Está en la página 1de 1

24 de octubre del 2022

Bogotá, Colombia
Querido profesor
Las sensaciones que me generaron las pocas paginas que leí de Fahrenheit 451 me
teletransportaron a alguna calle de chapinero alto a media noche, aunque ya es como un
superpoder rolo que tengo de ver algo y poder sentir que estoy en alguna parte de Bogotá,
pero a pesar de eso realmente esas primeras páginas me hicieron sentir tal cual como
Montag pero no en una extraña ciudad futurista, sino en Bogotá y en vez de un tren que se
desliza por túneles un Transmilenio casi vacío. Siento que esa sensación de involucrarse
tanto en un libro no me suele suceder tan seguido y sentir que estoy caminando con una
desconocida por la mitad de la calle no suele ser lo común en mí. Al mismo tiempo que leía
esas primeras páginas donde Montag se cuestiona acerca de su felicidad me recordó a
cuando yo me hago esa misma pregunta y me incito a hacer lo mismo, cuando me pongo a
pensar en eso siento que soy infeliz, que todo me suele salir mal, pero esta vez la actividad
de sentarme a leer, escuchar los ruidos que hay por defecto en la universidad y ver todo eso
en retrospectiva me hacen dar cuenta que realmente soy feliz y no tengo razones para no
estarlo. Esta actividad me hace dar cuenta que definitivamente las pequeñas cosas que te da
la vida son las que mas felices me pueden hacer.
Juan Gonzalez.

También podría gustarte