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REFRANES

1 - A las diez, en la cama estés


Los niños tiene que acostarse pronto para ir al colegio descansados.

2 - En boca cerrada no entran moscas


En determinados momentos es mejor estar callado antes de meter la
pata.

3 - Zapatero a tus zapatos


No hay que meterse donde no te llaman.

4 - Barriga vacía, no tiene alegría


Comiendo bien se ven las cosas de distinto modo.

5 - Abril, aguas mil


Abril es un mes con muchas lluvias.
POEMAS

El grillo y la luna - Poema muy corto para niños


Un grillo cantaba
cri cri muy contento,
mirando a la luna
en el firmamento. 

Cri cri le cantaba


'eres la más bella'
y la luna reía
junto a las estrellas. 

Cri cri le cantaba


'eres tan hermosa'
y la luna brillaba
creyéndose diosa.
El conejito con gafas - Poema muy corto para
niños
Han puesto gafas de ver
a un pequeño conejito
y brincando va a la escuela,
contento, dando saltitos. 

¿Ves las letras con las gafas?


- Le pregunta el profesor -
y contestó el conejito:
¡Veo ahora mucho mejor!

Triste mariposa linda - Poesía de animales para


niños
Volando de flor en flor
la vieron en primavera,
envidiaron su hermosura
y no vieron su ceguera. 

Sus grandes ojos oscuros


dejaban ver su tristeza,
aún siendo una mariposa
de extraordinaria belleza. 

Triste mariposa linda


entre todas la más bella,
aunque sus ojos no vean
todos la miran a ella.
El león calvo - Divertida poesía para niños

Hubo un león en la selva


que se hizo famoso pronto,
porque nació sin melena
y sin un pelo de tonto 

Y creían en la selva
que estaría acomplejado,
pero siempre estaba alegre
rugiendo de lado a lado. 

Como el león era calvo


todos así lo llamaron
y por ser un gran ejemplo
como rey lo proclamaron.
CANTOS

1. Estrellita, dónde estás


Esta canción es un clásico que todos los niños hemos cantado y que los
niños del presente y del futuro siguen y seguirán cantando. Existen
distintas versiones: con una estrellita que brilla en el cielo, con una
campanita que suena, etc. Pero todas estas coinciden en proponer una
melodía sencilla y tierna que los niños no tardan en tararear.

Vuelve a disfrutar de la canción 'Estrellita, dónde estás'.

2. Que llueva
Parece que a los adultos nos amargan los días de lluvia. Sin embargo,
para los pequeños son una oportunidad para ponerse sus preciadas
botas de goma, chapotear en los charcos y cantar esta canción popular.

Chequea la letra completa de 'Que llueva'.

3. Cinco ratoncitos
A los padres nos hace mucha ilusión transmitir a los niños algunas de las
canciones que nosotros cantamos cuando éramos tan pequeñitos como
ellos. Esta, que tiene como protagonistas a unos escurridizos ratones, es
precisamente una de ellas.

Aquí puedes repasar la letra de la canción 'Cinco ratoncitos' por si no la


recuerdas completa.

4. Sol, solecito
Esta canción reúne todas las cualidades que tienen las buenas
canciones infantiles que pasan de padres a hijos: su letra es sencilla, su
melodía es agradable y su ritmo es pegadizo. Por todas estas razones, y
porque es muy popular en todos los kinder, no es extraño ver a los niños
de preescolar cantándola.

Canta junto a tus hijos la canción de 'Sol, solecito'.


5. Saco la manita y la pongo a bailar
Este clásico de las canciones infantiles más populares anima a los niños
a bailar, cantar y jugar con una melodía divertida de fondo. Como ya
sabrás, esta canción enumera una serie de gestos que los niños deben
repetir al ritmo de la música.

Escucha 'Saco la manita y la pongo a bailar'.

6. El cocherito
A veces, las letras de las canciones infantiles populares no pueden ser
más absurdas. Es lo que habla un poco esta canción, que puedes cantar
con tus hijos durante los viajes familiares que hagáis en coche.

