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Antecedentes

El segundo y último gobierno no consecutivo de Fernando Belaúnde Terry, empezó el 28 de julio de 1980 y culminó
el 28 de julio de 1985.

La aparición de Sendero Luminoso[editar]

En 1980 empezaron las actividades armadas del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso. Para comprender los
orígenes del mismo es necesario explicar las diferentes divisiones que sufrieron las agrupaciones comunistas
peruanas durante ese periodo.

En 1964, el Partido Comunista se dividió en Partido Comunista del Perú-Patria Roja (PCP-PR) y Partido Comunista del
Perú- Bandera Roja (PCP-BR) ambos de ideología maoísta. La diferencia se debía fundamentalmente a que el PCP-
Patria Roja entró a la legalidad y el PCP-Bandera Roja aprobó el uso de la violencia para fines políticos. En 1970, el
PCP-BR sufrió otra escisión debido a diferencias entre Saturnino Paredes y Abimael Guzmán. Paredes estaba
«preocupado en la construcción de gremios campesinos» y Guzmán consideraba de mayor importancia «la
reafirmación de una ideología y la definición de una línea política general».21 Este acontecimiento, generó el
surgimiento del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), encabezado por Guzmán.

Como podemos ver, Sendero Luminoso ya existía desde la época del gobierno militar de los ‘70. Esperaron la ocasión
propicia para iniciar lo que llamaban la “lucha armada” o “guerra popular” y esa fue el retorno a la democracia. Un
día antes de las elecciones, en la localidad ayacuchana de Chuschi, un grupo armado de cinco encapuchados
irrumpió en el local donde se guardaban las ánforas para las elecciones nacionales y quemaron las ánforas y el libro
de registro electoral. El ataque fue considerado por Sendero Luminoso como el inicio de su guerra popular (17 de
mayo de 1980).22

La respuesta del gobierno ante el creciente accionar de Sendero Luminoso fue lenta. Para algunos voceros del
gobierno se trataba solo de abigeos (ladrones de ganado) o de personas insanas que necesitaban de tratamiento
psiquiátrico.23 Por lo demás, en un contexto de regreso a la democracia tras los doce años de gobierno de las Fuerzas
Armadas, donde las tareas de mayor urgencia era la activación económica y apaciguar el descontento social, se
pensaba que la vía revolucionaria había desaparecido de la política peruana debido a la participación mayoritaria de
la izquierda en los últimos comicios.

La primera acción concreta por parte del gobierno se realizó en febrero de 1981, cuando se promulgó el decreto
legislativo antiterrorista 046, el cual establecía responder «legalmente a los ataques del PCP-SL y en el cual se
tipificaba el delito de terrorismo».3

El 3 de marzo de 1982 los senderistas asaltaron la cárcel de la ciudad de Ayacucho, para liberar a sus correligionarios
presos, acción que fue planeada por el mismo Abimael Guzmán desde Lima, y en la que murieron dos guardias
civiles. Este hecho, que fue muy resonante, originó la represalia de un grupo de policías, que mataron a cuatro
prisioneros senderistas que se hallaban internados en un hospital público.24

La policía, que debía enfrentar tan inesperada amenaza, evidentemente no estaba preparada para responsabilidad
de tal magnitud. Fue entonces cuando el gobierno decidió encomendar a las Fuerzas Armadas el restablecimiento y
mantenimiento del orden en las regiones afectadas.25

El 27 de diciembre de 1982, el presidente dio un ultimátum al PCP-SL para que entregara las armas antes de la
intervención de las Fuerzas Armadas. Finalmente, el 29 de diciembre de 1982 se dio el decreto supremo que declaró
en estado de emergencia las provincias de Huanta, La Mar, Cangallo, Víctor Fajardo y Huamanga en Ayacucho;
Andahuaylas en Apurímac y Angaraes en Huancavelica, asumiendo las Fuerzas Armadas el control del orden
interno.26

Nunca se diseñó una estrategia tendiente a combatir a la subversión, sino simplemente se declaró el Estado de
Emergencia y se envió a las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales a combatir a los alzados en armas. Este hecho
agravó mucho el conflicto, pues los uniformados, en la práctica sin control civil, se entregaron a una brutal campaña
represiva que costó miles de vidas, las que se sumaron a las víctimas, más numerosas, de Sendero Luminoso. El
historiador Héctor López Martínez, que por entonces era viceministro del Interior, dice al respecto: «Sería absurdo
negar que hubo excesos aislados de parte de las fuerzas del orden, pero en el gobierno del presidente Belaúnde no
hubo ninguna directiva que diera luz verde a la llamada “guerra sucia”, es decir, a que se procediera sin ningún
miramiento y sin tomar en cuenta el costo social que, por desgracia, terminó siendo muy alto.»27

Fue precisamente a partir de 1983, cuando Sendero Luminoso, en respuesta a la represión militar, intensificó su
campaña, imponiendo un terrorífico régimen de violencia extrema en el sur andino y asesinando
indiscriminadamente a miles de campesinos, profesionales, comerciantes y autoridades locales.

