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TIPOLOGÍAS ESTRUCTURALES PARA CUBRIR GRANDES LUCES

• Edificios con elementos de sostén próximos: los elementos tienen poco peso y son resueltos con secciones
macizas, usualmente rectangulares con altura constante.
• Edificios con grandes luces: los elementos de sostén se vuelven más grandes y más pesados, puede llegar a
resistir en mayor parte su propio peso en lugar de las cargas actuantes, por lo que se vuelve antieconómico.

3 TIPOLOGÍAS PARA RESOLVER ESTO:

A. Elementos de directriz horizontal cuyas solicitaciones principales son a flexión


B. Elementos curvos solicitados a esfuerzos normales
C. Estructuras de comportamiento espacial

+ flexión: esfuerzo que requiere mayor cantidad de material para resistirlo

+ Diferencia viga isostática e hiperestática:

Viga isostática:

Son aquellas en las que la unión entre elementos no tiene ninguna rigidez. No se conservan los ángulos que forman sus
elementos en caso de deformación. El fallo de uno de sus elementos no puede ser absorbido por el resto de la estructura
por la que esta se derrumbaría total o parcialmente. En otras palabras, más simples, Las vigas isostáticas, son aquellas
que solo tienen dos apoyos y están libremente apoyadas sobre estos.

Ventajas: peso ligero y su alta resistencia a la corrosión. Se usa para revestimientos.

Desventajas: si los cálculos de una sección (viga), marco, etc. falla, la estructura se viene abajo al contrario con las
hiperestáticas tienen una reserva para alcanzar el mecanismo de seguridad

Viga hiperestática

Son aquellas en las que la unión entre elementos tiene una notable rigidez. En caso de deformación, los ángulos que
forman sus elementos se conservan. El fallo de unos de sus elementos PUEDE ser absorbido por el resto de la estructura.

La viga hiperestática a diferencia de la isostática un momento positivo en los apoyos y otro momento, pero negativo en
el centro del claro.

http://conceptosfuerzavectoresetc.blogspot.com/2017/04/diferencia-entre-estructura-isostatica.html

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A. TIPOLOGÍAS BASADAS EN LA UTILIZACIÓN DE ELEMENTOS PLANOS DE EJE RECTO SOLICITADAS A FLEXIÓN

A.1. ALIGERAMIENTO DEL PESO PROPIO DEL ELEMENTO ESTRUCTURAL

A.1.1. Menor sección transversal: si adoptamos una pieza maciza de sección rectangular estaríamos desperdiciando
material en sectores en que son nulas las tensiones de flexión en detrimento de zonas en que sí
requieren la presencia de material para resistir los máximos esfuerzos. Partiendo entonces de una
sección maciza rectangular mantendríamos la misma cantidad de material en las zonas próximas
a los bordes, mientras que en las proximidades del eje neutro quitamos todo aquel material no
afectado a resistir esfuerzos manteniendo únicamente un mínimo necesario para contrarrestar los esfuerzos
tangenciales de Corte

(El elemento de unión entre los cordones superiores e inferiores en las vigas armadas se dimensionaban únicamente
para resistir los esfuerzos cortantes actuantes)

Materialización:

• Madera: dicha sección no la podríamos lograr con escuadrías rectangulares o


cuadradas normalizadas, teniendo que recurrir al armado de secciones que pueden
resultar antieconómicas para luces no demasiado grandes.
Los elementos que forman el alma de la viga son tablas usualmente de una pulgada o pulgada y media de espesor
y son direccionadas en directa relación con los esfuerzos cortantes. Debido a la gran esbeltez que posee el alma
de la viga surge la necesidad de disponer rigidizadores verticales con separaciones que van entre vez y vez y
media de la altura de la viga.
• Acero: perfiles metálicos normalizados en secciones diversas.
• Hormigón Armado: el mayor inconveniente para formar estas piezas está relacionado con el armado del
encofrado, por lo que su uso está limitado únicamente para casos de prefabricación de piezas que permite el
uso repetido del encofrado para amortizar el costo de su armado.
El criterio para el diseño de estas piezas premoldeadas consiste en concentrar el material preferentemente en
la zona comprimida donde el hormigón posee mayor capacidad resistente, mientras que en la parte traccionada
inferior la función del hormigón es solamente la de recubrimiento de la armadura que es la que soporta casi en
su totalidad los esfuerzos, por lo que no adquiere capacidad resistente alguna, pudiendo dimensionarse con
secciones mínimas.

Menor sección transversal en entrepisos o cubiertas:

• Losas de hormigón armado alivianada: se elimina el material innecesario en las


zonas dominadas por la tracción, ubicando solamente unos nervios que
agrupan las armaduras principales de tracción, dejando entre medio de éstos material inerte como planchas de
Telgopor, etc., que sirven al mismo tiempo como el molde necesario para verter la colada de hormigón que
forma la denominada capa de compresión. Con el fin de repartir las cargas usualmente se dispone en esta última
de una malla de acero electrosoldada. También pueden usarse las viguetas pretensadas.
• Losas huecas: cuando se utiliza la prefabricación como sistema constructivo. Son
autoportantes
• Grandes placas de cerramiento unidireccionales macizas: contienen unos nervios
longitudinales principales y otros más chicos transversales que les brinda la rigidez
suficiente para salvar luces entre apoyos muy importantes con muy poco espesor de
placa.
• Steel deck: chapas galvanizadas de sección trapezoidal especialmente diseñadas
para actuar como encofrado colaborante con el hormigón.
• Losas casetonadas: transmite la carga en dos direcciones. se disponen de piezas
que pueden ser planchas de poliestileno expandido.

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A.1.2. Menor sección longitudinal: para casos de carga repartida estos esfuerzos resultan máximos en los apoyos y
mínimos en el centro de la luz, podríamos de igual manera eliminar el material sobrante en dicho sector que sería
innecesario para la resistencia final de la viga. Por lo general este aligeramiento se repite uniformemente a lo largo de
la viga por cuestiones estéticas siendo reforzadas las zonas próximas a los bordes, donde se colocan rigidizadores que
permitan resistir los mayores esfuerzos de corte.

Distintas formas de resolver esto:

• Viga de acero con corte en zigzag longitudinal: luego de un desplazamiento


horizontal, se unen formando huecos hexagonales, logrando con la misma
cantidad de material una sección de mayor altura y resistencia final
• Viga Vierendeel: generalmente de H°A°, sucesión de grandes marcos rígidos que conforman tanto los cordones
de compresión y de tracción como los montantes verticales encargados de resistir
los esfuerzos cortantes. Dado sus grandes dimensiones se forman dentro de la viga
importantes vacíos (se pueden utilizar como espacios técnicos)
• Celosías: sistemas triangulares. Mediante la sucesión de barras rectas que vayan
conformando triángulos - figura de por sí indeformable – se forma un esquema resistente
ultra liviano en el cual las barras superiores e inferiores resisten respectivamente las compresiones y las
tracciones, mientras que las barras interiores inclinadas o verticales - trabajando alternativamente a compresión
o a tracción - son las encargadas de absorber los esfuerzos cortantes en la viga equivalente. El encuentro entre
barras se llama Nudo.

