
el primer cómico sudafricano en realizar un monólogo en The Tonight Show y en aparecer en el Late
Show with David Letterman. Protagonizó el documental You Laugh But It’s True y defendió en las tablas
el stand-up The Racist. En diciembre de 2014, Noah se convirtió en colaborador fijo de The Daily Show,
pero la sorpresa llegó cuando Jon Stewart, su presentador, lo nombró sucesor en septiembre de 2015.
Desde entonces Noah se ha convertido en una de las caras más conocidas de la sátira política
estadounidense más ácida y, más recientemente, en uno de los mejores azotes de Donald Trump. Su libro
de memorias infantiles, Prohibido nacer, que deslumbró a la crítica de The New York Times Michiko
Kakutani, demuestra que es, además, un escritor tierno, divertido, duro y muy prometedor.
● Editorial: Blackie Books es una editorial independiente con sede en Barcelona. El nombre de la editorial
es un homenaje a esa pretensión de inmortalidad de la perrita Blackie. Es lo mismo que pretendemos
para nuestros libros, que sean inmortales.
4. Fuente: VARGAS UGARTE, Rubén, La vida de los afrodescendientes en el Perú. Buenos Aires, Imprenta
López, 1963
● Perspectiva: Escrito por los reconocidos historiadores Maribel Arrelucea y Jesús Cosamalón, se trata de un
libro fundamental para conocer y entender los procesos por los que atravesó la comunidad afrodescendiente
en el Perú. Rescata el aporte colectivo de los africanos y sus descendientes llegados desde el siglo XVI hasta
1940, aproximadamente.
● Autor: Maribel Arrelucea, Historiadora formada en la Universidad Nacional Mayor de san Marcos.
Especialista en historia social colonial, con énfasis en esclavitud, protesta social, género y cultura. También
es capacitadora en docencia e historia.
● Editorial: Primera edición, Lima, 2015 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú
Ministerio de Cultura.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
Lecturas
Racismo,causa de sufrimiento de millones de personas
El racismo y la intolerancia pueden adoptar diversas formas: desde la negación de los
principios básicos de igualdad de las personas hasta la instigación del odio étnico que puede
llevar al genocidio y los desplazamientos forzados, los cuales destruyen vidas y fraccionan
comunidades.
El racismo causa enorme sufrimiento a millones de personas en todo el mundo debido a que
impide la movilidad social, genera esclavitud y desigualdad en ámbitos como el ideológico
económico, educativo y cultural.
En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se
conmemora cada 21 de marzo, Natividad Gutiérrez Chong, del Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM, indicó que el racismo en México es una causa de la profunda
desigualdad social. Mujeres, las más afectadas
El racismo, abundó la investigadora, afecta más a las mujeres que a los hombres. Un claro
