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5. Materiales V: efectos de la filiación y alimentos.

5.1 [Alimentos, cuidado personal y relación directa y regular] CARRETTA MUÑOZ, Francisco y GREEVEN
BOBADILLA, Nel, Régimen de alimentos, cuidado personal y relación directa y regular aplicado a la decisión judicial,
Der Ediciones, 2020, pp. 1-78.
5.2 [Alimentos] Ley 14.908.
5.3 [Otros efectos de la filiación] QUINTANA VILLAR, María Soledad, Derecho de Familia, 3° ed., Ediciones
Universitarias de Valparaíso, 2020, pp. 391-411.

Régimen de cuidado personal. ---pág. 5


RDR--pág- 18
Derecho de alimenos-- pág. 26

iEl total de páginas de lectura es 98. Sin perjuicio de los textos contenidos en esta separata, se proveerán lecturas complementarias cuando el equipo docente
lo estime pertinente. Asimismo, el equipo docente se reserva la facultad de modificar el contenido de la separata, guardando siempre el cuidado de hacerlo de
forma oportuna y solo cuando las necesidades académicas así́ lo recomienden.
5.1. [Alimentos, cuidado personal y relación directa y regular] CARRETTA MUÑOZ, Francisco y GREEVEN BOBADILLA, Nel,
Régimen de alimentos, cuidado personal y relación directa y regular aplicado a la decisión judicial, Der Ediciones, 2020, pp. 1-78.
(Total: 78pp.)
Régimen de cuidado personal. ---pág. 5
RDR--pág- 18
Derecho de alimenos-- pág. 26
pág 29, 30, 31?
Régimen de cuidado personal. ---pág. 5
RDR--pág- 18
Derecho de alimenos-- pág. 26
Régimen de cuidado personal. ---pág. 5
RDR--pág- 18
Derecho de alimenos-- pág. 26
5.3. [Otros efectos de la filiación] QUINTANA VILLAR, María Soledad, Derecho de Familia, 3° ed., Ediciones Universitarias de
Valparaíso, 2020, pp. 391-411. (Total: 20 pp.)
pERECHO dtí FAMILIA 391

jV. CORRECCIÓN
gn este tercer derecho-deber de los padres, cual es, el de corregir a los hijos, se manifiesta, como
en toda la Ley No 19.585, la influencia de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Es así como, en el inciso primero del artículo 234 CC, se explícita un límite al ejercicio de la fa-
cultad de corrección: ha de realizarse cuidando no menoscabar la salud ni el desarrollo personal

del hijo, excluyendo toda forma de maltrato físico y psicológico y debiendo, en todo caso, ejercerse

en conformidad a la ley y a la Convención sobre los Derechos del Niño.

Mientras que el inciso 2° añade, que si se produjese tal menoscabo o se temiese fundadamente
ocurra, el juez, a petición de cualquiera persona o de oficio , decretará medidas cautelares

especiales en resguardo del hijo, medidas que no son otras que aquellas establecidas en el artículo
71 de la Ley No 19.968.

Por su parte, de conformidad con el artículo 271 No 1 CC, el maltrato habitual al hijo es una causal

de emancipación Judicial, salvo que correspondiese ejercer la patria potestad al otro progenitor.

Observamos, en esta norma, influencia de lo personal en lo patrimonial.

Recordemos, también, que la Ley de Matrimonio Civil enumera como una de las causales especí-

ficas de divorcio, el atentado contra la vida o malos tratamientos graves contra la integridad física
o psíquica de alguno de los hijos, art. 54 No 1°.

La Ley de Violencia Intrafamiliar No 20.066 es, asimismo, afínente, ya que, al definir violencia

intrafamiliar, en el artículo 5°, señala que es constitutivo de ella, todo maltrato que afecte la

vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido determinados vínculos con el

ofensor, los que pasa a enumerar, mencionando, en su inciso 2°, entre los posibles afectados, a los
menores de edad, los adultos mayores y discapacitados.

En relación con este tema, es preciso tener en cuenta, acerca de la posibilidad de los padres de
solicitar al tribunal que determine sobre la vida futura del hijo por el lapso que estime conve-

niente hasta que cumpla dieciocho años, que el juez resolverá teniendo en vista no el interés o la
conveniencia de los padres, sino el bienestar del hyo, art. 234 inc. 3° CC.

Este, que es uno de los principios inspiradores de dicha ley, debe ser, al mismo tiempo, el criterio

directriz que ha de ser considerado por el juez, al resolver respecto de estas materias.

413 Aquí, entonces, el legislador concede una acción popular.


392 Criaría Soledad Quintana Vil

El inciso final del artículo 234 ce prescribe que no podrán los padres, por su sola voluntad, mo-
dificar las resoluciones del juez.

V. CRIANZA Y EDUCACIÓN
El actual artículo 224 CC, en su inciso 1°, lo relaciona con el cuidado personal y lo fundamenta

en el principio de la corresponsabiíidad, expresando: ambos padres, vivan juntos o separados,

participarán en forma activa, equitativa y permanente en la crianza y educación de sus hijos".

Corresponde, entonces, en primer lugar, a los padres, quienes deberán orientar al hijo hacia su

pleno desarrollo, intentando que este alcance la actualización de todas sus potencialidades tanto

espirituales como materiales. Dada su estrecha vinculación con el cuidado personal, se aplican las

reglas ya estudiadas respecto a quién o quiénes lo detentan.

De acuerdo con la primera acqoción que da del vocablo crianza el Diccionario de la Lengua Espa-

ñola, ella apunta a la alimentación del hijo y, conforme a otra de sus acepciones, es sinónimo de

educar a los hijos, concepto más amplio que instruir.

Dirigir la educación de los hijos es un derecho, que, como los otros, es, al mismo tiempo, un

deber, y está consagrado constitucionalmente, art. 19 No 10. El legislador civil se refiere a él, en

el artículo 236.

1. CESACIÓN DEL DEBER DE EDUCACIÓN DE LOS HIJOS


El derecho-deber de educar cesará "respecto de los hijos cuyo cuidado haya sido confiado a otra

persona, la cual lo ejercerá con anuencia del tutor o curador, si ella misma no lo fuere , art. 237 CC.

Además, en los casos de procedencia de los artículos 203, 238, 239 CC y 370 bis CP.

