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Proposición: Argumento de Sol

Lucha contra el cambio


Como la selva tropical más grande del mundo, el Amazonas desempeña un papel
crucial para mantener controlados los niveles de dióxido de carbono de nuestro
planeta. Las plantas y los árboles absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno al
aire en su proceso de fotosíntesis. Según la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), los bosques absorben 2000 millones de toneladas de CO2 cada año. Liu
Zhemin, jefe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, dijo
que los bosques son fundamentales para el desarrollo de soluciones que nos
permitan afrontar el cambio climático.

La Amazonía es un ecosistema “supremamente importante” y se está acercando a


lo que se conoce como punto de inflexión o punto de no retorno. “Este es un
momento irreversible en el que, si se llegan a perder más del 20% de los bosques
amazónicos, el ecosistema perderá su capacidad de regular el clima y de
regenerarse a sí mismo”, dice Maritza Florian, especialista en cambio climático y
servicios ecosistémicos. WWF “Fondo Mundial para la Naturaleza” World Wildlife
Fund (WWF) 2022. Alerta que actualmente, en términos de degradación y
deforestación, ya está alcanzando el 17%. Esto es algo demasiado grave
considerando la importancia que tiene nuestra amazonia, ya antes mencionado y
que, de acuerdo a la Estrategia Nacional de Bosques y Cambio Climático elaborada
por el Ministerio del Ambiente, el 35% de nuestras emisiones de GEI están
asociadas a la deforestación. En este sentido, hacer de nuestros territorios áreas
naturales ayudará a preservar y prolongar el mantenimiento de los recursos
necesarios para la supervivencia del ser humano, ya que se velará por su
protección y un uso adecuado de ella, de manera que no se vea vulnerada, porque
tal como dice el artículo 68 de nuestra constitución: “El Estado está obligado a
promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales
protegida”, lo que es muy necesario hoy en día.

Además, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio


Climático (IPCC) 2023, en su informe de síntesis que pone fin al  Sexto Ciclo de
Evaluación sobre el cambio climático: La trayectoria de calentamiento se sitúa en
torno a los 3,5°C de aquí a 2100, la capacidad de adaptación de de algunos
sistemas humanos y naturales es limitada con un calentamiento global de 1,5 °C, y
con cada incremento del calentamiento aumentarán las pérdidas y los daños. Este
aumento de las temperaturas conlleva muchos efectos en el clima y los
ecosistemas entre los cuales están los niveles de humedad y de precipitación, que
están en el gráfico.
No obstante, aún estamos a tiempo de revertir esta situación, siendo necesario que
nuestro territorio de la amazonia peruana sea una reserva natural, ya que alberga
gran cantidad de fauna, flora y sobre todo los valiosos árboles y plantas que a su
vez regulan el CO2, un gas de efecto invernadero causante del calentamiento
global y por consiguiente frenar el cambio climático que hoy en día causa efectos
devastadores para todos los seres vivos.
IMPORTANTE: “Estos ecosistemas terrestres ya han eliminado de la
atmósfera casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono producidas por
el hombre. A través de la gestión forestal sostenible, podrían eliminar mucho más".
Oposición: Argumento de Sol
Control y fiscalización
Mantener la Amazonia como reserva requeriría un esfuerzo significativo en temas
de vigilancia y fiscalización para prevenir actividades ilegales como la
desforestación y la caza furtiva. Sin embargo, muchas veces estas áreas están
desatendidas en término de inversión y capacitación de los agentes encargados de
la fiscalización y control, esto debilita la capacidad de vigilancia y monitoreo
facilitando la impunidad de actividades ilícitas.

Un claro ejemplo es lo sucedido en Tambopata, Mongabay Latam, una página de


periodismo ambiental publicado en 2020, ha podido confirmar que, durante octubre
y noviembre, la policía estuvo ausente en el puesto de control Otorongo, un punto
estratégico dentro de la reserva para vigilar el área protegida. Esta falta de control
permitió el ingreso de la minería ilegal a un territorio que ya había sido recuperado
por las autoridades.

Pero el representante del Ministerio del Ambiente dentro de la Operación Mercurio,


Leonardo Caparrós, sí precisó que la información que obtuvo de la policía fue que
no se pudo operar por las lluvias. La fiscal especializada en materia ambiental,
Karina Garay, respondió lo mismo: “Cuando la policía nos informó de su retiro,
entendimos que era porque estaba la zona controlada. Sin embargo, luego nos
informaron que no tenían las condiciones para operar, que el río había crecido y no
tenían implementos para actuar en esas circunstancias”. Demostrando así la falta
de coordinación en estas autoridades que deberían encargarse de salvaguardar la
zona.

Así mismo en Tambopata con un nuevo reporte satelital de MAAP El Proyecto


Monitoreo de la Amazonía Andina señala que la desforestación en esta reserva ha
alcanzado la cifra de 450 hectáreas, producto de esta minería ilegal. La cantidad de
bosque perdido en el área protegida equivale a 4 veces más la superficie total del
pabellón deportivo Madison Square Garden en E.E.U.U.

Anteriormente el MAAP ya había señalado que el nivel de desforestación causada


por las dragas era de 350 hectáreas. Es decir, en vez de revertir la situación, en tal
solo un mes esta subió la preocupante cifra de 100 hectáreas perdidas.

Con esto podemos confirmar que los organismos que se encargan de proteger
estas reservas naturales no son eficientes para el buen cuidado de esta, no hay una
buena gestión, lo que se muestra en la descoordinación que tienen. Contradiciendo
así el principal fin por el que fueron construidos: Preservar estas zonas naturales.

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