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Introducción

N u e s t r a experiencia, después de muchos años de tratar padecimientos


de los huesos, nos permite afirmar que las dos complicaciones quirúrgicas
m á s graves e n ortopedia y traumatología óseas son la infección y la
seudoartrosis, tanto por su alta incidencia como por la dificultad de su
tratamiento.
A l analizar la bibliografía mundial sobre infección ósea es fácil
observar que n o existe método que no vaya acompañado de fracasos y
recidivas, l o que ratificamos al revisar los tratamientos más comunes
en estos m o m e n t o s . Boda alcanza solamente 33% de éxito en la
1

erradicación de la sepsis; Mackey informa u n resultado semejante al


2

utilizar la irrigación-succión. Groóte obtiene 62% de triunfo con


3

esférulas de gentamicina; D i x o n llega al 72% con el mismo producto y


4

Christianseiv' logra 72% con el cemento adicionado de gentamicina,


para prótesis de cadera. Lortat-Jacob consigue éxito en el 88% de los
6

casos con el método de Papineau, quien, a su vez, obtiene 93%. N o


7

obstante, en este último caso pensamos que se debería tener en cuenta


que este método, el cual se caracteriza por la resección de todos los
tejidos infectados hasta llegar a hueso perfectamente vascularizado en
una sola sesión, debería, por lo mismo, eliminar la sepsis en todos los
casos. Webster, mediante el uso de ánodos de plata, logra el 64% de
8

buenos resultados. Judet sólo consigue éxito en el 70% de casos de


9

seudoartrosis infectadas a través de su método de resección carcinogénica


—antecesora de la técnica de Papineau- que consiste en colocar injerto
óseo, aplicar fijadores externos y cerrar la herida en la misma cirugía.
B e r n s t e i n dice erradicar la sepsis a base de cefamandole en el 7 1 % de
10

los casos después de 33 días, como promedio, de terapia intravenosa


con este antibiótico. Gentry y MacGregor obtienen alrededor del
11 12

70% de buenos resultados con impenemcilastatina, después del


desbridamiento. K e l l y , en la Clínica Mayo, alcanza el 86% de triunfo
13

en el tratamiento de las seudoartrosis infectadas.


El uso combinado de vancomicina con refampín le proporciona a
N o r d e n el 84% de estérilización de las heridas, lo que no es en
8 Introducción

v e r d a d erradicación segura de la enfermedad, porque no emplea


cirugía y la lesión está expuesta a numerosas recidivas. En estudios
c o n conejos, P e r r y prueba una " b o m b a " que consiste en la aplicación
15

de diferentes antibióticos al foco séptico para lograr inactivar con ella


tres de cada cinco cultivos de gérmenes. En osteomielitis agudas
incipientes, sin absceso n i necrosis, M a n n llega al 95% de buenos 1 6

resultados sin cirugía, sino exclusivamente con altas dosis de cloxacilina.


Este último resultado es lógico, en la medida en que se trata de casos
que podemos considerar "ideales", tanto por su diagnóstico como por
s u terapéutica o p o r t u n a .
Si analizarnos sólo someramente este tipo de tratamientos que en
la actualidad se encuentran en boga, podremos entender cuál es la
d i f i c u l t a d para lograr erradicar con ellos las infecciones del hueso,
puesto que la excelencia n o la obtiene ninguno y casi nadie llega
al 90%.
La siguiente lista resume lo anterior:

1. Antibióticos, exclusivamente 10, 1 4

2. Irrigación-succión ' 1, 2 2 2

3. Irrigación p o r aspersión
4. Esférulas de g e n t a m i c i n a y cemento para prótesis adicionado
3,4

con g e n t a m i c i n a
4

5. Iones o ánodos de plata 8

6. Oxígeno h i p e r b á r i c o " 17 20

7. Puesta a plano y saucerización 22

8. Antibióticos y desbridamiento 11, l z

9. Método de Judet 9

10. Método de P a p i n e a u 6,7,21

El uso exclusivo de antibióticos sin cirugía tiene el problema


de dejar los tejidos necróticos y, en consecuencia, no erradica en
forma definitiva la sepsis. De los tratamientos 2 al 9, la ejecución es en
u n solo tiempo quirúrgico, por lo cual si no se logra en el desbridamiento
la erradicación completa de la necrosis, el tratamiento se irá al fracaso,
o bien ocurrirá una aparente curación con recidivas en cualquier
momento, en v i r t u d de la presencia de los microorganismos en las
partes necrosadas, en donde no es posible que penetre sustancia
alguna. Es fundamental aclarar que todos los médicos que han tratado
infecciones de los huesos saben que no es fácil efectuar u n desbridamiento
quirúrgico perfecto que resuelva el problema integralmente en todos
los casos o, al menos, en una proporción m u y importante.
Cabe señalar que en los métodos 2 al. 8, los medios para erradicar
la sepsis se apoyan en el uso de los coadyuvantes, que son precisamente
los que les dan el nombre: irrigación-succión, esférulas de gentamicina,
etcétera. Sin embargo, los tejidos necrosados impiden el buen efecto
de dichos coadyuvantes, de tal manera que los enfermos sólo logran
sanar cuando el desbridamiento es excelente, porque resulta imposible
aceptar que él paso de una gota de solución por el foco infeccioso,
como ocurre en los métodos de irrigación, pueda tener u n efecto
destructor sobre los microorganismos y la necrosis. Sin d u d a las
esférulas de gentamicina, los iones de plata, el oxígeno hiperbárico,
etcétera, son coadyuvantes m u y útiles para evitar una reinfección
cuando hay tejidos vasculares, pero n o para erradicar la sepsis con
tejidos necróticos. La puesta a plano, el método de Judet y muchos
otros emplean como ayuda antibióticos sistémicos, los que se comportan
exactamente igual que los ya mencionados.
Por lo anterior, se puede deducir que u n número i m p o r t a n t e de
enfermos continúa con su padecimiento a pesar de haber sido tratados
p o r las mejores manos, lo que obliga a preguntar qué sucedería con
otras menos expertas. El 70% de los pacientes con este tipo de
padecimientos que acuden a recibir atención médica h a n sido manejados
con métodos quirúrgicos en una o más ocasiones, sin que se haya
p o d i d o erradicar la sepsis. Por desgracia, a veces se p r o p o r c i o n a n
cuidados que de antemano el cirujano sabe o intuye que n o darán
b u enos resultados, porque a menudo ios médicos se aferran a
tratamientos que han probado su ineficacia durante años p o r no
conocer nada mejor o por temor a intentar nuevas técnicas.
Debido a toda esta problemática, hay gran cantidad de pacientes
que cursan largo tiempo con infección. Los datos del Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS) acerca de la última casuística indican que
cuando el paciente se presenta ante el médico, tiene como promedio
4.2 años de sepsis. Destaca el casó de u n hombre que al presentarse
en la consulta padecía una osteomielitis hematógena de 64 años de
duración, con recidivas y cierres continuos; toda una vida de soportar
esta enfermedad. Muchos otros pacientes son amputados tarde o
temprano, como resultado de tratamientos inadecuados, con u n
sinnúmero de cirugías e internamientos hospitalarios que v a n alterando
su vida familiar, social y laboral, lo cual repercute gravemente en su
situación económica. Las instituciones de salud gastan cifras enormes
en estos enfermos y a pesar de ello pocos logran curarse. Los gastos
de u n paciente con infección ósea al que no se llega a controlar son
sorprendentes. Si se lleva a cabo la amputación, el enfermo cae en una
profunda depresión, con frustración ante la vida y el convencimiento
de que los cirujanos no hicieron lo suficiente para remediar su problema,
además de que le resulta prácticamente imposible ser admitido en
algún trabajo.
Ante este panorama tan poco alentador, el cirujano ortopédico
debe aceptar que el tratar las infecciones de los huesos es m u y difícil,
probablemente más que otro padecimiento ortopédico o traumatológico,
y que para tener buenos resultados se requiere u n magnífico
adiestramiento en los hospitales donde se ejerza este tipo dé
enseñanza.
En América hay muy pocos servicios dedicados a estas enfermedades.
En la Ciudad de México, en el Hospital de Ortopedia Magdalena de las
Salinas (HOMS) del Seguro Social, existe u n departamento de esta
naturaleza en donde se imparten cursos de capacitación en forma
v
continua.
10 introducción

Desde 1970, el a u t o r d e l presente libro inició la investigación de


estos padecimientos y p u d o constatar, desde entonces, que los métodos
terapéuticos descritos en la bibliografía m u n d i a l estaban m u y lejos de
alcanzar cifras aceptables de erradicación en la sepsis. E n la actualidad
se ha avanzado m u c h o e n el empleo de elementos p r e v e n t i v o s de la
infección quirúrgica, p e r o n o ha sucedido l o m i s m o respecto de los
tratamientos. A l parecer, la terapéutica de este padecimiento ha
permanecido prácticamente estancada debido a que el cirujano ortopédico
ha equivocado el c a m i n o para encontrar las soluciones adecuadas, p o r
n o aceptar que el signo p r i n c i p a l de la infección ósea es la n e c r o s i s ' 2 3 2 4

y que n o se p u e d e e l i m i n a r el padecimiento al perseguir los gérmenes,


sino mediante la erradicación, paso a paso, de todos los tejidos m u e r t o s .
Conviene recordar q u e el propósito del m é t o d o de J u d e t y d e l de 9

P a p i n e a u " consiste n o e n la vascularización d e l foco séptico, sino en


7 21

la vascularidad p o r resecciones masivas, que la mayoría de las veces,


e n la opinión d e l a u t o r de este texto, n o se justifican, p o r q u e , a u n c u a n d o
es cierío que c o n d i c h o s m é t o d o s se puede e l i m i n a r la sepsis, también
se crea u n serio p r o b l e m a para reponer la i n t e g r i d a d d e l hueso, p r o b l e m a
que m u c h a s veces se c o n v i e r t e e n amputación. A u n q u e se a f i r m e que
las transportaciones ó s e a s resuelven el caso o que los fijadores externos
con injertos óseos p r o d u c e n la consolidación, la realidad es que,
d e s a f o r t u n a d a m e n t e , se observa el fracaso de ambos sistemas. Por lo
t a n t o , es i m p r e s c i n d i b l e que el ortopedista n o se deje llevar p o r palabras
y m e d i t e m u y b i e n antes de realizar una diafisectomía. El a u t o r de esta
obra ha r e c i b i d o m u c h o s enfermos a los que se les había realizado d i c h o
p r o c e d i m i e n t o y q u e , s i n e m b a r g o , a pesar de tan cruel cirugía, seguían
s u f r i e n d o la infección.
E n 1970, el a u t o r d e l presente libro inició u n estudio i n t e n s i v o
acerca de las infecciones óseas con objeto de encontrar u n t r a t a m i e n t o
que en r e a l i d a d las resolviera. La hipótesis de la investigación fue que
para erradicar la sepsis era necesario únicamente vascularizar todos los
teüdos d e l foco infeccioso, p o r q u e de esta manera se e l i m i n a b a ia
necrosis, parámetro f u n d a m e n t a l de la infección del hueso y , c o n ello,
los g é r m e n e s , c o n la a y u d a de las defensas inmunológicas d e l o r g a n i s m o
presentes e n tejidos vasculares. D i c h a hipótesis se ha p o d i d o c o m p r o b a r
a través de la casuística d e l IMSS en más de 1 000 c a s o s . " 25 34

C o n base e n el m é t o d o de escarificación, el p r o b l e m a para erradicar


la sepsis es m á s de diagnóstico que de t r a t a m i e n t o , p o r q u e al saber e n
d ó n d e se e n c u e n t r a n las zonas necróticas la infección cede d e s p u é s d e l
r e t i r o de esas zonas y la vascularización d e l foco. Si el c i r u j a n o p u e d e
saber en dónde se e n c u e n t r a la necrosis ósea y de partes blandas y
efectúa el p r o c e d i m i e n t o q u e aquí se i n d i c a , obtendrá éxito: d u r a n t e el
desbridamiento debe buscar y hallar todos los tejidos necrosados en
dondequiera que se e n c u e n t r e n , y si es necesario r e t i r a r u n a cortical
completa deberá hacerlo a u n q u e , p o r supuesto, en la mayoría de los
casos esto n o ocurre. Si tiene que hacer grandes incisiones o explorar
extensas zonas musculares n o dudará u n m o m e n t o e n llevarlas a cabo;
esto n o significa de m a n e r a a l g u n a que deba efectuar u n a diafisectomía,
Introducción

ya que sólo debe llevarse a efecto en casos de fracturas y seudoartrosis


infectadas, en las cuales los fragmentos óseos se encuentran
completamente denudados de los tejidos blandos en todo su contorno.
En estos casos, desde la solución de continuidad hasta la unión del
hueso con las partes blandas la necrosis es total y no se puede vascularizar.
En los demás enfermos este procedimiento no se justifica.
El método de referencia se ha venido perfeccionando a lo largo de
18 años y es posible afirmar, sin lugar a dudas, que ha demostrado
una eficiencia poco común. Quizá dicha afirmación pueda suscitar
incredulidad, ya que no es extraño que en medicina las estadísticas se
alteren. Sin embargo, es u n hecho que desde hace dos años, en el
Hospital de Ortopedia Magdalena de las Salinas (HOMS), del IMSS, se
ha l o g i a d o erradicar la infección a todo enfermo que llega a solicitar
servicio, y la mejor manera de creerlo es acudiendo a dicho hospital,
por lo cual se invita a todo aquel que quiera conocer el procedimiento.
El tratamiento se inicia siempre con u n desbridamiento m u y
minucioso, después del cual, en el hueso íntegro o fracturado, deben
quedar eliminados la mayoría de los tejidos necróticos, o todos si es
posible. En el hueso con solución de continuidad se elimina toda la
necrosis de una de las corticales por medio de una fenestración que,
además, permite diagnosticar el estado de las demás corticales y del
canal medular. Si en ellas existiera.necrosis, se eliminaría la mayor
parte posible y se dejaría contacto entre fragmentos o, a lo más, una
m u y ligera discontinuidad, no mayor de 1 cm, de tal forma que la
unión sea sencilla. Es conveniente tener en cuenta que los clavos con
pernos tipo Colchero, utilizados como medio de fijación desde 1983,
proporcionan gran estabilidad y con ello se logra la consolidación, que
se hace mucho más difícil con el uso de fijadores externos u otros
procedimientos. La escarificaáón, que se hace después del desbridamiento,
sirve para vascularizar zonas, en sesiones repetidas, con lo que el
cirujano aprecia que tanto el hueso como los tejidos blandos son
sangrantes, que desaparecen las partes de tejido blando friables y
supurantes y que el hueso contribuye a resolver el problema a través
de su vascularidad. Cuando dicha vascularidad cubre toda la herida, la
infección ha desaparecido. Es importante añadir que para llegar a la
vascularización jamás ha sido necesario recurrir a coadyuvantes de
ningún tipo: n i antibióticos, n i irrigaciones, n i esférulas de gentamicina,
etcétera.
Una de las cosas que se ha logrado en el transcurso de los años es
hacer el procedimiento cada vez más rápido. Actualmente, si el estado
general del enfermo lo permite, se realiza el desbridamiento y dos días
después se comienza la escarificación, que se efectúa diariamente en
lugar de dos veces por semana, como antes. También se ha logrado
reducir el número de escarificaciones para retirar la infección y, de
hecho, con frecuencia se observa que con el desbridamiento y una o
dos escarificaciones el problema se resuelve. Se puede decir que, en
> promedio, el tratamiento consiste en tres escarificaciones aun en los
casos graves.
12 Introducción

Se ha d e n o m i n a d o "escarificación" al estímulo para vascularizar el


foco séptico p o r q u e , de acuerdo con u n diccionario, "escarificar" es
hacer incisiones superficiales con el escarificador y , según otro,
35

significa p r o d u c i r incisiones pequeñas con fines r e v u l s i v o s , lo cual


36

tiene u n a clara relación c o n la presente técnica, porque se e l i m i n a n


delgadas capas e n el hueso y en los tejidos blandos. Prácticamente el
término ' escarificar" se puede entender como sinónimo de
"vascularizar". Para que esta premisa resulte cierta es imprescindible
que los tejidos vecinos, u n i d o s al hueso, sean a su vez vasculares para
obtener de ellos el sangrado; si el paciente sufre afección arterial en el
m i e m b r o i n v o l u c r a d o , es inútil iniciar el tratamiento.
Por m e d i o de la escarificación también es posible cubrir huesos que
se e n c u e n t r a n expuestos, al formar con el estímulo una cubierta de
granulación perfectamente natural y eficaz que puede dar forma
n o r m a l a algunas regiones, como la pierna y el tobillo.
U n a vez que se logra erradicar la infección por medio del
d e s b r i d a m i e n t o y las escarificaciones, no en todos los casos termina la
batalla para lograr la recuperación completa del paciente. Si existe una
fractura o seudoartrosis, es el momento de hacerla consolidar; si
hubiera u n acortamiento habría que corregirle; seguramente se tendría
que colocar u n a prótesis, efectuar una artrodesis, poner u n injerto
óseo o solucionar las deformaciones que hayan aparecido. Si no se
p r o p o r c i o n a al enfermo todos estos cuidados, se deberá admitir que el
trabajo ha sido incompleto y que no se solucionaron ad integrum las
esperanzas del paciente. Por ello, en el H O M S se destaca cada vez
más la i m p o r t a n c i a que tiene proporcionar u n tratamiento integral al
i n d i v i d u o que padezca cualquier tipo de sepsis ósea.
D e b i d o a la complejidad del padecimiento se dedica u n capítulo
para cada tema que forma parte del tratamiento: desbridamiento,
escarificación, implantes que se deben utilizar para resolver fracturas y
seudoartrosis infectadas, injertos óseos y cierre de la herida. Las
estadísticas d e l H O M S , en el momento de escribir el presente libro,
integran el último capítulo. El capítulo 7 trata acerca del clavo con
pernos t i p o C o l c h e r o ,
3 7 - 4 8
del clavo bloqueante del mismo t i p o y
4 8 - 5 0

de u n n u e v o clavo para fracturas de cuello femoral e intertrocantéricas.


También se mencionan los diversos medios de diagnóstico que se
llevan a cabo en los enfermos del H O M S , así como la justificación para
emplear cada u n o de ellos. Además, se incluye u n capítulo sobre la
forma en que se utilizan los antibióticos en el paciente con infección de
los huesos y otro e n el que se indica cuál es el tipo de anestesia que se
debe aplicar cuando se efectúan las escarificaciones. Por otra parte,
se dedica u n capítulo a la clasificación délos padecimientos infecciosos
del hueso, tanto desde el p u n t o de vista anatomopatólógico y de la
vía de entrada de los organismos como de la clasificación en grupos
para el tratamiento de cada una de las enfermedades infecciosas del
hueso.
Es importante destacar que en estos padecimientos resulta
indispensable la estrecha colaboración entre el médico y el paciente, ya
que la terapéutica puede ser prolongada y , en consecuencia, es de
gran importancia que el enfermo llegue a tener plena confianza en su
cirujano. Esta confianza se consolidará en la medida en que el médico
realice claros y rápidos progresos en la erradicación de la sepsis.
A u n q u e dicha conjunción entre el médico y el paciente es
imprescindible, es posible comprobar, con profunda tristeza, que por
lo general a los cirujanos ortopédicos, a las enfermeras y al personal
paramédico, les desagrada dar atención y cuidados a los pacientes con
infección de los huesos. Posiblemente una de las principales causas de
este proceder la constituyen los constantes fracasos de los ortopedistas
ante estos padecimientos; por otro lado, da la impresión de que el
manejo constante de exudados purulentos, tejidos necróticos, etcétera,
les resulta desagradable. Por desgracia, no sólo dichas personas rechazan
en u n m o m e n t o dado a estos enfermos, sino que con frecuencia ocurre
lo m i s m o c o n su familia y la sociedad, por lo que no es de extrañar
que su estado psíquico sea malo y en ocasiones agresivo. Mientras los
pacientes sufran la infección no conseguirán trabajo y , de tenerlo, las
empresas suelen tratar de deshacerse del individuo. Todo esto debe
hacer comprender perfectamente el problema que significa este tipo de
padecimientos que, paradójicamente, en casi el 85% de las ocasiones,
de acuerdo con las estadísticas del H O M S en adultos, han sido provocados
por el m i s m o cirujano, fenómeno por demás alarmante.
A través del método de escarificación se están obteniendo buenos
resultados. Sin embargo, para que los demás colegas logren alcanzar
estos mismos resultados es imprescindible conocer el método a
p r o f u n d i d a d ; de ahí nuestro interés en publicar el presente libro. A u n
cuando este método se ha publicado en revistas y t e s i s " tanto
25 34

nacionales como extranjeras, se piensa que a dichos artículos les falta


ia extensión necesaria para poder dominar realmente el procedimiento.
índice
de contenido

5
Prefacio
7
Introducción
Cap. 1 . Laboratorio, radiología y patología en las infecciones de los huesos 17

Estudios radiográficos, 17. Estudios de laboratorio, 19. Estudios


bacteriológicos. 20. Estudios anatomopatológicos, 21. Control del
enfermo y del padecimiento, 21.

Cap. 2. Los antibióticos en las infecciones de los huesos 23


Cap. 3. Clasificación de las infecciones de los huesos 27
Clasificación diagnóstica, anatomopatológica y por vía de entrada,
27. Clasificación de las infecciones de los huesos con objeto de de-
terminar el tratamiento integral del enfermo, 28. Tratamiento de las
infecciones óseas según su grupo de clasificación, 29.

Cap. 4. La anestesia en las infecciones de los huesos. Salim A r k u c h K u r i 35


La anestesia para el desbridamiento, 35. La anestesia en la escarifi-
cación, 36.

Cap. 5. Desbridamiento o cirugía inicial 39


Generalidades acerca del desbridamiento, 40. Tratamiento de los
tejidos blandos, 42. Qué se debe hacer al encontrar u n implante d u -
rante el desbridamiento, 43. Tratamiento del hueso, 45.
Cap. 6. La escarificación o exéresis a mínima 51

Cómo hacer la escarificación, 52. Mecanismo y medios para hacer


la escarificación, 53. Pasos que se deben atender durante la escariñ-
v caaón, 57. Frecuencia de las escarificaciones, 59. Algunos aspectos
sobre la granulación en relación con la escarificación, 60.
16 índice do contenido

Cap. 7. Indicaciones para implantes, prótesis, artrodesis y resecciones


quirúrgicas en los enfermos que estuvieron infectados 61

Indicaciones de implantes en fracturas y seudoartrosis que estuvie-


ron infectadas, 63.

Cap. 8. Clavos Colchero: intramedular con pernos y bloqueante 71

Clavo intramedular fijo al hueso mediante pernos para diáfisis de


fémur, tibia y húmero, 71. Clavo bloqueante de los movimientos de
las fracturas y seudoartrosis en huesos largos n o sometidos a la
marcha, 103.

Cap. 9. Los injertos óseos en las infecciones de los huesos 113

Tipo de hueso preferido, 115. Resistencia del injerto, 115. Calidad


de hueso más adecuada, 116 Lugares preferidos para la toma del
injerto, 116. Técnica quirúrgica para toma y aplicación del injerto,
116. Técnica de la escarificación del injerto óseo, 117. Requisitos
para poder colocar el injerto óseo, 117. Requisitos para conservar
la esponjosa en su lugar y tener buena evolución, 118.

Cap. 10. Cierre de las heridas 119

Sutura secundaria de la herida, 120. Injerto libre de piel, 123. Epi-


teliznción, 124. Colgajos pediculados y libres vascularizados, 124.

Cap. 11. Resultados y estadísticas de los enfermos tratados por infeccio-


nes óseas 127

Estadística en enfermos con infecciones de los huesos, 127. Esta-


dística en enfermos con clavo intramedular fijo al hueso mediante
pernos, 131. Estadística en enfermos con clavo bloqueante tipo
Colchero, 138. Resultados, 139.

Cap. 12. Prevención de las infecciones óseas 143

Problemas propios del cirujano y su equipo en la cirugía, 144. Pro-


blemas ambientales en el quirófano, 146.

Referencias bibliográficas 149

índice analítico 1 5 3
1
Laboratorio,
radiología y
patología en las
infecciones
de los huesos
El c o m ú n d e n o m i n a d o r en los padeci- tudios radiológicos, análisis de laboratorio y
m i e n t o s infecciosos de los huesos es el de exámenes bacteriológicos así como de anato-
liegar c o n facilidad al diagnóstico, aunque mía patológica. Se omite, sin embargo, la
e n raras ocasiones pueden confundirse con mención de estudios especiales que resulten
otras enfermedades inflamatorias o con r u - necesarios para los enfermos, con objeto de
mores, sobre t o d o cuando se trata de osteo- lleearal diagnóstico de otros padecimientos,
m i e l i t i s h e m a t ó g e n a crónica o, con menor que cursen con sepsis v que son del d o m i n i o
frecuencia, de osteítis en hueso íntegro. general del médico o que puede consultarlos
C o m o la f i n a l i d a d de esta obra es consti- en la bibliografía convencional.
t u i r u n m a n u a l práctico para el tratamiento
de las sepsis óseas y n o entrar en detalles
ESTUDIOS RADIOGRÁFICOS
que p u e d e n fácilmente leerse en muchos
textos, se prefiere remitir al lector interesado Radiografías anteroposterior,
en d i c h o s detalles a consultar los diversos l i - lateral y oblicua del hueso afectado
bros y revistas de la especialidad que con-
t e n g a n esta información. En huesos largos siempre se incluye la
En seguida se indican ias razones por las imagen oblicua porque proporciona ciatos
que resulta necesario efectuar diferentes es- m u y importantes que no es posible observar
en otras proyecciones. La toma oblicua es i n -
dispensable en la pierna porque la presencia
del peroné provoca una superposición con
la tibia en el estudio lateral; lo mismo sucede
con el antebrazo. C u a n d o se colocan placas
o fijadores externos, independientemente
de que sea en fémur, húmero o tibia, la posi-
ción de los implantes suele requerir la toma
oblicua para poder visualizar el hueso en for-
ma correcta, ya que la posición lateral suele
estar ocupada p o r el implante (fig. 1.1).

Fíg. 1.1. Radiografía oblicua de ambas tibias; a ia dere-


cha se ie efectuó acortamiento de 3.4 cm por es-
tar más corta ta izquierda, la cual, además estu-
vo infectada.

17
18

Todo esto es de suma importancia cuando Tomografía lineal


se requiere valorar la consolidación de una
Con relativa frecuencia resulta difícil, y en
fractura o seudoartrosis, o bien cuando se
ocasiones imposible, diagnosticar la seu-
desea definir las características y ubicación
doartrosis antes del tratamiento quirúrgico,
de un secuestro, cloaca, etcétera. Si una sola
pues las imágenes de la zona no consolidada
toma oblicua no proporciona suficientes da-
se superponen y no permiten la observación
tos, entonces se realizan dos: oblicuas dere-
de la raya de falta de unión, que además no
cha e izquierda.
sigue una dirección recta. Esto es m u y fre-
cuente en las seudoartrosis "en pata de ele-
fante". En ciertas ocasiones la superposición
Fistulografía puede dar la seguridad aparente de que la
consolidación se ha logrado.
Este método, como indica su nombre, se En estos casos, mediante la tomografía l i -
emplea para seguir el trayecto de ias fístulas neal en dos planos: anteroposterior y lateral,
en v i r t u d de que muestra la extensión apro- con todos los cortes necesarios, se llega a
ximada de la sepsis, su ubicacióny el camino identificar perfectamente esa raya de sepa-
que deberá seguir el cirujano durante el des- ración entre los fragmentos óseos.
bridamiento (fig. 1.2).
La artrografía es u n estudio similar al an- Otros estudios complementarios
terior; se utiliza cuando hay dudas diagnós-
ticas en artritis piógenas y en prótesis que se A todo paciente de 40 años de edad o más
cree están infectadas? se le debe tomar una telerradiografía del tó-

Fig. 1.2. Fistulografía en una enferma con osteomielitis


hematógena de 20 años de evolución. Nótese
que el medio de contraste llena los comparti-
mentos medial y lateral y llega a la parte, media-
esto indica que la infección ha despegado todas
ias partes blandas alrededor del hueso
Estudios de laboratorio 1 9

rax antes de ser sometido a una intervención una sepsis de este tipo puede llegar a p r e -
quirúrgica. En las discrepancias de l o n g i t u d sentarse leucocitosis cuando se produce u n
de los miembros pélvicos debe tomarse ra- brote a g u d o , p o r la formación de u n absceso
diometría, ángulo remorotibial y eje mecáni- en partes blandas o en hueso.
co en las desviaciones de este último. El a u m e n t o de la velocidad de sedimenta-'
Hay otras radiografías que en u n m o m e n - ción globular es el eterno a c o m p a ñ a n t e de
to dado son imprescindibles para diagnos- estos padecimientos, y se debe vigilar n o
ticar diferentes padecimientos o para com- sólo antes de iniciar el tratamiento sino t a m -
pletar algunos estudios especiales, con los bién después de concluirlo, pues en este m o -
cuales es posible programar adecuadamente mento empieza a d i s m i n u i r ; sin e m b a r g o ,
el tratamiento integral deí enfermo después no llega a cifras normales sino hasta d e s p u é s
de erradicar la infección. de bastante t i e m p o .4 9

ESTUDIOS DE LABORATORIO G l u c e m i a , urea y creatinina

Los hallazgos de laboratorio en pacientes Éstos son análisis que se deben efectuar
con infecciones crónicas de los huesos son en enfermos que v a n a someterse a a l g ú n
similares a los que se presentan en cualquier tipo de intervención quirúrgica. R e c u é r d e s e
sepsis crónica de origen bacteriano. Cabe que con frecuencia se encuentran pacientes
hacer notar que la mayoría de los enfermos infectados de los huesos que padecen diabe-
que ingresan en el H O M S padecen una i n - tes mellitus, lo cual es preciso detectar p o n j t i e ,
fección crónica y no aguda. aunque en verdad no aumenta sustancialmen-
C o m o el procedimiento de escarificación, te la dificultad para erradicar la sepsis, es u n
m o t i v o de este libro, exige la intervención parámetro fundamental en el estado general
quirúrgica del paciente en varias ocasiones, del paciente y muchas veces n o es posible
se requiere una perfecta evaluación integral llevar a cabo la cirugía mientras n o se estabi-
del m i s m o para conocer los problemas que lizan las cifras de glucemia. Sin embargo, e n
la sepsis crónica ha provocado, tenerlos en varias ocasiones ha sido necesario resolver la
cuenta y combatirlos. Los análisis que r u t i - sepsis antes de lograr cifras aceptables de g l u -
nariamente se efectúan en el H O M S en pa- cosa en la sangre, lo que demuestra que el
cientes con infecciones del hueso son: a) bio- padecimiento de base tiene m u c h o que v e r
metría hemática completa, velocidad de se^ con la dificultad del control de la diabetes.
cTimentación y recuentO-de-PJaquetas; b) g l u - _
cernía, urea y creatinina; c) proteínas totales
y relación a l b ú m i n j ^ l o b ^ n a ; , d) pruebas,
"nemorragíparas; e) grupo sajngmn^o y^Rh; í) Proteínas totales y relación
examen general deorma. albúmina - g l o b u l i n a

Cuando los padecimientos de los huesos


Biometría hemática completa, son crónicos alteran el estado nutricional del
velocidad de sedimentación y i n d i v i d u o , en la medida de su persistencia.
recuento de plaquetas La falta de apetito es común, lo que agrava
aún más el problema. Por otra parte, la expe-
La anemia es el común denominador de riencia muestra que al resolver el padeci-
los pacientes infectados crónicos, al igual miento vuelve el deseo de comer, en forma
que la leucopenia, la neutrofilia y la dismi- notable, y que el paciente no sólo repone la
nución de plaquetas. Sin embargo, aun en hipoproteinemia sino que alcanza p r o n t o su
20 Cap. t. Laboratorio, radiología y patología

peso normal. C o n frecuencia se encuentran f ü c o s j n j ^ c j o s o s , y c) bacteriología en frag-


aumentadas las globulinas séricas, con mo- mentos óseos. En ocasiones, algunos de es-
dificación en la relación albúmina-globuli- Tos estudios deben ser rutinarios.
nas. En otros casos estos exámenes pueden
resultar normales.
C u l t i v o y antibiograma?

Pruebas hemorragíparas Es necesario identificar el germen o los


gérmenes causantes de la sepsis; asimismo,
Son imprescindibles en todos los i n d i v i - resulta imprescindible conocer la sensibili-
duos que van a someterse a cirugía; no se al- dad de ellos a los antibióticos. Si se encuen-
teran por el hecho de que exista una infec- tra fístula o la herida está abierta el cultivo se
tomará antes del desbridamiento, mientras
ción de los huesos, a menos que el padeci-
que si la piel está cerrada se deberá hacer d u -
miento se complique con procesos sépticos
rante el acto quirúrgico. En el p r i m e r caso
generalizados como la septicemia o la coagu-
hay que desinfectar perfectamente la piel
lación intravascular diseminada.
para evitar los cultivo;, falsos positivos por
contaminación, que pueden i n d u c i r a con-
clusiones equivocadas y a terapias inefica-
G r u p o sanguíneo y Rh ces. Si el paciente está tomando antimicro-
bianos no se debe llevar a cabo el c u l t i v o , ya
El procedimiento repetitivo de las escarifi- que se obtendría u n resultado falso negati-
caciones para revascularizar los tejidos se vo. En estos casos la toma se deberá pospo-
acompaña de sangrado operatorio y posope- ner alrededor de cinco días después de que
ratorio, el cual se logra disminuir de varias el paciente haya suspendido dichos medica-
formas que se explican más adelante. A pe- mentos.
sar de ello, el sangrado se debe tomar en Es importante señalar que con relativa fre-
cuenta, pues en ocasiones es indispensable cuencia se encuentran cultivos negativos en
realizar transfusión, por lo que se deben co- condiciones que no deberían serlo, porque
nocer el g r u p o sanguíneo y el Rh. existe franca supuración, necrosis y el enfer-
mo no consume antibióticos. C o m o causa de
lo anterior, se puede argumentar que las
Examen general de orina tomas del producto no se han realizado en
forma adecuada o que, simplemente, en la
Este estudio es deseable para la cirugía muestra no existan gérmenes. En estos ca-
aun cuando no muestra modificaciones por sos, no obstante, en muchas ocasiones se
la presencia de la infección, a menos que se observa que a u n llevando a cabo otros mués-
asocie con enfermedades sistémicas, por treos el resultado sigue siendo negativo aun-
ejemplo, insuficiencia renal o sepsis de las que clínicamente no se pueda d u d a r que la
vías urinarias. sepsis exista.
Otro p u n t o de muchísimo interés por
comentar es que la experiencia enseña que
resulta más efectivo conducirse por hecho
ESTUDIOS
clínico que por los cultivos seriados para de-
BACTERIOLÓGICOS terminar la desaparición de la infección. Se
conocen bastantes enfermos tratados con el
Este tipo de estudios comprende: a) oúár método de irrigación-succión, con tres culti-
vos negativos o más, que regresan pronto a
Control del enfermo 21

la consulta con recidivas, en tanto que en pa- nes en abundancia porque, hasta el momento,
cientes con herida abierta y cultivo positivo, no hay manera de esterilizarlos, ni siquiera
pero sin manifestación clínica de sepsis y mediante antibióticos, como demostró Perry, 23

con vascularidad completa del foco, se ha lo- en 1985, al administrar cefamandole a pa-'
grado cerrar la herida sin haberse presenta- cientes con infección ósea y encontrar que la
do recidivas. Los gérmenes son habitantes liberación del antibiótico en el suero era nor-
naturales de nuestro planeta y su sola pre- mal, mientras que en las zonas necrosadas
sencia no indica enfermedad si no existen no existía. G r i s t i n a pudo demostrar en
24

síntomas ni signos de ella. varios trabajos, el último en 1985, que los


Después de tratar más de 1 000 casos, el gérmenes se agrupan entre ellos, aun de gé-
autor del presente libro recomienda que neros y especies diferentes, y se recubren de
para diagnosticar la erradicación del padeci- membranas que los protegen de los antibió-
miento el mejor método es hallar los siguien- ticos y de los mecanismos de defensa del
tes parámetros clínicos durante dos o tres es- propio i n d i v i d u o , lo cual asegura la persis-
carificaciones seguidas: tencia de la infección y las recidivas; ade-
más, añade que estas membranas se en-
• Vascularidad completa de todos los teji- cuentran fuertemente adheridas al hueso
dos del foco necrótico, a los implantes y a las prótesis y
• Ausencia de necrosis y supuración que por lo tanto la agresión microbiana no es
• Canal medular del hueso en las mismas por u n solo germen sino por varios.
condiciones

ESTUDIOS
Búsqueda de otros focos ANATOMOPATOLÓGICOS
infecciosos
Se utilizan en caso de duda diagnóstica
Este procedimiento es útil en osteomielitis entre u n t u m o r y una osteomielitis hemató-
hematógena para localizar el punto de par- gena u osteítis en hueso íntegro de muchos
tida de la sepsis, o bien en infecciones años de cronicidad.
crónicas que pudieran verse afectadas por la
presencia constante de otros focos en cual-
quier parte del organismo, que en u n mo-
mento dado pueden, por vía hematóge- CONTROL DEL ENFERMO Y
na, atacar la zona ya tratada o crear otra a DEL PADECIMIENTO
distancia.
Cuando los pacientes van a ser intervenidos
mediante escarificación, el procedimiento,
como ya se dijo, se realizará varias veces,
Bacteriología en fragmentos por tanto, es preciso no utilizar las venas
óseos más que en el acto quirúrgico con objeto de
lesionarlas lo menos posible. Por ello, se reco-
Estos estudios se lievan a cabo únicamen- mienda tomar hematocrito en lugar de hemo-
te cuando los cultivos resultan persistente- globina, porque aquél se obtiene con la san-
mente negativos y se comprende que el gre de la punción de u n dedo en vez de una
reconocimiento del germen es imprescindi- vena.
ble por alguna causa. Después de erradicar la sepsis y cuando la
y Se debe tener en cuenta que en los frag- herida ya haya cerrado, se debe seguir revi-
mentos óseos necrosados deben existir gérme- sando a los pacientes en la consulta externa,
22 Cap.. 1. Laboratorio, radiología y patología

cada tres meses el primer año, cada seis a las infecciones del hueso, pues no existe
meses el segundo y luego una vez por año, método alguno que haga imposible que se
puesto que no es adecuado dar de alta al en- presenten las recidivas. En las consultas
fermo en forma definitiva, ya que la palabra postratamiento se toman radiografías y ve-
curación no puede todavía emplearla nin- locidad de sedimentación, la que, como se
gún cirujano en el m u n d o cuando se refiera mencionó, se va normalizando lentamente.
Los antibióticos
en las infecciones
de los huesos
C u a n d o se efectúa el desbridamiento q u i - Si se cuenta con u n c u l t i v o p r e v i o es p o s i -
rúrgico o cirugía i n i c i a l , el paciente debe es- ble prescribir el o los antibióticos q u e i n d i -
tar p r o t e g i d o p o r antibióticos para evitar que el a n t i b i o g r a m a , d u r a n t e cinco días y n o
u n a d i s e m i n a c i ó n bacteriana que pueda p r o - tres, en v i r t u d de que la s e g u r i d a d q u e p r o -
vocar septicemia o choque séptico. D e s p u é s porcionan como p r e v e n t i v o s es i n f e r i o r a
de t r a n s c u r r i r tres días se supone que estos la de las cefalosporinas de tercera genera-
ción; de otra m a n e i a , se p u e d e n u t i l i z a r es-
p e l i g r o s s o n m í n i m o s , por lo que se p u e d e n
retirar los a n t i m i c r o b i a n o s sin problemas. tas últimas d u r a n t e tres días. D e s p u é s , los
C o m o en todos los casos, cuando existe antimicrobianos se s u s p e n d e n d u r a n t e la
u n p a d e c i m i e n t o infeccioso resulta ideal c o " e t a p a de erradicación de la sepsis y vascula-
:

nocer el g e r m e n , tener u n antibiograma y —- r i z a c i ó n , porque se sabe que d u r a n t e esta


c o n e l l o , e m p l e a r el antibiótico adecuado en fase no p r o p o r c i o n a n n i n g u n a u t i l i d a d ,
cada paciente. Sin embargo, cuando se trata ya que no existe algún p r o d u c t o farmacéuti-
de u n a h e r i d a cerrada n o es posible hacer el co o sustancia que tenga la p r o p i e d a d de
c u l t i v o , p o r lo cual se debe atacar gérmenes atravesar los tejidos necrosados y acabar con
g r a m - p o s i t i v o s y también gram-negativos; y sus gérmenes. C o m o se expresó en el capítu-
para ello, a n t e r i o r m e n t e se émpleaban cefa- lo precedente, esto lo h a n c o n f i r m a d o auto-
losporinas de p r i m e r a generación para los res como P e r r y y G r i s t i n a . Los a n t i m i c r o -
23 24

p r i m e r o s y , p o r lo general, amikacina para " bianos y otros coadyuvantes p u e d e n ser ac-


los segundos; este esquema de tratamiento tivos y eficaces sólo en presencia de tejidos
se mantenía d u r a n t e cinco días. A h o r a re- vasculares, pues llegan al foco séptico p o r la
sulta m á s útil prescribir u n a cefalosporina sangre o simplemente p o r inoculación local.
de tercera generación durante sólo tres días; A h o r a bien, si p o r m e d i o del método de
ésta cubre ambos tipos de microorganismos, escarificación se logra eliminar los tejidos
según se ha p o d i d o comprobar en los necrosados, revascularizar el foco infeccioso
pacientes del H O M S , en los que no se ha y, en consecuencia, erradicar la sepsis, es
tenido que lamentar n i n g u n a complicación obvio que ya n o se necesitan los antimicro-
infecciosa generalizada. El p r i m e r día de tra- bianos. Por eso, después de que se acaba el
tamiento se inicia por vía endovenosa y con- peligro de una septicemia se puede suspen-
tinúa en f o r m a intramuscular los dos der todo coadyuvante sin temor alguno y
siguientes para prevenir la lesión de las llevar a cabo las escarificaciones sin proble-
venas, que tanta falta hacen en las escarifica- mas. Los antibióticos se pueden emplear
ciones. nuevamente cuando, erradicada la infec-

23
24 Cap. 2. Los antibióticos en las infecciones

ción, se desee llevar a cabo nuevas cirugías mente el absceso y dejar drenar el p u s , s i n
para colocar injertos óseos, implantes, próte- introducir instrumentos n i exprimir. Una
sis, etcétera, o se realice el cierre de la herida. vez que pase el ataque a g u d o , la fiebre, el
M u c h o s de los casos, a n i v e l m u n d i a l , n o dolor y que el pus d i s m i n u y a y salga, se lleva
se resuelven favorablemente por no tener en a cabo el d e s b r i d a m i e n t o con m u c h o m a y o r
cuenta estas premisas, por intentar eliminar margen de s e g u r i d a d . N a t u r a l m e n t e , el uso
la infección sólo p o r medio de u n desbri- de antibióticos en estos casos se deberá p r o -
d a m i e n t o seguido de coadyuvantes, p o r longar hasta haber c o n t r o l a d o el brote y h a -
confiar en la eficacia de los coadyuvantes y ber efectuado el d e s b r i d a m i e n t o . .¿
por no buscar la vascularización del foco de A u n c u a n d o el esquema a n t e r i o r parece
sepsis. " ' -
1 2 2 5 0 5 3
lógico y seguro y así actúa en m u c h a s ocasio-
Con base en la experiencia que se había ad- nes, en otras, sobre t o d o en el cierre de las
q u i r i d o desde 1970 respecto a la inutilidad del heridas p o r sutura secundaria, se ha d e m o s -
uso de antibióticos para eliminar la infección, trado que el antibiótico n o es eficaz, l o que
y, por el contrario, la eficacia de la escarifi- lleva con frecuencia a cicatrizaciones lentas
cación, en 1974 se realizó u n estudio para y tórpidas o a u n a tener que v o l v e r a a b r i r la
validar estos hechos. Para ello, se tomaron herida, escarificar y cerrar. Se p u e d e s u p o -
dos lotes de enfermos con infecciones simila- ner que la causa de ello se encuentra e n q u e
res entre sí; a u n o de ellos se le administró el trabajo se realiza sobre tejidos que h a n es-
antibióticos, siempre según esquema de anti- tado sépticos, con g é r m e n e s i n s u f i c i e n t e s
biograma, y al otro grupo se le dejó sin an- para crear una infección p o r sí solos, p e r o
timicrobianos. A todos los enfermos se les que al sufrir u n trauma quirúrgico l l e g a n a
practicó desbridamiento quirúrgico y después exacerbarse y son capaces de v o l v e r a p r o d u -
escarificación dos veces por semana hasta ob- cir manifestaciones clínicas. En esta s i t u a -
tener la desaparición de la infección y la vas- ción, es posible que la concentración d e l
cularización del foco, lo que se consiguió en antibiótico a d m i n i s t r a d o p o r vía p a r e n t e r a l
todos los casos. Finalmente, no hubo mejores u oral no sea suficiente en el foco a n t i g u a m e n -
resultados en el g r u p o con antibióticos que en te infectado para erradicar los g é r m e n e s , a
el que n o se utilizaron; tampoco fue más rápi- pesar de que los tejidos sean vasculares. Se
do el tratamiento en ninguno de los dos. A podría utilizar las esférulas de g e n t a m i c i n a
partir de entonces, en el H O M S no se usan los locales, que p r o d u c e n u n a concentración d e l
antimicrobianos para retirar la infección en el antimicrobiano m u c h o m á s elevada (de 10 a
hueso. 100 veces), pero tienen el i n c o n v e n i e n t e de
que es preciso extraer las bolas e n pocos
Otra de las características fundamentales
días, como lo indican los investigadores o r i -
que conviene mencionar es que ese tipo de
ginales, " o después de varios meses, c o m o
3 5

pacientes casi siempre acude a recibir aten-


lo hace V i d a l , en Francia (comunicación per-
ción de urgencia, p o r la presencia de u n abs-
sonal). H a y cirujanos como Fernando Colla-
ceso en partes blandas o hueso, en u n padeci-
do, de España (comunicación personal), que
miento ya crónico. Estos enfermos manifiestan
siempre dolor intenso y en muchas ocasiones no retiran las esférulas y hasta ahora n o h a n
ataque al estado general. En estas condiciones, observado manifestaciones de rechazo. Sin
resulta m u y peligroso efectuar de inmediato embargo, en general, el consenso es la e l i m i -
un desbridamiento debido a la alta incidencia nación del p r o d u c t o p o r vía quirúrgica, lo
que se produce de bacteremia, septicemia y que vuelve a dejar desprovista la herida de
choque séptico. Aquí, la conducta que se antibióticos, con la consecuente posibilidad
debe seguir consiste en administrar una ce- de la reproducción séptica.
falosporina de tercera generación a dosis al- El deseo de todo cirujano ortopédico sería
tas; luego, en el quirófano, abrir exclusiva- obtener la alta concentración local del a n t i -
Los antibióticos en las infecciones 25

biótico, sin los inconvenientes del retiro del más rápido posible. Debido a que este pro-
vehículo del fármaco. Para ello, en Francia ducto sólo se utilizaría como preventivo de
se ha trabajado con tabletas a base de yeso la sepsis, no como curativo, la liberación del
de París, adicionado con antibióticos, ya
2
medicamento puede ser de pocos días.
que dicho yeso tiene la propiedad de ser ab- Con el propósito de que se comprenda
sorbido por el organismo, lo cual evita la mejor lo expuesto, sn el cuadro 2.1 se mues-
necesidad de retirarlo y, al mismo tiempo, tra la forma en que se utilizan los antimicro-
permite la adecuada liberación de antibióti- bianos en el H O M S , en enfermos que pade-
co, como se ha visto en todos los ensayos de cen infecciones de los huesos.
laboratorio y en algunos pacientes tratados Respecto de otros tipos de coadyuvantes
de este m o d o . Sin embargo, en el H O M S se contra la sepsis ósea como las esférulas de
ha observado que la absorción del yeso de gentamicina, el oxígeno hiperbárico y
París es lenta y en uno de los enfermos pro- otros de los ya mencionados en la introduc-
dujo reacción de cuerpo extraño, de magni- ción de este libro, se ha visto que se compor-
tud tal que resultó preciso su retiro completo. tan exactamente igual que los antibióticos;
Por lo anterior, se decidió buscar una sus- es decir, son efectivos cuando hay tejidos
tancia biodegradable, que libere el antibióti- perfectamente vasculares e inútiles cuando
co y cuyo proceso de absorción resulte lo tienen que atravesar una zona necrótica.

