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Dado que en la actualidad el estudio de

las emociones ha retomado importancia


para comprender el pensamiento indi-
vidual y colectivo de los seres humanos,
el propósito de este texto es ofrecer al-
gunos lineamientos metodológicos que
pueden servir de base para el análisis
de las emociones desde una perspectiva
argumentativa. Primero se aborda esque-
máticamente la manera en que el tema de
la emoción ha sido planteado desde sus
El estudio de las emociones orígenes, es decir, desde el estudio de la
desde una perspectiva retórica clásica. Segundo, se expone de
argumentativa manera breve la manera en que las emo-
ciones han sido tratadas desde el campo
SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO de estudio de la argumentación, así como
las razones por las cuales anteriormente se
les negaba un rol dentro de este campo.
Posteriormente se sugiere una propuesta
metodológica de cómo analizar las emo-
ciones desde la argumentación.

PALABRAS CLAVES: emoción, pathos, argu-


mentación

Conocemos la verdad no solamente


por la razón sino también por el corazón
BLAISE PASCAL

Introducción

L
as emociones están presentes en nuestras vidas, prácticamente,
en todas las actividades que desempeñamos; éstas constituyen
fuerzas poderosas que influyen en la conducta y en la experiencia
subjetiva del ser humano.
A pesar de su relevancia en la vida cotidiana, por mucho tiempo las
emociones fueron relegadas o excluidas del reino de lo racional y lo ra-

AnuArio de investigAción 2009 • UAM-X • MÉXICO • 2010 • PP. 271-297


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

zonable.1 Actualmente los análisis más recientes de lo que se denomina


comúnmente emociones (miedo, cólera; vergüenza, orgullo; odio, amor;
piedad, indignación; alegría, tristeza, etcétera.) muestran que éstas no
pueden ser reducidas a sensaciones puras, a reacciones simples o a pul-
siones. Nos enseñan que ciertas dicotomías tradicionales: acción/pasión,
razón/sentimiento, cognición/ sensación, desencadenan numerosas obje-
ciones. Nos obligan, en cierta manera, a modificar profundamente nues-
tras explicaciones sobre los mecanismos de la acción humana, nuestras
descripciones de la vida interior o subjetiva y nuestras justificaciones de
ciertos sistemas éticos y normativos (Paperman y Ogien, 1995). Además,
el estado emocional de una persona determina, en gran parte, la forma
en que percibe el mundo. Esta sola razón hace imprescindible acercarnos
al mundo de las emociones para comprendernos mejor.
En la actualidad el estudio de las emociones ha retomado importan-
cia para comprender el pensamiento individual y colectivo de los seres
humanos, es por ello que el propósito de este texto es ofrecer algunas
reflexiones sobre lo que implica el estudio de las emociones y sugerir
algunos lineamientos metodológicos que pueden servir de base para su
análisis desde una perspectiva argumentativa.

Retórica y emoción

Uno de los principios que caracterizan a la retórica desde la antigüedad


es la inclusión de las emociones humanas como un componente esencial
de la acción y el pensamiento individual y colectivo.
El estudio de las emociones se remonta a la filosofía griega clásica.
Uno de los más provocativos análisis de la época clásica2 sobre el tema
1 La discusión entre lo racional y lo razonable es importante ya que son conceptos que im-
plican posturas teóricas diferentes, sin embargo, esta discusión no se aborda aquí ya que excede
los propósitos de este texto; para una discusión sobre el tema cf. Shanker y Regadas 2002.
2 Algunos autores (Abbagnano, 1963; Casado y Colomo, 2006) afirman que quizá la primera
teoría de la emoción fue enunciada por Platón en el Filebo contraponiendo en el diálogo entre
Sócrates y Protarco el dolor y el placer. Platón dividió la mente o alma en los dominios: cognitivo,
afectivo y apetitivo; la trilogía clásica de Platón es razón, espíritu y apetito, la cual actualmente
en la psicología se corresponde a verdad, emoción y motivación. Platón utiliza la metáfora del

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de las emociones es el trabajo de Aristóteles, quien en el libro II de la


Retórica habla de la inscripción de la afectividad en el lenguaje, es decir,
del pathos. En esta obra, se estudia la emoción en relación con el arte
de convencer. A través de los elementos del discurso, el orador intenta
conmover el ánimo del público suscitando en él los estados de ánimo
más apropiados para convencerlo de la verosimilitud de lo que dice, o
para moverlo a una determinada acción [Aristóteles, II, 1377b, 20-24].
Para Aristóteles el estudio del pathos3 significa analizar lo que puede
conmover, conocer la naturaleza de las emociones y lo que las suscita,
preguntarse a qué sentimientos accede el oyente, de acuerdo con su es-
tatus, su edad, etcétera. Este saber es necesario para el orador que desea
emplear la cólera, la indignación, la piedad como medio oratorio. Si el
estudio del pathos se presenta en la retórica es porque permite actuar con
la palabra: contribuye poderosamente para alcanzar la convicción.
Mediante un método doble, de introspección y experiencia exterior,
Aristóteles descubre una multiplicidad de pathé o pasiones: el miedo, la
ira, la tristeza, que poseen en común tres elementos: el estado anímico o
disposición a que conduce la pasión, la clase de personas hacia la que se
experimenta y el motivo o causa (Aristóteles, II, 1378a, 24-26). Según
Aristóteles, la presencia de un objeto y de un motivo sirve para distinguir
la emoción de las sensaciones físicas, como el dolor de estómago o el
hambre, a la vez que implica la conexión entre conocimiento y emoción.
Aristóteles decía en su Retórica que el hombre no es un ser sólo racio-
nal, sino que obedece también a las emociones. De este modo, señalaba
Aristóteles, para poder persuadir a su audiencia, un discurso debe apelar
a tres vías, medios o pruebas: el logos, el ethos y el pathos. Dicho en otras
palabras, un argumento nos convence cuando sus premisas nos parecen
racionales y convenientes (logos), cuando quien nos lo dice nos merece

auriga que representa el componente racional y los dos caballos que debe conducir, simbolizan
el componente afectivo y apetitivo. Un caballo es bueno (componente afectivo), mientras que el
otro es malo (el aspecto apetitivo).
3 La traducción más literal del pathos es pasión, afección. Se refiere al sentimiento que un
orador pone en su discurso con el propósito de suscitar las emociones del oyente. El término
emoción generalmente es utilizado para referirse a una perspectiva contemporánea, mientras que
el término pasión implica una perspectiva histórica o vehemente. En este artículo se utilizará el
término emoción.