ejemplo de ello es el tráfico de mujeres y niñas que generalmente ocurre con las más
vulnerables y en condición de pobreza. Paradójicamente, dentro de la industria del sexo, las
mujeres indígenas son menos cotizadas a diferencia de las que traen de Europa del Este.
Otro ejemplo contundente de racismo ejercido a ciertas mujeres, es la violencia obstétrica, ya
que la negación del acceso y el servicio a las madres indígenas en labores de parto, es un caso
de violación extrema de derechos humanos. No obstante, esta violencia racista hacia las
mujeres es muy frecuente.
Sobre el tema de este 2015 “Aprender de las tragedias históricas para combatir la
discriminación racial del presente”, la investigadora subrayó la importancia de estudiar las
características y los tip Ku os de racismo y discriminación de nuestra sociedad actual.
Una buena parte de la humanidad ha sufrido discriminación para justificar y legitimar la
explotación de otros. El racismo se nutre de ideologías que fomentan la inferiorización y la
dominación, y como toda ideología, requiere de desinformación y analfabetismo, por lo que
el recuento y actualidad del pasado debe ser un recordatorio permanente de este flagelo.
En entrevista para Ciencia UNAM, la doctora Gutiérrez hizo referencia al racismo y
discriminación de las poblaciones indígenas que ha significado limitaciones de movilidad
social, su desplazamiento o acaparamiento de tierras, además de la falta de prestigio cultural.
Por su parte, Olivia Gall Sonabend, investigadora del Centro de Investigaciones
Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, mencionó que una de
las razones por la que no hemos logrado superar el racismo, es que seguimos construyendo
prejuicios en torno a los otros en lugar de querer entender quienes son. Dichos prejuicios
terminan por convertirse en prácticas o restricciones que alimentan el racismo y la xenofobia.
Coincidió con Natividad Gutiérrez en que la discriminación causa sufrimiento en la gente.
“Las personas excluyen a los otros sobre la base de pertenencia étnica, cultural o nacional.
Tendemos a segregar a quienes creemos son inferiores a nosotros”, apuntóDiscriminación
racial. La lucha contra el racismo es una cuestión prioritaria para la comunidad
internacional. Desde su fundación, la Organización de Naciones Unidas ha mostrado su
interés por esta cuestión, por lo que la prohibición de la discriminación racial ha quedado
consagrada en todos los instrumentos internacionales básicos de derechos humanos. Esos
instrumentos imponen a los Estados obligaciones y tareas destinadas a erradicar la
discriminación en las esferas pública y privada. El principio de igualdad exige también a
los Estados que adopten medidas especiales para eliminar las condiciones que causan o
propician la perpetuación de la discriminación racial.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628