Cuadro 2.1. Empleo de antibióticos en pacientes con sepsis óseas

Tipo de cirugía Antibióticos Objetivos Tipo de antibiótico Días de empleo


Antibiograma Sin cultivo

Desbridamiento Si- Prevenir El indicado, 5 días C3G, 3 días


infección
general C3G, 3 días

Escarificación No

Cirugía después Sí Prevenir


de erradicada reinfección El indicado, 5 días C3G, 3 días
la sepsis C3G, 3 días

Celulitisy Sí Tratamiento El indicado y C3G, el tiempo necesario


osteomielitis C3G, el tiempo
de focos necesario
múltiples

Infección Sí Tratamiento El indicado y C3G, el tiempo necesario


generalizada C3G, el tiempo
necesario

" Cefalosporinas de tercera generación.


3
Clasificación
de las infecciones
de los huesos
Para realizar el diagnóstico correcto de las ción para facilitar el tratamiento, se enume-
infecciones de los huesos, difundir en un ar- ran como 1 y 2.
tículo los resultados obtenidos y codificar a -

los pacientes, es indispensable etiquetar


cada caso con toda objetividad y claridad y CLASIFICACIÓN
para ello resulta fundamental efectuar una DIAGNÓSTICA,
clasificación adecuada. La falta de clasifica- ANATOMOPATOLÓGICA
ción se manifiesta actualmente por desuni- Y POR VÍA DE E N T R A D A
formidad para designar una infección, saber
cuál es su vía de entrada y designar sus ca- Como punto principal considérese dos
racterísticas. Los términos que se manejan grandes grupos: las infecciones de origen
no están unificados, ni expresan con exacti- traumático, que penetran por vía directa, y
tud cuál es el diagnóstico ni el terreno que las infecciones de origen no traumático que
abarca la sepsis, ni cuál es su localización en penetran por vía hematógena o por conti-
el sistema musculoesquelético. Para com- güidad. Como segundo punto, dichos g r u -
prender esto, tómese como ejemplo la pala- pos se dividen en sepsis que se acompañan
bra osteomielitis que, para médicos de habla de solución de continuidad en el hueso, y
inglesa, define cualquier trastorno infeccioso sepsis sin solución de continuidad. Dentro
óseo, mientras que en ciertos países euro- de estas últimas se ubican cuatro grupos: a)
peos significa exclusivamente la sepsis que osteítis que transcurren en fracturas que han
se produce al seguir la vía hematógena. consolidado; b) osteítis en hueso que siem-
Tantas diferencias son motivo de confu- pre ha estado íntegro, pero que su vía de en-
siones y no expresan la realidad del diagnós- trada es la directa; c) osteomielitis hemató-
tico. Por lo tanto, durante muchos años se genas; y d) osteítis en hueso íntegro con vía
han utilizado denominaciones equívocas y de entrada por contigüidad. A su vez, cada
localistas. En virtud de lo anterior, el autor uno de estos grupos se subdividen, lo cual
del presente libro propone una clasificación evita cualquier confusión entre ellos.
que expresa los puntos esenciales de la en- Mediante esta clasificación se aclara si la
fermedad, el diagnóstico exacto, la vía de infección pertenece al hueso y a la articula-
entrada, la solución de continuidad, el terre- ción,, o bien exclusivamente a la articulación.
no que abarca la sepsis, etcétera. Debido a De esta forma, en el H O M S ha sido posible
que el autor además elaboró otra clasifica- codificar a los enfermos con mucha faciii-

27
28 Cap. 3. Clasificación de las infecciones

dad, asentar perfectamente su diagnóstico y información se podrá clasificar perfectamen-


saber cuál es el tipo más abundante de infec- te (cuadro 3.1).
ción ósea. Ahora, gracias a este método, se
ha comprobado que la sepsis más frecuente
es la osteítis, seguida de la seudoartrosis CLASIFICACIÓN DE LAS
infectada y de las fracturas infectadas, y INFECCIONES DE LOS
que las prótesis infectadas se deben situar HUESOS C O N OBJETO DE
entre las sepsis con soluciones de continui- D E T E R M I N A R EL
dad, lo mismo que las resecciones óseas tipo TRATAMIENTO INTEGRAL
Girdlestone o las artrodesis infectadas. Si DEL ENFERMO
además de estos datos, al elaborar el diag-
nóstico, se añade en qué hueso se ha pro- Además de la clasificación anterior, para
ducido el padecimiento, la codificación se llegar al diagnóstico correcto y iograr la codi-
puede llevar a cabo sin problemas y toda la ficación del padecimiento se ha elaborado

Cuadro 3.1. Clasificación de las infecciones óseas según su anatomía, patología y vía de entrada
Vía deentrada Patología
Fracturas infectadas
Fracturas con osteoartritis
Fracturas luxación con osteítis
Fractura luxación con osteoartritis
Infecciones en huesos con solu- Fractura luxación con artritis
ción de continuidad Seudoartrosis infectadas
Seudoartrosis con osteoartritis
Prótesis infectadas
Artrodesis infectadas
_ Resecciones óseas infectadas
Infecciones de origen traumá-
tico (directas) Osteítis en fractura consolidada
Osteoartritis en fractura consolidada
Fractura Osteoartritis en fractura luxación
consolidada consolidada
Infecciones en Artritis en fractura luxación
_hueso íntegro * consolidada

{
Osteítis en hueso intacto
Hueso intacto Osteoartritis en hueso intacto
Artritis en hueso intacto

{
Osteomielitis hematógena
Infecciones Osteoartritis hematógena
hematógenas Artritis hematógena
Infecciones de origen nc
traumático Osteítis por infección de partes
blandas
Infecciones de causa extema Osteoartritis por infección de
(contigüidad) partes blandas
Artritis por infección de
partes blandas
Los padecimientos más frecuentes están subrayados de acuerdo con la casuística del H O M S .
29
Cuadro 3.2. Clasificación de las infecciones óseas en relación con su tratamiento

Tipo de padecimiento

1 Fracturas y seudoartrosis infectadas diafisarias


2 Fracturas, seudoartrosis y artrodesis infectadas metaepifisarias
3 Fracturas y seudoartrosis infectadas en huesos cortos y planos
4 Osteítis en hueso íntegro y osteomielitis hematógena
5 Prótesis infectadas
6 Infecciones articulares

otra que permite adecuar perfectamente el T R A T A M I E N T O DE LAS


tratamiento a cada enfermo. Cualquier pa- INFECCIONES Ó S E A S S E G Ú N
ciente con sepsis de los huesos se puede SU GRUPO DE
incluir en algunos de los seis grupos de la clasi- CLASIFICACIÓN
ficación. En los tres primeros se coloca a to-
dos los pacientes que cursen con hueso con Con base en las clasificaciones indicadas
solución de continuidad, menos a los que en los cuadros 3.1 y 3.2, cada grupo amerita
tienen prótesis infectadas, con los'cuales se un procedimiento diferente en ciertas etapas
constituye el grupo número cinco. Respecto de tratamiento, como se muestra en el cua-
a las fracturas y seudoartrosis, se observa dros.3.
que presentan diferencias en ei tratamiento De acuerdo con los datos del cuadro 3.3,
cuando se refiere a lesiones diafisarias, en a continuación se enlistan los procedimien-
comparación con lesiones metaepifisarias o tos por seguir.
en huesos cortos y planos, por lo que se cla-
sifican en tres grupos. Hay un cuarto grupo
que está constituido por todas las infeccio- Grupo 1 . Fracturas y seudoartrosis
nes óseas que ocurren en hueso íntegro; el infectadas diafisarias
sexto grupo lo forman las artritis piógenas.
Todos los pacientes, sin excepción, serán Desbridamiento quirúrgico. En todos
tratados mediante el procedimiento de esca- los grupos el tratamiento empieza con este
rificación " y la mayoría por medio de.
25 3,1
tipo de cirugía, e! cual se describe en el capí-
una cirugía inicial o desbridamiento. La dife- tulo5.
rencia comienza después de haber eliminado Escarificación. Se practica en todos los
la sepsis y encontrarse el foco perfectamente grupos. Por medio de la escarificación se
vascularizado; es entonces cuando se debe logra la erradicación total de la sepsis y la
lievar a cabo cierto tipo de cirugías diferen- vascularización de los tejidos blandos y del
tes, según el padecimiento de cada indivi- hueso. Si no se obtiene este resultado no se
duo. Precisamente esta clasificación sirve pasa a ninguna de las cirugías siguientes.
para saber y enseñar qué intervención qui- Colocación de implantes. Ahora se debe
rúrgica es la que se debe efectuar. Por ello, estabilizar la fractura o seudoartrosis a fin de
después de observar la clasificación del cua- lograr la consolidación. Para ello, en diáfisis
dro 3.2, en donde se resumen los grupos de de tibia, fémur y húmero se emplea el clavo
trabajo, se llevará a cabo una sección en la con pernos tipo C o l c h e r o . " En los huesos
37 48

que se explicará cada grupo. del antebrazo, clavícula, peroné, metacarpia-


30

Cuadro 3.3. Tratamiento de las infecciones óseas según su grupo de clasificación.

Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 Grupo 5 Grupo 6

Fracturas y seu- Fracturas, seu- Fracturas y seu- Osteítis en hue- Prótesis infec- Infecciones ar-
doartrosisdia- doartrosisy . doartrosisen so íntegro y tadas ticulares
fisarias artrodesis me- huesos cortos osteomielitis
taepifisarias y planos hematógena

a) Desbridamiento en todos los grupos


b) Escarificación en todos los grupos
c) Implantes Implantes, pró- Nada, artrode- Prótesis, resec- Nada, prótesis,
tesis o artro- sis u osteoto- ción o artro- artrodesis o re-
desis mías desis sección

d) Injerto Injerto óseo Injerto óseo


óseo en implantes sí o no

e) Escarifica- Escarificación Escarificación Escarificación Escarificación Escarificación


ción en implantes cuando hay si hay injerto
herida abierta óseo

f) Cierre de la herida que estuvo infectada en todos los grupos enunciados

nos y metatarsianos se utiliza el clavo blo- Cierre de la herida. Cuando el injerto


queante tipo C o l c h e r o . " En los capítulos
04 56
óseo se encuentre adherido y sangrando, si
7 y 8 se habla de estos sistemas. hay partes blandas que lo permitan, se efec-
Injerto óseo. A l mismo tiempo de poner túa la sutura secundaria. Si no hay esas par-
implantes se coloca el injerto óseo, de prefe- tes blandas, el tejido se Heva a la granulación
rencia autólogo y de esponjosa pura. Se y se coloca injerto de piel o se deja epitelizar.
debe dejar siempre expuesto para evitar una Si por las características de la región no
nueva sepsis. Sólo se utiliza injerto homólogo resultara conveniente ninguna de esas dos
cuando es imposible conseguir el autólo- soluciones, se podría cubrir con u n colgajo,
go. En el H O M S no se ha empleado el injerto ya fuera libre vascularizado o pediculado.
heterólogo en ninguno de los casos. Con
cierta frecuencia, cuando llega una diafisec-
tomía se utiliza el injerto libre vascularizado. Grupo 2. Fracturas, seudoartrosis
Escarificaciónj Ahora se escarifica tam- y artrodesis
bién el injerto, porque esto hace que se vas- metaepifisarias
cularice en u n tiempo menor que si se deja
con irrigaciones o baños. La escarificación Se siguen los pasos 1 y 2, como en el grupo
sobre el injerto se lleva hasta la granulación, anterior, y una vez que desaparece la infec-
si el hueso estuviera expuesto y no hubiera ción se realizan las cirugías necesarias.
posibilidad de sutura secundaria. Cuando Colocación de implantes, prótesis, artro-
se sutura o se coloca un colgajo solo, es nece- desis. Se efectúa este tipo de cirugía una vez
sario esperar a que el injerto se haya fijado obtenida la vascularidad del foco y la erradi-
a los tejidos del huésped. cación de la sepsis. La elección de uno de es-
Tratamiento de las infecciones óseas 31

tos métodos está en relación con el problema ción hasta obtener la granulación que cubra
del paciente; si la articulación se encuentra la totalidad del foco.
afectada se deberá decidir si se utiliza una-, Cierre de la h e r i d a . Este punto ya se m e n -
prótesis o si se efectúa una artrodesis, lo cua4- cionó en e! párrafo anterior.
se trata en el capítulo 7. Por lo general, para
osteosíntesis a nivel metaepifisario se em-
plean fijadores e x t e r n o s " o bien clavillos
57 59
G r u p o 4. Osteítis en hueso íntegro
cruzados en huesos pequeños o en metáfisis y osteomielitis
distai de húmero. hematógena.
Injerto óseo. Los injertos se aplican en las
osteosíntesis. Se practican el desbridamiento y la escari-
Escarificación. Si se ha colocado injerto ficación hasta eliminar la sepsis y llegar a la
óseo, es obligatorio realizar este paso de vascularización total del foco infeccioso.
acuerdo con ias mismas normas que en las Injerto óseo. N o siempre hay que utilizar-
seudoartrosis diafisarias y que en las próte- lo, sino exclusivamente para rellenar cavida-
sis y artrodesis. des que hagan peligrar la integridad mecánica
Cierre de la herida. Después de resolver del hueso o que al dejarlas constituyan u n
el p u n t o anterior se debe cerrar la herida me- espacio muerto, fuente de cultivo para gér-
diante sutura secundaria, por injerto de piel, menes. Como siempre, se prefiere el aporte
por epitelización o por colgajo según las del propio enfermo que el homólogo.
necesidades en cada paciente. Escarificación. Si se aplican injertos, e l si-
guiente paso consistirá en la escarificación
de los mismos, hasta lograr su fijación al
hueso y a los tejidos biandos en las regiones
G r u p o 3. Fracturas)'
que se puedan cerrar p o r medio de s u t u r a
seudoartrosis en
secundaria. Cuando la sutura no es posible
huesos cortos y planos
se prosigue con la escarificación hasta ob-
tener la granulación que cubra totalmente al
Algunos ejemplos de estos huesos son: carr injerto.
po, tarso, vértebras, pelvis y rótula. Como Cierre de la herida. Siempre que sea p o s i -
siempre, se empieza con desbridamiento y ble, se prefiere la sutura secundaria: La co-
se continúa con escarificación hasta erradi- locación de injertos libres, pediculados o
car la sepsis.- - '• colgajos libres vasculanzados se aplica en
Tratamiento de la fractura o seudoartro- los casos en que el primero no puede llevarse
sis. Una vez erradicada la infección, !as a cabo. Cuando existe una cavidad en partes
condiciones de estos huesos difícilmente per- blandas que no p u e d e " obturarse, es
5, 6 0 6 4

mitirán una osteosíntesis. Sí se encuentra que necesario rotar u n colgajo muscular hasta
la estructura ósea en tarso o carpo está cerca que dicha cavidad quede perfectamente re-
de la normalidad y no hay dolor n i deformi- llenada, porque si se dejara vacía los exuda-
dad, no se hará cirugía. En caso contrario, se dos se acumularían y serían invadidos p o r
puede efectuar osteotomías o artrodesis. gérmenes que darían lugar a recidiva. C u a n -
Escarificación. Se lleva a cabo la escarifi- do no haya cavidad pero sí una zona descu-
cación del foco óseo, como por lo general bierta y vascuiarizada, si el lugar lo permite
hay partes blandas para cubrirlo, el estímulo se puede poner u n colgajo fasciocutáneo.
se lleva a cabo hasta que sangre y se adhiera Cuando las condiciones son diferentes,
al huésped; después se sutura. Cuando se con supuración de moderada a importante y
trata de una lesión que no pueda cerrarse de necrosis de moderada a importante, en el
esa manera, se continuará con la escarifica- H O M S se prefiere llevar a cabo los siguien-
32 Cap. 3. Clasificación de las infecciones

tes pasos del procedimiento, porque esto Escarificación. Una vez colocada la próte-
permite un margen de seguridad adecuado. sis, después de haber realizado la artrodesis
o la resección ósea, no se debe cerrar la heri-
da sino hasta cerciorarse de que sea poco
Grupo 5. Prótesis probable que la infección reaparezca, lo cual
infectadas ' ° - 5 6 6 4 se comprueba en una o dos escarificaciones.
Cierre de la herida. Para la reposición de
Desbridamiento quirúrgico. El tiata- una prótesis se requiere sutura secundaria y
miento se inicia siempre con este proce- colgajo pediculado, o libre vascularizado
dimiento, que debe ser m u y minucioso a fin cuando aquélla sea imposible. En cadera, las
de eliminar completamente todos los tejidos artrodesis y resecciones óseas se cierran
infectados y necrosados, la prótesis y el también por medio de sutura o colgajo. En
cemento. Si la infección no es importante, otras articulaciones se llevará a cabo el méto-
si sólo se acompaña de necrosis moderada o do más adecuado para cada caso.
grave y si la supuración es mínima, o si la
sepsis es subclínica y se manifiesta princi-
palmente por aumento en la velocidad de se- Grupo 6. Artritis piógenas
dimentación y leucocitosis, existe la oportu-
nidad de cambiar la prótesis en este mismo Desbridamiento. Tiene que ser m u y m i -
acto quirúrgico y cerrar la herida en forma nucioso y se deberá saber si el cartílago está
primaria. En estos casos se recomienda el ce- conservado o destruido.
mento adicionado con antibióticos. En caso Artritis piógena con cartílago conserva-
de que la sepsis no sea importante, se siguen do. Se lleva a cabo u n desbridamiento m u y
los pasos que se indican. minucioso, con sinovectomía y revisión de
Escarificación. Este procedimiento se la articulación, y si se halla que el cartílago
debe llevar a cabo hasta asegurar la erradica- está conservado en su totalidad o que hay
ción de la sepsis y de los tejidos necrosados, sólo algunas zonas de despulimiento o le-
lo que en estos casos suele obtenerse rápi- siones limitadas, se respeta. Se efectúan la-
damente, en dos o tres sesiones. Durante este vados profusos y se deja u n sistema de i r r i -
paso se aplican puntos de acercamiento a la gación-succión durante no más de nueve a
herida para evitar que se abra demasiado y 10 días, porque se ha visto que al mantenerlo
que después dificulte la sutura. Estos pun- más tiempo se inicia sufrimiento del cartíla-
tos de afrontamiento, o mejor de acerca- go. Si el proceso presenta recidiva, es posi-
miento, no deben impedir de manera alguna ble asegurar que se acompaña de daño ar-
el perfecto drenaje de los exudados, porque ticular y que resulta entonces imprescindible
si eso sucediera serían u n medio ideal de la escarificación. Se retira todo el cartílago y
cultivo de microorganismos. Por tanto, la cuando se encuentra el foco perfectamente
herida debe quedar lo suficientemente vascularizado se lleva a efecto una artrodesis
abierta para que exista el drenaje sin que se o en casos m u y elegidos se coloca prótesis.
produzcan protrusiones musculares. Es Artritis piógena con cartílago en m a l esta-
conveniente adicionar uno o dos ptnrose de do o sin cartílago. Después del desbri-
gran tamaño con objeto de mejorar todavía damiento se inician las escarificaciones hasta
más la salida de los exudados. obtener la vascularización total así como la
Tratamientos de la articulación. Siempre ausencia de necrosis y de pus, para entonces
que sea posible, se tratará de reponerla pró- practicar una artrodesis, una prótesis o una
tesis. Cuando ello no sea posible se recurrirá resección ósea, sobre todo en cadera y hom-
a la resección de la prótesis y cierre o a la ar- bro. Como ya se comentó, se prefiere, siem-
trodesis.- pre que sea factible, el empleo de un implante
prtxikúq/K y ^ * ntetr: una •. ida ! todas las risibilidades que se i on<xen de las
ir.?* -v; r.es oseas en C Í M U I U O .
HfcSU * r . ; i Hav> d< -"::*
4 ;
- íStfer< r : :I adei"uadamenfe l o s <t»n*
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HÍVÍOMS \ asvtilan7-uit>n, rsr^n»
r;-.tr.-'' - ¿ :•• ira?, r ;: •< ' * ra e r r a d u a*'iot\ de eMos
ír.rr.Sí ¿ «m jndrv?du<> v n jr.^-.r. j -n r'**
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i^akfuirf I f n í í T . J " en cucnU las ú\U : ••• r< : < n d a r * f ; : d M f d* filuda


trtttr*k*rtn**<-m¡iir urpi*- r:« r;.:•.« rr.i ' f» • I <\ia*iro * * »p*e f « a í a a*erva de
dad E) ftrtii|ufiií» d t tat fMii guipo* ¿terca
4
La anestesia
en las infecciones
de los huesos
Salim Arkuch Kuri

La anestesia en los pacientes que cursan ciones de mediana o gran importancia. Per
con infección ósea y que son tratados con el ello, en el capítulo 6 se describe la técnica
método de Colchero, tiene gran importancia quirúrgica que se sigue para erradicar la i n -
debido a que por requerimientos del sistema fección, con objeto de que el anestesiólogo la
para erradicar la sepsis es necesario efectuar conozca y pueda evitar que en este tipo d e
varias cirugías. Dicha repetición de la anes- intervenciones quirúrgicas se utilicen en f o r -
tesia podría causar graves trastornos en los ma repetitiva anestésicos y procedimientos
enfermos si se emplearan procedimientos que puedan causar toxicidad y complicacio-
generales convencionales o bloqueos de nes.
cualquier tipo.

Por lo anterior, a partir de 1975 en el


H O M S surgió la inquietud por elaborar u n L A ANESTESIA P A R A EL
método anestésico para las escarificaciones, DESBRIDAMIENTO
que tuviera las siguientes características:
Es necesario tener en cuenta que antes d e
• Estar prácticamente libre de toxicidad iniciar las escarificaciones el cirujano debe
• Ser de m u y poca duración efectuar el desbridamiento del foco infec-
• Permitir la rápida recuperación del en- cioso, que por lo general es u n acto que se
fermo a su estado normal de conciencia puede considerar de alta dificultad. Por l o
• Evitar que el paciente quede deprimi- tanto, el anestesiólogo debe estar perfecta-
do, sedado o somnolieivto mente preparado para llevar a cabo u n p r o -
• Permitir su uso dos veces por semana, cedimiento que con frecuencia implica alto
o todos los días riesgo. A continuación se mencionan los as-
• Evitar por completo el dolor pectos más importantes que el anestesiólogo
• Impedir que el enfermo recuerde el acto deberá tener en mente para la elección ade-
operatorio cuada de la técnica anestésica por seguir d u -
• Poder emplearse en cirugía ambulato- rante el desbridamiento o cirugía inicial de la
ria infección ósea.

Finalmente, se logró efectuar anestesias • Valoración integral del paciente- histo-


con dichas cualidades en cientos de pacien- ria clínica, exámenes de laboratorio y
4
tes sin que se hayan presentado complica- estudios radiográficos, incluyendo tele-

35
36

rradiografía del tórax a partir de los 40 LA ANESTESIA EN LA


años de edad ESCARIFICACIÓN
• Patología sistémica agregada
• Duración aproximada del acto operato- La primera premisa f u n d a m e n t a l que
debe tener en cuenta el anestesiólogo, es la
rio
de catalogar a este procedimiento como de
• Dificultad del acto operatorio
• Antiguedad.de la infección ósea características m u y especiales, a saber:
• Pérdida sanguínea aproximada duran-
te el acto operatorio • Es repetitivo
• Hueso afectado por la infección • Es de corta duración
• Si se trata de u n solo foco séptico o más • Es sangrante, puesto que el cirujano
• Posición del enfermo durante el desbri- busca la vascularización total del foco
damiento infeccioso
• Posibilidad de cooperación del paciente • El paciente no debe sentir d o l o r , p o r -
que al ser u n proceso repetitivo podría
Una vez estudiados y valorados estos as- generar temor o rechazo a la cirugía
pectos se estará en condiciones de elegir la
anestesia correcta, ya sea general o regional. Como el procedimiento es sangrante, el
Asimismo, se podrá pedir la cantidad de enfermo no se deberá operar si tiene u n he-
sangre que se estime adecuada. matocrito menor de 30%. Por la misma ra-
zón, cuando el hematocrito se halle entre 30
Si se decide escoger anestesia general, se
y 35% se deberá realizar transfusión en el
cuenta con agentes anestésicos muy valiosos
acto quirúrgico o en la sala de recuperación,
como los productos inhalatorios (halotane,
de por lo menos una unidad de paquete glo-
enflurane), los endovenosos (fentanyl, keta-
bular o sangre fresca, según las necesidades. Si
mina) o la mezcia de ambos. Si la elección
no se hace esto, el hematocrito seguramente
resulta ser el bloqueo regional, existe una
descendería de 30%, lo cual impediría la p r o -
variedad de procedimientos muy amplia
como el bloqueo peridural, el bloqueo sub- gramación de la siguiente escarificación. Si
dural o el bloqueo del plexo braquial, ya sea se tiene en cuenta que la suspensión de u n o
por vía axilar, supraclavicular o interescalé- de estos procedimientos quirúrgicos puede
nica. Si desde el principio se elige la técnica retrasar la evolución correcta de la erradica-
anestésica adecuada, el riesgo quirúrgico ción de la sepsis, se comprenderá la i m p o r -
disminuye considerablemente. tancia de que el anestesiólogo ponga m u c h o
interés en lo anterior.
El anestesiólogo y el cirujano deben pro-
curar la más pronta recuperación anestésica,
porque el paciente deberá volver al quirófano
al tercer día, y si queda m u y deprimido, ya Anestesia neuroleptodisociativa
sea después de u n desbridamiento o de una
escarificación, no podrá programarse nue- Se llama así por tratarse de una mezcla
vamente al tercer día, o todos los días. con u n neuroléptico, u n narcótico y u n anes-
Como durante el desbridamiento el ciru- tésico endovenoso.
jano tiene que eliminar los tejidos infectados Una de las mayores dificultades que se
y necrosados, es indudable que este tipo de presentaron al iniciar la práctica de la escari-
acto operatorio será muy sangrante, por lo ficación fueron las anestesias incorrectas, las
que el anestesiólogo deberá estar prevenido cuales trastornaban totalmente al enfermo y
y reponer desde u n principio los líquidos hacían imposible su repetición. Se compren-
perdidos para evitar que el paciente llegue al dió que era de alto riesgo escarificar si se
estado de choque. empleaban los procedimientos anestésicos
La anestesia en la escarificación 37

comunes, al extremo de impedir la programa- Enseguida el paciente pierde el conocimien-


ción de los pacientes nuevamente al tercer to y por lo general cae en apnea, por lo que
día. Se encontró que tampoco estaba indica- deberá ventilarse con mascarilla. Esta apnea
do el recurso de la anestesia local, ya fuera es de corta duración, de cinco a ocho m i n u -
por infiltración (inútil en u n foco tan grande tos, tiempo en el cual el enfermo recupera el
como el de una infección), o por medio de u n automatismo respiratorio debido a lo bajo d e
sistema que rocíe la herida con lidocaína, la dosis y al estímulo quirúrgico; en ocasio-
porque no logra eliminar el dolor sino hasta nes recupera también la conciencia, pero
después de varias escarificaciones. persiste el efecto analgésico y es capaz de
Por lo anterior, se llevaron a la práctica, en responder a estímulos auditivos, como al or-
forma conjunta, diferentes técnicas y se denársele qüe respire a p r o f u n d i d a d .
encontró que la anestesia neuroleptodiso- Si la intervención se prolonga más de 10
ciativa llenaba los puntos indicados en la i n - minutos, se refuerza la analgesia mediante
troducción de este capítulo, y que era la que la aplicación de una nueva dosis de 50 m c g
ofrecía más margen de seguridad y ventajas. de fentanyl, sin utilizar los otros dos fárma-
cos. Esta nueva dosis de fentanyl prolongará
la anestesia diez minutos más. Es posible,
Fármacos componentes sin que surja problema alguno, repetir otra
vez la dosis a los diez minutos. En dicha for-
Diazepam. Neuroléplico del grupo de los ma, el periodo analgésico-quirúrgico p u e d e
diazepínicos; antagoniza los efectos inde- llegar a tener una duración de 25 minutos a
seables de la ketamina y potencializa la ac- media hora, tiempo más que suficiente para
ción y la duración del narcótico. que practique la escarificación hasta el c i r u -
Fentanyl. Narcótico que en este caso se jano menos diestro, ya que por lo general e l
emplea como analgésico central; es cien ve- que tiene práctica la lleva a cabo en 10 o 15
ces más potente que la morfina. minutos. Junto con la tercera dosis de fenta-
Ketamina. Anestésico endovenoso cuyo nyl, se aconseja la administración de u n a
efecto disociativo es m u y valioso en los en- pequeña dosis de sulfato de atropina (0.3 a 0.4)
fermos con infecciones de los huesos, para con objeto de mantener la frecuencia cardia-
el posoperatorio inmediato, por la amnesia ca dentro de los límites normales.
que provoca, ya que el individuo no recuer-
da nada de su estancia en el quirófano; ade-
más, antagoniza la acción depresora del cen- Ventajas de la anestesia
tro respiratorio que provocan los fármacos neuroleptodisociativa sobre
anteriores. otros procedimientos

1. Evita la intubación repetitiva y sus ries-


Dosificación y modo de empleo gos.
de los tres fármacos
2. Evita el uso de fármacos, como pueden
ser los inductores y relajantes.
La preparación de la mezcla es la siguiente:
3. Produce analgesia suficiente en cali-
dad y duración.
Diazepam: 5 mg.
Fentanyl: 100 mcg. 4. Permite que el paciente despierte tran-
Ketamina: 50 mg. quilo y con signos vitales estables.
5. Elimina el empleo de fármacos rever-
Se unen los tres agentes en una jeringa y tidores debido a las bajas dosis utilizadas.
i se diluyen en 10 a 15 m i de agua destilada; 6. Produce analgesia residual del narcóti-
su aplicación deberá ser lenta: u n minuto. co en el posoperatorio inmediato.
38 Cap. 4. La anestesia en las infecciones

7. Hace que el paciente esté en condicio- sis ha sido abundante. Este tipo de anestesia
nes de ser llevado a su cama, sin tener que sólo se puede utilizar cuando el e n f e r m o n o
ocupar tiempo y espacio en la sala de recu- siente d o l o r al emplearla durante la escarifi-
peración. cación, o bien cuando éste es m í n i m o . De
8. El efecto amnésico de la ketamina, ninguna manera se puede pretender su uso
al principio del tratamiento, sino d e s p u é s de
usada en dosis única, i m p i d e que el paciente
haber efectuado de tres a cuatro escarifica-
recuerde lo acontecido en el quirófano.
ciones con anestesia disociativa. Si el lector
Estas ventajas se obtienen al aprovechar se pregunta p o r qué se hace esta afirmación
el mecanismo de interreacción, pues los tres tan categórica sobre el m o m e n t o e n que
fármacos se potencializan entre sí. debe usarse, la respuesta es que se trata de
experiencias de muchos años. Caso tras caso

ha sido posible comprobar que antes de tres
Precauciones o cuatro anestesias neuroleptodisociativas el
paciente manifiesta d o l o r en las curaciones
Se deben tener disponibles todos los re- si se pretende usar lidocaína rociada e n la
cursos de reanimación para que cuando se herida, pero después tolera perfectamente
presente una complicación se pueda resol- la escarificación con este p r o c e d i m i e n t o . Se
ver de i n m e d i a t o . Es necesario contar con cree que la explicación de esto es que la for-
u n equipo completo de intubación, oxígeno mación de tejido de granulación se a c o m p a -
y el aparato adecuado para aplicar presión ña de ausencia de receptores nerviosos para
positiva. la sensibilidad al dolor, los cuales v a n apare-
Si el paciente es adicto a alguna droga, los ciendo en el transcurso de algunos meses.
fármacos deberán utilizarse con precaución, Sin embargo, con frecuencia se ha observa-
ya que los requerimientos del narcótico son do que en algunos p u n t o s del foco infeccioso
mayores y esto hace que aumente el riesgo hay dolor, por lo que., en estos casos, es n e -
de depresión respiratoria. cesario anestesiarlos bien.
Se entiende que con este t i p o de anestesia
Con train dica cion es no se puede p r o f u n d i z a r la escarificación,
sino que las curaciones tienen que ser superfi-
Prácticamente n o existe contraindicación ciales, lo cual no será inconveniente, porque
alguna respecto de los productos enuncia- en esta etapa se habrá l o g r a d o la revas¬
dos. C o n base en la amplia experiencia que cularización y sólo deberán quedar detalles
existe en este sentido, se puede afirmar como estimular u n injerto óseo, dar f o r m a a
que lo único que pudiera presentarse en ra- una pierna, mejorarla granulación, etcétera.
ras ocasiones es u n problema de sensibili- Si la herida requiere u n tratamiento más p r o -
dad aumentada del paciente a alguno de los fundo será obligatorio volver a la anestesia
componentes de la mezcla.
neuroleptodisociativa.

Anestesia local: lidocaína rociada Escarificación s i n anestesia


en ia herida
Si la herida fuera grande y el cirujano
Si con el uso de la anestesia neuroleptodiso- tardara en resolver el problema de granula-
ciativa no se ha encontrado toxicidad, mucho ción, se encontrará que en cierto p u n t o del
menos ha ocurrido con la lidocaína p u l - tratamiento se hace también innecesario el
verizada en la herida. Prácticamente no se rociamiento del foco con lidocaína y que la
recuerda n i siquiera una reacción alérgica al
curación la puede llevar a cabo sin anestési-
producto, a pesar de que en ocasiones la do-
co alguno y sin que se produzca d o l o r .
Desbridamiento
o cirugía inicial
Este primer paso influirá de manera defi- Es conveniente precisar que, con base e n
nitiva en la erradicación de la infección si se la premisa fundamental del tratamiento q u e
toma en cuenta y se lleva a cabo lo que se i n - aquí se propone, se debe ser m u y "parcos"
dicó anteriormente, respecto a que el éxito en la resección del hueso y m u y "generosos"
en la erradicación de la infección se debe a en la de los tejidos blandos. Como ya se
un correcto diagnóstico de la ubicación de la mencionó, la diafisectomía sólo se realiza
necrosis durante el desbridamiento, y a que cuando los fragmentos óseos están completa-
el cirujano debe encontrarla aunque para mente denudados de tejidos blandos (fig. 5.1),
ello tenga que hacer grandes incisiones, reti- lo cual es bastante raro. En ningún otro caso
rar grandes ventanas en la cortical ósea, ex- se lleva a cabo, simplemente porque no es
plorar enormes masas musculares, etcétera. necesario, puesto que existe la seguridad d e
Asimismo, también se explicó que cuando a
pesar de este procedimiento aparezca supu-
ración no hay que desesperarse, sino aceptar Fig. 5.1. Hueso fracturado, infectado y denudado de todo
que no se encontró todo el tejido necrótico tejido blando en importante longitud. Este hueso
pero que se tiene la oportunidad de hacerlo carece de vascularidad en toda la porción que
y lograr el éxito. está despegada de los tejidos blandos.

Si en el desbridamiento se dejan zonas de


necrosis no será posible llevar a cabo las es-
carificaciones, que son cirugías m u y peque-
ñas, sino que será necesario realizar u n nue-
vo desbridamiento tan extenso como sea
preciso. Este tipo de cirugía no se debe efec-
tuar si no se tiene mucha experiencia en qui-
rófanos, por lo que deberán realizarla manos
expertas. Es necesario insistir en que la falla
del cirujano en retirar los tejidos necrosados
y en vascularizarlos, no puede suplirse ja-
más por la administración de sustancias coad-
yuvantes como antibióticos, ánodos de pla-
ta, oxígeno hiperbárico o de cualquier otro
tipo.

39
40 Cap. 5. Desbridamiento o cirugía inicial

poder erradicar ia infección al dejar contacto Más adelante se explicarán las diferencias en|
entre los cabos del hueso de una fractura, lo casos particulares.
cual hace mucho más fácil la consolidación.
Por esto se cree que cuando el cirujano efec-
túa una pérdida ósea, lo hace porque no se G E N E R A L I D A D E S ACERCA
encuentra capacitado para erradicar la sep- DEL D E S B R I D A M I E N T O
sis y conservar el hueso.
Se dice que la diafisectomía se utiliza por- A continuación se describen los pasos co--|
que al llegar a hueso vascular se erradica la muñes en cualquier enfermo infectado d e l |
infección siempre. Sin embargo, esto no se aparato locomotor.
lee en la bibliografía mundial, puesto que
Roy C a m i l e 51,52
y Papineau ' logran una ci-
7 21

fra máxima de 93%. En manos menos exper- Preparación del campo quirúrgico
tas que las de estos autores esta cifra baja
mucho. Han llegado ya más de 40 pacientes La piel se lava con algún producto deriva-
al HOMS con diafisectomías realizadas por do del iodo mediante la técnica convencio-
diferentes cirujanos, :?n las cuales persistía nal, pero cubriendo la herida, si la hubiera,
la sepsis, lo que resulta una verdadera trage- con apositos o gasas para que no penetre en
dia, pues se produjo una pérdida ósea.y no ella el antiséptico (fig. 5.2) porque, aunque
se consiguió nada; más aún, el resultado fue muchos de ellos sean bactericidas, su selecti-
mucho peor que al principio: con infección vidad no se limita a los gérmenes sino qué
y sin hueso. Con base en estos hechos se también atacan a las células del organismo.
considera que es necesario acabar con dicha Esto sucedía en el H O M S hace algún tiem-
práctica, que se acompaña de grandes difi- po, cuando al llegar al hospital los residentes
cultades y fracasos, y dejarla sólo para los nuevos lavaban las heridas los domingos,
casos arriba indicados, que son muy especí- que no había médicos del servicio, con anti-
ficos. sépticos; el resultado era la presencia de u n
Volviendo al tema central de desbrida- exudado abundante que duraba por lo me-
miento, es imprescindible destacar la necesi- nos una semana. Por otra parte, se debe
dad de fenestrar el hueso en todos los pacien- hacer notar que jamás se ha observado que
tes, precisamente en la cortical necrosada, si las infecciones óseas desaparezcan al utilizar
ésta existe. La fenestración se debe realizar lavados con antisépticos.
con dos objetivos primordiales: el primero
es observar el canal medular y diagnosticar
la ausencia o presencia de necrosis y supura- Isquemia
ción; el segundo es colocar, una vez erradi-
cada la infección, u n injerto óseo, puesto Existe una primera etapa del desbrida-
que la fenestración proporciona u n lecho miento en la cual no se necesita, forzosa-
adecuado, con lo cual se facilita su incorpo- mente, diagnosticar las zonas sangrantes,
ración al hueso, en virtud de que permane- puesto que resultan claros los tejidos necro-
cerá estable, requisito indispensable para sados y es por ello que, durante este perio-
proteger las anastomosis vasculares que, se- do, siempre que sea posible se preferirá utili-
gún T r u e t a , se formarán.
65,66
zar isquemia con el propósito primordial de
Una vez aclarada la gran importancia que disminuir en todo lo posible la hemorragia/
tiene el desbridamiento quirúrgico, se van a en una cirugía ya de por sí m u y sangrante.
describir los pasos comunes a todos los en- Una vez terminada esta fase, para afinar la
fermos sin tomar aquí en consideración el eliminación de necrosis se deben ver los te-
hueso de que se trate n i el tipo de infección. jidos
sangrantes y diferenciarlos de los que
Fig. 5.2. Lavado de la piel de un enfermo antes de co
menzar el desbridamiento.

no sangran, por lo que se debe retirar la empleo de dos incisiones si mediante u n a


isquemia. sola resulta imposible llegar a todas las zo-
En el H O M S nunca se emplea venda de nas necrosadas.
hule para exprimir el miembro afectado,
sino que se eleva la extremidad de tres a cua-
tro minutos y luego se utiliza el mango de Con fístula
isquemia; esto es suficiente para llevar a
cabo sin sangrado el procedimiento operato- Para lograr u n buen resultado en la erradi-
rio. Las razones para no hacer uso de la ven- cación de la sepsis, es fundamental hacer la
da de hule son dos: en primer término, por- incisión precisamente donde se encuentre
que no se desea "empujar" la sepsis hacia la la fístula a f i n de poderla resecar en toda su
zona proximal; en segundo término, porque extensión, de lo contrario es posible que
muchos de estos pacientes sufren proble- quede u n reservorio de gérmenes que más
mas vasculares que podrían acrecentarse al adelante provocarán una recidiva. Si se
exprimir los tejidos blandos. piensa que este abordaje no es suficiente o
no resulta adecuado para resolver el proble-
• ma integralmente, no se debe dudar en efec-
Incisiones tuar otra incisión. Para marcar la fístula en
todo su trayecto se emplea u n colorante,
A continuación se analiza el tipo de inci- como la violeta de genciana o el azul de meti-
sión que se debe escoger según las diferen- leno, el cual se inyecta en dicha fístula con
tes circunstancias en que se encuentre la una jeringa sin aguja; se debe impedir que el
piel: colorante rebose por los lados de la jeringa,
esto se logra al cubrirla con gasas. El coloran-
wt¿" • te muestra el camino de la incisión; la resec-
Sin herida ción se debe ir haciendo poco a poco, según
hacia donde se dirija la fístula. N o obstante,
Cuando esto sucede es posible elegir el de ninguna manera se pretende que u n colo-
medio de abordaje que más convenga. En al- rante indique a ciencia cierta todos los reco-
gunas ocasiones será necesario recurrir al vecos de la necrosis.
42

Herida abierta, con o sin ficultad para poder exponer todo lo que sea
exposición ósea necesario, se recurrirá a una segunda inci-
sión. En tobillo se practica la doble herida en
Cuando éste sea el caso, lo lógico es utili- casi todos los casos. Por lo general, el doble
zar la misma herida, la cual se puede am- abordaje en rodilla se hace cuando no hay
pliar, si se desea, o cambiar de dirección. Si cartílago articular viable y cuando se dificul-
fuera imprescindible se podría efectuar otra ta llegar a algunas partes que son imprescin-
incisión que complete y facilite el abordaje. dibles de limpiar para erradicar la sepsis.