Materialización: en madera y en acero estas estructuras se conforman de manera sencilla uniendo mediante cartelas o
chapas de nudo las distintas barras que forman el conjunto. En Hormigón Armado debido a la dificultad de materializar
un nudo en el que concuerdan muchas barras, se puede ubicar un cable de acero que se comporte como cordón
traccionado. Esta barra se dispone una vez que la totalidad del sistema ya ha sido armado y ubicado en su posición
definitiva. Igualmente, la conformación de este tipo de celosías en Hormigón Armado es solamente justificable para
casos de grandes prefabricaciones en serie.

A.1.3. Dimensiones longitudinales y transversales variables: cuando se predimensiona una viga simplemente apoyada
se calculan primero los momentos flectores máximos que se producen en la viga y luego, sobre la base de las tensiones
admisibles del material utilizado, obtenemos la sección necesaria. En el diagrama parabólico de momentos flectores a
lo largo de la viga para carga repartida uniforme o de traza quebrada para cargas puntuales, al aproximarnos a los bordes
dichos momentos disminuyen progresivamente hasta llegar a un valor nulo en los apoyos. No tendría sentido entonces
mantener una altura constante a lo largo de la viga, sino que la solución ideal consistiría en ir variando su altura y
también su ancho en correspondencia con la variación de los momentos flectores. En los apoyos, si bien los momentos
son nulos, no podríamos hacer cero las dimensiones de la viga ya que en esta sección estarán actuando los máximos
esfuerzos cortantes debiendo preverse dimensiones mínimas y necesarias para soportar ese esfuerzo.

Materialización:

• En madera las secciones tanto macizas como armadas, podemos variar las dimensiones simplemente agregando
material en la sección central de la viga mediante tablas delgadas dispuestas en ambos sentidos.
• En acero, al igual que en madera el aumento de sección se logra añadiendo mediante soldadura chapas muy
delgadas. Otra solución consiste en ir practicando un corte longitudinal no paralelo a los bordes
• En Hormigón Armado tenemos la gran ventaja de conformar cualquier sección que se nos pudiera imaginar
simplemente con armar el molde o encofrado adecuado
• Todas estas soluciones son también válidas para aplicarse en sistemas reticulados en los cuales, inclinando el
cordón superior o inferior, o de ambos a la vez, podemos lograr una viga de las mismas características
disminuyendo en este caso las solicitaciones de tracción y de compresión en los cordones haciéndolos más
uniforme a lo largo de la viga. El esquema primario tipo cabriada, es otra posibilidad
de armado de estructuras de este tipo.

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A.1.4. Modificaciones de las cualidades técnicas de los materiales: esta característica deriva del concepto de eficiencia
del material, basado en la relación entre resistencia y peso propio o densidad del material. Primera opción: mejorar la
resistencia de los materiales artificiales como el hormigón. El concepto fundamental esta dado por la modificación de
las relaciones agua - cemento mediante la incorporación en la pasta de aditivos especialmente fabricados para dicho
fin. Este procedimiento permite trabajar con mezclas más secas que aumentan la resistencia final del producto.

Otras veces, lo que se busca es alivianar el peso total del hormigón sin influir en su resistencia mediante procedimientos
que van desde aditivos con incorporadores de aire hasta la sustitución de áridos gruesos por materiales más livianos.

En materiales naturales como la madera también se ha encontrado soluciones en lo que atañe al aumento de su
resistencia final mediante el empleo de los llamados Multilaminados. Estas secciones se forman mediante trozos de
madera en donde se descartan las zonas inertes o nudos muertos que afectan a la resistencia y estabilidad dimensional.
Estos trozos se van uniendo entre sí mediante colas sintéticas más resistentes que la madera misma.

PRETENSADO. Se le impone al elemento estructural un estado de solicitaciones previas al estado final de cargas que va
a actuar sobre él una vez puesta en servicio y para la cual fue proyectada. Se le aplica una compresión previa que se le
impone al área resistente a tracción en el hormigón Armado, aunque también se puede en acero. Esta compresión
previa mediante sistemas especiales de tesado ubicados en correspondencia con las armaduras se aplica en la viga de
Hormigón principalmente para eliminar o simplemente reducir las solicitaciones de tracción que muchas veces resultan
desfavorables.

Existen dos sistemas diferentes de aplicación de este método que se diferencian únicamente en el instante en que son
aplicados.

• PRE-TESADO: antes de iniciar la colada de Hormigón en el encofrado correspondiente se tesan o alargan las
barras de la armadura que actúan a su vez como cables pretensados mediante gatos hidráulicos dispuestos en
los extremos de las mismas, cuyos estiramientos se mantienen mediante dispositivos de anclaje hasta el
endurecimiento o fraguado de la masa de hormigón. Una vez fraguado éste, se sueltan los dispositivos de anclaje
por lo cual la armadura tenderá a volver a su longitud inicial arrastrando, debido a su adherencia al hormigón
que la rodea provocándole también a éste una compresión.
• POS-TESADO: este sistema se diferencia del anterior ya que el tesado de los cables se produce una vez
endurecida la masa de hormigón. Para lograr esto, se disponen previamente unos conductos o vainas que son
los que alojarán posteriormente a los cables pretensados. Una vez vertido y endurecido el hormigón se tesan
dichos cables mediante dispositivos adecuados que les produce un anclaje en ambos bordes de la viga.
Posteriormente se vierte en el interior de la vaina un mortero de cemento con la finalidad de lograr la adherencia
requerida con la masa del hormigón ya endurecido que le permitirá contraerse una vez aflojados los cables de
tesado.

Objetivos:

• Poder disminuir o directamente anular las solicitaciones de tracción en una viga flexionada de hormigón armado
dependiendo esta disminución del valor o fuerza que se le imponga al pretensado.
• Reducir las solicitaciones máximas tanto de tracción como de compresión en la viga a flexión. Estas reducciones
de las tensiones máximas van a depender: del valor de la fuerza de pretensado respecto de las cargas o
sobrecargas de uso posteriores, como de la posición de los mismos respecto del eje neutro de la viga.

Funcionamiento del sistema: en las proximidades de los bordes, como ya sabemos las tensiones de flexión van
disminuyendo de valor hasta hacerse nulas en los extremos, con lo cual las tracciones producidas en el borde superior
debida a la excentricidad de la fuerza de pretensado, uniforme a lo largo de la toda la viga, no podrán anularse quedando
en ese sector tracciones remanentes, debiendo recurrirse a armaduras adicionales para resistirlas.

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Para solucionar este inconveniente, a los cables de tesado de la viga se le debería dotar de una curvatura especial, para
lograr que en los extremos de la viga la precompresión se produzca dentro del tercio medio de la sección y por
consiguiente provoque solo compresiones en todo el largo de la viga, manteniendo la misma disposición anterior en la
zona central.

