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Nocturno italiano (1984) i ror consistiaen pensar que para escribir relatos fa dErhowror ys francesessnboitasyomaldton, en primer Strader, lo angustoso to macabro, deat, por los asec {hal de ant su predispostion pare scepsar el mister sin te poutine (real © fingido) que permite suspender a inere Mla y el ui realsta para poder preguntarse qué reso ‘aria os fuera verdad que En definitva, si seretan en ello, eerefans hasta el fondo, pe- ro como el escritor y el poeta cteen en su propio mundo pod tico, como Ariosto creia en el Hipoggifoy Shakespeare creia en Ariel yen Caliban. Mientras que les que ecrean de otro mo do, como prictica, como ciencia, como «experiencia -los ‘cultists, los iluminados, los espiritst no pudieron ni qu sieron jamds jugar con estas cosas; la literatura fantstca Tos ‘onoce como personajes, no como autores. (Estoy simplifican do; s€ muy bien que ha habido autores que screians de una forma u otra pero esto no contradice el significado general de To que estoy diciendo.) EI hecho es que los rominticositalianos de comienzos del siglo pasado, todos ellos preocupados por ss imperatives ét os y patristicos, se apresuraban a deja claro que ellos no te- nian nada que ver con la panoplia nocturnay fantasmagirica del romanticismo nérdico, y que al sino espirtn poplar ita Tiano le repugnaba la evocacion de aquclares brujeriles de mis superstciones oscurantisas, Hubo bastantes declaraci- nes programaticas de exe tipo: de romdnticos como Carlo Porta y Manzoni, de antitroménticos como Leopard y Gior dani, y asi sucesiamente hasta Benedetto Croce: y esto expl ‘a ien que el epigrae literatura fantisticar haya sido tan por ‘co empleado en nuestra historia lteraria, preesamente en la época en que Mlorecia en otros lagares;ambign explica una de las razones (aungue no ciertamente la nica) por las que nues- tro siglo XIX fie tan distinto del de otras grandes Iiteraturas menos preocupadas que la mestra por la respetailidad ped ica, pero mucho més estimulantes para el paladay, ia ima inacion y el inteecto. Enrico Ghidett, que abre Ia introducciin de su antologia de eventos «negrossHalianos con ests cits, empieza a encon- tear textos dignos de ser recopilados en torno 4 1890, por lo tanto con un rewraso de cincuenta aos con respecto a la mo- da europea y {lo que es mas importante) sin que se aprecie tuna verdadera originalitad con respecto a lot modelos ex: tranjeros anteriores a nuestro siglo Me refiero a dos volimenes ttulados Nocturno ialona, el primero dedicado alos cuentosfantisticos del siglo XIX y else undo a los del siglo Xx, publicados por Editors Rianith (ree Dectivamente, 31-345 pags, XING pags), editados ambos (el segundo en colaboracién con Leonardo Lattaruolo) por Ent 0 Ghidewi, quien desde hace afios investiga zonas de la lite satura tatiana del pasado que quedaron en sombra (alae de tem ediciones de Paolo Valera, de Iginio Ugo Tarchetiy de ‘ha menor de Capuara). £1 discus gloal de una época I {oto fe efoto Claco Vit, denen el meto d re Saewonockos “al menos a m= como Molier, Giordano. Zech Bazeroen el igo Xi 9 Eaieo Bony Perio Fach principio del siglo). Hater el ilo Snow fee monaco Jones opuests) son Tos hermanos Bot: Argo, siempre re Cargo congestonade, ye rdo y gio Cale I apa {Te combear Ios pderesfanestos de un ga recurtendo a tials de nucsto ig, con Reng Zena (Cofeone ar uma pero recordemos, adem, La eval). Y ain queda tna Inara edad de una serra plena de invent, e+ Cemtcidad y diversion se encuentra en Faldella (quien, sin {Gqur epresentado por lo que se ha definido sporocuenton, tguamente stransgresora la vertiente popular de To ma ion retomada pore juego Itearo) Mate Sera searicagan en to fantistico, nose lacen mucho; igo mejor por aus poets