Piel en mal estado T R A T A M I E N T O DE LOS


TEJIDOS B L A N D O S
Cuando éste es el problema, no se debe
dudar en resecar toda la piel que así se en- En general se eliminan todos los tejidos
cuentre, hasta llegar a tejido sano aunque blandos que se encuentran necrosados y se
para ello se deje descubierto el hueso, pues- respetan los elementos vitales.
to que con la escarificación se logra cubrir
con granulación fácilmente; así se evitan
problemas de vascularidad, úlceras, etcétera Partes vitales
(fig. 5.3), en dicha piel. Si el cirujano no se
atreve a hacer lo anterior y efectúa una inci- Es necesario conservar los nervios así
sión sobre piel y tejidos de este tipo, tendrá como las arterias y venas grandes; en caso de
con seguridad necrosis e infección impor- existir pus a su alrededor se hará la limpieza
tantes en la incisión. adecuada sin lastimar dichos elementos v i -
tales.

Incisiones en rodilla, tobillo y pie Tendones

Estas articulaciones se pueden abordar En caso de que se considere inútil u n ten-


mediante una sola incisión, pero si existe di- dón, porque se haga artrodesis o por cual-

Fig. 5.3. Cuando la piel está en muy mal estado, con proble-
mas vasculares venosos y adherida al hueso, es
mejor retirarla, aunque aquél se exponga, puesto
que al revascularíirarlo se tendrá granulación, que
recibirá un injorto libre do piel o un colgajo.
. Muer otra razón, se resecará. Si lo que se de-
^ S a es que siga funcionando sera necesario
' vascularizarlo, para ello hay que exponerlo
g f f j programa de escarificaciones (fig. 5.4). E n
e último caso, lo primero que se debe
e s t

hacer es retirar su capa superficial necrótica


U y a continuación efectuar las escarificaciones
en forma de incisiones más o menos p r o f u n -
das y longitudinales, siguiendo el eje mayor
del tendón. Los resultados obtenidos en el
HOMS han sido m u y satisfactorios, porque
estos elementos se cubren de granulación.
Aunque la función no logra la amplitud nor-
mal, ayuda m u c h o al paciente.

Aponeurosis, músculos, tejido


celular y periostio

Se debe ser tan abundantes al practicar la


exéresis de estos tejidos, de tal manera que
durante el desbridamiento quirúrgico que-
den todos completamente vascularizados.
Atención: j a m á s hay que cerrar la aponeu-
rosis después del desbridamiento. Se elimi-
nará el periostio muerto que se halle despe-
gado del hueso o más o menos unido a él y Fig. 5.4. Cuando se desea seguir utilizando el t e n d ó n ,
también aquel que se encuentre despegado como en este caso, se realizan incisiones super-
y aparentemente avascular, porque no se ficiales y longitudinales en el mismo, que termi-
nan por cubrirlo de granulación y permiten su
pretende vascularizarlo. funcionamiento.

QUÉ SE D E B E H A C E R A L
ENCONTRAR U N IMPLANTE por su ubicación dificultan el p r o c e d i m i e n t o
D U R A N T E EL de escarificación se extraen sin d u d a a l g u n a ,
DESBRIDAMIENTO porque en caso de dejarlos n o se podría erra-
5*.*..'
dicar la sepsis. Si en u n p r i n c i p i o se cree q u e
^ Según K ü n t s c h e r , hay que retirar los im¬
67 estabilizan y después se aprecia que están
' plantes flojos que no proporcionen estabili- flojos, se retiran en ese m i s m o m o m e n t o .
f dad a la fractura o a la seudoartrosis, porque
Ijno son útiles para obtener la consolidación
' del hueso, y dejar aquellos que estabilicen la Clavos intramedulares
' lesión. En el H O M S se sigue este criterio y
Jíse retiran todos los implantes flojos. E n Si el clavo medular estabiliza y n o hay m e -
cuanto a aquellos que aparentemente fijan la dulitis, se mantiene i n situ bajo una estrecha
^lesión ósea, algunas veces se mantienen i n vigilancia, pero si se presenta el menor signo"
I situ y otras se extraen. Si estabilizan y ade- de infección se extrae.
;? más permiten llevar a cabo la escarificación Cuando hay medulitis pero la unión ósea
entonces se conservan, pero si estabilizan y es avanzada (grado IV) y por lo tanto ha desa-
44 Cap. 5. Desbridamiento o cirugía inicial

parecido el trazo de la fractura, se puede ex- cia las placas provocan grandes zonas de ne-
traer el clavo sin temor alguno y dejar deam- crosis cortical debajo de ellas.
bular libremente al enfermo. Si la unión fue- Hasta ahora se ha tenido que dejar i n situ
ra grado ni o menos, no es factible retirar el placas anguladas en fracturas trocantéricas
clavo sin que exista la posibilidad de una re- que tenían la virtud de mantener la estabili-
fractura, por lo que se lleva a cabo la siguien- dad de la fractura, aunque hayan dificultado
te estrategia al respecto: se retira el clavo en las cirugías, porque al retirar este medio de
la consolidación grados I , II o III y se toman osteosíntesis no existía nada que lo sustitu-
todas las medidas necesarias para impedirla yera y tratara la seudoartrosis. Ahora se tie-
refractura mediante la colocación del mismo ne un nuevo implante para fracturas de cue-
clavo intramedular u otro similar después de llo femoral o de la zona trocan térica que no
cada escarificación. Se ha encontrado que sólo proporciona una alta estabilidad de la
éste es el mejor medio para impedirla rotura fractura, sino que además permite la marcha
del callo óseo sin necesidad de tener que co- al día siguiente de su colocación, lo qué es de
locar u n fijador externo, cuyos orificios ori- enorme beneficio en los ancianos, pues se
ginados por los clavos pueden aumentar la evitan complicaciones de todo tipo, sobre
sepsis o provocar un nuevo trauma innece- todo respiratorias. Si el fragmento del tro-
sario para el enfermo. La tracción ósea no cánter, del cuello o de la cabeza estuviera ne-
impide la rotura del callo si éste no es fuerte. crosado, no se dudaría n i u n segundo en la
Una vez que se logra la erradicación de la resección.
sepsis se coloca un clavo con pernos, si el ca- En las fracturas supracondíleas de fémur,
llo está débil, o un injerto óseo con enyesado se retiran las placas sin temor porque se sus-
si tiene cierta resistencia, o, finalmente u n tituyen por el clavo intramedular fijo al hue-
injerto óseo sólo cuando se considere que la so con pernos tipo Colchero, siempre y cuan-
unión ósea va a soportar por sí sola, mien- do se puedan poner uno o dos pernos en
tras no se exponga a la marcha con apoyo to- ambos fragmentos y en hueso no fractura-
tal. do, si es que se desea la marcha inmediata.
Si el paciente tiene u n clavo medular de Si la lesión no permite lo anterior se recurre
cualquier tipo que estabiliza, pero que cursa a los fijadores externos, que dan u n magnífi-
con medulitis, se retira y se practica fresado co resultado en fracturas o seudoartrosis
medular, el cual se repite un máximo de tres metaepifisarias. Lo mismo se hace en las
veces durante las escarificaciones. Para lim- fracturas o seudoartrosis proximales de t i -
piar el canal medular en sus extremos es i n - bia, distales del mismo hueso y distales o
dispensable usar largas cucharillas, ya que la proximales del húmero.
fresa sólo limpia el istmo del hueso. En huesos del antebrazo, en peroné, en
metacarpianos y metatarsianos, en seudoar-
trosis infectadas de la clavícula y en general
Placas en los huesos largos no sometidos a la mar-
cha, se.retiran las placas, se erradica la infec-
Éstas sólo se conservan si la consolidación ción y como implante se utiliza el clavo blo-
está muy avanzada y si no interrumpen de queante tipo Colchero, que después se des-
alguna manera las escarificaciones, porque cribirá.
la sepsis sea mínima. En todos los demás ca-
sos se retiran (fig. 5.5) cuando están flojas Tornillos, clavillos, alambres,
y cuando estabilizan la lesión, ya que cubren grapas, etcétera
zonas importantes del hueso en las cuales
no será posible llevar a cabo la escarificación. No se duda jamás en extraerlos si se ob-
No se debe olvidar que con mucha frecuen- serva que no estabilizan la fractura o seu-
Tratamiento del hueso 45

bsis- en muchos casos se encuentran se tiene en cuenta esta primera premisa, es


^flojos y son productores de supuración posible que el tratamiento sea más difícil de
rirdue permiten movimientos y dan reac- lo que debería ser. También es necesario te-
Mde cuerpo extraño. Cuando estabilizan, ner en cuenta que no es lo mismo erradicar
111 lo general se pueden dejar, porque no la infección en un hueso plano o corto que
Impiden la escarificación. Un ejemplo im¬ en la diáfisis de uno largo, la metaepífisis del
* portante al respecto son los clavillos cruza- mismo o las articulaciones, ya sean íntegras,
dos en diversas fracturas, como supracondí- con prótesis o con resección. A continuación
'ieas de húmero, que pueden estabilizar muy sé tratan los aspectos de estas diferencias.
D ¡ i se hallan correctamente colocados; su
e n s

Atracción antes de la consolidación sería un


grave problema, porque dejaría una fractura Tratamiento de los huesos largos
inestable y difícil de solucionar. en su diáfisis

Lo primero que se debe hacer es revisar


las particularidades y las diferencias entre el
TRATAMIENTO DEL HUESO hueso íntegro infectado y el hueso con solu-
ción de continuidad, lo que a su vez va a di-
J Adviértase, ante todo, que las característi- ferenciar la técnica del tratamiento, tanto
cas del hueso por desbridar cambian com- en el desbridamiento como en las escarifica-
pletamente si está íntegro o fracturado. Si no ciones.

Fig. 5.5. Las placas en un paciente infectado cubren gran


parte del hueso. En estas condiciones dichas
placas se deben retirar, pues además de impedir
la escarificación suelen esconder debajo de ellas
necrosis importante de la cortical.
46

Vascularidad El hueso fracturado puede estar en ocasio-


nes completamente despegado de los teji-
Es preciso tener en cuenta que el hueso dos blandos; esto es algo tan grave que lleva
íntegro, precisamente p o r poseer esta carac- a la diafisectomía, o que suele ser m u y raro
terística, no tiene descontinuada su vascula- en el hueso íntegro. A u n cuando son poco
ridad en ningún p u n t o que no sea el propio frecuentes, los secuestros en anillo, que
foco infeccioso que, eso sí, puede abarcar de abarcan la circunferencia total del hueso,
poco a mucho hueso o a u n llegar a la panos- sólo se encuentran cuando hay solución de
teomielitis. Por lo tanto, para el cirujano continuidad.
siempre será más fácil obtener el sangrado Habiendo aclarado las importantes dife-
en u n tejido que conserva alrededor del l u - rencias, sobre todo en diáfisis de los huesos
gar de la sepsis los vasos normales; que en íntegros o fracturados, enseguida se revisa
aquel que se encuentra fracturado y que por su tratamiento.
lo mismo tiene cortado el aporte sanguíneo
entre fragmentos (fig. 5.6).
Fenestración del hueso
Independientemente de que el hueso esté
íntegro o fracturado, tomará el riego de san-
Este procedimiento siempre se debe llevar
gre de los tejidos blandos adheridos a él y de
independientemente de que el hueso se en-
sus propios vasos.

Otras diferencias entre el hueso Fig. 5.6. Este hueso se encuentra fracturado y seriamen-
te infectado, con zonas necróticas muy grandes.
íntegro y el fracturado

A u n q u e tanto en el hueso íntegro como en


el fracturadq exista una infección, sus carac-
terísticas p u e d e n ser u n poco distintas. Ip
hueso con solución de continuidad suele te-
ner u n porcentaje mayor de necrosis, lo que
aumenta cuando se encuentra expuesto;
esto es m u y frecuente en las lesiones de la t i -
bia. El hueso íntegro suele tener mayor can-
tidad de secuestros y cloacas (cavidades
óseas infectadas). La periostitis es más rara
en el hueso fracturado, cuya sepsis también
suele estar más limitada. El involucro prácti-
camente no aparece en el enfermo con solu-
ción dé continuidad.
Se puede decir que la mayoría de los sig-
nos propios de las infecciones óseas, como
lo enseñan los libros, corresponden a la os-
teomielitis hematógena o a las osteítis anti-
guas en hueso íntegro. Es preciso darle u n
valor adecuado a las infecciones con fractu-
ras y seudoartrosis, que cada día son más
frecuentes debido a los graves accidentes de
la vía pública y al fracaso en el tratamiento
de las fracturas abiertas y de las cerradas.
Tratamiento del hueso 47

cuentre íntegro o fracturado. La fenestra- mielitis será necesario abrir y exponer el


ción se debe hacer, atando sea posible, en la hueso completo (fig. 5.7). Si no se hace esto
zona de hueso necrótico;,en caso de que no o si se incurre en defecto, se puede asegurar
exista dicha zona se debe hacer en cualquier que no se tiene la capacidad para erradicar
lugar. El hueso necrótico abundante existe la sepsis y en consecuencia habrá recidiva.
casi como regla en el hueso fracturado. La fe- Es necesario eliminar de modo radical todos
nestración debe ser lo suficientemente gran- los secuestros, en v i r t u d de que un pequeño
de como para poder revisar y diagnosticar la fragmento de este hueso muerto constituye
ausencia o presencia de infección, pero n o u n importante reservorio de gérmenes y
tanto como para que se altere la biomecánica fácilmente causará la recidiva. En muchas
del hueso íntegro. ocasiones hay secuestros difíciles de encon-
trar, por lo que es necesario ubicarlos perfec-
tamente antes de la cirugía.
Tratamiento en el hueso íntegro
Se debe poner a plano todas las cloacas
existentes, por pequeñas que parezcan, y en
Es imprescindible tener en cuenta que en
su superficie interior se hará sangrar total-
el desbridamiento hay que revisar por com-
mente la cortical. Ponera plano es u n térmi-
pleto toda la zona ósea infectada, no importa
no que significa: abrir Ja cloaca al retirar la
cuán amplia sea. Si se trata de una panosteo-
pared que encontremos a la vista y suavizar
sus bordes. Jamás se deberá retirar el i n v o l u -
Fig. 5.7. Panosteomielitis del h ú m e r o con una gran fe-
cro sino observar si sangra; si esto no su-
nestración para poder observar la medular y to- cediera se estimulará durante la primera
das las corticales. escarificación. Respecto a la periostitis o pe-
riostosis, no hay que tocarla tampoco. Por
último, y como premisa fundamental, se
buscarán cuidadosamente las zonas de ne-
crosis.
Las zonas no sangrantes se eliminarán si
no comprometen la biomecánica ósea al
extremo de provocar una fractura, en cuyo
caso se tratarán en etapas sucesivas por m e -
dio de las escarificaciones.

Tratamiento del hueso fracturado

La fenestración en estos casos dependerá


de la necrosis cortical, ya que en estos enfer-
mos con solución de continuidad ósea n o
tiene importancia que el tamaño de la venta-
na sea grande, puesto que más adelante h a y
que estabilizar la fractura o seudoartrosis.
Por supuesto que la fenestración tiene que
llevarse a cabo en la zona de necrosis, lo que
evita vascularizar porciones importantes del
hueso. Si al hacer la ventana se observa que
también existe necrosis en otra cortical, n o
se deberá resecar, sino que se producirá la
48 Cíp. 5. Desbridamiento o cirugía inicial

"vascularización" por medio de la escarifica- zona de necrosis se tratará p o r m e d i o de la


ción repetitiva. escarificación, al abrir u n a ventana y en |
U n o de los grandes problemas en el hueso la parte necrosada y nunca por m e d i o de i
infectado y fracturado lo constituye el des- limpieza del canal m e d u l a r , que sólo se usa I
pegamiento de los tejidos blandos, que son para eliminar tejidos sueltos, supuración y
precisamente su aporte vascular f u n d a m e n - líquidos. 68

tal (fig. 5.1). Por eso, el cirujano deberá Si el canal m e d u l a r está completo y s i n ta-
tratar de v o l v e r a "pegar" dichos tejidos al bicación, se utiliza el sistema con fresas i n -
hueso, lo cual no es posible en el desbrida- tercambiables, subiendo de m e d i o en m e d i o
miento, sino mediante las repetitivas escari- milímetro hasta llegar a lo necesario para
ficaciones sobre las partes blandas, que que pueda caber el clavo con pernos, si es
terminan uniéndose al hueso. Para ello, se que éste ha de utilizarse. Si n o se deseara co-
necesita u n estímulo repetitivo por medio de locar algún clavo m e d u l a r , el fresado p o r lo
u n bisturí que haga sangrar los tejidos blan- general se lleva a unos 13 milímetros. Si des-
dos al e l i m i n a r porciones necrosadas y des- pués del fresado se comprende que la me- I
pués f o r m a r surcos vasculares. Si al final hay dular no está todavía l i m p i a es p o r q u e las
todavía partes de hueso que a pesar del tra- fresas sólo trabajan a n i v e l del istmo y oo en j
tamiento n o se hayan adherido a las zonas los extremos del hueso, p o r lo cual se u t i l i -
blandas, será obligatorio retirarlas o bien ob- zarán cucharillas largas y encorvadas que
servar si p o r m e d i o de la propia vasculari- lleguen hasta las metáfisis. Si n o hay necro-
dad ósea llegan a sangrar. Para obtener éxito sis, estos dos procedimientos quirúrgicos
en este t i p o de problemas es necesario que dejarán el canal m e d u l a r sangrante y sin
el hueso n o se mueva, de forma tal que las problemas. Si se considera necesario, el fre-
partes blandas p u e d a n unírsele. En ocasio- sado se puede repetir u n a o dos veces, pero
nes el despegamiento de las partes blandas si persiste el exudado p u r u l e n t o se debe
es tan a m p l i o que ya no es posible lograr la abandonar de inmediato el fresado para bus-
vascularidad y entonces se requiere diafisec- car/ encontrarla zona de necrosis.
tomía.
Con frecuencia, e n el hueso íntegro se \
Si hubiera o t r o tipo de lesiones infecciosas aprecia la tabicación d e l canal, p o r l o cual |
como secuestros, cloacas, etcétera, habría suele ser suficiente hacer la fenestración que i
que tratarlas también. La resección ósea tan- descubra p o r completo la cloaca, l i m p i a r l a y \
to en los pacientes fracturados como con estimular el sangrado en las paredes p o r me-
hueso íntegro, deberá ser todo lo abundante dio de la escarificación. N o es o p o r t u n o lle-
que se requiera pero sin llegar a la diafisecto- var a cabo otra ventana para examinar el
mía. En las soluciones de continuidad se de- canal medular adyacente si existe la seguri-
jará por lo menos u n fragmento de cortical dad de que la sepsis se encuentra l i m i t a d a a
en cada lado de unos 2 cm de ancho en con- la porción tabicada, pero si no hay seguridad
tacto, lo que facilitará después la obtención será necesario ampliar la fenestración o
de la consolidación. hacer otra a f i n de llegar a u n diagnóstico j
correcto.
Limpieza del canal medular
Desbridamiento de los huesos i]
La limpieza del canal medular se llevará a cortos y planos . fj
cabo sólo cuando exista medulitis. Es i m - 1
prescindible advertir que el término limpie- En este tipo de huesos no es adecuada la \
za del canal medulares el correcto, ya que en fenestración, sino llegar directamente a l a s l
caso de necrosis cortical hay necesidad de partes infectadas. Una de las zonas más i
revascularizar y no limpiar. Si existe una comprometidas entre los huesos cortos es la
(l {t»Í iárso y en ella el calcáneo. Como en el Desbridamiento de las
^ínffo y c n e
' P ° existen muchos huesos y
c a r
artritis piógenas
ll^íicülaciones, si se presentara una infección
G e n e r a l no sería posible lograr la recupera- Quienes han tratado con frecuencia las i n -
c i ó n fisiológica del área, sino e l i m i n a r l a sep- fecciones de los huesos saben perfectamente
l'j sis y unir quirúrgicamente los huesos. Debi- que el problema séptico en las articulaciones
% $ V e s t a complejidad ósea y articular es fácil tiene características diferentes de las del
^ incurrir en defecto, en cuanto a la exposición hueso metadiafisario, hueso corto o largo.
^qüirúrgica se refiere, por lo cual hay que re- En la articulación lo primordial no es la sep-
bordar siempre esto y abrir lo mejor posible sis ósea en sí, sino la persistencia o no del
lf>ara hallar completamente la infección y la cartílago articular, sin el cual se pierde la
vnecrosis. característica anatómica y la función total
X, -La lesión más típica en los huesos planos del segmento. Si el cartílago articular se
v, y cortos es también la necrosis, proceso que encuentra seriamente lesionado (fig. 5.8), la
.si no se combate al máximo, hasta dejar una articulación está perdida y es problema del
^¿6na perfectamente vascular, no permitirá cirujano encontrar la mejor solución: próte-
^erradicar la sepsis. E n muchas ocasiones, en sis, artrodesis, resección, étcétera. Si el car-
V huesos planos es posible llegar a la resección tílago es viable, se deben emplear todos los
^cíe fragmento, porque la estabilidad del hue- conocimientos y empeño en que así se m a n -
«Iso.'suele mantenerse como ocurre, porejem- tenga y en eliminar la infección lo antes posi-
'' pio, en el p u b i s . E n cambio, en el calcáneo ble para evitar que se dañe; si esto se logra,
y en los otros huesos del tarso o en el carpo, la articulación se salvará. Es por ello que
se prefiere evitar las resecciones, porque al cuanto más rápido se efectúen el diagnóstico
cambiar la anatomía del segmento puede lle- y el tratamiento de la artritis o de la osteoar-
gar/Se a tener problemas con la funcionali- tritis séptica, más posibilidades de éxito
dad. Quizá de los pocos huesos que podrían habrá.
resecarse son el astrágalo, que deja u n pie Por lo anterior, es preciso indicar los pro-
pbCó funcional pero sin dolor; no obstante, blemas infecciosos generales de todas las ar-
en él H O M S se recomienda evitar, siempre ticulaciones y los específicos de cada una.
r|ÜCf se pueda, todo tipo de resección y per-
;

ífniíirla función.
Infección articular con el
La rótula infectada se convierte en u n ver- cartílago viable
dadero problema para el cirujano, porque su
réváscularización es prácticamente imposi- A l parecer, éste es u n problema general
ble y su anatomía patológica se distingue so- para todas las articulaciones que se encuen-
bre todo por la necrosis total del hueso. En tran infectadas. En las articulaciones gran-
estos casos, se aconseja la resección comple- des se hace una revisión quirúrgica, se lleva
ta o parcial, según el estado del hueso. a cabo u n buen lavado y se aplica irrigación-
Por otro lado, en el H O M S nunca se ha succión durante nueve días. Una vez pasado
yisto una infección masiva, completa, de la este tiempo, se retira la irrigación, se deja u n
columna vertebral. Las infecciones bacteria- día más la succión y luego se retira también.
/jrtasjiáuelen ser las discitis, que son sepsis Si la evolución es satisfactoria la articulación
1 $ limitadas. Las infecciones posquirúrgi- está salvada, pero si hay recidiva se pue-
la columna, por lo general, se hallan de asegurar que el cartílago articular ya ha
j&r#»)cj¡3 tejidos blandos y no en el hueso. Se sido atacado y que se deberán aplicar otros
súj^'ne que la infección de todos los proce- métodos.
Sos^bsteriores y del canal raquídeo debe Por otra parte, generalmente cuando se
ún alto índice de gravedad. llega a las pequeñas articulaciones de la
50 Cap. 5. Desbridamiento o cirugía inicial

mano o del pie - m e t a c a r p o , falanges, meta- Para i m p e d i r que se retraigan los tejid
tarso-, ya ha pasado el suficiente tiempo que después de varias escarificaciones
para lastimar el cartílago articular. Si por for- difícil poner la prótesis, se deja u n vástj
tuna esto n o hubiera sucedido, se practicaría femoral, que se retira para hacer la escar]
la apertura, la limpieza y el cierre con u n dre- cación y después se vuelve a poner."
naje mediante penrose. Aquí no se incluyen extracción del cemento es el paso más ¿
el carpo y el tarso p o r q u e , como antes se plicado en estos pacientes que, además de
dijo, estas articulaciones no suelen salvarse infección, cursan con osteoporosis marca*
casi nunca y por lo tanto se lleva a cabo la te- casi siempre, lo cual puede provocar f |
rapéutica descrita en la sección de desbrida- mente una fractura durante las maniobjj
miento en huesos cortos. respectivas. En ocasiones, desde el prira
Otra de las articulaciones que cuando se momento se deberá hacer la extracción de
aborda p o r lo general está ya en malas condi- prótesis y dejar en resección la articulactf
ciones, es la del tobillo, por lo cual, se suele porque no es posible otra conducta, lo cji
practicar la artrodesis. se explica en el capítulo 7; otras veces se
necesario recurrir a la artrodesis, si res|j
Infección articular con el factible, tema que se aborda también eri|
cartílago dañado cho capítulo.

En estos casos el procedimiento es llegar


a la articulación, eliminar la infección por
Fig. 5.8. Osteoartritis hematógena en un enfermo qulj
medio de u n amplio desbridamiento y efec-
vaba 50 años, a base de cierres y recidivas,^
tuar después u n programa de escarificación osteomielitis del fémur. 1

hasta lograr la desaparición de la sepsis y la


revascularización total del hueso y de los te-
jidos blandos. Sin embargo, el cirujano ne-
cesita, desde el desbridamiento, determinar
la conducta p o r seguir, la cual se puede resu-
mir en tres: prótesis total, artrodesis o re-
sección ósea. En ocasiones resulta difícil
adoptar la decisión correcta, por lo que en el
capítulo acerca de implantes y prótesis en
enfermos infectados (fig. 5.8) se mencionan
varios parámetros que permiten tomar una
conducta lo más acertada posible. V
Cuando el paciente tiene una prótesis
infectada, ésta se retira durante el desbrida-
miento y entonces quedan tres opciones, ¡n
que se tratan en el capítulo 7: reponer la pró- m
tesis en esa cirugía, hacerlo cuando el foco se
halle vascularizado o no reponerla nunca. m
Durante el desbridamiento, es preciso saber ci
cuándo se puede reponer en el mismo acto

mm
quirúrgico la prótesis, lo que sólo se puede

K
hacer en caso de que la infección sea mínima
y sin necrosis. Si no es esto lo que ocurre en
i:-
el enfermo, habrá que establecer el progra-
ma de escarificaciones y esperar tener el foco
m
vascularizado para efectuar la artroplastia. uk
6
La escarificación
o exéresis a mínima
Este m é t o d o es f r u t o de una investigación La escarificación se realiza ahora d i a r i a -
q u e se publicó p o r p r i m e r a vez en 1972. Se 2S
mente, cuando el estado general del e n f e r -
le l l a m a escarificación al estímulo que logra m o lo p e r m i t e . E n caso c o n t r a r i o , se efectúa
la vascularización de los tejidos blandos y dos o tres veces p o r semana, bajo n e u r o í e p -
d e l h u e s o q u e se encuentran e n u n foco in-« toanalgesia disociativa. Esto dísrrúrmve e l
feccioso. Este estímulo es la exéresis de del- tiempo de eliminación de la s e p s í s c u y o r

gadas capas d e dichos tejidos, que es en p r o m e d i o suele ser de u n d e s b r i d a m i e n t o v


v e r d a d a m í n i m a , puesto que n o se resecan - tres escarificaciones. C o m o este procedfmíerí-
c a n t i d a d e s i m p o r t a n t e s d e l hueso o de Ios- to se emplea también d e s p u é s de e r r a d i c a r fa
t e j i d o s b l a n d o s : C o m o la forma de llevar a infección afinde obtener granulación, e s t i -
cabo este p r o c e d i m i e n t o es m u y precisa, se m u l a r los injertos ó s e o s o para m e j o r a r la
le dedica este capítulo. vascularidad de los tejidos que se v a n a cerrar,
Es i m p o r t a n t e recalcar que las únicas fases se efectúa con lidocaína en aerosol sin que -=e
para erradicar la infección son el desbrida- produzcan molestias al paciente; si se "utiliza
m i e n t o y la escarificación,^' que cuando hay para llegar a la epiteíizadón o e s t i m u l a r i n -
cirugías posteriores a este procedimiento jertos óseos, se p u e d e hacer s i n n i n g u n a cla-
s o n para fines distintos como osteosíntesis, se de anestesia, bajo la completa aceptador!
p r ó t e s i s , artrodesis, cierre de la herida, i n - del enfermo. Debido a que es posible emplear
jertos óseos,» etcétera. En el H O M S , este lidocaína en aerosol o n o utilizar anestésico las
m é t o d o se ha usado desde 1970, fecha en escarificadones pueden hacerse todos los días
q u e se inició la investigación del procedi- sin ningún p r o b l e m a , en casi todos los e n -
m i e n t o . Esta técnica se aplica como trata- fermos.
m i e n t o único para la sepsis de los huesos, A l realizar las prácticas quirúrgicas, e s
s i n a y u d a de otros p r e n d i m i e n t o s o sustan- esencial efectuar las técnicas tal como fas
cias diversas puestas en la herida. describen sus autores, si se desea obtener
Es preciso destacar que la escarificación o sus mismos resultados. Una técnica sólo se
exéresis a mínima es diferente en su mecá- puede modificar cuando se logra mejorar e n
nica c u a n d o se lleva a cabo en hueso íntegro, forma clara y objetiva, tanto en sus p r i n c i -
cuya vascularidad está completamente ase- pios como en el mecanismo de llevarla a
cabo. Por ello, es imprescindible que el c i r u -
gurada fuera del foco infeccioso, que cuando
jano, para hacer la escarificadón, aprenda
se ejecuta en u n hueso fracturado, en el cual
perfectamente su técnica y se apegue estric-
se ha i n t e r r u m p i d o la circulación, precisa-
tamente a ella; en caso contrario, deberá te-
mente a n i v e l de la solución de continuidad.
51
52 Cap. 6. La escarificación

ner la suficiente honestidad de reconocer, si la diafisectomía y que consiste en la sepsis


no obtiene buenos resultados, que se ha acompañada de fragmentos óseos totalmen-
apartado de los principios, las bases y la téc- te denudados de tejido blando lo que indica
nica. Por eso, cuando el médico ejecute el que n i n g u n a de sus corticales recibe vascula-
método y vea que el exudado purulento no ridad, y por lo tanto no se puede vasculari-
desaparece, deberá pensar de inmediato en zar. Cuando en alguna cortical existe una
cómo está llevando a cabo la técnica y, si es zona unida al tejido blando, se puede vascu-
preciso, repasarla, probablemente no haya larizar.
descubierto todas las zonas existentes de ne- La infección no tiene importancia. En
crosis. Se sugiere que, por medio del si- ocasiones se lee y escucha en muchas confe-
guiente cuestionario, se efectúe u n serio rencias que se ha tenido u n magnífico resul-
análisis del trabajo elaborado y se sepa si se tado en el tratamiento de la sepsis, a pesar
está practicando la sistematización rígida de que queda alguna fístula, secuestro o
que este método requiere: cloaca cuando precisamente la ustulación, el
secuestro o la cloaca son signos f u n d a m e n -
Desbridamiento incompleto. N o se expu- tales de la infección ósea. Por supuesto que
so todo lo infectado, porque no se encontró en estos casos la enfermedad no ha sido d o -
o porque huh o temor o mal estado general minada y el cirujano ha fracasado, lo que se
del paciente. En dicho caso, hay que repetir demuestra por la aparición de prontas reci-
el desbridamiento y no hacer la escarifica- divas. También es frecuente que este tipo de
ción. Esta es la causa más común del proble- padecimientos tan difíciles de tratar se dejen
ma y de la cual el cirujano quiere siempre en manos inexpertas, lo que agrava seria-
apartarse. En casos de fracturas o seudoar- mente sus perspectivas de buen pronóstico.
trosis, es posible que se haya dejado a pro- En el H O M S el médico de base cuida en
pósito hueso necrosado porque esa parte se todas las cirugías a sus propios enfermos,
quiera vascularizar, en cuyo caso se sabe de después de adquirir u n adiestramiento ade-
dónde proviene la necrosis y el pus, y se cuado durante por lo menos tres meses.
acepta porque la exéresis a mínima resolverá
el problema. Error al diagnosticar que la infección está
erradicada. La erradicación de la infección,
Método alterado. N o se está practicando
como antes se dijo, se basa en que el foco sea
la escarificación con la técnica adecuada y las
vascular, tanto en el hueso como en los teji-
veces de dos por semana o todos los días.
dos blandos y en el canal medular, y que por
Hueso fracturado. Puede ser incorrecta la
lo tanto, no exista ningún tejido necrosado
forma de efectuar la escarificación en el hue-
ni supuración por lo menos en dos escarifi-
so con solución de continuidad.
caciones. En el H O M S no se acepta el cultivo
Zonas sin tratamiento. El cirujano deja de
como ordenador a este respecto, por las ra-
escarificar ciertas zonas porque cree que no
zones descritas en el capítulo 1 .
hace falta hacerlo. Hay que recordar que
todo el foco infeccioso debe ser tratado. Si se toma en cuenta el análisis de estos
puntos y si el cirujano corrige lo que sea pre-
Fenestración del hueso. En todos los ca-
ciso, se puede asegurar el éxito del procedi-
sos es imprescindible fenestrar el hueso, ya miento.
que esto permite averiguar el estado de la
medular y de las corticales contrarias a la que
se ha expuesto. Si no se efectúa este procedi- CÓMO H A C E R L A
miento se puede generar medulitis durante ESCARIFICACIÓN {
el tratamiento o al terminar éste.
Retirar zonas de hueso que lleven a la £scaii/Sc4r^ignifica,promav.exJa^ascula-
diafisectomía. Como ya se mencionó sólo rida¿deLhuescuy.delos-tejidos blandos al es¬
hay una forma de infección ósea que lleva a timularlos por medio de exéresis en capas
53
delgadas y cortas, a partir del lugar donde M E C A N I S M O Y MEDIOS PARA
precisamente hay un Jecho vascular, porque HACER LA ESCARIFICACIÓN
si no existe este lecho sanguíneo nunca se
podrá obtener la vascularidad, por ejemplo, El primer paso es tener en cuenta que es
en los casos con daño vascular arterial como diferente el procedimiento en hueso com-
la mícroangiopatía diabética y otros. Dicho pacto, esponjoso, en injerto óseo y en los
en forma simple, no se puede sacar sangre tejidos blandos.
de donde no la hay. Una vez obtenida la vas-
cularización, se logra mejorarla también por
medio de escarificación cuando se estimula Escarificación en el hueso
por rayado de un tejido blando con bisturí o compacto
del tejido de granulación en el hueso me-
diante la exéresis o el rayado. A continuación se indica el instrumental
Se comprende que la acción mecánica de con el que se efectúa y cómo se maneja.
la escarificación es muy sencilla, no así su
metodología sistematizada y el criterio de
Cincel
que se debe abarcar todo el foco infeccioso,
de que cuando no hay sangrado el procedi-
Es preciso escoger el cincel más adecuado
miento se suspende hasta nueva escarifica-
para cada caso (fig. 6.1); en este sentido, se
ción, de que el resultado un día puede ser
debe considerar la configuración de la parte
totalmente distinto que en el anterior por-
del hueso por tratar, su dureza y alguna otra
que los vasos se han acercado, y de que no
característica presente. Con el cincel se le-
hay que desanimarse, porque cuando pare-
vantan delgadas láminas de hueso de n o
ce que ciertos puntos no responden lo harán
más de 2 cm de longitud; es necesario ayu-
en futuras escarificaciones. Se debe com-
darse con u n martillo pequeño y de poco
prender que existen casos muy fáciles de re-
peso. Para que en efecto se puedan levantar
solver y otros más complicados.
estas láminas, el cincel debe estar perfecta-
mente afilado. Una vez retirada la lámina se
observa si hay sangrado en el lecho que que-
da; en este caso existen tres posibilidades:
Fig. 6.1. Escarificación por medio de cincel; se levantan que haya sangrado franco, que sangre algún
delgadas capas de hueso con fines revulsivos. vaso o que no exista sangrado. Si lo que su~~
cede es lo primero'se deja de escarificar ese
lugar; si ocurre lo segundo se profundiza
más al retirar otra delgada lámina y se obser-
va si mejora o no el sangrado - e n caso de
que mejore la situación estará como en la p r i -
mera posibilidad; en caso de que no mejore
se deja la escarificación para otro procedi-
miento al día siguiente o a los dos días-; e n
la tercera posibilidad, es decir, que no exista
sangrado, también se deja de escarificar el
lugar hasta el próximo procedimiento. A l se-
guir esta táctica se va abarcando todo el foco
infeccioso por grande que sea, lo que no se
lleva muchos minutos de cirugía, pues hay
que considerar que el sangrado existe en la
mayor parte del hueso.
54

Pinza gubia
En los lugares en los que no se pueda ma-
nejar el cincel, es muy práctico el uso de una
pinza gubia, que deberá levantar también
delgadas capas de hueso.

Escarificación en el hueso
esponjoso

La vascularidad es fácil cuando el hueso


está íntegro y se han retirado las porciones
necróticas, pero aun en fracturas, seudoar-
trosis, en huesos que tuvieron prótesis, en
artrodesis y en resecciones óseas infectados
__^>se obtiene el sangrado mucho más fácil-
mente que en el hueso compacto por su FÍR. 6.2. Escarificación de un injerto óseo. Se usa hoja
bisturí número 11, que penetra a través del injer-
importante cantidad de lagunas vasculares. to y llega hasta tocar una cortical. Esto provoca
-—^También aquí hay qvie hacer la fenestración. sangrado, También se deben escarificar los bor-
Entre las sepsis de tejido esponjoso des- des do la herida.
taca la del calcáneo, lugar en que muchas
técnicas han fracasado por las grandes des-
trucciones que pueden formarse y porque la ponjosa hasta llegar a una cortical (fig. 6.2);
herida tiende a cerrarse. Como esto compli- si hay vascularidad se presenta sangrado, si
ca la escarificación, en el HOMS, en lugar no la hay aparece pus, en cuyo caso hay que
de una incisión común, se prefiere llevar a retirar los fragmentos de esponjosa necesa-
cabo una resección de partes blandas en for- rio:; para descubrir cuál es el problema, que
ma de huso. Cuando se ha vascularizado el puede estar en la falta de vascularidad del
calcáneo u otra zona esponjosa, hay que re- huésped o bien en que dichos fragmentos
currir al injerto autólogo para rellenar cavi- no tienen apoyo sobre el lecho vascular, sino
dades, si las hubiera. sobre otros fragmentos de injerto que to-
davía no se han unido al hueso del hués-
ped. Esto último es de una suma importan-
cia, porque no es posible pretender que se
Escarificación en un injerto óseo
vascularieen partes de esponjosa que no tie-
Los injertos óseos esponjosos o corticoes- nen relación con una zona vascular; por esto
ponjosos, después de colocados, se pueden es muy importante no colocar capas muy
escarificar porque siempre se deja la herida gruesas de injerto.
abierta para apreciar que se han unido al El procedimiento que consiste en introdu-
huésped, en los casos en los que se cierra cir la hoja del bisturí hasta encontrar sangra-
con una sutura secundaria o con un colgajo, do, se va haciendo en varias zonas de aporte
o para lograr cubrirlos con granulación esponjoso hasta llevar a cabo una especie de
cuando el cierre de la herida tenga que ser criba. Para que no se pierdan trozos de injer-
mediante injerto libre de piel o por medio de to, se pone la mano sobre ellos al sacar la lan-
epitelización. ceta; después, con el bisturí se raya el tejido
Con una hoja de bisturí del número 11, blando expuesto que se encuentra alrededor
montada en su respectivo mango, se pasa ue' :\ injerto hasta lograr su sangrado, a fin de
firmemente a través de los fragmentos de es- i lúe vaya invadiendo la esponjosa y la cubra
55

tUi y/nrmUním con la ayuda del mecanis-


mo de MDj^rado del propio injerto.

!,Í,Í arííícacíón en los tejidos blandos

I:-, fundamental conservar los nervios, las


arterías» '¿rundes v medianas v las venas
g r a n d e . Si hay necrosis o un tejido de gra-
nulación blando, amarillento y friable, se
levantan dd^üdas láminas con u n bisturí
hasta que eJ {ejido sangre (fig. 6.3). Cuando
haya vasxuJaridad, se harán surcos de poca
profundidad para que se produzca hemorra-
gia (fig. 6.4;. Los músculos se cubren de gra-
7- -'-\ r- nulación en pocas sesiones.
Ei tejido blando se escarifica en un principio me-
diante el retiro de delgadas capas con bisturí
hasta lograr el sangrado.