Esta curvatura produce además de los esfuerzos de compresión antedichos, unos empujes verticales de sentido
contrario al de las cargas gravitacionales cuyo valor va a estar, al igual que los anteriores, en directa relación con la
curvatura impuesta a los cables como así al valor de la fuerza de tesado. Si el valor de dichos empujes verticales se
puede igualar con los correspondientes a las cargas gravitatorias, la viga solamente soportará tensiones de compresión
de valor constante a lo largo de la viga, con lo cual se mejora en mucho su capacidad portante.

Distintas posiciones del cable:

El pretensado es factible de utilizarse también en vigas de acero, en los cuales el objetivo sería únicamente el de
aumentar su capacidad de carga ya que no tendría sentido eliminar las tensiones de tracción que son perfectamente
resistidas por este material. Por el contrario, muchas veces es necesario disminuir las tensiones de compresión en la
viga para poder contrarrestar las posibles solicitaciones debidas al pandeo que provocan fenómenos de inestabilidad
indeseables en el borde superior.

Otro procedimiento en donde se aplica una pre-solicitación, en donde la ventaja radica fundamentalmente en la
similitud de los esfuerzos finales de tracción y de compresión más acorde con la naturaleza del material adoptado. El
procedimiento es el siguiente: a una viga de sección cualquiera la flexionamos mediante gatos hidráulicos en sentido
inverso al que luego va a ser cargada, hasta alcanzar la carga máxima admisible (a). Si mantenemos dicha curvatura
soldando unas platabandas en correspondencia con las alas del perfil (b) y eliminamos la carga aplicada al perfil, dichas
platabandas no permitirán el reacomodamiento de las tensiones en el perfil como debe suceder al no sobrepasarse el
estado elástico. Dada esta situación, esta viga estaría en condiciones de resistir una vez y media el valor de las cargas
máximas admisibles a flexión que van a actuar en la estructura una vez puesta en servicio, ya que primeramente se
tienen que anular las tensiones opuestas remanentes aplicadas previamente (c).

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A.2. DISMINUCIÓN DE LA LUZ DE CALCULO DEL ELEMENTO FLEXIONADO

Esto permite dimensionar con menores secciones

A.2.1. Viga atirantada: consiste en incorporar apoyos intermedios de tipo ‘flotante’, mediante el tendido de tensores
que son anclados en los extremos de la viga y que están provistos de puntales verticales que son los que le dan la tensión
necesaria al cable para que éstos produzcan en la viga una solicitación inversa que contrarresten en dichos puntos la
acción proveniente de las cargas gravitacionales, comportándose de esta manera como una viga subdividida en tres
tramos continuos. Esta solución al igual que el caso citado de pretensado, produce una compresión en los extremos
debido al empuje horizontal que produce la deformación del tensor.

A.2.2. Tornapuntas: consiste en incorporar a la viga un elemento que trabaje a la compresión en proximidad a los bordes
en dirección diagonal a la directriz de la viga, cuya función consiste fundamentalmente en rigidizar el borde simplemente
apoyado, comportándose de esta manera de forma similar a un empotramiento. La triangulación formada entre el
borde de la viga, el tornapunta y el soporte o muro lateral es la que le confiere la indeformabilidad al sistema en
cercanías de los apoyos.

Otra opción podría ser la resolución de un apoyo que se desdobla en V que cumple una función similar. El apoyo interior
comprimido actúa como una tornapunta, mientras que el exterior al traccionarse impide además que el extremo de la
viga se levante, garantizando la triangulación.

A.2.3. Extremos en voladizo: se puede de disminuir el momento flector positivo mediante la incorporación de uno o dos
voladizos. Dicho voladizo le incorpora al apoyo extremo - inicialmente articulado - un momento de signo negativo en
donde se invierte la ubicación de las resultantes de tracción y de compresión, cuyo valor va a depender exclusivamente
de la relación entre las luces del extremo volado y del tramo. Este momento originado producirá por lo tanto una
disminución del máximo positivo en el centro del tramo, cuyo valor va a estar dado precisamente por la magnitud de
aquel. Cuando menor sea la relación entre voladizo y tramo, menor sería el efecto del momento negativo sobre el
positivo.

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A.2.4. Tramos continuos: podemos armar una viga con una continuidad longitudinal que abarque a varios tramos
contiguos entre apoyos. El criterio de trabajo de una viga continua, deriva del esquema primario anteriormente citado
de la viga con voladizos, con la diferencia de que aquél resultaba un sistema isostático, mientras que éste se corresponde
con uno hiperestático, con una indeterminación que va a ir creciendo a medida que la viga posea más tramos. Para
tramos de una misma longitud y carga uniforme y constante, los momentos negativos que se generan en coincidencia
de los apoyos, precisamente a causa de la continuidad material, van a resultar siempre mayores que los momentos
positivos máximos en el tramo, independientemente del número de tramos que contenga el sistema. Si disponemos de
una viga con altura constante la solución ideal para materializarlo consistiría en dimensionarla sobre la base de los
momentos máximos positivos ubicados en los tramos, y reforzar las zonas que incluyen a los apoyos hasta alcanzar la
sección adecuada.

La diferencia de valores entre los momentos positivos del primer tramo y los correspondientes al tramo central se debe
a que el tramo central se comporta como una viga doblemente empotrada en sus respectivos apoyos ya que a ambos
lados existe continuidad material, mientras que en los tramos extremos esta continuidad se mantiene en solo un
extremo incrementándose de esta manera el momento positivo respecto de los demás tramos. Para igualar estos
valores hay dos opciones:

• materializar voladizos
• disminuir la luz de los tramos extremos en un cierto valor

Materialización:

El inconveniente principal para el armado de estos elementos de varios tramos deriva de su excesiva longitud,
particularmente en materiales que son armados en fábrica como el caso de la madera y el acero. Es fundamental
entonces la materialización de la viga continua sobre la base de la disposición de tramos cortos independientes que
serán luego unidos en obra. Estas uniones generalmente se disponen en coincidencia de los apoyos y tendrán que ser
diseñadas para resistir los momentos flectores que actuarán en ese sector.

• En acero una posibilidad consiste en soldar o abulonar unas cartelas dispuestas tanto en
el alma como en las alas del perfil correspondiente que permitan soportar
fundamentalmente los esfuerzos de tracción ubicados en el extremo superior
• En hormigón armado, en caso de resultar imposible el armado de la viga continua en obra,
podemos recurrir a elementos prefabricados independientes que luego se arman en obra
mediante la soldadura de las barras de tracción que sobresalen ex profeso de dos tramos
contiguos, hormigonando luego la junta formada en el apoyo.
Otra solución muy efectiva resulta de postesar dicha unión mediante un cable que trate
de seguir la dirección de las isostáticas de tracción ubicadas en la parte superior del
apoyo, para que una vez puesta en servicio la viga en ese sector trabaje totalmente
comprimida.
• Viga Gerber: evita los inconvenientes en la resolución de dichas uniones, que en el caso
de grandes esfuerzos pueden resultar dificultosas, la unión respectiva entre tramos se
ubica en concordancia con los puntos de inflexión en donde ya sabemos no se producen
momentos flectores, lo cual simplifica no solo el diseño de las uniones que funcionarán
como apoyos simples, sino que permite subdividir el elemento continuo en tramos
isostáticos con la consiguiente simplificación en los métodos de dimensionado.