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EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

confianza (ethos) y cuando el argumento apela también a nuestras emo-


ciones (pathos) (Tapia, 2007).
El orador está simbolizado por el ethos: su credibilidad descansa en su
carácter, su honorabilidad, su “virtud”; en resumen en la confianza que
brinda. El auditorio está representado por el pathos: para convencerlo
hay que emocionarlo, seducirlo. Incluso los argumentos fundados en
la razón deben apoyarse en las pasiones del auditorio para poder suscitar la
adhesión. El tercer componente, el más objetivo es el logos,4 el discurso
que debe ser racional, convincente (Marafioti, 2007).
Para Aristóteles en todos los géneros (epidíctico, judicial y delibe-
rativo) importa saber en qué disposiciones afectivas se encuentran los
auditores a quienes uno se dirige y, además, saber conducirlos a las dis-
posiciones convenientes dado que la pasión “es lo que, al modificarnos,
produce diferencias en nuestros juicios” (Aristóteles, II, 1378a, 20-21).
Para la Retórica la emoción no se contrapone a la cognición, por el
contrario, esta teoría postula que los conceptos actúan como imágenes
que afectan nuestros sentidos y que la aceptación de un cierto logos de-
pende de su adecuación con respecto a nuestras experiencias, nuestros
afectos y nuestros intereses. De ahí que en la retórica y la teoría de la ar-
gumentación se hable de que un orador sólo puede persuadir de aquello
que está dispuesto en su ánimo, y lo mismo se podría decir de la audien-
cia, que sólo será receptiva a aquello que toca sus emociones. La apuesta
por esta óptica, que ha hecho que la Retórica manifieste la necesidad de
argumentar como algo que debe partir de la consideración del carácter,
la razón y la emoción (ethos, logos y pathos) es quizá, junto con la idea
de persuasión, lo que más han rechazado tanto el racionalismo como el
esteticismo, cuando éstos ven traspasados sus dominios por una vertiente
retórica que ni reconoce un logos desprendido del ánimo ni una estética
desprendida de los intereses y los tópicos humanos (Tapia, 2007).
Como señala Tapia (2007), la Retórica, no considera que exista un es-
cenario o un saber humano dado, sino sólo universos posibles (principio
de relatividad); reconoce la capacidad de movilizar la acción y la creencia

4 Logos (en griego “palabra”) se refiere a la coherencia interna del mensaje, la claridad de la
reclamación, la lógica de sus motivos y la eficacia de sus pruebas.

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con la fértil y poderosa asociación que la cognición y la emoción pueden


realizar a través del lenguaje.

Emociones y persuasión

En su forma más consumada, la retórica es un arte y una técnica del


discurso5 que pretende poner en marcha una acción: hacer pensar, hacer
decir, hacer experimentar y, finalmente, hacer-hacer. Es la acción consu-
mada la que provee el último criterio de la persuasión completa, que uno
reduciría indebidamente a un estado simple y mental, a una “adhesión
del espíritu” (Plantin, 1998).
La gestión estratégica de las emociones es esencial en la orientación
global del discurso retórico encaminado a la persuasión. Como señala
Christian Plantin, el catecismo retórico nos enseña que la persuasión se
obtiene por la conjunción de tres “operaciones discursivas: el discurso
debe enseñar, deleitar y conmover (docere, delectare, movere) (1998:3).
Dado que la vía intelectual no alcanza para producir la acción, el dis-
curso primeramente debe enseñar, es decir, informar (contar, narrar) y
argumentar, esa enseñanza sigue la vía intelectual hacia la persuasión,
la de las pruebas objetivas, de preferencia en forma de proposiciones.
Pero la información y la argumentación, amenazadas por el tedio o
el aburrimiento, no son suficientes para producir el “pasaje al acto”,
por lo cual es necesario ofrecer al auditorio los índices periféricos de
veracidad (pruebas ligadas al ethos: tener confianza…) y los estímulos
emocionales cuasi físicos (pathos). Por oposición a las pruebas objetivas,
se habla a menudo de pruebas subjetivas para designar los medios de
presión y de orientación éticos y patémicos (Plantin, 1998:3). A su vez
esta oposición originó el par “convencer/persuadir”, el primero se dirige
5 Existen muchas definiciones sobre lo que es la Retórica, ésta es vista algunas veces como
una técnica, otras como un arte o como una ciencia. Por ejemplo, para Albadalejo: “La Retórica
es a la vez un arte y una ciencia. Como arte o técnica consiste en la sistematización y explicitación
del conjunto de instrucciones o reglas que permiten la construcción de una clase de discursos
que son codificados para influir persuasivamente en el receptor. Como ciencia, la Retórica se
ocupa del estudio de dichos discursos en sus diferentes niveles internos y externos, en sus aspectos
constructivos y en sus aspectos referenciales y comunicativos” (1989: 11).

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EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

a las facultades intelectuales, el segundo al corazón. Esta dicotomía dio


inicio a diferentes posturas: algunas las disocian radicalmente insistien-
do en su autonomía respectiva, incluso en su antinomia; otras insisten
en el lazo orgánico entre logos y pathos (Amossy, 2000:164). Unas veces
la convicción racional es la que recibe todos los honores, otras, por el
contrario, el arte de conmover y de movilizar emocionando es lo que
resulta elogiado.
La cuestión de las pasiones y su movilización en la obra de persuasión
revela hasta qué punto la Retórica depende de una visión antropológica
ya que muestra cómo está intrínsecamente relacionada con una concep-
ción cambiante de la racionalidad humana y del estatuto de los afectos
en el sujeto pensante. La importancia asignada al sentimiento se da en
función del espacio cultural e ideológico donde se muestra la reflexión
sobre el arte de la palabra eficaz (Amossy, 2000:164-165). Como lo de-
mostró Daniel Gross (2006), en los textos de Retórica se aprecia cómo
las pasiones no juegan un papel inherente, ni son parte de la naturaleza
universal, sino que están asociadas y condicionadas por las jerarquías y
las relaciones sociales, es decir, que las emociones se activan también de
acuerdo con los escenarios políticos.
En la discusión en torno a la función de la Retórica y al rol de la
persuasión Blaise Pascal constituye un caso ejemplar de la insistencia en
las razones del corazón.6 Como Pascal señala:

Sea lo que sea de lo que se quiera persuadir, es necesario tener en cuenta a


la persona en quién se está interesado, de la cual hay que conocer la mente
y el corazón, con qué principios concuerda, qué cosas le gustan […] de
modo que el arte de persuadir consiste tanto en el de agradar como en el
de convencer, ya que los hombres se gobiernan más por el capricho que por
la razón (Pascal, 1981:356).

6 Recordemos que Pascal vivió en la era del surgimiento del racionalismo y que la razón del
hombre era la fuente final de la verdad. Cuando Pascal hablaba de la razón, se refería al proceso
del razonamiento. No negaba el verdadero poder de la razón; después de todo, era un científico
y matemático. Sin embargo, para él el hombre no es capaz de encontrar todas las respuestas a
través de la razón.

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Nuestras emociones y pasiones también influyen en la forma en


que pensamos sobre las cosas. Nuestra imaginación, que de acuerdo
con Pascal es nuestra facultad dominante, a menudo tiene prioridad
sobre nuestra razón. Pero Pascal creía que las personas realmente saben
que algunas cosas son verdaderas, aun cuando no lo puedan justificar
racionalmente. Dicho conocimiento viene a través de otra vía, a saber,
el corazón. Así, formula su famosa frase: “El corazón tiene razones que
la razón desconoce”. Para Pascal, el corazón es “la mente intuitiva” antes
que “la mente geométrica” (calculadora, razonadora). Podemos llegar al
conocimiento del corazón y al conocimiento de la razón de diferentes
formas, pero ambos son válidos y ninguno puede exigir que el conoci-
miento que proviene del otro debiera someterse a sus propios dictados
(Pascal, 2004).
Como se ha tratado de mostrar en el desarrollo de este apartado la
importancia del pathos es fundamental. Es por ello que al darle un lugar
importante al pathos el análisis argumentativo, como desarrollaremos a
continuación, permanece fiel al proyecto retórico inicial.

