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Alberto Fujimori

Masacre de Barrios Altos


La noche del 3 de noviembre de 1991 se llevaba a cabo una pollada en el primer piso del inmueble
ubicado en el Jirón Huanta N.º 840 para conseguir fondos para reparar ese edificio.
Aproximadamente, a las 11:30, seis individuos armados y encapuchados entraron al edificio luego
de bajar de dos vehículos.
Los atacantes cubrieron sus rostros con pasamontañas y ordenaron a los asistentes de la reunión a
tenderse en el piso, donde les dispararon indiscriminadamente por cerca de dos minutos, matando
a 16 de ellos incluyendo a un niño de 9 años, e hiriendo seriamente a otras cuatro personas, uno de
los cuales quedó permanentemente paralítico. Luego, los atacantes salieron en dos vehículos.
Durante la investigación, la policía encontró 111 casquillos y 33 balas del mismo calibre en la
escena del crimen. Las investigaciones judiciales y los reportajes de la prensa revelaron que los
sujetos envueltos en el crimen trabajaban para la inteligencia militar; habían sido miembros del
Grupo Colina que era ya conocido por perpetrar un programa anti-terrorista por órdenes del
gobierno de Alberto Fujimori. Se verificó luego que los atacantes buscaban atacar una reunión de
subversivos senderistas que en realidad tuvo lugar en el segundo piso del inmueble (mientras que
la pollada y el ataque se llevaba a cabo en el primer piso).
Masacre de Santa[editar]
Artículo principal: Masacre de Santa

La Masacre de Santa fue una masacre de campesinos llevada a cabo el 2 de mayo de 1992 por el
Grupo Colina en la provincia de Santa en el departamento de Áncash, en la sierra de Perú, en el
marco del conflicto armado interno que tuvo lugar entre 1980 y 2000. Carlos Alberto Barrientos
Velásquez, Roberto Barrientos Velásquez, Denis Atilio Castillo Chávez, Federico Coquis Velásquez,
Gilmer Ramiro León Velásquez, Pedro Pablo López Gonzáles, Jesús Manfredo Noriega Ríos,
Carlos Martín Tarazona More y Jorge Luis Tarazona More murieron en la masacre. Tras llevar a
cabo la masacre, miembros del Grupo Colina, un escuadrón de la muerte que operaba fuera del
Ejército peruano, pintaron grafitis pro-senderistas, como parte de una operación de bandera falsa.
En la actualidad, todos los miembros del Grupo Colina se encuentran encarcelados.
Atentado en Tarata[editar]
Artículo principal: Atentado en Miraflores de 1992

El atentado en Miraflores de 1992 consistió en la explosión de un coche bomba en la cuadra 2 de la


calle Tarata, en pleno centro del mencionado distrito de Lima, realizada el 16 de julio de 1992 por el
grupo terrorista Sendero Luminoso. La explosión fue parte de una campaña mayor de atentados en
la ciudad de Lima durante la época del terrorismo.
El lugar donde ocurrió el hecho es una zona comercial dentro de un distrito de clase media (algunos
sectores media-alta) de Lima. Dos vehículos, cada uno equipado con una tonelada de explosivos,
explotaron en la mencionada calle a las 9:15 p.m., matando a 25 e hiriendo a unas 200 personas.
La onda expansiva destruyó o dañó 183 casas, 400 negocios y 63 automóviles estacionados. El
atentado fue el comienzo de una serie de ataques senderistas contra el Estado peruano de una
semana de duración, que en total causaron 40 muertes y tuvieron en zozobra a la capital.
Masacre de La Cantuta[editar]
Artículo principal: Masacre de La Cantuta
Tuvo lugar en Lima el 18 de julio de 1992. En La masacre de La Cantuta el profesor decano de la
facultad de biología Hugo Muñoz Sánchez y nueve estudiantes de la limeña Universidad Nacional
de Educación Enrique Guzmán y Valle (conocida como La Cantuta debido al nombre de la zona
donde se encuentra) fueron secuestrados y desaparecidos por una escuadra paramilitar (Grupo
Colina), pertenecientes al Ejército Peruano aduciendo que eran Terroristas.