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A.2.5. Sistemas aporticados: la disminución de los esfuerzos en el denominado tramo o “regla” del pórtico se debe a la
colaboración de los llamados “parantes” o “pie” – rígidamente unido con aquel, para resistir las flexiones que se
producen en el sistema. Esta reducción de la flexión en la regla del pórtico va a depender en el caso de pórticos bi-
articulados (hiperestáticos de primer grado) de dos condicionantes que a su vez posibilitan la resolución numérica del
sistema, eliminando por consiguiente la única incógnita hiperestática. Ambas van a depender exclusivamente de las
dimensiones de los elementos.

• Relación entre las inercias respectivas entre el dintel y el parante.


Si la inercia del parante resulta mayor que la del dintel, aquél se
comportaría debido a su gran rigidez como un elemento que
funcionaría como un empotramiento para el dintel, concentrándose
en este quiebre el valor mayor de los esfuerzos que se traducen en un
momento negativo, alivianando en gran proporción los momentos
positivos correspondientes al tramo.
En cambio, si la inercia del tramo es mayor que la del parante se da la
situación inversa, en donde el parante - de poca rigidez - impide en
muy poca proporción la deformación del dintel, lo que deriva en un
aumento del momento máximo positivo en detrimento del negativo.
• Relación entre la longitud de ambos elementos. Cuanto mayor resulta
la longitud del parante respecto del dintel, más deformable se
comporta éste y por ende provoca un mayor momento positivo en el
tramo.

Para grandes luces la utilización de parantes más cortos y robustos sería la solución más efectiva para disminuir en gran
proporción los momentos positivos y concentrar mayoritariamente en los nudos rígidos especialmente diseñados para
ello, los momentos negativos. Además, cabe mencionar que mediante el agregado de voladizos a ambos lados de los
nudos o quiebres del pórtico podremos mejorar aún más esta situación, ya que se le sumaría a esta sección un momento
también negativo derivado del voladizo y que en conjuntos siguen disminuyendo el máximo positivo.

Si al pórtico lo empotramos en los apoyos, la longitud efectiva del parante disminuye en un cierto valor debido a la
existencia en el apoyo de un momento de empotramiento que actúa con
sentido contrario al existente en el quiebre y que provoca la aparición de un
punto de inflexión, funcionando como una articulación que podemos
adoptarlo como un nuevo punto de sostén de todo el sistema.

En el caso que se desee eliminar totalmente los momentos positivos, nos


llevaría a la utilización del pórtico triarticulado en donde los momentos
exclusivamente de sentido negativo se concentran en los quiebres,
disminuyendo paulatinamente hacia las articulaciones.

Materialización: la particularidad en el aspecto constructivo de los pórticos se manifiesta fundamentalmente en los


quiebres o cambios bruscos de dirección entre ejes de parante y
dintel. Tanto en madera, acero u hormigón armado, esta sección debe
ser reforzada convenientemente para resistir esfuerzos que no
siempre pueden ser previstos, mediante la utilización de refuerzos
adicionales.

También se puede considerar la posibilidad de adosar


transversalmente varios pórticos para formar tramos continuos, con
la ventaja de que los parantes son compartidos entre dos tramos
adyacentes.

Esto tiene la ventaja de que los parantes interiores - para simetría de


luces y cargas - trabajan únicamente comprimidos, pudiéndose resolver con menores secciones.
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B. TIPOLOGÍAS BASADAS EN LA UTILIZACION DE ELEMENTOS CURVOS SOLICITADOS A ESFUERZOS NORMALES

B.1. ESTRUCTURAS EN FORMA DE ARCOS

Definición y fuerzas:

El arco es uno de los sistemas estructurales con el cual logramos cubrir una longitud relativamente grande con el menor
gasto de material, y por consiguiente más liviano, debido a que trabaja fundamentalmente a compresión. Esta
compresión dominante podrá ser pura y constante a lo largo de una sección determinada, en caso de que su directriz
coincida con el antifunicular respectivo al estado de cargas actuantes en el arco o, dicho de otra manera, que la directriz
con la cual materializamos el arco sea idéntica a la forma que naturalmente tomaría para un estado de cargas
determinado (que coincida la forma del arco con la forma que entran las cargas). Esta situación es particularmente muy
difícil de cumplirse en la realidad, ya que generalmente aparecen a posteriori pequeñas excentricidades debido a la
acción de sobrecargas accidentales no previstas que modifican la situación planteada anteriormente, apareciendo
entonces pequeñas flexiones que en general no producen demasiadas modificaciones en el estado final de
solicitaciones.

Es decir, el arco solo trabajará a compresión simple si la directriz coincide con el antifunicular de cargas, si no tendrá
también flexión.

+ antifunicular: para cada conjunto de cargas existe una forma particular, para la cual todo el arco trabaja a compresión
simple. La palabra funicular se refiere a los cables suspendidos por los dos extremos que trabajan exclusivamente a
tracción. El termino se traslado a los arcos por ser la geometría simétrica y el funcionamiento igual, pero trabajando solo
a compresión, por lo que se llama antifunicular.

- https://oa.upm.es/38313/1/Tesis_master_Alberto_Sanchez_Corrales.pdf

Diferencia entre arco con directriz parabólica y con directriz circular

La curva directriz que debemos materializar para que el arco trabaje a compresión pura, es decir de valor constante en
toda la superficie correspondiente a una sección determinada -en caso de actuar cargas repartidas uniformemente en
proyección horizontal-, es la parabólica.

El empleo de la parábola como directriz del arco, si bien resulta económica porque permite dimensionar la estructura
con el menor gasto de material, no lo es tanto en el aspecto constructivo. En el caso del hormigón las dificultades
aparecen en el armado del molde o encofrado, lo cual es justificable si este es utilizado de manera repetida como en el
caso de la prefabricación. En otras circunstancias es preferible adoptar otra curva directriz como por ejemplo la circular
que permite un mejor armado del molde en detrimento de un aumento de sección derivado de la aparición de
momentos flectores importantes.

La diferencia entre las directrices parabólicas y circular es mayor cuando más peraltado es el arco y su mayor separación
se produce en proximidad del cuarto de la luz del arco.

Inconvenientes del arco:

Uno de los mayores inconvenientes que derivan del uso de este tipo de estructuras es la existencia sobre los apoyos de
empujes horizontales. Estos empujes se deben fundamentalmente a dos razones: el primero es debido a la existencia
de la denominada flecha del arco, mientras que la segunda proviene de la necesidad de materializar dos articulaciones
en los apoyos para evitar corrimientos horizontales inadmisibles en la estructura derivados justamente de la flecha.
Cuanto más peraltado sea el arco o sea cuando mayor sea la flecha con relación a su longitud, menores serán los
esfuerzos sobre los elementos de apoyo.

+ la flecha de un arco circular es la distancia desde el centro del arco al centro de la cuerda.

