SENTIDO COMÚN, # 7,
SEPTIEMBRE 2007
Contra el juicio suspendido y el alma dormida
http://www.esnips.com/web/adelante
1. EDITORIAL
Difı́cilmente se insistirá lo suficiente en la impor-
tancia capital que para el futuro de España tiene
la batalla contra el proyecto totalitario del partido
socialista. Este afán tiene varios frentes, y uno de
ellos es el de la Educación. Desde siempre, los
tiranos han tenido un hueco en su regazo para
los niños. Les hemos visto sonreir, enternecerse
con ellos. Sobre el pueblo, estos gestos atávicos
de protección y cariño tienen un efecto hipnótico
innegable.
En España, los compañeros de viaje de terroristas
y neofascistas periféricos tienen a su favor una
infiltración de décadas en el sistema público de
enseñanza. Hasta el punto de haber creado un
lenguaje especı́fico que recrea el mundo de las
aulas a hechura orwelliana, donde el recreo ya
no es tal, sino un segmento vertical de ocio y las
pizarras se han convertido en espacios pedagógicos
verticales.
Hasta tal punto se han deformado el método y
los contenidos que se enseñan que los institutos
se han degradado a colegios, las universidades a
institutos, muchas tesis doctorales no alcanzan el
nivel de las antiguas tesinas y, en fin, un tı́tulo
universitario es cada vez más garantı́a de nada.
Y es en este ambiente de rebaja, de fiesta perpe-
tua, de depresión profunda de los niveles académi-
cos, que el gobierno cómplice como decimos de los
fascismos periféricos ha dado el paso para imponer
su ((ética)) a nuestros hijos.
¿Habrá que recordar que quienes han practicado
el terrorismo de Estado carecen de legitimidad
alguna para enseñar ética? ¿Habrá que recordar
que el partido socialista colabora con gobiernos
regionales de corte racista? ¿Habrá que recordar
su inclinación hacia dictaduras sudamericanas y
teocracias islámicas? ¿Habrá que recordar que no
pueden predicar tolerancia los que se autopro-
claman herederos de aquel Frente Popular que
condujo, ya en pleno siglo XX, la mayor masacre
de cristianos desde tiempos del imperio romano?
Y sin embargo, no es esta la cuestión. La cuestión
es la Libertad, no el contenido de una asignatura
como EpC. La cuestión es que, mal que le pese a
un gobierno que pasa sin despeinarse de un lado a
otro de la frontera de la Ley, la Ley sigue vigente.
Y la Ley reserva a los padres la educación moral
de sus hijos. Ni más ni menos. Y esto es ası́ porque
la Libertad exige para cada uno la inviolabilidad
del reducto ı́ntimo de la conciencia, y cualquier
transgresión de ese reducto será una transgresión
violenta.
Nada nuevo para un partido adherido a la violen-
cia desde su misma fundación. Lo que sı́ deberı́a
ser nuevo serı́a la reacción popular inequı́voca en
defensa de ese reducto de la conciencia, que no
puede ser hoyado por semi-analfabetos encorba-
tados que se encaramaron al poder sobre una
montaña de chatarra ensangrentada.
Se dice a menudo, y conviene repetirlo, que en
las sociedades libres los ciudadanos determinan
cómo es el gobierno. En las tiranı́as por contra
es el gobierno quien determina cómo han de ser
los ciudadanos. Es el momento de elegir entre
libertad y tiranı́a. Es preciso ser conscientes de
la trascendencia del momento que vivimos.
2. LA CULTURA EUROPEA Y EL
NIHILISMO BANAL, O LA UNIDAD
DE MITO, CULTO Y ÉTICA
Robert Spaemann
http://www.arvo.net
Con motivo de la renovada importancia que en los
últimos meses se está dando a la recuperación del
rito tradicional católico traemos fragmentos de un
antiguo y excelente artı́culo del filósofo cristiano
alemán Robert Spaemann, recomendando encare-
cidamente la lectura completa del mismo, que se
encuentra en http://www.arvo.net
La naturaleza del hombre, su humanidad, no
es algo meramente natural; podrı́a decirse que
no brota espontáneamente ((de la naturaleza)),
o de sı́ misma. Como decimos en alemán, los
hombres tienen que ((dirigir su vida)). Ser hombre
significa dar forma, conformar la propia vida.