El tratamiento argumentativo de las emociones

Antes de desarrollar la manera en que la argumentación ha abordado el


tema de las emociones es necesario señalar que el campo de la teoría de
la argumentación es una área multidisciplinaria que se enfoca en la diná-
mica, la estructura y la naturaleza de los argumentos y la argumentación.
Así como las emociones no ocuparon un sitio importante en la filoso-
fía a través de la historia,7 tampoco corrieron mejor suerte en el estudio
de la argumentación, desde la retórica clásica8 hasta nuestros días. En
las teorías argumentativas contemporáneas, por ejemplo, en el Tratado
de la argumentación Chaïm Perelman y Lucie Olbrechts-Tyteca sólo

7 El planteamiento de los filósofos a lo largo de la historia del pensamiento se puede dividir


en dos grandes orientaciones: la primera de ellas se correspondería con las doctrinas que dotan
de significado a las emociones y la segunda estaría representada por aquellas que niegan dicho
significado (Abbagniano, 1963).
8 Recordemos que los estoicos no le concedieron valor a las emociones.

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EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

oponen de manera clásica la razón a las pasiones. La emoción y el pathos


no aparecen en su obra. Pero si se encuentra el término pasión definido
como elemento irracional, obstáculo para la acción de la razón, el dis-
curso pasional es un discurso figurado, es decir, degradado9 (1970: 606).
Similar posición en relación con la emoción10 plantea la nueva dia-
léctica o teoría pragmadialéctica de la argumentación que desarrolla
una concepción del debate como método de resolución de diferencias
de opinión. Frans van Eemeren y Rob Grootendorst consideran que
una argumentación debe ser analizada en el contexto de un proceso de
discusión crítica, es decir, como parte de un proceso complejo, sometido
a reglas, que intenta resolver una discrepancia de opiniones. El debate
crítico es racional en la medida en que respeta un sistema de reglas, se
trata entonces de una teoría normativa de la argumentación. Para estos
autores el tema de la emoción es abordado cuando se plantean las vio-
laciones a la siguiente regla: “Una parte sólo puede defender su punto
de vista presentando una argumentación que esté relacionada con ese
punto de vista” (van Eemeren y Grootendorst, 2002:132). Estos autores
plantean que en las violaciones de esta regla por parte del protagonista en
la etapa de la argumentación: “La argumentación no se refiere al punto
de vista en discusión (argumentación irrelevante). El punto de vista no
se defiende por medio de una argumentación, sino empleando medios
de persuasión no argumentativos: (a) manipulando las emociones de la
audiencia, y (b) enumerando las cualidades propias” (van Eemeren y
Grootendorst, 2002:25).
Para van Eemeren y sus colaboradores la argumentación es una ac-
tividad de la razón lo que indica que el que argumenta se ha tomado la
molestia de reflexionar sobre el tema. Proponer un argumento significa
que el locutor trata de mostrar que es posible dar cuenta racionalmente
de su posición sobre el tema. Para ellos, cuando la gente propone argu-
mentos en una argumentación, sitúa sus consideraciones en el reino de la

9 Estos autores insisten en el hecho de que un orador demasiado apasionado se arriesga a


perder su objetivo porque llevado por el ardor de sus propios sentimientos, descuidará adaptarse
a su auditorio.
10 Esto ocurre en lo que se podría denominar la primera época de los planteamientos de los
autores, posteriormente dicha posición es modificada.

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razón, es por ello que los autores se adhieren a las posiciones de la lógica
informal que ve en las pasiones una fuente de error y las confinan en el
estudio de las falacias.11
Para señalar que las emociones no constituyeron una preocupación
para gran parte de los teóricos de la argumentación, se podría mencionar
también que en el caso de otra de las teorías modernas sobre la argu-
mentación: “La argumentación en la lengua”, de Anscombre y Ducrot,
el problema de las emociones ni siquiera se plantea. Lo mismo se puede
afirmar de la propuesta de Jean-Blaise Grize, otro de los enfoques mo-
dernos de la argumentación. En lo que concierne a la teoría de los para-
logismos (fallacies), que es una teoría crítica de la argumentación y está
representada por la obra clásica de Charles L. Hamblin: Fallacies (1971),
incluye la historia de las falacias12 sin hacer énfasis en el problema de la
emoción. En el tratamiento estándar de las falacias (que corresponde a
una banalización del enfoque aristotélico) algunos paralogismos son de
origen lógico-lingüístico y no tienen nada que ver con la emoción (Plan-
tin, 1998:9). Por lo tanto, todos los argumentos que hacen referencia a
las emociones o al carácter son considerados como falacias: ad misericor-
diam, ad populum, ad baculum. Pero también otras argumentaciones son
consideradas como falaces a causa de su enraizamiento en las diversas
formas en que se apela a la subjetividad de los interactuantes.
Copi y Burguess-Jackson enumeran en su lista de falacias “la apela-
ción a las emociones”. Observan que las emociones y las pasiones, por su
propia naturaleza, pueden cobrar una dimensión tal que dominen com-
pletamente a las capacidades racionales. Pueden cegar ante los hechos,
11 El enfoque pragmadialéctico de van Eemeren y Grootendorst aspira a proporcionar las
reglas que deben seguirse en todas las fases de la discusión y que permiten resolver, de una manera
razonable, la discrepancia de opiniones. Las reglas críticas proporcionan el marco teórico de la
discusión y cualquier violación de estas reglas constituye una falacia, es decir, una interrupción
irrazonable del proceso de resolución de la disputa. Esta perspectiva permite ampliar el marco
de la argumentación y, en consecuencia, ampliar el campo de las falacias.
12 En el lenguaje cotidiano, se habla de falacias para referirse a varios tipos de creencias erró-
neas, un razonamiento lógicamente incorrecto, aunque psicológicamente pueda ser persuasivo.
Las falacias o refutaciones sofísticas, son “formas argumentales que poseen una falsa apariencia
de razonabilidad” (van Eemeren et al., 1997: 213). También se puede entender por falacia un
razonamiento inválido (desde el punto de vista deductivo), pero persuasivo por razones “extra-
lógicas” (pragmáticas, retóricas o contextuales).