Fundación:

En el caso de que los arranques del arco estén en correspondencia con el terreno de fundación, este inconveniente se
soluciona fácilmente inclinando las bases siguiendo la dirección de la tangente a la directriz del arco en ese punto, para
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que éstas trabajen con tensión uniforme de compresión. En caso de que el terreno de fundación sea poco coherente y
no se pueda utilizar la solución anterior habría que recurrir a bases muy robustas que logren debido a su gran peso
verticalizar la resultante inclinada del arco, tratando de que ésta actúe dentro del tercio medio de la base para que no
se produzcan tracciones indebidas en la misma. Otra posibilidad consistiría en mantener la base vertical que soporte las
compresiones en esa dirección, y para absorber los empujes horizontales se dispone de un tensor ubicado por debajo
del nivel de piso inferior que une los dos apoyos

Resoluciones a problema de fuerzas horizontales sobre los apoyos del arco:

El problema mayor surge en los casos en que el arco este apoyado sobre columnas o muros
portantes, los cuales deben resistir los esfuerzos horizontales que aquellos les transmiten. En
consecuencia, estos elementos tienen que ser proyectados para resistir las flexiones que le
produce la acción horizontal debida al arco.

(1) Muchas veces, para evitar estos esfuerzos sobre las columnas se recurre, siempre que el
espacio exterior lo permita, a verdaderos contrafuertes que irán direccionando verticalmente
sobre la base de su gran peso los empujes debidos al arco hasta ser anulados por completo al
llegar a la fundación respectiva.

(2) Otras veces se recurre al llamado arco atirantado en donde se dispone un tensor uniendo los
arranques del mismo, eliminando de esta manera los empujes sobre los apoyos. Esta solución de
arco atirantado tiene la desventaja de limitar en altura el uso del local respectivo, por lo que no
siempre es conveniente adoptar esta solución.

(3) Una opción válida sería la utilización de dos arcos atirantados independientes los cuales se
unen posteriormente en una articulación central, lo cual elimina en parte el problema.

(4) Este último caso soluciona totalmente el problema; se trata de un arco pretensado de
Hormigón Armado en el cual los empujes horizontales son absorbidos directamente por el mismo
cable pretensado ubicado en conductos dispuestos en el interior de la masa de hormigón.

Materialización de los arcos:

La variación de los esfuerzos de compresión - para cargas repartidas uniformes - a través de la directriz de un arco
parabólico, podremos adoptar la idea de materializar al mismo con una altura variable cuyo máximo y mínimo se
correspondan con los arranques y la clave respectivamente. Si la directriz adoptada en el arco no coincide con el
funicular de las cargas actuantes y en consecuencia aparezcan flexiones, éstas van a expresarse con su mayor valor
generalmente en cercanías de los cuartos de la luz del arco, debiéndose reforzar conveniente dicha zona.

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+ La clave es la dovela central de un arco, o una bóveda.

En madera, la posibilidad de armar un arco de directriz curva está limitada al empleo


de la llamada madera multi-laminada, en los cuales las distintas tablas de muy poco
espesor que componen la sección son arqueadas fácilmente debido a su gran
esbeltez, pudiéndose lograr la directriz deseada.

Otra posibilidad es armar un arco con altura variable, intercalando en el centro de la sección tablas
con caras no paralelas entre sí.

En acero, el armado de directrices curvas está muy limitado debido a la gran rigidez del material. Es posible sin embargo
curvar elementos conformados en acero si la directriz a adoptar posee un gran radio de
curvatura y si el elemento que lo componga no tenga una inercia elevada según el eje que se
curve.

Otra posibilidad consiste en adoptar secciones armadas que permitan utilizar trozos rectos
pequeños los cuales se van amoldando a la directriz deseada formando arcos quebrados.
Estos pueden resolver de sección maciza, alivianada o reticulada.

Se puede lograr una directriz curva utilizando secciones denominadas de filigrana, utilizando
redondos de acero de escasa sección. Esta solución se encuentra limitada en su uso en arcos de
poca longitud y con cargas no demasiado importantes.

En hormigón Armado el inconveniente de armar directrices curvas se limita únicamente a la imposibilidad de armado y
montaje del encofrado correspondiente. La tendencia actual se orienta al uso de elementos prefabricados,
eliminándose inconvenientes derivados de la retracción del hormigón que muchas veces modifica las hipótesis
planteadas en el cálculo estructural en cuanto a la aparición o no de momentos flectores. Estos elementos se arman en
el lugar en posición horizontal. Estos arcos se giran sobre su eje hasta la posición definitiva y se elevan en el caso de
arranques en altura. Un método sencillo consiste en prefabricar medios arcos, los que posteriormente se unirán en su
posición definitiva formando una articulación central la cual, una vez asentado el arco debido a la puesta en servicio de
la estructura que produce un “acomodamiento” natural de su directriz se puede anular, formándose un arco
biarticulado totalmente rígido.

Un método efectivo y práctico consiste en la unión por postesado de elementos


unitarios los cuales pueden ser armado en taller debido a su escasa longitud y luego
transportados al lugar definitivo para su posterior armado. Una vez postesado el arco,
se sellan automáticamente todas las juntas formando de esta manera el elemento
deseado.

En cuanto a las secciones a utilizar, se pueden armar macizas, de sección en forma de doble té con rigidizadores (Figura
19) y alivianadas tipo Vierendeel o reticuladas. (Figura 20)

B.2. ESTRUCTURAS A TRACCIÓN PURA

Se utilizan elementos esbeltos desprovistos de rigidez trabajando a la tracción. El cable o hilo suspendido es un elemento
que trabaja exclusivamente a la tracción y la forma que tomará su directriz va a depender de las cargas actuantes en el
sistema variando incluso su posición en la medida que las cargas sean variables o dinámicas.

El cable por sí solo no es adecuado para ser utilizado como un elemento estructural estable debido a su escasa o nula
rigidez, con lo cual para pequeñas alteraciones producidas en el estado de cargas actuante en un momento determinado
y en el caso de que la cubierta no sea lo suficientemente pesada, implicaría movimientos inadmisibles en el conjunto.

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Dos alternativas para materializar una estructura de este tipo:

• Tender sobre el cable resistente una cubierta pesada para que su peso minimice las posibles alteraciones de la
directriz del cable debido a las variaciones de las cargas. Esta solución pasaría indefectiblemente por su
materialización en hormigón armado.
• Pretesado, cuya aplicación difiere del planteado para los casos de vigas de hormigón armado. Mediante el empleo
de cuerdas verticales o diagonales se amarra en ciertos puntos el cable que llamaremos portante, con otro, ubicado
en el mismo plano al anterior, pero de curvatura contraria llamado tensor. Este último cable descripto se estira y
posteriormente se lo ancla en dos soportes. Este anclaje es el encargado de poner en tensión a todo el conjunto
formado por cable portante, tensor y cuerdas de anclaje, comportándose de esta manera como un sistema
indeformable siempre y cuando la tracción aplicada en el cable tensor sea lo suficientemente grande para poder
contrarrestar el aflojamiento del mismo que se producirá una vez aplicadas las cargas permanentes y accidentales,
lo que sugeriría la materialización de cubiertas livianas.
Sin embargo, existen empujes horizontales en los apoyos debido a su propia
curvatura de manera análoga a los descriptos para estructuras tipo arco, pero
en este caso dichos empujes se producen hacia adentro, debiendo resolverse
los apoyos con un empotramiento en la base o disponer de un tensor adicional
anclado en la tierra por fuera de la superficie cubierta que impida dicho
movimiento horizontal.

