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PREGÓN A LA VIRGEN DE LA SOLEDAD DE ALMUÑECAR

AÑO DEL SEÑOR 2023

POEMA NÚMERO UNO


LA VIRGEN Y EL NAVÍO

“Procesolo mar, violentas aguas, ¡callad!


y a la Virgen del Dolor, en aguas de Redención naviera,
atracar dejad en costas sexitanas a la que a Roma hizo cristiana
y a España enteraa collados en grana levantara.
¡Callad bar en batalla, que el Aqueronte ceda!
que a Almuñecar llega en bajel de caja, la Virgen capitana,
lacrimosa en Calvario surmontada, en manto de sable valerosa
al mar se hizo quien de Cristo, el Virgen Juan recibiera
como madre coronada!
¡Oh Señora, que en granate color el Verbo de Dios vuestro corazón bordara,
y en quien el romano mármol de blancura augusta
a vuestra alba cristalina materna el rojo de madre no violentara!
Naviera de los mares en dolor,
que a Almuñecar como a Isabel en parto,
visitaras, y que en vientre como antaño tiempo
en arcón de oro el Verbo Creador también llevaras,
y a Aquel que el Orbe en paz todo fundara,
a Aquel que con Ser a la nada oscura de existir preñara,
a Aquel que en profecía antigua se anunciara
y que en zarza en fuego inconsumante su Nombre revelara,
a Aquel, ¡procesante Madre lacrimosa!, cuya ciencia Salomón en versos
como Luz de Dios a los humildes todos le entregara,
a Aquel que en pesebre de amadores, escondido Dios en carne
a castras y palacios con silencio trémulo de niño, doblegara,
a Aquel, que en Cantares de Cantar, y en racimos de Engadí
enfermo de amor a la Esposa con celo de Dios enamorara,
a Aquel, que el párthenos viril sobre el pecho de marfil se recostara,
a Aquel que en Iove Feria Santa, luego de al cáliz dar
y a la Sangre pronunciar su eficaz memoria blanca
entregarse se entregó para ser Viernes en Flor en grana de hostia alba.
¡Oh gloria de Almuñecar, sagrario que el mar en huerto cerrado dara,
que en arqueta filial de madre en vientre a España entregaras
a Aquel salvador crucifixo, al Divino Narciso que en mirando en Sí
toda hermosura, toda species, todo decoro en ser Él lo encerrara!
Que en Vos la sierpe no osó en mancha de sombra rozar,
lo que el Verbo de Dios, liberal en amor, en divina gubia tallara,
que si a sevillana Señora, Macarena de Esperanza, los ángeles de Dios bajaran,
a Vos, abscóndito en arcón, el mismo Cristo nos dio como Reina y Soberana.
Que en si Sevilla el sinople Dios mismo en paño bordara
y a la Trianera otorgó en verde un áncora de oro engastada
en Vos quiso el mismo Señor, en carne y en Logos de Dios
cerrarse en materno arcón y trocar esmeralda en granada
pues en Vos, Señora, el dolor es divinal Rubicón
por el que César a Roma salvara.
Navío, Reina, Virgen Madre en juntura de huerto de Dios
que el mismo Verbo para sí en eternal libertad creara
que en mar huracanado en ancla en Vos Dios todo se encarnara,
sois tan Madre y tan Virgen casta, tan Reina y tan noble humillada
que no se puede decir si prima en Vos el marfil
o el rojo de aquel rubí que a Helios un rayo le hurtara
y que en osadía le dio al Calvario su rubor y a Vos el llanto de grana.
¡Oh Señora de Almuñecar, colibrí de un Viernes rojo en clara mañana,
que a estas costas anclar quisisteis la Redención fecunda y soberana
que al existir de las cosas nueva la imagen de Dios
Cristo en ellas, por corona, clavos y Cruz, la amical semejanza dibujara!
Navío seguro que a estas costas quisisteis llegar en un arca
y anclar en puerto de hombre a un encarnado Señor
para hacernos, como Vos, navieros nuevos de Dios,
os hicisteis en vuestro dolor toda Reina, y toda flor,
todo cantar al amor, todo liturgia en dolor, todo paso en su clamor
os hicisteis por nuestro amor, toda naviera de Dios,
os hicisteis, Vos, Sexitana”.
POEMA NÚMERO DOS