Fi?. 6.4. 11 áoer s a r r i a ' a 'es íe; dos


:

s-.2-£c»zszcn un bisturí
56

Escarificación en hueso íntegro, Escarificación en hueso con


fracturado y en canal medular solución de continuidad

La técnica de escarificación es diferente si Éste es u n problema opuesto al caso del


el hueso se encuentra íntegro o fracturado. hueso íntegro, porque al perder la integri-
dad ósea se pierde también la integridad
vascular. En la cortical que se tiene a la vista,
Escarificación en hueso íntegro el hueso suele ser avascular desde la fractura
hasta una zona diversa en cada caso; esta
Se lleva a cabo en toda la cortical que se zona termina cuando se observan tejidos
tenga a la vista, pero también en la zona de blandos unidos al hueso. Cuando hay expo-
canal medular que se haya descubierto por sición ósea, dicha zona puede ser más exten-
medio de la fenestración. sa (fig. 6.5). Pudiera ocurrir otro tanto en la
Como el foco infeccioso está en todos los cortical contraria o en todas las corticales, lo
casos rodeado por hueso vascular, o a veces que depende del despegamiento que exista
hipervascular, basta retirar la necrosis para entre los tejidos blandos y eí hueso. La esca-
encontrar sangrado. Sin embargo, esta pre- rificación se puede efectúa , sólo a partir de
misa puede no ser cierta cuando dicha infec- un lecho vascular, por lo cual, las paredes
ción no se limita a u n lugar del hueso, sino óseas despegadas del hueso se retiran, ya
que se extiende más o llega a abarcarlo por que para vascularizarlas se necesita escarifi-
completo, en cuyo caso es posible observar car primero los tejidos blandos a f i n de que
con frecuencia zonas vasculares seguidas de se vuelvan a adherir al hueso; esto puede ser
zonas avasculares. Como puede entender- posible en ciertas ocasiones, pero no cuando
se, la única manera de descubrir lo anterior el despegamiento es grande.
es al abrir y fenestrar todo lo que sea preciso, Durante el desbridamiento se deberán to-
lo que en una panosteomielitis o panosteítis mar decisiones respecto de las partes de la
puede significar el efectuar una ventana a lo cortical por retirar y de la fenestración más
largo de toda una cortical. En cualquier caso, adecuada, por lo que en la escarificación se
la idea es la misma: vascularizar lo que no lo empezará al levantar delgadas láminas
esté, y , para ello, se requiere u n perfecto óseas de la zona sangrante exclusivamente,
desbridamiento y escarificaciones m u y sis- sin acercarse a la fractura, sino a medida que
temáticas, cuidadosas y que abarquen todo se vascularice la parte escarificada. C o n base
el hueso que se encuentre séptico. en lo anterior, se puede decir que la escari-
Se debe tener mucha precaución para no ficación en el hueso fracturado se hace en
producir una solución de continuidad, sobre forma centrípeta - d e la periferia hacia el
todo en los enfermos m u y crónicos, donde centro-, en donde la fractura se considera
ciertas partes del hueso se resisten a san- como el centro. N o se debe esperar que la
grar. En estas zonas, es mejor la eliminación vascularización se vaya produciendo en for-
de toda la cortical en pequeñas secciones, ma continua desde la zona vascular hasta la
que no fracturen el hueso o que no produz- fractura, sino que suele producirse en forma
can diafisectomía; este procedimiento dejará irregular y caprichosa. En el H O M S se insis-
una fenestración del segmento, que se cubri- te en que sólo se deben escarificar las partes
rá por medio de u n injerto óseo esponjoso, del hueso que son imprescindibles para con-
el cual devolverá la resistencia una vez que servar contacto entre fragmentos y así facili-
termine su proceso de inclusión. tar la unión ósea, por lo cual el hueso no
Si durante el procedimiento ocurriera una imprescindible se reseca, no se escarifica.
fractura, el cirujano tratará el problema de En tibia, húmero y huesos de antebrazo,
ahí en adelante como se explica enseguida. cualquiera de las corticales es correcta para
Fig. 6.5. I luosu con exposición ósea necrosada.

Fig. 6.6. Seudoartrosis de fémur consolidando en cortical


medial. Cortical lateral retirada por necrosis. En
fémur la cortical medial es esencial.

tener contacto interfragmentario, pero en el durante el tiempo quirúrgico del desbrida-


fémur, a causa de la flexión intensa produci- miento, al finalizar éste y hasta terminar las
da durante la deambulación, la cortical prin- escarificaciones, de acuerdo con ciertas pre-
cipal es la medial, porque recibe el estímulo misas importantes.
constante de la marcha en comprensión,
mientras que la lateral lo recibe en distrac-
ción, lo que en casos de necrosis permite Técnica de la primera escarificación
retirar la cortical lateral, de preferencia,
aunque además ésta suele estar necrosa- Una vez terminados todos los pasos del
da en muchas más ocasiones que la medial, desbridamiento quirúrgico, hay que llevar a
que está en contacto con los tejidos blandos cabo la primera escarificación. Si se utilizó is-
(fig. 6.6). . quemia, se debe retirar con el objeto de po-
der apreciar las partes sangrantes y las que
no lo están. Si en el momento de retirar la is-
PASOS QUE SE DEBEN quemia hay sangrado que impida observar
ATENDER D U R A N T E L A ~->el lecho, se colocan unos guantes quirúrgi-
ESCARIFICACIÓN cos mojados, sin talco, sobre la herida, luego
se pone encima una compresa y se compri-
Este punto se explicará desde la primera me durante tres minutos, al cabo de los cua-
escarificación, la cual se hace, precisamente, les la hemorragia en capa se habrá cohibido.
58

Enseguida se efectúa la escarificación, de Presencia de coágulos en la herida


acuerdo con lo anteriormente dicho, y una
vez terminada se cubre la herida a manera Esto es ciertamente lo contrario del caso
de puente con una tela de organdí estéril, anterior. Desde hace muchos años el autor
que por su fina malla se pegará poco a los observó que cuando una herida está llena de
tejidos (fig. 6.7). Luego se venda la región, coágulos no hay infección, sencillamente
siguiendo siempre el trayecto de la sangre porque e! pus destruye el coágulo (fig. 6.8).
venosa.
Diariamente, hasta antes de efectuar una
nueva escarificación, se deberán cambiar los
Búsqueda de tejidos necrosados
apósitos pero sin hacer irrigaciones ni poner
sustancias en la herida, la cual se deberá pro-
A u n cuando no se encuentre supuración
curar que se mantenga siempre seca para
se buscarán los tejidos necrosados peque-
evitar cultivos de gérmenes en los exudados
ños, puesto que los grandes se eliminan en
o líquidos residuales.
el desbridamiento.
Si al terminar alguna de las escarificacio-
nes se observa que el sangrado no se cohibe
con el guante y que no existe ningún vaso
Exudados en las gasas
importante, se dejará el guante en la herida
hasta el día siguiente, cubierto con apósitos
y vendaje, pero es imperioso retirarlo a la Cualquier tejido expuesto que no sea la
mañana siguiente, porque en caso contrario piel producirá exudados, por lo cual, si se ha
se iniciará reacción de cuerpo extraño y se dejado una herida abierta, se deberá esperar
producirá exudado. La segunda escarifica- esto, que se manifiesta porque las gasas se
ción se hará al segundo o tercer día del des- impregnan de exudado amarillo verdoso, fá-
bridamiento. cil de confundir con el pus, aunque para d i -

Técnica de la segunda y Fig. 6.7. Siempre se coloca el organdí, o en este caso un


subsiguientes escarificaciones tipo de gasa nueva que no se adhiere a la herida,
a manera de puente; nunca se deberá colocar
dentro de la herida para evitar una respuesta a
Para efectuar este procedimiento, es obvio cuerpo extraño con e/udado.
que nunca se utilizará isquemia. El lavado se
hace igual que en el desbridamiento, sin que
penetre la sustancia de lavado dentro de la
herida, para lo cual se tapa ésta con abun-
dantes gasas.

Presencia de pus en la herida

Si esto ocurre, es preciso que el cirujano


olvide el ego ofendido y acepte que el desbri-
damiento resultó insuficiente y que dejó teji-
dos necrosados, a menos que lo haya hecho
a propósito porque quiera vascularizar una
porción de hueso. Si se trata de lo primero,
de ninguna manera deberá intentar la escari-
ficación, sino que hará otro desbridamiento.

i
f MMimicl» \t\% t»«i:arificaciones 59

ferencinrlos basta observar si la herida en sí ringer laclado; después 99 establece un nue-


tiene esos exudados o no los tiene; en el pri- vo diagnóstico del foco, Posteriormente, se
mer caso es signo de infección de pus verda- cohibe }n hemorragia mediante hemostasia
dero, en el segundo, cuando sólo las gasas armada para los vasos y el artificio del guan-
están impregnadas, son los líquidos norma- te para el sangrado un capa; el guante sé
les de exudación del tejido. deberá dejar hasta, g] dí.i siguiente si resulta
difícil parar la hemorragia en tres ó cuatro
minutos. La herida se deberá dejar siempre
Natas de fibrina seca, si es preciso se utilizará gasa para este
fin de manera que el único líquido pueda ser
Son propias sobre todo del canal medular, la sangre; por lo misino, nunca se emplean
que las elabora y que no se deben confundir las irrigaciones. A continuación se cubre la
con el pus. La diferencia se encuentra al to- herida con organdí, pero si existiera tejido
car estas natas de fibrina, porque se pueden de granulación en lugar de aquél se usará t u l
levantar con una pinza y retirar del hueso, graso, que favorece la granulación y tampo-
en tanto que el pus es líquido y con la pinza co se pega a los tejidos.
no se puede quitar. A l día siguiente de la escarificación y to-
Después de haber diagnosticado el foco dos los días entre ollas se cambian los apósi-
infeccioso, se procede a efectuar la escarifi- tos y se deja secar la herida.
cación con las normas recomendadas antes.

FRECUENCIA DE LAS
Preparación final déla herida ESCARIFICACIONES

* A l terminar el procedimiento se hace un Durante muchos años, todas las escarifi-


arrastre mecánico, si fuera necesario, con caciones hechas con neuroleptoanalgesia
disociativa se efectuaban dos veces por se-
mana. Sin embargo, a partir de diciembre de
1987 surgió una nueva idea que redujo nota-
blemente el tiempo de erradicación de la
Fig. 6.8. La presencia de coágulos en la herida indica que infección y que consiste en hacer las escarifi-
no hay exudado purulento, ya que éste destruye caciones todos los días, si el estado general
a los coágulos.
del paciente lo permite. En primer término
se lleva a cabo el desbrida miento y dos días
después la primera escarificación; posterior-
mente las escarificaciones se realizan todos
los días sin pasar de cuatro con la analgesia
disociativa. En el H O M S , el promedio de re- 4r
tiro de la infección es de un desbridamiento
y tres escarificaciones, siempre y cuando el
desbridamiento haya sido correcto, lo que
significa que por medio de este procedí-
miento la infección se erradica en una sema- ^~
na. Para ello, el hematocrito se debe mante-
ner siempre arriba de 35% y transfundirse si
hiciera falta.
En los pacientes cuyo estado general i m -
pide esta continuidad, las escarificaciones se
efectúan dos veces por semana, pero existen
60 Cap. 6. La escarificación

todavía pacientes cuyo estado general es tan blanda, friable y amarillenta que es signo de
malo que no es posible llevar a cabo las esca- infección. Esta última se elimina al levantar
rificaciones; a éstos sólo se les puede hacer sus capas con el bisturí. La granulación pue-
u n desbridamiento y cerrar la herida. de ser de gran ayuda para el cirujano, si la
sabe utilizar, puesto que indica ausencia de
sepsis, cubre el hueso y, bien manejada,
A L G U N O S ASPECTOS SOBRE puede dar forma al segmento operado. Para
LA GRANULACIÓN EN esto último se induce su crecimiento me-
RELACIÓN C O N L A diante la escarificación, hasta que se consi-
ESCARIFICACIÓN dere que se ha logrado lo deseado.
En los huesos como el fémur, el húmero
Es necesario distinguir entre una granu- o todo aquel que se pueda cubrir con una su-
lación correcta, que es siempre roja, de con- tura secundaria o, en su caso, con u n colga-
sistencia d u r a , y que significa ausencia de jo, no hace falta llegar a la granulación sino
sepsis, en centraste con una granulación solamente a la vascularidad de los tejidos.
Indicaciones
para implantes,
prótesis, artrodesis y
resecciones quirúrgicas
en los enfermos que
estuvieron infectados
El p r i m e r requisito básico para colocar i m - fermo, si la tuviera. Son típicos los pacientes
plantes o prótesis, hacer una artrodesis infectados que han sufrido múltiples c i r u -
o una resección ósea, aplicar injerto óseo o gías, constantes internamientos en h o s p i t a -
cerrar la herida, es que se haya erradicado al. les, curaciones doíorosas, interminables es-
100% la sepsis, lo que se diagnostica al ob- peras en las consultas, etcétera, para q u e al
servar los siguientes parámetros: final se solucione todo con la amputación o
la desarticulación. Por lo tanto, cuando se
• Vascularidad .total, del hueso,, tanto en trate de una seudoartrosis, además de erra-
sus partes exteriores como en el canal dicar la infección habrá que lograr la u n i ó n
medular del hueso.
o Vascularidad total-en los tejidos blandos Algo similar ocurre con el i n d i v i d u o q u e
• Ausencia total de necrosis y de exudado aparece con una prótesis infectada grave-
purulento mente, al que por lo general se le retira y se
• Ausencia de síntomasy signos de infec- le deja con una resección ósea que implica
ción general seria incapacidad, la que repercute m u y des-
favorablemente sobre el enfermo, sobre
En caso de una fractura o seudoartrosis, todo cuando se encuentra en edad p r o d u c t i -
una vez que desaparece la infección se debe va. Por ello, en el H O M S siempre se procura
buscar la consolidación, porque de lo contra- reponer todas las prótesis en estos pacien-
rio la enfermedad caerá en u n círculo vicioso tes, aunque existen limitaciones que luego
m u y peligroso, hecho que se obsen/a con se observarán.
frecuencia en los pacientes que llegan al La ausencia de unión de una fractura se
H O M S , en los cuales se ha producido repeti- produce por la falta de estabilidad, que es a
tivamente la aparición de recidivas de la sep- su vez causa de movimientos en los frag-
sis, porque la estimulan los movimientos del mentos óseos, lo que, según T r u e t a , pro-
6 1 / 6 2

hueso en la seudoartrosis. Las repercusio- voca la ruptura de los capilares de neqforma-


nes de esta mala evolución son catastróficas ción; esto hace que sea imposible el paso de
para el paciente, pues se crean a su alrede- prolongaciones osteoblásticas* y de vasos a
dor m u l t i t u d de trastornos, como: conflictos través de la fractura, lugar donde se deben
familiares, alejamiento social, pérdida del depositar más tarde las sales-de calcio y fós-
trabajo y , por supuesto, altos costos para la foro y que nuncaJÍegan a'hacerlo porque no-
institución que proteja médicamente al en- existe la matriz adecuada e íntegra.
62 Cap. 7. Indicaciones para implantes

En u n estudio efectuado por el autor de la lesión y no solamente estabilidad, so pena


presente o b r a " en el Hospital Saint Char-
b 9 7 0 de llegar a la seudoartrosis debido a que la
les, en MontpelUer, Francia, en el cual se única etapa de la unión ósea que exige inmo-
revisaron 120 casos de seudoartrosis diafisa- vilidad absoluta es la remodelación y preci-
rias y metafisarias, se p u d o observar que la samente el hueso esponjoso adopta este tipb
macromovilidad, repetitiva y plástica de de consolidación. Resulta fácil lograr esta
las fracturas es el único factor que p r o d u - rigidez con algunos medios de osteosíntesis,
ce la falta de unión ósea. El autor de referen- porque el proceso de reparación es m u y rá-
cia ha seguido después este estudio en sus pido y no da tiempo al aflojamiento de los
enfermos con seudoartrosis de tibia, fé- implantes antes de que se haya p r o d u c i d o la
consolidación, que es lo que sucede con los
mur, húmero, huesos del antebrazo, cla-
fijadores externos, que, sin embargo, en diá-
vícula, etcétera, y en todos se corroboró
fisis se aflojan fácilmente y propician falta de
como etiología la antes citada. En todos los
unión. Esto también ocurre en la esponjosa,
casos los aflojamientos de los implantes se
únicamente que por sus características es-
produjeron desde u n principio o bien en eta-
tructurales los fragmentos se impactan, lo
pas posteriores al tratamiento. que significa estabilidad e i n m o v i l i d a d , de
Cuando en el H O M S se encuentra u n pa- manera que u n medio de osteosíntesis pre-
ciente con una fractura reciente e infectada, cario o u n simple enyesado p u e d e n ser sufi-
el criterio que se adopta es actuar como ciente. Cabe hacer notar que el panorama es
si fuera ya una falta de unión, pues su com- totalmente distinto cuando en el hueso
portamiento así lo hace pensar, por las si- esponjoso se produce seudoartrosis acom-
guientes causas: pañada de abundante cantidad de tejido f i -
broso, el cual hace difícil la unión y exige su
a) Una fractura que permanece abierta
amplia resección, lo que a su vez deja porcio-
no inicia el proceso de consolidación
nes sin hueso que se deben rellenar perfecta-
sino hasta que se cubre.
mente. El problema fundamental de falta de
b) A u n cuando se cubra, el tiempo trans-
unión en la esponjosa se debe a la diastasis
currido hasta el momento ha elimi-
entre fragmentos, que i m p i d e la unión d i -
nado el estímulo que inicia todo el pro-
recta (remodelación).
ceso de reparación y,? por lo tanto, se
comporta como una seudoartrosis En la cortical compacta de las diáfisis, la
r
atrófica, que requiere para su curación consolidación se lleva a cabo de dos m a -
no sólo estabilidad sino también u n i n * neras: por remodelación directa (per p r i -
jerto óseo que estimule nuevamente la
man), cuando se deja una fractura rígida, sin
osteogénesis.
movimientos; o por callo primario, Cuando
Se debe recordar también que la consoli- se permiten los micromovimientos que n o
dación de las fracturas ocurre de manera sólo no actúan hacia la falta de unión sino
diferente en el hueso compacto que en el es- que la estimulan s i e m p r e , ' como se ob-
69 70

ponjoso, en v i r t u d de sus características serva con el clavo intramedular fijo al hueso


anatómicas y fisiológicas, las cuales hacen por medio de pernos. Por ello, es ocioso afir-
variar notablemente la vascularidad. En la mar que u n clavo sólido provoca u n sistema
esponjosa, la unión se obtiene rápidamente rígido en la fractura, cuando se sabe que si así
porque los vasos son m u y numerosos, atra- fuera, la unión por fuerza sería per priman.
viesan la fractura de inmediato, se acom- Los temas fundamentales de este capítulo
pañan de prolongaciones osteoblásticas y son cuatro, a saber:
forman, así, hueso adulto desde u n princi-
pio y no callo primario, Para ello, hay que • Indicaciones de implantes en fracturas y
proporcionarle una perfecta inmovilidada la seudoartrosis que estuvieron infectadas.
Indicaciones para implantes 63

• Indicaciones de prótesis en pacientes El clavo tipo Colchero se coloca de tres ma-


con prótesis infectadas o infecciones ar- neras, según las circunstancias presentes:
ticulares.
• Indicaciones de artrodesis en infeccio-
nes articulares y metafisoarticulares. Clavo fijado con pernos
• Indicaciones para hacer resecciones
óseas, siempre en pacientes que estu- Para ello se necesita que las corticales,
vieron sépticos. aunque osteopénicas, como en toda seu-
doartrosis, sean todavía capaces de alojar u n
perno o t o r n i l l o sin dejarlo salir a causa de
I N D I C A C I O N E S DE los m o v i m i e n t o s provocados p o r las fuerzas
I M P L A N T E S EN FRACTURAS musculares y la marcha (fig. 7.1).
Y SEUDOARTROSIS QUE
ESTUVIERON INFECTADAS

A continuación se analizan las secciones


que comprende este tema. Fig. 7.1. Seudoartrosis consolidada de tibia. Este hueso
estuvo infectado. La enferma d e a m b u l ó con
apoyo total d e s p u é s del tercer d í a de haber colo-
cado el clavo.
Indicaciones de implantes en
fracturas, seudoartrosis
diafisarias y pérdidas óseas de
f é m u r , t i b i a y húmero

En estos casos, cuando se ha logrado reti-


rar la infección se coloca siempre el clavo i n -
tramedular que se fija al hueso mediante
pernos tipo Colchero, pues proporciona me-
jor estabilidad que cualquier otro tipo de
implante existente en el mercado y, además,
permite la marcha con apoyo total del m i e m -
bro lesionado a los tres días de colocado;
esto es excelente para todos los pacientes, en
particular para aquellos que por la falta de la
unión ósea y la sepsis llevan mucho tiempo
sin poder apoyar el miembro afectado. Es
conveniente recordar que el límite de indica-
ciones del clavo con pernos se encuentra en
las lesiones que n o se puedan estabilizar me-
diante la colocación en hueso intacto de u n o
o dos pernos p o r arriba o por abajo de la le-
sión. E n cuanto a seudoartrosis, en eP
H O M S n o se apiiea el principio de colocar
clavos tipo Küntschero AO en lesiones del
istmo del canal medular que sean transver-
sales, porque en estos casos las corticales se
han adelgazado, lo cual amplía el canal me-
dular y genera pérdida de resistencia.
64

Clavo fijado por medio de pernos Clavo con pernos empacados con
que quedan estabilizados al clavo las tiras de BOP y fijador
y rio al hueso externo independiente y no
transfictivo
Para ello se utilizan tiras delgadas de un
material especia! que es biocompatible. D i - Este tipo de clavos se utiliza cuando hay
cha tira se introduce en los orificios del clavo pérdida ósea o cuando la osteopenia (fig. 7.3)
y sobre ella se coloca el perno, de forma que es tan grave que se necesita agregar otro bra-
éste no se pueda extraer más que con la ayu- zo de palanca, que será el fijador externo.
da de una pinza de forcipresión. A l mismo Cuando hay una pérdida ósea pequeña se
tiempo, esta tira permite que la rosca del puede estabilizar solamente con clavo-per-
perno se atornille en un hueso muy osteopé- nos-BOP, pero cuando la pérdida es grande
nico, porque queda también empacando los brazos de palanca son m u y fuertes y pro-
este lugar. Este sistema también se emplea ducen movimientos, los cuales se evitan con
en pérdidas óseas pequeñas (fig. 7.2). el anclaje adicional del fijador externo hasta

Fig. 7.2. Nótese c ó m o en el orificio del clavo hay un BOP


y se introduce un perno, el cual queda fuerte-
mente empacado en el orificio y a pesar de la
presencia de osteopenia importante no llega a
aflojarse.
65

Fig. 7.3. Cuando hay pérdida de hueso, como hubo en


este caso, o cuando existe una osteopenia muy
importante, con seudoartrosis altamente inesta-
ble, se coloca el clavo con pernos empacados
con tiras de BOP y se pone un fijador externo que
no traspasa los músculos y que no tiene relación
con el clavo. Al aparecer un puente de unión se
retira el fijador.

que se produce puente óseo, momento de su Indicaciones de implantes en


retiro. fracturas, seudoartrosis y
El fijador no debe pasar a través de los pérdidas óseas de la diáfisis de
músculos, pues la experiencia ha mostrado los huesos largos no sometidos
que se producen contracturas que pueden a la marcha y de la metáfisis en
llegar a ser serias y hasta dar problemas arti- fracturas y seudoartrosis
culares. El fijador que se ponga puede ser de
una barra, de barra doble o en ángulo die- En estos casos se utiliza exclusivamente el
dro, unidos ambos para formar u n triángu- clavo bloqueante tipo Colchero, que se des-
lo, que es más estable. La técnica consiste en cribe ampliamente en el capítulo 8. Se em-
colocar el clavo y después incluir el fijador plea porque la experiencia ha demostrado
externo, siempre sin relación con el clavo, que esta clase de clavo estabiliza m u y bien
para poderlo retirar sin tocar aquél. Con el las lesiones en los huesos no sometidos a la
propósito de no atravesar músculos en marcha; el resultado es definitivamente me-
el muslo, los clavos del fijador deberán se- jor que con las placas o los fijadores exter-
guir el trayecto de la herida quirúrgica. nos, y la consolidación es la regla (fig. 7.4).
En el H O M S no se recomienda dejar ma- Los huesos en los que más se ha empleado
teria de síntesis por fuera de la piel, ya que el clavo bloqueante son el radio y el cúbito,
de esta manera se comunica el hueso con el aunque también se ha aplicado en clavícula,
exterior, por lo que el uso de fijadores exter- peroné, metacarpianos y metatarsianos; sin
nos siempre se toma como u n método de úl- embargo, el número de casos de seudoartro-
' timo recurso. sis infectadas es menor en estos huesos. Con
66

Fijadores externos

Hay muchas variedades de fijadores ex-


t e r n o s , " tantas que dan la impresión de
57 59

que dicha cantidad se debe a que no estabili-


zan correctamente y que los cirujanos pien-
san que algunos cambios v a n a resolver este
problema. En el H O M S se ha tenido la opor-
tunidad de conocer ampliamente el compor-
tamiento de los fijadores externos p o r dos
causas: la primera, por tener u n servicio de-
dicado a las seudoartrosis, lo cual hace que
se deba investigar por qué se h a n p r o d u c i d o
éstas y , como se verá en el último capítulo de
este libro, en la tibia, lugar de fijadores, la
mayoría han sido provocadas p o r este sis-
tema; la segunda, porque de acuerdo con la
Seudoartrosis de clavícula consolidada por me-
experiencia adquirida por el autor de la pre-
dio de un clavo. Este tipo de clavo se denomina
bloqueante porque por medio de unos tomillos sente obra durante dos años -1980 a 1982-
que lo empujan contra una cortical bloquea los en el servicio a cargo del profesor V i d a l , e n
movimientos de los fragmentos óseos. Montpellier, Francia/en el que los fijadores
externos se utilizan mucho, se observó que
en fracturas o seudoartrosis infectadas la
proporción de ausencia de consolidación era
base en el criterio del H O M S , se puede afir-
frecuente, al extremo de que esta observa-
mar que el clavo de referencia constituye el
ción fue la que indujo a adoptar el clavo con
medio de síntesis en las fracturas y seudoar-
pernos en las seudoartrosis infectadas, que
trosis no infectadas de estos huesos.
antes de 1982 casi no se había utilizado.
En el H O M S también se emplean las tiras
biocompatibles con el clavo bloqueante El autor de este libro fue testigo, e n el la-
cuando la osteopenia impide que los tor- boratorio de biomecánica, u n i d a d 102, d e l
nillos queden firmes en el hueso. La tira se INSERM, en Francia, del montaje de n u m e -
introduce en el orificio del hueso y sobre ella rosos fijadores en huesos de cadáveres.
se mete el tornillo. Aquí, el único fijador que resultaba verdade-
ramente estable en pérdidas óseas era el de
las fuerzas armadas francesas, en ángulo-
Implantes en fracturas y diedro, en tibiarlos demás permitían macro-
seudoartrosis metaepifisarias movimientos al llevar a cabo esfuerzos me-
que estuvieron infectadas dianos, y otros, entre los que se encontraba
el Wagner, eran sumamente inestables. Si
Se entiende que estas lesiones no son tri- esto es así en huesos de cadáver cuya estruc-
butarias n i del clavo con pernos n i del clavo tura no se modifica, se entiende que el aflo-
bloqueante por estar demasiado cerca de los jamiento es m u y superior cuando se colocan
extremos de los huesos; por tanto, se deben en vivo y reciben las acciones musculares y
utilizar otros implantes. En la mayoría de las
de la marcha; además, los clavos también se
ocasiones se emplean los fijadores externos,
aflojan por ia hsis del hueso.
pero hay otras veces en que es mejor el efec-
En el H O M S no se cree que el diseño de
to de los clavillos cruzados, los cerclajes o las
la mayoría de los fijadores sea malo, sino
placas anguladas.
que los clavos tienden a la lisis con los movi-
67
mientos y ésta permite los macromovimien- Clavillos cruzados
tos que propician la falta de unión. Incluso
los fijadores en varios planos tienden a aflo- Éstos se prefieren en la mayoría de las
jarse en las diáfisis a consecuencia del mis- lesiones bajas de húmero, en las altas del
mo problema. mismo, en los metacarpianos, metatarsianos y
Las dificultades en las metáfisis desapa- en el extremo dista! del radio y del cúbito.
recen por dos causas: porque el tejido es-
ponjoso bien inmovilizado consolida muy Cerda je
rápidamente, y porque esa rapidez impide
el aflojamiento de los clavos por lisis. Así, lo Se prefiere en lesiones de rótula y de olé-
que resulta problemático en las diáfisis da cranon.
excelentes resultados en las metáfisist
Los fijadores se utilizan en metáfisis tibia-
Placas anguladas
les, femoral distal y en ocasiones en la distal
del húmero. Por lo mismo y como luego se Se utilizan en algunas seudoartrosis dista-
explicará, se emplean también en las artro- les de fémur, aunque por lo general se pre-
desis (fig. 7.5). fieren los fijadores externos.

Fig. 7.5. Este sistema de fijadores en el mismo plano,


pero en dos niveles, es una idea que surgió al tra-
tar lesiones metafisarias o diafisarias muy altas;
produce muy buena estabilidad y permite la
unión ósea.
68

Implantes, artrodesis y casos de personas jóvenes que conservan


osteotomías en fracturas y por lo menos el cuello femoral, p o r q u e se
seudoartrosis de huesos cortos cree que la prótesis de larga duración toda-
que estuvieron infectadas vía no se ha inventado; b) en rodilla la con-
clusión es la misma, en personas jóvenes la
Estas lesiones que estuvieron infectadas artrodesis es más útil en función de n o dejar
casi nunca p e r m i t e n la osteosíntesis en vir- dolor y permitir el trabajo fuerte; c) en el to-
tud de los grandes cambios morfológicos y billo no se duda nunca en practicar la artro-
estructurales que suelen abarcar a los hue- desis cuando el cartílago articular n o existe;
sos del carpo y del tarso y que llegan casi y d) en tarso se recurre a la artrodesis o a las
siempre a las articulaciones. En cuanto a las osteotomías.
infecciones de pelvis, las que h a n sido frac- La acromioclavicular se beneficia c o n re-
turas han correspondido ai acetábulo y han sección. E n cuanto a la glenohumerai se con-
exigido artrodesis. Las infecciones en pubis sidera siempre mejor u n a prótesis o una
generalmente se tratan por medio de resec- resección que u n a artrodesis. p o r las i m -
ción ósea. En el H O M S no se ha tenido opor- plicaciones funcionales que tiene; lo m i s m o
tunidad de ver este tipo de problemas en la sucede con el codo, a excepción de algún
columna n i en el omóplato. paciente cuyo tipo de actividad se vea bene-
En los huesos del carpo o del tarso, convie- ficiado por la artrodesis. E n cambio, la
ne dejar las estructuras como se encuentran muñeca funciona bien en la mayoría de las
después de retirar la sepsis si la función es ocasiones por m e d i o de u n a artrodesis.
aceptable y si no hay dolor; en caso contra-
rio, se recomienda recurrir a las artrodesis o
a las osteotomías para alinear la porción. En Indicaciones de reposición de u n a
estos casos se emplean fijadores externos, prótesis que estuvo infectada
aunque en m a y o r proporción los clavillos y
enyesados. Existen casos en que el estado de infección
a nivel de una prótesis permite su sustitu-
x
fin
ción en u n solo acto quirúrgico. Estos
casos se manifiestan p o r u n a u m e n t o de la
Indicaciones de artrodesis velocidad de sedimentación, d o l o r y quizá
algún hallazgo de sepsis ligera d u r a n t e la ci-
A u n cuando ya se ha hablado mucho res- rugía. Cuando la infección es franca, c o n cla-
pecto a las lesiones metafisarias y de huesos ras fístulas, supuración y necrosis ósea, se
cortos, se debe añadir cuándo se recomienda considera que el recambio en estas condicio-
efectuar una artrodesis en pacientes con artri- nes requiere la erradicación total de la sepsis
tis séptica o con osteoartritis séptica (fig. 7.6). y de la vascularidad de todos los tejidos,
El método que aquí se menciona produce como si se tratara de poner u n clavo en una
alta seguridad para evitar recidivas y permi- seudoartrosis ( f i g . 7.7); si n o se hace esto el
tir la marcha o los movimientos de manos y paciente terminará en resección ó s e a . A u n
6 3

pies sin dolor; sin embargo, también es u n en estos últimos casos se p u e d e n presentar
procedimiento m u y incapacitante para algu- condiciones que hacen m u y arriesgada o i m -
nas articulaciones, por lo que la mejor mane- posible la sustitución protésica, ya sea por
ra de abordarlo es i r revisando las diversas problemas graves a n i v e l del fémur o d e l ace-
articulaciones. tábulo.
En el H O M S se artrodesian únicamente Por otra parte, el reponer la prótesis es v i -
las siguientes articulaciones, aunque en al- tal porque permite al enfermo continuar la
gunas de ellas, si es factible, se prefiere una marcha n o r m a l con la cadera o la rodilla,
prótesis o una resección: a) la cadera sólo en pero las grandes resecciones óseas previas a
Fig. 7.6. Los fijadores en un solo plano con tres clavos Fig. 7.7. En casos como éste se retiran los componentes
arriba y tres abajo de la articulación de la rodilla y el cemento, y se realiza escarificación hasta
han dado muy buenos resultados en artrodesis obtener hueso y tejidos blandos vasculares y no
de est3 articulación. No hay razón para hacer un infectados; entonces, sin esperar rnás, se coloca
montaje m á s sofisticado. una nueva prótesis, sí mecánicamente es posible.

nivel de rodilla, la m u y mala calidad del hue- porque, como antes se dijo, no existe toda-
so, ios cambios importantes en acetábulo vía ninguna prótesis de iarga duración que
que sea demasiado grande y las protrusio- impida las cirugías repetitivas. Pero este cri-
nes graves de acetábulo hacen difícil la re- terio no se adopta cuando se trata de u n a
posición protésica. persona joven con una prótesis infectada; en
Para reponer la prótesis se hace un desbri- estos casos se prefiere reponérsela, pues
damiento, después del cual se deja el vásta- cualquier tratamiento de otro tipo resulta
go femoral en cadera o se pone tracción en siempre peor.
rodilla para que n o se retraigan los tejidos.
Las escarificaciones se llevan a cabo hasta lo-
grar la vascularidad total del hueso y de los Indicaciones de colocación de una
tejidos blandos, y luego se coloca la prótesis. prótesis en pacientes que
Mientras esto ocurre la herida se deja exclu- tuvieron infección articular
sivamente con puntos de acercamiento que
permitan el drenaje perfecto, hasta una es- Siempre que sea posible seguir dando m o -
carificación después de la colocación de la vilidad a una articulación que estuvo infecta-
prótesis, en la cual, si todo se conserva con da y que ha perdido el cartílago articular, se
perfecta vascularidad, se cierra la herida. En pondrá una prótesis si lo permiten las condi-
el H O M S siempre se lleva a cabo un progra- ciones locales y sí el enfermo no es joven. En
ma de antibióticos preventivos de una rein- este caso, en cadera y rodilia se prefiere la ar-
fección; éste se inicia al reponer la prótesis. trodesis, y también en otras articulaciones
En el H O M S no se está de acuerdo en que se requieren para trabajos pesados. Uno
cuanto a las artroplastias en gente joven, de los requisitos, además de la edad, es que
70

el hueso se encuentre en condiciones de re-


cibir una prótesis y estabilizarla.
Por lo general, en fémur se prefiere la pró-
tesis de tallo largo; ésta permite que el hueso
soporte el implante sin fracturarse a pesar de
que exista osteopenia grave, lo que no suele
ocurrir con las prótesis de tallo corto. En
caso de que se use cemento, es importante
el empleo de antibióticos., porque, según
L y n d r y otros autores, los resultados son
4 60

mejores. N o obstante, L y n c h apreció que


6 4

en colocaciones primarias de prótesis la dife-


rencia entre usar cemento con gentamicina
o no hacerlo era nula. ,

Indicaciones de resección ósea

Si existiera la resección ósea y se observa-


ra que es m u y difícil la colocación de la pró-
tesis, entonces no se coloca. Las resecciones
óseas se efectúan cuando no es posible la
prótesis n i , en algunas articulaciones, la ar-
trodesis, sin embargo, se considera u n siste-
ma inadecuado en cadera pero adecuado en
hombro y codo (fig. 7.8).
Fig. 7.8. La resección ósea articular es siempre un siste-
ma de último recurso; se emplea muy pocas ve-
ces. Con regular frecuencia se presentan en el
HOMS muchos enfermos en estas condiciones.
8
Clavos Colchero:
intramedular
con pernos
y bloqueante
En este capítulo se explica la utilidad, las y del fémur, que permitiera la marcha i n m e -
características y la técnica quirúrgica del cla- diata con apoyo total del miembro lesiona-
vo intramedular fijo al hueso mediante per- do. La primera publicación respecto de esta
nos, tipo Colchero, y del clavo bloqueante investigación data de 1975. La idea consis-
37

del m i s m o tipo; éstos se utilizan en.pacien- tía en desechar cualquier material que se t u -
tes que tienen solución de continuidad y que viera que colocar en la parte exterior d e l
estuvieron infectados. Naturalmente, tam- hueso, debido a que los movimientos mecá-
bién se especifican sus indicaciones fuera de nicos, principalmente la flexión, tienden a
este tipo de enfermos. desprenderlo. Se prefirió utilizar u n clavo
Aquí se hace referencia a u n nuevo i m - que, por estar alojado en el canal medular,
plante diseñado para el tratamiento de las resistiría mejor la flexión. Sin embargo, u n
lesiones del cuello femoral e intertrocantéri- clavo libre sólo estabiliza las fracturas trans-
cas, que tiene la virtud de que por medio de versales o ligeramente oblicuas, situadas e n
su resistencia se logra el apoyo inmediato el istmo del canal medular. Si la fractura,
del m i e m b r o lesionado así como la estabili- aunque transversal, se encontrara en o t r o
dad de la fractura o seudoartrosis, lo que es lugar del hueso, o bien su trazo fuera oblicuo
una gran ventaja para los individuos con es- largo, espiroideo, c o n m i n u t o o si faltara u n
tas dolencias. Estos pacientes son ancianos fragmento de diáfisis, se produciría m o v i l i -
en quienes la deambulación inmediata i m p i - dad que provocaría seudoartrosis.
de la presentación de complicaciones. Por lo anterior, se comprendió que para
obtener la estabilidad con u n clavo intrame-
dular en todas las lesiones diafisarias del fé-
C L A V O I N T R A M E D U L A R FIJO m u r , la tibia y el húmero, era preciso que
A L H U E S O M E D I A N T E PERNOS aquél se fijara perfectamente al hueso. Esto
P A R A D I Á F I S I S DE FÉMUR, podría lograrse al atravesar unos pernos p o r
TIBIA Y HÚMERO " 3 6 4 7
el clavo, atornillarlos en los huesos proximal
y distal a la fractura o seudoartrosis y buscar
Introducción siempre que los pernos se localizaran en
hueso que no estuviese lesionado (fig. 8.1).
^ En 1972 se inició una investigación con la Se empezó a trabajar con base en esta idea,
finalidad de encontrar u n medio de fijación la cual estaba relacionada con u n procedi-
de las fracturas y seudoartrosis de la tibia miento que se utilizaba entonces en el
Fig. 8.1. Hueso con fracturo segmentaría que
I J Í Í O O I I O Fig. 8.2. El conocido sistema de estabilizar una fractura
necesita seis pernos: (Jos proximales, ríos inter- inestable mediante clavos proximales y distales
medios y dos distóles. Fs el único caso en que a ésta, que se incluyen en yeso, dio la pauta para
se necesitan seis pernos pora estabilizar los tres diseñar el clavo tipo Colchero al sustituir el yeso
fragmentos óseos. por un clavo medular.

HOMS, en el cual la tibia se atravesaba me- mismo diámetro que una hueca es mucho
diante clavos tipo Steinmann que salían por más resistente, lo que haría factible el apoyo
la piel, alojados arriba y abajo de una fractu- total a los tres días de la intervención quirúr-
ra inestable. Este procedimiento terminaba gica. Aunque el uso de una varilla maciza
con la colocación de un enyesado circular estaba en contra de los principios de Künts-
que formaba un solo cuerpo yeso-hueso- cher y sus seguidores, en el HOMS se aceptó
clavos tipo Steinmann (fig. 8.2). Este méto- la posibilidad de críticas e incomprensión a
do daba muy buena estabilidad, por lo cual fin de conseguir resultados efectivos para
se pensó que serúi posible cambiar el yeso los pacientes.
por un clavo medular y los clavos tipo Stein-, Algunos cirujanos ortopédicos temen toda-
mann por tornillos, con la ventaja de obte- vía a los clavos macizos porque les atribuyen
ner un sistema cerrado al exterior, que diera dos problemas que, en realidad, son infunda-
la misma estabilidad y fuera mucho más fun- dos: el primero, porque creen que es imposible
cional, cómodo y práctico. hacer la intervención quirúrgica sin abrir el
En principio se utili/.ó una varilla maciza, foco de fractura; el segundo, porque como sé'
porque al ser del mismo material y tener el trata de varillas rectas, su introducción elimina -
73

la curvatura femoral natural. Respecto al pri- ra normal. Si se quisiera introducir en el ca-


mero de los problemas, al describir la técnica nal femoral una varilla con la curva exacta
quirúrgica se explicará cómo el clavo se pue- del mismo, se observaría que es imposible
de colocar perfectamente a foco cerrado. En hacerlo, a menos que se rompa el hueso, ya
cuanto a la rectificación de la forma del fé- que la curvatura del fémur varía entre 0 y 15°
mur, hay que decir que cualquier tipo de cla- según u n estudio hecho por el autor de esta
vo, hueco, curvo, convencional, etcétera, obra en 50 fémures de cadáveres.
provoca el mismo problema, como se puede La rotura de varios tornillos con los que en
apreciar en la figura 8.3, en la que destaca la u n principio se fijaba el clavo al hueso, obli-
imagen lateral del fémur sano de u n enfer- gó a diseñar varillas denominadas pernos;
mo y una fractura en el contrario, tratada éstas tienen u n cuerpo liso y sólo rosca proxi-
con u n clavo A O , que ha enderezado com- mal, n o distal. Los. tornillos corticales de
pletamente al hueso. En la figura 8.4 se 4.5 m m tienen una espiga o alma de 3.2 m m ,
muestran varios fémures, dos clavos A O y el la cual debe soportar las actividades mecáni-
clavo macizo y recto tipo Colchero; nótese cas, mientras que u n perno las resiste con el
que n i n g u n o de ellos se adapta a la curvatu- total de su diámetro, que, en el caso del t i p o

Fig. 8.3. El clavo, por ser recto, nunca ha causado proble-


mas de desviaciones del eje mecánico mayores Fig. 8.4. En este montaje con fémures, dos clavos AO y
de 5 grados. En esta radiografía se observa c ó m o un clavo tipo Colchero, se puede apreciar que
un clavo AO curvo también corrige la curvatura ninguno de ellos se adapta a las curvaturas nor-
del fémur. males del hueso.
74 Cap. 8. Clavos Colchero

Colchero, es de 4 m m . Estas ocho décimas les; en fracturas conminutas muy grandes


de milímetro de diferencia en el diámetro (lesión poco frecuente) se utilizan los orifi-
producen una solidez 20% mayor que la de cios proximales y los distales; por último, en
un tornillo de 4.5 m m (fig. 8.5). las fracturas con doble trazo (segmentarias,
El clavo tipo Colchero se caracteriza por bifocales) se hace uso de los orificios proxi-
ser macizo y tener seis orificios a lo largo de males, de los intermedios y de los distales.
su eje mayor. En dichos orificios se pueden El principal problema que se presenta d u -
colocar pernos en hueso no fracturado, que rante la intervención quirúrgica con una va-
han de quedar proximales o distales a la frac- rilla maciza o hueca con perforaciones, es el
tura o seudoartrosis. En la mayoría de las de localizar sus orificios al estar dentro del
fracturas, seudoartrosis, osteotomías, acor- canal medular. Para los clavos huecos se es-
tamientos y alargamientos sólo se usan cua- tán utilizando métodos m u y sofisticados,
tro orificios y no seis, según las indicaciones basados en una técnica en la que se requiere
siguientes: en lesiones proximales y algunas u n amplificador de imágenes que, además
proximales con medio, se utilizan los orifi- de ser u n procedimiento complicado, atenta
cios proximales y los intermedios que tienen contra la saud del equipo quirúrgico debido
los clavos; en lesiones medias y distales se a la emanación de radiaciones. Klemm
emplean los orificios intermedios y los dista- preconiza u n método, también muy sofisti-
cado, en el que usa u n aparato electromag-
nético. Otros autores -7S
emplean una va-
7 9

Fig. 8.5. Osteosíntesis con clavo tipo Colchero y tornillos rilla que parte del impactor del clavo, que
proximales rotos. va por fuera de la piel y que con facilidad se
pandea, lo que da lugar a imprecisiones al
tratar de encontrar las perforaciones del cla-
vo. Este último método se utilizó en el
HOMS en u n principio, pero se desechó
porque no facilitaba la técnica.
En razón de todo lo anterior, en el H O M S
se diseñó un medio para localizar los orifi-
cios del clavo que es de funcionamiento
puramente mecánico, seguro, sin sofistica-
dones y que no provoca el menor peligro
para la salud. Se trata de u n instrumento
cuyo funcionamiento es m u y simple; en la
parte técnica quirúrgica se hablará de él.
Con este instrumento se vuelve totalmente
innecesario el uso de amplificador de imáge-
nes para localizar los orificios del clavo.