Materialización:

De cables: alambres de alta resistencia de diámetros diversos los cuales se van


arrollando alrededor de un núcleo central que puede ser otro alambre de mayor
diámetro o de fibras vegetales. Estos alambres, en vez de arrollarlos entre sí
formando una trenza pueden ser dispuestos paralelamente unos a otros
formando un cordón los cuales se unen en ciertos puntos o mediante un recubrimiento o vaina que los mantiene unidos.

De cubiertas:

Disponer sobre los cables portantes una serie de losetas prefabricadas las cuales van tomadas a los cables mediante
ganchos anclados previamente en el hormigón de las losetas. El inconveniente mayor estará planteado en las juntas
entre losetas, que pueden agrietarse si el material no es lo suficientemente flexible.Una
buena solución para esto, consiste en introducir un peso adicional al de las losetas antes
de efectuar las juntas respectivas. Una vez aplicado y endurecido el producto, que puede
ser mortero de cemento u otro sellador, se quita la carga adicional aplicada que estiraba
en mayor valor los cables, tendiendo los mismos a recuperar la longitud inicial,
introduciéndoles a las juntas una compresión que la sella automáticamente.

Hormigonar in situ toda la superficie de cubierta quedando los cables embebidos en el


hormigón. Evidentemente para evitar fisuraciones en el mismo debido a las tracciones
producidas, se deberá recurrir al postesado de los cables una vez fraguado el hormigón, o
aplicar el método de la carga transitoria adicional mencionada en el ejemplo anterior.

Disponer una cubierta pesada de superficie plana soportada por cables. El espesor total
de la cubierta debe ser lo suficientemente grande como para permitir una cierta
deformación del cable, con la ventaja de que los empujes horizontales producidos por
éstos son resistidos por la misma placa de cubierta. Para alivianar en parte el peso total
de la cubierta es necesario disponer dos placas horizontales paralelas independientes entre sí: una superior resistente
de hormigón estructural y otra inferior más liviana que sirve de anclaje a las guías por las cuales se tensa el cable.

Mediante el uso de chapas delgadas de sección trapezoidal sujetas al cable


portante o al tensor mediante perfiles especiales.

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C. TIPOLOGÍAS ESTRUCTURALES DE COMPORTAMIENTO ESPACIAL

C.0. Introducción

Si bien a simple vista no se advierte una diferenciación ni en el aspecto exterior del elemento ni en su trabajo estructural,
existen a su vez dos criterios bien diferentes en el razonamiento estructural de este nuevo elemento:

• El primero consiste en interpretar dicha superficie como una


serie de elementos planos de ancho unitario dispuesto uno a
continuación del otro, trabajando cada uno de ellos de
manera independiente.
• El segundo criterio se interpreta como una gran placa
cubriendo toda la superficie requerida con continuidad
estructural en los dos sentidos ortogonales. Este último
sistema descripto es el denominado como estructura
espacial. Los esfuerzos en éstas se transmiten de manera muy
similar no solo en dos direcciones principales ortogonales
sino en todas las direcciones intermedias entre ambas,
pudiendo formar una trama continua resistente donde todos
los elementos que componen el sistema trabajan solidariamente entre sí, permitiendo ubicar los apoyos hacia
los bordes donde se trasmiten las cargas y posteriormente en puntos aislados que pueden ubicarse con una
gran separación, logrando una amplia superficie libre.

C.1. Sistemas espaciales de simple y doble capa

Se necesitan elementos estructurales de bajo peso propio, por lo que, generalmente se utiliza estructura metálica,
formando entramados portantes bi-direccionales, de una capa o de doble capa, generalmente resueltas de doble
curvatura y que trabajan fundamentalmente a compresión.

La configuración geométrica interna de las barras que conforman una superficie plana puede ser:

a) De forma Ortogonal: entramado sobre la base de dos


direcciones principales coincidentes con generatrices
y directrices.
b) De forma Triangular: se obtiene descomponiendo
una de las dos direcciones principales y manteniendo
la res tante.
c) De forma Romboidal: la descomposición se produce
en las dos direcciones.

De una superficie curva pueden ser:

a) Superficies que forman cúpulas, donde el comportamiento espacial se garantiza por una
interacción tensional entre los meridianos comprimidos y una serie de paralelos, algunos
comprimiendo y otros traccionando que evitan la deformación por flexión de los anteriores
b) Superficie geodésica muy resistente por su configuración triangular
c) Dos series cruzadas de arcos que se vinculan por barras diagonales formando una doble
capa resistente.

C.2. Emparrillados espaciales

Los sistemas ultra livianos también llamados estéreo-estructuras se pueden analizar también desde un punto de vista
de una placa, en general plana, y de comportamiento similar a una losa de hormigón armado. La diferencia radical se
encuentra en que estos sistemas están formados por elementos lineales, en donde la cupla flectora resistente se
materializa en dos capas independientes paralelas - una trabajando a compresión y la otra a tracción - formando dos
tramas ortogonales o también triangulares o romboidales, unidas solamente en los puntos de cruce de las barras que
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forman ese entramado por barras diagonales y/o verticales, las cuales trabajando alternadamente a compresión o
tracción son las encargadas de absorber los esfuerzos cortantes. Estos sistemas emparrillados, además de la gran
diferencia a favor en cuanto al peso propio respecto de las losas macizas convencionales, poseen la ventaja adicional
de poder ubicar los apoyos en cuatro puntos aislados ubicados generalmente en los extremos, solución que es
impracticable en la losa de hormigón armado debido a la aparición de esfuerzos de punzonado que perforarían la losa.

C.3. Estructuras laminares

Se denomina lámina al elemento en el cual el espesor es todavía menor al considerado para placas, por lo tanto, es muy
limitada la flexión que pueden resistir en el eje perpendicular a su plano. Debido a esta característica particular, lo que
se debe lograr en este tipo de estructuras es aumentar en la mayor medida posible el brazo de palanca interno entre
las resultantes de tracción y compresión para que los esfuerzos sean adecuados a los espesores mínimos con los cuales
se trabaja. Para garantizar que ese elemento tan delgado puede adquirir resistencia debemos, como dijimos, generarle
algún tipo de pliegue o curvatura. Para que la misma mantenga la forma, debido a su escasa rigidez general, se le deben
incorporar diafragmas en los extremos de la pieza.

Esta ausencia de flexiones, implica que, si aislamos una franja de la superficie de la estructura
laminar, podemos observar que solamente se verifican esfuerzos tangenciales en sus cuatro
bordes, como además de compresión y/o tracción en dos direcciones ortogonales entre sí y
paralelas al plano tangente a la superficie de la misma.