LA VIRGEN Y SU PUÑAL
“En callada costa la barca queda de amor clavada
que la Madre el timón no mueve do el Calvario
enclava en tierra oscura el rosal de rojo por áncora que salva
que si al Hijo ajusta al árbol tetra clavos de amor granada
la Reina queda al dolor unida por luciente gualda:
¡ay quién más herido por Pasión cruenta quedara
si el Rey que de arcón de mar en Gólgota libre reinara
o la Madre que en cofre de Virgen la carne a Dios le entregara!
¡Puñal que en oro de Cristo dos secretos revelaras
al punto que su medio abierto por amor asemejaras
lo que el Nazareno su carne diera para ser crucificada
con lo que la Virgen clauso en su vientre por casta cuidara!
¡Puñal que a dos maduros frutos por áureo filo cortaras:
a la Reina por su centro de puro marfil y nácar
y al que reina en un Madero que al punto estalla de grana!
¡Ay puñal que a dos divides lo que el ligno asemejara
que al dividir distingues lo que en uno Dios Padre pensara:
a la Virgen para Reina de un Señor que en llaga reinara
del Señor de las Tristezas que nacer quiso de prístina plata!
¡Puñal que en la Virgen luces como blasón y coraza,
como bandera que impulsan los vientos de Dios en bonanza,
como ancla que entreabre el Edén que cerrado quedara
como espada o como stipes en que la Salvación entera descansa
en el fiat lacrimoso de una Virgen humilde y santa
que al argentino arcón, que Dios por clausura pensara,
partió en su medio el amor, que no es amor si no entregara
el secreto del fruto en sazón por que éste dulcificara
el llanto de un Cristo en pasión que por mar procesionara
a fin de Almuñecar llegar con la Virgen acrisolada
para hacer de estas tierras Imperio
de verdad, de bien, de beldad eterna y cristiana”.
POEMA NÚMERO TRES
LA VIRGEN Y SU CORONA
“Quien hiciera tu corona Reina y Madre sexitana:
¡qué cante el orfebre aquel que en oro divino tallara
la que extrema tu Calvario vestido de negro en batalla,
y que a la Gracia convoca que de su sede querer bajara
para coronarte por Reina al hacerte la Madre más santa
que hizo que Dios tuviera lo que a natura no falta,
que es que un hijo de hombre exigiera tener por puerta tan alta
una Madre que perder no pudiera aquesta pureza de plata,
y que corona Dios le diera para hacer de Ella más casta
al punto que castísima dice la letanía que el fiel rezara.
¡Qué diga el orfebre aquel qué dolor en gema clavara,
en qué esmeralda cerró la que en rojo Cristo bañara
y por qué en perla culminó la estrella que a metal bajara!
¡Ay corona de esplendor que el orfebre cincelara
como casco de legión de una Madre presta en cruzada
que a los mares doblegó por llevar como coraza
las potencias de aquel Señor que abierto en Cruz se quedara!
¡Ay dolor de la corona que antaño Tabor cobijaras,
mira qué rojo punzó hiciste a la Madre más cara
que en su monte sutil terminó lo que a Cristo faltar llorara!
¡Ay corona de fulgor de plata en oro preñada
que con gemas veneraste un dolor de Noemí inigualada!
¡Qué nos diga aquel orfebre por qué hizo tan pasionara
a una Virgen que por mote al marfil puro llevara,
por qué con oro esculpió aquella maternidad honrada
que a los cielos admiró y a los ángeles detuvo en sus alas!
¡Ay corona de la Virgen de estas costas en tinte de grana
que llevas en metal de plata de Almuñecar su blasón en alza
para que el mundo en su esfera sepa en certeza verdad fundada
que la Virgen de estas tierras, en corona de oro y plata,
quiso lucir en sus sienes la barca que a Cristo entregara
que a paganos por amor venciera lo que espada jamás lograra!
¡Ay corona de la Virgen, consuela a la Reina más alta
tú que tan cercano moras de la Belleza que Dios creara!
¡Consuela a la Virgen que llora por tan divinas fontanas!