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EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

inducir a la exageración y poner trabas a los procesos de pensamiento


común (1992:116). Así la apelación a la emoción se vuelve falaz no
simplemente cuando se recurre al sentimiento, sino cuando lo moviliza
al punto de poner trabas a la capacidad de razonar.
La “teoría estándar” del las falacias considera que las emociones dis-
locan el discurso y ponen un obstáculo a la adquisición de la verdad y
a la acción racional que emana de eso. Desarrolla en consecuencia un
sistema de control social/racional de las emociones. Indiscutiblemente,
la eliminación de las diferencias de opinión pasa a veces por dejar a un
lado ciertas formas de subjetividad emocional. Pero ¿esta exigencia es
definitoria de todo discurso argumentativo? Una respuesta positiva corre
el riesgo de hacer el discurso alexitímico el ideal del discurso argumen-
tativo (Plantin, 1998). Los psicólogos utilizan el término de alexitímia
(a-lexis-thymos: falta de palabras para la emoción)13 para designar un len-
guaje en donde es desterrada toda expresión de los sentimientos y de las
emociones (Cosnier, 1994:160). El discurso argumentativo es entonces
reducido a la expresión del “pensamiento operatorio”: modo de funcio-
namiento mental organizado sobre los aspectos puramente factuales de
la vida diaria. Los discursos que permiten dar cuenta de ella están im-
pregnados de objetividad e ignoran toda fantasía, expresión emocional
o evaluación subjetiva (Cosnier, 1994:141). Por tanto la exclusión del
ethos y del pathos corre el peligro de transformar la argumentación en
una disciplina operatoria, alexitímica.
Por otro lado, la lógica informal y las teorías de la argumentación se
pronunciaron en contra de la injerencia de las emociones en el razona-
miento lógico y en la interacción argumentativa. Como señala Michael
Gilbert, el pensamiento crítico y la lógica informal siempre se habían
dedicado a la promoción del argumento racional. La idea de que las ra-
zones deben llevarnos a la aceptación o al rechazo de una posición es un
principio central del campo. Pero el término “racional” generalmente era

13 Alexitímia: término propuesto por Sifneos para designar a pacientes predispuestos a


tendencia psicosomáticos y caracterizados por: 1) la incapacidad que expresar verbalmente su
afectos; 2) la pobreza de la vida imaginaria; 3) la tendencia que recurre a la acción; 4) la tenden-
cia que se ata el aspecto material y objetivo de los acontecimientos, situaciones y las relaciones
(Cosnier, 1994:160).

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reservado para referirse a los argumentos que son lineales, esencialmente


discursivos, que implican recurrir a enunciados empíricos que son com-
probables o, al menos, extensamente aceptados por las autoridades que
los reciben (Gilbert, 2004). Es por ello que Gilbert prefiere utilizar el
término “lógico” en lugar de “racional” para referirse a los argumentos y
las razones que poseen esa cualidad. La razón del cambio de terminología
se debe a que uno de los puntos claves en la argumentación de Gilbert
es que “el razonamiento” emocional o, si se quiere, la utilización de la
emoción en los argumentos, de manera parcial o total, es absolutamente
racional.
Para Gilbert (2004) toda comunicación y argumentación en parti-
cular, deben ser vistas como la implicación de cuatro modos, a menudo
altamente entrelazados y sólo separados por un ojo analítico. Estos
modos son el lógico, el emocional, el visceral (o físico y contextual) y el
kisceral (intuitivos, místicos y religiosos).

El giro: las emociones en el proceso argumentativo

El cambio hacia una reivindicación del papel de las emociones en la argu-


mentación se da con el trabajo pionero de Douglas Walton (1992), quien
revalúa el papel de la emoción en la argumentación después de su exclu-
sión como falacias ad pasiones en algunas de las propuestas modernas.
Walton mostró la legitimidad, bajo ciertas condiciones, del papel
de las emociones en el proceso argumentativo. Se enfocó al estudio de
cuatro argumentos emocionales que tradicionalmente han sido tratados
como falacias: ad populum, ad misericordiam, ad baculum y ad hominen.14
Insiste en que “la apelación a la emoción tiene un lugar legítimo, incluso
importante en el dialogo persuasivo” (Walton, 1992:1). Sin embargo,
14 El argumento ad populum es un argumento que apela al sentimiento popular, o “del
pueblo”, para apoyar su conclusión. También es denominado “apelación a la muchedumbre”
o “apelación a the gallery. El argumento ad misericordiam apela a la piedad para apoyar una
conclusión. Este tipo de falacia se comete cuando uno intenta persuadir a alguien de aceptar un
punto de vista particular al despertar su benevolencia o compasión. El argumento ad baculum
apela a una fuerza, un miedo para apoyar la conclusión mientras que el argumento ad hominen
utiliza un ataque personal contra el oponente para apoyar una conclusión.

LENGUAJES Y DISCURSOS 281


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

insiste en que hay que tratarlas con prudencia ya que también pueden ser
utilizadas falazmente (Walton, 1992:1). El valor racional de la apelación
a una emoción es evaluado en función de un conjunto de principios,
que es posible interpretar como un contradiscurso dirigido a las argu-
mentaciones fundadas sobre esa emoción. Por ejemplo, el llamado a la
piedad puede ser:

1. Reasonable. […] some appeals to pity are reasonable and appropriate […]15
En este caso se presume que el llamado a la piedad corresponde a un valor
que se supone compartido, por ejemplo la fraternidad, o desde un punto
de vista religioso a la virtud de la caridad.
2. Weak, but not irrelevant or fallacious. […] it presents only one side of the
issue.16 Como todos los valores, el llamado a la piedad puede estar confron-
tado con otros valores que están en juego en la situación dada.
3. Irrelevant. An appeal to pity may be irrelevant. For example, in a scientific
inquiry an appeal to pity may be totally inappropriate […]17 Este punto se
refiere a la pluralidad de las normas de racionalidad en función a las situa-
ciones y los tipos de discurso argumentativo.
4. Not enough information given. Not enough information on the particulars
of the case has been given.18
Este principio general de evaluación vale evidentemente para todas las
formas de argumentaciones, fundadas o no sobre los valores y las emociones.
5. Fallacious. The appeal to pity is not just a weak argument open to critical
questioning. It is used to prevent critical questions in subsequent dialogue.19
Este principio sirve para evaluar si el recurso a la piedad constituye una
táctica injusta y engañosa y para saber si se ha cometido una falacia ad mi-
sericordiam (Walton, 1992:140).

15 “Razonable… algunos llamados a la piedad son razonables y apropiados”.


16 “Débil pero no irrelevante o falaz… presenta sólo una cara de la moneda”.
17 “Irrelevante. Un llamado a la piedad puede ser irrelevante. Por ejemplo, en una investi-
gación científica un llamado a la piedad puede ser completamente inapropiado”.
18 “Insuficiente información proporcionada. No se ha proporcionado suficiente información
sobre las particularidades el caso”.
19 “Falaz. El llamado a la piedad no es solamente un argumento débil abierto a la crítica
sino también puede ser utilizado para evitar las preguntas críticas en el diálogo subsecuente”.

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Por eso hay que considerar las condiciones de validez de los argumentos
que apelan al sentimiento. También es necesario considerar el objetivo del
orador en el marco de la situación de discurso que le pertenece, o el género
que ha seleccionado. Un discurso epidíctico, cuyo objetivo es reafirmar la
identidad del grupo y fortalecerlo en torno a otros valores morales puede
apelar al sentimiento, sin que por ello sea falaz (Walton, 1992: 303).
Las emociones participan normalmente del proceso argumentativo
y como todas las facetas de este proceso atraen normalmente críticas y
ajustes. Eso vale para todas las emociones y no solamente las “cuatro
grandes falacias emocionales” sobre las cuales la teoría moderna de la
argumentación se focaliza sin razón. Por eso como señala Plantin (1998)
necesitamos, antes que nada herramientas y teorías sobre las emociones
en el discurso en general.

