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EL TRABAJO ENAJENADO.

Hemos aceptado la terminología y


las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
La Economía Política parte del
hecho de la propiedad privada, pero
no lo explica, es decir, no
prueba cómo proceden de la esencia
de la propiedad privada. La
Economía Política no nos
proporciona ninguna explicación
sobre el fundamento de la división
de trabajo y capital, de
capital y tierra. Pero acepta como
fundamento último el interés del
capitalista
Nuestra tarea es comprender la
conexión esencial entre la propiedad
privada, la codicia, la
separación de trabajo, capital y
tierra, la de intercambio y
competencia, valor y
desvalorización
del hombre, monopolio y
competencia; tenemos que
comprender la conexión de toda esta
enajenación con el sistema
monetario.
Partimos del hecho económico
actual que es que el obrero es más
pobre cuanta más riqueza
produce, cuanto más crece su
producción en potencia y en
volumen. El trabajador se convierte
en una mercancía más barata
cuantas más mercancías produce. La
desvalorización del mundo
humano crece en razón directa de la
valorización del mundo de las cosas.
El trabajo produce
mercancías; se produce también a sí
mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto
que el trabajo produce se enfrenta a
él como un ser extraño,
como un poder independiente del
productor. El producto del trabajo es
el trabajo que se ha
fijado en un objeto. La realización
del trabajo es su objetivación. Esta
realización del trabajo
aparece en el estadio de la
Economía Política como
desrealización del trabajador, la
objetivación
como pérdida del objeto y
servidumbre a él, la apropiación
como extrañamiento, como
enajenación.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
Hemos aceptado la terminología y
las leyes de la Economia Política y
hemos demostrado que el
trabajador queda rebajado a
mercancía.
EL TRABAJO ENAJENADO.
Hemos aceptado la terminología y las leyes de la Economía Política y hemos
demostrado que el trabajador queda rebajado a mercancía.
La Economía Política parte del hecho de la propiedad privada, pero no lo explica, es
decir, no prueba có mo proceden de la esencia de la propiedad privada. La Economía
Política no nos proporciona ninguna explicació n sobre el fundamento de la divisió n de
trabajo y capital, de capital y tierra. Pero acepta como fundamento ú ltimo el interés
del capitalista
Nuestra tarea es comprender la conexió n esencial entre la propiedad privada, la
codicia, la separació n de trabajo, capital y tierra, la de intercambio y competencia,
valor y desvalorizació n del hombre, monopolio y competencia; tenemos que
comprender la conexió n de toda esta enajenació n con el sistema monetario.
Partimos del hecho econó mico actual que es que el obrero es má s pobre cuanta má s
riqueza produce, cuanto má s crece su producció n en potencia y en volumen. El
trabajador se convierte en una mercancía má s barata cuantas má s mercancías
produce. La desvalorizació n del mundo humano crece en razó n directa de la
valorizació n del mundo de las cosas. El trabajo produce mercancías; se produce
también a sí mismo y al obrero como mercancía.
Este hecho expresa que el objeto que el trabajo produce se enfrenta a él como un ser
extrañ o, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es el
trabajo que se ha fijado en un objeto. La realizació n del trabajo es su objetivació n. Esta
realizació n del trabajo aparece en el estadio de la Economía Política como des
realizació n del trabajador, la objetivació n como pérdida del objeto y servidumbre a él,
la apropiació n como extrañ amiento, como enajenació n.
La objetivació n aparece hasta tal punto como pérdida del objeto que el trabajador se
ve privado de los objetos má s necesarios para la vida y para el trabajo. El trabajo
mismo se convierte en un objeto del que el trabajador só lo puede apoderarse con el
mayor esfuerzo y las má s extraordinarias irrupciones.
Todas estas consecuencias está n determinadas por el hecho de que el trabajador se
relaciona con el producto de su trabajo como un objeto extrañ o. El trabajador pone su
vida en el objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto.
La enajenació n del trabajador en su producto significa no solamente que su trabajo se
convierte en un objeto, en una existencia exterior, sino que existe fuera de él,