Esto se consigue solamente cuando la vida posee
un contenido que sobrepasa la conservación de
sı́ misma y la reproducción de la especie. Un
contenido que supera al propio hombre. El hombre
es un ser que se autotrasciende. Necesita algo por
lo que merezca la pena vivir. El corazón vuelto
hacia sı́ mismo, del que habla San Agustı́n (cor
curvatum in se ipsum) ya no es humano en un
sentido propio. Pues bien, lo que denominamos
cultura es la caracterización de la vida de una
comunidad por medio de tales contenidos que la
estructuran y le dan un sentido.
Nietzsche pensó en la muerte de Dios e ideó la
noción del superhombre para llenar el vacı́o que
aquélla dejó, como equivalente funcional de la idea
de Dios. Como ha ocurrido con todas las utopı́as
de la época moderna, la utopı́a del superhombre
constituı́a el sucedáneo de la religión. Las utopı́as
debı́an buscar en un mundo futuro lo que los hom-
bres habı́an proyectado en el cielo hasta entonces,
tal como preconizaban Feuerbach y Marx. El sen-
tido de la actuación humana deberı́a satisfacerse
finalmente en un futuro terreno de la humanidad.
El hombre no es digno de respeto ((en su estado
actual)), según Marx; sólo el hombre del futuro
lo será. Pero, ¿acaso ha de ser mejor el hombre
tan sólo porque esté mejor? El futuro serı́a el opio
del pueblo. Las utopı́as proyectan arbitrariamente
en un futuro terreno indeterminado tan sólo un
pálido reflejo de aquello que para el hombre cre-
yente es presencia viva. Dios es presencia viviente.
Y el futuro mundo de Dios proyecta su potente
luz sobre la vida cotidiana del hombre en los
tiempos cristianos, no sólo en Navidad y Pascua,
ası́ como tampoco únicamente en los domingos, si
bien mucho más en esos dı́as.
Ese resplandor debı́a penetrar suficientemente la
cotidianeidad humana, arrancándola de la banali-
dad. Incluso hacı́a de la pobreza una ((pobreza más
noble)), en palabras que empleó Juan XXIII para
referirse a su infancia. La presencia del mundo
divino en el humano asimismo significa que el tra-
bajo, que todo lo que se hace de bueno y de bello,
se justifica no sólo por sus ulteriores resultados,
sino que tiene ya, aquı́ y ahora, un sentido, toda
vez que ((está realizado en Dios)), tal como se dice
en la Biblia. Mas tanto la fiesta como el trabajo
constituyen elementos de la cultura humana, en la
que lo festivo, por cierto, tiene preeminencia. Las
fiestas recordaban siempre el sentido presente del
todo.
Entre tanto, la utopı́a ha muerto. Más muerta
de lo que estaba ya Dios. Se ha demostrado que
la organización de la sociedad al servicio de la
utopı́a, más que favorecer dificulta las mejoras
materiales. Pero, ¿qué queda si el sucedáneo de
la religión se demuestra ilusorio? Naturalmente,
esta cuestión insinúa la vuelta desde el sucedáneo
hasta el original. Ahora bien, volver a Dios nunca
sucede de manera automática. Esta es siempre la
consecuencia de un ponerse en marcha cada hom-
bre. Para ese viaje siempre hay una alternativa.
¿Cómo se ve hoy esa alternativa? En lugar de la
utopı́a como sucedáneo de la religión, hoy irrumpe
una antiutopı́a radical que rechaza el pensamiento
de la trascendencia del hombre. Un prestigioso
filósofo americano del momento, Richard Rorty,
ha descrito recientemente esa antiutopı́a. Se trata
del retrato robot de una sociedad liberal en la
que han desaparecido las pretensiones de carácter
absoluto, tanto en el terreno cognitivo como en
el ético y religioso, y en la que ((nada se consi-
dera más real que el placer y el dolor)). En los
asuntos humanos toda gravedad es ilusoria. Ya
nada hemos de tomarnos en serio. La ironı́a es
el logro más relevante de la cultura. Por lo demás,
lo que queremos es sentirnos bien, eso es todo.