La construcción discursiva de las emociones

En el estudio de las emociones se pueden ubicar diferentes teorías y


enfoques. Aunque la mayor parte de la investigación realizada sobre el
tema proviene del campo de la psicología20 y la filosofía, hoy día existe
un interés creciente en su estudio desde otras ciencias sociales como la
sociología, la antropología, la psicología (social y cognoscitiva), la lin-
güística y de otros campos de estudio: el psicoanálisis, la argumentación,
las representaciones sociales.
Dado que el propósito de este texto no es dar un recuento de todos
los diferentes acercamientos al estudio de las emociones, sino más bien
mostrar que el acercamiento desde el análisis del discurso y más específi-
camente desde el análisis argumentativo, puede ser de gran utilidad para
el estudio de las emociones, a continuación se explica la especificidad de
este tipo de acercamiento.
Como señala Charaudeau (2000), el acercamiento a las emociones
desde el Análisis del discurso, proviene de un campo específico y no pue-
20 Sin embargo, dado que el tema de las emociones ha sido estudiado en todas las ramas
de la psicología, existe un gran número de aproximaciones teóricas que mantienen puntos de
vista diferentes.

LENGUAJES Y DISCURSOS 283


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

de ser confundido ni con la psicología (aunque sea la social) ni con la


sociología, ya sea interpretativa o interaccionista.21 El objeto de estudio
del análisis discursivo de las emociones no puede ser aquello que sienten
efectivamente los sujetos (qué es experimentar el enojo), ni lo que los
lleva a experimentar o actuar (por qué o en qué ocasiones uno experi-
menta el enojo), ni mucho menos las normas generales que regulan las
relaciones sociales y que se convierten en categorías determinantes del
comportamiento de los grupos sociales (Charaudeau, 2000).
El análisis del discurso tiene como objeto de estudio la lengua en
tanto que ésta da sentido en una relación de intercambio y que es en sí
misma un signo de algo. Por ejemplo, el miedo, desde esta perspectiva,
no es considerado en función de la manera en que el sujeto lo manifiesta
por su fisiología, ni como un síntoma de un comportamiento colectivo,
sino como un signo de aquello que puede acontecer a un sujeto, por el
hecho de que él mismo será capaz de reconocerlo como una figura, como
un discurso socialmente codificado, que le permitirá decir: “Esta bien
el miedo” o “Yo tengo miedo” (Charaudeau, 2000:127). Este punto de
vista pertenece entonces a una retórica de la disposición de un afecto
que se pone en juego por las categorías de discurso que pertenecen a
diferentes ordenes (inventio, dispositio, elocutio, actio) entre las cuales
habrá una “tópica de la emoción, una patemización que será constituida
por un conjunto de “figuras” (Charaudeau, 2000:127). Pero es necesario

21 A pesar del riesgo de ser hacer una interpretación demasiada esquemática, se podría decir
que la psicología se dedica principalmente al estudio de la reacción sensorial de los individuos en
relación con las percepciones que tienen de un mundo en el que las manifestaciones juegan el
papel de desencadenador de las pulsiones. Sin embargo, en cada una de las ramas de la psicología
existen diferentes énfasis en el estudio de las emociones. Los psicólogos sociales ponen de relieve
la importancia comunicativa de la expresión emocional; los cognitivos se centran en la relevancia
de la relación emoción-cognición; los psicólogos de la personalidad consideran el estudio de los
rasgos en términos de emociones discretas; los clínicos han encontrado importantes relaciones
entre desórdenes psicológicos y tipos de experiencia emocional. Por su parte, desde la sociología
de las emociones de lo que se trata es de proceder a la descripción de las categorías de emoción-
norma-juicio del comportamiento social según diferentes parámetros: el grado de universalidad,
la especificidad cultural, la acción más o menos mayoritaria, la racionalidad. También se pone
énfasis particular en el estudio de las creencias ya que éstas se conectan íntimamente con las
emociones: son parte de lo que la emoción es en sí.

284 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

aclarar que este punto de vista debe ser complementado por una teoría
del sujeto y de la situación de comunicación. Por ello aunque en el es-
tudio de la emociones el análisis del discurso se demarca de la psicología
y de la sociología de las emociones, a su vez tiene necesidad de ellas en
la medida en que sus análisis ponen en evidencia los mecanismos de in-
tencionalidad de un sujeto, aquellos de la interacción social y la manera
en que se constituyen las representaciones sociales.
Para un tratamiento discursivo de las emociones, siguiendo a Patrick
Charaudeau, es necesario reconocer que las emociones son generalmente
del orden intencional, éstas están ligadas a los saberes y las creencias y
se inscriben dentro de una problemática de la representación psicosocial
(2000:128). Además, las emociones se manifiestan en un sujeto humano
con respecto a algo, o más exactamente por la representación que éste
tiene de lo que quiere o desea combatir.
Una de las cuestiones que es importante señalar es que para poder
entrar al análisis de las emociones una primera labor de los analistas del
discurso es rechazar un enfoque de la emoción como perturbación y
desorden. Se requiere más bien, como es común en las teorías cognitivas
de las emociones y en la sociología de las emociones, comprenderlas
como portadoras de interpretaciones y significados dependientes de
consideraciones sociales y culturales que definen los momentos y las
circunstancias en que debe ser experimentada cada una de ellas y con
qué grado de intensidad debe hacerse.

La emoción en la comunicación argumentativa

Las interacciones argumentativas y los discursos son objetos idóneos para


comenzar con el estudio de la emoción en el discurso, primero, porque
en el discurso argumentativo, la gente se involucra profundamente en lo
que dice, tal vez más que en cualquier otra forma de discurso (Plantin,
1999:3). La segunda razón es que la argumentación implica el disenso y
por tanto la posibilidad de la contra-argumentación.
Plantin (1989) concibe la argumentación como una actividad ra-
cional, inserta en el lenguaje cotidiano, en la interacción comunicativa