2. SOPORTAR LOS GASTOS DE CRIANZA Y EDUCACIÓN


Este deber está desarrollado en los artículos 230 a 233 CC, siendo necesario efectuar algunos

distingas:
i) Si los padres están casados bajo régimen de sociedad conyugal, los gastos de crianza y edu-

cación constituyen uno de los rubros del pasivo absoluto de la sociedad conyugal, arts. 230

inc. 1° primera parte, 1740 No 5 y 1744 CC.

ii) Si no fuese este el régimen matrimonial o si los padres no estuviesen casados, cada uno de

ellos deberá contribuir según sus facultades económicas, art. 230 inc. 1° segunda parte CC.

iii) En caso de fallecimiento de uno de los progenitores, los gastos serán solventados por el so"

breviviente, art. 230 inc. 2 CC.


DESECHO dtí FAMILIA 393

iv) De tener el hijo bienes propios, los gastos de crianza y educación, como los de su establecí-

miento, podrán extraerse de ellos, intentando conservar íntegro el capital, art. 231 GC.

v) El artículo 232 CC dispone que, si faltan los padres o si sufren insuficiencia, la obligación
de alimentar y educar al hijo carente de bienes pasará, en primer lugar, a los abuelos de la

línea del padre o madre que no proveer en subsidio de ellos, a los abuelos de la otra línea.
vi) De existir desacuerdo entre los obligados a la contribución de los gastos de crianza, educa"

ción y establecimiento, el juez la determinará, evaluando las respectivas facultades econó-

micas. Esta resolución judicial produce solo cosa juzgada formal, por cuanto es modificable,
si hay cambio en las circunstancias, art. 233 CC.

A. El hijo alimentado y criado por otro


Cuando los padres, que hubiesen abandonado al hijo —siendo este alimentado y criado por un

tercero— quisieren recuperarlo, deberán previamente, por una parte, obtener la autorización del

juez, quien únicamente la concederá si considera que, por razones graves, es de conveniencia del
hijo otorgarla y, por otra, pagar, a la tercera persona, los costos de crianza y educación tasados
judicialmente, art. 240 CC.

En esta materia, la Ley No 19.585 agregó, expresamente, que las razones graves deben tener reía-
don con la conveniencia del hijo.

Cabe hacer presente, en relación con este artículo que, desde antiguo, la especie de derecho legal
áe retención consagrado en él, ha sido criticada por los autores. Crítica que se ha agudizado en los

últimos tiempos, pues se piensa que contradice tanto los principios de la Ley de Filiación como

disposiciones constitucionales —especialmente los artículos 1°, 19 Nos 1 y 4— y la Convención

de los Derechos del Niño, tratado internacional suscrito y ratificado por nuestro país414.

Es este, sin duda, un tema muy sensible que toca situaciones de por sí dolorosas.

Al respecto, se debe tener en consideración que no es suficiente para estimar que se configura

abandono, de acuerdo con el artículo 240 CC, el mero hecho de colocar al hijo en casa de terceres,
art. 47 Ley de Menores.

B. El hijo menor de edad ausente de la casa paterna

Art. 241 CC

Cuando el hijo menor de edad, ausente de su casa y en urgente necesidad, no puede ser asistido

por el padre o madre titular de su cuidado personal, se presumirá —presunción simplemente

414 En este sentido, RAMOS, ob. cit.. No 621, p. 470.


394 CMaria Soledad Quintana Villar

legal— la autorización de este o esta para las suministraciones que se le hagan, por cualquier

persona, en razón de alimentos, atendiendo a la posición social del hijo.

Aquel que auxilia al menor de edad debe dar noticia al padre o madre, lo más pronto posible. La

omisión voluntaria, a este respecto, extinguirá la responsabilidad.

En caso de muerte o inhabilidad de los padres, responderá la persona a quien corresponde sus-
tentar al hijo. La responsabilidad, en este contexto, se traduce en la obligación de restituir el

desembolso efectuado por las suministraciones prestadas.

El actual legislador suprimió la alusión, que hacía el antiguo, a la fortuna del padre. Tampoco se

refiere ahora, como sí lo hacía antes, al hijo de mala conducta o que se pudiese creer se ausentó

de la casa paterna sin consentimiento.

VI. OTORGAR EL ÁSENSO —O NEGARLO


DEL HIJO MENOR DE EDAD QUE DESEA
CONTRAER MATRIMONIO
Me remito a las páginas referentes a las prohibiciones para contraer matrimonio, en que analicé

este tema.

VII. DEBERES DE LOS HIJOS PARA CON


SUS PADRES Y ASCENDIBNTES
1) Respeto y obediencia, y
'2) Cuidado y socorro.

1. RESPETO Y OBEDIENCIA A LOS PADRES

Mientras en la vieja legislación, el artículo 219 CC imponía a los hijos legítimos el deber de respeto
y obediencia a ambos padres, agregando "pero estarán especialmente sometidos a su padre , el ar-

tículo 276 CC extendía este deber, asimismo, a los naturales, declarando que si ambos progenitores
habían reconocido al hijo y estaban vivos, estarían "especialmente sometidos al padre". Frase doble-

mente anacrónica, por una parte, ordenaba el sometimiento de los hijos, esto es, su sujeción, con

toda la carga semántica negativa, y, por otra, manifestaba una supremacía del padre sobre la madre.

Este deber está actualmente regulado en el artículo 222 CC. La Ley No 20.680 mantuvo su ubica-

don, trastocando el orden de los incisos, como he anticipado, dejando como primero aquel que
recoge el mandato de los tratados internacionales ratificados por Chile y que expresa La preocu-
DERECHO átí FAMILIA 395

pación fundamental de ios padres es el interés superior del hijo, para lo cual procurarán su mayor

realización espiritual y material posible, y lo guiarán en el ejercicio de los derechos esenciales que

emanan de la naturaleza humana de modo conforme a la evolución de sus facultades".

Es, ahora, el segundo de los incisos —anterior primero—, el que prescribe que los hijos deben a

sus padres respeto y obediencia.

He señalado que esta modificación de la ubicación de los incisos no es indiferente, evidencia la

prioridad que el nuevo legislador otorga a los deberes de los padres para con los hijos.

2. CUIDADO Y SOCORRO A LOS PADRES Y ASCENDIENTES

El artículo 223 CC impone a los hijos, aun cuando estén emancipados, el deber de cuidar y soco-

rrer a sus padres siempre que lo necesiten, añadiendo que los demás ascendientes gozan de esta
prerrogativa a falta de los descendientes de grado más próximo o de insuficiencia de estos.