En lugar del nihilismo heroico, irrumpe lo que
quisiera denominar aquı́ ((nihilismo banal)).
El último hombre de Nietzsche: la encarnación
del nihilismo banal. A esto hoy se le llama
((liberalismo)), y este liberalismo tiene dispuesto
un vocablo intimidatorio para todo aquello que no
se le somete: ((fundamentalismo)). Un fundamenta-
lista, en este sentido, es todo aquel que toma en se-
rio algo que le parece no estar completamente a su
disposición. Para el liberalismo banal, la libertad
es multiplicar las posibilidades de opción, pero sin
admitir que una de ellas valga realmente la pena
de manera que obligue a renunciar a las demás. El
Evangelio, en cambio, habla de una opción de este
tipo: el tesoro escondido en el campo, o la perla
preciosa, por la que quien la encuentra vende todo
lo demás.
Ese tesoro fue el que nutrió la cultura europea.
Quienes para obtenerlo vendieron todo lo que
tenı́an fueron los santos. De todos modos, la Euro-
pa cristiana no se componı́a predominantemente
de santos. Más bien al contrario. Sin embargo,
mientras existió esa Europa cristiana no habı́a
duda de que los santos habı́an escogido la mejor
parte. Ellos eran quienes al fin y al cabo mejor
representaban los parámetros de valor vigentes.
Al perder ese tesoro, a Europa sólo le queda el
nihilismo banal, es decir, el final de toda cultura
que merezca ese nombre.
No obstante, si estuviera previsto en el plan de
Dios que la Iglesia vuelva a constituir en Europa
una fuerza cultural determinante, sólo entonces
se harı́a visible como refugio de quienes huyen de
la banalidad, como la auténtica alternativa, como
lo realmente otro que la civilización banal, esto
es, como la Iglesia de los Santos. La renovación
cristiana de Europa no saldrá de simposios ni
de congresos, ni siquiera de oficinas de planifica-
ción, academias católicas o facultades de teologı́a,
ni tampoco de instituciones de carácter socio-
pedagógico, que ya desde hace bastante tiempo
carecen de suficientes cristianos creyentes para
poder trabajar con auténtico espı́ritu cristiano.
Una Iglesia adaptada al espı́ritu de los tiempos
interesará cada vez menos en el futuro. Los mo-
mentos de mayor auge cristiano siempre han ido
precedidos de perı́odos de repliegue, de tomar
distancia y de volver al discernimiento. Sin el
repliegue de San Benito en la soledad de Subı́aco
no se habrı́a convertido este santo en el patrón
de Europa. La renovación católica que produjo, a
comienzos del siglo XX, el retorno masivo a la Igle-
sia de intelectuales y artistas, no fue resultado del
catolicismo ilustrado del siglo XVIII; fue más bien
consecuencia del Syllabus de Pı́o IX, que desafió al
liberalismo religioso del siglo XIX que pretendı́a
arrojar temporalmente a la Iglesia en una especie
de guetto. En cualquier caso, el destierro temporal
en el llamado guetto es patentemente un punto de
partida menos inoportuno para la evangelización
que el acomodo al espı́ritu de los tiempos, actitud
en la que la sal se va volviendo insı́pida.
Si la presencia de lo divino en la sociedad represen-
ta el núcleo central de toda cultura auténtica, en
ese caso el servicio cultural de la Iglesia en Europa
consistirá, en primer término y antes que nada,
en exponer dicha presencia. Que la Iglesia tenga
para la cultura europea un significado decisivo
dependerá entonces de que sea ella misma por
entero, y de que tanto en la doctrina como en
el culto y en la ética conserve su identidad, o la
recupere. Esta presencia tiene una doble forma,
una de carácter cognitivo y otra práctico: el mito
y el ethos. La fuente en la que ambos beben es
el culto, la ofrenda cultual, es decir, el sacrum
commercium, el sagrado intercambio entre mundo
divino y humano.