LENGUAJES Y DISCURSOS 285


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

diaria; desde esta perspectiva, la actividad de argumentar consiste en di-


rigir un argumento a un interlocutor, es decir, una buena razón para que
admita una conclusión, asegurando así un comportamiento adecuado
por dicho interlocutor (1998:39).En otras palabras, el discurso argu-
mentativo es un tipo de discurso que apoya una tesis, algo en lo que ha-
bría que creer; también puede ser un discurso que proporciona motivos
para hacer algo que habría que hacer. De esta misma manera los sujetos
argumentan sus emociones. Dan razones para expresar lo que sienten y
lo que uno debería sentir. Pueden hacer esto ya que las emociones no son
algo que cae sobre la gente como un libro cae sobre el suelo, en virtud
de una ley física. Como ellas son entidades lingüísticas culturales, las
emociones pueden ser puestas en tela de juicio (Plantin, 1997).
El análisis lingüístico-argumentativo de la emoción en la comunica-
ción argumentativa es una tarea extremadamente compleja, que puede
ser abordada a partir de una serie de problemas, por ejemplo: las marcas
lingüísticas de la emoción; su engendramiento, los efectos y la gestión
de las vivencias afectivas; las normas de la emoción y su “puesta en esce-
na”; los estereotipos emocionales; los discursos de contenido emocional
explícito: la narración, descripción, argumentación de las emociones
(Plantin, 1998:8).
Para Plantin, la argumentación de una emoción se da cuando el dis-
curso justifica una vivencia o experiencia; por lo que lo primero en el
análisis sería determinar quién supone que experimenta qué. En otras
palabras, para estudiar la argumentación de la emoción, hay que saber
cuál es la conclusión que se persigue (la emoción que se quiere construir
argumentativamente).También es necesario conocer los tipos de razones
ofrecidas para apoyar esa conclusión.
La representación del acontecimiento estímulo es una construcción
argumentativa, retórica, reglamentada por un tópico. Sabemos que un
tópico es un conjunto de reglas que gobiernan la producción de los
argumentos; tiene que ve con la recolección de la información y del
tratamiento del acontecimiento, con finalidades múltiples: narrativas y
descriptivas, argumentativas.
Los tópicos tienen diferentes grados de generalidad; el más general
tiene la forma célebre “quién hizo qué, cuándo, dónde, cómo, por qué”.

286 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

Otros corresponden a campos específicos y funcionan en una comuni-


dad homogénea, a las normas compartidas. Por ejemplo el tópico de la
deliberación política está constituido por el conjunto de las cuestiones
que conviene cuestionarse antes de tomar la decisión de adoptar o de
rechazar una medida de interés general.
Para el estudio de la emoción es necesario precisar los principios (to-
poi) que aseguran la coherencia del “discurso conmovido”. Para extraer
los rasgos argumentativos que se asignan a los enunciados, sus orienta-
ciones hacia las emociones, se puede utilizar la siguiente lista de topoi
(Plantin, 1998).22

•฀ T1:฀¿Qué?฀El฀evento.฀Corresponde฀a฀los฀contenidos฀emotivos฀del฀
evento y se relaciona con las reglas retóricas de mimesis emocional;
en otras palabras, de qué se trata el evento emotivo.
•฀ T2:฀¿Quién?฀Las฀personas฀afectadas.฀Este฀topo฀se฀reiere฀a฀las฀perso-
nas afectadas y es importante en tanto la emoción varía de acuerdo
a quien afecta el hecho. Por un lado, hay que considerar que ciertas
personas despiertan más emociones que otras: la muerte de un niño
afecta más que la de un anciano; por otro lado, un mismo evento:
“ganarse el premio mayor de la lotería”, no suscita los mismos senti-
mientos según si el afectado es un hombre famoso o una familia de
escasos recursos.
•฀ T3:฀¿Cómo...?฀Las฀analogías.฀La฀importancia฀de฀la฀analogía฀en฀la฀pro-
ducción de las emociones está muy bien expresada por el principio
de Ungerer (1997) “uso metafórico ligado a los dominios estables
de las emociones”. En otras palabras, hay dominios especialmente
sensibles, y mediante símiles o metáforas se puede hacer referencias
a ellas.
•฀ T4:฀¿Cuándo?฀Tiempos.฀Esta฀pregunta฀remite฀al฀modo฀de฀construc-
ción temporal y aspectual de eventos, la exclusión o la inclusión
dentro de la temporalidad subjetiva de la persona.

22 Este conjunto de topoi propuesto ha sido elaborada por Plantin a partir de los datos de la
retóricas clásicas, los principios de inferencia emocional propuestos por Ungerer, las categorías
lingüísticas de construcción de la emoción de Caffi y Janney, así como del sistema de facetas
teorizado por Scherer (Plantin, 1998).

LENGUAJES Y DISCURSOS 287


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

•฀ T5฀¿Dónde?฀Lugar.฀Se฀relaciona฀con฀las฀técnicas฀retóricas฀de฀topogra-
fía. Hay lugares más asociados a emociones (cementerio, campo de
batalla) que otros. En todo caso, mientras más cercano sea al interlo-
cutor mayor tono afectivo tiene para él.
•฀ T6:฀¿Cuánto?฀¿Con฀qué฀intensidad?฀Cantidad.฀La฀dimensión฀o฀la฀mag-
nitud del evento pueden tener estrecha relación con las emociones que
despierta, así como la cantidad de personas involucradas o cualquier
alusión a cantidad que despierte la sensibilidad en la audiencia.
•฀ T7:฀¿Por฀qué?฀Causa/agente.฀Es฀interesante฀notar฀cómo฀el฀origen฀y฀va-
riaciones de la emoción están vinculados a la imputación de respon-
sabilidad, por ejemplo, las emociones en una situación determinada
dependerán de si el accidente es un infortunio o un acto deliberado.
•฀ T8:฀¿Consecuencias?฀Este฀topo฀está฀relacionado฀con฀las฀predicciones฀
que se pueden desprender de un evento. El proyectarse o señalar las
consecuencias que se extraen a partir de un hecho puede desencade-
nar una serie de emociones.
•฀ T9:฀¿Normas?฀Conformidad/incompatibilidad฀con฀las฀normas฀de฀X.
Este topo está vinculado a las normas o valores sociales establecidos
culturalmente. Son aquellas normas reconocidas en la memoria co-
lectiva y varían de una sociedad a otra.
•฀ T10:฀¿Control?฀Posibilidad฀de฀control฀del฀evento฀por฀X. Se refiere a
los elementos explícitos en el argumento sobre lo cerca o lejos que se
consideran los hechos, si es clara o difusa la presentación del hecho,
y si es asertivo o no, convirtiéndose estas en posibilidades de control
que dan cuenta desde la posición del enunciador de las emociones en
potencia de acuerdo al compromiso que tiene con el hecho.
•฀ T11:฀¿Cuál฀es฀la฀distancia฀entre฀X?฀¿Distancia฀de?฀¿Qué฀grado฀de฀
proximidad o de intimidad existe con el evento? Este topo explicita la
focalización subjetiva de la producción de emociones, es decir, desde
qué lugar o posición el argumentador presenta los hechos. Permite
establecer el grado de compromiso que tiene con la argumentación
planteada y si habla desde una postura personal o como representante
de una colectividad.
•฀ T12:฀¿acuerdo,฀consentimiento?฀¿Es฀agradable฀o฀desagradable฀para฀X?
Este topo se ubica en la conclusión, equivale a la evaluación global
del evento (Plantin, 1998: 19-20).

288 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

Cada uno de estos topoi sirve de base para clasificar aquellos argu-
mentos en los cuales están presentes las emociones de forma directa
o indirecta, también permiten desglosar el argumento de acuerdo al
evento, sus participantes y cada uno de los elementos involucrados en su
configuración para determinar dónde se ubican las emociones y estable-
cer, de este modo, una asociación entre la estructura del argumento y su
contenido. La pregunta retórica que introduce cada topo sirve de ayuda
para orientarnos en el momento de buscar la información y establecer el
vínculo entre el evento y las emociones (Plantin, 1998).

