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Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen 1 de 5

San Luis María Grignion de Montfort

Día 26 - María guía, protege e intercede - Tratado [208-212]

II. Ella los mantiene

208 El segundo oficio de caridad que la Santísima


Virgen ejerce para con sus fieles servidores, es el de
mantenerlos en todo lo requerido para el cuerpo y para el
alma. Les da vestiduras dobles, como acabamos de ver.
Les da a comer los platos más exquisitos de la mesa de
Dios; les da a comer el pan de vida que Ella ha formado:
“A generationibus meis implemini: Hijos míos queridos,
les dice, bajo el nombre de la Sabiduría, saciaos de mis
generaciones, es decir, de Jesucristo, el fruto de vida1 ,
que yo he dado a luz por vosotros. Venite, comedite
panem meum et bibite vinum quod miscui vobis2,
comedite, et bibite, et inebriamini, carissimi3: Venid , les
repite Ella en otra parte, comed mi pan, que es Jesús, y
bebed el vino de su amor, que yo os he mezclado” con la
leche de mis pechos. Como Ella es la tesorera y la dispensadora de los dones y de las
gracias del Altísimo4, da de ellos una buena porción, y la mejor, para alimentar y
mantener a sus hijos y servidores. Estos son colmados con el pan vivo, y embriagados
con el vino que engendra vírgenes5. Son llevados al pecho: Ad uvera portabimini6. Tanta
facilidad tienen en llevar el yugo de Jesucristo que casi no sienten su peso, a causa del
óleo de la devoción con que Ella lo hace podrir7: et computrescet jugum a facie olei8.

III. Ella los conduce

209 El tercer bien que la Santísima Virgen hace a sus fieles servidores, es el de
conducirlos y dirigirlos según la voluntad de su Hijo. Rebeca conducía a su pequeño
Jacob y, de tiempo en tiempo, le daba buenos consejos, sea para atraer sobre él la
bendición de su padre, sea para evitar el odio y la persecución de su hermano Esaú.
María, que es la estrella del mar, conduce a todos sus fieles servidores a buen puerto;

1
Eccli 24, 26. Cf. Juan 6, 35, 41, 48 (“Yo soy el pan de vida”) a 57
2
Prov 9, 5
3
Cant 5, 1: “Comed, bebed y embriagaos amadísimos”
4
Ver nota 19 del n. 202
5
Cf. Zac 9, 17
6
Is 66, 12
7
El Santo traduce literalmente “podrir”. Se entiende que, siendo el yugo de madera, ésta quedaría esponjosa, fofa,
en una palabra, liviana.
8
Is 10, 27. El Santo ha puesto el siguiente texto: “Jugum eorum putrescere faciet olei”. El transcripto arriba es el de
la Vulgata.

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les muestra los caminos de la vida eterna; les hace evitar los pasos peligrosos; los
conduce de la mano en los senderos de la justicia; los sostiene cuando están a punto de
caer; los levanta cuando han caído; los reprende como caritativa Madre cuando faltan; y
algunas veces, hasta los castiga, amorosamente9. ¿Puede, acaso, un hijo obediente a
María, su Madre nutricia y esclarecida directora, extraviarse en los caminos de la
eternidad? Ipsam sequens, non devias: siguiéndola no te extraviarás, dice San
Bernardo10. No temáis que un verdadero hijo de María sea engañado por el maligno y
caiga en alguna herejía formal. Allí donde conduce María, no se encuentran ni el espíritu
maligno con sus ilusiones ni los herejes con sus artificios: Ipsa tenente, non corruis11 .