Dado los términos ocupados por el legislador, no cabe restringir esta asistencia al ámbito mera-
mente material o pecuniario, sino se han de entender incluidos, también, los cuidados de toda

índole que la persona del ascendiente necesite.

Los antiguos artículos 220 y 221 CC, si bien exigían a los hijos —sin distinción— eí deber de

cuidado y socorro de los padres, en relación con los otros ascendientes, solamente les concernían

si aquellos tenían la calidad de legítimos .

3. INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES

No es facultativo, para el hijo, la observancia de estos deberes, puesto que el incumplimiento


acarrea consecuencias, como la posibilidad de desheredamiento, si la infracción constituyese una
indignidad —arts. 1208 No 2 y 968 No 3 CC~~, o pudiésemos calificarla como injuria atroz416.

4. LIMITACIÓN A LOS DEBERES


La afirmación acerca de los deberes de los hijos para con sus padres ha de ser matizada, por cuan-
to, en ciertos casos, se los exime de su cumplimiento.

415 Es pertinente recordar que, por su parte, los hijos cuyos padres no habían contraído matrimonio, no eran

sujetos activos de la acción de alimentos en contra de sus abuelos.

416 Art. 1208 Un descendiente no puede ser desheredaáo sino por alguna de las causas siguientes: 2a Por no
haberle socorrido en el estado de demencia o áestitución, pudiendo".
Art. 968 Son indignos de suceder al difunto como herederos o legatarios: ?3 El consanguíneo dentro del
sexto grado inclusive, que en el estado de demencia o áestitución de la persona de cuya sucesión se trata, no

la socorrió pudiendo .
396 CMaría Soiedad Quintana Villar

¿A qué hyo el progenitor no puede exigir las prerrogativas concedidas por ley?
1) A aquel cuya filiación hubiese sido determinada judicialmente contra su oposición, si<

que no mediare restablecimiento por parte del hijo plenamente capaz, art. 203 CC.

En relación con este tema, hay una norma —art. 1182— en el Libro III del Código Civil.

'De la Sucesión por Causa de Muerte" que sanciona, incluso, a los ascendientes: "No serán

legitímanos los ascendientes del causante si la paternidad o la maternidad que constii

o de la que deriva su parentesco, ha sido determinada judicialmente contra la oposición del

respectivo padre o madre, salvo el caso del inciso final del artículo 203 . Dicha remisión se

refiere a la contraexcepción, es decir, al posible restablecimiento de sus derechos.

Empero, existe un conflicto de disposiciones. La recién citada se contrapone con la norma

del artículo 994 inciso 2° del mismo texto legal, que únicamente sanciona a aquel —o aque-

Ha— cuya paternidad —o maternidad— ha sido determinada judicialmente contra su opo-

sición, no contagiando a sus ascendientes, ¿cuál de ellas prima?, ¿cuál es la norma especial?

2) Al que hubiese abandonado, art. 238 CC.

3) Al que fue sqparado de su lado, por resolución judicial, dada su inhabilidad moral, siempre
que esta resolución no hubiese sido revocada, art. 239 CC.

4) Al hijo contra quien haya cometido injuria atroz, art. 324 CC.

5) Al hijo que haya sido víctima de un delito sexual por el cual ha sido condenado, art. 370 bis CP.

La limitación de los derechos de los padres sobre sus hijos, cuando se dan los casos de proceden-

cía de las aludidas excepciones a la regla general, tiene su razón de ser en un afán sancionador,

por parte del legislador, para con aquellos progenitores que, a pesar de haber procreado, luego se

han desvinculado de los efectos o, por lo menos, de los deberes que la relación filiativa produce e,

incluso, han incurrido en graves inconductas en contra del hijo.

Hemos podido advertir como, en muchas de las disposiciones del ordenamiento jurídico relativas

a los menores de edad, subyacey, a menudo, se patentiza el principio rector en esta materia, a sa-

ber, el interés superior del niño. Y es este principio el que impone la obligatoriedad de los deberes

de los padres para con sus hijos.

Es preciso destacar que, aunque los progenitores se ven privados de sus prerrogativas en los casos

enumerados anteriormente, los hijos gozan de todos los derechos derivados de la filiación, en

atención al principio recientemente señalado.

Mencionaba, en párrafos pasados, que el progenitor que hubiese perdido sus derechos en relación

con su hijo por haber sido determinada la filiación en contra de su oposición, puede verse resta-

blecido en ellos por voluntad de este, una vez alcanzada la mayoría de edad.
DERECHO de¡ FAMILIA 397

El restablecimiento, por su trascendencia, es un acto solemne y las formalidades ad solemnitatem

son la escritura pública y el testamento. Si el perdón del hijo —el restablecimiento— consta en
el primero de los instrumentos, producirá sus efectos desde la subinscripción al margen de la

inscripción del hijo, siendo irrevocable. Si, en cambio, es una declaración testamentaria producirá

efectos desde la muerte del hijo, art. 203 inc. 3° CC.

VIII. PATRIA POTESTAD


Me he referido a ella de manera tangencial, ahora, su tratamiento específico.

Se aprecia en su regulación, el cambio de mentalidad del legislador; mientras antes se indicaban

los derechos del titular de la patria potestad, desde la Ley de Filiación —N 19.585— se agrega-

ron los deberes, manifestación de su preocupación preferente por el hijo.

El artículo 243 CC la define como "el conjunto de derechos y deberes que corresponden al padre

o a la madre sobre los bienes de sus hijos no emancipados . La definición merece críticas, pues

conforme a ella, si un hijo menor de edad no tuviese bienes sería inaplicable el estatuto de la pa-

tria potestad, empero, de todas formas, su titular tiene la facultad de representar al hijo. Por otra

parte, el legislador debió haber empleado la conjunción copulativa y, en vez de la disyuntiva o,

porque cabe el ejercicio conjunto de la patria potestad, desde la Ley ? 19.585 y, a partir de la
entrada en vigor de la Ley ? 20.680, esta es la regla general si los padres viven juntos .

1. EJERCICIO

El ejercicio de la patria potestad está ligado a la titularidad del cuidado personal, a partir de la
Ley No 19.585.

En esta materia, el Derecho de familia ha experimentado grandes cambios, ya que antes úni-

camente competía el ejercicio de la patria potestad de los hijos al padre, siempre que aquellos
fuesen, los llamados por la vieja legislación, legítimos418, esto es, de filiación matrimonial y

solo a falta del padre se le concedía a la madre, con algunas limitaciones. Por tanto, para que un

417 A contrario sensu, sí es un tercero quien está a cargo del cuidado personal del menor no ejercerá la patria

potestad ni gozará de todos sus atributos, pues, si bien podrá representar al menor y administrar los bienes no
pertenecientes a! peculio profesional, no gozará de los frutos.