Esquema

Resumen
● Racismo, causa de sufrimiento de millones de personas.

El racismo y la intolerancia pueden tomar diversas formas en las que puede llegar a
negar los principios de igualdad de las personas hasta llegar a crear odio hacía la
población que esté fuera de los estereotipos de los que se esta acostumbrado, este tipo
de intolerancia puede llegar al limite de crear genocidio, el  racismo es la  causa
sufrimiento de muchas personas, no solamente a las personas con diferente color de
piel sino tambien a las personas con un peso elevado, su etnia, o alguna discapacidad,
esto lo sufre muchas personas en todo el mundo en otros tiempos lo que el racismo
provoco fue la esclavitud Según basadas investigaciones afecta más a las mujeres que a
los hombres.  El racismo hoy en día no se ha podido superar por las razones de que se
siguen construyendo prejuicios y se tiene el poder de dominación y superioridad, esta
práctica fomenta el racismo y la xenofobia.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628

fuente 2: Por que no hablo con blancos sobre racismo


No empecé a ser consciente de la historia negra británica hasta mi segundo año de
universidad. Debía de tener diecinueve o veinte años y había hecho una nueva amiga. Íbamos
al mismo curso y pasábamos muchos ratos juntas, más por proximidad y por no estar solas
que porque compartiéramos demasiados intereses comunes. Cuando llegó el momento de
matricularse en las asignaturas del semestre siguiente, las dos optamos por un módulo sobre
el comercio transatlántico de esclavos. Ninguna de las dos sabía qué esperar de aquello. Mis
únicas nociones de historia negra procedían de exposiciones educativas a las que había
asistido y unidades didácticas, más bien centradas en la historia de Estados Unidos, durante
mis años de primaria y secundaria. En ellas se hablaba sobre todo de Rosa Parks, el
ferrocarril subterráneo de Harriet Tubman —que ayudaba a esclavos a huir hacia el norte— y
Martin Luther King Jr., los nombres más conocidos del movimiento por los derechos civiles
estadounidense. Eran personas importantes, lo sabía, pero yo era una niña negra del norte de
Londres y todo aquello me quedaba muy lejos. Aquel corto módulo universitario, sin
embargo, cambió mi perspectiva de forma radical. Convirtió la historia del colonialismo
británico y el pasado esclavista de mi país en algo cercano y real. Durante el curso, aprendí
que, desde donde estaba, era posible subir a un tren y visitar un antiguo puerto de esclavos en
solo tres horas. Y eso es lo que hice, fui hasta Liverpool, que había sido el mayor puerto
esclavista del Reino Unido. Un millón y medio de africanos habían pasado por los muelles de
la ciudad. La dársena Albert Dock, la más antigua que queda en pie, se inauguró cuatro
décadas después de que partiera el último barco de esclavos británico, el Kitty’s Amelia, pero
visitarla era lo más cerca que podía estar de mirar hacia el mar e imaginar la complicidad
británica en el comercio de esclavos. De pie en la orilla de aquella dársena, sentí que se me
encogía el corazón. Paseé junto a los edificios más antiguos de la ciudad y me invadió el
malestar. En todas partes podía ver el legado del esclavismo. En la universidad, las cosas
empezaron a cobrar sentido para mí. Recuerdo claramente un debate, en un seminario, sobre
si el racismo era solo discriminación o discriminación más poder. Reflexionar sobre aquello
hizo que me diera cuenta de que el racismo no era solo un prejuicio personal: era también
estar en posición de que tu prejuicio tuviera un impacto negativo en la vida de los demás. Mi
perspectiva cambió por completo. Mi amiga, en cambio, dejó la asignatura tras asistir a un
par de seminarios. «No es para mí», dijo. No me gustó oír aquello. Y ahora entiendo por qué.
Me molestó que creyera que esa parte de la historia británica no era relevante para ella. Los
hechos la dejaban impasible. Quizá para mi amiga aquello no era real ni apremiante ni tenía
ninguna relación con el presente. No sé lo que pensó, porque yo entonces no tenía el
vocabulario necesario para hablar con ella de algo así. Pero ahora sé que lo que no me gustó
fue que sentí que su color de piel le permitía no tener ningún interés por la historia de
violencia del Reino Unido, cerrar los ojos y seguir su camino. Mientras que, para mí, aquello
no era algo que pudieras decidir no saber. El rápido avance de la tecnología, que ha
transformado el modo en que vivimos —lo que antes era un progreso de siglos ahora se
