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UNIVERSIDAD INTERAMERICANA DE PANAMA

NOMBRE:
ANA ISABEL CASTILLERO MARTINEZ

MATERIA:
INTRODUCCION A LA CRIMINOLOGIA

TRABAJO:
ENSAYO ACERCA DE LAS OBRAS
CRIMINOLOGIA – MANUEL LOPEZ-REY
CRIMINOLOGIA – ALFONSO REYES

PROFESORA:
BEATRIZ PIMENTEL VILLAR

FECHA DE ENTREGA:
MARTES 22 DE OCTUBRE DE 2019 23:00 HRS.
En primer lugar, la criminología siendo una ciencia prácticamente nueva, ha
tenido una evolución rica en cambios en cuanto a su contenido, objetivos y
métodos. Desde el Enfoque Tradicional, que agrupa las más conocidas corrientes
de opinión como objeto de estudio de la criminología del delito, desde un sentido
juridicopenal, que pretenden explicar la criminalidad como fenómeno individual;
pasando por sub-enfoques positivistas, generales, clínicos y organizacionales;
hasta el Enfoque Critico que, se designa con este nombre al conjunto de
corrientes criminológicas opuestas a las tendencias tradicionalistas interesadas
fundamentalmente en explicar la criminalidad más individual que social y en
propiciar una política criminal conservadora del sistema, a través de varias
tendencias de las cuales cabe destacar, del paso al acto, interaccionista y radical.
Esta última es la que ha encontrado serias resistencias en los foros
internacionales en los que predominan las tendencias conservadoras y liberales.
Así mismo, desde sus orígenes, la Criminología, centra su investigación de
acuerdo con la conducta del individuo, que según la naturaleza del estudio de
dicho comportamiento, ocupan disciplinas científicas que se encargan de estos
estudios y suelen denominarse causal-explicativas, que investigan el origen del
hecho humano y su desenvolvimiento natural, como es el caso de la Sociología y
la Psicología; las normativas, que se ocupan de aquellos tipos de conducta
plasmados ya en normas legales, como lo es el Derecho; y aplicativas, que son
más bien un conjunto de técnicas mediante las cuales, todas las pruebas
científicas aportadas por las otras, enseñan la manera de responder las
interrogantes prácticas que ellas plantean, como los es la medicina.
De lo anterior expuesto, y según el criminólogo Manuel López-Rey;
conceptualmente podríamos identificar cuatro clases de criminologías que aunque
no es de fácil separación ya que, persiguen finalidades diferentes, requieren
métodos distintos que a su vez dan lugar a diferentes tipos de profesionales que
pueden o no coincidir en una misma persona, las cuatro formarían parte del mismo
todo criminológico.
Por ejemplo, estas serían; la Criminología Científica que tiene como finalidad
principal brindar un conocimiento científico del fenómeno de la criminalidad, el cual
está sujeto a diferenciaciones, contradicciones y críticas. Por lo general la
investigación criminológica da atención principalmente al problema de la
causación del delito.
Por otra parte, está la Criminología Aplicada, que se constituye de las
aportaciones de la criminología científica y de la empírica, no siempre
ortodoxamente científica, creada por jueces, funcionarios, profesionales, etc., que
forman parte del sistema penal, Código Penal, organización de tribunales,
tratamiento institucional, semi-institucional y en libertad, y prevención del delito;
esta última puede darse en buena parte fuera del sistema penal.
Ahora bien, la Criminología Académica, que aunque no es exclusivamente
descriptiva, es esencial y esta constituida por la sistematización de la criminología
en general, historias, teorías, métodos, aplicación etc. Su finalidad no es analítica
ni científica, es una criminología didáctica que se basa en la exposición
sistemática, mientras la científica se apoya en la investigación y la aplicada
persigue la finalidad práctica.
Y para concluir, la Criminología Analítica, que tiene como finalidad
determinar si las anteriores y la política criminal cumplen con su cometido.
Partiendo de esta premisa ejerce una función de supervisión de lo hecho, de lo
que se hace y deja de hacerse, e indica lo que debe hacerse, combinando lo
analítico con lo constructivo. Su índole analítica y crítica la convierten en la
criminología menos popular de todas.
A este respecto, en principio, cada criminología tiene su propio protagonista
que puede ser cualquier persona debidamente instruida y equipada, en y para la
labor criminológica de que se trate. Cabe considerar, por otra parte que, con esto
se trata de explicar el fenómeno del delito en sus orígenes y desarrollo dentro de
la sociedad, que lo produce y la forma en la que la sociedad reacciona ante el
hecho delictivo.
Ahora bien, tomando el delito como referencia, los delincuentes son objeto
de análisis dentro de las diferentes corrientes criminológicas, mediante las cuales
con clasificados según criterios de índole Biosicológicos, como lo es el caso del
delincuente “nato” que nace a partir del estudio científico realizado por Lombroso;
Tipológicos, que centran su atención en caracteres morfológicos definidos;
Caracterológica, con el que el delincuente cuenta con una disposición criminógena
de la personalidad al tiempo del acto así como también un modo particular de
conducirse; Clínicos, que son aquellos que delinquen ocasionalmente a causa de
fenómenos que caractericen algún tipo de enfermedad y que del cual se derivan