418 No obstante, el estatuto de la patria potestad era aplicable, asimismo, a los adoptados de la adopción contrato
y de la adopción simple y aunque las Leyes Nos 7.613 y 18.703 que regulaban esta clase de adopción fueron
derogadas por la Ley ? 19.620, esta, recordemos, ¡es otorgó supervivencia mientras existan adoptados que
hayan obtenido la adopción en conformidad a ellas.
398 LTVÍaria Soledad Quintana Vil]

padre natural pudiese representar a su hijo debía ser su guardador, aplicándose las reglas de las
guardas con todas sus restricciones.

Recién la Ley No 18.802 —el año 1989—, reconoció el derecho que tenía la madre que detentaba

la tuición del hijo para solicitar la patria potestad. Desde la Ley ? 19.585, los titulares son padre
y/o madre importando solamente que la filiación esté determinada y que no sea aplicable alguna.

de las causales de excepción.

Hay que señalar, también, que rige este estatuto respecto de los derechos eventuales del que está
por nacer, art. 243 inc. 2° GC.

2. TITULARES

Interesa a los terceros conocer quién ejerce la patria potestaá, dado que requieren saber a ciencia
cierta que están contratando con la persona que legalmente detenta la facultad de representar

al hijo.

Sí los padres viven juntos:

i) Su ejercicio corresponderá al padre, a la madre o a ambos conjuntamente, según convengan,


en escritura pública o en acta extendida ante oficial del Registro Civil, subinscrita al margen

de la inscripción de nacimiento del hijo dentro de los treinta días siguientes a su otorga-

miento, art. 244 inc. 1° CC.

ii) De no existir acuerdo, la detentarán padre y madre en conjunto, en virtud de lo dispuesto en


el modificado inciso segundo del artículo 244 CC, solución que difiere sustancialmente de la

que daba la antigua legislación, la cual, a falta de acuerdo, atribuía la titularidad al padre.

Sin embargo, en lo tocante a los actos de mera conservación, los padres podrán actuar indis-

tintamente, pero respecto de los otros actos deberán hacerlo de manera conjunta. Si hubiese
desacuerdo de los padres o uno estuviese ausente o impedido o se negare injustificadamente

para actuar, será necesario recabar autorización judicial, art. 244 inc. 3° CC. Norma que fue

positivada con el objeto de permitir a cualquiera de los padres, especialmente a la madre,


la actuación en actos que no presuponen un cambio en el patrimonio del hijo. Conforme a

la historia fidedigna de la ley, ello acarrearía una desjudicialización en asuntos que por su

entidad no ameritan llegar a los tribunales419.

iii) Cuando el interés del hijo lo hace indispensable y a petición de uno de los progenitores,
el juez podrá atribuir el ejercicio de la patria potestad al padre que no la tenía o podrá

419 Historia de la Ley ? 20.680. Sesión 931, Segundo Informe de la Comisión de Constitución, Legislación,
Justiciay Reglamento, pp. 498-501.
DERECHO átí FAMILIA 399

radicaría en uno, si la ejercían de consuno. La sentencia, una vez ejecutoriada, deberá su-

binscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hijo áentro del lapso de treinta
días, art. 244 inc. 4° CC.

Ív) Si falta el padre o la madre que ejerce la patria potestad, le corresponderá su ejercicio al otro

progenitor, art. 244 inc. final CC.

Si los padres viven separados:


i) Será ejercida por aquel que detente el cuidado personal del hijo o por ambos, si así lo con-

vienen, art. 245 inc. 1 CC.

¡i) Por acuerdo de los padres o resolución judicial fundada en el interés del hijo, podrá radicarse el
ejercicio de la patria potestad en el otro padre o en uno solo, si la ejercían de manera conjunta.

Igualmente, basándose en dicho interés, podrán ejercerla conjuntamente, art. 245 inc. 2 CC.

Tanto el acuerdo como la resolución judicial deberán subinscribirse dentro de los treinta

días siguientes al otorgamiento, art. 245 inc. 2° parte final CC.

En el ejercicio conjunto de la patria potestad, se aplicarán las reglas establecidas en el inciso

tercero del artículo 244 recién comentadas, art. 245 inc. final CC.

Sí faltan ambos padres:


¿Cuándo se entiende que faltan ambos padres? Cuando la filiación respecto de ellos no está de-

terminada o ha sido determinada judicialmente en contra de su oposición o no tienen derecho

a ejercer la patria potestad. En cualquiera de estos casos, se nombrará un guardador al hijo, art.

248 ce.

La patria potestad es una institución privativa del padre, de la madre o de ambos. A falta de ellos,

cuando hay que nombrar un guardador, aunque fuese un ascendiente, no detentará la patria

potestad.

¿Qué valor tiene la subinscripción del acuerdo y de la sentencia?


Conforme al artículo 246 CC, esta viene a ser solamente una formalidad de publicidad, pues,

mientras ella no se practique, el acuerdo o la sentencia, en su caso, serán inoponibles a terceros.

¿Por qué, entonces, el plazo fatal de treinta días?

3. FACULTADES

La patria potestad confiere las siguientes facultades a su titular:

1) Derecho legal de goce de ciertos bienes del hijo;


2) Facultades administrativas, y

3) Derecho de representación.
400 tJMaría Soledaá Quintana ViH

A. Derecho legal de goce de ciertos bienes del hijo

Este derecho recae sobre determinados bienes del hijo, aquellos que conforman el llamado peculio
adventicio ordinario del hijo no emancipado cuya filiación esté determinada, art. 243 inc. 1° ce.

El legislador, de manera más precisa que antaño, llama primeramente a esta facultad derecho le-

gal de goce y no usufructo; esta denominación es más adecuada porque uno y otro no presentan
las mismas características, como anticipé al tratar la sociedad conyugal, no obstante, luego la
agrega que recibe, asimismo, "la denominación de usufructo del padre o madre sobre los bienes

del hijo , explicitando que en cuanto esté acorde con su naturaleza, se regirá por las reglas de este,

art. 252 inc. final CC.