POEMA NÚMERO CUATRO


LA VIRGEN Y SU PALIO
Noche cerrada tan negra que a la Virgen toda cubriera
porque su llanto de Madre profanar la luz no pudiera,
luz de la luna curiosa que vela en la noche negra
la lágrima de un Lirio tan casto, más casto que fiel azucena,
que Dios pensara por rosa para abrirla en Jueves de perlas.
¡Oh palio santo de Madre con que el dolor te vistiera
de terciopelo de sable y solio de Virgen naviera,
que sales cubriendo el secreto de una humilde hecha una Reina
y en bambalinas de plata que cantan nocturna saeta!
Que a noche robar has podido el negro en todo su honor
y a estrellas en santa liturgia has reducido al amor
a una Reina que sola camina tras la huella de un Cristo en su flor.
¡Ay palio en quejumbre de llanto quien pudiera cubrir tal Dolor!
Quien deseara ser mártir en grana por tapar tal santo pudor
que es el llanto de una Virgen en alba que trocó en luto punzó
y que al Señor solo no deja como hiciera el enjuto traidor.
¡Ay palio llorante de negro o castra de paso en legión!
El cielo en toda su lágrima lloró el oro santo de Dios
y al punto la tierra granada a una Reina en luto parió
a fin de que llorase aquel llanto del rojo de Cristo Señor.
¡Ay palio de negro de réquiem que a Madre cobijo le dio!
Custodia en penumbra racheada que cubres del sol su candor
y a la antigua Selene que ansiaba ver la imagen del bello Endimión
trocaste a fin de que vieran el espasmo del Verbo de Dios
y el santo silencio de Reina que en negro su plata cubrió.
¡Ay noche oscura y tan sola a la quien palio el negro robó
para dar a la Virgen un templo más bello que el de Salomón
que viera tan sólo por velos lo que la Reina en verdad ella vio
que es a un Cristo llorante de veras que al amor por rojo fundó
que no existe amor tan de veras sino es grana de Cruz en su flor.
¡Ay palio que lloras la pena de una Reina paseante en dolor!

POEMA NÚMERO CINCO


AL MANTO DE LA VIRGEN
“Cuán triste vela la Virgen el paso del Señor de grana
y cuán casto su manto cubre las sienes de llanto de plata
con negro de luto de mares que lloran que Dios llorara.
¡Ay manto tejido de penas que a una Virgen el cielo bordara!
En terciopelo de noche oscura, que de alturas cimas brotara
cae en laderas de Virgen quien naciera en dulces fontanas
y en torrentes de Jueves Santo dice con versos que salvan:
¡Ay manto aqueste que vistes a una Reina que amarga pasa!
De los collados abiertos de una cima que Cruz coronara
a tan cincelada diadema que Cristo en sangre divina tallara
vierte el manto por tan puros montes el sufrir de sus finas cascadas
que ya saber no se puede si esta Virgen tan sexitana
ha hecho con llantos el mar o éste todo también llorara
el dolor de aquella paloma que jaula de Dios entrampara
para cantar en Calvario al Verbo que solo quedara.
¡Ay manto de negro que saltas por colinas tan nobles y castas!
¡Quién pensara que tu paño sirviera como ofrenda tan pura y tan santa
a una Señora naviera que la plata en sable cambiara
su privilegio de Reina por sierva crucificada!
¡Quien concibiera tu lienzo y en oro amor le estampara
a quien por amar recibiera el nombre de Virgen Amanda
con que el latín estoico de Roma a una Madre querer la llamara
que por fiel debe llamarse la “que debe ser siempre amada”!
¡Ay manto oscuro que asistes a la Virgen que llorante pasa!
Si el blanco a las nieves viste que en alturas eternas descansan
y a Hércules el verde ofrece en qué asentar sus firmes pisadas,
y el ruber a España le entrega el río de centro de gualda,
y a Almuñecar el azul le obsequia su campo de mar en calma,
tú a la Virgen regalas tu noche de manto negro en volanda
y herido por oro de gloria que un bordador te grabara
a la Reina cantas saetas y un “Stabat” a quien llorara
gimiendo al altísimo Hijo que el Padre eterno entregara.
¡Ay manto de tan Santa Madre que estable en la Cruz estaba!”.