Disfruta junto a tus hijos de la canción 'El cocherito'.

7. Pin pon
Uno de los mejores amigos musicales de los niños de preescolar es Pin
pon, el muñeco de cartón más guapo y simpático. Además, es una
canción estupenda que enseña a los pequeños algunas de las rutinas
más importantes del día: lavarse la cara, cepillarse el pelo, comer sin
marcharse... Melodías como esta fomentan la autonomía de los niños.

Canta junto a tu hijo en edad preescolar la canción de 'Pin pon'.

8. A guardar, a guardar
Si te parece 'misión imposible' que tu hijo guarde los juguetes después
de jugar con ellos y que ordene su habitación, aquí te dejamos una
canción que seguro que ayudará. Es muy popular en las escuelas
infantiles porque anima a los niños a ser más ordenados.

Escuchad y aprended la canción de 'A guardar, a guardar'.


ADIVINAZAS

1. Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace


ruido, muchas veces se equivoca.
Respuesta: El teléfono

2. Tengo agujas y no sé coser, tengo números y no sé leer.

Respuesta: El reloj.

3. Es una planta con una flor, que gira y gira buscando el sol.

Respuesta: El girasol.

4. Es pequeño como una pera, pero alumbra la casa entera.

Respuesta: El foco.

5. Es larga y de lana, y cuando hace frío se la pone mi hermana.


¿Quién soy?

Respuesta: La bufanda.

6. Soy bonito por delante y algo feo por detrás, me transformo a


cada instante ya que imito a los demás. ¿Sabes quién soy?

Respuesta: El espejo.

7. Ya ves, ya ves, tan claro que es y no me la adivinas de aquí a un


mes.

Respuesta: Las llaves

8. Te la digo y no me entiendes, te la repito y no me comprendes.

Respuesta: La tela.
CUENTOS

1. El niño y los clavos


Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le
dijo que cada vez que perdiera la calma, clavase un clavo en la cerca del patio de la casa. El
primer día, el niño clavó 37 clavos. Al día siguiente, menos, y así el resto de los días. Él
pequeño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter que
tener que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la
calma ni una sola vez y fue alegre a contárselo a su padre. ¡Había conseguido, finalmente,
controlar su mal temperamento! Su padre, muy contento y satisfecho, le sugirió entonces
que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca. Los días pasaron y
cuando el niño terminó de sacar todos los clavos fue a decírselo a su padre.

Entonces el padre llevó a su hijo de la mano hasta la cerca y le dijo:

– “Has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los
agujeros que quedaron. Jamás será la misma. Lo que quiero decir es que cuando dices o
haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter dejas una cicatriz, como estos agujeros en
la cerca. Ya no importa que pidas perdón. La herida siempre estará allí. Y una herida física
es igual que una herida verbal. Los amigos, así como los padres y toda la familia, son
verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te
escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para
recibirte”.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el
niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se
ha acabado.

2. El papel y la tinta
Había una hoja de papel sobre una mesa, junto a otras hojas iguales a ella, cuando una
pluma, bañada en negrísima tinta, la manchó completa y la llenó de palabras.

– “¿No podrías haberme ahorrado esta humillación?”, dijo enojada la hoja de papel a la
tinta. “Tu negro infernal me ha arruinado para siempre”.

– “No te he ensuciado”, repuso la tinta. “Te he vestido de palabras. Desde ahora ya no eres
una hoja de papel sino un mensaje. Custodias el pensamiento del hombre. Te has
convertido en algo precioso”.
En ese momento, alguien que estaba ordenando el despacho, vio aquellas hojas esparcidas y
las juntó para arrojarlas al fuego. Sin embargo, reparó en la hoja “sucia” de tinta y la
devolvió a su lugar porque llevaba, bien visible, el mensaje de la palabra. Luego, arrojó el
resto al fuego.

