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Mm CUENTOS CUENTAS CUENTES RELATOS ARGENTINOS DE GENERO SELECCION, PROLOGO Y NOTAS DE Nora DomfNcuez. BASURA PARA LAS GALLINAS Craupia Prise Se dispone a atar la bolsa de plastico negro. Tita de las puntas para hacer el nudo, Pero resultan cortas, puso demasiado en esa bolsa, ya ni sabe cudnto ni qué metié dentro para Ilenarla, todo lo que encontré dando vueltas por Ja casa. Levanta la bolsa en el aire desde la abercura y la sacude con golpes cor- tos y secos de manera que se comprima el contenido y libere mas espacio para el nudo. La ata dos veces, dos nudos. Comprueba que el lazo haya quedado firme tirando del plastico hacia los costados. El nudo se apricta pero no se deshace. Deja la bolsa a un lado y se lava las manos, Abre la canilla, deja correr el agua mientras carga sus manos con detergente. Cuando era chica, en su casa, no habia detergente, usaban jabén blanco si habia. Ella ahora tiene detergente, se trae del que compran por bidones en el trabajo, lena una botella vacia de gaseosa y la guarda en su mochila. Tampoco habia bolsas de plastico cuando era chica, su abuela metia en un balde todos los restos que podian servir para abonar la tierra o para alimentar a las gallinas y lo que no lo quemaba detrds del alambre, sobre el camino de tierra. Al balde iban las cdscaras de papas, los centros de las manzanas, la lechuga podrida, los tomates pasados de maduros, las céscaras de huevo, la yerba lavada, las tripas de los pollos, su corazén, la grasa. Desde que vive en la ciudad, en cambio, usa bolsas de plastic, belsas del mercado o bolsas compradas es- pecialmente para cargar basura como la que acaba de atar. En una misma bolsa mete todos los restos sin clasificar, porque donde vive ahora no hay gallinas ni tierra que abonar. 172 Cierra la canilla y se seca las manos con un repasador limpio. Mira el reloj despertador que dejé esa tarde sobre la heladera, es hora de sacar la bolsa a la calle para que se la Heve el camién de la basura. Camina por el pasillo angosto que comparten todos los vecines. Colgando de fa mano izquierda leva la bolsa agarrada con fuerza por el nudo; debe dejarla en la vereda apenas unos minutos anves de que pase ef basurero. En la mano derecha lleva el manojo de llaves, que fe pesa casi tanto como ta bolsa. El Havero de metal es un cubo con el logo de la empresa de limpieza para la que trabaja, de la argolla plateada cuelgan las Haves del edificie y de cada una de las cinco oficinas que limpia, las Ilaves de un trabajo anterior a donde ya no va, fas dos llaves de Ja puerta hacia la que camina ahora con Ja bolsa de la basura golpeando contra su pierna mientras avanza, la llave de la puerta de su casa planta baja al fondo, la del sétano donde guarda la bicicleta con la que va a trabajar su marido cuando tiene trabajo, y la de Ja puerta del cuarto de su hija, la que acaba de agregar al Havero después de encerrarla. Cuando Hlega a la puerta de calle manotea el picaporte pero no se abre, deja fa bolsa en el piso, pasa las llaves una a una girando sobre la argolla hasta que da con la correcta. Mere la Ilave y abre la puerta. Primero una y después fa otra; [a segunda Ilave la agregaron después de que entraron la- drones en el departamento “H”. Traba la puerta con un pie mientras carga otra vez la bolsa. En ese corto tramo hasta el arbol donde la dejard para los basureros, la lleva abrazada contra su pecho. Al abrazarla se da cuenta de que la aguja de tejer perford el plastico y saca su punta hacia ella, como si la sefialara. La mira pero no la toca. Gira la bolsa para que la aguja de metal no le apunte. Llega al Arbol apoya la bolsa orra vez en el piso, junto a bolsas que otros dejaron antes. Con el pie presiona la aguja para que se meta dentro, de donde no tuvo que salir. La aguja entra hasta que se topa con algo y en- tonces ella ya no aprieta mds, para que no salga por el otro lado y termine siendo