Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ortiz de Rozas-J-1913-H74-T15
Ortiz de Rozas-J-1913-H74-T15
LA PLATA
TALLER DE IMPRESIONES OFICIALES
Señores Senadores:
Señores Diputados:
Saludo reverente en vosotros al pueblo de Bue
nos Aires, y al asumir en su nombre y por su vo
luntad libremente expresada el Poder Ejecutivo
de la Constitución, invoco al Ser Supremo para
que sugiera en mi espíritu levantados ideales y
medios adecuados para realizarlos.
El programa que me propongo desarrollar en
el brevísimo término de mi mandato, se sintetiza
en dos grandes aspiraciones que son eco fiel de
los anhelos públicos, del programa del partido
que levantó mi candidatura y concuerdan al mis
mo tiempo con actos solemnes producidos por
esta Honorable Legislatura con el aplauso unáni
me de la opinión.
Aspiro a presidir una evolución franca y sin
cera hacia los principios y las prácticas funda
mentales de la democracia, rodeando al comicio
de los prestigios que le corresponden como fuente
única de toda autoridad y de todo poder emana
do de la soberanía del pueblo.
Aspiro, asimismo, a establecer en todos los de
parlamentos del gobierno un orden perfecto, una
severa economía y el contralor a que deben estar
sometidos todos los que manejan caudales públi
cos, desde el gobernador abajo.
Tengo plena confianza en que la primera parte
del programa ha de cumplirse satisfactoriamen
te. La reforma electoral sancionada por Vuestra
Honorabilidad es una ley de indiscutible superio
ridad sobre la que le ha servido de modelo y que
tan favorablemente fué acogida por el pueblo de
la Nación.
Todos los actos preparatorios de la elección,
desde el sorteo de las comisiones empadronado
ras, hasta la instalación de las mesas receptoras
de votos, tienen el contralor de la publicidad y la
fiscalización de los representantes de todos los
partidos.
El Registro Cívico se basa en el padrón mili
tar; pero la inscripción hecha personalmente en
el domicilio del elector, previa presentación de su
libreta de enrolamiento, evitará la incorporación
de los que pretendan figurar en él dando un falso
domicilio.
El sistema de la ley provincial es perfecto en
cuanto garantiza a todos los partidos, o grupos,
una representación proporcional al número de
sus adherentes, mientras que la representación
de la minoría por la lista incompleta, sólo lo acuer
da — en proporción limitada — al partido que ob
tenga la segunda mayoría, quedando las demás
agrupaciones sin representación alguna. Final
mente la nueva ley provee a la represión de los
abusos, fraudes u omisión, con una severa pena
lidad cuya aplicación corresponde a la justicia or
dinaria, de suelte que, cada partido, o cada ciu
dadano, tiene en sus manos los medios eficaces
paia protejer sus derechos.
Respecto a la intervención que corresponde al
Poder Ejecutivo o a los funcionarios de su de
pendencia en la aplicación de la nueva ley, decla
ro solemnemente que ningún partido gozará de
prerrogativas que no sean comunes a todos y que
no he de amparar acto alguno que tienda a coartar
en lo más mínimo la libertad de los electores.
La segunda parte de mi programa ha de ser sin
duda de más difícil cumplimiento, dado el término
angustioso de que podré disponer y la necesidad
de desarraigar viejas tendencias hacia la prodiga
lidad reveladas en las diferentes esferas adminis
trativas.
Llamado inesperadamente al gobierno, del que
me separé al terminar la administración del señor
Ugarle, dejándola en un estado de extraordinaria
prosperidad, no alcanzo a explicarme las causas
que hayan podido producir la difícil situación pre
sente, cuando los ingresos del tesoro han excedido
a más del triple de los de aquella época. Me ha fal
tado el tiempo y los elementos directos de juicio,
para traer ante esta asamblea opiniones categóri
cas y fórmulas meditadas para reparar posibles
errores cometidos.
Me inclino a creer que la exuberante prospe
ridad alcanzada por la Provincia y la precipitada
valorización de la propiedad raíz, han extraviado
el criterio de algunos de mis predecesores en el
gobierno, induciéndolos al aumento inconsidera
do de los presupuestos, incorporándoles empleos
u organismos administrativos de dudosa necesi
dad, creando un personal de asesores y comisio
nes extraordinarias, encargado de relevar a los
funcionarios de estudios y tareas que les son pro
pias; y finalmente, a emprender costosas obras
públicas cuyos recursos, no realizados en gran
parte, las dejan inconclusas y endeudadas.
Si a esto se agrega la falta de energía en la per
cepción de los impuestos ordinarios y especiales,
denunciada en la reciente memoria de la Dirección
de Rentas por el celoso funcionario que ha estado
interinamente al frente de esa importante repar
tición, no cabe dudar que ha de encontrarse en
esos hechos la causa perturbadora de las finanzas
de la Provincia.
El ícmedio que se impone, no puede ser otro
que el señalado por el señor Gobernador Proviso
rio en su mensaje a esta Honorable Legislatura.
E s indispensable reaccionar contra la tendencia a
engrosar los presupuestos a título de realizar
obras de progreso que no sean de absoluta ne
cesidad y a dictar leyes especiales sin crear recur
sos efectivos para cubrir los gastos autorizados.
E s forzoso suprimir todo lo superfluo y resignar
nos durante algún tiempo a una vida de severa
economía, mejorando y activando enérgicamente
la percepción de las rentas con que han de sanear
se nuestras finanzas.
No se me oculta que dejo sin tratar muchos
asuntos de grande interés público, como los que
se refieren a educación común, salubridad, poli
cía, vialidad, obras de desagües, canales, etc., de
que he de ocuparme con solícito empeño; pero
creo que incurriría en justificada crítica, si me ex
tendiera en promesas de imposible cumplimiento
en los pocos meses de que podré disponer.
Entiendo que lo que la opinión pública ha de
reclamar de mi probidad de gobernante, es la apli
cación estricta de la nueva ley electoral, llamada
a afianzar el imperio de la democracia y las medi
das de previsión, orden y economía indispensables
para normalizar la Administración.
Si con vuestro apoyo lograse alcanzar tan gran
des fines, diría, repitiendo la conceptuosa frase
evangélica, que todo lo demás nos será dado por
añadidura.
Señores Senadores:
Señores Diputados:
Al retirarme de este recinto, llevo en el alma la
grata esperanza de que durante mi gobierno nin
gún partido político ha de sentirse inclinado a re
clamar el auxilio de un poder extraño, que venga
a garantizarle el ejercicio de sus derechos cívicos,
deprimiendo para ello los fueros y la soberanía de
la Provincia de Buenos Aires.