Leonardo Da Vinci

3. Uga, la tortuga
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba constantemente Uga, la tortuga. Y no era para
menos: siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus tareas, casi nunca ganaba
premios por su rapidez y, para colmo era una dormilona. ¡Esto tiene que cambiar!, se
propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le recriminaran por su poco
esfuerzo. Y optó por no hacer nada, ni siquiera tareas tan sencillas como amontonar las
hojitas secas caídas de los árboles en otoño o quitar las piedrecitas del camino a la charca.

– “¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo terminarán más rápido?
Mejor me dedico a jugar y a descansar”.

– “No es una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no es hacer
el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que sepas, pues siempre te
quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido. No todos los trabajos necesitan de
obreros rápidos. Hay labores que requieren más tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas, nunca
sabrás lo que eres capaz de hacer y siempre te quedarás con la duda de qué hubiera
sucedido si lo hubieras intentado alguna vez. Es mejor intentarlo y no conseguirlo, que no
hacerlo y vivir siempre con la espina clavada. La constancia y la perseverancia son buenas
aliadas para conseguir lo que nos proponemos, por eso te aconsejo que lo intentes. Podrías
sorprenderte de lo que eres capaz”.

– “¡Hormiguita, tienes razón! Esas palabras son lo que necesitaba: alguien que me ayudara
a comprender el valor del esfuerzo, prometo que lo intentaré.»

Así, Uga, la tortuga, empezó a esforzarse en sus quehaceres. Se sentía feliz consigo misma
pues cada día lograba lo que se proponía, aunque fuera poco, ya que era consciente de que
había hecho todo lo posible por conseguirlo.

– “He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse metas grandes e imposibles,


sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a objetivos mayores”.
FABULAS

1. El adivino. Fábula corta para niños

El adivino es una fábula de Esopo que nos enseña a no depender de las


afirmaciones de otros sobre el futuro, promoviendo así la toma de
decisiones basada en nuestra propia intuición y razonamiento.

2. El congreso de los ratones

El congreso de los ratones es una fábula escrita por Samaniego, que


enseña a los niños que tener ideas propias y llevarlas a cabo requiere
esfuerzo y perseverancia, promoviendo así la importancia de la
determinación y el trabajo constante para lograr nuestros objetivos.

3. El ratón campesino y el rico cortesano

El ratón campesino y el rico cortesano es una fábula para reflexionar


sobre lo que realmente nos brinda felicidad y tranquilidad, promoviendo
una actitud de satisfacción y aprecio por lo que tenemos en lugar de
buscar siempre más. Una buena vía para entretener y a la vez educar a
los niños más pequeños.

4. El lobo con piel de oveja

El lobo con piel de oveja es una fábula corta de Esopo que enseña la
importancia de actuar con honestidad y autenticidad, resaltando cómo
nuestras acciones pueden tener repercusiones en nuestra vida y en las
relaciones con los demás.
5. La cigarra y la hormiga

La cigarra y la hormiga es una fábula clásica de La Fontaine, que habla


sobre reconocer la importancia del esfuerzo y la responsabilidad personal
en nuestras metas, promoviendo así una actitud proactiva y perseverante
en la vida.

6. La lechera. Fábula corta

La lechera es una bonita fábula de Esopo que nos enseña a disfrutar y


aprovechar el momento presente, cultivando la atención consciente y la
gratitud por las experiencias cotidianas.

7. Las ranitas y el tronco tallado. Fábula de La Fontaine

Las ranitas y el tronco tallado es una fábula de La Fontaine que nos invita
a enfrentar nuestros miedos y prejuicios, promoviendo una actitud abierta
y comprensiva hacia lo desconocido.