consigue solo en décadas—, ha hecho que el pasado parezca más lejano que nunca. En ese
contexto, es fácil ver la esclavitud como Algo Terrible que pasó Hace Mucho Tiempo. Es
fácil también convencerse de que el pasado no tiene nada que ver con nuestro modo de vida
actual. Pero la Ley de Abolición de la Esclavitud en el Imperio británico se aprobó en 1833,
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
hace menos de dos siglos. Si tenemos en cuenta que los británicos empezaron a comerciar
con esclavos africanos en 1562, la esclavitud, como institución británica, existió durante más
tiempo —270 años— del que lleva abolida. Una generación tras otra de vidas robadas, de
familias divididas, de comunidades rotas. Miles de personas que nacieron esclavas y
murieron esclavas, que nunca supieron lo que era ser libre. Vidas enteras de brutalidad y
violencia, de temor sin fin. Una generación tras otra de riqueza blanca amasada sobre las
ganancias derivadas de la esclavitud, multiplicándose, rezumando por todo el tejido de la
sociedad británica. La esclavitud era un comercio global. Los europeos blancos, incluidos los
británicos, pactaron con las élites africanas el intercambio de productos y bienes por
personas, lo que algunos
comerciantes esclavistas llamaban «reses negras». Durante el tiempo que duró el comercio de
esclavos, se estima que unos once millones de africanos atravesaron el océano Atlántico para
trabajar a cambio de nada en las plantaciones de azúcar y algodón de Estados Unidos y las
islas del Caribe. Los registros que se guardan no son muy distintos de los de los negocios
modernos, pues se especifican ganancias y pérdidas, y se detalla el número de personas
negras compradas y vendidas. El ganado humano —esas «reses negras»— era la mercancía
ideal. Los esclavos eran un género lucrativo. Los sistemas reproductivos de las mujeres
negras también solo tres horas. Y eso es lo que hice, fui hasta Liverpool, que había sido el
mayor puerto esclavista del Reino Unido. Un millón y medio de africanos habían pasado por
los muelles de la ciudad. La dársena Albert Dock, la más antigua que queda en pie, se
inauguró cuatro décadas después de que partiera el último barco de esclavos británico, el
Kitty’s Amelia, pero visitarla era lo más cerca que podía estar de mirar hacia el mar e
imaginar la complicidad británica en el comercio de esclavos. De pie en la orilla de aquella
dársena, sentí que se me encogía el corazón. Paseé junto a los edificios más antiguos de la
ciudad y me invadió el malestar. En todas partes podía ver el legado del esclavismo. En la
universidad, las cosas empezaron a cobrar sentido para mí. Recuerdo claramente un debate,
en un seminario, sobre si el racismo era solo discriminación o discriminación más poder.
Reflexionar sobre aquello hizo que me diera cuenta de que el racismo no era solo un prejuicio
personal: era también estar en posición de que tu prejuicio tuviera un impacto negativo en la
vida de los demás. Mi perspectiva cambió por completo. Mi amiga, en cambio, dejó la
asignatura tras asistir a un par de seminarios. «No es para mí», dijo. No me gustó oír aquello.
Y ahora entiendo por qué. Me molestó que creyera que esa parte de la historia británica no
era relevante para ella. Los hechos la dejaban impasible. Quizá para mi amiga aquello no era
real ni apremiante ni tenía ninguna relación con el presente. No sé lo que pensó, porque yo
entonces no tenía el vocabulario necesario para hablar con ella de algo así. Pero ahora sé que
lo que no me gustó fue que sentí que su color de piel le permitía no tener ningún interés por la
historia de violencia del Reino Unido, cerrar los ojos y seguir su camino. Mientras que, para
mí, aquello no era algo que pudieras decidir no saber. El rápido avance de la tecnología, que
ha transformado el modo en que vivimos —lo que antes era un progreso de siglos ahora se
consigue solo en décadas—, ha hecho que el pasado parezca más lejano que nunca. En ese
contexto, es fácil ver la esclavitud como Algo Terrible que pasó Hace Mucho Tiempo. Es
fácil también convencerse de que el pasado no tiene nada que ver con nuestro modo de vida
actual. Pero la Ley de Abolición de la Esclavitud en el Imperio británico se aprobó en 1833,
hace menos de dos siglos. Si tenemos en cuenta que los británicos empezaron a comerciar
con esclavos africanos en 1562, la esclavitud, como institución británica.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
Esquema