Antecedentes

La idea de fijar u n clavo en el hueso la


tuvieren algunos autores como MacNab,
quien en 1960 afirmó que el futuro en el tra-
tamiento de las fracturas diafisarias sería la
colocación de u n clavo intramedular de plás-
tico, el cual se perforaría durante la cirugía
Clavo intramedular fijo al hueso 75

para pasar a su través tornillos que se afian- medulares mal colocados o mal indicados y
zaran al hueso. otros tipos de osteosíntesis que fácilmente se
K ü n t s c h e r , ' en 1968, empezó a utilizar
80 81 aflojan.
u n clavo ideado por él en forma de trébol; lo Para acelerar la velocidad en la unión se
atravesaban dos tornillos proximales y dos requiere que, además de ser estable, el seg-
distales; se aplicaba en las fracturas c o n m i - mento fracturado reciba los estímulos p r o -
nutas del fémur y de la tibia. Mediante esta porcionados por la función n o r m a l , cuyas
técnica se le ordenaba al paciente la deambu- manifestaciones son: la m o v i l i d a d articular y
lación con apoyo total a los ocho días de la los esfuerzos musculares más el efecto sobre
intervención quirúrgica. Sin embargo, al el muslo y la pierna de la marcha con apoyo
cargar el peso del cuerpo sobre los implantes total Tanto los esfuerzos musculares de
se producían roturas frecuentes de los cla- máxima intensidad como la marcha, sólo
vos. Los seguidores de Küntscher como pueden conseguirse cuando el implante que
Klemm, 7 6
Schellmann, G r o s s e - K e m p f 72-75 mantenga la fractura sea capaz de soportar
y otros t r a t a r o n de superar dicho problema las fuerzas que se p r o d u z c a n . Ese f e n ó m e n o
al n o p e r m i t i r el apoyo inmediato n i aun en de aceleración en la unión de una fractura o
fracturas transversales cuyos fragmentos se seudoartrosis se ha p o d i d o comprobar e n
u n e n estre sí y p o r donde pasan las fuerzas los enfermos del H O M S tratados con el cla-
p r o d u c i d a s p o r el peso de la marcha, lo cual vo fijo al hueso mediante pernos. Los t i e m -
d i s m i n u y e las que debe soportar el clavo, es- pos de unión conseguidos con dicho clavo
p e r a n d o , en estos casos, que son los más son notablemente menores que los que se
sencillos, seis semanas como p r o m e d i o . 72 refieren con otros medios de tratamiento
Existe también u n clavo macizo con múlti- como placas atornilladas, enyesados con-
ples orificios a lo largo de su eje mayor, que vencionales o funcionales, etcétera, q u e
fue d i s e ñ a d o p o r H u c k s t e p , cuyo inconve-
79 cursan, por lo tanto, con retardo en la conso-
niente está en la fragilidad del implante por lidación, porque n o tienen la p r o p i e d a d d e
la presencia de perforaciones múltiples a soportar la marcha inmediata con apoyo t o -
t o d o lo largo de su eje mayor. tal del miembro fracturado. En los pacientes
A c t u a l m e n t e siguen apareciendo clavos del H O M S que h a n sido tratados m e d i a n t e
huecos fijos con tornillos que fabrican las clavo con pernos se ha comprobado que la
diversas casas comerciales, pero todos son unión se acelera con la marcha i n m e d i a t a ,
variaciones sobre el mismo tema, que es el porque en algunos pacientes que t u v i e r o n
clavo o r i g i n a l t i p o Küntscher. que retrasar la deambulación con apoyo t o -
tal, por padecimientos agregados que le i m -
pedían la consolidación, se retrasó en 1.5 a
Factores que influyen en la 2 meses.
consolidación de una fractura Esto es precisamente lo que ocurre cuan-
o seudoartrosis do se coloca u n clavo hueco con tornillos, y a
que es necesario, según K e m p f , diferir el7 2

El requisito indispensable para obtener la apoyo hasta ias 12 o 14 semanas en aquellas


unión ósea es asegurar la perfecta estabili- fracturas en las que el hueso n o absorba
d a d de los fragmentos de la fractura durante parte del peso de la marcha, como son las
el tiempo suficiente para conseguir la forma- conminutas, oblicuas largas, espiroideas, b i -
ción de u n puente de hueso, porque de lo focales o pérdidas óseas, debido a que el cla-
contrario se provocará irremediablemente la vo es el que debe soportar todas las cargas,
seudoartrosis. ' Este problema se presen-
69 7a 8 2
lo que tiende a romperlo con facilidad. Dicho
ta con bastante frecuencia al utilizar ciertos i m - autor aconseja que después de esas semanas
plantes, como son: placas atornilladas, clavos de espera en las que se habrá formado u n
76 Cap. 8. Clavos Colchero

callo, aunque sea débil, se retiren los tornillos manente o su rotura, cosa que no sucede
distales o el proximal, para io que él llama nunca en los enfermes durante la marcha.
"dinamizar", obteniendo con ello que el La carga provocada por la marcha y la es-
peso de la deambulación estimule el foco de tabilidad que proporcionan el clavo y los
fractura. A pesar de ello, en un simposio pernos, han sido tan eficientes que en el
efectuado en Strasburgo Kempf informó 74
HOMS nunca se ha tenido la necesidad de
que se rompieron 20 clavos en 736 enfermos. "dinamizar". Además, al diferir la marcha se
En realidad, el retiro de los tornillos lo hacen va produciendo osteoporosis en el foco frac-
para evitar que el paso de la carga por ellos turado, la cual se extiende después a otras
pueda romper el clavo, a pesar del callo que partes del hueso y facilita el aflojamiento de
se está formando. los implantes y con ello la falta de unión. En
Kempf retira los tornillos (dinamizar) por- cambio, el apoyo precoz lleva aparejadas
que afirma que estos implementos impiden otras ventajas para el enfermo, por ejemplo,
el acercamiento y la presión interfragmenta- vida familiar y social normales y una pronta
ria. Al manejar tal concepto comete un error, reinstalación a su trabajo, que en muchos ca-
porque piensa que el acercamiento se pro- sos se puede lograr antes de la unión ósea.
duce en compresión pura, cuando mediante
estudios biomecánicos se ha demostrado
que, en realidad, se efectúa en flexión (véase Características del montaje con el
biomecánica). Para lograrlo en compresión sistema clavo-hueso-pernos
pura tendría que cargarse el hueso con mu-
chos cientos de kilogramos, que vencerían la Los clavos tienen seis orificios situados
resistencia de los pernos y los doblarían, lo a lo largo de su eje mayor: dos proximales,
cual causaría una deformación plástica per- dos intermedios y dos distales. La fractura,

Fig. 8.6. Osteotomía fijada mediante pernos proximaies e Fig. 8.7. Osteotomía estabilizada mediante pernos inter-
intermedios. medios y distales.
Fig. 8.8. Fractura estabilizada por medio de un perno Fig. 8.9. Fractura bifocal o segmentaria estabilizada me-
proximal y dos distales. Los pernos intermedios diante pernos proximales, intermedios y distales.
son innecesarios pues no toman más que una
cortical.

seudoartrosis, osteotomía o pérdida ósea se Biomecánica 38,40,42

ubica de varias maneras en relación con lo


anterior, como ya se dijo. En las fracturas bi- Respecto a este tema, a continuación se
focales se utilizan seis pernos y cuatro en los tratan varios puntos que es indispensable te-
demás casos; se colocan de la siguiente ner en cuenta.
manera:

• Entre los orificios proximales y los inter- Cómo se distribuyen las fuerzas
medios (fig. 8.6) una vez colocados los implantes
• Entre los intermedios y los distales en el hueso
(fig. 8.7)
o Entre los proximales y los distales, en Cuando una de las extremidades lesiona-
las grandes fracturas conminutas o pér- das se somete a la marcha, que es el momen-
didas óseas (fig. 8.8) to en que recibe mayor carga, lás fuerzas se
• Entre los proximales, los intermedies y distribuyen de la manera siguiente:
los distales; en fracturas bifocales o seg-
mentarias se utilizan todos los pernos a) Durante el apoyo monopodálico, so-
para que cada fragmento quede perfec- bre todo, pero también en el bipodáli-
tamente fijo (fig. 8.9) co, las cargas del cuerpo llegan a la par-
Fig. 8.11. Mpi itaje en prensa dinámica de un clavo en fé-
mur fijo por medio de pernos y con un defecto
segmental en el hueso para poder medir el
acercamiento que se producirá de los fiagmen-
tos, con las cargas en la cabeza femoral. Véase
los captores electrónicos fijos al fémur.

Fig. 8.10. Para revisar el paso de fuerzas con el clavo tipo


Colchero colocado, véase la figura y consúltese
el texto.

te próxima! ciel hueso sin influir en la ¿Impiden los pernos el


parte proximal del clavo que está suelta. a cerca mi en to in termiten te
b) Después, las fuerzas llegan a los per- con cada paso?
nos, al hueso que los rodea y a la por-
ción del clavo que haya en ese lugar. Los estudios que se realizaron para com-
c) Luego se distribuyen de manera d i - probar que el acercamiento se produce en
ferente, según se trate de un trazo flexión y que por esto los pernos o tornillos
transversal de fractura, con contacto no lo pueden impedir, fueron los siguien-
interfragmentario, en el que las fuer- t e g . 3 8 , 40, 42

zas llegan prácticamente a partes igua-


les al clavo y al hueso; o bien un trazo 1. Se utilizaron fémures frescos de cadá-
conminuto, oblicuo largo, espiroideo o veres, a los que se les retiró un fragmento de
una pérdida ósea, en los que las fuer- diáfisis para producir una pérdida ósea y
zas pasan, todas, por el clavo. con ello tener posibilidades de medir el acer-
d) De allí son recibidas por los pernos dis- camiento. A continuación se efectuó la
tales, el hueso que los contiene y el osteosíntesis con el clavo macizo, el cual se
clavo. fijó al hueso por medio de dos pernos proxi-
e) Después pasan a la porción distal del males y dos distales a la pérdida ósea, que
hueso sin afectar al clavo que está suel- se alojaron siempre en hueso intacto. Poste-
to (fig. 8.10). En caso de haber coloca- riormente se montó la probeta femoral en
do seis pernos ocurrirá algo similar. posición fisiológica en una prensa progra-
Fig. 8.12. Gráfica tomada durante ia prueba que señala pernos y que es responsable del acercamiento
con las dos líneas curvas supeiíores la flexión interfragmentario, lo que en clínica es un esti-
que se produce en el sistema clavo-hueso- mulo para la unión ósea.

mable en ciclos y carga (fig. 8.11); se usaron b) Los movimientos relativos de los frag-
fuerzas sinusoidales verticales constantes mentos óseos, resultado de la de-
de 200 d a N y 1 c/s de frecuencia, aplicadas formación elástica del sistema clavo-
a la cabeza femoral. Los micromovimientos hueso-pernos, se caracterizaron p o r
relativos de los fragmentos óseos en relación movimientos axiales, que tuvieron u n
con la fractura se midieron con microcapto- promedio de amplitud de 0.45 mm. en
res electrónicos (stram-gauges) (fig. 8.11) el eje de la fractura (fig. 8.12).
colocados en el plano de flexión del fémur,
a cada uno de los lados (medial y lateral) del 2. Además de lo anterior, también se rea-
eje femoral. Los estudios se graficaron hasta lizaron ensayos ópticos objetivos para el
llegar a 14 400 ciclos de compresión en la ca- cirujano ortopédico, aunque nunca de la
beza femoral y los resultados fueron los si- fidelidad de los anteriores. Se montaron los
guientes: implantes como ya se indicó; se produjo una
pérdida ósea y se colocaron tres marcas: una
a) No hubo deformación residual en el en el fragmento proximal, otra en el clavo y
sistema clavo-hueso-pernos, después una tercera en el fragmento distal. A los la-
1
de aplicar las fuerzas. dos del hueso, y sin tener relación con el
a) b)
mismo, se pusieron reglas calibradas en m i - Fig. 8.13. Se trata de la misma prueba anterior (fig. 8.12)
límetros (fig. 8.13a, b, cyd). hecha en forma óptica: a) Se muestra la probe-
ta sin carga; b) Se carga a 150 kg; la marca proxi-
A! igual que en los ensayos anteriores, se
mal se movió hacia abajo en el lado medial y por
observa el acercamiento en flexión pero, lo tanto al contrario en la lateral, lo que indica
además, se aprecia que la porción proximal flexión; c) Carga de 250 kg. Mayor movimiento
del hueso sufre mayor deformación que la de la marca; d) Se elimina la carga. La marca
distal, ya que no se produjo movimiento cla- ha vuelto a su lugar de origen, lo que indica que
ro de la marca distal. los fragmentos se separan y al mismo tiempo
que el sistema es perfectamente elástico.
c)
81
¿Seproducen otros movimientos mento se inició con una carga de 100 k g ,
además de flexión? manteniendo u n número de ciclos similares
con cada carga y subiendo la misma de 50 en
N o existe rotación, según demostraron las 50 kg. Se programaron 60 ciclos por minuto
pruebas realizadas; se produce cizallamien- por considerar que es el mismo número de'
to por el deslizamiento de un fragmento so- apoyos que puede dar una persona en este
bre el otro. Para comprobar lo anterior se tiempo con el miembro lesionado.
hicieron, con el mismo montaje de clavos y La prueba más larga fue de 70 000 ciclos
pernos en fémures, pruebas dinámicas a con carga que se tuvo que elevar hasta 450
más de 3 600 ciclos, con aumento progresivo kg durante 450 ciclos; en ese momento se
de cargas. rompió la tibia pero los implantes quedaron
El movimiento a cizallamiento a 200 kg de intactos. Los enfermos operados de fractura
peso fue de sólo 0.19 m m , por lo que en el o seudoartrosis, con el método que aquí se
H O M S se cataloga de "micromovimicnto", indica, y que se aplica en el H O M S , empie-
que estimula la formación de callo óseo, zan la marcha con apoyo del miembro frac-
como afirman muchos autores. turado tres días después de la cirugía y a los
tres meses presentan una unión grado n a ni
o DI; a este nivel, en las radiografías todavía
se observa el trazo de la fractura, pero con el
¿Qué cantidad de carga reciben
paso de puentes óseos de uno a otro frag-
el hueso y el cía vo ?
mento. Los 70 000 ciclos pueden corres-
ponder a tres meses de deambulación del
Para conocer la respuesta a esta pregunta,
enfermo.
en el H O M S se realizó el siguiente experi-
mento: en una tibia se efectuó una osteotomía
y se dejaron los fragmentos unidos. Luego
Pruebas a rotura del sistema
se prepararon los clavos adhiriéndoles cap-
cía vo - hueso - pernos
tores electrónicos. Se puso la probeta en una
prensa programable en ciclos y carga en
Se llevaron a cabo más de 70 ensayos d i -
aumento y se llevaron a cabo pruebas diná-
ferentes, en fémur y tibia, de dos maneras
micas. Para conocer la carga soportada por
distintas: en la primera, el hueso se colocó
el clavo, se leyó la gráfica marcada por los
acostado y se le practicó flexión directa; en
captores electrónicos, que dio un promedio
la segunda, el hueso se puso en posición f i -
del 45 al 50%. Para conocer la carga que pasa
siológica.
por el hueso hay que restar a la carga total
la que pasa por el clavo. Cuando se efectuó

una diafisectomía se observó que toda la car- Pruebas a flexión directa


ga la soportaba el clavo, como sucede en las
fracturas conminutas y en las pérdidas óseas. Se ensayó con huesos íntegros, huesos
con clavo macizo y tornillos, y huesos con
clavo hueco y tornillos. Los diámetros de
Pruebas a fatiga; elasticidad los clavos fueron de 12 m m y del mismo me-
tal. Es notable en la gráfica cómo a los 100 kg
Con montajes similares a los ya descritos de carga el clavo hueco se deformó plástica-
en fémur y tibia, y mediante el uso de una mente al extremo de no poder continuar las
prensa programable en ciclos y carga, se lle- pruebas, mientras que el clavo macizo so-
varon a cabo ensayos a fatiga, los que, al portó cargas promedio de 365 kg y lo prime-
mismo tiempo, demuestran !a elasticidad ro que se rompía era el hueso y no el clavo
'del sistema clavo-hueso-pernos. El experi- (fig. 8.14).
82

Fig, 8.14. Pruebas a flexión directa con clavo macizo con


tornillos y clavo hueco con tornillos, ambos dei
CLAVO INTRAMEDULAR FIJO AL HUESO POP. WRVIU/X mismo diámetro y hueso íntegro. Nótese la pre-
F EM UR rgria resistencia del clavo hueco con tornillos.
PRUEBAS A FLEXIÓN DIRECTA = HUESO HORIZONTAL -
EXTREMOS INCLUIDOS EN CUBOS CEMENTO

I Clavo 12,30mm.

Fémur íntegro

Küntscher

Pruebas a compresión Pruebas a rotura con el hueso


en posición fisiológica
En este experimento, ambos extremos dei
sistema clavo-hueso-torníllos se colocaron En este caso se aplica una carga que em-
en cemento; se cargó en compresión directa pieza en 50 kg, la cual va aumentando de 50
hasta la rotura del hueso y no de los implan- en 50 k g hasta la rotura. El peso llega al
tes y se comparó con u n hueso íntegro. Las hueso con brusquedad, ya que se emplea
cargas de rotura son tan elevadas que j a m ' L 3 3 una prensa simple. El promedio de carga
se darán en la vida normal de u n individuo para fémur fue de 400 kg, sin que se afecta-
ran los implantes; para tibia el promedio fue
de 350 k g . Cuando se hizo la prueba con el
Pruebas a torsión mismo clavo, pero con orificios continuos a
todo lo largo de su eje mayor, como es el cla-
No se apreció rotación del sistema. La vo tipo Huckstep, se produjo la rotura a los
rotura se produjo con cargas tan altas que 350 kg en fémur y a los 300 en tibia, pero de
tampoco se producen en la vida normal del Jos implantes, no del hueso, como en las
individuo. El hueso íntegro es más fuerte pruebas anteriores.
que el que tiene el clavo y los pernos, porque Los claves de tibia que se usan en el
en este último la cortical tiene orificios HOMS son más delgados que los de fémur,
que ¡o debilitan. porque el primer hueso está mucho menos
83
expuesto a la flexión que el segundo y, por ¿Cuándo se puede romper un clavo?
lo tanto, la resistencia del material de osteo-
síntesis es mayor. Aunque el clavo tiene una gran resisten-
En estos ensayos a rotura se probaron d i - cia, todas las pruebas biomecánicas se han
ferentes diámetros de clavos y se llegó a la efectuado tomando en cuenta que tierte
conclusión de que era muy adecuado un im- zonas más frágiles que otras, precisamente
plante de 12.7 mm (1/2 pulgada) para fémur aquéllas donde se encuentran orificios, por-
y de 11.11 mm (7/16de pulgada) para tibia. que, como es obvio, en estos lugares la masa
de la varilla disminuye. Así, la posibilidad de
rotura se puede presentar exclusivamente
Resistencia de los pernos como error del cirujano durante la interven-
ción quirúrgica, al permitir que alguno de
Los pernos en su posición funcional están los orificios del clavo quede muy próximo al
expuestos a procesos de cizallamiento, que trazo de fractura (fig. 8.15). El hecho i n -
son importantes durante la marcha; por lo dica por sí mismo que el clavo está mal ele-
cual, los ensayos se llevaron a cabo imitando gido, porque siempre existe la opción de
dicho cizallamiento hasta la rotura del per- colocar una varilla con !os pernos equidis-
no. La carga necesaria, como promedio, fue tantes a la lesión. A l quedar la fractura cerca
superior a los 2 000 kg; esta fuerza nunca se del orificio se forma un brazo de palanca
presenta en individuos que tienen estos muy importante que va desde !a parte próxi-
implantes, a menos que se produzcan trau- ma! a la perforación, empujada por el hueso
matismos. en flexión, sobre todo a nivel de fémur. Sin
Se debe tener en cuenta que los pernos se embargo, esto no sucede, aunque el orificio
someten a cizallamiento porque se colocan esté cerca de la zona de fractura, cuando el
en hueso no fracturado, ya que si se coloca- fragmento expuesto al brazo de palanca es
ran a nivel de la lesión las fuerzas serían a muy corto, como ocurre en las lesiones m u y
flexión y su resistencia mucho menor. proximales o muy distales, en las cuales el

Fig. 8.15. Clavo roto por estar los orificios prácticamente


en la fractura.
84 Cap. 8. Clavos Colchero

fragmento de hueso es pequeño y el brazo En el H O M S se emplean dos formas para


de palanca casi no existo; ejemplo de ello son resolver el aflojamiento, que han dado m u y
las lesiones subtrocantéricas en las que los buenos resultados:
pernos proximales están m u y cerca del trazo
y no se rompen; o al contrario, las lesiones 1. En el orificio del clavo se introduce u n
supracondíleas (fig. 8.16). A pesar de eso, en BOP (Biocumpatible Orthopaedics
estas lesiones los pernos no se deben colocar Polymer, constituido mediante una
a menos de 2 cm del trazo, porque podría matriz de N-vinil-pirrolidona y metil-
romperse el hueso. metacrilato, a la que se une gluconato
de calcio y fibras de poliamide). A con-
tinuación se empuja en el mismo orifi-
Cuándo se pueden aflojar cio el perno con el destornillador, que
ios pernos entre a presión, por lo que queda per-
fectamente fijo al clavo y no al hueso
Los pernos sólo se aflojan cuando el hue- (fig. 8-17). El BOP actúa como u n em-
so está m u y osteopénico; lo mismo sucede paque biocompatible.
con cualquier tornillo o con los clavos de los 2. En casos de osteopenia gravísima,
fijadores externos. La osteopenia grave apa- como la que ocurre en seudoartrosis i n -
rece en seudoartrosis antiguas y en fracturas fectadas o al tratar pérdidas óseas, se
y seudoartrosis sépticas. colocan los BOP con los pernos en el

Fig. 8.16. Radiografía que muestra que en una fractura


cerca de una articulación los orificios pueden
estar cerca del trazo fracturado porque el brazo
de palanca es muy corto y muere en la articu-
lación.

Fig. 8.17. Fotografía que muestra el empaque del perno


por medio del BOP.
85
clavo y además un fijador externo que no Diferencia en el tiempo del inicio
atraviese los músculos, ya que se han de la marcha entre el clavo con
presentado complicaciones de conrrac- pernos y otros métodos
turas musculares cuando se han pasado
los clavos por estos elementos, aun Mediante el uso del clavo tipo Colchero,
cuando los clavos hayan estado delga- el apoyo total del miembro fracturado se
dos. Por lo tanto, el hueso se atraviesa puede iniciar cuando la herida lo permite;
por ambos lados, pero en uno de ellos esto, en la mayoría de los pacientes, suele
la punta de los clavos sólo sobresale de ser posible a los tres días de la cirugía. Con
la cortical y el fijador queda exclusiva- ningún otro método puede lograrse esta ra-
mente en un lado del muslo, la pierna pidez; por ejemplo:
o el húmero, que puede colocarse en
montaje simple o en ángulo diedro, a) Con las placas, el apoyo total no debe
unido éste, a su vez, por barras que autorizarse sino hasta lograr la unión
forman u n triángulo. Este fijador no completa de la fractura, de lo contrario
tiene relación alguna con el qiavo, por es posible provocar seudoartrosis, des-
lo cual, en cuanto se produce el primer pegamiento o rotura del implante, o
puente óseo radiográficamente visible problemas con los tornillos.
se retira sin tocar el clavo con pernos b) Con los yesos funcionales o los apara-
(figs.8-18). tos ortopédicos la marcha se permite
después de varias semanas, por lo cual
ni es inmediata, ni es normal.
c) Con los clavos medulares huecos y
atornillados al hueso, la marcha se di-
fiere varias semanas aun en fracturas
totalmente transversales que puedan
soportar mucha carga; a pesar de ello,
hay posibilidades de rotura del clavo.
d) Con los clavos medulares huecos tipos
Küntscher o A O , la marcha es posible
de inmediato, pero solamente en frac-
turas transversales o ligeramente obli-
cuas del canal medular.

Indicaciones

El clavo tipo Colchero intramedular fijo


mediante pernos se puede colocar en fractu-
ras, seudoartrosis, osteotomías, cirugías de
acortamiento y alargamiento, y pérdidas
óseas; se usa en fémur, tibia y húmero. Ade-

•818 Radiografía de una tibia con pérdida ósea con¬


" solidada; tiene clavo con pernos y BOP y fijador
externo no transfictivo a músculos.
86

más, este tipo de clavo puede utilizarse en


cualquier lesión en la que haya posibilidad
de ubicar u n o o dos pernos proximales y
otros distales a la fractura y en hueso ínte-
gro, porque en caso de colocarse a nivel del
trazo, las cargas pasarán por éste y se p r o d u -
cirán los efectos negativos ya mencionados.
La resistencia de los implantes no resulta
afectada a pesar de la gravedad de la lesión,
por lo que la marcha será posible siempre a
los tres días, aunque haya una pérdida ósea,
Fig. 8.19. Plantilla de plástico transparente que sirve para
una fractura conminuta o cualquier otra saber, en cada lesión, cuál es el clavo adecua-
lesión. do, cuál su longitud y el lugar donde q u e d a r á n
Como se puede apreciar, las indicaciones los pernos colocados.
del clavo tipo Colchero son muchas, prácti-
camente las mismas de una placa, porque
dadas las características de fijación, más que
u n clavo medular es una placa m u y resisten- contiene completos los dos extremos del
te que no se puede desprender por ser intra- hueso, indica cuál es el clavo más adecuado
medular. Se afirma que actúa como una para cada caso, tanto por la posición de los
poderosa placa medular porque los pernos orificios con respecto a la fractura o seudoar-
están a poca distancia de la fractura, lo que trosis, como por la l o n g i t u d del i m p l a n t e .
no ocurre con los clavos huecos atornillados, El extremo proximal de la regla se debe co-
cuya fijación se hace en los extremos del locar en el extremo proximal del hueso o u n
hueso, lo que permite pandeo del clavo y poco arriba, según lo desee el cirujano, que
menos fijación a la flexión y a la rotación. es quien debe escoger el clavo que mejor se
adapte por sus orificios. La regla está hecha
En las fracturas transversales o ligeramen-
de plástico transparente.
te oblicuas del istmo del canal medular, en
el H O M S se prefiere utilizar el clavo tipo
Küntscher o el A O sin tornillos, porque esta-
bilizan perfectamente y también permiten la Descripción de los clavos
marcha inmediata, además la cirugía es más
corta. Los clavos son varillas de acero inoxidable
316 L V M , macizas y cilindricas que se em-
plean en fémur, tibia y húmero y tienen el
siguiente diámetro:
Posibilidad de seleccionar el
clavo que se debe emplear, mediante Fémur: 12.7 mm (1/2 pulgada)
una regla magnificada que se Tibia: 11.11 mm (7/16 pulgada)
sobrepone en las radiografías Húmero: 9.5 mm (3/8de pulgada)
(fig. 8.20)
En el H O M S se han confeccionado tres re-
glas con la magnificación necesaria para que Estos diámetros pueden aumentar si se
sus especificaciones correspondan a las ra- trata de personas con mucho peso. Los cla-
diografías tomadas a u n metro de distancia. vos para fémur y tibia tienen seis orificios
Las tres reglas van unidas en una sola pieza; cilindricos a lo largo de su eje mayor, y
una corresponde al fémur, otra a la tibia los de húmero poseen cinco. Estos orificios
y una tercera al húmero (fig. 8.19). Cuando son de 4 m m de diámetro. Cada clavo lleva
la regla se coloca sobre una radiografía que impreso u n número, que va del 1 en adelan-
Clavo intramedularfijo a! hueso 87

te: en tibia del 1 al 10, en húmero del 1 al 8 mur, de tibia y de húmero, pero es diferente
y en fémur del 1 al 9. para cada conjunto: 12.5 cm en fémur, 10 cm
La ubicación de los orificios es la siguien- en tibia y 7.5 cm en húmero. Esto se debe a
te: los clavos para fémur y tibia tienen dos que el fémur es siempre mayor que la tibia
proximales, todos en el mismo lugar, mien- y ésta, a su vez, mayor que el húmero.
tras que los clavos para húmero sólo tienen La longitud de los clavos de fémur del 1 al
un orificio proximal. Todos los clavos inclu- 5 es de 36 cm, la del 6 de 37.5 cm, la del 7 de
yen dos perforaciones intermedias y dos dis- 39 cm, la del 8 de 40.5 cm y la del 9 de 42 c m .
tales, que forman una unidad, en virtud de Los clavos de tibia del 1 al 3 miden 28 cm, el
que las cuatro cambian de lugar en cada cla- 4 29 cm, el 5 30 cm, el 6 31 cm, el 7 32 cm, el
vo: cercanos a los proximales en el número 8 33 cm, el 9 34 cm y el 10 35 cm. Con respecte
1, más distales en el 2 y así sucesivamente. a los de húmero, los tres primeros m i d e n
Entonces, el clavo número 10 de tibia, el 9 21 cm, el 4 21.5 cm, el 5 23 cm, el 6 24.5 c m ,
de fémur o el 8 de húmero tienen el orificio el726cmyel-827.5cm.
tres m u y alejado de la parte proximal y el El extremo proximal de los clavos presen-
último m u y cerca del extremo distal de la va- ta una rosca interna de 6.4 m m (1/4 de pulga-
rilla (fig. 8.21). da) para fémur y tibia, y de 4.8 m m (3/16 de
La distancia entre el conjunto formado pulgada) para húmero. En esta rosca interna
por los orificios intermedios y los distales es se alojará !a rosca macho del impactor. E l
siempre la misma para todos los clavos de fé- extremo distal de todos los clavos está re-

Fig. 8.20. La fotografía muestra los clavos de fémur (rec-


to), tibia y húmero. Estos últimos tienen una
curvatura proximal que permite su mejor in-
troducción.

Fig. 8.21. Todos los clavos de fémur y sus longitudes así


como la distinta ubicación de los orificios para
que el cirujano elija el adecuado en cada le-
sión. Con los clavos de tibia y húmero se siguen
los mismos parámetros.
88 Cap. 8. Clavos Colchero

dondeado para que éstos se deslicen mejor una rosca distal que fija el clavo. Se d e n o m i -
por la cortical medular. na extremo distal del tubo aquél en el que se
En el extremo distal de los clavos de fémur fijará el clavo; está constituido por unos
V húmero existe una oquedad cuya finalidad, salientes laterales que entrarán sobre las
durante la cirugía a foco abierto, es servir de muescas del extremo proximal del clavo y
apoyo a una fresa manual que se introduce que al acoplarse las salientes y las muescas
por la parte distal del fragmento proximal permite girar el clavo cuando está dentro del
hasta salir por la piel, arriba del trocánter canal medular. El extremo proximal del tubo
mayor. En el extremo de la fresa manual se se ensancha y en su parte superior presenta
coloca la oquedad de la punta del clavo, se una perforación donde entra u n tornillo que
empuja el mismo por medio del impactcr y detiene el cilindro que va por dentro del
así se llega, sin buscar, al canal medular. Sin tubo. Este cilindro tiene u n extremo distal
este orificio, en ocasiones puede resultar d i - roscado, que fija el clavo al penetrar en
fícil lograr que el clavo penetre en el hueso. su rosca interna. El extremo proximal del ci-
Los clavos de tibia y húmero están dobla- lindro es u n mango ancho que se utiliza para
dos en la parte proximal para facilitar su dar vueltas al cilindro y en cuya parte p r o x i -
penetración en eí hueso. mal penetra u n protector del impactor para
golpear en la fase final de la penetración del
clavo al hueso.
Descripción de los pernos La pirámide hexagonal sobresale de la
parte superior del tubo; tiene de proximal
Estos son varillas macizas, cilindricas, de a distal dos conductos que alojarán la " g u í a "
acero inoxidable 316 L V M , de 4 m m de diá- de ubicación de los orificios del clavo: u n o es
metro, con rosca en su extremo proximal (de superior y paralelo al tubo del impactor y re-
6 m m ) y una cabeza hexagonal en la que se cibe a la ' guía" cuando se opera fémur; el
coloca u n destornillador especial. En el ex- otro es inferior al descrito y oblicuo para co-
tremo distal de los pernos hay una punta rresponder a la oblicuidad de los clavos de
para que éstos se deslicen bien cuando pa- tibia y húmero; sirve para alojar a la " g u í a "
sen los orificios del clavo y de la cortical con- cuando se operan dichos huesos. A nivel de
traria a la rosca. ambos conductos existen dos orificios: " X " y
El perno más corto mide 25 m m , desde la " Z " . En el " X " se !ee en la "guía" los núme-
parte distal de la cabeza hasta la punta, y el ros que esta pieza tiene y en el " Z " entra u n
más largo 100 m m . Las medidas aumentan tornillo que, a su vez, penetra en las oqueda-
de 5 en 5 m m (fig. 8.22). des que tiene la "guía" y que corresponden
a los números antes indicados; el tornillo fija
la "guía" en el lugar que ei cirujano lo desea.
E l instrumental para colocar
los clavos y los pernos

Este tipo de instrumental (fig. 8.23) con- Indicaciones para ubicar los
siste en una serie de utensilios que se descri- orificios proximales, intermedios
ben a continuación. y distales del clavo y los
extremos del mismo
Tmpactor de los cía vos Para realizar este procedimiento se utiliza
una guía, ésta consiste en una larga varilla
Está formado por u n tubo que tiene una que en su extremo distal tiene dos perfora-
pirámide hexagonal fija. Por dentro del tubo ciones perpendiculares a su eje mayor, por
pasa u n cilindro con u n mango proximal y donde pasarán sendas boquillas. Se llamará
89
Fig. 8.22. Pernos. Tienen cuerpo liso de 4 mm, rosca de
6 mm y cabera hexagonal; longitudes de 25 a
100mm,sub¡endode5en5mm.

Fig. 8.23. Instrumental especial completo para la colocación


de! clavo tipo Colchero.- a) impactor, b) guia, c)
protector del impactor para fémur, d) protector
del impactor para tibia y húmero, e) tope de
cuello femoral, f) pieza para desimpactar, g) ex-
tractor fémur-tibia, h) extractor húmero, i) pieza
en "L",j) instrumento localizador de los orificios
del clavo, k) superficie de perforación, l) tornillo
que mueve la superficie de perforación, m) su-
perficie de apoyo, n) mango, o) boquillas, p) se-
guro, q) destornillador, y r) brocas.
" A " a la perforación más distal y " B " a la más Tope del cuello femoral
proximal al impactor. En las superficies late-
rales y superior de la varilla hay unas marcas Cuando se coloca u n clavo en fémur, este
con números; cada una corresponde a u n instrumento se introduce en la parte distal
hueso: fémur, tibia y húmero. Las marcas del tubo del impactor y se hace que choque
están distribuidas de la siguiente manera: contra la cara distal de la pirámide del i m -
pactor. A l percutir el clavo, el tope choca
a) En la parte distal de la guía hay una contra el cuello femoral y hace que el extre-
marca que, al ponerla en el orificio " Z " mo proximal del clavo quede en su lugar
del impactor, hace que la perforación preciso, n i dentro del hueso n i fuera de él.
"A" de la guía señale el extremo proxi- Además, este instrumento tiene la función
mal del clavo. de que el clavo quede situado de tal manera
b) A continuación hay una marca que se que, al colocar los pernos proximales, u n o
coloca en el orificio " Z " del impactor y penetre en el interior del cuello femoral y el
en el orificio " X " se observa una "?", otro sobresalga por el calcar o borde inferior
que señala con las perforaciones de la del cuello.
guía los dos orificios proximales de los
clavos de fémur y tibia o el proximal de
Pieza para desimpactar el clavo
húmero.
durante su colocación
c) Enseguida hay unas marcas interme-
dias numeradas del uno en adelante
Ésta es una rueda metálica, de más de u n
que señalarán, al ubicarlas como las
centímetro de espesor, en cuyo centro que-
otras en el impactor, los orificios inter-
da incluido u n tallo tubular que se aloja en
medios de cada clavo. Mediante esas
la pirámide del impactor. A l percutir sobre
mismas marcas se señalan los orificios
este instrumento se desimpacta el clavo.
distales, porque con el número de cada
clavo hay marcas intermedias y distales.
d) Por último, en la guía existen marcas Extractores de los cía vos
proximales, también numeradas, que y pieza en "L"
señalan el extremo distal de cada clavo.
Cuando se haya obtenido la unión ósea y
Se debe recordar que los cinco primeros se vaya a extraer el clavo, se utilizarán estas
clavos de fémur tienen 36 cm de longitud, piezas, que son dos: una para fémur y tibia,
los tres primeros de tibia 28 cm y los tres p r i - con una rosca distal de 1/4 de pulgada, y otra
meros de húmero 21 cm. para húmero con rosca distal de 3/16 de p u l -
gada, lo que corresponde a las roscas inter-
nas de los clavos. Su parte intermedia es una
Protectores que se colocan en el pirámide hexagonal, que permite aflojarla
impáctor para poder martillar del extractor universal, con una llave es-
sobre el mismo pañola, una vez extraído el clavo. Su parte
proximal es una rosca que se adapta a u n ex-
Existen dos tipos de protectores: uno para tractor universal, pero que se puede fabricar
fémur, con extremo proximal en ángulo rec- para cualquier extractor.
to con su cuerpo, y otro para tibia y húmero, La pieza en " L " fija mediante roscado a los
cuyo extremo proximal es curvo, pues dos extractores, y en caso de haber hecho el
corresponde a los clavos. Los protectores se fresado medular ya mencionado, el clavo se
introducen en el extremo proximal del man- podrá extraer con esta pieza, por medio de
go del impactor.
giro o desimpactación (fig. 8.23/).
91
Instrumento localizador de hacer penetrar u n tanto la cabeza del perno
los orificios proximales,, para que no quede sobresaliente.
intermedios y distales

Hay u n instrumento que sirve para foco Brocas •;


abierto o cerrado, al que para u n o u otro caso
no hay más que cambiar unas piezas. Dicho Se utilizan únicamente de 5.5 m m (7/32 de
instrumento tiene una pieza con dos per- pulgada) y de 4 m m (5/32 de pulgada).
foraciones para usarlas a foco abierto y otra
a foco cerrado. En las perforaciones entran
unas boquillas. Para la pieza de foco abierto,
Técnica quirúrgica
las boquillas p e r m i t e n la entrada de la broca
de 5.5 m m y la de 4 m m . Para la pieza de foco
Respecto de este tema, en principio se
cerrado las boquillas permiten también la
mencionarán algunos datos generales.
entrada de las brocas, pero una vez hechas
las perforaciones esta boquilla se retira y
queda otra que permite pasar el medidor del
perno, el perno y el destornillador. Posición del enfermo y
aditamentos necesarios
Cualquiera de estas dos piezas se desli-
según la lesión
za sobre una superficie de perforación que
tiene una regla calibrada en milímetros. El
m o v i m i e n t o se efectúa con base en u n tor- En el cuadro 8.1 se muestran de modo re-
nillo. Esta superficie hace ángulo recto con sumido los datos de referencia.
otra, que se denomina "de apoyo" porque El amplificador de imágenes se utiliza en
debe quedar firmemente fija al hueso. La lá- las cirugías a foco cerrado sólo durante la
mina de apoyo es larga en sentido contrario etapa de fresado medular. La posición d o r -
al que se pone en contacto con el hueso y sal en seudoartrosis y osteotomías del fémur
funciona como retractor de tejidos. ayuda mucho a dejar la alineación correcta
de la extremidad afectada.

Seguros
Incisiones
Los seguros son cuatro: dos largos y dos
cortos; tienen u n cuerpo de 5.5 milímetros Tibia
que entra en los orificios del instrumento de
localización y se continúan con otro cuerpo 1. Incisión longitudinal de 3 a 4 centíme-
de 4 milímetros que entrará en los orificios tros sobre el tendón rotuliano. Se carga
de los clavos. u n poco a medial para llegar adecuada-
mente al canal medular; se abre piel, teji-
do celular y tendón rotuliano (fig. 8.24).
Destornillador 2. Incisión del tamaño de la punta del bis-
turí, sobre la cresta tibial, para cirugía
Debido a que la cabeza de los pernos está a foco cerrado. Se llega hasta el hueso
estructurada como u n hexágono exterior, se y se efectúan dos incisiones proximales
hizo u n destornillador especial, con u n y dos distales para poner los cuatro per-
hexágono interior que sólo deja entrar la ca- nos. Si se utilizaran los pernos proxima-
beza del perno; tiene la ventaja de que cuan- les habría que hacer otras dos incisiones
do se opera sobre la cresta tibial, se puede (fig. 8.24).
92

Cuadro 8.1. Posición del enfermo y aditamentos necesarios según su posición

Lesión Amplificador Posición


por tratar Foco Mesa de imágenes Fémur Tibia Húmero

Fracturas Cerrado Fracturas Sí Lateral Dorsal Lateral


Abierto Fracturas No Lateral Dorsal Lateral
o normal

Seudoartrosis
a) Atrófica Abierto Fracturas No Dorsal Dorsal Lateral
o normal

b) Hipertrófica
alineada Cerrado Fracturas Sí Lateral Dorsal Lateral

c) Hipei trófica
no alineada Abierto Fractura No Dorsal Dorsal Lateral
o normal

Osteotomías Abierto Fracturas No Dorsal Dorsal Lateral


o normal

Acortamientos y
alargamientos Abierto Fracturas No Dorsal Dorsal
o normal

3. Para foco abierto se lleva a cabo una i n - sión longitudinal del periostio. Para
cisión de 15 cm que se sitúa a 3 cm por utilizar los orificios proximales se hace
fuera de la cresta tibial y se incurva otra incisión igual, en el lugar señalado
hacia el hueso en sus extremos. Se for- por la regleta para localizar estas perfo-
ma u n solo colgajo con piel, tejido celu- raciones (fig. 8.25).
lar y aponeurosis; si se está a nivel del 3. A foco abierto se practica una incisión
músculo tibial anterior, se dilacera u n de 18 cm. Se llega al hueso a través del
conjunto grande de fibras que queda- tabique intermuscular lateral, hasta la
rán adheridas a este colgajo, lo cual línea áspera (fig. 8.25).
hace m u y difícil su necrosis (fig. 8.24).

Húmero
Fémur
1. Incisión a 2 cm del borde lateral del
1 . Incisión de 3 cm a nivel de la punta del acromion y paralela al mismo para la
trocánter mayor, hasta llegar al mismo introducción del clavo (fig. 8.26).
(fig. 8.25). 2. Incisión curva para llegar a cabeza y
2. Para foco cerrado se efectúan dos inci- cuello humerales (fig. 8.26).
siones de 4 cm. En u n solo corte se 3. Si es necesario, esta m isma incisión se
toma piel y tejido celular. Se realiza prolonga en sentido anterolateral para
apertura de la aponeurosis, disección llegar al tabique intermuscular lateral.
roma del músculo vasto lateral e inci- Si la lesión es media o baja se utiliza
r • - ^,„_-~-<-.T^5Í————-—T"-

94 Cap. 8. Clavos Colchero

sólo esta última parte de la incisión lesiones bajas se puede llegar, sin invadir la
(fig. 8.26). rodilla, hasta el extremo inferior de la rótula.
4. Cuando se desea colocar el perno proxi- Orificios. Deben estar lo más equidistan-
mal pero la lesión queda lejos de ia cabe- tes posible de la lesión. En fracturas subtro-
za humeral, no hace falta hacer la inci- cántéricas los pernos proximales quedarán
sión indicada en el punto 1, sino otra de cerca del trazo.
2 cm, lateral, a nivel del orificio proxi- En lesiones supracondíleas los pernos dis-
mal, indicado por la regleta de orificios tales quedan también cerca del trazo. Lo
proximales. En la incisión se incluyen anterior no puede ser de otra manera y n o
piel, tejido celular y aponeurosis, y por provoca ningún problema. Lo mismo suce-
disección se llega a la cabeza humeral de para la tibia y el húmero, por lo que no
(fig. 8.26). es necesario repetir la posición de los orifi-
cios en estos huesos.
Reducción déla lesión

Técnicas a foco cerrado. Reducción en la Tibia


mesa de fracturas. Introducción de !a guía
Extremo proximal. Debe estar oculto den-
con oliva para fresado medular y utilización
tro del hueso, a 1 cm por debajo de la perfo-
del amplificador de imágenes para enhebrar
ración del mismo.
con dicha guía el fragmento distal.
Extremo distal. Debe quedar 4 cm arriba
Técnicas a foco abierto. Reducción a la
del maleólo tibial. Si la fractura es m u y baja
vista.
se puede llegar a 3 cm.