independiente, extrañ o, que se convierte en un poder independiente frente a él; que la
vida que ha prestado al objeto se le enfrenta como cosa extrañ a y hostil.
Pero así como la naturaleza ofrece al trabajo medios de vida ofrece también víveres, es
decir, medios para la subsistencia del trabajador.
En consecuencia, cuanto má s se apropia el trabajador el mundo exterior, la naturaleza,
por medio de su trabajo, má s se priva de víveres en este doble sentido; en primer
lugar, porque el mundo exterior sensible deja de ser un objeto perteneciente a su
trabajo, un medio de vida de su trabajo; en segundo término, porque este mismo
mundo deja de representar víveres en sentido inmediato, medios para la subsistencia
física del trabajador.
La relació n inmediata del trabajo y su producto es la relació n del trabajador y el
objeto de su producció n. Cuando preguntamos, cuá l es la relació n esencial del trabajo,
preguntamos por la relació n entre el trabajador y la producció n.
Hasta ahora hemos considerado la enajenació n del trabajador en un solo aspecto: en
su relació n con el producto de su trabajo. Pero el extrañ amiento no se muestra só lo en
el resultado, sino en el acto de la producció n, dentro de la actividad productiva misma.
El producto es el resumen de la actividad. Por lo tanto, si el producto del trabajo es la
enajenació n, la producció n misma ha de ser la enajenació n activa, la enajenació n de la
actividad.
¿En qué consiste, entonces, la enajenació n del trabajo? Primero, que el trabajo es
extrañ o al trabajador; en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no
se siente feliz, sino desgraciado. El trabajador só lo se siente en sí fuera del trabajo. Su
trabajo es así, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacció n de una necesidad, sino
solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su cará cter
extrañ o se evidencia en el hecho de que tan pronto como no existe una coacció n física
o de cualquier otro tipo se huye del trabajo.
En ú ltimo término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que
éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se
pertenece a sí mismo, sino a otro. Así la actividad del trabajador no es su propia
actividad. Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo.
El trabajador se convierte en siervo de su objeto en un doble sentido: primeramente
porque recibe un objeto de trabajo, es decir, porque recibe trabajo; en segundo lugar
porque recibe medios de subsistencia.
Es decir, en primer término porque puede existir como trabajador, en segundo
término porque puede existir como sujeto físico.
La Economía Política oculta la enajenació n del trabajo porque no considera la relació n
inmediata entre el trabajador (el trabajo) y la producció n. El trabajo produce
maravillas para los ricos, pero produce privaciones para el trabajador.
La relació n inmediata del trabajo y su producto es la relació n del trabajador y el
objeto de su producció n. Cuando preguntamos, cuá l es la relació n esencial del trabajo,
preguntamos por la relació n entre el trabajador y la producció n.
Hasta ahora hemos considerado la enajenació n del trabajador en un solo aspecto: en
su relació n con el producto de su trabajo. Pero el extrañ amiento no se muestra só lo en
el resultado, sino en el acto de la producció n, dentro de la actividad productiva misma.
El producto es el resumen de la actividad. Por lo tanto, si el producto del trabajo es la
enajenació n, la producció n misma ha de ser la enajenació n activa, la enajenació n de la
actividad.
¿En qué consiste, entonces, la enajenació n del trabajo? Primero, que el trabajo es
extrañ o al trabajador; en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no
se siente feliz, sino desgraciado. El trabajador só lo se siente en sí fuera del trabajo. Su
trabajo es así, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacció n de una necesidad, sino
solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su cará cter
extrañ o se evidencia en el hecho de que tan pronto como no existe una coacció n física
o de cualquier otro tipo se huye del trabajo. En ú ltimo término, para el trabajador se
muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le
pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. Así la
actividad del trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la pérdida de sí
mismo.