Resumen lectura 2: por qué no hablo con blancos sobre racismo.


 
Parte de la idea para demostrar las implicaciones del racismo en nuestra sociedad a todos los
niveles. De lo que históricamente ha sido, de un sistema que estigmatiza a los que no son
blancos, de lo que se entiende por privilegio blanco, de un feminismo que dejó de lado a las
mujeres racializadas y de la vinculación directa entre raza y clase social. intenta de conmover
conciencias y dar a entender de una vez por todas que vivimos en una sociedad racista y que
debemos acabar con ello. El racismo no era solo un prejuicio personal: era también  estar en
posición de que tu prejuicio tuviera un impacto negativo en la vida de los demás. La
esclavitud era un comercio global. Los europeos blancos, incluidos los británicos, pactaron 
con las élites africanas el intercambio de productos y bienes por personas.  Harriet Tubman
ayudaba a esclavos a huir hacia el norte y Martin Luther King Jr., más conocidos del
movimiento por los derechos civiles  estadounidense. 
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628

fuente 3:prohibido nacer: Memorias de racismo,rabia y risa


un negro acostándose con una blanca, el tipo tenía suerte si no lo acusaban de violación.
Cuando le preguntabas a mi madre si alguna vez se había planteado las consecuencias de
tener un hijo mestizo en pleno apartheid, ella decía que no. Por lo general, si quería hacer
algo, averiguaba la forma de hacerlo y lo hacía. Era lo suficientemente temeraria para
embarcarse en un asunto como en el que se embarcó. Si te pararas a pensar en las
consecuencias, solía decirme, nunca harías nada. Aun así, era una locura y una temeridad.
Tuvieron que salir bien un millón de cosas para que nosotros saliéramos tan milagrosamente
bien parados durante tanto tiempo. Durante el apartheid, si eras un hombre negro trabajabas
en una granja, una fábrica o una mina. Si eras una mujer negra, trabajabas en una fábrica o en
el servicio doméstico. Esas, básicamente, eran tus únicas opciones. Mi madre, que no quería
trabajar en una fábrica y que además era una cocinera terrible y jamás habría aguantado que
una mujer blanca se pasara el día dándole órdenes, encontró una opción que no estaba entre
las que se le presentaban: hizo un curso de secretariado y recibió clases de mecanografía. Por
entonces, que una mujer negra aprendiera a escribir a máquina era como que un ciego
aprendiera a conducir. Era un esfuerzo admirable, pero era muy poco probable que alguien te
ofreciese trabajo. Por ley, los trabajos de oficina y los de operario cualificado estaban
reservados a los blancos. Los negros no trabajaban en oficinas. Mi madre, sin embargo, era
una rebelde, y por suerte para ella, su acto de rebeldía llegó en el momento oportuno. A
principios de los años 80, el gobierno sudafricano empezó a introducir pequeñas reformas en
un intento de sofocar las protestas internacionales desatadas por las atrocidades y las
violaciones de los derechos humanos cometidas bajo el régimen del apartheid. Entre dichas
reformas estaba la contratación simbólica de trabajadores negros para puestos de oficina de
baja cualificación. Como, por ejemplo, mecanógrafas. A través de una agencia de empleo, mi
madre encontró trabajo de secretaria en la ICI, una multinacional farmacéutica de
Braamfontein, una zona residencial de Johannesburgo. Cuando mi madre empezó a trabajar
allí, todavía vivía con mi abuela en Soweto, el municipio segregado en el que el gobierno
había reubicado a mi familia hacía décadas. Pero mi madre no era feliz en su casa, así que a
los veintidós años se escapó para vivir en el centro de Johannesburgo. Solamente había un
problema: los negros tenían prohibido vivir allí. La meta última del apartheid era convertir
Sudáfrica en un país blanco, quitándole la ciudadanía a toda persona negra y trasladándola a
las reservas tribales, los bantustanes, unas comunidades semisoberanas que en realidad eran
estados títere del gobierno de Pretoria. Sin embargo, aquel supuesto país blanco no podía
funcionar sin mano de obra negra que produjera su riqueza, lo cual significaba que a la postre
había que permitir a la gente negra vivir cerca de las zonas blancas, en los municipios
segregados como Soweto, unos guetos planificados por el gobierno y construidos para alojar
a la mano de obra negra. Los municipios segregados eran donde uno vivía, pero lo único que
te permitía permanecer allí era tu condición de trabajador. Si te anulaban los papeles por
cualquier razón, te podían deportar a las reservas tribales. Cada vez que querías salir del
municipio segregado para ir trabajar a la ciudad, o por cualquier otra razón, tenías que llevar