Propuesta: reconstruir las emociones

El método para el estudio de las emociones en el discurso que se propone


está fundamentado en los trabajos provenientes de la psicología, la retóri-
ca y la lingüística de la lengua y del discurso. Éste ha sido desarrollado e
ilustrado por Christian Plantin (1998, Plantin y Gutiérrez, 2009). Tiene
como fin la reconstrucción de las emociones y la reconstitución de los re-
corridos emocionales de los interactuantes o de los actores que aparecen
en el texto. Se aplica tanto a los textos escritos como a las interacciones
contempladas bajo sus aspectos multimodales accesibles a partir de datos
registrados en vídeo. Además es complementado por una pragmática de
la emoción, que corresponde a una toma en consideración de la situación,
no de la situación natural, pero de aquella que define la emoción para el
sujeto (la situación como emocionante para el sujeto conmovido).
Este acercamiento combina la localización directa de las emociones
(enunciados de emoción) y su localización indirecta, a partir de los indi-
cios situacionales y los indicios de expresión. La idea es explotar todos los
indicios indirectos de las emociones (los patemas:23 Plantin, 1998) para
reconstruir la emoción. El siguiente esquema representa las diferentes
formas en que puede expresarse la emoción.

23 Todo enunciado que contiene uno o varios rasgos argumentativos es considerado como un
argumento (Plantin, 1990: 152); para tomar en cuenta el hecho de que se trata de marcadores de
orientación emocional, se podría denominar “pathema” a esos rasgos argumentativos emocionales.

LENGUAJES Y DISCURSOS 289


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

Enunciado de emoción
(R1)

Indicios anteriores, Indicios posteriores,


se encuentra en una
X X reconstruye la situación
situación “emocionante” X experimenta como emocionante (R3)
(R2) la emoción

Fuente: Plantin y Gutiérrez, 2009.

La expresión directa de las emociones se hace por medio de los enun-


ciados de emoción (EE). Un EE afirma o niega que un actor (experi-
mentador) se encuentra en tal o cual estado psicológico. En términos
lingüísticos, un EE une un lugar psicológico (LP) a un término de emo-
ción (TE) (“estaba furiosa” = LP + TE). También puede incluir la fuente de
la emoción (“esto me enfurece”=Stimulus +LP + TE).
Por designación directa de la emoción se entiende la referencia a ella
mediante un término específico. Los términos de emoción pueden ser
definidos o catalogados. La lista incluye probablemente alguna centena de
términos, básicamente la clasificación clásica de los términos de emoción
como el miedo, la ira, la vergüenza, el júbilo, pero no exclusivamente.24
Para delimitar la clase de términos de sentimientos/emoción (sustantivos,
verbos, adjetivos) se pueden utilizar las siguientes tres categorías:

•฀ Nombre฀del฀sentimiento/emoción,฀aparece฀en฀contextos฀tales฀como:฀
un sentimiento de + nombre de sentimiento = “un sentimiento de
lealtad”, entendiendo lealtad en primera instancia como valor y luego
como sentimiento.
•฀ Conjunto฀de฀derivados฀morfo-léxicos฀de฀cada฀sustantivo฀de฀base฀que฀
expresan un sentimiento. Por ejemplo, a partir de odio se recupera
odiar, rencoroso (en su relación con odio), odioso.

24 Sobre el tema de las diferentes maneras de clasificar las emociones existe una
extensa discusión que va desde delimitar cuáles, cuántas y por qué ciertas emociones
son consideradas como básicas o primarias y cuáles como secundarias. Para un recuento
detallado de todas estas clasificaciones cf. Ortony, Clore y Collins (1988: 33).

290 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

•฀ Listas฀de฀vocabulario฀proporcionadas฀por฀psicólogos฀en฀torno฀a฀los฀
conceptos emoción o sentimiento o extraídas de diccionarios de sinó-
nimos. El interés por el léxico de las emociones es compartido por
los psicólogos y los lingüistas. Las listas simples de los términos de
afecto son instrumentos muy buenos para comenzar, en gran parte
corresponden a las listas proporcionadas por los psicólogos que po-
nen atención a lo que ellos se llaman “etiquetas verbales conectadas a
emociones”. Los psicólogos prefieren partir de los sustantivos (Cos-
nier, 1994: 44-45); los lingüistas trabajan no sólo en el léxico de las
emociones, sino también en los verbos de emociones, y consecuente-
mente, en los enunciados de emociones (Balibar-Mrabti, 1995).

En otros casos, las emociones no son designadas, es decir, ningún


término de emoción claro está presente en el discurso. De todos mo-
dos el material verbal puede contener indicaciones que permiten una
derivación de una emoción de la descripción de los estados fisiológicos
emocionales o de ciertas acciones típicas. La expresión indirecta de las
emociones (emoción implicada) se puede hacer por dos vías: por una
parte, al reportar señales posteriores de la emoción, es decir, modos de
comportamiento característicos de una persona emocionada (manifesta-
ciones fisiológicas, mimo-posturo-gestuales o de conducta); estas señales
son los vectores de la empatía. Por otra parte, por señales anteriores,
inductores estereotipados que restituyen la situación bajo un formato
narrativo-descriptivo que induce tal o cual clase de emociones (Plantin
y Gutiérrez, 2009).
Para poder identificar la designación indirecta de la emoción, se pue-
den llevar a cabo los siguientes procedimientos:

•฀ Reconstrucción฀sobre฀la฀base฀de฀índices฀lingüísticos,฀según฀los฀estu-
dios de las metáforas emocionales, que permiten reconstruir términos
que designan emociones (Kövecses, 2003). Así, por ejemplo, si se dice
“Pedro enrojeció”, se debe analizar la situación para establecer si en-
rojeció de vergüenza, de cólera, etcétera.
•฀ Reconstrucción฀sobre฀la฀base฀de฀lugares฀comunes฀situacionales฀y฀
actitudinales. Aquí es fundamental el principio de que los discursos

LENGUAJES Y DISCURSOS 291


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

culturales asocian ciertas emociones a lugares comunes situacionales


y actitudinales. Por ello, es posible interpretar enunciados descripti-
vos de actitud como índices de la emoción sentida por el sujeto. En
la medida en que cada emoción corresponde a un componente de
“expresión motriz” más o menos convencional en cada cultura, cada
hecho es atribuido a un actor y asociado a la emoción correspon-
diente. Por ejemplo, si el personaje se pregunta: “¿Cómo soportaré
la mirada de mis hijos?” se le puede atribuir un sentimiento de ver-
güenza.