IV. Ella los defiende y protege

210 El cuarto servicio que la Santísima Virgen hace a sus hijos y fieles servidores, es
el de defenderlos y protegerlos contra sus enemigos. Rebeca, con sus cuidados e
industrias, libró a Jacob de todos los peligros en que se encontró y, particularmente, de
la muerte que su hermano Esaú, aparentemente, le habría dado, por el odio y la envidia
que le tenía, como en otro tiempo Caín a su hermano Abel. María, la buena Madre de
los predestinados, los oculta bajo las alas de su protección, como una gallina a sus
polluelos; les habla, baja hasta ellos, condesciende en todas sus flaquezas; para
preservarlos del gavilán y del buitre, los rodea; y los acompaña como un ejército en
orden de batalla: ut castrorum acies ordinata12. Un hombre rodeado por un bien alineado
ejército ¿puede, acaso, temer a sus enemigos? Un fiel servidor de María, rodeado de su
protección y de su poder imperial, tiene aún menos que temer. Esta buena Madre y
poderosa Princesa de los Cielos, despacharía batallones de millones de ángeles para
socorrer a uno de sus servidores antes de que se diga alguna vez que un fiel servidor de
María, que ha confiado en Ella, sucumbió a la malicia, al número y a la fuerza de sus
enemigos.

V. Intercede por ellos

211 En fin, el quinto y mayor bien que la amable María procura a sus fieles devotos, es
que intercede por ellos junto a su Hijo y lo aplaca con sus ruegos, los une a Él con lazo
muy íntimo, y en Él los conserva. Rebeca hizo acercar a Jacob al lecho de su padre; y el
buen anciano lo tocó, lo abrazó y aun lo besó con alegría , estando contento y satisfecho
del manjar bien aderezado que le había traído; y habiendo olido con mucha
complacencia los exquisitos perfumes de sus vestiduras, exclamó: “Ecce odor filii mei
sicut odor agri pleni, cui benedixit Dominus13. He aquí el olor de mi hijo, que es como el
olor de un campo pleno, que el Señor ha bendecido”. Este campo pleno, cuyo olor
embelesó el corazón del padre, no es otra cosa que el olor de las virtudes y de los

9
Cf. Prov 22, 15 “Virga atque correptio tribuit sapientiam”/ Sal 140, 5. Heb 12, 6.
10
Texto y comentario, supra n. 174
11
N. 174
12
Cant 6, 3
13
Gn 27, 27

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méritos de María, que es un campo pleno de gracia, en el que Dios Padre ha sembrado
como un grano de trigo de los elegidos, a su Unigénito.

¡Oh! ¡Cuán bien acogido junto a Jesucristo, que es el Padre del siglo futuro14, es un hijo
perfumado con la fragancia de María! ¡Oh! ¡Cuán pronta y perfectamente es unido a Él!

212 Además, después que Ella ha colmado a sus hijos y fieles servidores de sus
favores, que les ha obtenido la bendición del Padre celestial y la unión con Jesucristo,
los conserva en Jesucristo, y a Jesucristo en ellos; los guarda y cuida siempre, por
temor de que pierdan la gracia de Dios y caigan en los lazos de sus enemigos: “In
plenitudine sanctos detinet15: retiene a los santos en su plenitud”, los hace perseverar en
Ella hasta el fin, como hemos visto.

He aquí la explicación de esta grande y antigua figura de la predestinación y


reprobación, tan desconocida y tan llena de misterios.

Oraciones - Día 26
LETANÍAS DEL ESPÍRITU SANTO
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

14
Is 9, 6. (Letanías del Santísimo Nombre de Jesús)
15
Sentencia de S. Buenaventura, citada y comentada más arriba (n. 174)

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Después de cada invocación, decir: Sednos propicio, perdónanos Señor,