Fresado medular
Húmero
En fémur, 14.5 m m en lesiones altas y me-
dias y fresado hasta vencer la curvatura en Extremo p r o x i m a l . A nivel de la parte dis-
lesiones bajas. En tibia, lesiones altas y me- tal delacromion.
dias, 12.5 m m y en lesiones bajas 13 m m . En Extremo distal. Debe estar 3 cm arriba de
húmero, 10.5 m m . la punta de la epitróclea. En lesiones bajas
puede llegar hasta a 2 cm.

Medición del clavo


Introducción del clavo
Antes de la cirugía, el clavo se mide con
la regla magnificada para rayos X. Durante Foco cerrado. Extraer la guía de fresado e
la cirugía se valora la exactitud de la medi- introducir el clavo en el fragmento proximal.
ción al colocar el clavo indicado sobre la piel, Después, con la ayuda del intensificador de
de manera que se tomen en cuenta ciertas imágenes, introducir el clavo en el fragmen-
referencias. to distal.
Foco abierto. Extraer la guía de fresado
medular y a la vista introducir el clavo.
Fémur

Extremo p r o x i m a l . Debe corresponder a Ubicación de los extremos del clavo


la punta del trocánter mayor.
Extremo distal. Corresponderá, como Este procedimiento se realiza mediante el
máximo, al extremo superior de la rótula. En uso de la guía de ubicación, lo cual evita to-
95
mar radiografías o utilizar el intensificador Calibración en fémur y húmero
de imágenes. La guía se monta en el impac-
tor: para fémur en el canal superior, y para Se coloca una radiografía completa del
tibia y húmero en el inferior oblicuo. Para hueso e n el negatoscopio. Si la fractura se
saber en dónde se encuentra el extremo proxi- considerara m u y complicada para medir
mal, se coloca la marca de proximal en el ori- porque el hueso tuviera cabalgamiento, des-
ficio " Z " del impactor y la perforación distal viación o angulación, se puede recurrir a la
de la guía señalará el extremo (fig. 8.27). radiografía completa del hueso contralateral
Para conocer la ubicación del extremo distal sano. Es requisito que la placa se haya toma-
se pone la marca de la serie más proximal de do a u n metro de distancia. Para fémur y
la guía, que corresponda al número de clavo húmero se prefiere la radiografía lateral. Si
en el orificio " Z " del impactor y en el " X " se en fémur n o saliera bien la parte proximal se
lee el número, con lo cual la perforación más puede sustituir con la anteroposterior, por-
distal de la " g u í a " señalará el extremo distal que el grosor de la cortical es similar e n
del clavo (fig. 8.28). ambas.
Sobre la radiografía se pone la plantilla de
medición de los clavos, con la línea que
Calibración del instrumento corresponda al que se desee centrada e n el
localizador para los orificios eje del hueso. Se marca con lápiz o plumón
in term edios y distales en la placa radiográfica el lugar donde que-
dan los orificios intermedios y distales d e l
A n t e s de la cirugía, cuando se lleva a cabo clavo. A nivel de una de las marcas de los
la medición radiográfica para saber cuál de orificios intermedios se mide en milímetros
los clavos es el adecuado, se hace también la el grosor que tiene la cortical anterior en ese
medición e n la misma placa radiográfica p u n t o , o la cortical lateral si se utiliza una ra-
para poder calibrar el instrumento. diografía anteroposterior. Lo mismo se hace

Fig. 8.27. Ubicación del extremo proximal del clavo. Fig. 8.28. Ubicación del extremo distal del clavo.
96 Cap. 8. Clavos Colchero

a nivel de una de las marcas distales. La me- drangular del instrumento de localización,
dida obtenida en cada caso se agrega al radio en su centro, quedan a 5 m m de dicha super-
del clavo. ficie. Con el destornillador se hace girar el
C o m o el diámetro del clavo de fémur es de tornillo hasta que quede a los milímetros i n -
12.7 m m el radio es de 6.35 m m , que conven- dicados por la calibración, al sumar el grosor
cionalmente se sube a 6.50 m m debido a la d i - de la cortical y adicionar el radio del clavo.
ficultad que resultaría ai trabajar con décimas
de milímetro. El diámetro del clavo para hú-
mero es de 9.5 m m y su radio es de 4.75 m m , Tibia
pero, por la razón antes dicha, se sube a
5 m m . La m e d i d a d e l orificio intermedio En este hueso el procedimiento de la cali-
puede ser igual o distinta de la del distal. En bración del instrumento de localización es
ei último caso, el i n s t r u m e n t o de localiza- aún más fácil; se coloca una radiografía ante-
ción se deberá calibrar para los orificios i n - roposterior de la tibia lesionada o, en caso
termedios y luego para los distales. necesario, de la sana, y se pone la plantilla
C o m o u n ejemplo respecto de lo anterior, sobre ella para saber cuál es el clavo indicado
supóngase que la m e d i d a radiográfica de la y dónde están ubicados los orificios interme-
cortical a n i v e l de u n o de los orificios inter- dios y distales, los cuales se marcan con lá-
medios es de 8 m m . A esta cifra se debe aña- piz o plumón en la radiografía. E n el más
d i r 6.50 m m d e l radio del clavo y se obtiene distal de los orificios intermedios se m i d e el
u n total de 8 + 6.5 = 1 4 . 5 m m . grosor total de la superficie posterior de la t i -
A l estar adosada la pieza de perforación a bia; esta medida se divide entre dos y con
la lámina de a p o y o , el borde de dicha lámina ella se calibra el instrumento; lo m i s m o se
corresponde al cero de la regla que hay colo- hace en uno de los distales. Esta m e d i d a es
cada en la superficie de perforación. En esta válida en la tibia, pues el clavo que se va a
posición, los orificios de la pirámide cua- utilizar quedará centrado en el canal m e d u -

Fig. 8.29. Foco abierto. Boquillas que señalan losorificios


intermedios. Fig. 8.30. Instrumento colocado en tibia.
Clavo intramedular fijo ai hueso 97

lar, a menos que el cirujano deje la lesión en raciones del instrumento se dirijan hacia la
varo o valgo. cresta tibial (fig. 8.30); luego se colocan las
boquillas.
Los siguientes pasos son comunes para
Localización de los orificios fémur, tibia y húmero: por una de las boqui-
in temí edios y distal es llas se pasa una broca de 5.5 mm y se perfora
la cortical más cercana (fig. 8.31); se deja u n
Foco abierto seguro corto que se aloja en la boquilla, en
la perforación del hueso y en el orificio del
La lámina de apoyo se debe adosar a la clavo (fig. 8.32); enseguida se perfora por la
cortical ósea y mantener siempre bien unida otra boquilla también con broca de 5.5 m m
a ella; para esto se sigue la dirección del cen- (fig. 8.32); la broca.se cambia por una de
tro del instrumento. Para cada clavo hay dos 4 m m y se pasa sin girar por la última boquilla
marcas intermedias en la guía: una más dis- utilizada, la perforación ósea y el orificio del
tal a esta pieza, que señala el orificio número clavo, luego se perfora la cortical restante
4 del clavo, de distal a proximal, y otra más (fig. 8.33); se pone u n seguro y se perfora en
proximal que señala el orificio 2. Durante la el otro orificio con broca de 4 m m (fig. 8.34);
cirugía se empieza por el orificio 4, para lo se retira el seguro de la otra boquilla y se retira
cual se pone esta marca en el orificio "Z" del también el instrumento; se mide la longitud
impactor, con lo que se lee en el orificio "X" del perno en el orificio número 4 (fig. 8.35)
el número del clavo utilizado (fig. 8.29). y se coloca aquél (fig. 8.36); se mide y coloca
El instrumento de localización ya calibra- el perno en el tercer orificio (fig. 8.37 a y b).
do para los orificios intermedios, se coloca El procedimiento para los orificios distales
contra el hueso (en fémur y en húmero con- se lleva a cabo de igual manera que para los
tra la corteza anterior, y en tibia contra el intermedios, pero se debe tener cuidado de
borde posterolateral) y se hace que las perfo- que la guía señale los orificios 1 y 2 del davo,

Fig. 8.32. Seguro en el cuarto orificio del clavo de distal


Fig. 8.31. Broca de 5.5 mm perforando cortical y dejando a proximal. Perforación con broca 5.5 mm a ni-
descubierto el cuarto orificio del clavo. vel del tercer orificio del clavo.
99

- —

a) Colocación del perno en el tercer orificio; 6) Ins-


trumento colocado para localizar los orificios
distales del clavo. No se repite la técnica por-
que es la misma que se ha relatado para los ori-
ficios intermedios.

para lo cual se coloca en el orificio "Z" del tura que se desea, según el grosor de las par-
impactor la marca más distal intermedia que tes blandas del paciente. Esas boquillas
señale en el orificio "X" del impactor el nú- están constituidas por una primera, interior,
mero del clavo utilizado (fig. 8.37 b). la cual posee una cavidad que permite pasar
las brocas de 5.5 m m que, en este caso, de-
ben ser largas, y una segunda, exterior, que
Foco cerrado al retirar la primera permite pasar al me-
didor de pernos, los pernos y el destornilla-
Para trabajar a foco cerrado existe una pie- dor. Además, existen dos punzones que van
za que se fija en la pirámide del impactor; di- dentro de la primera boquilla; éstos sirven
cha pieza tiene conductos paralelos al tubo para dejar una marca en el hueso en donde
del impactor que alojan a la guía para fémur. se aloje la punta de la broca y también para
Para tibia y húmero no se necesita esta ex- evitar que cuando entren las boquillas y atra-
tensión, que solamente se utiliza cuando la viesen los músculos penetren parte de éstos
persona es obesa y el impactor normal no da en aquéllas. Por otro lado, los punzones faci-
la suficiente altura para que la guía pase sin litan la penetración de las boquillas en los
tocar la piel del paciente. En individuos del- músculos debido a la punta que tienen.
gados la tibia se puede operar con el instru-
mento para foco abierto.
La colocación de la guía para localizar los Técnica
orificios intermedios y los distales se hace
igual que en foco abierto. La técnica es simi- Orificios intermedios del clavo
lar, pero varía en los siguientes puntos: las
boquillas largas se colocan y fijan a la pieza Se coloca la marca intermedia de la guía
que tiene las perforaciones; se ponen a la al- correspondiente al número de clavo y a los
100

Fig. 8.38. Foco cerrado. Instrumento de localización co-


locado para orificios intermedios. Punzones
colocados, con ellos se dejan marcas en el hue-
so para que ai girar no se desplacen las brocas.
f i g . 8.39. Se ha retirado el punzón del tercer orificio y por la
boquilla se introduce una broca larga de 5.5 mm
que atraviesa la primera cortical.

orificios intermedios, que es la más distal


(fig. 8.38). E n dicho lugar, marcado por la
guía, se realiza- una incisión de 4 cm que
abarque piel, tejido celular y aponeurosis.
Las boquillas y la lámina de apoyo del instru-
mento de localización se introducen hasta to-
car hueso (fig. 8.38), contra el cual se debe
apretar fuertemente el instrumento de loca-
lización. Los siguientes pasos consisten en:
a) marcar el hueso con el punzón en la
boquilla más proximal, b) retirar el punzón
y pasar por la boquilla interior una broca lar-
ga de 5.5 m m que atraviese la primera corti-
cal (fig. 8.39), c) retirar dicha broca e introdu-
cir por la>misma boquilla la de 4 m m , la cual
no se debe hacer girar sino hasta que pase el
101

Fig. 8.40. Se ha retirado la broca de 5.5 mm y por la mis- Fig. 8.41'. Se ha retirado la broca de 4 mm y se ha introdu-
ma boquilla se ha introducido una de4 mm lar- cido en la misma boquilla un seguro largo que
ga, que atraviesa sin girar la perforación del se adapta al orificio de' clavo (4 mm) y al diá-
hueso y el orificio del clavo y abre la segunda metrode l3 boquilla (5.5 mm).
cortical.

orificio del clavo y toque la otra cortical que . perforar con la broca de 5.5 mm, í) retirar d i -
se perfora (fig. 8.40), d) introducir un seguro cha broca y perforar con la de 4 mm (fig. 8.42),
largo que pase la boquilla y la perforación de _g) retirar la broca v la boquilla interior e i n -
la primera cortical y atraviese el orificio del t r o d u c i r el medidor de los pernos para medir
clavo (fig. 8.41), e) dejar una marca" con- • la longitud del perno (fig. 8.43), h) retirar el
el punzón en la otra boquilla, retirar aquél y medidor e introducir tanto el perno como el

Fig. 8.42. Se hace todo lo anterior en la boquilla que Fig. 8.43. Se retira la boquilla en la zona del cuarto orificio
corresponde al cuarto orificio del clavo contan- y se deja otra exterior por donde se pasa el me-
do de distal a proximal. didor de pernos.
102 Cap. 8. Clavos Colchero

destornillador y enroscar el primero en la girar el tomillo hasta que los orificios del ins-
cortical ósea (fig. 8.44), i) retirar el seguro trumento coincidan con las perforaciones
que se dejó en la otra boquilla e introducir el de la guía. En ese momento se pasan ias bo-
medidor de pernos, y y) retirar éste y colocar quillas y !a técnica de perforación es la ya
el perno con el destornillador. señalada a foco cerrado o abierto (fig. 8.46).
En estos casos, la guía sobresale m u y poco
dei impactor, por lo cual no tiene posibili-
Orificios distales dades ce pandeo y permite que el mstrumen-
to de I n r g l i z a r í ó n no tenga que calibrarse, ya
Para realizar el procedimiento en estos que la calibración la da la propia guía. En fé-
orificios, se coloca la guía con la marca inter- mur, el cirujano puede utilizar dos pernos al
media que corresponda al número del clavo tener en cuenta que el más proximal sólo
y además a los orificios distales (fig. 8.45). quedará en el cuello del fémur y en parte de
Después, la técnica es igual que para los ori- la cabeza sin sobresalir de ésta. También se
ficios intermedios. puede utilizar el perno más distal de los dos
proximales, que resulta suficiente para que
el davo manten 2^ la estabilidad. En tibia se
Localización de los orificios usarán los dos proximales-
proximales

En este caso, la guía se coloca de manera Súmero de pernos


que el orificio "X" del impactor muestre la
letra "P", de esta manera señala los dos orifi- Es conveniente recordar que las lesiones se
cios proximales en fémur y tibia y el único en estabilizan con cuatro pernos: proximales e
húmero. Sobre el hueso se coloca el instru- intermedios, intermedios y distales, o proxi-
mento de localización sin calibrar v se hace males v distales en fracturas conminutas
J

Fig. 8.44. Se retira el medidor y se introduce per !a cequife


el perno y el destornillador. Se hace pasar ei
perno por la perforación cortical, por et crifefo T\%. 8.45. Se ~.=:c3 con fe gu¡3 ios orificios distales, se
del clavo y por la segunda perforación certcai y cotes el instrumento de localización y se apli-
se enrosca,- se hace lo mismo en e! tercer cñf.cxx ca Í2 marra técnica arriba descrita.
103

Fig. 8.46. La guía se coloca en el hueso para que señale con los de la guía se introducen las dos boquillas
los orificios proximales, sin calibrar el instru- que atraviesan la guía y las perforaciones de la
mentó de localización de los orificios; se hace superficie de perforación del instrumento,
girar su tornillo y cuando coinciden sus orificios

m u y extensas. Los seis orificios solamente sobre todo en el primero, que son dignas de
se utilizan con pernos en casos de fracturas, tomarse en cuenta. Entre ellas'destacan las
seudoartrosis u osteotomías dobles, tam- siguientes: a) s e u d o a r t r o s i s , " b) d i f i c u l -
83 88

bién llamadas bifocales o segmentarias. tad para estabilizar las fracturas c o n m i -


nutas, c) problemas para seguir radiológica-
mente la consolidación, porque abarcan una
C L A V O B L O Q U E A N T E D E LOS parte importante del contorno óseo, y d) su
M O V I M I E N T O S DE LAS retiro obligatorio cuando hay una infección,
FRACTURAS Y SEUDOARTROSIS aun antes de llegar a !a unión ósea, porque
EN HUESOS LARGOS N O impiden el tratamiento de la sepsis.
SOMETIDOS A LA M A R C H A " 5 4 5 6
Si con las placas se presentan complicacio-
nes frecuentes, con los clavos medulares l i -
Las placas son todavía los implantes que se bres en el canal el número de seudoartrosis
emplean de modo más común en el trata¬ es mucho m a y o r . Respecto a la reducción
84

> miento de las fracturas de antebrazo y tobillo, cerrada, seguida de enyesado, es de todos
a pesar de que producen complicaciones, conocido sus malos resultados en el antebra-
104 Cap. 8. Clavos Colchero

zo del adulto, porque provocan cabalga- deben empujar al primero contra el hueso,
miento fragmentario, seudoartrosis y conso- pero se apreció que u n clavo cilindrico, como
lidaciones viciosas. Probablemente no se el de Steinmann, no lo logra con facilidad,
incluyan aquí las lesiones solitarias del cubi- porque los tornillos resbalan a u n lado del
to, como afirma Sarmiento; sin embargo,
89
clavo; por tanto, se diseñó una varilla ranura-
S h u n g , en reducción e inmovilización ex-
88
da a todo lo largo de su eje mayor, en v i r t u d
terna, tiene entre casos regulares y pobres el de que en la ranura se aloja y queda estable
15.S9Ó. Algunos cirujanos realizan dos trata- la punta del tornillo, lo que permite el blo-
mientos para resolver u n problema: usan
clavos medulares con enyesado, lo que es i n -
necesario e incómodo para el paciente. 90

En seudoartrosis de clavícula, el uso de Indicaciones


placas provoca deformidades en el hueso 91

y prominencia de los tornillos en la piel, por Para tratar fracturas, seudoartrosis y os-
lo que resulta imprescindible el pronto retiro teotomías de huesos largos n o sometidos a
de los implántes. Júpiter informa que al
92
la marcha, el hueso no deberá estar m u y os-
usar placas en seudoartrosis de clavícula se teoporótico porque en dicho caso los tor-
presenta el 15.79% de no unión. En u n estu- nillos se aflojarán.
dio de investigación, en el que participó el
autor del presente libro, realizado en Mont-
pellier, Francia, en 1981, de tipo clínico-ra- Material e instrumental quirúrgico
diográfico-biomecánico, sobre la etiología
de la seudoartrosis traumática, se observó Los clavos tipo Steinmann de 3.2 m m , u t i -
que esta complicación se presenta exclusiva- lizados en u n principio y desechados ahora,
mente por macromovilidad repetitiva y plás- no se describen aquí porque se conocen a m -
tica del foco de f r a c t u r a , ' lo que puede
76 77
pliamente.
ocurrir inmediatamente después del trata-
miento o en el curso de algún tiempo, según
sea la calidad de la terapéutica. Las placas se Cía vos ran ura dos
aflojan con frecuencia a consecuencia de las
actividades mecánicas, mientras que los cla- Este tipo de clavos son, en realidad, v a -
vos medulares en estos huesos nunca llegan rillas de acero inoxidable 316 L V M con una
a ser estables p o r la falta de u n istmo en el ranura a todo lo largo de una de sus caras,
canal medular. mientras que la otra representa la mitad de
A n t e tales complicaciones, se inició una u n cilindro. U n o de sus extremos termina en
investigación cuyo objetivo consistía en en- forma redondeada, mientras que el otro tiene
contrar u n método de osteosíntesis que ase- m u y cerca del final una " T " m u y pequeña,
gurara la estabilidad en estos huesos y con que sirve para la fijación en el impactor y en
ella la unión de la fractura o. seudoartrosis; el extractor. Este extremo es curvo (fig. 8.47).
así, se llegó á la conclusión de que si era posi-
ble apretar fuertemente u n clavo medular
contra una de las corticales del hueso, se blo- Tornillos
quearían los macromovimientos en la solu-
ción de continuidad, lo cual pcrrmtiría exdusi- Los más adecuados son los corticales A O
vamente los micromovimientos, que no sólo de 3.5 m m cuya l o n g i t u d no sea mayor de 6,
no afectan la consolidación sino que la esti- 8 o 10 m m , porque han de atravesar una sola
mulan. Para apretar el clavo contra la cortical, cortical. También es posible utilizar tornillos
en el HOMS* se decidió utilizar tornillos, que tipo Shermann de 3.5 m m . En caso de meta-
Clavo bloqueante de los movimientos 105

carpianos o metatarsianos se puede recurrir con la ranura. También existe un tomillo


al tornillo A O de 2.7 mm. En la esponjosa se para fijar esta varilla.
emplean tornillos de 4 m m .

Extractor de los cía vos


Impactor de los cía vos
Éste consiste en una varilla cilindrica que
El impactor es u n instrumento formado por un lado termina en u n tope sobre el cual
por u n mango recto que en uno de sus extre- pegará un pesado tubo, que corre por la vari-
mos tiene una pieza para ser percutida d u - lla, cuando se quiera desimpactar el clavo.
rante la impactación; por el otro extremo sale En el lado contrario termina en u n sistema
una varilla que primero es recta pero des- de articulación a la que sigue otra varilla,
pués se dobla y termina en u n mecanismo la cual tiene en su extremo un aditamento
para fijación del clavo ranurado (fig. 8.47). para tomar el clavo y extraerlo.
En el lugar en que se empieza a doblar la va-
rilla hay una perforación en la que, a su vez,
entra una varilla muy delgada que sirve de Técnica quirúrgica
guía para localizar la ranura, sobre todo
cuando la cirugía es a foco cerrado; en la En primer lugar es conveniente indicar el
punta tiene u n orificio por donde penetra un lugar apropiado para la entrada del clavo ra-
clavillo de Kirschner que se hará coincidir nurado en cada hueso.

Fig. 8.47. El clavo bloqueante tipo Colchero y su instru-


mental: a) clavo ranurado, b) impactor, c) guía
para foco cerrado, d) tornillo que fija la guía, y
e) extractor de los clavos.
106

Liiiis.rde entrada de los clavos


en Cdda hueso

Radio

Siempre hay que introducirlo por la apófi-


sis estiloides a fin de eliminar problemas de Fig. 8.48. Clavo bloqueante.- técnica quirúrgica, a) Clavo
hipomovilidad de la muñeca (fig. 8.48 a). entrando por apófisis estiloides; ó) Clavo intro-
ducido en el hueso; c) Incisión foco abierto; d) In-
Para esto, se hace una incisión sobre ia pun- cisión foco cerrado; e) Ranura del clavo; f) Dos
ta de la estiloides y se introduce una broca perforaciones en un fragmento; g) Clavo tipo
de 4.5 mm hasta chocar con la cortical con- Steinmann introducido en la ranura del clavo
traria, sin perforarla. Enseguida se dobla un bloqueante; h) f£n el otro orificio se coloca un
tornillo cuya punta entra en !a ranura del clavo
poco la punta del clavo para que cuando
bloqueante; i) El clavo tipo Steinmann se retira
toque dicha cortical resbale y penetre en el y en su lugar se coloca otro tornillo; j) Los mis-
canal medular (fig. S.4S £>). mos pasos en el otro fragmento.
108

h)

Cubito ga broca por el canal medular hasta que salga


por el olécranon (fig. 8.49 a).
Cuando la cirugía es a foco cerrado se
punciona la punta del olécranon y por allí se
introduce el clave; previamente se hace una Peroné
perforación con broca de 3.2 m m . A foco
abierto se puede hacer de la misma manera El clavo se introduce por la punta del ma-
o bien en forma retrógrada, pasando una lar- leólo. La parte distal del clavo se debe doblar
109

para respetar el valgo fisiológico de este h u e -


so (fig. 8.496).

Clavícula

Fig. 8.49. Sitios de entrada del clavo bloqueante: a) punta En este caso se pasa una broca en f o r m a
del olécranon; b) punta del maléolo lateral, retrógrada p o r el canal medular d e l frag-
donde se observa el clavo doblado para permitir
mento distal, para que salga p o r el extremo
el valgo fisiológico del maléolo; c) extremo late-
ral de la clavícula, y d) vista lateral del metacar- distal y desde ese lugar i n t r o d u c i r el clavo
piano a nivel distal. (fig. 8.49 c).

a)

b)
110

Metacarpianosy sola incisión del tamaño adecuado (fig. 8.48 c).


metatarsianos Para foco cerrado se emplea u n amplificador
de imágenes con objeto de ayudar a reducir
El clavo se introduce en la parte distal, en la lesión y enhebrar el clavo en ambos frag-
uno de los dos lados del hueso, sin que pe- mentos. Se efectuarán dos incisiones, una a
netre en la articulación (ñg. 8.49 d). nivel de cada cabo óseo, alejadas del trazo
unos 4 a 5 cm, con una longitud cada una de
2.5 cm y que sirven de lugar a la entrada
Incisiones de los tomillos, que de preferencia han de
ser dos de cada lado (fig. 8.48 d). Los tor-
La cirugía se puede hacer a foco abierto o nillos deberán penetrar en la ranura del cla-
a foco cerrado. En el primer caso se hace una vo (fig. 8.48 e).
111

Forma de efectuar el bloqueo de hasta que también oprima el clavo contra la


los movimientos del hueso cortical (figs. 8.48 h y 8.50 a). Para la intro-
ducción del tornillo cortical de 3.5 m m , se
Después de colocar el clavo se hacen dos utiliza una terraja de 3.5 m m cuando se trata
perforaciones en cada fragmento; deberán de una fractura o seudoartrosis que retenga
estar a 2 cm de la lesión cuando se opera a bien el implante, porque la estructura del
foco abierto, y a 4 o 5 cm cuando es a foco hueso sea normal, pero si hay osteoporosis
cerrado (fig. 8.48 /). Para que las perforacio- debe penetrar sin terraja. El clavo tipo Stein-
nes queden en la ranura, ésta se deberá ob- mann se retira y se llevan a cabo los mismos
servar mediante la realización de una leve pasos que en el orificio anterior (fig. 8.48 i ) ;
diástasis de la fractura o seudoartrosis o al después se efectúa el m i s m o procedimiento
utilizar la varilla de localización a foco cerra- en el fragmento contrario (fig. 8.48 j).
d o . Aquí se emplean brocas de 2.7 m m y la En caso de que el cirujano considere que
distancia entre cada perforación será de es necesario mejorar la estabilidad, pasará
unos 2 cm ( f i g . 8.48 ¿>). Por u n o de los orifi- u n tornillo por u n o de los iados del clavo,
cios se i n t r o d u c e u n clavo tipo Steinmann de en el fragmento proximal, y otro p o r el lado
7/64 de pulgada (2.7 m m ) que se alojará en contrario, en el distal, para que al estar
la ranura y evitará que gire; para esto tam- encontrados el montaje sea más f i r m e . D i -
bién ayuda al impactor (fig. 8.48 g). En el chos tornillos deberán atravesar ambas cor-
otro orificio se m i d e e introduce u n tornillo ticales (fig. 8.50/?).

Fig. 8.50. Bloqueos directo (a) y lateral (£>) del clavo blo-
queante. En el directo el tornillo atraviesa una
sola cortical y empuja al clavo contra el hueso.
En el lateral, el tornillo atraviesa las dos cortica-
les y empuja el clavo hacia un lado del hueso.

a)
112
Los injertos óseos
en las infecciones
de los huesos
C o n frecuencia, muchos cirujanos em- ocurre en fémur y húmero, sólo se espera a
plean el injerto de hueso en los enfermos que la esponjosa se fije al huésped para h a -
con infecciones óseas,, porque resuelven cer una sutura secundaria. También es p o s i -
varios parámetros fundamentales de estos
padecimientos y hacen más fácil y rápida la
evolución. Fig. 9 . 1 . Seudoartrosis consolidada mediante clavo tipo
Colchero con pernos e injerto óseo.
En el H O M S se piensa que el injerto óseo
debe utilizarse en las siguientes ocasiones:

1. E n las fracturas y las seudoartrosis


que e s t u v i e r o n infectadas., como medio de
estimulación de la osteogénesis, con lo cual
se ayuda de manera notable a conseguir la
consolidación. U n a seudoartrosis atrófica
necesita obligadamente del aporte de hue-
so como i n d u c t o r del proceso de unión
(fig-9.1).
2. Para rellenar cavidades,en hueso ínte-
gro, que p o n e n en peligro su integridad
(fig. 9.2).
3. Para rellenar cavidades en hueso ínte-
gro, aunque n o esté amenazada la integri-
dad de éste, pero en las cuales el tiempo
necesario para llenar el hueso y lograr la cica-
trización sea m u y lento o jmposible por.sí solo.
En estos casos, al poner la esponjosa se pue-
de formar en quince días u n buen tejido de
granulación,que la cubra y se encuentre listo
para recibir u n injerto libre de piel, cuando
se trata de una lesión con hueso expuesto.
En el caso de u n hueso que puede ser cubier-
to por los propios tejidos de la región, como
113
114

Fig. 9.2. Injerto ó s e o que ¡lena una cavidad en tibia. El en-


fermo tiene un clavo con pernos y un fijador no
transfictivo a m ú s c u l o s .

ble recurrir al colgajo pediculado o libre sibilidades de infección d i s m i n u y e n nota-


cuando se desea cerrar de inmediato; la cavi- blemente, siempre y cuando el lecho esté
d a d ósea se rellena con el colgajo y no queda formado por u n tejido l i m p i o y vascular. í n
afectada la biomecánica del hueso. cambio, antes, cuando se cerraba la herida
4. En algunos casos en los que persiste con el objeto de que no p u d i e r a n entrar los -
una cavidad en partes blandas, que es fibró- gérmenes, lo que ocurría era precisamente
tica y que n o se cierra p o r sí misma, se relle- lo contrario;aparecía la sepsis, que en m u l t i -
na con esponjosa, lo cual facilita el cierre. t u d de casos adquiría proporciones catastró-
Posteriormente, el injerto se convierte en ficas, con supuración abundante y pérdida
tejido fibroso, aunque si la cavidad es grande de todo el injerto. Por eso, cuando en el
se resuelve mejor con u n colgajo. H O M S se coloca injerto en fémur o húmero,
A través del t i e m p o se h a n empleado m u l - que pueden ser cubiertos por rotura, se re-
t i t u d de artificios para llenar las cavidades tarda ésta con la intención de asegurar la
de los huesos, desde madera hasta múscu- buena evolución del hueso trasplantado.Sin
los, yeso de París y muchas otras sustancias. embargo, sería m u y i m p o r t a n t e encontrar
Desde que Papineau ^ 7
puso en práctica
2 1
medios artificiales que i n d u j e r a n de m o d o
sistemática el uso del injerto .óseo abierto se*, conveniente la osteogénesis, debido a que
resolvieron estos problemas; quedaron atrás cuando la cantidad de injerto óseo que se
todos los artificios mencionados. Esto se- necesita es mucha puede haber dificultades
debe a que al-dejar expuesto el injerto las po- para obtenerlo del m i s m o i n d i v i d u o ^
115
TIPO DE H U E S O PREFERIDO el curso del tiempo este injerto seguirá el
proceso natural y formará hueso lamelar o
Siempre que sea posible, se prefiere u t i l i - adulto, .de forma que cuando se ponga en la
diáfisis se corticalizará.
zar el injerto autólogo porque, como varios
autores 5
han comprobado, su facilidad
para integrarse al huésped es superior ,a la_
del homólogo o heterólogo. El h o m o i n j e r t o ,
:
RESISTENCIA DEL INJERTO
sise utiliza fresco, tiene el inconveniente de ("•'•.•"

que produce una respuesta i n m u n e m u y Debido al largo tiempo que transcurre entre
i m p o r t a n t e , incluso de rechazo, por lo cual la colocación de la esponjosa y la transforma-
se ha p r e f e r i d o usarlo congelado a — 70° ción y remodelacicn en hueso laminar adulto,
Fahrenheit, aunque los fracasos son todavía muchas veces en las fracturas y en las seu-
altos. " doartrosis el hueso neoformado n o resiste las
Según L a c k f se rellenaron 29 defectos
96
actividades a las que se le quiere someter an-
óseos por resección en osteomielitis hemató- tes de llegar a su etapa final, como es la mar-
gena, con injerto homólogo entremezclado cha, principalmente, y otras como los grandes
con fibrina, y 28 de ellos tuvieron buena evo- esfuerzos que se realizan en las extremidades
lución. Se debe recordar que en los injertos torácicas. El ejemplo típico de lo anterior son
autólogos se h a n encontrado células vivas, las diafisectomías tipo Judet o P a p i n e a u , ' '
7 9 2 1

aunque en poca cantida4, que participan en estabilizadas después con fijadores externos a
la osteogénesis; además, en ambos casos, las que se pone esponjosa para lograr la osteo-
auto y h o m o i n j e r t o , se efectúa la.vasculark génesis y que aún con signos de consolida-
zación por anastomosis de sus vasos con los ción del injerto se doblan o se fracturan al i n -
del huésped en cuestión de h o r a s . "93 95
» tentar soportar la carga, 'porque el hueso n o
ha llegado al estado adulto. Está claro que lo
Para que lo anterior ocurra es necesario
que necesita ese injerto es ser protegido de las
que el hueso obtenido n o se maltrate, es de-
actividades graves, porque en lugar de ser u n
cir, que n o se aplaste n i macere, sino que se
estímulo para la unión y la rernodelación
maneje con todo cuidado para que sus vasos»,
constituyen u n camino hacia la rotura, ya que
y células q u e d e n íntegros^ N o es comprensi-
existe falta de estabilidad, macromovilidad y
ble que muchos cirujanos aprieten demasia-
falta también de u n implanté que no deje pa-
do la esponjosa y aún la percutan y luego
sar más que los efectos mínimos, que resulten
queden extrañaclos de que el hueso no-se*.
estimulantes para el nuevo hueso. Estas cuali-
vascularice o tarde m u c h o en hacerlo; segu-
dades sólo se observan en el clavo fijo me-
ramente piensan que al apretarlo favorecen
diante pernos, el cual soporta toda la carga de
la osteogénesis porque consiguen introducir
la marcha cuando hay una pérdida ósea o una
en el lecho m a y o r cantidad de esponjosa que
fractura conminuta y además deja que el h u e -
si la dejaran floja, pero o l v i d a n lo que se aca-
so vaya tomando parte de las fuerzas cuando
ba d e referir en relación a que la osteogéne-
hay contacto entre los fragmentos, de manera
sis se logra p o r la vascularización del injerto
que hay mayor aumento de carga sobre el
y no p o r la cantidad del mismo.. En bastan-
hueso, qúe no pasa del 50%, según estudios
tes ocasiones han llegado al H O M S pacientes
biomecánicos realizados en el H O M S . ' 3 8 4 0 , 4 2

con este tipo de injertos m u y apretados y ha


C o n estas características, el injerto óseo irá
sido necesario escarificarlos a f i n de obtener
recibiendo mayor proporción de las fuerzas
en ellos vascularidad y granulación. Es cier-
dadas por la marcha, a medida que su inte-
to que el injerto no debe quedar tan f l o j o q u e
gración va aumentando, hasta llegar a recibir
pueda caerse con facilidad, pero tampoco
el 50% cuando se haya unido y, así, nunca se
debe quedar apretado; el médico lo tiene que
doblará o fracturará. Pero, además, y esto es
colocar al o p r i m i r u n poco con los dedos. En
1 16 C.ip. 9. Los injertos óseos en las infecciones

esencial, el proceso de remodelación será m u - como donadoras, entre las que se i n c l u y e n :


cho más rápido en relación con el estímulo fi- la r e g i ó n trocantérea> los cóndilos y l a p a r t e -
siológico de la marcha. superior de la tibia/porque se considera que
estos lugares están demasiado cerca del foco
infeccioso y , además, al obtener de ellos
C A L I D A D DE HUESO M Á S
suficiente cantidad de esponjosa se puede fra-
ADECUADA
gilizar la zona y p r o d u c i r u n a fractura. So- 1

Se prefiere la esponjosa p u r a o con m u y lamente se tomará material de estos lugares


poca cortical, p o r q u e es la que c o n más facili- cuando el hueso infectado sea el m i s m o del
dad se fija al h u é s p e d ? Esto se ha p o d i d o que se hará la toma y esté p r o t e g i d o de u n a
comprobar en bastantes pacientes, en los fractura p o r q u e haya en ese l u g a r u n i m -
que se observa que una vez colocado el injer- plante, p o r ejemplo, u n a tibia que necesite
to su fijación es adecuada a los tres días) para poco hueso y d o n d e haya u n clavo c o n per-
que s o p o r t e n u n a escarificación sin d e s p r e n - nos fijando la fractura, e n cuyo caso se podrá
derse. >Esto, n a t u r a l m e n t e , n o sucede si el tomar el injerto de la metáfisis s u p e r i o r .
cirujano pretende poner gran cantidad de es- Para tratar de que n o se note que se ha t o -
ponjosa, d o n d e u n a parte quede alejada del mado esponjosa de la cresta iliaca a n t e r i o r se
lecho vascular. Es preferible colocar el injer- levanta u n a ventana cortical a m a n e r a de b i -
to e n dos sesiones separadas d u r a n t e varios sagra, fija a los tejidos blandos, y luego se r e -
días, e n l u g a r de hacerlo en u n a sola cuando tira con cincel, y cucharillas el hueso y se
la c a n t i d a d de hueso tiene que ser mucha, en vuelve a colocar la bisagra e n s u l u g a r .
v i r t u d de que u n a buena porción del aporte •

no tendrá contacto con el lecho vascular en


c u y o caso se morirá y desprenderá. S i se 3 TÉCNICA QUIRÚRGICA R A R A
hace en dos sesiones y se espera que la p r i - T O M A Y APLICACIÓN DEL
mera capa se vascularice, se tendrá u n nuevo INJERTO
lecho para el i n j e r t o restante y su integra-
ción n o presentará d i f i c u l t a d e s . Este método 1 . Primero se lava la zona., d o n a d o r a c o n
se ha l l e v a d o a cabo e n varios enfermos, con derivados de y o d o ; d e s p u é s , s i n v o l v e r
b u e n o s resultados. , a tocar ese lugar, se lava la p i e l cercana
a la zona receptora. La h e r i d a se deberá
tapar c o n gasas a f i n de i m p e d i r q u e «1
LUGARES PREFERIDOS PARA antiséptico penetre e n ella.
LA T O M A D E L INJERTO 2. Para "vestir^ al e n f e r m o el p r o c e d i m i e n -
to se realiza en dos partes: se empieza
El lugar para t o m a r el i n j e r t o varía en f u n - por la zona d o n a d o r a y d e s p u é s p o r la
ción d e l t i p o de intervención de que se trate receptora) de manera que se m a n t e n g a n
y de la c a n t i d a d de hueso que se quiera obte- separadas ambas zonas; esto ha evitado
ner; si se necesitara m u c h o se tendría que infecciones; se efectúa cambio de guantes.
buscar e n el ala ihaca^posterior, y e n la par- 3. Se practica la cirugía para t o m a r el injer-
te extema de la arüculación saaroiíiaca> donde to óseo.^Cuando se quiera llegar al m a -
existen macizos con abundancia de tejido es- cizo posterior se pondrá al paciente en
ponjoso. E n caso necesario, es posible tomar decúbito ventral', lo que hace i m p r e s c i n -
material para el i n j e r t o de'ambos lugares a la dible " v e s t i r l o " en dos t i e m p o s .
vez. Si se necesitara esponjosa en m o d e r a d a 4. A l t e r m i n a r de tomár el i n j e r t o , para q u i -
o poca c a n t i d a d , se recomienda utilizar el tar sangrado en capa se recurre nueva-
método c o m ú n a n i v e l d é l a cresta iliaca.. N o mente al artificio del-guante, el cual se
es conveniente recurrir, m á s que en casos i n t r o d u c e en la herida de manera que la
imprescindibles, a otras zonas mencionadas llene, se p o n e encima u n a compresa y
Requisitos para colocar el injerto óseo 117
después se aprieta durante tres m i n u - del estado del injerto. Lo normal es que se
tos. A l retirar el guante se observa qué encuentren coágulos, la herida seca y ausen-
el sangrado ha desaparecido o es m u y cia de exudado purulento.
leve, lo que ha ocurrido en v i r t u d de que Para hacer la escarificación del injerto se
el hule del guante no se pega a los coágu- emplea u n mango de bisturí número tres y
los, como lo hacen las gasas. La cera una hoja tipo lanceta número I f l , que se i n -
para hueso se emplea en las zonas en las troduce a través del espacio entre el hueso y
que no se cohibió la hemorragia después el clavo, si lo hubiera, o a través de ios frag-
de la presión con los guantes. mentos, hasta llegar a la cortical p r o f u n d a .
5. Se coloca u n penrose por conüaabertura El objetivo de este procedimiento es ver si
y se cierra la herida por planos. hay pus en el interior del injerto y hacer san-
6. Se colocan las gasas y los apósitos, grar la cortical. La penetración de la lanceta
que una enfermera deberá fijar con m i - se lleva a cabo en todo el injerto; se debe
croporo. tener cuidado de que éste no se despegue
7. Se aisla este campo completamente y se (fig. 6.2). A continuación se hacen surcos en el
descubre el foco que estaba infectado. tejido blando que rodea la esponjosa, de ma-
8. Se realiza escarificación hasta obtener el nera que sangre y vaya invadiendo aquélla
sangrado de todos los tejidos; se hace hasta cubrirla de granulación. Si se observa
compresión con guante para quitar la que la piel se imbrica y trata de meterse en
hemorragia. la herida, se corta en bisel para que el injerto
9. Se aplican les fragmentos de injerto siempre tenga contacto con tejidos cruentos,
óseo de esponjosa en el lecho vasculari- puesto que de ellos y de la cortical posterior
zado; se debe oprimir ligeramente con surgirá la vascularización.
los dedos de manera que los pedazos de
hueso no se caigan pero tampoco que-
den apretados (figs. 6.3-6.8). Si está
REQUISITOS P A R A PODER
puesto u n clavo con pernos, les frag-
COLOCAR EL INJERTO
mentos óseos se colocarán por detrás y
ÓSEO
por los lados del mismo,. Si no hay i m -
plante se llena el h u e c a y se hace que l a
A l igual que para hacer una osteosíntesis,
v

esponjosa llegue hasta eJ nivel de la piel


poner una prótesis o cerrar una herida, el
o u n poco más,^con objeto de que cuan-
foco debe estar sin m f e c á ó n y perfectamen-
do el injerto se cubra de granulación se
te vascularizado. Si esto no sucede así, si
logre dar forma a la región en la que.se
existen dudas ó bien si hay la más mínima
esté operando.- En fémur y en húmero
cantidad de exudado purulento no se deberá
esto n o es necesario porque es posible
aplicar el injerto óseo, porque en caso de
hacer una sutura secundaria. hacerlo se llegará con toda seguridad a una
10. Sobre la herida se coloca organdí y sobre reinfección o por lo menos a una evolución
el mismo gasas y apositos. Enseguida se tórpida del injerto. Otro requisito es que
venda con cuidado desde los dedos del haya u n lecho adecuado para recibir los frag-
pie o a partir del pliegue de flexión en mentos de hueso jy n o vayan a caerse; es
la mano. decir, el lecho tiene que presentar una oque-
dad tal que pueda recibir sin problemas a la
esponjosa. En caso de que la herida no tenga
TÉCNICA D E L A ESCARIFICACIÓN
estas características, hay que producirlas al
D E L INJERTO ÓSEO
retirar por medio del bisturí tejidos blandos
Los apósitos se deben cambiar todos los suficientes hasta que exista una buena ca-
días, y al tercer día se hace u n diagnóstico vidad.
REQUISITOS PARA CONSERVAR completos de la región injertada. No obstan-
LA ESPONJOSA E N SU te, en el HOMS se prefiere mantenerla seca
LUGAR Y TENER BUENA y hacer escarificaciones, ya que así siempre
EVOLUCIÓN se han obtenido muy buenos resulfcios con
una evolución sencilla, sin que el iHfrto se
Se procura que la escarificación del injerto ponga de color verde, como dice RojnCami-
se realice todos los días hasta obtener la gra- j 51, 52 Además, en el HOMS nunca se lava
e

nulación que lo cubra, pero sólo en las lesio- la herida con antisépticos o jabones, porque
nes que están expuestas. En las que es posible se ha visto que estas sustancias producen un
cerrar por medio de una sutura secundaria abundante exudado seropurulento que tar-
se exige exclusivamente que ia esponjosa se da en ceder más de una semana.
fije en el hueso y en los tejidos blandos. En La escarificación de los injertos se hace
el H O M S nunca se irriga la herida; se sabe prácticamente siempre con lidocaína en
que otros autores como Roy Camile ' lo 51 5 2 aerosol, o sin anestesia, ya que el paciente,
hacen, y que Fapineau " prefiere los baños
7 21 por lo general, no se queja de dolor. \
Cierre
de las heridas
x