Que la renovación interior de la Iglesia tenga
auténtica relevancia cultural depende, en primer
término, del restablecimiento de una celebración
de la Misa en que se destaque de forma inequı́voca
el carácter del misterio, el del sacrificio y el de la
plegaria. Para eso es preciso que de esa celebración
puedan expurgarse muchas arbitrariedades. Una
gran obra de arte nunca es arbitraria.
3. LISSENKO REDIVIVO
En 1930, un mediocre ingeniero agrónomo ucra-
niano creyó fundar en la Unión Soviética una
nueva ciencia biológica. Una ciencia marxista en
contraposición con la ciencia burguesa. La cien-
cia de Trofin Lissenko se construyó a medida del
ideario comunista, y por tanto no es extraño que
fuese elevado a los niveles más altos en la jerarquı́a
de la ((nomenklatura)). La piedra de toque de esta
teorı́a era la herencia de los caracteres adquiridos
y la negación del sistema genético localizado en los
cromosomas. El partido asumió estas tesis como
dogma de fe, y ası́, a partir de 1940 comenzó la
persecución de los verdaderos cientı́ficos. Escanda-
loso es el caso de Nikolas Vavilov, botánico mun-
dialmente reconocido que fue deportado en 1940
y murió de inanición en 1943. Declaró durante
su proceso: ((Podéis enviarnos a la hoguera por
negar un disparate. Podéis quemarnos vivos. Pero
no podéis negar indefinidamente los hechos de la
ciencia.)) Como es de esperar, Vavilov no tiene
un sitio ni cerca ni lejos de Galileo en ese pan-
teón notablemente vacı́o donde los ((progresistas))
guardan las reliquias de los mártires de la Ciencia.
Entretanto, Lissenko era tres veces galardonado
con el premio Lenin. En 1939 ingresó en la Acade-
mia de Ciencias de la URSS, y en 1940 era director
del instituto de genética de Moscú. Declaró haber
conseguido nuevas especies vegetales y acelerado
la germinación del trigo, propuso técnicas deliran-
tes para aumentar la productividad de los cam-
pos y aún más delirantes métodos de hibridación
animal. Nunca presentó pruebas pero tenı́a tras de
sı́ el poder represivo de la NKVD y a sus detrac-
tores no les bastaba tener la evidencia cientı́fica
de que Lissenko era, esencialmente, un ignorante
arropado por el partido.
Increı́blemente, obtuvo el apoyo de diversos par-
tidos comunistas de la Europa Occidental, y eso
aún después de que reconocidos cientı́ficos de-
nunciaran la impostura. Quedan para la historia
declaraciones como ésta en La Nouvelle Critique
: ((Lisssenko tiene razón, ya que sus tesis han
sido aprobadas por Stalin, la mayor autoridad del
mundo en materia cientı́fica.))
En 1963 sus métodos provocaron una hambruna
general en la URSS. En 1964 fue destituido, y
murió a los 78 años, en 1976.
Traemos esta historia con objeto de aleccionar a
los más jóvenes en varios puntos: 1) estos hechos
sucedieron realmente; 2) Estos hechos no ocurrie-
ron en un pasado remoto, sino hace muy poco; 3)
Estos hechos afectaron a la suerte de doscientos
millones de personas, muchas de las cuales murie-
ron como consecuencia; 4) Estos hechos pudieron
suceder por varias causas, pero la principal de ellas
es que el poder corruptor de la ideologı́a socialista
es tal que bajo su influjo pueden negarse los he-
chos más evidentes y más aún, puede matarse en
nombre de fantası́as; 5) que esta corrupción de las
mentes y las conciencias es sumamente contagiosa,
como demuestran los múltiples apoyos que tuvo el
lissenkismo en el ((mundo libre)).
