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"Sombra y Esperanza: El Camino de una Familia a

Través del Conflicto"

Santiago S. Illanes Torrez – Nicolai A. Rivas Quisbert – Milenka A. Apaza Laura –


José Mauricio Pérez Cruz – Camila Fernanda Juárez – Ze Carlos Valenzuela Bruening
ESCENA UNO:

En una modesta cocina en la pequeña ciudad de Tarija, Bolivia, Octavio, Elena y Juan se
sientan alrededor de una mesa, inmersos en la preocupación que los embarga. La enfermedad
de Elena y la difícil situación económica han golpeado su puerta sin pedir permiso.
VOZ DEL NARRADOR: La angustia se refleja en sus rostros mientras Octavio toma la
iniciativa para abordar la situación. Pero antes de que pueda terminar su frase, una voz suave
y melódica se superpone al diálogo, revelando los pensamientos internos de los personajes.
OCTAVIO: (preocupado) Elena, Juan, necesitamos hablar sobre nuestra situación económica.
No podemos seguir ignorando esta realidad, especialmente con tu salud empeorando, cariño.
ELENA: (con malestar) Tienes razón, Octavio. Nuestros ingresos han bajado
significativamente, y ahora con los gastos médicos, no sé cómo vamos a llegar a fin de mes.
Además, ahora que Juan ha salido del colegio, no tenemos los recursos para pagar su
educación universitaria.
JUAN: (preocupado) Papá, mamá, me duele verte enferma y preocupada. Quiero ayudar, pero
no sé cómo.
VOZ DEL NARRADOR: Mientras escuchan a Elena, la preocupación crece en Juan. A sus
18 años, siente impotencia al ver a su madre enferma y a su familia en apuros financieros.
Quiere ayudar, pero no sabe cómo.
OCTAVIO: (tratando de ser optimista) No te preocupes, Elena. Sabemos que estamos
pasando por un momento difícil, pero juntos encontraremos la manera de superarlo.
Necesitamos hacer algunos cambios y ajustes en nuestras vidas.
ELENA: (pensativa) Estoy dispuesta a hacer todo lo necesario para salir adelante, incluso si
eso significa posponer mi tratamiento médico. Pero, ¿qué haremos con respecto a la
educación universitaria de Juan?
OCTAVIO: (asiente) Exactamente. Debemos ser creativos y encontrar soluciones. Tal vez
Juan pueda buscar una beca o un trabajo a medio tiempo para ayudar con los gastos
universitarios. También podemos investigar sobre préstamos o programas de financiamiento
para su educación.
JUAN: (determinado) Haré todo lo posible para obtener una beca o trabajar para ayudar en lo
que pueda. Estoy dispuesto a hacer sacrificios por el bienestar de nuestra familia.
VOZ DEL NARRADOR: La determinación se hace presente en Juan, quien se compromete a
hacer todo lo posible para obtener ayuda económica y contribuir al bienestar de su familia.
Como un verdadero pilar de fortaleza, Octavio muestra orgullo y admiración hacia su hijo.
ELENA: (con esperanza) Estoy orgullosa de ustedes, mis amores. Nuestra familia es fuerte y
unida, y juntos superaremos esta dificultad.
VOZ DEL NARRADOR: Con el amor y el apoyo mutuo en el centro de su unión familiar, su
determinación se fortalece. Se toman de las manos, transmitiéndose esperanza y valor.
OCTAVIO: (suavemente) Unidos en tiempos difíciles, siempre.
VOZ DEL NARRADOR: La voz aparte del narrador se desvanece suavemente mientras la
familia se levanta de la mesa, lista para enfrentar los desafíos y superar las dificultades que el
futuro les depara. Saben que, unidos, son capaces de superar cualquier obstáculo que se
atraviese en su camino.
ELENA: (con determinación) Unidos en tiempos difíciles, siempre.
VOZ DEL NARRADOR: Con esa frase resonando en sus corazones, la familia da un paso
adelante, sabiendo que su amor y su determinación serán su fuerza mientras caminan hacia el
futuro incierto pero prometedor.

ESCENA DOS:
OCTAVIO: Fue un día agotador en el trabajo, el sol caía sin piedad sobre mis hombros
mientras entraba por el callejón de siempre, el mismo que me guiaba hacia casa después de
largas jornadas laborales.
BORRACHO: (Con voz desquiciada) ¡Eh, tú! (saca una navaja de manera amenazante).
¡Dame todo ahora mismo, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer!
OCTAVIO: (Sintiendo una mezcla de miedo y determinación) Está bien, no quería
problemas. (Se acerca cautelosamente al borracho, pero en un rápido movimiento le lanza
una patada en la pierna). ¡Ni siquiera sueñes con que te daré lo que tanto esfuerzo me costó
ganar! (El forcejeo comienza, y el arma brilla peligrosamente mientras cambia de manos una
y otra vez. En un momento de confusión, Octavio apuñala al borracho, quien cae al suelo
entre gemidos y gritos de dolor).
JUEZ: (Con voz firme) Por el crimen de asesinato del soldado Ramírez, este tribunal lo
condena a 10 años de reclusión en prisión.
ELENA: (Sollozando y suplicante) ¡No, por favor, no! ¡Tiene una familia, una esposa, un
hijo!
OCTAVIO: (Agarrando la mano de Elena con determinación) Tranquila, cariño. Afrontaré
las consecuencias de mis acciones y haré todo lo que esté a mi alcance para volver a estar
contigo y con nuestro hijo.
JUAN: (Sus ojos llenos de lágrimas reflejan un torbellino de emociones. Habla con la voz
temblorosa) Papá, no entiendo por qué pasó todo esto...