los hechos criminales. En todo caso, podemos indicar que, por delincuente se
entiende a toda persona que, ha cometido un hecho delictivo.
Por otra parte, la expansión de la criminalidad es un hecho que no puede
negarse. Debido a tal expansión, la criminología como ciencia del delito no ha
producido una explicación satisfactoria del mismo, con todo y las clasificaciones
de delincuentes anteriormente expuestas.
En este sentido se comprende que, la Condición Humana, expresión
mediante la cual, por su naturaleza y conducta del individuo, es el elemento
condicionador mas referente del fenómeno de la criminalidad. Como tal, se halla a
su vez condicionado por el poder, la desigualdad, el desarrollo y el sistema penal.
Como la desigualdad, que es directamente derivada de una estructura
socioeconómica, política y cultural, que exhibe desfavorablemente una manera de
vivir, coexistir y continuar viviendo en los que la libertad y la dignidad sufren
notoriamente. Es reflejo de una sociedad en la que la accesibilidad a los órganos
de poder, la participación directa en el desarrollo, las posibilidades de protesta
efectiva y la disponibilidad de medios para remediar la desigualdad son más
aparentes que reales. Sin duda, en tales quehaceres la condición humana juega
un papel, pero este y aquella se hallan en gran parte moldeados por esa
desigualdad. Esta, además de reflejarse en diversas modalidades de la
criminalidad, se manifiesta en forma evidente en la organización y funcionamiento
del sistema penal.
En síntesis, no necesariamente el delincuente es una persona marginal.
Podrá serlo en algunos casos, pero, por lo común estos implican que pertenecen a
esta categoría socioeconómica baja y es esta coincidencia la que lleva a la visión
de que el delincuente es también un marginado.
Observamos también que, según Alfonso Reyes, diferentes aspectos
sociales detallados en su obra determinan esta expresión a raíz de investigaciones
realizadas por diferentes especialistas en materia social. De lo cual, se deduce
una dinámica criminal dada por las formas delictivas de conductas desviadas de
grandes o pequeñas proporciones o implicaciones que ocupan o no al sistema de
justicia dada sus trivialidades o maros legales de aparente legalidad. Tanto
individual como organizada, constituyen en estos tiempos formas usuales de la
manifestación delictiva de la sociedad hambrienta de una pronta y eficaz solución.
No obstante, la criminalidad es y será siempre un fenómeno sociopolítico
consecuencia del funcionamiento y la forma en la que la comunidad actúa. Como
fenómeno sociopolítico es inherente a toda sociedad y debe ser reducida tanto
como sea posible mediante una conjugación adecuada de las finalidades del
poder, favorecimiento del desarrollo, supresión de las desigualdades injustas,
mejoramiento de la condición humana y reducción a un mínimo del alcance del
sistema penal.
Con referencia a lo anterior, se deduce que debe haber una planificación de
la política criminal, término utilizado por criminólogos para identificar una serie de
reformas o conveniencias de manera que se pueda intensificar la lucha contra el
delito. Las reformas a los sistemas penales dan el resultado esperado, pero ello no
significa que sean lo que debieran ser y, ha de desenvolverse conforme a ciertas
actividades como, la simplificación de forma y fondo (reforma) del Código Penal,
entre las más importantes. Destacando que, reformar significa modificar, corregir,
reemplazar, mejorar, revisar o innovar.
En cambio, como parte de las políticas de gobierno, la política criminal ha
existido siempre, pero en forma muy arcaica, fragmentada y poco sistemática, rara
vez conectada o asociada al desarrollo del país. La dependencia de la política
criminal respecto al derecho penal ha sido y es consecuencia de una concepción
de la función penal.
En síntesis, la finalidad de la justicia penal es de índole sociopolítica y
tiende a satisfacer las necesidades de protección, seguridad, asistencia y
desarrollo de la persona y de la comunidad. Por consiguiente, los procesos de
criminalización y descriminalización se dictan para salvaguardar las formas de
contaminación, explotación y producción que perjudican a la comunidad en
general o a un grupo o persona.
Todo lo anterior hacer referencia a las dificultades que enfrenta la
criminología como ciencia desde sus orígenes hasta ahora, por lo que el
criminólogo de la nueva era hace resaltar aspectos importantes pero no ha
aportado nada realmente nuevo. Y es que su Tarea no es tan fácil como se
piensa, exige no solo de independencia de criterio y objetividad, sino también una
formación profesional bastante distinta a la ya acostumbrada. La condición
sociopolítica de la criminalidad exige un criminólogo con adecuada formación
sociopolítica que la psicología, psiquiatría, biología, sociología, y otras disciplinas,
incluidas las modeladas estilo anti, aun necesarias en debida proporción, no
pueden proveer. Habrá siempre una variedad de criminólogos, pero en diversa
medida precisaran cada vez más de una preparación histórica, sociopolítica,
lógica, metodológica, informática sistemas etc., que les permita adentrarse en los
problemas criminales que generan los elementos condicionadores aquí
examinados.

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