El b u e n c u i d a d o de este paso en el trata- exudados que se f o r m a n a n i v e l de la h e r i -


m i e n t o i n t e g r a l de los enfermos con infec- da tienen una salida m u y fácil, p e r o c u a n d o
ciones de los huesos es esencial para obtener se cierra, esos exudados se quedan dentro y se
r e s u l t a d o s satisfactorios con el método de convierten en u n excelente m e d i o de c u l t i v o
escarificación, p u e s u n descuido en este para los gérmenes, lo que a su vez d i s m i n u -
m o m e n t o f i n a l p u e d e v o l v e r a provocar i n - ye la potencia de las defensas inmunológicas
fección. E n v e r d a d , las dificultades y los pe- a! elevarse el número de aquéllos. Es deter-
ligros de p r o v o c a r una nueva infección se minantemente más fácil y de m e j o r e v o l u -
relacionan con las suturas secundarias y los ción cerrar una herida c o m ú n quirúrgica q u e
colgajos y n o c o n los injertos libres de piel o una que estuvo infectada, d o n d e , a d e m á s ,
la epitelización. Estas dos últimas formas de ei rechazo inmunológico a las suturas es m u -
cerrar u n a h e r i d a son totalmente superficia- cho m a y o r .
9 7

les y sólo existe riesgo cuando se pierde u n Por todo esto, antes de cerrar u n a h e r i d a
i n j e r t o de p i e l . La epitelización es u n proce- por medio de sutura h a y que m e d i t a r c o n
so n a t u r a l d e l o r g a n i s m o para formar una calma la necesidad, que es p r i m o r d i a l , d e
n u e v a cubierta y p o r lo m i s m o no implica evitar los espacios muertos, en los cuales se
n i n g ú n riesgo. Los únicos inconvenientes depositan los exudados y c u l t i v a n los g é r -
de este último sistema consisten en que es menes. Por otra parte, pensar que en u n a
u n proceso l e n t o y que n o queda una verda- herida que ha estado abierta, en contacto
dera p i e l sino u n tejido débil. con el medio, no existan m i c r o o r g a n i s m o s ,
C u a n d o se hace u n a sutura secundaria es es de todo p u n t o absurdo; lo que sucede es
necesario despegar tejidos y generalmente que esos gérmenes, siempre presentes e n
se deja m a t e r i a l extraño de sutura y de cana- nuestro m u n d o , no h a n p o d i d o vencer a las
lización, p e r o , sobre t o d o , suelen quedar, defensas orgánicas, pero al cerrar la herida
p o r m u c h o que quiera evitarse, espacios se le dará todo tipo de facilidades. Por tanto,
m u e r t o s ; esto se debe principalmente a que durante esta fase de sutura se emplean los
los tejidos en el lugar d o n d e estuvo el foco antibióticos que indica el antibiograma o cefa-
infeccioso p o r l o regular son fibrosos y,, p o r losporinas de tercera generación, principal-
lo tanto, d u r o s . H a y que entender, además, mente, los cuales llegarán bien a los tejidos,
que mientras esté la herida abierta y con teji- porque se debe tener presente que ahora
dos vasculares, los medios inmunológicos el a n t i g u o foco infeccioso es totalmente
de defensa se encuentran en p l e n i t u d y los vascular. Por desgracia, en numerosas oca-

119
120 Cap. 10. Cierre de las heridas

siones se ha podido comprobar que la pro- ber: sutura secundaria, injerto libre de piel,
tección supuesta que proporcionarían estos epitelización y colgajos pediculados y libres
antimicrobianos cuando la vascularidad es vascularizados.
completa no es real, y que, por el contrario,
permiten la formación de abscesos, exuda-
dos, dehiscencia de sutura, etcétera, que
aunque no provocan una nueva infección a SUTURA S E C U N D A R I A
gran escala, como la primera, sí producen DE L A H E R I D A
con frecuencia problemas que se deben re-
solver en mayor o menor proporción. Es por Respecto de este tipo de sutura (fig. 10.1),
esto que ahora se investigan ciertas sustan- se deben tener en cuenta dos puntos para
cias que se espera ofrezcan la protección comenzar: dónde se puede hacer y cuándo
adecuada en estos casos. se puede hacer.
En vista de lo anterior, la manera de cerrar
una herida de este tipo se puede dividir en
cuatro formas: Dónde sepmede hacer la sutura
secundaria
• Sutura secundaria 97
C
• Injerto libre de piel Ya que no deben quedar a tensión los
• Epitelización puntos, hay lugares que están automática-
• Colgajos pediculados o libres vasculari- mente descartados, por ejemplo, la pierna
zados " 98 101 en su cara anterointerna. Por lo tanto, los
lugares preferidos son aquellos en que sin
Estas formas están arregladas por orden dificultad es posible acercar los labios de los
de preferencia. Una sutura secundaria, si tejidos, como ocurre en el muslo, el brazo,
bien es difícil de llevar a cabo, deja estética- el antebrazo (en ocasiones), etcétera.
mente la misma marca en el enfermo que Se puede decir que el despegamiento de
cualquier herida quirúrgica; por ello, en el piel y tejido celular hace a veces posible la
H O M S se realiza siempre que se puede. A sutura, pero, cuando es imprescindible ha-
su vez, el injerto libre de piel es mejor estéti- cerlo, en el H O M S se realiza con mucho cui-
camente que la epitelización. Por último, dado, porque se trata de una herida que
cuando es posible se evitan los colgajos por- hace muy poco tiempo era u n foco séptico y
que: a) implican una gran cirugía, b) se que, por ello, los despegamientos significan
corren los mismos o mayores riesgos que con riesgos altos para la reinfección, que no vale
la sutura secundaria y estéticamente son ma- la pena correr cuando es factible otro me-
los, y c) no sólo se notan mucho en la dio de cierre como el injerto de piel o la epi-
zona receptora que deforman sino que ade- telización.
más dejan una huella imborrable en la zona
donadora. Los colgajos son útiles en las le-
siones con exposición ósea como las de t i - Cuándo se puede hacer la sutura
bia, '99
cuando la cavidad es grande, y no
1 0 1
secundaria
se puede tapar rápidamente con injerto óseo
escarificado hasta la granulación. También Es requisito indispensable que la infec-
resultan necesarios en muslo o cadera, cuan- ción haya desaparecido clínicamente y que
do los tejidos son rígidos y no se pueden además esto quede corroborado por dos
cerrar o sí se cierran pero dejan espacios escarificaciones en las que se demuestre la
muertos. ausencia de pus, la vascularidad perfecta de
A continuación se examinan y comentan los tejidos blandos y el hueso, y que el canal
los cuatro medios de cerrar las heridas, a sa- medular se encuentra totalmente limpio y
121

vascularizado. El intento de una sutura se- tamiento., si se trataba de una infección cró-
cundaria en estas condiciones lleva implíci- nica, habrán mejorado mucho. Ahora se
tos riesgos de reinfección, como ya se dijo; en tendrá a un individuo con u n estado de áni-
consecuencia, si no se ha logrado elimi- mo mucho mejor, por lo general con b u e n
nar la infección y si hay exudado purulento apetito y con mejor disposición para conti-
y tejido necrótico y la vascularización no es nuar el tratamiento. El nivel de hemoglobina
total, téngase la seguridad de que después debe ser mayor de 10 m g para poder llevar
del cierre se presentará una grave infección, a cabo la cirugía; además, es necesario tener
en forma explosiva, con fiebre y absceso. siempre la sangre fresca suficiente para re-
poner glóbulos rojos y volumen necesarios,
porque este tipo de intervención que exige
Condiciones generales del enfermo resección de tejidos para mejorar la estructu-
para efectuar la sutura secundaria ra de los mismos al cierre provoca sangrado.
El enfermo debe de estar libre en ese m o -
Como en esta etapa el paciente ya se en¬ mento de cualquier otro padecimiento que
> cuentra sin infección, las malas condiciones pueda interferir con la cirugía del cierre de
nutricionales que tenía al comienzo del tra- la herida, sea por la causa que fuere.
122

Técnicas de la sutura secundaria resulta más fácil después de estar colo-


cada la masa del colgajo muscular. Si se
A n t e todo, antes de iniciar el acto operato- cree necesario, para evitar espacios
rio se empieza a períundir soluciones i n t r a - muertos se aplicarán grandes p u n t o s
venosas con antibióticos. A continuación totales. Es preciso que la sutura n o
se describen los pasos p o r seguir, en forma quede tensionada.
numerada, para su mejor comprensión: 6. Se sutura la piel, s i n hacer tensión con
D e r m a l o n de u n cero; si se piensa que
1. Escarificación de la herida. Aquí siem-
esta sutura puede desgarrar una piel
pre se prefiere realizar el p r o c e d i m i e n -
tan frágil como la del e n f e r m o , en cada
to de la p r o f u n d i d a d hacia la superficie
p u n t o se incluirá u n pedacito de t u b o
con objeto de que la sangre no i m p i d a
de teflón.
ver adecuadamente; para ello, se e m -
7. Para efectuar la canalización se utiliza
pieza a n i v e l d e l hueso y se termina e n
el penrose, que tan buenos resultados
los tejidos a n i v e l de piel.
proporciona, aunque también se p r e -
2. Se resecan los tejidos blandos que n o
fiere el sistema de Redón auténtico c o n
sean indispensables para la sutura.
botella al vacío. Los sistemas p r o v i s t o s
Para ello se toma una •apa de estos te-
de u n envase de plástico c o m o acor-
jidos de u n grosor dé 5 a 6 m m , de
deón n o son confiables; su f u n c i o -
manera que las paredes de la herida
namiento deja m u c h o que desear.
tengan una cubierta de tejido total-
mente l i m p i o . En esta resección se i n - Por el temor que hay ante estas heridas e n
cluye la piel. cuanto a que se presenten infección o reac-
3. Se corta u n fragmento de músculo que ciones a l é r g i c a s por la sutura, se descu-
97

abarque toda la herida como si fuera u n bren al día siguiente de la cirugía y se revisan
" f i l e t e " , pero se deja u n pedículo a diariamente. A l tercer día, si hay reacción
todo lo ancho de la herida, lo que ase- alérgica a los p u n t o s , se colocan grandes
gurará la vascularidad. Este fragmento vendoietes de m i c r o p o r o doble o triple, y se
muscular se debe dejar caer sobre el empapa con violeta de genciana la porción
hueso, s i n s u t u r a , lo cual llenará una que tendrá contacto con la herida, e n la can-
porción i m p o r t a n t e entre el hueso y las tidad necesaria para mantener el foco cerra-
paredes que, una vez suturadas, que- do, y entonces se retiran todos los p u n t o s
darán en f o r m a de ángulo con el vértice externos que presentan reacción, lo cual dis-
a nivel de piel y , por lo mismo, dejarán m i n u y e notablemente la reacción inmunoló-
una cavidad o espacio m u e r t o en la gica que pudiera haberse presentado. Se
base. A u n q u e se intente acercar las pa- pincela toda la herida con violeta de genciana.
redes a n i v e l d e l hueso se sabe que esto Si la herida comienza a s u p u r a r se deberá
es prácticamente imposible y que, en diagnosticar si el problema es superficial o
cambio, ei " f i l e t e " muscular llenará d i - p r o f u n d o ; si es superficial se drenarán ios
cho espacio. Si la cavidad n o se puede lugares necesarios y se pincelará con violeta
vencer de esta manera se recurrirá al de genciana hasta lograr el secado, y , si es
colgajo. preciso, todos los días se realizará curación
4. A continuación hay que decidir si la su- al introducir una cucharilla en el área que dé
tura se hará en u n solo tiempo o en problemas. Si la alteración es p r o f u n d a se
dos. En el H O M S se prefiere cerrar llevará al enfermo al quirófano y se revisará
en u n solo tiempo y canalizar bien entre la causa del problema; aquí se debe tener en
ei "filete" muscular y las paredes. consideración que la apertura sea lo más pe-
5. Se hace una sutura interna con Dexón queña posible, pero que esa herida deberá
o VicriPpara acercar las paredes; esto escarificarse nuevamente y cerrarse des-
123

pués, ya sea por medio de una nueva sutura Se debe tener en cuenta que el injerto libre
secundaria o mediante otro recurso. de piel es más estético y más resistente que
el frágil tejido de epitelización y que, por
tanto, se deberá pugnar por utilizarlo; el
INJERTO LIBRE DE PIEL hueso ha de estar cubierto por granulación,
lo mismo que los tejidos blandos, ya que u n
Siempre se deberá tratar de que este tipo injerto no se podrá fijar jamás sobre el hueso
de injerto (fig. 10.2) sea del mayor espesor ni es conveniente colocarlo directamente en
posible, porque su resistencia a golpes y ro- un músculo. Como requisito indispensable
ces es mayor que el de un injerto delgado. para hacer este tipo de cirugía, considérense
los siguientes puntos.

Dónde se puede colocar un injerto


libre de piei Cuándo se puede poner el injerto
libre de piel
Es posible colocarlo en cualquier sitio en
el que no esté indicado hacer una sutura se- Es indispensable que la infección se haya
cundaria y en el que la epitelización no • erradicado y que todos los tejidos estén per-
sea tan rápida que impida colocar el injerto. fectamente sangrantes. Sólo si el lecho está
124

Fig. 10.3. Epitelización de una herida en muslo en un en-


fermo con infección del fémur.

vascularizado la piel tomada tendrá la facul- el más seguro. En ocasiones, las condiciones
tad de adherirse al mismo. de la herida hacen dudar del m o m e n t o con-
veniente para aplicar el injerto libre de p i e l ;
en cambio, con la epitelización (fig. 10.3) los
Posoperatorio del injerto l i b r e problemas son nulos. El tamaño de la herida
de piel se va reduciendo poco a poco hasta que ésta
queda perfectamente cerrada.
Éste es igual que como se describe en to-
dos ios libros al respecto, pero, en el H O M S ,
el injerto siempre se descubre al tercer día COLGAJOS P E D I C U L A D O S
porque se trata de una herida que estaba i n - Y LIBRES V A S C U L A R I Z A D O S
fectada.
A u n cuando estos procedimientos n o son
convenientes debido a los problemas esté-
EPITELIZACIÓN ticos que dejan y a que significan nuevas
y grandes cirugías en personas ya hastiadas
Éste es uno de los medios más comunes de estos menesteres, se recurre a ellos (figs.
para cerrar una herida que estuvo infectada 10.4 y 10.5) porque en ocasiones resultan i m -
porque aunque n o es el más deseado, sí es prescindibles., ya que no existe otra manera
125

FÍR. t O A. Injerto pediculado, rolado en la pierna, en un


enfermo que había tenido infección ósea.

Fig. 10.5. Injerto libre vascularizado con microcirugía,


del dorsal ancho, para pierna en una enferma
con grave infección de la tibia y pérdida ósea.
126 Cap. 10. Cierre de las heridas

adecuada de d a r cubierta a u n m i e m b r o o de había colocado u n colgajo sobre una base sép-


cerrar u n a c a v i d a d . Para la técnica y elección tica, que presentaba fístulas e infección pro-
del tipo de colgajo r e m í t a s e el lector a los tex- f u n d a , lo que ha obligado a iievar a cabo u n
tos adecuados. tratamiento completo, con desbridamiento
Antes de p o n e r u n colgajo pediculado o l i - y escarificaciones, para resolver el proble-
bre v a s c u l a r i z a d o " es imprescindible ha-
9 8 1 0 1 ma. Por esto, aquellas intervenciones qui-
ber erradicado p o r c o m p l e t o la infección y rúrgicas no sólo habían sido inútiles sino
haber o b t e n i d o , p o r lo t a n t o , u n lecho total- que además produjeron u n importante mal
mente vascularizado. E n el H O M S h a n lle- a los pacientes, pues se t u v i e r o n que some-
gado bastantes pacientes a quienes se les terá nuevos tratamientos.
11
Resultados y
estadísticas de los
enfermos tratados
por infecciones óseas
En este capítulo se analizan tres conjuntos De los 1 089 pacientes, 822 eran hombres
estadísticos, a saber: a) evolución de los en- 'y 267 mujeres, con una edad máxima de 87
fermos infectados, b) evolución de los enfer- años, mínima de 13 y p r o m e d i o de 41. D e l
mos con clavo y pernos tipo Colchero, y c) lado derecho del cuerpo se operaron 562 ca-
evolución de los enfermos con clavo blo- sos, 525 del izquierdo, seis de pelvis y cuatro
queante tipo Colchero. de columna; tres pacientes con osteomielitis
hematógena de focos múltiples se trataron
de modo conservador.
E S T A D I S T I C A E N ENFERMOS Con base en la clasificación propuesta p o r
C O N I N F E C C I O N E S DE LOS HUESOS el autor del presente libro en el capítulo 3, a
continuación se enlistan los pacientes que
De febrero de 1975 a octubre de 1988 se presentaron infecciones óseas y solución de
trataron u n total de 1 100 casos, en 1 089 continuidad en el hueso.
pacientes, en los siguientes hospitales: Hos-
pital de Ortopedia Tlatelolco, del Instituto Fracturas infectadas 90 8.18%
Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Méxi- Fracturas con osteoartritis 12 - 1.09%
co, DF, de 1975 a 1980; Hospital Saint Charles Fractura-luxación con osteoartr ; 9 0.82%
(por el profesor Vidal), en Montpellier, Fractura-luxadón con osteítis 5 - 0.45%
Francia, de 1980 a 1982; Hospital de Trauma- Fractura-luxación con artritis 2 0.18%
Seudoartrosis infectadas 297 - - 27.00%
tología Magdalena de las Salinas, servicio de
Seudoartrosis con osteoartritis 3 = 0.27%
traumatología " B " , del IMSS, en la ciudad Prótesis infectadas 33 3.00%
de México, de octubre de 1982 a octubre de Artrodesis infectadas 21 - 1.91%
1984 y en el Hospital de Ortopedia Magdale- Osteotomías infectadas 12 = 1.09%
na de las Salinas (HOMS), del IMSS, en la
ciudad de México, servicio de infecciones 484 44.00%
óseas y seudoartrosis, de octubre de 1984 a
octubre de 1988. Enseguida se anotan los casos de osteítis
De 1970 a 1974 se trataron 58 enfermos en en hueso íntegro tanto en fracturas consoli-
el Hospital de Urgencias "La V i l l a " , de los dadas como en huesos que nunca estuvie-
Servicios Médicos del Departamento del r o n infectados. Además, se incluyen los
Distrito Federal, en la ciudad de México, que casos de osteomielitis hematógena y artritis
i no están incluidos en esta estadística. 25 hematógena y de infecciones de partes blan-

127
128 Car». 11. Resultólos y estadísticas

das, que parecía que habían invadido el hue- máximo de 64 años y el promedio de cuatro
so, aunque no fue así. años. Los enfermos con deformidades pade-
cían la enfermedad, casi todos, desde hacía
Infecciones en hueso fntegro muchos años.
Osteítis en fracturas consolidadas 328 • 29.81 % Con respecto a los gérmenes que se han
Osteoartritis en fracturas podido aislar mediante cultivo en estos pa-
consolidadas 8 «= 0.72% cientes han sido numerosos y variados. En
Osteoartritis en fractura-luxación algunos casos se encontró desde el principio
consolidada 5 = 0.45% dos gérmenes en el cultivo y en la mayoría
Osteítis en hueso no fracturado 60 = 5.45% uno. Otros pacientes tenían cultivos previos
Osteoartritis en hueso no fracturado 17= 1.55% que no coincidieron con los tomados poste-
Artritis en hueso no fracturado 19= 1.72% riormente, porque el germen era distinto. El
""""437 = 39.73% primer lugar en la estadística tomada p o r ei
Osteomielitis y artritis hematógena 158 = 14.36% autor correspondió a Staphylococcus aureus,
en el 57% de los casos y en segundo lugar a
In féceiones en pa rtes blandas 21= 1.90%
616 = 56.00% Pseudomona aeruginosa con el 15%. Se afirma
que en países desarrollados los gérmenes
En los enfermos tratados por el autor de gram-negativos, especialmente la Pseudomo-
esta obra y su equipo, la tibia fue el lugar na, se encuentran cada vez en mayor pro-
más atacado con 496 casos (45.09%), luego porción.
siguió el fémur con 308 casos (28%), después
la cadera con 65 casos (5.91%), a continua- En cuanto a la vía de abordaje al hueso
ción los huesos del antebrazo con 40 casos que siguieron los gérmenes se encontró, en
(3.64%), la rodilla con 36 casos (3.27%), el primer lugar, la vía directa con 921 casos
pie con 28 casos (2.55%), el húmero con 27 (83.73%); en segundo lugar, la vía hemató-
casos (2.45%), el peroné con 21 casos gena con 158 casos (14.23%); y , en tercer l u -
(1.91%), el tobillo con 20 casos (1.81%), la gar, la vía producida por contigüidad con
mano con 16 casos (1.45%), el calcáneo con 115 casos (1.36%). Entre las infecciones pro-
13 casos (1.187o), el codo con ocho casos ducidas por vía directa quirúrgica fueron 604
(0.73%), la pelvis con seis casos (0.55%), la casos, el 54.90% de 1 100 casos; y el 65.37%
columna con cuatro casos (0.36%), la muñe- de los de vía directa por causas externas
ca con dos casos (0.18%), el tendón de Aqui- como fracturas abiertas, heridas, punciones,
les con dos casos, osteomielitis de ambas quemaduras, etcétera. H u b o 320 casos que
tibias y ambos fémures dos casos y por últi- representan el 29.09% de 1 100 casos y el
mo con u n caso (0.09%) en escápula, glú- 34.63% de los casos por vía directa. Respecto
teos, pierna, ambas tibias y u n fémur con de las causas por vía directa, hematógena o
osteomielitis de focos múltiples. por contigüidad, a continuación se muestra
De los 1 089 pacientes, 871 (79.98%) tuvie- el orden de presentación por número y por-
ron u n traumatismo previo a la infección, centaje de los diferentes tratamientos que
que siempre estuvo en relación con la mis- causaron la sepsis.
ma. De los 1 089 pacientes 287 (26.35%) pre-
sentaban exposición de hueso por falta de Placas atornilladas al hueso 297 27.00%
tejidos blandos. De este número de pacien- Fracturas abiertas 270 24.55%
Clavos intramedulares 162 14.73%
tes, 421 (38.65%) llegaron con deformidades
Hematógena 158 14.36%
producidas a consecuencia de la infección, Otros procedimientos quirúrgicos 148 13.45%
sobre todo porque el enfermo llevaba mucho Otras de causa externa 49 4.45%
tiempo con el padecimiento. Contigüidad 15 1.36%
El tiempo mínimo de infección con que Fímica-bacteriana 1 0.09%
llegaron los enfermos fue de siete días, el Total 1 100
Estadística en enfermos 129

Después de erradicar ta infección y hacer que representan el 44%) que con osteítis en
las cirugías necesarias para terminar el caso, hueso íntegro (437 casos; es decir, 39.73%),
se llevó a cabo el cierre de las heridas me- osteomielitis hematógena (158 casos: 36%) ó
diante cuatro procedimientos diferentes: a) su- por contigüidad (21 casos: 1.90%). Sin e m -
tura secundaria en 602 casos (54.23%), b) de- bargo, el diagnóstico que predominó sobre
jar que se produjera la epitelización en 306 los demás fue el de osteítis en fracturas con-
casos (27.57%), c) colocar u n injerto libre de solidadas, con 328 casos (29.81%), seguido
piel en 174 casos (15.68%), y d) el empleo de por seudoartrosis infectadas con 297 casos
colgajos pediculados o libres vascularizados (27%), osteomielitis hematógena, con 158
en 18 casos (1.62%). casos (14.36%), fracturas infectadas, c o n
El seguimiento de estos enfermos se ha 90 casos (8.18%), osteítis en hueso no frac-
llevado a efecto durante 13 años como máxi- turado, con 60 casos (5.45%), etcétera. Es i n -
mo, u n mes como mínimo y 28 meses como dudable que el mayor problema se encuentra
promedio. Se entiende que el seguimiento entre los enfermos fracturados, los cuales
no ha podido ser en todos los enfermos, ya tienen la sepsis j u n t o con fractura o seudoar-
que u n porcentaje elevado deja de acudir a trosis, pero que puede perdurar aún des-
la consulta cuando no siente problema algu- pués de la unión, lo que hace u n número de
no. Sin embargo, cuando alguno de los pa- casos de 825 (75%).
cientes ha tenido recidiva, de inmediato ha Como en la mayoría de las estadísticas de
regresado al servicio. otros autores, en ésta la infección de la tibia
La erradicación de la infección se ha lo- es la más frecuente (493 casos: 44.82%) a cau-
grado en el 99.88% de los pacientes. Desde sa de su mala cubierta de partes blandas; s i -
hace dos años, en el servicio de infecciones gue el fémur con 308 casos (28%) y después
óseas y seudoartrosis del Hospital de Orto- baja mucho hasta la siguiente localización
pedia Magdalena de las Salinas (HOMS) dei que es la cadera, con 65 casos (5.91%). E n
Instituto Mexicano del Seguro Social, en la realidad se ha tenido oportunidad de tratar
ciudad de México, a todos los pacientes que infecciones óseas en casi todos los lugares
han ingresado se les ha podido erradicar la que se pueden presentar, pero en la c o l u m -
sepsis. Se debe considerar que la mayoría de na vertebral dos fueron de partes blandas y
los 1 100 casos se han operado en este servi- dos posteriores a una coccigectomía y de
cio. Se han detectado 25 recidivas (2.25%), hueso propiamente dicho.
pero en ningún caso la infección tuvo las La infección ósea se relaciona seriamente
características del principio. En una sola oca- con los traumatismos; los pacientes tratados
sión por imposibilidad de retirar la sepsis, por el autor de este libro y su equipo, 871
en 1975 fue necesario amputar a u n enfermo
(79.98%), tuvieron algún traumatismo rela-
a nivel de la pierna porque tenía una infec-
cionado con la infección. La exposición de
ción de todo el tarso.
hueso, signo de gravedad, se presentó e n
287 casos (26.35%), lo que hace más difícil la
erradicación de la infección e imposible el
Análisis cierre de la herida por medio de sutura se-
cundaria, que es el método que se prefiere
La frecuencia en hombres (822 casos, que para cerrar en virtud de que es mucho mejor
representan el 75.48%) fue mucho mayor estéticamente. Si en el HOMS ocasional-
que en mujeres (267 casos). Se han tratado mente se ha recurrido a otros métodos ha
enfermos desde la adolescencia hasta la se- sido porque en esos casos no había otra
nilidad, el mayor de ellos tenía 87 años. opción.
Hubo más pacientes infectados con solu- Otro de los grandes problemas observa-
11
ción de continuidad en el hueso (484 casos, dos en estas estadísticas es que los enfermos
130 Cap. 11. Resultados y estadísticas

ya padecían la infección desde m u c h o tiem- Entre las complicaciones de la cirugía ce-


po ( u n p r o m e d i o de cuatro años) antes de rrada p r e d o m i n a n los problemas de osteo-
llegar al H O M S . Esto es algo que resulta i m - síntesis por placas con 297 casos (49.17%) de
prescindible atacar y modificar, porque es 604 cirugías, seguida de los clavos medula-
más fácil y más conveniente eliminar la sep- res con 162 (26.82%) y otros procedimientos
sis cuando lleva poco tiempo, lo que además quirúrgicos con 148 (25.50%). En el H O M S
evita las deformidades provocadas por d i - se piensa que estas cifras existen porque las
versas circunstancias cuando la infección se placas necesitan una desperiostización i m -
prolonga, p o r ejemplo rigideces articulares, portante para su colocación.
pies deformados y angulación de fracturas, Desde 1987 ha sido posible erradicar la
seudoartrosis y osteomielitis viejas, etcéte- infección en todos los enfermos, pero es i m -
ra, que en los enfermos atendidos por el prescindible tener en cuenta que el desbri-
autor de esta obra se presentaron en 421 ca- damiento debe ser perfecto y que esto n o se
sos (38.65%); si se hubiera atendido pronto logra más que con mucha práctica, baste
a estos i n d i v i d u o s la mayoría de las deformi- mencionar que los cirujanos nuevos que lle-
dades h u b i e r a n p o d i d o evitarse. El 70% de gan al servicio de infecciones óseas del
los pacientes que llegaron al H O M S habían H O M S no lo logran sino hasta después de
sido operados previamente entre una y 13 u n tiempo largo. El desbridamiento es f u n -
ocasiones con el propósito de erradicar la damental; no es posible hacer las escarifica-
sepsis, pero sin haberlo conseguido, lo cual ciones cuando el cirujano descuidadamente
indica que para el común denominador de ha dejado tejidos necróticos indeseables y
los cirujanos ortopédicos el tratamiento de que no se pueden o no se deben vasculari-
estos enfermos resulta m u y difícil. En conse- zar. Es inútil pretender que por m e d i o de la
cuencia, se debe comprender que el trata- escarificación se vayan a eliminar esos teji-
miento de estos padecimientos debe quedar dos. Se han presentado casos en los que ha
en manos de cirujanos especialmente prepa- sido necesario efectuar u n segundo desbri-
rados para hacerlo. damiento; por fortuna han sido pocos. Una
vez obtenida la correcta cirugía de desbrida-
El germen más frecuente en los pacientes
miento, el cirujano debe manejar la escarifi-
fue Staphylococcus aureus (57%) y a continua-
cación como se indica en el capítulo 6 y llegar
ción Pseudomona aeruginosa (15%). En con-
gresos y en la bibliografía se informa que la a la vascularidad total, que de n i n g u n a ma-
Pseudomona resulta cada vez más frecuente nera es difícil.
en las estadísticas de los países desarrolla- Aunque erradicar una infección no signi-
dos. Una de las causas que se atribuyen para fica prevenir recidivas, sí se puede afirmar,
este aumento en los gérmenes gram-negati- con base en 1 100 casos de experiencia y po-
vos es el uso indiscriminado de antibióticos. cas recidivas, que la vascularidad total de los
Es en verdad preocupante que en adoles- tejidos es u n buen método para prevenirlas,
centes y adultos la vía de entrada más usual puesto que u n tejido bien irrigado tiene ma-
sea la directa, porque en esa vía directa se yores posibilidades de defensa.
encuentra implicado el cirujano en casi to-
das las ocasiones. El número de casos en la
Conclusiones
estadística de referencia fue de 921 (83.73%)
con 604 casos (54.90%) en cirugía cenada, 1. Los resultados obtenidos con el método
270 casos (24.55%) de fracturas abiertas, y de escarificación indican que éste es u n pro-
otros, como punciones, hechas también por cedimiento que puede erradicar la infección
el cirujano. Por esto, resulta esencial dedicar en el 100% de los casos.
un capítulo referente a la prevención de las 2. A 70% de los enfermos infectados que
infecciones del hueso. llegaron al H O M S se les había hecho cirugía
Estadística en enfermen 131

más de una vez y no se logró el retiro de la infecciones porStaphylococcus aureus, Pseu-


sepsis, lo cual indica que el tratamiento de domona, Proteus, KJebsielJa, etcétera. I n c l u -
las infecciones óseas es difícil. so, se ha observado que la presencia de dia-
3. Por lo dificil del tratamiento de este betes no es u n obstáculo para acabar con el
tipo de enfermedades el enfermo permane- padecimiento. El único problema real que
ce muchos años con la infección, que, según i m p i d e aún iniciar la escarificación es la falta
la presente estadística, fue de cuatro años de irrigación arterial, que ocurre en algunos
como p r o m e d i o . Este problema lleva con padecimientos.
frecuencia a no escatimar la amputación 7. La cirugía es el p r i n c i p a l p r o d u c t o r de
para poder solucionar el padecimiento, a u n infecciones óseas.
cuando se sabe que la amputación además 8. El mejor método para cerrar la herida
de disminuir muchísimo las posibilidades de es la sutura secundaria. puesto que deja u n a
trabajo del paciente, crea en él serios trastor- buena cicatriz.
nos psíquicos. 9. La vascularidad total del foco infeccio-
4. Las seudoartrosis y las fracturas infec- so d i s m i n u y e las recidivas.
tadas son des de los principales problemas
que exigen n o sólo el retiro de la sepsis sino
también la aplicación de u n método que lle- ESTADÍSTICA EN ENFERMOS C O N
ve a la unión del hueso. C L A V O I N T R A M E D U L A R FIJO
5. La tibia es el segmento corporal más A L HUESO M E D I A N T E PERNOS
atacado por las infecciones del hueso, que
con frecuencia se encuentra expuesto, lo Desde m a y o de 1974 hasta octubre de
cual dificulta su tratamiento. En la tibia se 1988, se han tratado con el clavo i n t r a m e d u -
presentan con mayor frecuencia casos que lar fijo al hueso mediante pernos 821 casos
sufren despegamiento de los tejidos blandos en 807 pacientes con fracturas, seudoartro-
del hueso; éstos llegan a ser tan graves cuan- sis, desviaciones del eje mecánico y acorta-
do la alteración ocurre a todo alrededor de la miento de miembros pélvicos. De éstos, 611
tibia que es necesario practicar diafisec- eran hombres (75.71%) y 198 mujeres
tomía. (24.54%), con edad máxima de 86 años, m í -
ó. Los resultados afirman que indepen- nima de 13 y p r o m e d i o de 39. Del lado i z -
dientemente del germen que se trate el proble- quierdo del cuerpo se trataron 423 casos
ma se puede resolver, puesto que la enferme- (51.52%) y del derecho 399. Los pacientes te-
dad será erradicada cuando se logre la vascu- nían los siguientes diagnósticos: 239 f r a c t u -
laridad del hueso. Conviene recordar una vez ras, 520 seudoartrosis, 49 desviaciones d e l
más que durante la etapa de eliminadón de la eje mecánico y 13 acortamientos. En el cua-
sepsis en el H O M S no se utilizan antibióticos. dro 11.1 se explica la ubicación en cada h u e -
Mediante la escarificación es posible erradicar so de estos padecimientos.

Cuadro 11.1. Ubicación de los diversos padecimientos

Padecimientos Fémur Tibia Húmero Total

Fracturas 115 113 11 239


Seudoartrosis 218 235 67 520
Desviaciones del
eje mecánico 20 29 0 49
Acortamientos 11 2 0 13
Totales 364 379 78 821
132

Cuadro 11.2. Trazo de tas f r a c t u r a s en cada h u e s o

Trazo de ¡a fractura Fémur Tibia Húmero Total

Conminuta 50 41 2 93
Oblicua 27 35 5 67
Transversa 21 11 3 35
Bifocal 7 16 1 24
Espiroidea 5 10 0 15
Patológica 5 0 0 5
Totales 115 113 11 239

Las fracturas cerradas que se presentaron H u b o dos enfermos que j a m á s p u d i e r o n


fueron: 95 de fémur, 66 de tibia y cinco de deambular, u n o p o r estar a m p u t a d o a n i v e l
húmero, que hacen u n total de 166 (69.46% supracondíleo, por fractura del q u i n t o m e -
de 239 fracturas). Las fracturas abiertas fue- dio, y otro por negativa absoluta, p o r de-
r o n : 10 de fémur, 19 de tibia y 5 de húmero mencia senil. El retraso en la m a r c h a se
para u n total de 34 (14.22%). Las fracturas debió a la presencia de algún p a d e c i m i e n t o
infectadas f u e r o n : 10 de fémur, 28 de tibia y agregado que la impedía.
1 de húmero, que suman un total de 39 El estado de la consolidación fue el si-
(16.32%). En el cuadro 11.2 se muestra el tra- guiente: con unión ósea 798 casos (97.20%),
zo de las fracturas. 232 fracturas, 506 seudoartrosis, 47 osteoto-
En el cuadro 11.3 se señala el tipo de seu- mías, siete acortamientos de los m i e m b r o s
doartrosis y su ubicación. pélvicos y seis alargamientos. H u b o dos fal-
Aquí se d i v i d e al hueso en quintas partes, tas de unión, una en fémur y otra en h ú m e r o
porque de esta manera se ubica mejor la le- (0.024%), en 821 casos. Además, h u b o 10 pa-
sión. En el cuadro 11.4 se muestra el número cientes que tenían una cirugía reciente al
de lesiones por cada quinta parle y por hueso. obtener la estadística. Ocho enfermos aban-
C o m o causas de las fracturas se encontró donaron la consulta, dos fallecieron antes de
179 accidentes de tránsito (74.90%), 42 caí- la unión y a u n o se le puso cemento p o r pre-
das (17.57%) y 18 p o r otros mecanismos. Las sentar fractura patológica debido a metásti-
causas de las seudoartrosis se pueden ana- sis.
l i z a r e n el cuadro 11.5. El tiempo requerido para lograr la unión
La marcha se inició en u n mínimo de dos fue el siguiente: fracturas de fémur 11.51 se-
días, máximo de 62 y promedio de ocho. manas, tibia 11.38 semanas, h ú m e r o 12.36

Cuadro 11.3. Tipo de seudoartrosis y localización

Seudoartrosis Fémur Tibia Húmero Total

Atrófica aséptica 75 66 37 155


Hipertrófica'aséptica 30 35 9 66
Retardo aséptico 5 6 1 12
Atrófica infectada 96 125 9 197
Hipertrófica infectada 12 2 0 14
Retardo infectado 0 1 0 1
' Totales 218 235 67 520

*
133
Cuadro 11.4. Lesiones por quintas partes en cada hueso

Hueso y
diagnóstico Proximal Prox/Med Medio Med/Dist Distal Bifocal

Fémur Fracturas 31 18 34 8 13 11
Seudoartrosis 21 30 92 38 32 5
Desv. eje mecánico 3 2 7 ' 6 2 0
Acortamientos 0 4 0 0 0 0
Alargamientos 1 1 1 1 0 2

Tibia Fracturas 3 9 45 40 7 9
Seudoartrosis 16 42 85 68 17 7
Desv. eje mecánico 3 2 11 10 1 2
Acortamientos 0 0 1 0 0 o

Húmero Fracturas 0 2 5 1 3 0
Seudoartrosis 1 5 42 14 5 0

semanas. En seudoartrosis fue de la siguien- ción medial 10°, dos casos; varo 5 a 8 , cua-
o o

te f o r m a : fémur 13.81 semanas, tibia 12.96 tro casos; valgo 10° a 15°, tres casos; y ante-
semanas, húmero 13.9 semanas. En osteoto- curva t u m 5 , cuatro casos.
o

mías el t i e m p o fue así: fémur y tibia 9.64 se- Complicaciones posquirúrgicas. Infec-
manas; En acortamientos: 11.50 semanas en ción p r o f u n d a , 11 casos; infección s u p e r f i -
fémur y tibia. En alargamientos 13.33 sema- cial, siete casos; hematoma, cinco casos;
nas en fémur y tibia. Entre los casos de seu- dehiscencia de la sutura, u n caso; pérdida
doartrosis h u b o diafisectomías que tardaron parcial de piel, tres casos; necrosis de p i e l ,
en consolidar, en fémur, 17.82 semanas, tres casos; pérdida parcial de injerto de p i e l ,
y e n tibia, 19 semanas. cuatro casos; rechazo a la sutura, u n caso;
Complicaciones quirúrgicas. Perforación tornillos rotos, 10 casos; pernos rotos, d o s
de la cortical p o r fresado medular, seis ca- casos; clavos rotos, seis casos; aflojamiento
sos; r o t u r a de tornillos, u n caso; protrusión de tornillos y pernos, 41 casos; a f l o j a m i e n -
del clavo al h o m b r o , seis casos; p r o t r u - to de fijador, u n caso. E n alargamiento se
sión d e l clavo al tobillo, tres casos; fractura presentó rigidez de la rodilla en dos casos,
del húmero al introducir el clavo, dos casos; hipertensión arterial en dos casos y d o l o r e n
rotación lateral 10 grados, dos casos; rota- tres casos. La hipertensión desapareció al

Cuadro 11.5. Causa de las seudoartrosis; movimientos

Tratamiento Fémur Tibia Húmero Total

Placas 104 67 21 192


Clavos intramedulares 96 26 7 129
Fijadores externos 3 66 0 69
Enyesados 10 69 37 116
Otros 5 7 2 14
Totales 218 235 67 520

I
134

suspender la elongación pero volvió al i n - Padecimientos agregados


tentarla nuevamente, por lo cual se dio por a la lesión
terminado el tratamiento en esta etapa. Res-
pecto del dolor, en dos casos hubo que sus- H u b o padecimientos agregados en los si-
pender ia elongación antes de haber obteni- guientes casos: en fracturas de fémur, 48; en
do todo lo deseado, pero casi se logró. fracturas de tibia, 42; en fracturas de húme-
ro, dos; en seudoartrosis de fémur, 48; en
seudoartrosis de tibia, 38; y en seudoartrosis
Problemas de la m o v i l i d a d articular de húmero, 17. En desviaciones del eje me-
cánico y acortamientos no h u b o otros pade-
Aquí se hace referencia a los casos que lle- cimientos.
garon al H O M S con problemas de m o v i l i d a d Entre los padecimientos agregados se i n -
articular que, aunque se trataron, se envia- cluyen: diabetes; hipertensión arterial; frac-
r o n a medicina física y el médico explicó al turas abiertas, cerradas o infectadas en otros
enfermo la importancia del problema; no huesos; cirrosis hepática; luxaciones; t u m o -
p u d i e r o n resolverse todos, p o r dos circuns- res malignos o benignos; politraumatísmos,
tancias: en unos porque la deformidad estaba etcétera.
estructurada y en otros porque a u n cuando
las posibilidades de recuperación existían,
por lo m e n o s e n u n buen porcentaje el pa- Retiro del clavo t i p o Colchero
ciente n o contribuyó completamente en
todo lo que se le pedía. Los enfermos llega- Éste se ha llevado a cabo en 25 casos
r o n de la manera siguiente: de fracturas de fémur, 22 casos de fracturas de
I tibia, dos casos de fracturas de h ú m e r o e n 30
Fracturas d e l fémur. Disminución de la casos de seudoartrosis de fémur, 40 casos de
m o v i l i d a d de la rodilla en dos casos y anqui- seudoartrosis de tibia, 12 casos de seudoar-
losis total e n dos casos; estas fracturas no trosis de húmero, 4 casos de osteotomías y
eran recientes. u n caso de alargamiento.
Fractura de la tibia. Disminución de la A excepción de dos pernos y seis clavos
m o v i l i d a d de la rodilla en cinco casos, en le- rotos, no se ha encontrado alguna otra alte-
siones n o recientes. ración al retirarlos. N o ha h a b i d o metalosis.
Fracturas del h ú m e r o . Disminución de la Los casos que se presentaron de pernos
m o v i l i d a d d e l h o m b r o en dos casos no re- rotos ocurrieron p o r q u e el p e r n o n o había
cientes. atravesado la segunda cortical y las acciones
Desviaciones del eje mecánico.Disminu- del m o v i m i e n t o f u e r o n a flexión en lugar de
ción de la m o v i l i d a d de la rodilla. a cizallamiento. H a y que tener e n cuenta
A c o r t a m i e n t o s . Dos casos de d i s m i n u - que los pernos y la cortical intacta del hueso
ción de la m o v i l i d a d de la rodilla deben soportar la marcha con apoyo total,
Seudoartrosis del fémur. Disminución de por lo cual, si el p e r n o n o atraviesa dicha cor-
la m o v i l i d a d de la rodilla en 10 casos y 12 an- tical, se presentarán trastornos.
quilosis. Respecto de los clavos rotos, en todos los ca-
Seudoartrosis de la tibia. Disminución de sos esto se debió a que el cirujano dejó los
la rodilla o tobillo en 15 casos y anquilosis en orificios de los clavos cerca de la fractura o
cuatro. seudoartrosis, lo cual significa que no eligió
Seudoartrosis de húmero. M o v i m i e n t o s el clavo adecuado. Las causas de lo anterior
del h o m b r o d i s m i n u i d o s en seis casos, del pudieron haber sido dos: una porque d u r a n -
codo en dos casos y anquilosis del codo en te la cirugía el cirujano n o tuviera más que
u n caso. u n solo clavo, y otra que n o planeara la inter-
Estadística en enfermos 135

vención y no supiera cuál era el clavo que de- alojado sin desviar el hueso, es necesario
bía utilizar. aumentar el fresado en el componente distal
hasta que ambos canales correspondan per-
fectamente y lo mismo suceda con la reduc-
ción de la osteotomía. Ésta ha sido una dé íás
Análisis
circunstancias por las que se ha logrado éxi-
La edad mínima fue de 13 años en una en- to en pacientes con desviaciones graves. La
ferma con los dos fémures fracturados. La idea de aumentar el fresado distal es de u n o
edad máxima fue de 86 años; se considera de los médicos del servicio del H O M S , el
que u n paciente senil tiene muchas más doctor Rafael Rosas Rivera.
perspectivas de vida si se le pone a deam- Aunque imperaron las fracturas cerradas
bular. ( 1 6 6 = 6 9 . 4 6 % ) , también se trataron fractu-