El primero de los incisos de esta disposición lo define: El derecho legal de goce es un derecho per-
sonalísimo que consiste en la facultad de usar los bienes del liijo y percibir sus frutos, con cargo

de conservar la forma y sustancia de dichos bienes y de restituirlos, si no son fungibles; o con car-

go de devolver igual cantidad y calidad del mismo género, o de pagar su valor, si son fungibles".

Es apreciable la similitud con la definición legal de usufructo, art. 764 CC.

El titular de la patria potestad tiene el derecho de usar y gozar de los bienes del hijo no emancipa-

do, no de todos como ya adelantara, puesto que hay algunos excluidos. Puede llamar la atención
que el legislador le otorgue, además del derecho de uso, el de goce; la ratio legís sería que debe

hacerse cargo de los gastos de crianza y educación del hijo.

a. Características del derecho de goce

la Es un derecho legal, art. 250 inc. 1° CC

2a Privativo del padre, madre o de ambos, art. 258 CC, a. contrario sensu

3a Personalísímo, por tanto, no cedible, ni transmisible, tampoco embargable, arts. 252 inc.
1° y 2466 inc. final CC

4a No permanente, por cuanto termina con la emancipación del hijo, arí. 269 CC

Sa A diferencia del usufructo^ el titular de la -patria potestad no requiere rendir jianza ni caución de

conservación o restitución como tampoco efectuar un inventarío solemne, pero sí llevar una descríp-

don detallada, de los bienes desde que entra, a gozar de ellos, art 252 inc. 2° CC

Empero, si el titular contrajera nuevas nupcias y los bienes sobre los cuales tiene de-

recho legal de goce pertenecen a un hijo de filiación matrimonial, deberá realizar un

inventario solemne de los bienes de los cuales está gozando, art. 124 CC.
pERECHO dtí FAMILIA 401

Al tratar las prohibiciones legales para contraer matrimonio, específicamente la de las

segundas nupcias, critiqué la discriminación del legislador, que solo exige la confec-

ción de inventario de los bienes de hijos de precedente matrimonio, contradiciendo, de

esta manera, su declaración de que todos los hijos tienen iguales derechos ante la ley.

6a Si el titular de la patria potestad es la. madre casada bajo régimen de sociedad conyugal, se consídem-

rá separada parcialmente de bienes, en relación con el ejercicio de la patría potestad y de lo que en él

obtenga, rigiéndose por las normas del artículo 150, art. 252 inc. 3° CC

De no existir esta norma, los frutos ingresarían al haber social, gozando, por ende, de

ellos, el marido.

7a Si la patria potestad la ejercen de consuno padre y madre, el derecho legal de goce se distribuirá de la

manera que ellos hayan convenido y, a falta de acuerdo, se dividirá entre ellos por iguales partes^ art.
252. inc. 4° CC

El derecho legal de goce del titular de la patria potestad recae sobre ciertos bienes del hijo no
emancipado

Art. 250 CC

Para determinar sobre qué bienes recae el derecho legal de goce, es necesario saber qué bie-

nes están excluidos, ya que será, únicamente, de los no excluidos que padre, madre o ambos

tengan esta facultad.

Bienes excluidos

1) Los pertenecientes al peculio profesional o industrial del hijo compuesto por:

i) El producto de su trabajo, aunque se ejerza en colaboración o dependencia del

titular de la patria potestad;


ii) Los bienes adquiridos con el producto de dicho trabajo, y
iii) Los frutos de estos bienes.

El hijo tiene el goce de estos bienes y administra este patrimonio, denominado peculio

profesional o industrial, mirándose como mayor de edad, conforme al artículo 251 CC,

con algunas limitaciones, que están explicitadas en el artículo 254 CC: Para enajenar y

gravar los bienes raíces pertenecientes a este peculio, requerirá autorización judicial con

conocimiento de causa, constituyendo esta una formalidad habilitante, en consecuen-

cia, su omisión acarrearía la anulabilidad relativa del acto.

El artículo 439 CC concede al hijo sometido a curaduría, que tuviese un peculio profe-

sional, las mismas facultades de que goza el sujeto a patria potestad.


402 eM.na Solead Qyintan. ViH,,

2) Bienes que constituyen el denominado —por la doctrina— peculio adventicio extraorJn


río, art. 250 Nos 2 y 3 CC.

i) El numeral 2 excluye los bienes provenientes de una liberalidad —por acto entre

vivos o por sucesión por causa de muerte— hecha por un tercero al hijo, con una
de las siguientes condiciones: que no tenga el goce o la administración auii

ejerza la patria potestad o que el hijo obtenga la emancipación o que sea este _el
hijo— quien tenga el goce de estos bienes. El legislador interpreta la voluntad del

donante o causante, extrayendo estos bienes de la regla general, pues el titular de


la patria potestad no tendrá derecho de goce sobre ellos.

ii) Por su parte, el numeral 3 excqptúa los bienes que le habrían correspondido al

titular de la patria potestad, si no hubiese incurrido en una incapacidad, en una

indignidad o en una causal de desheredamiento y, a causa de ello, pasan al hijo.

En los casos determinados en los números 2 y 3 de la disposición en comento, el

goce de estos bienes corresponderá al otro padre, pero si este, a su vez, estuviese

impedido, la propiedad plena pertenecerá al hijo, dándosele un curador para la


administración, art. 253 inc. 2° CC.

B. Facultades administrativas

Art. 253 CC
La regla general, en esta materia, es que quien tiene el derecho de goce sobre determinados bienes,

los administra. Por lo tanto, el titular de la patria potestad solo tendrá facultades administrativas

respecto del llamado peculio adventicio ordinario del hijo no emancipado.

Ahora bien, ¿cuáles son las facultades administrativas del titular de la patria potestad?

Administra con vastas facultades, existiendo, no obstante, ciertas excepciones establecidas en pro

de la protección del hijo:


1) Para enajenar o gravar bienes raíces y derechos hereditarios del hijo, necesitará autorización

judicial con conocimiento de causa —art. 254 CC—, constituyendo la autorización del Juez

una formalidad habilitante, por ende, su omisión es sancionable con la nulidad relativa.

2) Solamente podrá donar bienes del hijo, arrendarlos por largo tiempo, aceptar o repudiar

una herencia deferida al hijo, cumpliendo las formalidades y limitaciones impuestas a los

guardadores, arts. 255, 402, 407 y 397 CC.

