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El Espíritu que mora en el cuerpo es un invisible fragmento de Dios. Por ser Dios, es
trino. Es Poder, Amor y Saber. El Padre es el Poder; el Hijo es el Amor; y el Yo Soy es
el Saber.
El Cristo Místico es, pues, el SER INTERNO del hombre y, por consiguiente, es
DOBLE. Es el Logos, Verbo o Segunda
Persona de la Trinidad, que baja a la Materia. A continuación, el Amor, segundo
aspecto del Espíritu Divino, hace evolucionar al hombre.
Uno representa los procesos cósmicos en el Mito Solar; el otro representa el proceso
que ocurre en el
individuo. Ambas fases, la Solar y la Individual, se encuentran en el relato de los
Evangelios; su unión nos presenta una imagen del Cristo Místico. El Cristo Cósmico,
la Divinidad que se envuelve en la materia, es la encarnación del Logos o Dios hecho
carne. Esta Materia Madre recibe, de la Tercera Persona de la Divinidad —del Espíritu
Santo— la vida que la anima y le permite tomar forma. La Materia condensada es
modelada, a continuación, por el HIJO, segundo Logos, quien se sacrifica
encerrándose o crucificándose, a fin de volverse «HOMBRE CELESTE».
Una vez que el trabajo del Espíritu terminó, el Cristo Cósmico y Místico puede
revestirse de materia, entrando en el seno de la Virgen Materia. Esta Materia fue
vivificada por el Espíritu Santo a fin de recibir el segundo Logos y, de esta manera.
Cristo encarna: «se hace carne»; la vida y la materia Le envuelven con una vestimenta
doble. Tal es el descenso del Logos en la materia, descripto con el Cristo que nació de
una
Virgen. Esto se convierte en Mito Solar: ése es el nacimiento del Dios-Sol en el
momento en el que el Signo de VIRGO o la Virgen se eleva en el horizonte. El Niño
que nació está sujeto a todas las debilidades infantiles. Entonces, representa AL
ALMA FRÁGIL que NACE PARA EVOLUCIONAR. La Materia le aprisiona para
matarle, pero él triunfa lentamente y modela
el cuerpo para un destino sublime. Consigue la madurez del cuerpo y se crucifica en
esa materia con la finalidad de derramar desde la cruz todas las energías de su
vida sacrificada en beneficio del progreso de la Creación.
Padece, después muere para los sentidos y es sepultado; pero se levanta con el cuerpo
astral radiante que se convierte en vehículo (o vestimenta) del alma que vive a través de
las edades. La crucifixión del Cristo es una parte del gran sacrificio cósmico. Todas
esas alegorías de la crucifixión, que aparecen en los Misterios.
358. Una vez que concluyó sus deberes en la vida terrestre. El sube hacia el Padre
por medio de la Quinta Iniciación, porque ya está unido con el Dios Intimo.
Esta es la historia de los Cristos y de los Misterios, o del Cristo de los Misterios
bajo el doble aspecto: Logos y hombre.
Cósmico e individual.