Clasificación:

• Estructuras prismáticas o losas dobladas, comúnmente denominada laminas plegadas, que trabaja en un
régimen mixto de membrana y flexión, predominando estos últimos.
• Bóvedas cilíndricas cónicas y superficies desarrollables en general, que trabaja también en régimen mixto de
membrana y flexión, predominando en este caso el de membrana.
• Superficies de doble curvatura, que trabajan en régimen membranal solamente, siempre que la disposición de
la estructura y sus apoyos sea la correcta y los valores de los esfuerzos no excedan los limites admisibles.

C.3. 1. Sistema de láminas plegadas

Conjunto de piezas planas (laminas). En una de las


direcciones, la transversal a los apoyos, las distintas
laminas continuas que conforman la estructura se
disponen con una cierta inclinación entre ellas
formando un pliegue, que es el que la da al conjunto
la resistencia adecuada.

En el sentido transversal, o sea en el sentido en donde


se produce el plegado de las láminas planas, el comportamiento del conjunto se puede interpretar como una serie de
losas continúas inclinadas, en donde los puntos de contacto entre ellas forman los apoyos intermedios necesarios para
que los esfuerzos de flexión en este sentido no sean demasiado importantes

En el sentido longitudinal, las láminas pasarían a comportarse como vigas independientes flexionadas, en donde la altura
de la viga se corresponde con la longitud del pliegue respectivo (h) y su ancho es el espesor correspondiente, lo que le
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brinda la capacidad portante respectiva. Al asimilar el comportamiento de las láminas plegadas como una serie de vigas
adosadas entre sí, los bordes de apoyo del conjunto deberían situarse en la dirección del plegado y constituir elementos
rígidos que se denominan tímpanos y que eviten los desplazamientos horizontales en dicho sentido, es decir mantener
la forma original de los pliegues, además de absorber convenientemente los esfuerzos tangenciales que actúan
paralelamente al plano que forman los pliegues de la lámina.

Es importante considerar también la necesidad de que los tímpanos que forman los apoyos y que controlan la forma no
se encuentran muy alejados entre si con el riesgo de que en las partes más alejadas de ellos la geometría de los pliegues
se distorsione, provocando flexiones adicionales. El trabajo fundamentalmente a flexión del sistema en ambas
direcciones, sumada a la ausencia de curvatura, hace que los sistemas plegados sean los menos eficientes.

C.2. 2. Sistemas de láminas de simple curvatura

Estos sistemas se generan a partir del desplazamiento de una generatriz


recta a lo largo de una serie de directrices curvas paralelas entre sí formando
una superficie que se denomina Lámina cilíndrica.

La lámina cilíndrica, a pesar de su similitud en cuanto a su forma con las


llamadas bóvedas de cañón corrido, se diferencian netamente entre sí en su
funcionamiento; mientras que las bóvedas se consideran como una continuidad de arcos planos paralelos de ancho
unitario dispuestos a lo largo de la generatriz recta trabajando independientemente entre sí, en las láminas cilíndricas,
en cambio, se producen dos tipos de esfuerzos al considerar una u otra dirección:

• En el sentido de las generatrices rectas se producen exclusivamente flexiones, las cuales, si bien son
importantes, son perfectamente resistidas por la sección correspondiente debido a que en ese sentido la lámina
se consideraría, según lo visto anteriormente, como una viga de sección curva en donde la altura abarca la
distancia entre los puntos más bajos y el punto más alto del medio cilindro, mientras que su ancho se
corresponde con su diámetro.
• En el sentido de las directrices, en cambio, el trabajo es solamente de compresión, variable de un máximo en
el extremo más alto del medio cilindro y un mínimo que es nulo en los bordes extremos, a pesar de que la forma
de la directriz no coincide con el funicular de las cargas actuantes, lo cual era indispensable en estructuras tipo
arco para que no se produzcan flexiones, además de que dichos esfuerzos de compresión variaban de manera
opuesta - de un mínimo en la clave a un máximo en los arranques -. La explicación a esta contradicción está
dada por la presencia de tímpanos rígidos dispuestos en los extremos de la lámina que impiden el
acomodamiento de la estructura hacia la nueva posición establecida por el antifunicular de las cargas actuantes,
modificando de esta manera la distribución de las solicitaciones según la directriz circular.

Dos tipos de láminas cilíndricas:

• Bóvedas cortas en donde predomina en longitud la directriz curva respecto a la generatriz recta, en la cual son
mayoritarios los esfuerzos tipo arco y la influencia de los tímpanos abarca prácticamente la totalidad de la
lámina, por lo cual los acomodamientos de la directriz en la zona central no son importantes pudiendo ser
absorbidos por la misma rigidez de la lámina;
• Bóvedas largas en donde la longitud de las generatrices rectas predomina por sobre las directrices curvas,
produciéndose ya en estos casos deformaciones importantes en la zona central que generan flexiones. Esta
situación se puede evitar de dos maneras: una consiste en aumentar el espesor de la lámina o generándole
algún pliegue en el sentido de la directriz recta para aumentarle la rigidez, mientras que la otra consiste en el
agregado en la parte central de un rigidizador que trabaje de manera similar a los tímpanos de borde

Otra de las particularidades que diferencian la lámina cilíndrica de la bóveda en cañón es precisamente la forma de
sustentación. Mientras que en la bóveda en cañón los apoyos deben situarse en correspondencia con las generatrices
de borde para resistir los empujes horizontales y lógicamente las cargas gravitatorias, en las láminas la compresión de
los arcos unitarios es absorbidos por las generatrices rectas y trasladadas a los tímpanos extremos, debido al trabajo
tipo viga en el sentido longitudinal que produce en aquellos solamente esfuerzos tangenciales. En la mayoría de los

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textos sobre estructuras que explican el funcionamiento de las láminas cilíndricas, refieren a la localización de tensores
de borde – según la denominación que utilizan- como un agregado al sistema para absorber los esfuerzos tangenciales
que allí se producen; según nuestra interpretación, esos tensores no son más que la armadura de tracción necesaria
para formar – junto con la zona comprimida superior – la cupla flectora necesaria para la viga considerada. En caso de
que la lámina no fuera semicilíndrica, o sea que la tangente en los extremos respecto de la vertical no fuera de 90
grados, se tendría que incorporar una viga horizontal que absorba los esfuerzos horizontales tipo arco que en este caso
ya no sería nulo.

Del mismo modo de lo que ocurre con la bóveda convencional, dentro de


esta tipología laminar existen otras variantes en cuanto a su forma
derivadas de las cilíndricas. Las bóvedas por Aristas y en Rincón de
Claustro se obtienen a partir de la subdivisión en cuatro partes de dos
medios cilindros, utilizando para la bóveda por aristas los cuatro gajos que
incluyen los tímpanos y para la bóveda rincón de claustro los gajos correspondientes a los
bordes longitudinales.