La causa de que se hayan tratado más seu- ras abiertas ( 3 4 = 1 4 . 2 2 % ) e infectadas ( 3 9 =


1 6 . 3 2 % ) . Hay que hacer notar que las fractu-
doartrosis ( 5 2 0 = 6 3 . 3 4 % ) que fracturas ( 2 3 9 =
2 9 . 1 1 % ) se debe a que este estudio se realizó
ras abiertas que llegaron al servicio estaban
en u n servicio de infecciones óseas y seu- ya tratadas pero no tenían implantes, por lo
doartrosis. Naturalmente, si el clavo ha que hubo que esperar dos semanas antes de
dado buenos resultados en seudoartrosis hacer la osteosíntesis; de esta manera se pre-
con mayor seguridad lo hará en fracturas, sentaron pocas complicaciones. A las fracturas
pues constituyen una lesión con más proba- infectadas se les practicó el tratamiento de es-
bilidades de unión. carificación, hasta lograr la vascularidad total
del foco séptico, y entonces se realizó la riru-
Hasta ahora se han operado algunos casos
gía con el clavo, añadiendo siempre injerto
más de tibia ( 3 7 9 = 4 6 . 1 6 % ) que de fémur
óseo, de preferencia autólogo, como si fuera
( 3 6 4 = 4 4 . 3 4 % ) y de húmero ( 7 8 = 9 . 5 0 % ) .
una seudoartrosis, en v i r t u d de que no eran
Téngase en cuenta que se han operado muy
fracturas recientes, pues una fractura infec-
pocas fracturas de húmero, pero que la can-
tada en etapa de tratamiento no está en fase
tidad de seudoartrosis de este hueso (67) es
de unión.
elevada. En el H O M S se piensa que muchas
Las fracturas más frecuentes fueron con-
fracturas de húmero se están manejando de
minutas ( 9 3 = 3 8 . 9 1 % , de 2 3 9 ) , siguiendo en
m o d o conservador cuando su tratamiento es
orden de frecuencia las oblicuas con 6 7 casos
en realidad quirúrgico, como en el caso de
(28.037c), las transversas con 3 5 casos
las fracturas m u y desplazadas, con trazo
(14.647o) y después las bifocales
oblicuo largo, que no se estabilizan fácil- ( 2 4 = 1 0 . 0 4 % ) , las espiroideas ( 1 5 = 6 . 2 8 7 o )
mente. y por último las producidas en terreno pato-
Para el autor de la presente obra y su equi- lógico ( 5 = 2 . 0 9 % ) .
po ha resultado estimulante el resolver atina- La fractura más rápida en consolidar fue
damente las desviaciones del eje mecánico la conminuta; esto siempre sucede así cuan-
de origen diafisario, que nunca deben corre- do dicho tipo de fractura queda estable y los
girse en ¡a metáfisis, sino en la propia diáfi- fragmentos íntegros, sin separarse de su
sis, y que si esto no se hace con frecuencia fuente de vascularidad, como se hace cuan-
se debe al temor de no lograr la unión. Si se do se opera a foco cerrado o abierto, y sin
estabiliza una osteotomía, se coloca u n injer- desperiostizar más que una sola superficie y
to — s i es de apertura— y se le da apoyo i n - nunca alrededor del hueso. Los fragmentos
mediato mediante el clavo con pernos, la conminutos no se deben tratar por osteosín-
regla es la consolidación. En ocasiones, tesis interfragmentaria, ya que este procedi-
cuando la angulación es grave, para hacer miento es el que genera necrosis por la
coincidir ambos canales medulares de los desperiostización necesaria para llevarlo a
^ fragmentos óseos y a su vez quede el clavo cabo. Si los fragmentos no se tocan, al mes
136 Cap. 1 1 . Resultados y estadísticas

o mes y m e d i o se aprecia ya una clara nube efectos de los m o v i m i e n t o s musculares, a u n


de callo óseo. sin a p o y o , v a n aflojando los t o r n i l l o s , c o n
La más frecuente de las seudoartrosis fue lo que la placa permite los m a c r o m o v i m i e n -
la atrófica infectada con 197 casos (37.88% de tos que causan las seudoartrosis. En cuanto
520 seudoartrosis), siguiendo la atrófica a los clavos medulares, en la mayoría de los
aséptica con 155 casos (29.81%), la hipertró- casos la indicación estaba incorrecta, pues la
fica aséptica con 66 casos (12.69%), la hiper- fractura se encontraba fuera del istmo d e l ca-
trófica infectada con 14 casos (2.69%), los nal m e d u l a r o, auque se hallaba en esa locali-
retardos de unión asépticos con 12 casos zación, la fractura era c o n m i n u t a , oblicua
(2.31%) y el retardo de consolidación infec- larga o espiroidea y n o transversa o ligera-
tado con u n caso (0.19%). Cabe hacer notar mente oblicua, que es la indicación de estos
que la seudoartrosis hipertrófica infectada claves. H a y que hacer hincapié sobre el n ú -
es poco frecuente; se presentaron 14 casos mero m u y i m p o r t a n t e de seudoartrosis p r o -
(6.60%) de 212 seudoartrosis infectadas. vocadas p o r los fijadores externos en la tibia,
Si se realiza la técnica perfectamente, el hueso en d o n d e p r i n c i p a l m e n t e se colocan,
p r o c e d i m i e n t o d e l clavo con pernos resulta pues los clavos se aflojan p o r lisis ósea y per- '*
m u y útil en las lesiones subtrocantéricas del m i t e n los m a c r o m o v i m i e n t o s . O t r o dato que
fémur; p o r tanto, ya n o hay por qué temer resulta pertinente mencionar es la c a n t i d a d
a este t i p o de lesiones. Además, se debe te- de no unión a consecuencia de los enyesa-
ner en cuenta que los enfermos con estos dos que se aflojaron en tibia (69 casos;
problemas realizan apoyo monopodálico y 29.36% de 235 seudoartrosis de tibia) y en
marcha desde los tres días después de la ci- húmero (37 casos; 55.22% de 67 s e u d o a r t r o -
rugía. E n el H O M S se h a n tratado 31 fractu- sis), lo cual señala que este m e d i o de fijación
ras, 21 seudoartrosis, tres desviaciones del de las fracturas no estabiliza las fracturas
eje m e c á n i c o y u n alargamiento en esta inestables.
zona, lo que representan 56 casos; estadísti- La marcha con apoyo y el a p o y o m o n o p o -
camente, esto demuestra la gran u t i l i d a d del dálico se efectuaron a los dos días c o m o
tratamiento. mínimo en algunos enfermos que así l o p i -
La mayoría de las cirugías de referencia se dieron y cuyas heridas estaban e n buenas
h i c i e r o n en el q u i n t o m e d i o de los huesos, condiciones. C o m o t i e m p o máximo f u e r o n
como se ve e n todas las estadísticas. Tal vez 62 días y como p r o m e d i o ocho. El retraso se
esto se deba a que con dos puntos de apoyo debió a que algún padecimiento agregado
articulares, e n la parte media del hueso es impedía la deambulación y retenía al pacien-
d o n d e los brazos de palanca resultan más te en la cama. Precisamente c o n estos casos
poderosos. El total de alteraciones en este de retardo en el apoyo, al compararlos c o n
lugar fue de 323 (39.34%) de 821 casos. los pacientes que d e a m b u l a r o n i n m e d i a t a -
Las causas principales de las fracturas fue- mente, se p u d o comprobar que a u n c u a n d o
r o n los accidentes de tránsito con 179 casos en todos se logró la unión ósea los de a p o y o
(74.90%). Entre las causas que provocaron temprano o b t u v i e r o n una consolidación
las seudoartrosis, al p e r m i t i r la m o v i l i d a d en más rápida, que en t i e m p o se manifestó en-
el foco de la fractura, las placas ocuparon el tre u n mes y m e d i o y dos meses.
primer lugar con 192 casos (36.92%) de 520 El requisito para que una fractura consoli-
seudoartrosis, después los clavos medulares de en todos los casos, es que la estabilidad
con 129 casos (24.81%), los enyesados con se mantenga el tiempo necesario para que se
116 casos (22.31%), los fijadores externos forme el p r i m e r puente de unión interfrag-
con 69 casos (13.27%) y otros con 14 casos mentario. Por lo tanto, no es de extrañar que
(2.69%). Lógicamente, el primer lugar lo en los casos de referencia la falta de unión se
ocuparon las placas porque este método to- haya presentado sólo en u n caso de fémur y
davía precario en su fijación, y los simples uno de húmero. En éstos la estabilidad se
Estadística en enfermos 137

perdió totalmente; en el primero porque el es mucho m e n o r en estos casos que en frac-


cirujano puso tornillos de menor diámetro turas; consiste especialmente en el corte del
que el orificio del clavo, lo que p r o d u j o tor- hueso, que se debe efectuar despacio para
sión repetitiva y con ello una seudoartrosis evitar el calentamiento de éste.
muy atrófica; en el segundo porque los per- A u n q u e con u n poco más de traumatis-
nos se aflojaron antes de la unión osea. En mo, algo parecido ocurre en los acortamien-
relación con esto último, los 41 casos (4.99%) tos, en los que se retira u n fragmento diafisa-
de aflojamiento, de tornillos en u n principio rio. En estos casos, el promedio de unión fue
y de pernos más adelante, ocurrieron una de 11.50 semanas. En alargamientos fue ma-
vez que se había unido la lesión, por lo que yor (13.33 semanas) aunque, como en los
no hubo que lamentar seudoartrosis. Estos acortamientos, los casos son pocos. Por últi-
aflojamientos siempre se presentaron en mo, cuando en el servicio se presentó una
huesos osteopénicos, en fracturas no recien- diafisectomía por infección ósea o cuando en
tes infectadas y en seudoartrosis, sobre todo algunos enfermos se efectuó en el H O M S , el
infectadas. Sin embargo, desde j u n i o de tiempo de unión fue de 17.82 semanas en fé-
1988 se ha p o d i d o corregir el problema m u r y 19 en tibia. Esta diferencia sólo se ex-
de aflojamiento de pernos mediante la intro- plica porque las resecciones en tibia f u e r o n
ducción de una tira de BOP en los orificios mayores.
del clavo y después el perno, con lo que éste
En referencia a las complicaciones que
queda perfectamente empacado y no se pue-
hubo, se han evitado las protrusiones de los
de retirar más que con una pinza de forcipre-
clavos al hombro al eliminar u n orificio proxi-
sión. Se entiende que cuando no hay osteo-
mal en los de húmero, porque esta zona
penia no es necesario utilizar los BOP, que
proximal era m u y larga y no en todos los ca-
son fibras de plástico muy resistentes con
sos se podía i n t r o d u c i r correctamente en el
una aleación.
hueso. La protrusión a tobillo tampoco debe
Respecto al tiempo requerido para lograr ocurrir ya, porque la nueva " g u í a " (véase
la unión, a! ayudarse de la marcha con apo- cap. 8) señala, sin necesidad de recurrir a ra-
yo total del miembro lesionado desde el diografías, la posición exacta de los extre-
p r i n c i p i o , se encontró que fue similar en fé- mos del clavo.
m u r y tibia fracturados y u n poco más larga Entre las complicaciones posquirúrgicas,
en húmero. Esto se puede atribuir a que la la infección p r o f u n d a es la principal, pues se
mayoría de los pacientes han apoyado el presentó en 11 casos (2.24% de 492 casos n o
m i e m b r o lesionado, pero muchos no han sépticos). Cabe hacer notar que la mayoría
hecho bien los ejercicios de fuerza ordena- de las sepsis se presentaron en fracturas y n o
dos en los pacientes con fractura humeral; en seudoartrosis, cuya explicación puede
por otra parte, los casos de húmero son insu- ser que cuando se empezó a trabajar en seu-
ficientes desde el punto de vista estadístico. doartrosis ya se habían tratado fracturas. Se
El tiempo en seudoartrosis no llegó como cree, además, que en presencia de fracturas
promedio a las 14 semanas en n i n g u n o de es posible que las defensas orgánicas estén
los huesos: 13.81 semanas en fémur, 12.96 disminuidas por el traumatismo, cosa que
en tibia y 13.9 en húmero. N o se sabe por no ocurre en las seudoartrosis. Sin embargo,
qué en las seudoartrosis de fémur el tiempo siempre se había pensado que en los casos
fue mayor que en las de tibia. El tiempo me- de falta de unión la infección se adquiría más
nor de unión entre las seudoartrosis lo die- fácil porque se trabajaba en u n terreno ya i n -
ron las hipertróficas, cuyo promedio fue de tervenido. Se considera que en u n máximo
10 semanas, pero las osteotomías aún tarda- de cirugía a foco abierto y u n mínimo a foco
ron menos, con u n promedio de 9.64 sema- cerrado el índice de infección es bajo, hecho
nas, lo que se explica porque el traumatismo que se ha conseguido en el H O M S por el m i -
138 Cap. 11. Resultados y estadísticas

nudoso cuidado que se tiene en los tejidos 5. Las indicaciones son amplias al igual
y sobre todo por la discreta desperiostiza- que las de las placas rectas. Téngase en
ción que se hace. cuenta que por el acercamiento de los per-
Es una gran satisfacción pensar que pro- nos a la sesión, proporcionado por la pre-
bablemente se ha resuelto el aflojamiento de sencia de orificios proximales, intermedios y
los pernos por m e d i o de los BOP, cuyos re- distales, este sistema más que u n clavo intra-
sultados finales se verán en j u n i o de 1989. medular en cerrojo constituye una placa me-
Recuérdese que el aflojamiento de los dular m u y resistente.
implantes o enyesados es precisamente el
motivo de la falta de unión, porque permi-
ten los macromovimientos.
Respecto de la m o v i l i d a d articular, resulta ESTADÍSTICA EN ENFERMOS
deplorable que algunos de los pacientes lle- CON CLAVO BLOQUEANTE
garan al H O M S con fracturas no recientes y TIPO COLCHERO
seudoartrosis y trastornos de la movilidad
articular, que en ciertos casos fueron irrever- De j u n i o de 1984 a j u n i o de 1988 se h a n
sibles, lo que se atribuye a negligencia en la tratado 138 casos de fracturas, seudoartrosis
rehabilitación o a que por el aflojamiento del y consolidaciones, viciosas de la metáfisis y
medio de tratamiento los ejercicios resulta- diáfisis de los huesos largos no sometidos a
ron dolorosos. la marcha en pacientes aduitcs de ambos
En algunos pacientes, los padecimientos sexos, asépticos e infectados, mediante el
agregados a las lesiones pudieron retardar el uso de un clavo medular y tornillos que p r o -
inicio de la marcha con apoyo total, como su- dujeron bloqueo de los m o v i m i e n t o s en la
cedió con los traumatismos craneoencefáli- lesión. En un principio se recurrió a los cla-
cos, infecciones en otros huesos, abdomen vos tipo Steinmann, pero luego el autor del
agudo, etcétera. presente libro diseñó u n clavo ranurado que
resultó más ventajoso.
La cirugía se inició en el Hospital de Trau-
Conclusiones matología Magdalena de las Salinas y se conti-
nuó, llevando a <:abo la mayoría de las riru-
1 . El clavo con pernos proporciona estabi- gías, en el Hospital de Ortopedia Magdalena
lidad constante; esto permite que la regla sea de las Salinas (HOMS) del Instituto Mexicano
la unión ósea. del Seguro Sodal, en la ciudad de México, en
2. El clavo p e r m i t e la marcha inmediata el Servicio de Infecciones Óseas y Seudoar-
con apoyo total del m i e m b r o lesionado en trosis.
todos los casos, a u n cuando se trate de una
pérdida ósea, p o r q u e estos implantes están
estudiados matemática y biomecánicamente Método
para hacer ese trabajo.
3. La marcha inmediata con apoyo total En todos los pacientes se colocó u n clavo
del miembro lesionado y la estabilidad, ha- medular, ya fuera tipo Steinmann al p r i n c i -
cen que la unión ósea sea más rápida que pio o ranurado después, el cual se oprimió
cuando se excluye la marcha. contra una cortical p o r medio de dos t o r n i -
4. El instrumental diseñado facilita mucho llos en cada fragmento, como regla general,
la cirugía, pues es posible encontrar rápi- a 2 cm como mínimo del trazo de la lesión.
damente los orificios del clavo porque los En las lesiones conminutas no se hicieron
instrumentos para lograrlo son precisos y osteosíntesis interfragmentarias n i se colo-
evitan, en todos los casos, el empleo del i n - caron cerclajes, porque el clavo y los torni-
tensificador de imágenes durante ese paso. llos eran suficientes para obtener la unión
139

Cuadro 11.6. Tipo de lesión y hueso lesionado

Hueso Fractura Seudoartrosis Cons. Vic. Total Porcentaje

Cúbito 14 49 3 66 47.82
Radio 19 33 4 56 40.58
Peroné 7 1 0 8 5.80
Clavícula 0 5 0 5 3.62
Metacarpiano 0 3 0 3 2.17
Totales 40 91 7 138

ósea. En ocasiones, sobre todo para lograr con lesiones del lado derecho y 46 del i z -
u n bloqueo correcto con los clavos tipo quierdo. Las operaciones f u e r o n de los si-
S t e i n m a n n , h u b o necesidad de pasar torni- guientes huesos: 35 cúbitos, 25 radios, 31
llos a u n lado y otro del clavo, lo que se deno- radio-cúbito, ocho peronés, cinco clavículas
mina bloqueo de lado y que empujaban al y tres metacarpianos.
clavo contra una y otra cortical, porque se En el cuadro 11.6 se i n d i c a n el tipo de le-
puso u n tornillo de u n lado y otro del lado sión y el hueso al cual pertenece.
contrario. Estos tornillos sí atraviesan ambas Se operaron 27 fracturas cerradas, seis
corticales, lo que en algunos casos es útil abiertas y siete infectadas; cuatro seudoar-
p o r q u e hay mucha osteoporosis. trosis atróficas y siete hipertróficas infecta-
Se realizaron unas tablas de evaluación das; 59 atróficas y 21 hipertróficas asépticas.
con diversos parámetros, cuyos resultados Entre las fracturas 20 eran oblicuas (12 de
se observan en el capítulo respectivo. En ese radio y ocho de cúbito), nueve c o n m i n u t a s
capítulo también se encuentran todos les de- (seis de radio y tres de cúbito) y cuatro t r a n s -
talles de los enfermos y las cirugías. versas (dos de radio y dos de cúbito). E n el
peroné se operaron siete fracturas, de las
cuales cuatro f u e r o n " B " de Weber y tres " C "
RESULTADOS de Weber.
Con base en la división del hueso en q u i n -
Se operaron 138 casos en 106 pacientes: 40 tas partes, en el cuadro 11.7 se encuentra la
fracturas, 91 seudoartrosis —79 asépticas y ubicación de las lesiones.
11 i n f e c t a d a s — y siete consolidaciones v i - Las fracturas t u v i e r o n las siguientes cau-
ciosas; f u e r o n 76 hombres y 30 mujeres, cu- sas: accidentes de tránsito, 28 casos, caídas,
yas edades oscilaron entre 15 y 81 años, con 10, y otras, dos. Las causas de seudoartrosis
p r o m e d i o de 43. Se trataron 60 enfermos fueron provocadas p o r tratamientos q u e

Cuadro 11.7. Ubicación de las lesiones

Quinto Fractura Seudoartrosis Cons. Vic. Total Porcentaje

Proximal 3 6 0 9 6.52
Prox/Medio 10 15 0 25 18.12
Medio 17 57 2 76 55.07
Medio/Distal 8 8 5 21 15.22
Distal 2 5 0 12 8.70
--

Totales 40 91 7 138
140 Cap. 1 1 . Resultados y estadísticas

permitían la macromovilidad en el foco de la blema. Además, se presentaron 138 casos


fractura; a saber: placas 42, enyesados 29, con las siguientes complicaciones: paresia
clavos medulares tipo Steinmann 14, fijado- del radial en u n caso que se recuperó total-
res externos tres y pacientes sin tratamiento mente; u n caso de hematoma que se drenó
alguno tres. Las consolidaciones viciosas se y no p r o d u j o infección; durante la cirugía,
presentaron, todas, después de una reduc- en un enfermo que había tenido seudoartro-
ción en huesos del antebrazo y enyesado. sis infectada de ambos huesos del antebrazo
En 82 casos se utilizó el clavo ranurado y se p r o d u j o una fractura de cúbito, que se fijó
en 56 el de tipo S t e i n m a n n , lo que hace u n con el mismo sistema y consolidó; rotura de
total de 138 casos. En 11 casos tratados de una broca; dehiscencia parcial de una s u t u -
seudoartrosis infectadas se efectuó desbrida- ra; parestesias, provocadas por u n clavo,
miento seguido de "escarificaciones" hasta que se retiró y desapareció el p r o b l e m a . N o
erradicar por completo la sepsis, momento se presentaron infecciones n i seudoartrosis.
en el cual se llevó a cabo la osteosíntesis. N o
se ha presentado recidiva de la infección en
estos pacientes. Análisis
En n i n g u n o de los enfermos se utilizó i n -
movilización externa. La consolidación se La mayoría de los casos tratados son de
consiguió en 130 casos, 76 con clavo ranura- seudoartrosis porque, en el servicio en que se
do y 54 con clavo tipo Steinmann. Hubo siete realizó el estudio, que es de concentración na-
casos recientes con clavo ranurado y un en- cional, se tratan exclusivamente este tipo de
fermo n o ha v u e l t o a presentarse en la con- padecimientos, infecciones óseas, osteotomías
sulta. Sin embargo, se debe mencionar que y alargamientos de miembros pélvicos.
en tres enfermos con clavos tipo Steinmann Se aprecia el predominio de parientes de
se presentó franco retardo en la consolida- sexo masculino y en edades productivas de la
ción y que entre el tiempo con el clavo ranu- vida. Con el método de referencia se trataron
rado y el de tipo Steinmann hubo diferencias enfermos de 15 a 81 años de edad s i n que se
a favor del r a n u r a d o . La unión se obtuvo, presentaran dificultades en n i n g u n o de
como p r o m e d i o , a los 2.5 meses en fracturas ellos.
y a los 3.5 meses en seudoartrosis. Las lesiones en antebrazo f u e r o n más n u -
merosas que en tobillo, porque en el H O M S
casi no se tratan fracturas y las seudoartrosis
de tobillo son raras. Sólo se operaron cinco
Complicaciones clavículas en seudoartrosis, porque el trata-
miento conservador de las fracturas de este
En cinco casos en que el cirujano se empe- hueso no suele crear dificultades.
ñó en i n t r o d u c i r el clavo (Steinmann) por la El clavo bloqueante es m u y útil en las frac-
muñeca para lesiones en radio, en lugar de turas del tobillo porque evita la reducción y
hacerlo por la apófisis estiloides, se p r o d u j o la fijación de los fragmentos; esto hace que la
disminución en la m o v i l i d a d de esas muñe- lesiónse conserve estable, permite la coloca-
cas hasta que se extrajo el clavo y se sometió ción de u n tornillo de situación y se llega a
al paciente a medicina física. H a y que hacer la unión sin dificultad. El cirujano debe
notar que en estos casos h a n intervenido 15 mantener el valgo fisiológico al doblar u n
cirujanos. poco el clavo. Las consolidaciones viciosas se
Antes de la cirugía se encontró d i s m i n u - presentaron en antebrazo por la colocación
ción de ios movimientos en la muñeca en 15 de u n enyesado que como se sabe, en fractu-
pacientes, de los cuales se obtuvo franca me- ras de adultos es u n error utilizarlo. Por este
joría en 14, mientras que en el restante, con mismo problema hubo u n número conside-
lesión del nervio radial, continuó con su pro- rable de seudoartrosis.
Resultados 141

E n las seudoartrosis infectadas el punto sis sépticas, lo cual se puede explicar por tres
primero y principal es erradicar la sepsis. E n razones: primera, se trata de una cirugía
antebrazo imperaron las fracturas oblicuas y poco traumática; segunda, la estabilidad de
conminutas, ambas inestables, pero que ios la lesión es adecuada y duradera; y tercera,
implantes mantuvieron hasta la unión. porque quizá el haber tratado tantas infec-
Entre las causas de la seudoartrosis, como ciones óseas ha enseñado que es necesario"
se ha observado también en fémur y tibia al cuidar con esmero los tejidos para no produ-
recopilar los casos para el clavo con pernos, cir necrosis. Se debe advertir que en ningu-
las placas siguen obteniendo el primer lu- no de estos casos se operó en sala con flujo
gar, con un porcentaje elevado sobre otros laminar.
tratamientos: 30.44% de 138 casos. Siguen Al preguntar a los diversos cirujanos que
en orden de frecuencia los enyesados en intervinieron quirúrgicamente a los enfer-
antebrazo con 29 casos (21,01%). Los encla- mos con el clavo ranurado, sobre la dificul-
vados simples, 14 clavos tipo Steinmann, tad del procedimiento, todos estuvieron de
produjeron el 10.14% de las seudoartrosis. acuerdo en considerar que la técnica es sen-
El clavo tipo Steinmann es mucho más difícil cilla.
de bloquear que el ranurado, lo que produjo
tres retardos de consolidación y en general
una unión más lenta. Conclusiones
Los clavos bloqueantes ranurados se
adaptan a las curvaturas de los huesos, por 1. El clavo bloqueante estabiliza cualquier
ser delgados y flexibles, lo que evita proble- fractura, seudoartrosis u osteotomía en los
mas de pronosupinación; si se introducen huesos largos no sometidos a la marcha,
por la apófisis estiloides del radio no afectan hasta llevarla a la consolidación,
en nada el movimiento de la muñeca. Las 2. La técnica quirúrgica es sencilla.
complicaciones que se presentan en estos 3. Esta técnica se puede utilizar en fractu-
casos son las propias de cualquier tipo de ci- ras y seudoartrosis infectadas.
rugía. Este método, por su sencillez, no pro- 4. No hay necesidad de inmovilización ex-
pende a las complicaciones. Es importante terna.
hacer notar que en 138 casos no hubo infec- 5. L a técnica se puede emplear desde ado-
ciones, aun después de tratar 11 seudoartro- lescentes hasta ancianos.
12
Prevención
de las infecciones
óseas
Hasta este m o m e n t o se ha hablado sola- que son mejores que los que o c u r r e n e n los
m e n t e del tratamiento de las infecciones diversos hospitales. C o n base e r lo anterior,
óseas, a u n q u e en medicina se sabe que la cada año quedarían c o n sepsis 1 500 pacien-
p r i o r i d a d debe ser la prevención. Por ello, tes, lo cual, al cabo de 10 años, supone q u e
en este capítulo se d a n algunas recomenda- a 15 000 pacientes n o se les h u b i e r a p o d i d o
ciones para d i s m i n u i r el número de casos, retirar la sepsis y estuvieran vagando de u n
que en la actualidad son muchos en cualquier centro hospitalario a otro. Se entiende que la
lugar. A u n q u e no se tienen cifras exactas de m a g n i t u d del problema es m u y grande y
las infecciones a n i v e l mundial n i en México, que se necesita una buena i n f r a e s t r u c t u r a
se p u e d e a f i r m a r que al sen/icio del H O M S hospitalaria para solucionar todos los casos.
acuden m u c h o s pacientes de toda la Repú- A u n cuando a estas cifras se les p u e d e obje-
blica Mexicana y que los recursos de este tar muchos p u n t o s , se debe tener en cuenta
h o s p i t a l son insuficientes para tratarlos a que en u n país como México las cirugías o r -
todos. topédicas h a n de ser bastante más d e
100 000 por año y que la cifra de 5% p u e d e
Cabe mencionar que el servicio del H O M S
ser conservadora o alta, de acuerdo con el
es de concentración a nivel nacional y el úni-
hospital de que se trate y también de las lesio-
co dedicado exclusivamente a estos menes-
nes, puesto que en fracturas abiertas p u e d e
teres.
ser bastante mayor. L o que aquí se trata de
A continuación se manejan cifras tentati-
explicar es que los pacientes con infección
vas que p u e d e n servir para destacar la i m -
del hueso en u n número similar al expuesto,
portancia que representa prevenir este tipo
mayor o menor, son preocupantes, al extre-
de padecimientos. Supóngase que se efec-
m o de que quizá deba considerárseles como
tuaran 100 000 cirugías ortopédicas por año
u n problema de salud.
y que la tasa de infecdones fuera del 5%, lo
que no es una cifra baja, pero tampoco m u y U n parámetro que hay que tomar en cuen-
alta. En dicho caso se tendría durante u n año ta, según los datos de esta estadística, se re-
5 000 enfermos con sepsis de hueso. Supón- fiere al origen de la sepsis porque, según
gase también que todos los pacientes se esto, su productor principal es el d r u j a n o
sometieran a tratamiento y que el éxito se ortopédico, lo que indica que una serie de
encontrara en el 70%, cifra que podría ser modificaciones en su conducta quirúrgica y
elevada porque podría reflejar los éxitos a n i - en las salas de cirugía podría disminuir la
vel m u n d i a l de las publicaciones en general, tasa de estos padedmientos.

143
144 Cap. 12. Prevención de las infecciones óseas

La experiencia del autor de este libro en Es posible d i v i d i r los problemas del o r i -


1 100 casos permite puntualizar u n conjunto gen de la infección en dos grupos: el p r i m e r o
de variables que es necesario conocer para estaría dado por el acto quirúrgico en sí, e n
prevenir las infecciones. relación con lo efectuado por el cirujano y su
Vía directa. En esta vía se agrupan las equipo; el segundo por el ambiente que ro-
causas que tienen relación con el cirujano. dea la herida del enfermo.
Esta vía es la que más sepsis produce: 921
casos de 1 100 (83.73%). En 484 casos la enfer-
medad se presentó con solución de continui- PROBLEMAS PROPIOS
dad en el hueso y en 341 con osteítis o sus D E L C I R U J A N O Y SU E Q U I P O
similares en fracturas consolidadas o en EN LA CIRUGÍA
hueso que nunca estuvo fracturado. A u n en
los casos de hueso que nunca estuvo fractura- Lo p r i m e r o que debe hacer el c i r u j a n o
do, el cirujano p u d o tener participación en el mientras trabaja en la herida quirúrgica para
origen de la infección, pero en los casos don- que no se presente infección, es tratar con
de hubo solución de continuidad y osteítis en suavidad todos Jos tejidos a f i n de que n o se
hueso con fractura consolidada, su relación produzca necrosis en hueso n i e n partes
está clara: tratamiento de fracturas cerradas o blandas. Se debe tener en m e n t e q u e muchas
abiertas y otro tipo de cirugía ortopédica. veces esa necrosis puede estar d i f u n d i d a en
Vía h e m a t ó g e n a . Se presentaron 158 ca- zonas pequeñas y por ello pasar i n a d v e r t i d a
sos (14.36%). A u n q u e aquí el cirujano no es- a la vista del equipo quirúrgico.
t u v o i m p l i c a d o en el origen de la alteración De acuerdo con la experiencia, la necrosis
y por lo tanto estos casos no pueden tomarse constituye el factor principal e n el origen de
en cuenta para la prevención, sí cabe decir la sepsis ósea, pues siempre se encuentra pre-
que es i m p r e s c i n d i b l e mejorar el tratamien- sente en este padecimiento y de ella parte la
to de esta e n f e r m e d a d para obtener mejores supuración; nunca se ha encontrado supura-
resultados e n los niños a f i n de evitar recidi- ción en u n foco séptico que no parta de tejidos
vas que l l e g u e n hasta la edad adulta y aun muertos. Los gérmenes anidan en las zonas
senil. E n el H O M S se h a n tratado casos de avasculares y se protegen bien de los sistemas
infección h e m a t ó g e n a de hueso o a nivel ar- defensivos del organismo y de los antimicro-
ticular que se inició en la adolescencia o en bianos, que en ningún m o m e n t o podrán
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el adulto, p e r o la mayoría de las veces empe- atravesar esa barrera de tejidos muertos. Por
zó desde la infancia. ello, resultan inútiles los antibióticos que se
Vfa~por contigüidad. De éstos fueron 15 emplean durante la cirugía y algunos días
casos, en los cuales el cirujano p u d o preve- más, cuando el médico ha p r o d u c i d o sufi-
nir la e n f e r m e d a d y evitar que ésta llegara al ciente necrosis para neutralizar la eficacia de
hueso. la terapéutica. Por el contrario, este recurso es
A pesar de t o d o , lo que más interesa son efectivo cuando se ha tenido el d e b i d o c u i -
los casos e n los que el médico intervino y dado y no existen zonas necróticas o éstas
p r o d u j o la sepsis; éstos representan el 80%. son mínimas.
Los cirujanos deben poner todo su esfuerzo Una de las costumbres más arraigadas en-
en cirugías, fracturas, punciones, etcétera, tre los cirujanos ortopédicos es la de despe-
con el propósito de evitar la sepsis. Una cam- riostizar bien los fragmentos de una fractura
paña bien elaborada, de tiempo suficiente y o seudoartrosis con la intención de facilitar
repetitiva, dirigida a explicar al cirujano orto- su reducción, sin tomar en cuenta que esta
pédico la necesidad de la cirugía atraumática desperiostización, sobre todo cuando se
y la enseñanza directa del residente, p u d i e - hace en el perímetro completo del hueso,
r a n cambiar m u c h o el panorama actual. deja a éste d e n u d a d o y por ello sin vasculari-
Problemas propios del cirujano 145

dad en toda la fractura. Es preciso que el En cuanto al problema de la desperiostiza-


cirujano se abstenga de desperiostizar de ción, si aquí se insiste en ello se debe a que
esta manera, aunque esto implique mayor los enfermos que llegan a la consulta externa
dificultad de la cirugía. La cirugía a foco sufren m u c h o por esta complicación y se ha
cerrado de las fracturas presenta índices de p o d i d o comprobar la incidencia de este fe-
infección más bajos debido a que aquí resul- nómeno. C u a n d o el hueso está expuesto en
ta imposible desperiostizar. Sin embargo, si una infección el periostio no puede existir,
se tiene todos los cuidados necesarios con pero aquí n o se hace referencia a estos casos,
los tejidos y sobre todo con el periostio, la d i - sino aquellos en los que la piel está cerrada
ferencia de sepsis entre la cirugía a foco o con fístulas, en los que no hay duda del
cerrado o abierto no debe ser de más del 1 % . despegamiento de los tejidos y ía necrosis.
Esto hace pensar si por ese porcentaje es vá- En cierta ocasión se presentó u n caso inolvi-
lido exponer al equipo quirúrgico a múlti-
dable de u n enfermo al que se le tuvo que
ples radiaciones que con el tiempo han de
hacer una amplia diafisectomía porque los
afectar la salud de los médicos.
fragmentos óseos estaban completamente
O t r o de los procesos que complican la ci- desperiostizados, en por lo menos siete*cen-
rugía y que el cirujano debe evitar por todos tímetros de cada lado, y su vascularidad era
los medios es la formación de hematomas en nula hasta el lugar d o n d e el hueso volvía a
la herida pues éstos se infectan fácilmente. unirse con los tejidos blandos.
Para ello, el mejor remedio es el drenaje ade- Según las estadísticas, otro de los procedi-
cuado, que a u n con los mejores sistemas mientos quirúrgicos que llevan con frecuencia
actuales no se logra siempre. El método de a la infección ósea son las placas atornilladas a
Redon es bueno porque el vacío obtenido la superficie del hueso. Esto se explica si se
hace que la sangre llegue fácilmente al fras- toma en cuenta que para colocar una placa
co, pero tiene el inconveniente de que hay hace falta retirar el periostio de esa zona, el
que estar m u y atento para cambiarlo cuantío cual nunca vuelve a tener contacto con el
se llene, porque de lo contrario se formarán hueso debido a la presencia del implante y
coágulos en los tubos que impedirán, la sali- a la presión contra el hueso que produce la
da del resto de la sangre. Los sistemas de muerte del m i s m o . Esto también ocurriría si
plástico con envase en forma de acordeón en lugar de levantar el periostio se dejara
tienen el m i s m o inconveniente, pero, ade- éste y la placa se pusiera encima, en v i r t u d
más,, los que existen actualmente de fabrica- de que la presión provocada p o r ella se en-
ción nacional h a n dado malos resultados cargaría de eliminar la vascularidad, y sobre
debido a que el recipiente se llena m u y p r o n - todo porque entre periostio y tejidos blan-
to y deja coagular la sangre en los tubos, por dos habría una separación provocada por el
esto, se prefiere utilizar el penrose que, aun implante. E n una ocasión llegó al H O M S u n
cuando tampoco es perfecto, ha dado menos enfermo con una necrosis aparentemente
complicaciones que los otros y nunca se le ha aséptica y seudoartrosis, pero cuando se re-
p o d i d o atribuir la causa de una sepsis. La tiró la placa se observó necrosis extensa, p o r
sangre sale bien por capilaridad, casi nunca lo que sólo faltaba algún tiempo para que se
deja hematomas y cuando lo hace son de pe- hubiera manifestado clínicamente la sepsis.
queño tamaño; el único inconveniente es que En estos casos el tratamiento fue el mismo
hay que cambiar los vendajes si se empapan, que en u n enfermo infectado, es decir, vas-
por lo cual se dejan apósitos gruesos que ab- cularización del foco para eliminar la sepsis
sorban bien la sangre; éstos se cambian al día y aplicación posterior de u n implante y u n
siguiente, lo que no molesta en absoluto injerto óseo. Por desgracia, se sabe que otros
v porque se tiene como costumbre revisar la cirujanos probablemente no opinan lo mis-
herida en ese momento. mo y se limitan solamente a reponer el i m -
146 Cap. 12. Prevención de las enfermedades óseas

plante en la m i s m a cirugía, con lo cual la de infección obtenía granulación que cubría


infección no tarda en presentarse. al hueso y aseguraba su vitalidad. Si por el
O t r o p u n t o m u y importante está relacio- contrario se deja esa fractura abierta a la ex-
nado con la idea de que la cirugía debe ser pectativa, con antibióticos y curaciones,
rápida, porque así se pueden evitar las com- pronto se generará u n proceso infeccioso en
plicaciones sépticas. La cirugía rápida y ella, lo cual indica que en estos casos es i n -
atraumática es la mejor, pero si para ello se dispensable el tratamiento activo para vas-
traumatizan los tejidos las posibilidades de cularizar la zona. En resumen, todo esto
sepsis son mayores que si se hace el procedi- quiere decir que al contrario de lo que suce-
miento lento y atraumático. Como ejemplo de en ciertos hospitales, las fracturas abier-
bastará m e n d o n a r algo que sucedió hace bas- tas se han de poner en manos d e l cirujano
tantes años, cuando u n cirujano hizo una la- más capaz y n o del principiante; más aún, es
minectomía en m e n o s de 20 minutos y luego
imprescindible que todos los hospitales ten-
pidió que se cerrara la herida; la sorpresa fue
gan cirujanos ortopédicos perfectamente ca-
grande al ver la cantidad de tejidos necrosa-
pacitados para resolver estos menesteres.
dos que había dejado, lo que llevó otros 20 m i -
nutos para retirarlos y empezar el d.erre de la
incisión. En v e r d a d , la cirugía rápida y
PROBLEMAS A M B I E N T A L E S
atraumática se lleva a cabo cuando no se
E N EL Q U I R Ó F A N O
p i e r d e n tiempos quirúrgicos y no cuando el
cirujano tiene prisa y decide terminar pron-
Aquí se denomina cuidados ambientales a
to, a u n a costa d e lo que fuere. Durante el
los siguientes: el recambio de aire p o r hora
t i e m p o de sus estudios de medicina, el autor
en una sala quirúrgica, la ropa utilizada, los
de esta obra t u v o la oportunidad de instru- instrumentos y equipos estériles, la actitud
m e n t a r bastantes veces en las cirugías del del equipo quirúrgico, el número de veces
doctor Benjamín T r i l l o , director del Hospital que se abren las puertas, etcétera. N o se i n -
de Jesús de México, primer hospital creado sistirá mucho sobre estos puntos, pues se
en América. El doctor Trillo operaba u n tratan extensamente en libros y revistas al
b o d o en más o menos 45 minutos, y sin em- alcance de todos. Es lógico aceptar que el su-
bargo nunca se notó que tuviera prisa; lógica- dor del cuerpo y la cabeza pueden contami-
mente, sus posoperatorios eran magníficos. nar la herida, que los cubrebocas delgados
Respecto de las fracturas abiertas parece dejan salir parte de la saliva, etcétera.
que el cirujano se ampara en el hecho de que En la cirugía ortopédica es ideal tener salas
se trata de u n hueso que está en comunica- con flujo laminar en muchas de las interven-
ción c o n el exterior. Es verdad que el hueso ciones, y que además sea posible que el anes-
expuesto tiene m á s probabilidades de infec- tesiólogo y la enfermera circulante queden
tarse que el cerrado, pero también es cierto fuera del recinto propiamente quirúrgico. El
que h a y toda una serie de mecanismos que uso de escafandras y aire acondicionado apo-
se p u e d e n llevar a cabo para que los tejidos yan la eficacia de estos medios. N o se justifica
conserven su vascularidad por medio de la que este tipo de recintos se reserven exclusi-
cirugía y la sepsis n o se presente. Durante su vamente para las prótesis y alguna otra i n -
estancia e n el Hospital S a i n f Charles, de tervención y n o se utilicen también para
M o n t p e l l i e r , Francia (servicio del profesor seudoartrosis asépticas o fracturas diafisa-
Vidal) el autor de este texto p u d o demostrar rias que se operarán a foco abierto así como
con algunos casos que cuando se presentaba para otras cirugías que implican gran dificul-
una fractura abierta con pérdida de partes tad y cuya infección es grave.
blandas y la trataba como si fuera una infec- Sobre las ventajas del flujo laminar con cá-
ción, por medio de la escarificación, en lugar mara y escafandras, además de la influencia
Problemas ambientales en ei f|iiirófaiio 147

directa que se obtiene peque el aire está esté- tenga infecciones, pues el flujo laminar lim-
ril, el doctor Mariano Fernández Fairen, de pia el ambiente pero no protege de los erro-
España, en el Primer congreso internacional res cometidos por el cirujano. Por tanto, si
de infecciones óseas realizado en la ciudad un médico tiene un índice de sepsis después
de México, en octubre de 1988, mencionó de sus cirugías de 8.12 o 15%, antes de pen-
que con este tipo de cámaras se eliminaba sar en que debe usar flujos laminares tiene
toda una serie de actos inadecuados que que observar cuidadosamente qué sucede en
suelen verse en los quirófanos, como son: sus intervenciones quirúrgicas y de qué ma-
hablar mucho, mojar los cubrebocas, mojar nera está produciendo la muerte tisular. Por
ios gorros con sudor, dejar el cabello al aire el contrario, cuando el cirujano tiene u n 2.5%
libre, etcétera. de infecciones óseas en su práctica de la ciru-
Ahora bien, se debe entender que las salas gía, el flujo laminar disminuirá más esta ci-
con flujo laminar de ninguna manera pueden fra, y si emplea antibióticos preventivos la
evitar que un cirujano productor de necrosis bajará todavía más.
Réquiem

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