8. El niño y los dulces

El niño y los dulces es una fábula de Esopo que nos anima a establecer


límites y a realizar nuestro trabajo con calidad y atención, promoviendo
así la importancia de la autoconciencia y la autodisciplina.
LEYENDAS GUATEMALTECAS

1.       El Sombrerón
Ilustración Prensa Libre: Diego Sac
Se le conoce como Tzipitío, Tzipe, Sombrerón o Duende. La palabra tzi
viene del quiché y se traduce como perro. Aunque podría provenir del
náhuatl tzitzimitle, que significa demonio. El Tzitzimite es “un
hombrecito muy pequeño, vestido de negro, con un gran cinturón muy
brillante. Tiene un sombrero negro, pequeño también, y unas botas con
tacones que hacen ruidito”. A este personaje le gusta “subirse a los
caballos y hacerles nudos en la cola y en las crines. Estos nudos, que son
así de menuditos, ‘cuesta un bigote’ deshacerlos’”.

Al Tzizimite también le agrada perseguir y molestar a las mujeres de pelo


largo y ojos grandes. Cuando le gusta alguna muchacha, no la deja ni a
sol ni a sombra: se le aparece en las noches cuando está dormida, y
después de haberle enredado el pelo, le baila y le canta con su guitarra.
De acuerdo con la idea popular, el Tzizimite tiene la altura de un dedo de
la mano y cabe escondido en la almohada. Es un espíritu juguetón y
doméstico. Su sombrero es tan grande que tiene que arrastrarlo,
recorriendo a la hora del crepúsculo ciudades y campos. Cuando
encuentra a la mujer de sus amores, amarra sus mulas al primer poste que
encuentra, descuelga su guitarra que lleva al hombro y empieza a cantar
y bailar.

2.       La Llorona
Ilustración Prensa Libre: Diego Sac
La Llorona, a quien describen como una mujer vestida de blanco, se
aparece, por lo regular, en lugares con alguna afluencia de agua como
ríos, lagos o lagunas. Las personas narran que era una mujer que sufrió
un delirio mental y ahogó a sus hijos. Como castigo de Dios, vaga por la
eternidad buscándolos, y hay más de alguien que escucha su terrorífico
grito “¡Ay mis hijos!”. En la actualidad, dicha narración se ha ido
transformando y adaptando como un tipo de denuncia hacia el maltrato
que reciben las mujeres. Según narraciones de habitantes de Amatitlán,
La Llorona era una mujer que era víctima constante de violencia por parte
de su esposo, hasta que llegó el día en que los golpes fueron tan severos
que acabaron con la vida de la pobre mujer. El marido, para ocultar su
crimen, la lanzó al Lago de Amatitlán, y luego huye con sus hijos hacia la
capital. El alma de la pobre madre no descansa en paz, por lo que siempre
se le escucha gritando desconsolada en  búsqueda de sus hijos.

3.       La Siguanaba
Ilustración Prensa Libre: Diego Sac
El nombre de Siguanaba se deriva de tziguán, que significa barranco en
quiché. La Siguanaba se hace seguir por los hombres y luego de una larga
persecución, los pierde en algún barranco. No muestra la cara, pero lo
hace cuando ya se ha “ganado” —arrebatado el alma— al hombre quien
se perturba al ver que es de caballo. Cuentan en la colonia El Incienso,
zona 3 capitalina, que Juan, un albañil que emigró del Quiché, cada vez
que recibía el pago de la semana, se lo gastaba en licor. Un día, rumbo a
su casa, ubicada cerca del tanque que abastecía de agua a la referida
colonia, iba caminando rápidamente bajo los efectos del alcohol. Un
vecino interrumpe su andar y le pregunta: “Vos, Juan, ¿a dónde vas con
tanta prisa?”, a lo que él responde apenas articulando palabras: “Mirá, esa
hermosa mujer me está llamando, voy a ver para qué me quiere. ¡Está
rechula!”. El vecino se quedó pensando que Juan estaba viendo visiones.
Al otro día, encontraron al pobre Juan ahogado en un lugar que los
lugareños llaman “la presa”. Esta es la leyenda de la mujer que llama a
los hombres borrachos y mujeriegos para “ganárselos” y perderlos por los
barrancos.

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