POEMA NÚMERO SEIS


LA VIRGEN Y SU PASO DE PALIO
“Que en paso de palio se acerca la Reina que no dejara
que Cristo solo sufriera el dolor que al mundo salvara
y que a la antigua hermosura por cálamo de Cruz grabara.
¡Qué sola pasa la Virgen en su palio de negro y plata!
Si en siglos ya muy remotos esta Madre en caja llegara
a estas costas que por Roma llamáranse por sexitanas
ahora llega la Reina con paso en dolor abrazada.
¡Qué llanto tan nacarado llora la Madre que pasa!
Si en nave de suave madero en costa querer atracara
junto a Cristo que se ató por humilde a caja cerrada,
hoy la Reina lacrimosa trocó el mar por paso en volanda.
¡Ay paso arrojado a la aguas del dolor de tórtola blanca!
Racheando camina aquel trono que al Calvario se orientara
como bajel que al timón puso fijo al norte de grana
que no es posible el amor si el rojo no pinta al alba.
¡Ay paso que plata conduces que amando al Amor llamara!
Si por popa el santo navío el negro manto arroja a las aguas
por proa la candelería con luz hace que el mar se callara
como Cristo que en silencio calló cuando el clavó su rojo llorara.
¡Ay nave que a mares doblegas con Reina silente tallada!
Bajel que en la proa reluces campana sonora de plata
que en tañer de verbos tan santos a Infiernos en nada cerrara
de Dios su FIAT recuerdas cuando Éste al orbe creara.
¡Ay barco que abres la noche en sones piadosos que cantan!
Por quilla el paso que gime enclavado en la Virgen descansa
y en velas al amor abiertas la nave hace frente a borrascas:
dolor que juntas contrarios: el sufrir y las costas en calma.
¡Ay paso de Madre clemente que siembras verdades que salvan!
Por mares romanos que llegan fenicios a costas cristianas
por arcas cerradas que ofrendan a Dios la tierra de Hispania,
in altum la Virgen Naviera ancló en costa granada
y la nave trocóse en un paso que hombres cristianos levantan
y el faro son ceras argénteas que proa divina indicara
que aquel que confiado se llega al Dolor de una Madre tan casta
auxilio, defensa y custodia recibe por don que salvara
a náufragos, dolientes y heridos de estos mares de vida angustiada,
pues la Virgen que ancló en Almuñecar en caja cumplida de áncora
es del Dolor, una Reina, y del cielo celebrada esperanza,
pues la Sierpe vencida yacente que el talón de su Pureza aplastara
anuncia a los hombres que esperan en la costa que la muerte llegara
que Cristo ha vencido al Infierno y a la Virgen a gloria elevara
coronando en Belleza de Reina a la Estrella que en los mares salva.
¡Oh de Almuñecar su Reina, de paso gimiente de plata
ante vos capitana de Dios se arrodilla el Reino de España!”.

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