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Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?

Porque su estima sobrepasa largamente a la


de las piedras preciosas. Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su
vestido. – Proverbios 31:10 y 22

Hermanos el Señor les bendiga grande y poderosamente, estoy muy gozosa de


estar entre ustedes el día de hoy, hoy les hablaré de una mujer que vendía
púrpura, de la ciudad de Tiatira y que adoraba a Dios. ¿Quién será?

Vayamos a hechos 16:13-15

Dividiré el mensaje en dos partes, la primera es El contexto de Lídia

Dentro de la primera parte, primero debemos respondernos

¿Quién era Lidia?

Podemos determinar que Lidia era una mujer de negocios, vendía púrpura que
era una pintura y telas muy finas que se teñían de este mismo tinte, la púrpura
en esta época era rara y cara, originalmente se obtenía de las púas del
caparazón de un animal acuatico, que era muy difícil de obtener, sin embargo
en el lugar del cual era originaria Lidia habían encontrado otro método para
obtenerlo a partir de la raíz de una especie vegetal, éste era un poco más
económico, pero aun así seguía siendo caro, de hecho por mucho tiempo solo
los reyes y la nobleza podían vestirse de éste color, esto nos hace pensar que
Lidia debió ser una mujer rica e influyente, fue tanto su mente de negocios que
salió de Tiatira hacia Filipos para ampliar su negocio, era una mujer
emprendedora dispuesta a cambiar de país para trabajar y negociar. Lidia no
era judía sino una prosélita, en Tiatira de donde era originaria habían
sinagogas y una comunidad bastante grande de judíos, de hecho en el
mensaje a las Iglesias de apocalipsis hay un mensaje a Tiatira Apocalipsis
2:18-29, pero es algo de lo que no hablaremos el día de hoy.

Así que Lidia era una mujer que conocía a Dios, lo adoraba, era temerosa de
Él, pero NO conocía a Jesucristo.

Quizás tú, te identifiques con Lidia, eres temerosa de Dios, crees que hay un
Dios verdadero, y eres sincera en tu creencia. Pero pregúntate si en verdad
esa sinceridad te lleva a la salvación. Analiza tu corazón y ve si realmente ha
habido un verdadero arrepentimiento y fe para perdón de tus pecados.

¿Dónde estaba Filipos?


Filipos era la primera ciudad de una provincia llamada Macedonia, era una
comunidad muy próspera y activa, tenía muchas rutas comerciales y de
negocios, por este motivo Lidia se había ido a vivir allí.

¿Por qué Pablo y sus compañeros terminaron yendo a Filipos?


El plan original de Pablo no era ir a Filipos, su plan era ira a Asia, pero el
Espíritu Santo no se los permitió, leamos Hechos 16:6-10, entonces la pregunta
aquí es ¿Por qué Dios los llamó a Macedonia? Por muchas razones y una de
ellas era Lidia, cuando Pablo llegaba a algún lugar, recordemos que estan en
uno de sus viajes misioneros, él esperaba hasta el día de reposo, porque
aunque es el Apóstol de los gentiles, procuraba primero hablarles a los judíos,
entonces el espera el día de reposo para buscar las sinagogas, sin embargo en
este lugar no había, sino que las mujeres judías se reunian a orar como vemos
en el vesículo 13 de hechos 16.

La segunda ¿Qué podemos aprender de Lidia?