Pero la más decisiva de las enseñanzas es ésta:
las maldades más monstruosas sólo pueden apre-
ciarse en la distancia. Las maldades más radica-
les por tanto se asientan de forma relativamente
indolora, de forma casi inadvertida. Para cuando
las sociedades quieren reaccionar, es tarde. Estas
aberraciones de la Historia no se advierten con
facilidad por el común de las personas porque, en
su enormidad, oscurecen todo el horizonte vital y
psicológico, todas las referencias externas con que
pudieran cotejarse.
Dicho esto, advertimos al lector del nuevo lis-
senkismo que se está instaurando en occidente.
En España, a través de los libros de texto de
la enseñanza primaria y secundaria. Estos libros
de texto están negando explı́citamente hechos
biológicos básicos, conocidos desde hace mucho
tiempo. En estos libros se está mintiendo deli-
beradamente a los niños con el único objeto de
conducirlos al redil del ecologismo radical, de
fronteras difusas pero espinosas. Un ecologismo
conducido en contra de la evidencia cientı́fica, de
los hechos empı́ricos, a base de la exacerbación de
sentimientos de los que no vamos a decir que sean
nobles porque nada fundado sobre la mentira lo
es.
Y de forma tan previsible como los aplausos que
le tributaban sus dóciles colegas a Trofin Lissen-
ko, no vemos que se alcen en España más que
contadı́simas voces cientı́ficas autorizadas que de-
nuncien este atropello intelectual, esta aberración
((progresista)) que impide efectivamente el progre-
so al ocultar unos hechos y mentir con desca-
ro sobre otros. Posiblemente, porque estas voces
que pudieran estar autorizadas y callan ya fueron
conectadas a las subvenciones que han de mante-
ner vivo entre la población el temor y la culpa.
De estos cientı́ficos ya no puede discutirse sobre
su categorı́a, más bien, puede especularse sobre
su calaña.
4. LA LIQUIDACIÓN DE LA
CIVILIZACIÓN EUROPEA
Paul Belien en The Brussels Journal
http://www.fundacionburke.org
Los actuales problemas de Europa son totalmente
autoinflingidos. Sin embargo, esto no significa que
el resultado sea menos catastrófico. Al subvertir
las raı́ces de su propia cultura cristiana - proceso
que empezó con la Ilustración francesa - se creó un
vacı́o religioso y cultural en el corazón de la civi-
lización europea. El colapso de la fe en todos sus
valores nos ha llevado a un colapso demográfico
que no sorprende a nadie porque una civilización
que ya no cree en su propio futuro también rechaza
la procreación. Hoy una nueva religión y cultura
están suplantando a la anterior.
Los problemas de inmigración de Estados Unidos
palidecen en comparación con los que Europa en-
frenta. La mayorı́a de minorı́as étnicas en Estados
Unidos -negros al igual que hispanos- son cristia-
nos y la cultura dominante también está arrai-
gada en el cristianismo. En Europa, la cultura
laica postcristiana se enfrenta a la musulmana.
La cultura laica es hedonista y sólo valora la vida
presente porque no cree en la vida después de la
muerte. Por eso se rendirá ante cualquier amenaza
de muerte; porque esta vida es la única que tiene
para perder. Por eso aceptará la sumisión sin
pelear por su libertad. Nadie pelea para defender
la bandera del hedonismo, ni siquiera los mismos
hedonistas. Uno también podrı́a ponerlo en una
manera ligeramente distinta: A Europa le falta lo
que Estados Unidos todavı́a tiene, es decir lo que
se conoce como ((reservas conservadoras)) o como
lo explicó el sociólogo alemán Arnold Gehlen hace
más de 30 años: ((reservas de energı́a nacional y
confianza en sı́ misma, elementalidad y generosi-
dad, riqueza y potencial de todo tipo)).
Cada cierto tiempo viajo a Estados Unidos para
recargar mis baterı́as y no soy el único europeo
conservador que lo hace. De vez en cuando uno
necesita respirar el aire de la libertad antes de
sumergirse nuevamente en la agobiante atmósfera
de Europa. Las ((reservas conservadoras)) de Es-
tados Unidos son mucho más fuertes que las de
Europa porque Estados Unidos, a diferencia de
Europa, ha permanecido ligada en mayor medida
a sus raı́ces de valores cristianos tradicionales. No
dudo que si estos valores siguen decayendo en
Estados Unidos, la cultura americana colapsará al
igual que la cultura europea ya ha colapsado. Sin
embargo, Estados Unidos puede aprender de la
inminente catástrofe europea y evitar un destino
similar.