En consecuencia, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 402 CC —relativo a las guardas—,

podrá donar bienes muebles, previo decreto del juez, quien, para autorizar la donación, reque-

rirá que se acredite que es por causa grave y que la donación es proporcionada a las facultades
DERECHO dt> FAMILIA 403

del hijo. La sanción, si no se recaba la autorización del juez, sería la nulidad relativa, por

tratarse de una norma imperativa. En cambio, si el titular de la patria potestad donase bienes

raíces, la sanción tendría que ser la nulidad absoluta, dado que está prohibido por la ley.

En cuanto al arrendamiento, el artículo 407 CC fija las mismas restricciones que los artícu-

los 1749 inciso 4° y 1756 CC al marido administrador de la sociedad conyugal, respecto del

arriendo de los bienes raíces pertenecientes al haber social y al propio de la mujer, agregan-

do, en relación con el titular de la patria potestad, que tampoco podrá arrendarlos por más

tiempo que el que falte al hijo para llegar a los dieciocho años. La sanción es que el contrato

no será obligatorio para el hijo, por el tiempo que excediere de los límites, art. 407 CC.

3) En lo tocante a la aceptación o repudiación de una herencia deferida. al hijo, el titular de

la patria potestad, como si fuese guardador del hijo, para aceptarla tendrá que hacerlo con

beneficio de inventario y para repudiarla requerirá decreto judicial con conocimiento de

causa. Si la aceptase sin beneficio de inventario, el hijo no será responsable de las deudas

y cargas de la sucesión sino hasta concurrencia de lo que existiera de la herencia al tiempo

de la demanda o se probare haberse empleado efectivamente en su beneficio , arts. 255, 397,

1236 y 1250 CC.

De cara a la repudiación, se aprecia, conforme al artículo 1236 CC, que se debe contar con

autorización del Juez con conocimiento de causa no solo respecto de las asignaciones a título

universal, sino también de aquellas a título singular. La sanción, en caso que el titular de la

patria potestad repudiase sin haber cumplido con la formalidad impuesta, sería la nulidad

relativa, ya que dicha formalidad está establecida tomando en consideración el estado y la.

calidad del hijo.

4) Además, existen limitaciones para las particiones de herencias y de los bienes raíces en

que tenga parte el hijo. Tal como el guardador, el titular de la patria potestad necesitará

autorización del juez para pedir la partición, si bien no para intervenir en ella si se hace de

común acuerdo, en cuyo caso, se deberán tasar los bienes por peritos y obtener de la justicia

ordinaria, la aprobación de la partición, arts. 1322 inc. 1° y 1325 inc. 2° CC.

El nombramiento del partidor, si no lo ha hecho el juez, tendrá que contar con la aprobación
de este, art. 1326 inc. 1° CC.

El acto adolecería de nulidad relativa de omitirse la autorización Judicial para provocar la

partición o para aprobar la designación del partidor nombrado, por las mismas razones

expuestas recientemente.
404 CMaria Soledad Quintana Vill;

a. Responsabilidad del titular de la patria potestad por la administración de los bienes del htíf
El titular de la patria potestad responderá hasta de la culpa leve de los actos de su adminis-
tración. La regla general será que responderá por la propiedad de los bienes del hijo,

no por los frutos; salvo en el caso que tuviese la administración de los bienes y no su goce,
art. 256 CC.

b. Privilegio a favor del hyo


El hijo sujeto a patria potestad goza de un crédito privilegiado de cuarta clase por los bienes
de su propiedad que administra el titular de la patria potestad, art. 2481 ? 4 CC.

c. Causas de pérdida de la administración de los bienes del hyo


1) La emancipación del hijo, puesto que pone término a la patria potestad y las facultades

administrativas son atributos de que goza el titular de esta, art. 269 GC.

2) La suspensión de la patria potestad, en cuyo caso, le corresponderá ejercerla al otro

progenitor, siempre que no incurra, también, en alguna causa de suspensión. De ser así,

habría que designar un guardador para el hijo, art. 267 CC.


3) Que el titular se haya hecho culpable de dolo o de grave negligencia habitual, declarado
uno u otra en sentencia judicial, que deberá subinscribirse al margen de la inscripción

de nacimiento del hijo, art. 257 inc. 1° CC.

d. Obligación del titular de la patria potestad de poner en conocimiento del hyo la administración
ejercida sobre sus bienes
Al término de la patria potestad, el titular de esta pondrá a su hijo en conocimiento de la

administración ejercida sobre sus bienes, art. 259 CC.

C. Derecho de representación

El representante legal del hijo es el titular de la patria potestaá.

Si el hijo no estuviese sujeto a patria potestad, su representante legal sería su guardador.

En relación con este tema, cabe efectuar ciertos distingas, existiendo soluciones diversas si se

trata de actuaciones extrajudiciales o actuaciones Judiciales y acerca de estas, cabe, a su vez, hacer
subdistinciones.

a. Actos extrajudiciales

En los actos extrajudiciales, es preciso atender si el hijo es incapaz absoluto —impúber,


demente o sordomudo que no puede darse a entender claramente— o incapaz relativo
menor adulto—.
DERECHO de) FAMILIA 405

Si se trata de un incapaz absoluto, solo podrá actuar mediante su representante legal; en


cambio, si es menor adulto, podrá ser representado por este o autorizado por él para actuar

personalmente.

Hay, sin embargo, ciertos actos en los cuales el menor adulto no requiere ser representado
ni autorizado por el representante legal, aquellos referentes a su peculio profesional. Asimis-

mo, y fuera del ámbito patrimonial, puede testar y reconocer hijos. En páginas anteriores,
veíamos que, llegado a los dieciséis años, podrá casarse contando con el asenso de quien está

llamado por ley a prestarlo, si bien la omisión de este requisito no acarrea, como expresara,

la anulabilidad del matrimonio, sino otro tipo de sanciones.

Efectos de los actos y contratos del hijo sujeto a. patria potestad realizados por el titular de esta y que

no sean referentes al peculio profesional o industrial del hijo no emancipado

Es diferente la situación si el titular de esta se encuentra —o no— casado bajo régimen de

sociedad conyugal.

Si existe sociedad conyugal entre los padres, los actos y contratos del hijo no emancipado

que este realice fuera de su peculio profesional o industrial, ya sea autorizado, ratificado

por escrito o representado por aquel que ejerce la patria potestad, obligan directamente al
padre o madre, según las normas de la sociedad conyugal y subsidiariamente al hijo hasta

concurrencia del beneficio que a este le hubiese significado el acto o contrato en cuestión,
art. 261 inc. 1° CC.