El conoide se diferencia del medio cilindro únicamente en que las directrices van
disminuyendo la curvatura hasta hacerse nula en la extrema

Materialización de láminas cilíndricas.

Son generalmente ejecutadas en hormigón armado formando una superficie maciza que cumple con las funciones de
estructura y cerramiento con espesor que varían generalmente entre 6 y 12 cm. Hay casos en los que se requieren
espesores mayores a los establecidos, por lo que se recomienda el empleo de secciones que sin variar la cantidad de
material requerido aumenten de alguna manera la inercia de la misma. Esto se puede lograr formando algunos pliegues
u ondulaciones que aumenten la rigidez o mediante el empleo de secciones formando dos placas resistentes
intercalando en su centro un material más liviano que cumpla la función de relleno.

Mientras se cumplan los requisitos planteados en cuanto a la disposición de


los bordes de apoyo, las láminas también pueden materializarse con
elementos lineales formando una estructura nervurada. Dichos elementos
deberían en lo posible coincidir en su trazado con la dirección de las
generatrices y directrices que son a su vez las líneas isostáticas por donde se
trasmiten los esfuerzos, salvo en los casos de las láminas plegadas y las
cilíndricas en donde las líneas isostáticas se reparten de manera similar a las
vigas flexionadas, por ser éste su principal esfuerzo. En estos casos es
conveniente el empleo de la malla triangular o romboidal de manera de
aproximarse de mejor forma a los esfuerzos que se producen.

Respecto de las posibilidades de pre-fabricacion, desde un principio se trató de evitar en lo posible la materialización
de cubiertas laminares monolíticas in situ de hormigón Armado debido fundamentalmente a los problemas que surgían
para el armado de los moldes o encofrados correspondientes, con lo cual la idea se enfocaba hacia el armado de piezas
más chicas cuidadosamente en fábrica o al pie de la obra para luego ser transportadas, elevadas y ubicadas en su
posición definitiva.

C.2. 3. Sistemas de láminas de doble curvatura

A) De curvatura total positiva

A este campo pertenecen las llamadas Cúpula de revolución y el Paraboloide Elíptico.

Cúpula de revolución:

Debido fundamentalmente a su forma, en estas láminas se desarrollan únicamente esfuerzos de compresión, de


tracción, o tangenciales, descartándose por completo los momentos flectores que únicamente podrían aparecer como
fenómenos locales de escasa significación en algunas zonas fácilmente determinadas denominados como
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perturbaciones de borde. En el caso particular de la cúpula no se diferencian como en casos anteriores series
ortogonales de generatrices y directrices, sino que ambas se fusionan en una curvatura principal la cual gira alrededor
de sí misma generando de esta manera otra curvatura ortogonal a aquella.

La cúpula de revolución difiere en su comportamiento estructural de la cúpula antigua tradicional de mampuestos.


Mientras que en la cúpula tradicional se genera una serie de arcos de compresión independientes entre sí que van
girando alrededor de un eje central para formar la superficie requerida, el trabajo como lámina se concibe diferente.
Del mismo modo se verifican una serie de arcos comprimidos llamados meridianos pero que, a diferencia de la anterior,
se interrelacionan con un sistema de anillos horizontales denominados paralelos. Estos, trabajando a compresión en la
parte superior hasta un ángulo aproximado de 53 grados respecto del eje de revolución y a tracción a partir de los 53
grados, impiden a los meridianos deformaciones diferenciales entre ellos debido a cargas no uniformes o puntuales,
permitiéndoles trabajar siempre como curvas funiculares para las diferentes cargas que puedan actuar en un
determinado momento. De esta manera, los paralelos son los encargados de “absorber” las diferentes desviaciones de
la curva de presiones respecto de la directriz de la cúpula, liberando completamente a los meridianos de las flexiones
que aquellas desviaciones producirían, verificándose de esta forma únicamente compresiones, en este caso crecientes
a partir de la clave hasta llegar a un máximo en los arranques.

Otra ventaja de las cúpulas laminares reside en que, si las tangentes correspondientes a los meridianos en coincidencia
con el paralelo de borde coinciden con la vertical, no se producen empujes horizontales hacia fuera, debido a la
colaboración del paralelo antedicho trabajando a tracción que impide dichos desplazamientos, situación que no ocurría
con las cúpulas tradicionales y que más de un dolor de cabeza les produjeron a los grandes constructores de la
antigüedad.

Paraboloide Elíptico:

La doble curvatura se genera por la traslación de una curva generatriz sobre una serie de
directrices también curvas, ambas parabólicas, en el mismo sentido. Estas series de arcos
comprimidos en dos direcciones permiten generar una planta cuadrada o rectangular, a
diferencia de la cúpula que requería un apoyo circular continuo sobre el paralelo de borde. En
el paraboloide elíptico, las dos series de directrices y generatrices de borde generan los cuatro
apoyos laterales o tímpanos que reciben mediante esfuerzos tangenciales las solicitaciones
debidas a la cáscara.

Materialización:

• fabricación de trozos esféricos de hormigón armado reforzados


por un nervio central.

• los trozos unitarios prefabricados fueros armados de forma


cuadrada, con nervios en sus bordes

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B) De curvatura total negativa

Paraboloide hiperbólico: se genera mediante la traslación de una curva parabólica


generatriz trabajando a tracción sobre una serie de curvas directrices también
parabólicas, pero de curvatura contraria, ortogonales a aquellas, que trabajan
comprimidas. Al igual que las láminas descriptas anteriormente, en el paraboloide
hiperbólico solamente se verifican esfuerzos de compresión, de tracción o
tangenciales. Los elementos de borde o tímpanos que reciben los esfuerzos
tangenciales a su plano derivados de la lámina deben ubicarse en concordancia
con las directrices y generatrices extremas.

Los bordes rectos no necesariamente deben considerarse como tímpanos ubicados en todo el perímetro, sino que
pueden considerarse como puntales rectos comprimidos que irán recogiendo los esfuerzos tangenciales que provienen
de ambas familias de parábolas y acumulándolos en su trayecto hasta descargar en los puntos o columnas de apoyos
ubicadas en los puntos más bajos del paraboloide. Es decir que, a diferencia de las otras tipologías laminares que deben
recurrir a elementos de bordes continuos de apoyo, el paraboloide permite sustentarse en puntos aislados. Estos
apoyos puntuales ubicados generalmente en los llamados puntos bajos de la estructura, al recibir acciones inclinadas
de dos de los bordes deben diseñarse para soportar empujes horizontales, además de los propios de compresión,
pudiendo recurrirse a columnas empotradas en su base o a tensores que vinculan por el extremo superior las dos
columnas diagonales.

Sistemas colgantes pretensados: si bien su funcionamiento estructural difiere


respecto a lo señalado anteriormente, los incluimos en esta clasificación que
generan una superficie de doble curvatura análoga a la de los paraboloides
hiperbólicos. La diferencia con aquel radica en que las familias de directrices y
generatrices llamadas aquí cables portantes y cables tensores trabajan ambas
traccionadas, y también la disposición de los bordes que deben absorber los
empujes horizontales hacia adentro proveniente de los cables.

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