La vieja civilización europea -la pre laica o la pre
postcristiana- perdurará en Estados Unidos. Si
desaparece allı́ también, la humanidad volverá a
sumirse en la oscuridad de una nueva época que
ahora ya se está adueñando de Europa, la cuna de
la civilización occidental. Supongo que uno puede
sentirse triste por todo esto, pero tristeza no es lo
que yo siento. Uno puede sentir compasión por
aquellos que mueren en accidentes, caen en las
guerras o son asesinados (como la incontable can-
tidad de bebés sin nacer que desaparecen cada dı́a)
pero ¿puede uno compadecerse de aquellos que
han matado su propio futuro por los placeres del
presente? El aprieto en el que está Europa, repito,
es totalmente autoinflingido. El islam no tiene la
culpa. La tiene el laicismo. La década venidera
será testigo de la guerra entre los valores del islam
y los ((valores)) laicos de la izquierda decadente,
hedonista y post-marxista. Hemos visto los ase-
sinatos de Pim Fortuyn y de Theo van Gogh, el
preludio de una guerra civil francesa en Noviembre
pasado, el caso de las viñetas danesas. Es sólo el
principio del principio. No me considero pesimista,
simplemente realista. Es muy claro quién va a
perder y de quién es la culpa.
5. EL DIABLO DE DARFUR
Phyllis Chesler en LibertadDigital
http://www.libertaddigital.es
En el verano de 2004, escribı́ un artı́culo llaman-
do la atención sobre la trágica situación de las
mujeres musulmanas negras en Sudán. Pero mi
artı́culo no condujo a ninguna campaña feminista,
afroamericana o islámico-americana en su defensa.
Tampoco movió a los grupos progresistas judı́os
a tomar acciones inmediatas para ayudar a los
refugiados de Darfur. De modo que espero que
una nueva e impactante pelı́cula sobre Sudán, El
diablo vino a caballo, tenga éxito donde yo no lo
tuve.
La pelı́cula documenta la tenaz cruzada del ex
capitán de los marines Brian Steidle por docu-
mentar esta atrocidad en curso. En los años 2004 y
2005, Steidle se ofreció voluntariamente durante 6
meses para servir como parte del órgano militar de
observación de la Unión Africana en Sudán. Tuvo
acceso privilegiado a los enclaves arrasados, a los
cadáveres abrasados y a las mujeres destrozadas.
Mientras el genocidio avanzaba con furia, la Unión
Africana no hizo otra cosa que ((observar)).
Y ahı́ es donde entra en escena Steidle. El ex
marine esperaba que si un número suficiente de
buenas personas veı́an sus fotos, comprenderı́an
que el Gobierno de Jartum habı́a dado el visto
bueno y financiado a los janjawid (hombres a ca-
ballo) para saquear sistemáticamente y después de
reducir a cenizas aldeas enteras ası́ como centros
de refugiados; para castrar, mutilar y despedazar
a civiles inocentes hasta la muerte; para encade-
narlos juntos y quemarlos vivos; para disparar por
la espalda a los niños y para violar colectivamente
a las mujeres y las niñas. Después, pensaba él,
los norteamericanos persuadirı́an a nuestros con-
gresistas y senadores de autorizar la intervención
militar.
Ası́ que Steidle se puso a trabajar. Entregó sus
durı́simas fotografı́as al columnista del New York
Times Nicholas Kristof, que las difundió y conti-
nuó publicando extraordinarias columnas sobre la
materia. Steidle también prestó testimonio ante el
Congreso, apareció en los medios, fue testigo en el
Tribunal Internacional de Justicia de La Haya y
accedió a que un equipo de documentales le siguie-
ra mientras hablaba en campus universitarios, en
concentraciones polı́ticas y hasta con la secretaria
de Estado, Condoleezza Rice.