Procedimiento analítico

El primer movimiento en la investigación de la dimensión emocional


de un texto debe catalogar a los experimentadores potenciales y ver qué
emoción es atribuida a quién. Hay argumentación de una emoción
cuando el discurso justifica una vivencia o experiencia; por lo que es
necesario determinar quién supone que experimenta qué. Por tanto
metodológicamente el procedimiento analítico que se deriva de esta
propuesta es que primero se tiene que saber qué tipo de emoción es
dirigida a quién, la persona afectada: quién siente/debe sentir qué. Esto
lleva a la identificación de dos categorías de análisis: el lugar psicológico
y los enunciados de emoción.
El lugar psicológico es el que ocupa el experimentador, la persona
que experimenta el sentimiento. De una manera general los lugares psi-
cológicos son, sobre todo, los seres humanos, por ejemplo, el locutor e
interlocutor, en tanto que referentes de pronombres de la 1ª y 2ª perso-
na. Los nombres propios, pronombres personales, descripciones pueden
designar entonces el lugar psicológico (Plantin, 1998:10). Lo que el ex-
perimentador siente o experimenta refiere a los términos de emoción, los
términos en los que la emoción se expresa y que le pueden ser atribuidos,
designados. El conjunto de términos o expresiones referidas a un expe-
rimentador potencial constituye los paradigmas de designación esto es,
un conjunto de términos (sustantivos comunes o propios) y expresiones
que usan los diferentes actores del discurso.

292 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

También es necesario conocer los tipos de razones ofrecidas para apo-


yar estas conclusiones para ello la lista de topoi que propone Plantin, que
ya fue explicada, puede ser de gran utilidad, ésta serviría para precisar
los principios (topoi) que aseguran la coherencia del discurso conmovido.
Posteriormente se tiene que proceder a identificar si existen enunciados
de emoción, es decir, si la emoción es explícitamente enunciada, y en
caso contrario, se tratará de reconstruir la enunciación indirecta de la
emoción que es construida argumentativamente.
Para poder ejemplificar brevemente la propuesta se analiza el texto de
un spot político que el Gobierno Federal trasmitió, en el mes de octubre
de 2009; versa sobre el paquete económico presentado por el presidente
Felipe Calderón. Este spot fue trasmitido tanto en radio como televisión.

De aprobarse la propuesta de paquete económico del Gobierno Federal, cada


que tú compres algo o pagues un servicio estarás ayudando a los niños más
pobres de México para que hoy puedan comer y seguir estudiando y el día
de mañana puedan seguir adelante con su propio esfuerzo. Por primera vez
tu contribución llegará de manera directa y transparente a las familias que
más lo necesitan. Con el esfuerzo de todos México va a salir adelante. Para
vivir mejor. Gobierno Federal.

El lugar psicológico o los experimentadores somos todos los ciudada-


nos mexicanos. Podemos reconocer una apelación directa al destinatario
al dirigirse a él utilizando la segunda persona del singular: “cada que
tú compres” o “pagues un servicio, estarás”. Esta estrategia enunciativa
hace que el destinatario se sienta directamente interpelado, es decir, que
aquellos que quieren ayudar a los “niños más pobres de México” lleven a
cabo una acción. Se dirige a todos los mexicanos que les interesa que los
niños más pobres tengan que comer y que México siga adelante.
Con relación al tipo de argumentos utilizados se puede ubicar un
llamado a la piedad al hablar de “los niños más pobres”. Como ya se
señaló, el argumento ad misericordiam apela a la piedad para apoyar una
conclusión. En este caso la conclusión es que se debe apoyar la propuesta
del paquete económico propuesto por el presidente para que esos niños
tengan que comer. El llamado a la piedad es razonable ya que se presume

LENGUAJES Y DISCURSOS 293


EL ESTUDIO DE LAS EMOCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA ARGUMENTATIVA

que corresponde a un valor que se supone compartido, en este caso la


fraternidad, la solidaridad.
Si bien no existe propiamente un enunciado de emoción, es decir,
un enunciado en el que la emoción sea explícitamente enunciada, la
emoción puede ser reconstruida. A partir de los argumentos utilizados
la emoción que se trata de despertar es la de la compasión. En el texto
no existe ninguna mención explícita a ciertas emociones; sin embargo,
el texto contiene un tópico en el sentido en que está asociado a lugares
que en nuestra cultura justifican una emoción. “los niños más pobres de
México”. En efecto se trata de niños, seres por definición inocentes, lo
que vuelve de aquí en adelante, sensible al destinatario por lo que pueda
ocurrirles. Pero además se señala que el dinero que se aporte servirá “para
que hoy puedan comer”. Se trata de niños que no tienen que comer,
niños famélicos. El hecho de que no tengan que comer suscita auto-
máticamente la piedad. El enunciado despierta sentimientos de piedad
vinculados con el sentimiento moral que requiere que la infancia sea pro-
tegida y pueda gozar de sus prerrogativas: la alegría y la despreocupación.
Así, la emoción se inscribe en un saber de creencia que desencadena
cierto tipo de reacción frente a una representación social que conduce
a cierta conclusión afectiva. La adhesión del auditorio a las premisas
determina la aceptabilidad de las razones del sentimiento.
Los acontecimientos conmueven cuando sus consecuencias afectan
los intereses normas y valores del (potencial) experimentador. Pueden
inducir a emociones simplemente mostrando que tal o cual estado de
asuntos tendrá una consecuencia positiva o negativa. En este caso la
emoción es orientada hacia una consecuencia positiva: “Con el esfuerzo
de todos México va a salir adelante”.
Este breve análisis puede servir para ver la utilización política de las
emociones. En el spot se observa claramente que existe una intención de
involucrar a los destinatarios por medio del llamado a la compasión para
que se apruebe la reforma presentada. El depositar en el destinatario la
opción de que los niños más pobres tengan que comer es, sin duda, una
explotación de la compasión que se encamina al logro de los objetivos
del destinatario: la aprobación de la propuesta. Lo que el gobierno quiere
lograr es involucrar al destinatario despertando en él emociones que lo

294 LENGUAJES Y DISCURSOS


SILVIA GUTIÉRREZ VIDRIO

hagan sentir que depende de él que los niños tengan que comer o no
y no tanto del gobierno u otras instancias. Además de depositar en el
destinatario la opción de poder hacer algo por los niños más pobres, lo
que se infiere del análisis es que se explotan las emociones pero se oculta
la intención de que el involucramiento emocional haga que la gente no
vea lo que hay atrás de la propuesta, es decir, lo que va a significar para
el salario de los ciudadanos: un incremento de impuesto que merma
directamente el salario. Además, de no existir una explicación en cuánto
lo que la aprobación de la propuesta significaría para los ingresos del
destinatario, tampoco se especifica por qué esta sería la primera vez que
el dinero llegaría a los más pobres. Esto presupone que anteriormente
no ha llegado, sin embargo no se explica ni por qué no ha llegado y
qué es lo que aseguraría que esta vez sí llegaría. Se podría concluir que
la fuerza argumentativa del spot está depositada en lograr el involucra-
miento emocional del destinatario pero que un análisis más detallado
puede mostrar cómo esa apelación si bien está orientada hacia una con-
secuencia positiva, oculta a la vez la propia naturaleza de la propuesta y
las intenciones del locutor.
Con este breve análisis se ha tratado de mostrar la importancia del
análisis argumentativo de las emociones. Si bien existen otros elementos
que fueron expuestos en la propuesta metodológica que no han sido
analizados, el ejemplo trata de poner en relieve, en este caso, la fuerza
argumentativa que puede tener un llamado a la piedad, es decir, el apelar
a la misericordia para lograr un objetivo y el uso político que se puede
hacer de éste.

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