Los hechos más graves sucedidos en este tiempo fueron:

 La masacre de Uchuraccay donde ocho periodistas y un guía del lugar, fueron asesinados por los moradores
de dicho distrito andino al confundirlos con militantes de Sendero Luminoso.

 La masacre de Huancasancos y Lucanamarca, perpetrada en abril de 1983 por los senderistas sobre las
poblaciones campesinas de dichos lugares, porque estas se negaron a darles apoyo.28 Fue la primera de una
serie de masacres que los senderistas cometieron sobre poblaciones humildes de los Andes, a lo largo de su
“guerra popular”. Una de ellas fue la masacre de Soras, donde fueron asesinados más de un centenar de
campesinos.29

 La matanza sistemática ocurrida en el cuartel Los Cabitos de Huamanga, entre 1983 y 1985, perpetrada por
los militares. Investigaciones posteriores hallaron las osamentas pertenecientes a 136 individuos, que
habrían sido detenidos por ser supuestamente miembros o colaboradores del senderismo.30

 La masacre de Putis, ocurrida en diciembre de 1984, donde más de cien civiles fueron masacrados por una
unidad del ejército al ser confundidos con militantes de Sendero Luminoso,siendo enterrados en un
conjunto de fosas comunes clandestinas.31

Belaúnde parecía tener presente lo ocurrido en su primer gobierno, cuando surgieron las guerrillas del MIR, que las
Fuerzas Armadas liquidaron rápidamente. Pero ocurría que Sendero Luminoso era algo distinto a una guerrilla: era
un grupo armado que aplicaba la táctica de la guerra sucia, esto es, la de emboscar y matar de manera sorpresiva,
para luego esconderse. A diferencia de una guerrilla, rehuía a un enfrentamiento abierto con las fuerzas armadas.
Como se comprobaría en los años 1990, el punto clave era capturar a la cúpula senderista, pero Belaúnde dejó
escapar, en más de una ocasión, la gran oportunidad de atrapar a Abimael Guzmán. Este fue ubicado en Lima, en
1982, tal como lo cuenta el periodista Gustavo Gorriti. Muchos creían que el líder senderista estaba en las serranías,
dirigiendo la lucha armada; sin embargo, como después se comprobó, siempre estuvo en la capital peruana, viviendo
en barrios residenciales. Fue en ese año de 1982 cuando los servicios de inteligencia lo ubicaron en la casa de su
suegro en la avenida Pershing, en San Felipe; de acuerdo a los informes, se hallaba presumiblemente muy enfermo.
Informado Belaúnde, no pareció dar mayor importancia al asunto (en esos momentos se hallaba afanado en
coordinar con el embajador estadounidense un plan de paz para evitar la guerra de Las Malvinas) e increíblemente
prohibió que se capturara a Guzmán en esas condiciones, por considerar que, en caso de que falleciera, fuera
considerado mártir por sus seguidores y que su gobierno quedara como «asesino» ante la comunidad internacional.
Al margen de cualquier excusa, es sin embargo notorio que Belaúnde dejara escapar una magnífica ocasión que
hubiese determinado el fin de la lucha antiterrorista.32

Hay que destacar también el papel de primerísimo orden que tuvo la esposa del líder senderista, Augusta La Torre,
alias camarada Norah, que formó dos organismos importantes para el accionar terrorista: la despiadada Milicia
femenina y Socorro Popular; ella fue quien encabezó los arrasamientos de haciendas y poblados, y dirigió los
asesinatos selectivos y los coches bomba.33

Las reiteradas violaciones de los derechos humanos en las regiones del conflicto, los crímenes y abusos no
divulgados de efectivos militares y policiales peruanos, así como los de Sendero Luminoso, convirtieron al gobierno
de Fernando Belaúnde en uno de los más violentos de la historia de Perú.