Ten misericordia de nosotros. Sednos propicio, escúchanos Señor,
Dios, Padre celestial,
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo, Después de cada invocación, decir:
Trinidad Santa, un solo Dios, Líbranos Señor.
Después de cada invocación, decir: De todo mal,
Ten piedad de nosotros. De todo pecado,
Espíritu, que procede del Padre y del Hijo, De las tentaciones e insidias del diablo,
Espíritu del Señor, que al comienzo de la De toda presunción y desesperación,
creación planeando sobre las aguas, las De la resistencia al la verdad conocida,
fecundaste, De la obstinación y de la impenitencia,
Espíritu por inspiración del cual han hablado los De la impureza de la mente y del cuerpo,
santos hombres de Dios, Del espíritu de fornicación,
Espíritu cuya unción nos enseña todas las De todo espíritu malo,
cosas,
Espíritu, que das testimonio de Cristo, Después de cada invocación, decir:
Espíritu de verdad que nos instruís sobre todas Te rogamos, óyenos.
las cosas, Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Espíritu que sobreviene a María, Por la Concepción de Jesucristo, hecha por tu
Espíritu del Señor que llena todo el orbe, operación,
Espíritu de Dios que habita en nosotros, Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,
Espíritu de sabiduría y de entendimiento, Por tu advenimiento sobre los Discípulos,
Espíritu de consejo y de fortaleza, En el día del Juicio,
Espíritu de ciencia y de piedad, Pecadores,
Espíritu de temor del Señor, Para que, así como vivimos por el espíritu,
Espíritu de gracia y de misericordia, obremos también por el espíritu,
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad, Para que, recordando que somos templo del
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz, Espíritu Santo, no lo profanemos,
Espíritu de humildad y de castidad, Para que, viviendo según el espíritu, no
Espíritu de benignidad y de mansedumbre, cumplamos los deseos de la carne,
Espíritu de multiforme gracia, A fin de que por el espíritu mortifiquemos las
Espíritu que escrutas hasta los secretos de Dios, obras de Ia carne,
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo
inenarrables, de Dios,
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma Para que seamos solícitos en guardar la unidad
de paloma, del espíritu en el vínculo de Ia paz,
Espíritu en el cual renacemos, Para que no creamos a todo espíritu,
Espíritu por el cual se difunde la caridad en Para que probemos a los espíritus si son de
nuestros corazones, Dios,
Espíritu de adopción de los hijos de Dios, Para que te dignes renovar en nosotros el
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los espíritu de rectitud,
discípulos apareciste, Para que nos confirmes por tu espíritu soberano,
Espíritu con el cual fueron los Apóstoles
henchidos,
Espíritu que distribuyes (vuestros dones) a cada
uno como quieres,
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Oremos. Asístanos, te pedimos, Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique
clementemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo Nuestro Señor. Así sea.

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AVE MARIS STELLA

Ave Maris stella Ave estrella de la mar,


Dei Mater alma, Augusta Madre de Dios,
Atque semper Virgo, Permanentemente Virgen,
Félix caeli porta. Puerta del cielo, feliz.

Sumens illud Ave Recibiendo Tú aquel Ave


Gabrielis ore, Por la boca de Gabriel,
Funda nos in pace, Ciméntanos en la paz,
Mutans Hevae nomen. Mudando el nombre de Eva.

Solve vincla reis, Desata el lazo al culpable,


Profer lumen caecis, Muestra la luz a los ciegos,
Mala nostra pelle, Líbranos de todo mal,
Bona cuncta posee. Consíguenos todo bien.

Monstra te esse matrem Que eres Madre muéstranos;


Sumat per te preces, Reciba por Ti las preces
Qui pro nobis natus Quien, nacido por nosotros,
Tulit esse tuus. Quiso ser el fruto tuyo.

Virgo singularis, Virgen única, sin par,


Inter-omnis mitis, Entre todas la más dulce,
Nos, culpis, solutos, Librados de nuestras culpas,
Mites fac et castos. Haz que seamos mansos, castos.

Vitam praesta puram, Concédenos vida pura,


Iter para tutum: Vía segura prepara:
Ut videntes Jesum. Para que, viendo a Jesús,
Semper collaetemur. Siempre juntos nos gocemos.

Sit laus Deo Patri, Sea alabanza a Dios Padre,


Summo Christo decus, Al sumo Cristo esplendor
Spiritui Sancto, Con el Espíritu Santo,
Tribus honor unus. A los Tres un solo honor.
Amen. Así sea.

REZO DEL SANTÍSIMO ROSARIO

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