Si no existiese sociedad conyugal, los actos y contratos obligan al padre o madre que intervi-

no en su celebración, quedándole a salvo la posibilidad de repetir en contra del otro proge"

nitor en la parte que le correspondiese proveer a las necesidades del hijo, art. 261 inc.2° CC.

En el ámbito patrimonial, decía, el menor adulto, si cuenta con peculio profesional o indus-

trial, podrá actuar casi con plena libertad respecto de él, salvo las limitaciones ya señaladas.

Si el menor adulto procede sin recabar la formalidad habilitante cuando fuese necesaria,

esto es, respecto de bienes no integrantes de su peculio profesional, obligará el peculio pro"
fesional o industrial, de tenerlo, art. 260 inc. 1° CC. Apreciamos que el legislador da una

norma especial, como medida de protección de los terceros contratantes. La regla general

habría sido la anulabilidad relativa del acto o contrato, la que se aplicará en el caso que el

menor de edad no tenga peculio profesional o industrial.

Si toma dinero a interés y compra al fiado fuera del giro ordinario de su peculio, sin contar

con la autorización escrita del titular de la patria potestad o del curador adjunto, en su caso,
406 iJMaría Soledad Quintana Vill:

no será obligado por estos contratos, sino hasta concurrencia del beneficio que de ellos haya
obtenido, art. 260 inc. 2° CC.

En relación con la actuación extrajudicial, no está contemplada la autorización subsidiaria

de la justicia. Nada se dijo sobre la posibilidad de que el titular de la patria potestad estu-
viese impedido o que se negase a celebrar un acto o contrato.

Contratos entre padres e hijos no emancipados

Dado que solamente se prohibe la celebración de los contratos de compraventa y de permu-

ta entre ellos —arts. 1796 y 1900 CC—, está permitida la celebración del resto, siempre,

claro está, que no exista incompatibilidad de intereses, pues, de darse esta, no cabe la

representación legal.

h. Actos judiciales
En los actos judiciales, si el hijo tuviese peculio profesional o industrial y el litigio versase

sobre un derecho relacionado con dicho peculio, actuará como si fuese mayor de edad, an.
251 CC.

De no ser así, es necesario distinguir:

1) Si el hyo actúa como demandante — actor-

En cuyo caso, a su vez, es menester subdistinguir:

i) Si actúa contra quien ejerce la patria potestad, deberá hacerlo con autorización

judicial, además, el magistrado le dará un curador para la litis, an. 263 inc. lu CC.

El titular de la patria potestad le proveerá de expensas para el juicio , art. 263


inc. 2° CC.

ii) Si actúa contra torceros, podrá hacerlo autorizado o representado por el padre o

la madre que ejerce la patria potestad, o por ambos, si la ejercen de manera. con-
junta" art. 264 inc. 1° CC.

Si el titular de la patria potestad negase su consentimiento o estuviese inhabilita-

do para prestarlo, el juez dará la autorización y nombrará al hijo un curador para

la litis, art. 264 inc. 2° CC.

2) Si el hijo actúa como demandado


Es necesario, también, distinguir:

i) Si el que litiga contra el hijo es el titular de la patria potestad, por mandato legis-

lativo le proporcionará expensas para el juicio, las que serán reguladas incidental-

mente por el juez debiendo tomar en consideración tanto la cuantía e importancia


pEREGHO ítí FAMILIA 407

de lo debatido como las facultades económicas de las partes , art. 263 inc. 2° CC.

La Ley N 19.585 vino a solucionar, de esta manera, un viejo problema, al disponer

la obligación del titular de la patria potestad de proporcionar al hijo las expensas

para la litis, solución especialmente importante de cara a los juicios de alimentos.

Aunque aquí no se menciona, como sí lo expresa el inciso 1°, para la actuación

del hijo como demandante, se infiere que el juez tendrá, asimismo, que nombrar
un curador para la litis.

ii) El tercero, para accionar civilmente contra el hijo, deberá dirigirse al titular de la

patria potestad pam que lo autorice a litigar o lo represente en Juicio. Si ambos


padres ejercen en conjuto la patria potestad, podrá dirigirse contra uno solo de
ellos, art. 265 inc. 1° CC.

Cuando el titular de la patria potestad se negase a prestar autorización o se encon-

trase imposibilitado de hacerlo, será el juez quien lo suplirá, nombrando, a la vez,


un curador para la litis, art. 265 inc. 2° CC.

En caso de acciones criminales —penales—, se dirigirán directamente contra el

hijo, pero el titular de la patria potestad deberá proporcionarle los medios necesa-
ríos para su defensa, art. 266 CC.

IX. SUSPENSIÓN DE LA PATRIA POTESTAD

Arts. 267 y 268 CC


Consiste en la interrupción del ejercicio de la patria potestad, no en su extinción.

Son causales de suspensión, en conformidad con la primera de estas disposiciones:

1) Demencia del padre o madre que ejerce la patria potestad. No se exige decreto de interdicción;

2) Minoridad del padre o madre que ejerce la patria potestad;


3) Estar en entredicho de administrar sus bienes quien ejerce la paüria potestad: esto es, some-

tído a interdicción por cualquier causa, y

4) Larga ausencia de quien ejerce la patria, potestad u otro impedimento físico de los cuales
derive grave perjuicio para los intereses del hijo, a que el padre o madre por ausencia o Ím-

pedimento no provee.

1. PROCEDIMIENTO

El procedimiento de la suspensión difiere, según si se trata de minoridad o de otra causal. En el

primer caso, opera ipso iure\ en los demás, en cambio, requiere de resolución judicial decretada

con conocimiento de causa y audiencia de los parientes del hijo y del defensor de menores, art.
268 inc. 1° CC.
408 CMaria Soledad Quintana Villar

La resolución en cuestión debe subinscribirse al margen de la inscripción de nacimiento del hii<


Su omisión la hará inoponible enjuicio, art. 268 Ínc. 3° CC.

2. TÉRMINO

El término de la suspensión puede ser decretado por el juez al cesar la causa que la motivó, si es

en interés del hijo, art. 268 inc. 2° CC.

Esta resolución, tal como la que decreta la suspensión, debe subinscribirse al margen de la ins~

cripción de nacimiento del hijo, so pena de inoponíbilidad, art. 268 inc. 3° CC.

Nada se dijo acerca de la suspensión por minoridad; es evidente que, en este caso, no se precisa

resolución judicial, opera de pleno derecho al llegar el padre o la madre, en su caso, a la mayoría

de edad, no requiriendo de subinscripción alguna.