La aparición del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru[editar]

En 1982, facciones del Movimiento de Izquierda Revolucionaria y el Partido Socialista Revolucionario formaron el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), cuya organización postulaba por la necesidad de reanudar la
lucha armada en el Perú, uno de sus cabecillas era Víctor Polay Campos. Inspirado en la victoria del FSLN en
Nicaragua en 1979 y el creciente auge de la lucha armada interna en Colombia, sus acciones se iniciaron el 31 de
mayo de 1982 a partir de un robo de un banco en La Victoria. Se fueron expandiendo por todo el país, pero siempre
serían vistos como una amenaza secundaria a comparación de Sendero Luminoso.

2.6. LA MASACRE DE LUCANAMARCA (1983)

La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) ha podido determinar que desde las primeras horas del domingo 3
de abril de 1983, aproximadamente sesenta miembros del Partido Comunista del Perú- Sendero Luminoso, armados
con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego, iniciaron un ataque a lo largo de un trayecto que comprendió las
zonas de Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz, culminando en el pueblo de Lucanamarca, todas ellas
pertenecientes al distrito de Santiago de Lucanamarca, provincia de Huancasancos, Ayacucho. Como consecuencia
de la demencial incursión senderista, sesenta y nueve campesinos fueron brutalmente asesinados.

1 Contexto El distrito de Santiago de Lucanamarca, se encuentra ubicado en la provincia de Huancasancos,


departamento de Ayacucho, aproximadamente a diez horas de la ciudad de Huamanga. Está conformado por los
anexos de San José de Huarcaya, San Antonio de Julo, Santa Rosa de Ccocha, La Merced de Tío, Asunción de Erpa y
San Martín de Tiopampa y tiene una población aproximada de 2,529 habitantes.

La provincia de Huancasancos, fue probablemente una de las más convulsionadas por la subversión durante los
primeros años de la década de los ochenta. El periodo de violencia tendría mayor intensidad durante los años 1982 a
1984, favorecido por los conflictos intra comunales y de grupos de poder existentes antes de la presencia de Sendero
Luminoso, así como por la notoria ausencia de protección del Estado ante las incursiones subversivas. En
Lucanamarca no existía autoridad policial ni militar (la comisaría de Huancasancos se habría limitado a intervenir en
delitos menores). Recién en marzo de 1983 se instaló en esa ciudad una base de la Policía antisubversiva –los
conocidos como “Sinchis”-. Estos factores favorecieron en gran medida el desarrollo de Sendero Luminoso en la
zona.

Esta organización subversiva hizo su ingresó a Huancasancos en los años setenta y realizó un trabajo de proselitismo
a través del colegio “Los Andes” ubicado en la capital de la provincia. Sendero Luminoso encontró en los profesores
formados en la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga, un vínculo importante para llegar al campo. Varios
de los profesores que llegaron al Colegio Los Andes eran oriundos de esta provincia, que estudiaron en Huamanga y
regresaron con la misión de formar a los jóvenes de la comunidad. Es el caso de Juan López Liceras (c)“Víctor”, quien
es señalado por los pobladores de la zona como el principal líder de Sendero Luminoso en Huancasancos.

Posteriormente, sería asesinado por los propios comuneros de Sancos. Sendero Luminoso ingresó oficialmente en
Lucanamarca en 1982 con la llegada de los camaradas “Omar” y “Carla”, quienes realizaron una asamblea con la
comunidad en la cual nombraron a los hermanos Olegario, Nicanor y Gilber Curitomay como mandos senderistas
locales.

Algunos sectores de la población de Huancasancos habían apoyado inicialmente a Sendero Luminoso. Sin embargo, a
medida que la presencia de los subversivos dio lugar a una serie de abusos contra la población, la propia comunidad
se organizó para hacerles frente. Esto trajo como consecuencia que se produjeran diversos hechos sangrientos que
finalmente desencadenarían en la matanza del 3 de abril de 1983 en Lucanamarca.

El más importante de estos acontecimientos, en relación con la posterior matanza, se produjo el 22 de marzo de
1983, cuando un grupo de pobladores de Lucanamarca se dirigió hacia las alturas donde se encontraba escondido
Olegario Curitomay, quien fue capturado y conducido hasta la plaza de armas. En este lugar, los pobladores reunidos
lo golpearon con piedras y hachas, le prendieron fuego y, finalmente, le dieron muerte con un disparo de arma de
fuego.5 Para la mayoría de los testigos, la muerte de Olegario Curitomay, originó la venganza de Sendero Luminoso
contra la población de Lucanamarca

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