Hasta ahora, sus esfuerzos no han conducido a
ninguna intervención militar para detener el ge-
nocidio. Naciones Unidas no ha hecho nada. Ha
mantenido su historial casi prı́stino de no interve-
nir cuyos éxitos más recientes han sido Ruanda y
Bosnia (caso que requirió la intervención militar
norteamericana). La Unión Africana envió por
fin inspectores y pacificadores que tampoco in-
tervinieron. Steidle ya ha comprendido que fue
((ingenuo)) al pensar que podrı́a forzar medidas
más dramáticas para detener la violencia.
¿Pero por qué la ((comunidad internacional)) se ha
cruzado de brazos en Darfur? He aquı́ el motivo:
los autores materiales son musulmanes árabes y
la mayor parte de sus vı́ctimas musulmanes ne-
gros. Como comenta un refugiado africano en El
diablo vino a caballo, lo que más le duele como
musulmán es que sean los musulmanes los que
están cometiendo la violencia y que sean princi-
palmente norteamericanos quienes envı́an comida,
medicinas y empleados humanitarios. Ningún paı́s
árabe ni musulmán lo está haciendo. Este hombre,
traicionado, se llora fuera de plano. Da las gracias
a los americanos y espera y reza porque vengan y
liberen del genocidio a su pueblo.
La ausencia de acciones que marquen la diferencia
también tiene explicación en el hecho de que a la
((comunidad internacional)) y a los intelectualoides
de Occidente les preocupan las muertes de musul-
manes siempre y cuando se las puedan achacar a
israelı́es y americanos, pero no si los matan otros.
De forma llamativa, muchos habitantes de Darfur
están huyendo a Israel, que les permite entrar.
Por otra parte, los Emiratos Árabes Unidos han
expulsado en el pasado a los refugiados de Darfur.
Y apenas la semana pasada, Egipto abatı́a a tiros
a cuatro de esos refugiados cuando cruzaban el
paso del Sinaı́ camino de Israel. Pero aún ası́,
muchos intelectuales occidentales parecen incapa-
ces de reconsiderar su creencia de que todos los
musulmanes son vı́ctimas inocentes, mientras que
Estados Unidos e Israel son sus opresores.
La corrección polı́tica también juega un papel. Oc-
cidente se niega en redondo a creer que los árabes
musulmanes puedan ser mortalmente racistas y
que tengan un largo historial de perseguir a judı́os,
cristianos, infieles no musulmanes y negros. La
negación ((polı́ticamente correcta)) de Occidente
de que árabes y musulmanes han practicado el
esclavismo desde siempre -y lo siguen haciendo- es
otro motivo más de su ineficacia. La situación de
Darfur supone desafiar sus premisas más sagradas.
Millones de cinéfilos hacı́an cola este pasado fin de
semana para las últimas pelı́culas de evasión. Pero
la sala del Greenwich Village en la que vi El diablo
vino a caballo atrajo a apenas 25 personas para la
sesión de noche en un dı́a laborable. El capitán
Steidle está heroicamente decidido a continuar
sirviendo de testimonio hasta que nosotros, el
pueblo, hagamos algo. Temo que será una larga
espera. Él también.
No obstante, tanto él como los cineastas son
dignos de elogio por su claridad y valor moral al
realizar este impactante documental.
6. UNA LEY PARA DIVIDIRLOS, UNA
LEY PARA ENFRENTARLOS, UNA
LEY PARA DOMINARLOS.
((Nachotir)) en Debate21
http://www.debate21.com
Las tres leyes o el anillo único para destruirlos.
La ley electoral, la ley de igualdad, la ley de
educación.
La primera, cociendo a fuego lento a España,
tras 25 o 30 años de aplicación, ya tiene a la
Nación blanda para aceptar como normales todas
las tropelı́as que los polı́ticos aplican a la voluntad
popular, pactando entre minorı́as para subvertir la
voluntad de las mayorı́as.