3. EFECTOS

Al decretarse la suspensión:

1) La patria potestad será ejercida por el otro progenitor y de estar, también, suspendida respec-

to del otro padre o si este está impedido por cualquier causa de ejercerla, se deberá otorgar

un guardador al hijo menor de edad, art. 267 inc. 2° CC.


2) Si el padre o la madre se encuentran sometidos a guarda, la curaduría del hijo será ejercida

por el curador del padre o de la madre, arts. 440 inc. fínal, 449 incisos l°y 2°, 461 y 470 CC.

X. LA EMANCIPACIÓN
Está regulada en los artículos 269 y siguientes del Código Civil.

1. CONCEPTO

El artículo 269 define emancipación como aquel hecho que pone fin a la patria potestad del
padre, de la madre, o de ambos, según sea el caso.

Las disposiciones relativas a la emancipación son de orden público, de ahí que sus causales sean

solo las que la ley expresa y no otras.

De esta manera, cuando un tercero le hace una liberalidad al hijo sometido a patria potestad

con la condición que se emancipe y la liberalidad es aceptada, el legislador entiende que sobre lo

heredado, legado o donado bajo tal condición, no tendrá derecho de goce, el titular de la patria

potestad, sino le corresponderá al hijo o al otro padre conforme a lo dispuesto en los artículos 251
y 253 CC, art. 250 No 2 CC.
DERECHO át> FAMILIA
409

2. CLASES

Desde la Ley No 19.585, existen solamente dos clases de emancipación, legal y judicial, habién-

dose suprimido la voluntaria, art. 269 parte final CC.

A. Emancipación legal

Sus causales están establecidas en el artículo 270 CC. Se produce:

"1, Por la muerte del padre o madre, salvo que corresponda ejercitar la patria potestad al otro;

2. Por el decreto que otorga la posesión provisoria, o la posesión definitiva en su caso, de los bie-

nes del padre o madre desaparecido, salvo que corresponda al otro ejercitar la patria potestad;
3. Por el matrimonio del hijo, y
4. Por haber cumplido el hijo la edad de dieciocho años".

B. Emancipación judicial

Requiere de decreto judicial y sus causales se encuentran enumeradas en los artículos 271 CC y
370 bis CP. Aquel prescribe:
IL Cuando el padre o la madre maltrata habitualmente al hijo, salvo que corresponda ejercer la

patria potestad al otro;

2. Cuando el padre o la madre ha abandonado al hijo, salvo el caso de excepción del número

precedente;

3. Cuando por sentencia ejecutoriada el padre o la madre ha sido condenado(a) por delito que

merezca pena aflictiva, a pesar de que recaiga indulto sobre la pena, a menos que, atendida la

naturaleza del delito, el Juez estime que no existe riesgo para el interés del hijo, o áe asumir

el otro padre la patria potestad, y


4. En caso de inhabilidad física o moral del padre o madre, si no le corresponde al otro ejercer

la patria potestad .

Mientras antes de la Ley No 19.585, los malos tratos tenían que hacer peligrar la vida del hijo o

amenazar con producirle un daño grave, a partir de su entrada en vigor es causal de emancipa-
ción, el maltrato habitual. No se precisa, por tanto, que sea grave. Ello evidencia la influencia de
los tratados internacionales vigentes en Chile y un cambio de mentalidad que es apreciable en los

principios inspiradores del actual Derecho de familia.

En relación con la segunda causal —el abandono—, también producto de las modificaciones in-

troducidas por la Ley ? 19.585, se considera que incurre, en esta causal, el padre o la madre que

haya sido apremiado dos veces para el pago de pensiones de una misma obligación alimenticia,
arts. 19 Ínc. 2° letra b) Ley No 14.908.
410 (JMaría Soledad Quintana Villar

He dicho que las causales de emancipación son exclusivamente las enumeradas por el legislador,

desde la Ley ? 19.617, no solo por el civil, pues existe, asimismo, una en el Código Penal, en el

artículo 370 bis, tantas veces mentado en estas páginas. Así, quedará privado de la patria potes-
tad si la tuviere o inhabilitado para obtenerla si no la tuviere, quien cometiese algún delito sexual

contra un menor del que sea pariente.

Subinscripción de la sentencia
Toda sentencia que decrete la emancipación judicial debe subinscribirse al margen de la inscrip-

ción de nacimiento del hijo, art. 271 inc. final CC.

3. CARACTERÍSTICA

Art. 272 ce

La emancipación es irrevocable.

Sin embargo, hay excepciones a esta regla, desde la Ley No 19.585:


i) En el ámbito de la emancipación legal, si la causal fue la muerte presunta del titular, el juez

podrá dejarla sin efecto, si este reaparece y lo solicita, siempre que convenga a los intereses
del hijo.
ii) En el de la emancipación judicial, si la causal fue la Ínhabilidad moral del titular, el juez
podrá dejarla sin efecto, a petición del inhabilitado, si este acredita que ha cesado la inhabi-
lidad y consta que conviene a los intereses del hijo.

Este sería, entonces, un caso en que la resolución judicial que declaró la emancipación, produce

únicamente cosa juzgada formal.

La. resolución Judicial que da lugar a la revocación, para producir efectos, deberá subinscribirse al
margen de la inscripción de nacimiento del hijo.

Solamente podrá ser revocada la emancipación una vez.

4. EFECTO
Producida la emancipación, el hijo no estará sujeto a patria potestad. Si es menor de edad, será

necesario designarle un guardador para su representación legal y la administración de sus bienes,

de tenerlos, art. 273 CC.

XI. ALIMENTOS

Es, asimismo, un efecto de la filiación que será analizado posteriormente, al tratar el derecho de
alimentos.
DERECHO ití FAMILIA 411

¡Sío es sinónimo de socorro, podríamos decir que este es el género y alimentos, la especie. Socorro,
corno he afirmado, incluye toda clase de auxilio; alimentos, en cambio, se restringe a la esfera
económica.

XII. DERECHOS SUCESORIOS

Esta materia excede el ámbito del Derecho de familia, por ello, solo diré aquí, que la filiación

también incide en esta área. Empero, compete advertir que los derechos hereditarios no siem-

pre son recíprocos, podría ocurrir que el progenitor hubiese perdido todo derecho, incluidos los

sucesorios, en relación con el hijo, por diversas causales que ya han sido tratadas en esta obra.
Además, es posible, como se veía al estudiar el asenso, que el hijo incurra en una causal de deshe-

redamiento o de disminución de su porción abintestato.

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