peor. Se queda mirando el orificio que perford la aguja esperando ver salir por él un liquido viscoso, pero ef liquido no sale. Si saliera y al- guien le preguntara, ella diria que es de cualquiera de las otras cosas que tiré dentro para llenar la bolsa. Pero del agujero no sale nada. Juega con las Ilaves mientras espera el camién de la basura. Gira las Haves una a una por la argolla. Es de noche aunque todavia no terminé la tarde, el frio de julio le corta la cara. Se frota los brazos para darse calor. Agita cf Havero como si fuera un sonajero. Ya esta, ya se termina, quisiera entrar otra vez a su casa a ver cémo esté su hija, pero no puede dejar la 173 bolsa ahi sola. Teme que alguicn husmce cn su basura buscando algo que pudiera servirle. © un animal, atrafdo por el olor. Ella sabe que los animales pueden oler cosas que nosotros no olemos; alld donde vivfa con su abuela habia animales, perros, un burro, gallinas; en una época hasta tuvieron un chanche. En la ciudad hay persos. Tiene frio pero no puede inse y dejar que uno de ellos ataque con voracidad la bolsa que acaba de sacar para los basureros. En casa de su abuela habja tres perros. Su abuela también usd una aguja, pero no la bolsa de pldstico sino uno de los dos baldes, Lo que largé su hermana fue al balde de las gallinas. Ella vio a su abuela sacdrselo a su hermana, por eso sabe cémo hacer con su hija: clavar la aguja, esperar, los gritos, los dolores de vientre, la sangre, y después juntar lo que salié en el balde y tirarlo a las gallinas. Ella aprendié viendo asu abuela. Y asi lo hizo hoy, igual que como se acordaba. Solo que esta ver resultar mejor, porque ella ahora sabe qué tiene que hacer si su hija grita de dolor y no deja de largar sangre, sabe dénde Ile- varla, a ella no se le va a motir. En la ciudad es distinto, hay hospitales salitas médicas cerca. Su abuela no sabia qué hacer, no habia lugar al que Hlevar a su hermana. Donde ellos vivian no habfa nada, ni siquiera vecinos. No habia ma- nojos con Hayes que abren y cicrran tantas puertas, No habia bolsas de plastico ni gente que revolvia en lo que dejaban los otros. Pero habia gallinas que se comian la basura. De Quién no, 2018 VIOLETA Maria Moreno La noticia duré lo que suelen durar las noticias: un par'de' dias, con 1a demora de alguna columna de opinién, El Estado habfa indeninizado’a los familiares de Ana Maria del Carmen Pérez, secuestrada én’septiembre de 1976, vista en los centros clandestinos Campo de Mayo y Automoto- res Orletti y luego asesinada, pero les negé la indemnizacién. por el bébé que estaba esperando: la exhumacién del cuerpo, encontrado junto.a otros de detenidos desaparecidos en el cementerio de San Ferhando:en 1989, registré un embarazo a término, La decisién, confirmada por la CAmara en lo Contencioso Administrativo, aparenta no deja abietta una puerta para la equivalencia entre nacidos y no nacidos que puidiera favorecer, en el siempre recurrente pero nunca instalado debate sobre ef aborto; aquellas posturas contrarias a su despenalizacién. El articulo 74 del Cédigo Civil: en el que se afirma que “los derechos de las personas s6lo quedan irrevos cablemente adquiridos si los concebidos nacieran con vida” parece avalar lo dificultoso que resulta hacer de un embrién un sujeto de derecho: Los jueces Guillermo Pablo Galli y Alejandro Juan Uslenghi, con la oposi¢ién de la jueza Marfa Jeanneret de Pérez Cortés, no dejaron de aclarar que res- petaban el derecho a la vida desde la concepcién, pero la'sentencia sorpren- de al no reconacer la especificidad de un caso —no’el vinico+ que exigitia una lectura menos mecénica de la ley y al pie de su letra: No diferencia entre el embrién abortado, el concebido y guardada:en el vientré como futuro hijo y el asesinado por el Estado terrorista. Obviamente, este caso no tiene nada que ver con el de un aborto, pero tratandose de 16 ro nacido. 175.

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