encima un pase con tu número de identidad; si no, podían arrestarte. También había toque de
queda: pasada cierta hora, tenías que estar de vuelta en el municipio segregado o también te
arrestaban. A mi madre todo eso le daba igual. Estaba decidida a no volver a casa y se quedó
en Johannesburgo, escondiéndose y durmiendo en los lavabos públicos hasta que aprendió las
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reglas para moverse por la ciudad gracias a las otras mujeres negras que se las habían
apañado para vivir allí: las prostitutas. Muchas de las prostitutas de la ciudad eran xhosa.
Hablaban el idioma de mi madre y le enseñaron las pautas básicas para sobrevivir. Le
enseñaron a disfrazarse con un uniforme de empleada doméstica, permitía moverse por la
ciudad sin que la interrogaran. Le presentaron a hombres blancos que estaban dispuestos a
alquilarles pisos en la ciudad. La mayoría eran extranjeros, alemanes y portugueses a quienes
no les importaba la ley, y que estaban contentos de firmar un contrato de alquiler que le diera
a una prostituta un sitio donde vivir y trabajar a cambio de su usufructo regular del producto.
A mi madre no le interesaban aquellos arreglos, pero gracias a su trabajo tenía dinero para
pagar el alquiler. A través de una de sus amigas prostitutas conoció a un alemán que aceptó
alquilarle un piso a nombre de él. Mi madre se mudó allí y se compró una colección de
uniformes de doncella. Aun así la pillaron y la detuvieron muchas veces en el camino del
trabajo a casa por no llevar encima la tarjeta de identidad o por estar en zonas para blancos
después del toque de queda. El castigo por violar la ley del pase eran treinta días de cárcel o
una multa de cincuenta rand, casi la mitad de su sueldo mensual. Ella juntaba el dinero como
podía, pagaba la multa y volvía a sus asuntos. El piso secreto de mi madre estaba en un barrio
llamado Hillbrow. Vivía en el número 203. En el mismo pasillo vivía un expatriado
suizo-alemán alto, rubio y de ojos azules llamado Robert. Él vivía en el 206. Por su condición
de antigua colonia comercial, Sudáfrica siempre había tenido una comunidad grande de
expatriados. Era un destino para mucha gente. Toneladas de alemanes. Montones de
holandeses. Por entonces, Hillbrow era el Greenwich Village de Sudáfrica. En el barrio
reinaba un ambiente animado, cosmopolita y tolerante. Había galerías de arte y teatros
underground donde los artistas y los actores se atrevían a elevar su voz y criticar al gobierno
delante de un público integrado. Había un famoso artista de cabaret travestido, Pieter-Dirk
Uys, que hacía monólogos satíricos vestido de mujer en los que atacaba al régimen Afrikáner.
Había restaurantes y clubes nocturnos, muchos de Página 24 ellos propiedad de extranjeros,
que servían a una clientela mixta, a hombres negros que odiaban el estado de las cosas y a
hombres blancos a quienes simplemente les parecía ridículo. Aquella gente también solía
celebrar reuniones secretas, por lo general en pisos privados o en sótanos vacíos convertidos
en clubes. La integración era por su misma naturaleza un acto político, pero las reuniones en
sí no eran políticas en absoluto. La gente se juntaba informalmente para celebrar fiestas. Mi
madre se lanzó de cabeza a aquel ambiente. Siempre estaba en algún club o en alguna fiesta,
bailando y conociendo a gente. Era una habitual en la Torre Hillbrow, uno de los edificios
más altos de África, en cuyo último piso había una discoteca con pista de baile giratoria. Fue
una época de júbilo, pero también peligrosa. A veces la policía cerraba los restaurantes y los
clubes y a veces no. A veces detenían a los artistas y a la clientela y a veces no. Era una
lotería. Mi madre nunca sabía en quién podía confiar ni quién la iba a denunciar a la policía.
Los vecinos se delataban entre sí. Las novias de los hombres blancos del edificio de mi madre
tenían razones de sobra para delatar a cualquier mujer negra —prostituta, sin duda— que
viviera entre ellos. Sin olvidar que también había gente negra trabajando para el gobierno.
Para sus vecinos blancos, mi madre podría haber sido perfectamente una espía que se hacía
pasar por prostituta que se hacía pasar por doncella, y que había sido destinada a Hillbrow
para denunciar a los blancos que violaban la ley. Así funcionan los estados policiales: todo el
mundo piensa que todo el mundo es policía. Viviendo sola en la ciudad, sin que nadie
confiara en ella y sin poder confiar en nadie, mi madre empezó a pasar cada vez más tiempo
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
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● Reseña Lectura 3: Prohibido nacer: memorias de racismo, rabia y risa.