ALAN GARCIA
Terrorismo[editar]
Otro tema que sacudió el gobierno de García fue la actividad terrorista que se inició durante el
anterior gobierno de Fernando Belaúnde Terry pero que alcanzó los picos más altos de violencia en
los años de 1986 y 1988. Dentro de este contexto se produjo el caso de la matanza de terroristas
amotinados en los distintos centros penitenciarios de Lima el 19 de junio de 1986 (Matanza de las
prisiones).
Durante el gobierno de Alan García, junto a la violencia subversiva, que costó miles de vidas, se
realizaron actos de represión militar, como la de la matanza de las prisiones y la masacre de
decenas de campesinos en el pueblo ayacuchano de Cayara en 1988. Aunque inicialmente García
mostró interés en frenar las violaciones a los derechos humanos, tras la matanza de los penales,
permitió que continuase la violencia contrasubversiva de las fuerzas armadas y se formaron
escuadrones de la muerte (Comando Rodrigo Franco), los que amedrentaron a sospechosos de
terrorismo y a críticos de la política antiterrorista.
A partir de 1988 y 1989 los grupos terroristas intensificaron su ola de atentados en Lima y varias
otras ciudades frente a la impotencia gubernamental.
La controversia se volvió a dar cuando a menos de veinte días de la transferencia al nuevo
gobierno, Víctor Polay, «Comandante Rolando» y 47 militantes del Movimiento Revolucionario
Túpac Amaru (MRTA) lograron fugar del penal de «máxima seguridad» Miguel Castro Castro a
través de un túnel de 330 metros construido desde fuera del penal. La construcción no contaba con
conexiones de agua ni desagüe, instalaciones de servicios de alumbrado y tampoco un respiradero
que facilitaría el trabajo operativo.
Más allá del hecho mismo, la repercusión obtenida por el MRTA, a nivel nacional e internacional,
constituyó un duro cuestionamiento no solo a la estrategia antisubversiva del gobierno, sino también
a la capacidad operativa de las autoridades policiales y penales.

Fernando Belaúnde Terry

Sendero Luminoso y la crisis de fin de gobierno[editar]


Durante los tres últimos años de su gobierno, el país afrontó diversas crisis. Entre 1982 y 1983 se
desató el Fenómeno del Niño, que golpeó fuertemente a la costa norte de Perú, lo cual repercutió
fuertemente en diversas actividades productivas, así como en la infraestructura, lo que produjo un
retroceso en la economía. A partir de 1983, la caída de los precios de los metales desencadenó una
preocupante crisis económica, que se evidenció con las dificultades para el pago de la deuda
externa, un fuerte aumento de la inflación y la devaluación del sol.
Otro incidente de gravedad ocurrido en su gobierno fue la debelación del motín del penal El Sexto,
reclusorio ubicado en el centro de Lima. En la mañana del martes 27 de marzo de 1984 un grupo de
60 reclusos tomó como rehenes a varias personas que visitaban el penal para entregar donaciones
que ayudarían a paliar las duras condiciones carcelarias del viejo recinto, reclamando el fin de los
abusos, mejor alimentación y vehículos para salir del penal. Entre los rehenes se encontraba la
esposa del Embajador de Venezuela. Enterado de estos hechos, el presidente quien ordenó las
negociaciones para poner fin al problema; sin embargo, los reclusos se mantuvieron inflexibles y
acrecentaron su violencia, asesinando frente a las cámaras de televisión a dos de los rehenes.
Por la noche el motín fue debelado por un grupo especial de la Guardia Republicana (hoy disuelta)
que ultimó a 22 internos, hirió a 40 y dispersó al resto. Este hecho fue el más violento de ese año,
incluso el Ministro del Interior de aquella época no dudó en declarar que el motín tuvo una
inspiración directa de Sendero Luminoso, debido a que varios de sus integrantes estaban recluidos
en el viejo penal, el mismo que fue desalojado y clausurado al año siguiente.
Sin embargo, el problema más grave que debió enfrentar el gobierno de Fernando Belaúnde fue el
accionar de la organización terrorista maoísta Sendero Luminoso, dirigida por Abimael Guzmán.
Este grupo declaró la guerra al Estado peruano en el departamento de Ayacucho en mayo de 1980.
A partir de 1983, Sendero Luminoso intensificó su campaña, imponiendo un terrorífico régimen de
violencia extrema en el sur andino y asesinando indiscriminadamente a miles de campesinos,
profesionales, comerciantes y autoridades locales, miles de sus militantes fueron asesinados
salvajemente por Sendero Luminoso.
Los hechos más graves sucedidos en este tiempo fue la masacre de Uchuraccay (26 de enero de
1983) donde ocho periodistas fueron asesinados por los moradores de dicho distrito andino al
confundirlos con militantes de Sendero; y la masacre de Putis, donde cerca de doscientos civiles
fueron masacrados por una unidad del ejército al ser confundidos también con militantes de
Sendero y enterrados en un conjunto de fosas comunes clandestinas. La reacción del presidente
ante estos graves sucesos; sin embargo, fue secreta, dubitativa y en ocasiones dudosa.
Ante la escalada terrorista, se declaró el Estado de Emergencia y se envió a las Fuerzas armadas y
las Fuerzas Policiales a combatir a los extremistas. La libertad de expresión devino en libertinaje por
los medios de comunicación de la época, que destacaban con grandes titulares las acciones de los
«narcoterroristas» término que con el que se reveló el pacto existente entre el narcotráfico y las
huestes terroristas de Guzmán Reynoso; en el Parlamento, la oposición pedía más energía a
Belaúnde, quien siempre prefirió el camino constitucional.

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