De esto resulta que el hombre (el trabajador) só lo se siente libre en sus funciones
animales y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Comer, beber
y engendrar, etc., son realmente también auténticas funciones humanas. Pero en la
abstracció n que las separa del á mbito restante de la actividad humana y las convierte
en fin ú nico y ú ltimo son animales.

La tercera determinació n del trabajo enajenado.


El hombre es un ser genérico, porque en la teoría y en la prá ctica toma como objeto
suyo el género, tanto el suyo propio como el de las demá s cosas y también porque se
relaciona consigo mismo como el género actual, viviente, porque se relaciona consigo
mismo como un ser universal y por eso libre.
La vida genérica consiste físicamente, en primer lugar, en que el hombre (como el
animal) vive de la naturaleza inorgá nica, y cuanto má s universal es el hombre que el
animal, tanto má s universal es el á mbito de la naturaleza inorgá nica de la que vive. La
universalidad del hombre aparece en la universalidad que hace de la naturaleza toda
su cuerpo inorgá nico, tanto por ser un medio de subsistencia inmediato, como por ser
la materia, el objeto y el instrumento de su actividad vital.
El trabajo enajenado hace de la naturaleza algo ajeno al hombre, entonces, también
hace del género algo ajeno al hombre; hace que para él la vida genérica se convierta en
medio de la vida individual. En primer lugar hace extrañ as entre sí la vida genérica y
la vida individual, en segundo término convierte a la primera, en abstracto, en fin de la
ú ltima, igualmente en su forma extrañ ada y abstracta.
El primer término, el trabajo, aparece ante el hombre só lo como un medio para la
satisfacció n de una necesidad, de la necesidad de mantener la existencia física. Dicho
de otra forma, só lo es ser consciente, es decir, só lo es su propia vida objeto para él,
porque es un ser genérico. Só lo por ello es su actividad libre. El trabajo enajenado
invierte la relació n, de manera que el hombre, precisamente por ser un ser consciente,
hace de su actividad vital, de su esencia, un simple medio para su existencia.
Por eso, en la elaboració n del mundo objetivo el hombre se afirma como un ser
genérico. Esta producció n es su vida genérica activa. El objeto del trabajo es por eso la
objetivació n de la vida genérica del hombre. Por esto el trabajo enajenado, al arrancar
al hombre el objeto de su producció n, le arranca su vida genérica, su real objetividad
genérica, se ve privado de su cuerpo inorgá nico, de la naturaleza. Igualmente, al
degradar la actividad propia, la actividad libre, a la condició n de medio, hace el trabajo
enajenado de la vida genérica del hombre un medio para su existencia física.

El trabajo enajenado, por tanto:


3) Hace del ser genérico del hombre, tanto de la naturaleza como de sus facultades
espirituales genéricas, un ser ajeno para él. Hace extrañ os al hombre su propio
cuerpo, la naturaleza fuera de él, su esencia espiritual, su esencia humana.
4) Una consecuencia inmediata del hecho de estar enajenado es la enajenació n del
hombre respecto del hombre. Si el hombre se enfrenta consigo mismo, se enfrenta
también al otro. Lo que es vá lido respecto de la relació n del hombre con su trabajo,
con el producto de su trabajo y consigo mismo, vale también para la relació n del
hombre con el otro y con el trabajo y el producto del trabajo del otro.

La afirmació n de que el hombre está enajenado de su ser genérico quiere decir que un
hombre está enajenado del otro, como cada uno de ellos está enajenado de la esencia
humana. En la relació n del trabajo enajenado, cada hombre considera los demá s segú n
la medida y la relació n
en la que él se encuentra consigo mismo en cuanto trabajador.

Si mi propia actividad no me pertenece; si es una actividad ajena, forzada, ¿a quién


pertenece entonces?

A un ser otro que yo. Si el producto del trabajo no pertenece al trabajador, esto só lo es
posible porque pertenece a otro hombre que no es el trabajador.
En el mundo prá ctico, real, el extrañ amiento de sí só lo puede manifestarse mediante
la relació n prá ctica, real, con los otros hombres. En consecuencia mediante el trabajo
enajenado no só lo produce el hombre su relació n con el objeto y con el acto de la
propia producció n como con poderes que le son extrañ os y hostiles, sino también la
relació n en la que los otros hombres se encuentran con su producto y la relació n en la
que él está con estos otros hombres.
Mediante el trabajo enajenado crea el trabajador la relació n de este trabajo con un
hombre que está fuera del trabajo y le es extrañ o. La relació n del trabajador con el
trabajo engendra la relació n de éste con el del capitalista. La propiedad privada es,
pues, el producto, el resultado, la consecuencia necesaria del trabajo enajenado, de la
relació n externa del trabajador con la naturaleza y consigo mismo

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