pretensoncs, leva al tampa inSgues te Capuana’ Por lo que refers Fogsza, sire como cuando los refleos del mar se transforman en caberasy manos de nereidas as sorpresas: Sacchetti y De Roberto, Da uno sprain, de Roberto Sacchets, se desaroliaen el valle de Gressoney, don de se habla un diaecto alemdn, y quizi de exo derive el am biemte de imagenes nérdicas de esta historia, en la que una ‘muchacha cia y sensible camina entre preciicios como una sonimbula. El texto de Federico De Roberto, mis que una na ‘racién es una stiisima meditacin sobre Ia imposibilidad de las palabras para expresar cl lenguaje silencioso del pense tmiento y sobre la inefabilidad de! mon6logo interior; la nica texpresion porible de los pensamientos se da através de la mir Sica, través de a voz del drgano, Todo lo que tiene de rica, desenvueta y original a fitratura italiana del siglo XX comparada con Ia del ig anterior se ape cia en el segundo volumen, Etaditicamente, frente a ls vein thin autores snoctarnas. que Ghideti censa para el siglo Xx diria que no faa ninguno so, quid, Emilio De Marchi, l lumen del siglo XX recoge teint y seis y se podrian afar ‘muchos mas. Sugiere la imagen de atta narrative liana, que puede coexistr con la imagen mas areditada, quella en a que predominan realidad ambvental, memoria y sentaniento de la texistencia (no pocos toes estin a caballo entre una y otra). En el género fantistico contemporineo est explicita ks apuesta por la imaginacién, por lainvencion formal y concep: tual el problema de sereer 0 no creer» ya squiera se podria plantear. 0, mejor dicho, existe wn tipo de euento que por Asfamos defini como de lo =fantistica cota fundido en el irea anglosajona pero ausente entre nosotros, fen el que todo lo que sucede forma parte de la realidad y en cl que lo sobrenanural esti solo en una conexin o descone sién misterioa que se entrevé en lo que hacemos todos los dias ahf el «reer o no ereer es un reaquicio vertiginoso que Se abre por un instante. Puede decirse que en Talla slo hay lun autor que cutive este tipo de cuentos: el Mario Soldat de “Historias de espctor (1062) que con sutleza y mesura ejemple res restablece la continuidad entre el snactrma del siglo XIX tardio y ef de finales del siglo XX be, bastante di Si empezamos a leer desde el prinipio los textos ordena ‘dos conologicamente y queremos sefalar el momento en que fl cuento fantistico italiano se aparta de los modelos decimo- nnicosy se converte en otra cosa (0 en otras cien cos), po- ‘ramos inicar el aio 1909, fecha de El plat igo de Gian ni Papini, exe Papin uveniletimado por Borges yen quien se inspitd, todo exactitad y negatvidad, tan diferente del Papini ‘que conocimos mis tarde ara algunos de los principales representantes de lo fans- tico en el siglo xX (a escala mundial, no ya slo italiana) como Savini, Buzzi, Landolf la seleccién de Nocturno italiano set rita aos cxentos mas famoxosyya canGnicos: Casa «La Vid Sic piss, La maser de Gigol. Me satisface mucho que de Palar zeschi se escogiera el Retrato de una rina, fesquisma fantasia sobre un Palazzeschi enamorado de un pez voluptuosamente femenino. Adem, hay das nombres que apetece volver a bus car en la memoria y en la biblioteca: Arturo Loria, al que ha bria que reivindicar como un maestro del euentoialiano por st intensidad psicoligica y por el ambiente que crea, y Nicola Lisi, de cuyos ingrivcos eneantos conser un grato recuerdo, “Tampoco fatan soxpresas, Heniamino Joppolo excibid en 1997 un breve cueno en el que el secreto de una respetable fi mila de hoy e tener en casa aun to simiesco (la evolucién biogiea en esa familia furncion6 con relraso pero a gran ve locidad); el sobrino trata de ocultarlo a su exposa, ta cual, sin embargo, encuentra et hecho cientificamente interesante ¥ prometedor. Lo curioso es que yo, sin saber nada, veinsete ios mi tarde eseribi un cuento que, aun siendo bastante di ferente, tiene exactamente el mismo esquema: en el perfodo carbonifero una familia de animales terrestres iene wn io que sigue siendo pez; el sobrino intenta ocultarlo a si novi a ‘en, sin embargo, le gusta mucho. Lo cual prucha que las es tructuras narativasexsten por su propia cuenta, como figuras grométricas o ideas platSnicaso arquetipos abstracts, que re imponen a la imaginacion particular de los autores individu les: Hay que advertir que ningsin critco (que yo recuerde) re- seiié nunca esta analoga, y ello prucba que no hay literatra menos conocida que la italiana Las perlas del volumen son dos. Como perfect elaboraciin moderna de fos temas del romantiismo «negro», hay un even to de Giorgio Vigolo en el que una ciudad desconocida, met fiscayontrica se vislumbaa waves de na greta del expacio y el tiempo mas alls de un palacio romano en i zona dle Cam: po de For. Como innomaciin absolita de tna emagia blanca ompletamente mental y geométrca tenemos el eento de Bontempell Casi de amor. Discurre en un hotel estlo Marien bad, y mis concretamente en la vidriera en la que las sombras del jardin a oscuras se meaclan con los rellejos del comedor iturainado: la hipGtesis de abe expacio en que se establece el contacto entre los reflejos del interior y las sombras del exte flor se hace tangible, se verfica vertiginosamente con un beso arrebatado a distancia, Es una piezaextraordinaria- nas pocas ppiginas de una impecable estilizacion art day una sl babi lida para sacar partido de este frgil encuentro del adentroy elafuera, ransparencia y opacidad en la superficie del erst. (Pensindolo bien, metafora dela iteratra y, qua, de la exe Gia misma de. zde que? Pues.) Podemos identificar entre los cuentas seleccionados por Ghidedt y Lataruolo un elemento que caracterice lo fantastico italiano 0, menos, un tendencta privilegiada, una temtica re caurrente? Sucede que dos autores fan ditints, incluso opues- tos, como FT. Marinetty Tomasi di Lampedsa rlataron, cx dda uno a su modo, los amores de un hombre contemporineo ‘con una sirena, una siena clisica, mitad mujer y mitad pez Lampedusa la hace emerger ante tn profesor de griego en el mar de Sicilia. Marineti fa crea él miso por pura vountad ‘macula y mediterranea mientras se bata en Cape Recordando que el mismo tema figuraba también en un cuenta «atipico- de Soldati, caw Mata leyenda Alaina de Guido Gozzano, donde entre los templos de Agrigento una ar ‘quesloga ingles jorobada se transforma en ninfa, deberia Considerar este mito, con todas sus posibles variates, como el mis dotado de fuerza generadora. Y quizi sea justamente ax Ja evoracin modema de los mitosclisicos, entre inca yf cinada (dificil operacién que muchos eseritores europeos tentaron resaltando la distancia entre l imaginario nordic y grecolatino), es abordada por los esrtores italianos con a familaridad y ranquilidad de quien se encuentra como en ca ‘a Sobre todo pienso en Savino, cua exttema confianza en Ia mmtologia justificada por su infancia en Grecia) no es irreve Feneia parodia sino identficacin con sus perpetias transfor Imaciones plimdrficas, también creo queen esta linea se en fuentra el hermoso cuenta sobre los centauros que cierra Nocturno italiana, de Primo Lev, wn esritor de formacién to- rene dstnta ala de Savino, En defnitiva, Las metamorfoiscontinGan su vida metamén. jen en la teratura de hoy. Me refiero al libro de Ovidio fuen te principal de la literatura itallana durante muchos sighs, y ine refiero al bro de Apuleyo, novela fundadora que no por Casualad inspira Savinio y no por easualidad fue traducida Giencia, historia, antropologia

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