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Resumen de capítulos del libro Hechos de los Apóstoles

Cap. 13 - “Días de preparación”


Capítulo en el cual es basado en la historia de conversión de Pablo del capítulo 9 del libro de
Hechos, donde en ese entonces Saulo era un perseguidor de cristianos y podemos notar con
notoriedad la conversión de este personaje, siendo Pablo la persona escogida para predicar
el evangelio a pesar de que era un perseguidor de cristianos Dios tenía un propósito en su
vida, tendría que pagar por lo que había hecho, sin embargo, era designo de Dios que pablo
fuera un predicador, , Pablo tenía amplia oportunidad para estudiar y meditar con quietud.
Repasó serenamente su experiencia pasada, y se arrepintió cabalmente. Buscó a Dios con
todo su corazón, sin descansar hasta saber con certeza que su arrepentimiento fue
aceptado y sus pecados perdonados. Anhelaba tener la seguridad de que Jesús estaría con
él en su ministerio futuro. Vació su alma de los prejuicios y tradiciones que hasta entonces
habían amoldado su vida, y recibió instrucción de la Fuente de la verdad. Pablo predicó y
confundió a los que estaban en damasco, porque era un perseguidor y no entendían como
podía estar predicando sobre Dios si antes era un perseguidor de cristianos. Gracias al
arrepentimiento de Pablo y que a pesar estuvo en problemas con sus excompañeros, no
dudo en predicar la palabra de Dios y en ser un verdadero hijo de Dios, gracias a él el
número de creyentes aumento y podemos afirmar que si hay un verdadero arrepentimiento
de lo que hacemos en nuestra vida podemos ser un testimonio vivo de que Dios transforma
nuestra vida, pero escudriñando las sagradas escrituras y teniendo una comunión con él.
Cap. 17 – “Heraldos del evangelio”
Bernabé y Pablo encomendaron camino hacia Chipre continuando con la misión de predicar
el evangelio, en ese país se encontraron con un gobernador el cual estaba inquieto por
saber del evangelio, sin embargo como en todo lugar el enemigo quiere increpar sobre las
personas y desde luego aquí no sería la excepción un falso profeta impediría que el
gobernador de ese lugar escuchara el mensaje, donde pablo lleno de el espíritu de Dios le
dijo mentiroso y el falso profeta quedaría totalmente ciego, todo esto frente al gobernador
y el mismo creyó. Elimas no era un hombre instruido; sin embargo, era singularmente apto
para hacer la obra de Satanás. Aquellos que predican la verdad de Dios encontrarán al
astuto enemigo en muchas formas diferentes. A veces será en la persona de los instruidos,
pero más a menudo en la de ignorantes a quienes Satanás adiestró como instrumentos
eficaces para engañar a las almas. Es el deber del ministro de Cristo permanecer fiel en su
puesto, en el temor de Dios y en el poder de su fortaleza. Así puede confundir a las huestes
de Satanás y triunfar en el nombre del Señor. Pablo y sus compañeros continuaron viaje a
Perga de Panfilia. Su camino era penoso; afrontaban adversidades y privaciones, y estaban
acosados por peligros por doquiera. En los pueblos y ciudades por los cuales pasaban y a lo
largo de los caminos solitarios, estaban rodeados de peligros visibles e invisibles. Pero Pablo
y Bernabé habían aprendido a confiar en el poder libertador de Dios. Sus corazones estaban
llenos de ferviente amor por las almas que perecían. Como fieles pastores que buscaban las
ovejas perdidas, no pensaban en su propia comodidad y conveniencia. Olvidándose de sí
mismos, no vacilaban frente al cansancio, el hambre y el frío. No tenían sino un objeto en
vista: la salvación de aquellos que se habían apartado lejos del redil. Somos los encargados
de dar a conocer el mensaje a cualquier lugar, sin importar cuan duro es el camino, no
estamos solos, Dios está con nosotros, debemos de ser fieles a Dios, escudriñando la
palabra para que podamos ser verdaderos mensajeros de Dios y con fe salir a dondequiera
que vayamos que saldremos más que victoriosos.
Cap. 28 – “Días de trabajo y de prueba”
Como cristianos nos vamos a encontrar con pruebas día con día debido a que el enemigo no
cesara hasta ver a todos de su lado. Como cristianos tenemos la responsabilidad de trabajar
para Dios, sin embargo, no será una tarea para nada fácil, debido a las diversas pruebas que
como cristianos podemos afrontar y que en muchas ocasiones nos lleva al desánimo o a no
continuar con la obra. En Éfeso en los tiempos de Pablo existían personas que se dedicaban
a la venta de fotografías de Artemisa o Diana quien era un ídolo de los que allí habitaban, lo
que hacia esta mujer era acostarse con los hombres y luego según ellos eran purificados, era
una diosa según aquellos que ahí habitaban, antes de que Pablo saliera de ahí a su viaje por
Macedonia comenzó este alboroto, que podría bien ser un impedimento para que pablo
continuara con la obra. Demetrio preocupado por lo avanzado que iba la predicación del
evangelio, se preocupó porque su trabajo estaba en peligro. En su discurso Demetrio había
indicado que su oficio estaba en peligro. Estas palabras revelan la verdadera causa de la
revuelta de Éfeso, y también la causa de mucha de la persecución que afrontaron los