1. Lidia me recuerda que la salvación es del Señor y que debemos abrir


nuestro corazón.
Pablo fue obediente al llevar el evangelio a los de Macedonia y Dios fue
fiel en abrir los corazones y salvar. El Creador del universo está
activamente obrando en los corazones, atrayendo con ternura a
pecadores que no merecen su amor. El mismo Espíritu que levantó a
Cristo de la muerte es el que trae a la vida a quienes Dios abre sus ojos.
Aunque Lidia era una mujer muy ocupada, encontraba tiempo o
programaba su tiempo para las cosas de Dios, ella guardaba el día de
reposo para juntarse con las otras mujeres a ora, ¿Guardas tú el día del
Señor? ¿Ordenas tus actividades y quehaceres de tal manera que tu
prioridad número 1 sea Dios y su obra?
Cuando Pablo hablo con las mujeres y les habló de Cristo, la palabra
dice que Lidia estaba oyendo y EL SEÑOR abrió su corazón para que
estuviera antenta a ella, así hoy yo estoy hablando, pero no soy yo la
que puede obligarlos a que me escuchen, es Dios quien está obrando en
sus corazones y quien hará que ustedes estén atentos y aprendan de la
vida de Lidia para que podamos ponerlo por obra. Es Dios mismo quien
hace la obra de salvación en nosotros, yo por mí misma no puedo hacer
nada, es el Señor, en Juan 6:44 Jesús mismo dice que nadie puede
venir a él si el Padre que lo envió no lo trajere.
Vemos la soberanía de Dios en su vida, trae a Lidia a la oración, hace
que justo Pablo les hable del evangelio, Dios le da oídos para oír y le
abre el corazón para que esté atenta a lo que Pablo decía. Dios pone los
medios, Dios da la fe, que es un don de Dios, Dios da el arrepentimiento,
y abre los corazones. Es una obra enteramente divina por pura gracia.
Lidia, esa misma mañana se convirtió en una verdadera creyente.
Respondió al evangelio al instante y de manera voluntaria.
Quizás tú llevas mucho tiempo oyendo el evangelio, o es la primera vez
que lo haces, el tiempo no importa, lo importante es que estés atenta a
la Palabra de Dios y que le pidas a Dios que abra tu corazón para recibir
la salvación.

2. Lidia me empuja a compartir el evangelio


Si estoy completamente segura de que Dios es quien orquesta la
salvación, yo puedo compartir el evangelio con la confianza de que Él
hará el trabajo que ningún ser humano puede hacer. Me quita el peso de
la decepción o el miedo de no tener un buen desempeño.
Mateo 28:19 haced discipulos Marcos id por todo el mundo y predicad el
evangelio
Hechos 1:8 pero recibireís poder
Al momento de que Lidia se convirtió al evangelio, ella no se lo quedó,
ella atrajó a su familia a éstas promesas, cuando tienes algo bueno para
compartir no esperas el momento en decirselo a todos, así mismo es el
evangelio, el versículo 15 de hechos 16 nos dice que ella fue bautizada y
su familia también, una de las primeras señales de que se es un
verdadero creyente es el anhelo en su corazón de bautizarse, de pasar a
ser un Hijo de Dios, debemos recordar que el bautizo no salva a nadie,
pero lo deseamos porque es una señal visible ante Dios y los hombres
de que estamos sometidos a su mandatos

3. Lidia me llama al servicio para la expansión del Reino


Otra señal de que Lidia había sido convertida, es que abrió su hogar
para los creyentes. En el v.15, nos dice que Lidia obligó a Pablo y sus
compañeros a quedarse en su casa. Seguro que ellos se estaban
hospedando en algún mesón, y Lidia ofrece su casa y sus provisiones
para los misioneros. No era hospedarlos solo para una noche, sino que
se quedaron allí muchos días.
Por ayudar a una chica con espíritu de adivinación, Pablo fue
encarcelado y azotado. El predicar el evangelio era peligroso y era un
delito de cárcel. Sin embargo, Lidia, aun exponiéndose a ser
encarcelada, menospreciada, o tener pérdidas en su negocio, ella siguió
albergando a los creyentes. En el v.40 se nos dice que Pablo y Silas
cuando salieron de la cárcel fueron a casa de Lidia a ver y consolar a los
hermanos.
Con casi toda seguridad podemos decir que los primeros cristianos en
Filipos se reunían en casa de Lidia. Qué privilegio que tu casa se use
para tener cultos y reuniones de iglesia.
¿Cómo usas tu casa? ¿Cómo usas tus bienes? ¿Es tu casa una casa
abierta al evangelio y a los creyentes?

Damos gracias a Dios por tener este testimonio de Lidia en la Palabra de Dios.
Es un ejemplo para nosotras de una mujer emprendedora en el trabajo. Una
buscadora de Dios, que al final lo encontró, o mejor dicho, Él la encontró a ella.
Es un ejemplo de obediencia a los mandatos de Dios al ser bautizada. Es un
ejemplo de testimonio, de una vida transformada, de amor a la obra de Dios y a
los creyentes. Fue la primera convertida en Europa y en su hogar se reunía la
primera iglesia europea ¡qué privilegio!

¿Eres un ejemplo de mujer creyente? ¿Eres un ejemplo de fe, de hospitalidad,


de amor a Dios y a su obra? Tampoco nos cansemos de hablar del evangelio y
de Cristo a otras personas, quién sabe si habrá una Lidia escuchándote, a la
cual Dios abrirá su corazón.

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