Está en la página 1de 2

Vamos a iniciar esta meditación para cultivar el amor propio, la gratitud por nosotras mismas, por

ser quien eres, por tu existencia, tus cualidades y tus virtudes. Nos vamos a colocar en una postura
cómoda.

Vamos a iniciar esta meditación, y vamos a comenzar haciendo tres respiraciones completas,
inhalamos por nariz, llevamos el aire al abdomen, retenemos, y exhalamos, una vez más, volvemos
a inhalar y exhalamos y una vez más inhalamos y exhalamos.

Vamos a empezar a imaginar, un suave y cálido masaje que va a ir recorriendo nuestro cuerpo, nos
va a ir limpiando, nos va a ir quitando preocupaciones, dolores. Comenzamos a imaginarlo en la
zona de la coronilla va a ir relajando todo nuestro cuero cabelludo, baja por las sienes, la frente,
el entrecejo, lo relajamos, lo descontracturamos, recorre nuestros parpados, las mejillas,
recorremos y aflojamos mandíbula, los labios, hacemos que la lengua levemente toque el paladar,
sellando parte de nuestro circuito energético. Recorremos la nuca, el cuello lo relajamos, lo
aflojamos. Recorremos los hombros, los aflojamos, los brazos, los antebrazos, recorremos las
manos, las palmas, y cada uno de nuestros dedos. Continuamos imaginando ese masaje, por
nuestro pecho, lo abrimos, lo expandimos, el abdomen, lo relajamos, recorremos la parte alta de
la espalda, los omoplatos, relajamos, descontracturamos. Bajamos por la cintura, recorremos toda
la parte baja de nuestra espalda, los glúteos, los muslos. Recorremos y aflojamos rodillas,
pantorrillas, tobillos, empeines, plantas, y cada uno de nuestros dedos. Vamos a centrarnos en
nosotros mismos, permitiendo que el cuerpo respire a su propio ritmo. Mientras tanto solo nos
dedicamos a observar esa respiración. Con cada exhalación, sientes como tu cuerpo se relaja cada
vez más, no hay nada que hacer, ningún lugar donde ir. Cuando tu mente se distraiga,
simplemente regresa a centrarte en tu respiración. Inhala, exhala.

Vamos a conectar ahora con la gratitud que reside en tu corazón. Conecta con esa necesidad de
amor y de gratitud por ser quien eres, por estar aquí, y por ofrecerle al mundo todo lo que le
ofreces. Da gracias por respirar, por amar, por ser, por sentir. Conéctate con tu propio interior con
el amor más puro que puedes sentir. Tu eres un ser único con cualidades únicas y tu mera
existencia es un regalo para todos los seres vivientes. Observa las escenas, y momentos.

Vamos a iniciar esta meditación en lo que ayudaste a otros, tráelos a tu mente. Recuerda y
observa aquellos días en los que regaste una flor, en los que ayudaste a que creciera vida.
Recuérdate amable y cariñosa con tu mascota. Obsérvate abrazando a tus seres amados, a tus
padres, a tus hermanos, a tu pareja, a tus hijos, a tus amigos. Obsérvate abrazándolo con todo tu
amor. Observa todas esas hermosas cualidades que te habitan, que te hacen ser quien eres, único,
amable, amoroso. Siente esto de lo más profundo de tu corazón y permítete sentir la gratitud, la
apreciación genuina por tú propia existencia. Simplemente estas expresando lo mejor de ti, aquí y
ahora, te estas amando aun poco más. Siente este agradecimiento con todo tu ser, por tu
existencia, por cada experiencia de amor vivida.

Ahora repite interiormente la siguiente afirmación: “Siento una inmensa gratitud por mi
existencia, agradezco cada sentimiento de amor y bondad que me habita”. “Siento una inmensa
gratitud por mi existencia, agradezco cada sentimiento de amor y bondad que me habita”. Y una
vez más, “Siento una inmensa gratitud por mi existencia, agradezco cada sentimiento de amor y
bondad que me habita”.

1
Todo está bien tu conexión con la verdad de tu existencia te llena de gratitud, tu corazón esta
rebosante de amor y de gratitud. Observa esto, siéntelo, recuérdalo, y vuelve a esto cada vez que
lo necesites. Siente esta gratitud, viva en ti, siente la bondad de tus pensamientos, de amor, y
enfócate en tus buenas intenciones, en tus palabras amables, para contigo y para con los demás,
siente esto, vívelo. Vas a centrarte completamente en tu respiración, habita en ella, eres una con
tu respiración. Puntúa tu atención en el aire fresco que entra por tu nariz, y observa el aire cálido
que sale rosando suavemente tu labios. Siente esta serenidad, y siente tu gratitud, y tu amor.

Vamos a llevar las manos a nuestro corazón y vamos a agradecer por este momento de amor, y de
conexión contigo misma. Abrázate fuerte y dite mentalmente “Gracias, perdóname, lo siento, te
amo”.

Vamos a finalizar con tres respiraciones completas para ir volviendo. Inhalamos por nariz, y
exhalamos, una vez más, volvemos a inhalar, y exhalamos, y una vez más inhalamos y exhalamos.

Poco a poco vamos a comenzar a ser consciente de nuestras manos, de nuestros pies. Comienzas a
sentir tus piernas, tu cuello, todo tu cuerpo. Ve haciendo todos los movimientos, que consideres
necesarios para ir volviendo poco a poco hasta que finalmente cuando te encuentres lista abrirás
tus ojos.

También podría gustarte