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Capitulo Farji Entre Dichos Cuerpos
Capitulo Farji Entre Dichos Cuerpos
Introducción
E
l presente trabajo aborda la articulación de discursos
que hizo posible la sanción de una ley de Identidad de
Género que garantiza el acceso a la salud integral. A dife-
rencia de leyes similares como la inglesa, la española o la urugua-
ya29, la ley argentina (Ley 26.743) permite que el cambio registral
33 Como indica Silvia Di Segni (2013) la primera versión del DSM fue editada en
1952 en un contexto de posguerra, frente al incremento de casos de “estrés pos-
traumático”. Se trataba de un manual de 130 páginas cuyo objetivo era uniformi-
zar los sistemas de clasificación frente a la gran cantidad de escuelas, corrientes y
sistemas de clasificaciones existentes entre los que se encontraban los utilizados
por la Marina de los Estados Unidos. Tenía una fuerte influencia neurológica y ori-
ginalmente incluía solo tres tipos de trastornos. En su apartado sobre desviaciones
sexuales incluía: homosexualidad, travestismo, pedofilia, fetichismo y sadismo se-
xual (Di Segni, 2013: 174). La primera edición de la Clasificación Internacional de
Enfermedades data de 1893. En su sexta edición, del año 1948, incluyó un capítulo
sobre trastornos mentales y en su octava versión, de 1965, incluyó un apartado de
Desviaciones Sexuales incorporando allí el “Travestismo” y la “Homosexualidad”. La
CIE 9 de 1978 eliminó la homosexualidad como trastorno mental e incluyó el diag-
nóstico de “Transexualismo” al interior del apartado de las “Desviaciones sexuales”.
En el año 1992 se publicó la CIE 10, actualmente vigente. Allí, el “Transexualismo”,
conjuntamente con el “Travestismo no fetichista” y el “Trastorno de la identidad
de género en la infancia”, fueron ubicados dentro de la categoría englobadora de
“Trastorno de la Identidad de Género–TIDG”. El DSM III de 1980 también eliminó la
homosexualidad y creó una nueva categoría, el “Trastorno de la identidad sexual”.
Allí incorporó el diagnostico de “Transexualismo”. En la edición del año 1994 lo re-
emplazó por el de “Trastorno de la identidad de Género” que, conjuntamente con
las Parafilias y las Disfunciones Sexuales conformaron el apartado de “Trastornos
sexuales y de la Identidad de Género” (Di Segni, 2013). En su edición del año 2013,
el DSM 5 reemplazó dichas categorías por la de “Disforia de género”. Esta categoría
cuenta ahora con su propio capítulo y se encuentra separada del de Disfunciones
Sexuales y Parafilias.
34. Sobre este proceso, ver Araujo Russo (2004).
36. Según Judith Butler (2006), tanto una como otra posición buscan generar las
mejores condiciones para el ejercicio de la autonomía, ya que “aquellos que desean
mantener la diagnosis creen que esta les ayuda a conseguir sus objetivos y, en este
sentido, a hacer realidad su autonomía. Y aquellos que quieren deshacerse de la
diagnosis quieren hacerlo porque piensan que se puede crear un mundo en el cual
se les considere y trate de formas no patológicas y que, por lo tanto, puedan así
mejorar de forma considerable su autonomía” (2006: 116).
37 Según la página oficial de la campaña, en el evento del año 2013 “se organizaron
más de 100 acciones por la despatologización trans en 48 ciudades de diferentes
regiones del mundo”. Ver http://www.stp2012.info/old/es/noticias
38 Ver http: //www.dsm5.org/Documents/Gender%20Dysphoria%20Fact%20
Sheet.pdf
39 Como antecedente a dichas modificaciones, los Standards of Care for Gender
Identity Disorders (SOC), protocolos de diagnóstico y tratamiento editado por la
World Professional Association for Transgender Health (WPATH), en su 7° versión
del año 2011 introdujeron modificaciones en las categorías diagnósticas y trata-
mientos. Allí se diferenció la “variabilidad de género” o “no conformidad de gé-
nero” respecto de la “disforia de género”. Esta última categoría refería a la “in-
comodidad o malestar causado por la discrepancia entre la identidad de género
y el sexo asignado a la persona al nacer (y el papel de género asociado y/o las
características sexuales primarias y secundarias)” (WPATH, 2011: 5). Con respecto
a los tratamientos, establece que “las identidades y expresiones de género son di-
versas, y las hormonas y cirugías son solo dos de las muchas opciones disponibles
para ayudar a que las personas logren sentirse confortables consigo mismas y su
identidad” (WPATH, 2011: 5).
40 Ver http: //www.who.int/classifications/icd/revision/2015_11_ICD11_
Newsletter.pdf
50 Entre los años 2010 y 2011 las organizaciones elaboraron y presentaron sus
propios proyectos de Ley. La Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros
de Argentina a través de la Diputada del Frente Para La Victoria Juliana Di Tulio
presentó un proyecto que regulaba el cambio de nombre y sexo registral esta-
bleciendo como único requisito la presentación de una declaración jurada por la
persona solicitante (Expediente N° 7644-D-2010). La misma organización presentó
en paralelo un Proyecto de “Régimen de atención sanitaria para la reasignación
del sexo” (Expediente N° 7643-D-2010) en el que disponía la legalización y cober-
tura de las intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales y eliminaba el
requisito de la autorización judicial previamente vigente. El Frente Nacional por
la Ley de Identidad de Género presentó, a través de la diputada Diana Conti del
Frente Para la Victoria un proyecto que incluía ambos aspectos en un único proyec-
to (Expediente N° 8126-D-2010). Posteriormente todas las organizaciones se incli-
naron por demandar una ley unificada que contemplara tanto el cambio registral
como el acceso a los tratamientos médicos.
Reflexiones finales
51 Vaya este capítulo a modo de homenaje a Claudia Pía Baudracco, Amancay Diana
Sacayán y Lohana Berkins por su histórica lucha por los derechos de la comunidad
travesti, transexual y transgénero de Argentina.