apóstoles en su trabajo. Demetrio y sus compañeros de oficio vieron que, por la enseñanza y
la extensión del Evangelio, el negocio de la fabricación de imágenes estaba en peligro. Los
ingresos de los sacerdotes y artesanos paganos estaban comprometidos y por esta razón
levantaron contra Pablo la más acerba oposición. En medio de la constante tempestad de
oposición, el clamor de los enemigos y la deserción de los amigos, el intrépido apóstol casi
se descorazonaba. Pero miraba hacia atrás al Calvario, y con nuevo ardor se empeñaba en
extender el conocimiento del Crucificado. No estaba sino hollando la senda manchada de
sangre que Cristo había hollado antes. No quería desistir de la guerra hasta que pudiera
arrojar su armadura a los pies de su Redentor.
Cap. 33 – “Trabajos y dificultades”
En la historia de pablo podemos observar que no lo es todo el trabajo, durante la era de
Pablo todas las personas desde pequeños eran instruidos en el trabajo de campo, sin
importar si eran hijos de ricos, pobres ni nada, sino que simplemente era una obligación por
así decirlo trabajar, Pablo era había aprendido el oficio de tejedor de tiendas, su primer
trabajo fue en Tesalónica, durante su periodo de tiempo por ese lugar trabajaba pero no
descuidaba la predicación no tenía la necesidad económica de depender de un trabajo sin
embargo en este capítulo, la sierva del señor recomienda que mantengamos nuestra mente
ocupada con un oficio y que es de mucha importancia aprender un oficio para poder
sobrevivir pero sobre todo no descuidar lo esencial del hijo de Dios y es predicar el
evangelio. El trabajo es una bendición, no una maldición. Un espíritu de indolencia destruye
la piedad y entristece al Espíritu de Dios. Un charco estancado es repulsivo, pero la corriente
de agua pura esparce salud y alegría sobre la tierra. Pablo sabía que aquellos que descuidan
el trabajo físico se debilitan rápidamente. Deseaba enseñar a los ministros jóvenes que,
trabajando con sus manos y poniendo en ejercicio sus músculos y tendones, se fortalecerían
para soportar las faenas y privaciones que los aguardaban en el campo evangélico. Y
comprendía que su propia enseñanza carecería de vitalidad y fuerza si no mantenía todas las
partes de su organismo debidamente ejercitadas. Cuando los mensajeros de Dios
reconozcan sus responsabilidades para con las porciones necesitadas de la viña del Señor, y
con el espíritu del obrero Maestro trabajen incansablemente por la conversión de las almas,
los ángeles de Dios prepararán el camino ante ellos, y serán provistos los medios necesarios
para llevar adelante la obra. Los que sean iluminados darán liberalmente para el sostén del
trabajo hecho en su favor. Responderán liberalmente a todo pedido de ayuda, y el Espíritu
de Dios moverá sus corazones para que sostengan la causa del Señor no solamente en los
campos locales, sino en las regiones lejanas. Así las fuerzas que trabajan en otros lugares
serán corroboradas, y la obra del Señor avanzará de la manera por él señalada.
Cap. 52 – “Firme hasta el fin”
Perseverancia y fe es lo que un cristiano debe de poseer durante tu camino por la senda del
bien, cada día debemos de trabajar para alcanzar la perfección, moldeando nuestro carácter
y teniendo en cuenta que nos encontraremos con duras pruebas, lo que debemos tener en
cuenta es que nuestro salvador estará ahí con nosotros y que no nos dejara de la mano, la
carta escrita por el apóstol pablo nos indica el camino a seguir para obtener la victoria, los
elementos que deben de estar con nuestra fe son la virtud, paciencia, templanza, temor a
Dios y el amor fraternal Estas palabras están llenas de instrucción, y dan la nota tónica de la
victoria. El apóstol presenta a los creyentes la escalera del progreso cristiano, en la cual cada
peldaño representa un avance en el conocimiento de Dios, y en cuya ascensión no debe
haber detenciones. Fe, virtud, ciencia, temperancia, paciencia, piedad, fraternidad y amor
representan los peldaños de la escalera. Somos salvados subiendo escalón tras escalón,
ascendiendo paso tras paso hasta el más alto ideal que Cristo tiene para nosotros. De esta
manera, él es hecho para nosotros sabiduría y justificación, santificación y redención. Ante
los creyentes se presenta la maravillosa posibilidad de llegar a ser semejantes a Cristo,
obedientes a todos los principios de la ley de Dios. Pero por sí mismo el hombre es
absolutamente incapaz de alcanzar esas condiciones. La santidad, que según la Palabra de
Dios debe poseer antes de poder ser salvo, es el resultado del trabajo de la gracia divina
sobre el que se somete en obediencia a la disciplina y a las influencias refrenadoras del
Espíritu de verdad. La obediencia del hombre puede ser hecha perfecta únicamente por el
incienso de la justicia de Cristo, que llena con fragancia divina cada acto de acatamiento. La
parte que le toca a cada cristiano es perseverar en la lucha por vencer cada falta.
Constantemente debe orar al Salvador para que sane las dolencias de su alma enferma por
el pecado. El hombre no tiene la sabiduría y la fuerza para vencer; ellas vienen del Señor, y
él las confiere a los que en humillación y contrición buscan su ayuda.

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