ESCENA TRES:
JUAN: Ahora que mi padre está en la cárcel, tendré que sostener a la familia. (Sale de su casa
y comienza a buscar trabajo). Qué suerte, aquí hay una carpintería. Veré si el dueño me
acepta para trabajar con él.

CARPINTERO: Joven, veo que tienes una apariencia robusta que podría ser útil para este
trabajo. Mañana, ven a las 7 de la tarde y evaluaré si eres apto. Si haces un buen trabajo, te
quedarás, pero si no, tendrás que marcharte.

JUAN: Muchas gracias, señor. No le fallaré. Mañana estaré puntual a esa hora. (Muestra su
gratitud y felicidad en su rostro). Llega el día siguiente

JUAN: Genial, ya ha amanecido. Ahora iré a trabajar. (Se cambia de ropa, desayuna y se
dirige a la carpintería).

CARPINTERO: Buenos días. Veo que sigues interesado. Ya sabes lo que hacer. Trabaja
hasta las 6 de la tarde y decidiré si te quedas.

JUAN: Buenos días, señor. Entendido. Trabajaré con dedicación. (Comienza a trabajar).

CARPINTERO: Bien, pareces ser un joven trabajador y honesto. Por lo tanto, te quedas con
el trabajo. (Le paga por su labor). Ahora puedes ir a casa.

JUAN: Muchas gracias, señor. Le aseguro que me esforzaré y no se arrepentirá de haberme


contratado. Hasta mañana.

CARPINTERO: Hasta mañana.


ESCENA CUATRO:

Por la televisión anuncian que se está reclutando a mayores de 18 años para que vayan a la
guerra por falta de soldados. Los soldados que están reclutando van casa por casa.
Después de unos días, los soldados llegan a la casa del joven.

SOLDADOS: (Tocan la puerta)

ELENA: Abre la puerta Buenos días.

SOLDADOS: Buenos días. Necesitamos que nos diga cuántos hijos tiene usted.

ELENA: Tengo solo un hijo.


SOLDADOS: ¿Y cuántos años tiene su hijo?

ELENA: Tiene 18 años.

SOLDADOS: Tenemos que hablar con su hijo.

ELENA: Claro, pueden pasar.

JUAN: Buenos días.

SOLDADOS: Buenos días.

SOLDADOS: Necesitamos que vayas a la guerra. La patria te necesita.

JUAN: No, yo no puedo ir a la guerra. Mi madre me necesita; ella está enferma y no tenemos
dinero para pagar sus medicinas.

SOLDADOS: Ayudaremos a tu madre y a tu familia. La patria te necesita.

JUAN: Está bien, voy a ir, pero quiero que mi madre tenga sus medicinas y que no le falte la
comida.

ESCENA CINCO:

NARRADOR: Mientras la familia enfrenta su propia lucha en medio del conflicto, es


esencial comprender el trasfondo que llevó a la guerra que los rodea. En aquel período, un
aumento de tan solo diez centavos en los impuestos se convirtió en una chispa que encendió
las llamas de la discordia en Bolivia. La mayoría de la población, ya sumida en dificultades
económicas, consideró este incremento como una carga insostenible y una injusticia
flagrante.
NARRADOR: La situación se volvió aún más tensa cuando las protestas crecieron en tamaño
y pasión. La respuesta del gobierno no se hizo esperar, llevando a un enfrentamiento entre
manifestantes y fuerzas de seguridad. Lo que comenzó como una lucha por la justicia fiscal
se convirtió en un enfrentamiento ideológico y territorial.

ELENA: No, no, no puedes ir. Es demasiado peligroso ir a esa guerra. (Se pone a llorar)

JUAN: No tengo opción, me llamaron. Además, lo hago por mi país. (Dijo con voz de
decepción)

NARRADOR: La familia se encontraba en una región estratégica cerca del Desierto de


Atacama, lo que añadió un nuevo nivel de complejidad al conflicto. Los chilenos
aprovecharon la inestabilidad y realizaron un ataque en esa área, llevando la guerra a su
hogar.

JUAN: ¡MAMÁ! (Se lanza hacia el soldado que ataca a su madre)

ELENA: Hijo, no te preocupes, estoy bien.

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