Relata  recuerdos, Él cuenta sin censuras cómo sintió y vivió el apartheid. Las reflexiones que
hace sobre el mismo son demoledoras más que nada porque no se está inventando nada. Todo
lo que nos relata lo vivió en primera persona, fue testigo. Comparte la relación que tenía con
su madre y la extraña que era con su padre debido a las circunstancias que le rodeaban.
También es un ejemplo de superación. Cuando llegó a Estados Unidos tuvo que trabajar Su
madre era muy religiosa y le prohibía ver películas o escuchar música. Una educación que
lejos de convertirse en un ser extraño, radical.

Comentario: Este libro muestra cómo era el tiempo en el apartheid y los años
posteriores. Aunque es una historia que cuenta el autor muestra lo que él vivió como
testigo de cada problema sobre el racismo y todo lo que vivía su madre, no solo ella
sino todas las personas de raza negra trata sobre la lucha por encontrar un lugar en el
mundo y una posición dentro.

fuente 4: La presencia afrodescendiente en el Perú


Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
Modalidades del trabajo esclavo En el Perú colonial, el trato de los amos hacia sus
trabajadores esclavizados presenta diferentes matices los cuales dependen de diferentes
aspectos, tales como la ubicación geográfica (centro/ periferia, corte/capitales,
interiores/villas), las condiciones materiales (tipo de actividad económica/sistema de trabajo)
y las relaciones sociales vinculadas a la supervivencia (tiempo de trabajo, alimentación, ropa,
calzado, asistencia médica, sociabilidad, religiosidad), aspectos centrales en los reclamos de
las personas esclavizadas. A partir de estas tensiones se propone distinguir dos modalidades
esclavistas: la esclavitud ‘arcaica’ y la ‘relativa’. La primera puede ser denominada
esclavitud ‘arcaica‘ porque el término evidencia un régimen especial empleado para usar y
controlar a los esclavos limeños en haciendas (en donde estuvo presente en alguna de ellas),
chacras, talleres, panaderías (especialmente en estas), casas y casonas. Por supuesto también
se hizo evidente en algunos casos de esclavitud doméstica y a jornal, pero fue más frecuente
en los primeros casos mencionados. Sus características más resaltantes fueron el ritmo
sistemático del trabajo, el castigo y la vigilancia permanente, la limitación para establecer
redes familiares y amicales que, en conjunto, pretendían la cosificación y deshumanización
de los trabajadores esclavizados . En la gran mayoría de haciendas y chacras las jornadas se
iniciaban con el alba y finalizaban al atardecer; hombres y mujeres laboraban por igual, los
jóvenes en los trabajos más rudos y los viejos en los más livianos. De acuerdo con las
características físicas y las habilidades, los trabajadores eran destinados a diversas tareas,
algunas muy pesadas como la siembra, el riego, la zafra y el transporte de la cosecha. Otras
tareas eran vistas como más livianas, por ejemplo deshierbar, remover las piedras para
limpiar el campo, abonar, espantar a los pájaros, cuidar el ganado, entre 7. Sobre las
condiciones de vida en las haciendas y chacras, otros, en las cuales se empleaban a los
enfermos, las mujeres embarazadas, los niños y los ancianos. Algunas mujeres compartían el
mismo tipo de labor con los hombres en los campos, la cocina, la molienda, el acarreo de
caña o forraje. En el caso de las haciendas dedicadas al cultivo de caña de azúcar, el trabajo
más pesado y, por tanto, símbolo de la esclavitud fue el que se realizó en los trapiches o
ingenios . Los cañaverales se extendieron por toda la costa, en especial se concentraron en
Lambayeque, La Libertad, Lima, Cañete y Chincha . En estos espacios los trabajadores
esclavizados debían moler la caña, hervirla y transformarla en azúcar, melaza y guarapo. Los
molinos funcionaron con tracción animal, hidráulica y la humana; un trabajo tan pesado que
fue usado como castigo por faltas graves. El jugo o caldo del azúcar era hervido en pailas,
luego trasladado en canales de madera o cobre hasta las calderas donde, después de hervir
varias veces, colocaba la miel resultante a secar y, después de unos días, granulaba hasta
convertirse en azúcar. Todo este proceso era efectuado por esclavos vigilados por los
capataces y auxiliares. El trabajo era extenuante y, a veces, peligroso porque continuamente
los trabajadores esclavos sufrían cortaduras y quemaduras. En este pequeño espacio, una