Es muy difı́cil que un paı́s cualquiera sea media-
namente gobernable con tamaño despropósito de
ley electoral, que sólo favorece los intereses de los
polı́ticos para repartirse las tajadas del poder y de
los presupuestos, que es lo único que les importa.
Pero el caso de España es ya un imposible. Un paı́s
donde esos mismos polı́ticos no defienden lo que
nos une y nos ha hecho grandes, sino lo que nos
divide y enfrenta, para su mayor beneficio, para
que sean más los que pueden trincar del Estado.
Una ley que permite en comunidades y ayunta-
mientos que un partido votado por el 6 % sea el
que decida quien gobierna, qué conserjerı́as se re-
parten a quien y qué prebendas se queda a cambio
de ese voto que le da el gobierno al perdedor.
Una ley que favorece en el parlamento nacional
que las minorı́as disgregadoras pongan o quiten
gobiernos. Gobiernos que deben sus prebendas,
puestos, repartos y presupuestos a esas minorı́as.
Ese sistema solo puede conducir a la ingoberna-
bilidad y al desastre a medio plazo. Es una ley
digna de haber sido diseñada por Sauron, el de
las oscuras tierras de Mordor.
La segunda, la sexista ley de igualdad, es un
insulto a la inteligencia y al sentido común. Una
ley que impone por la fuerza quien debe estar en
el consejo de administración de una empresa o en
las listas electorales de un partido.
El ridı́culo de su aplicación ya se ha visto recien-
temente en los comicios de mayo, en el caso de las
listas de Garachico. Una ley que relega al castizo
piropo a la consideración de acoso sexual. Una ley
sexistamente liberticida, que impone criterios que
conculcan el mandato constitucional, en lo que se
refiere a la prohibición de discriminar en razón de
sexo.
Una ley de igualdad que, combinada con la fraca-
sada de violencia de genero, sirve para el enfrenta-
miento y la disputa más que para la concordia de
la sociedad. Los objetivos que pretenden dichas le-
yes hay que labrarlos con tiempo en la educación,
en el bienestar y en el progreso. Por la fuerza y
lo absurdo sólo se llega al enconamiento de las
actitudes y a la injusticia de la discriminación
positiva.
Y la tercera, la también fracasada LOGSE, di-
señada por pedagogos de laboratorio, en la que
la utópica visión de cambiar la adquisición de
conocimientos por el ((libre desarrollo)) del niño
en organizarse, opinar y relacionarse, en lugar
de sencillamente estudiar, ha llevado a una tasa
de fracaso escolar y bajo nivel educativo jamás
alcanzados en 50 años.
Para la LOGSE, el niño ha de ser en la escuela
libre y feliz y liberarlo de los traumas del esfuerzo
y la competitividad, es decir, se impide que el
competente triunfe.
Pero la guinda que le faltaba a esta ley ha llegado
con la imposición de la asignatura masónica de
Educación para la Ciudadanı́a. Concebida por lo
más oscuro de Mordor para hacer de los jóvenes
orcos manipulables sin alma y sin libertad de
pensar, concebidos para ser conducidos por la
senda del consumismo, la laxitud, la indolencia,
la ausencia de valores y el sexo -confuso- como
expresión primaria de libertad, Carmen Calvo
dixit (que no pixit).
Una asignatura que hará de los jóvenes enemigos
de su propia familia, fuente de todos los males
según la ley de género, enfrentados a sus propios
padres cuando defiendan unos valores humanistas
y carne de cañón para el bombardeo mediático
unicolor que les espera ahı́ fuera, en la Tierra
Media.
A las tres leyes dice oponerse en alguna medida
el PP, pero lo hace con la boca chica, sin hacer
mucho ruido no vaya a ser que la aritmética del
voto les fastidie sus perspectivas electorales. Lo
hace con la timidez de un Frodo medio abducido
por el poder del anillo de las tres leyes.
No, no es eso. Necesitamos ((el retorno del rey)). Un
lı́der fuerte y decidido, un Aragorn que, aunque
sea vestido con la capa de Alatriste, tenga el valor
de decir las cosas claras y nos libre de la tiranı́a
del anillo.
Pero también hay esperanza de que sea una
((reina)).