parte del trabajo esclavo era especializado; por ejemplo, existían esclavos ‘trapicheros’,
‘purgadores’ y ‘templeros’ que efectuaban trabajos considerados delicados. De ellos dependía
que la caña sea molida debidamente, que el jugo hierva a su punto y la miel sea la adecuada.
De acuerdo con las funciones que desempeñaban en la producción
de la caña y sus derivados, los trabajadores esclavos estuvieron sujetos a diferente trato, horas
de trabajo y pequeños beneficios de tal manera que existieron
diferenciaciones al interior de la esclavitud. La esclavitud arcaica también se practicó en las
ciudades, en algunas casas, talleres y, como se ha dicho, especialmente en las panaderías. Los
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
esclavos de panaderías, convictos en su mayoría, trabajaron encadenados castigados por sus
propietarios o por la Real Audiencia, de tal manera que estos lugares fueron espacios de
producción y de castigo especialmente para la población esclavizada10. Las demandas
presentadas por esclavos ante el Tribunal Eclesiástico de Lima evidencian que el régimen de
trabajo fue extenuante, empezando en la noche y finalizando al mediodía, encadenados y
castigados permanentemente. Además, estos establecimientos fueron insalubres, húmedos, el
calor de los hornos insoportable y en donde los trabajadores no disponían de horarios para el
descanso. En consecuencia, las panaderías se convirtieron en espacios de múltiples funciones.
Fueron cárceles eficientes para los reos y un mercado ideal para vender esclavos
delincuentes, cimarrones, bandoleros y rebeldes. También cualquier persona que no podía
pagar una deuda colocaba a su esclavo en una panadería para cancelar a su acreedor con los
jornales del esclavo. En suma, la esclavitud en las panaderías presentó rasgos arcaicos:
trabajo extenuante, cadenas y castigos, encierro, escasa alimentación, reducción de vida
social, familiar y sexual. Un esclavo en una panadería fue totalmente cosificado. El trabajo
doméstico también podía adquirir rasgos arcaicos. Las labores podían iniciarse muy temprano
y prolongarse hasta la noche, los trabajadores domésticos compraban los comestibles y
artículos para la casa, acarreaban el agua, encendían y conservaban el fuego, preparaban los
alimentos, lavaban la ropa y los utensilios domésticos, También se desempeñaban en tareas
que implicaba contacto con la suciedad y los malos olores como limpiar la casa, moler las
especias, el ají y los cereales, matar, desplumar y trozar los animales domésticos. Si eran
varios trabajadores, las tareas se distribuían entre todos, pero cuando se trataba de un solo
esclavo en la casa, entonces era sobreexplotado. Por eso, trabajar en la casa podía ser un
infierno para muchos. En los archivos aparecen casos extremos de domésticas esclavizadas
que interponen quejas por sevicia, algunas enfermas, otras al borde de la muerte. Melchora de
la Riva, por ejemplo, de 40 años de edad, se presentó ante los tribunales para pedir su venta
pues su propietaria la golpeaba continuamente y el trabajo era extenuante ya que en las
mañanas lavaba ropa y cocinaba y, luego, por las tardes vendía comida caminando por las
calles.
Yrestzi Jasiel Villatoro 202211628
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Reseña Lectura 4: La presencia afrodescendiente en el Perú 

Apunta a ofrecer un panorama general de la presencia de afrodescendientes en el Perú desde


el siglo XVI hasta 1940, fundamentado con fuentes históricas y demográficas. Demuestra los
acontecimientos de gran significado como la llegada de los primeros africanos esclavizados
durante el proceso de conquista, y el último censo de 1940, intenta de construir la historia de
los africanos y de sus descendientes en Perú, además de sus conflictos y negociaciones para
demostrar y el racismo que se produjeron con el proceso de formación y consolidación.

Comentario: La herencia africana en Perú sufre de estereotipos. Sin embargo, es parte


importante del desarrollo del país en los últimos cinco siglos. Los afrodescendientes
sufrieron y pasaron múltiples experiencias en Peru, tambien se puede decir que pasó en
gran parte del mundo, a pesar de los cambios que ha tenido la sociedad sigue
ocurriendo este tipo de sucesos, en este siglo el racismo ha disminuido como en otras
épocas y a hecho un cambio con los afrodescendientes

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