Está en la página 1de 2

Winnicot y las paradojas del proceso de maduración.

Esta cuestión se plantea sobre el fondo de una paradoja, la de un yo que intenta


pensar su propio origen, en si indecidible. Winnicot intenta circunscribir los espacios
psíquicos en estado naciente, las experiencias históricas que posibilitan o dificultad la
constitución de los espacios internos, de los lugares psíquicos donde pueden
localizarse los fenómenos psíquicos.
Estas localizaciones internas, tributarias de las experiencias vividas, generan cierto
número de paradojas cuando se topan con otro imperativo psíquico que Winnicot supo
despejar claramente, la necesidad de una continuidad interna y externa/interna.
Las paradojas del proceso maduracional se realizan un modo de combinación
secundario/primario que asegura una continuidad tópica interna sin por ello (como en la
paradojalidad) desorganizar la tópica, en tanto los otros diferenciadores de la oposición
primario/secundario (el no, el tiempo, los diferenciadores lógicos. Etc.), por lo que a
ellos respecta, subsisten.
Tópica subjetiva y elaboración del hiato interno están ya en el centro de la primera
paradoja formulada por Winnicot en su articulo de 1949 sobre “el espíritu en sus
relaciones con el psicosoma”.
Winnicot pretende mostrar que la clásica oposición entre espíritu por un lado y cuerpo
por el otro, debe ser interrogada en sus fundamentos históricos-genéticos. Si el espíritu
no es una entidad totalizable, “localizable” la localización, observada en clínica, es
entonces interrogable.
La paradoja central de este autor, la del objeto transicional. Winnicot, en juego y
realidad, coloca a la paradoja en el centro de la transicionalidad.
“Llamo la atención sobre la paradoja que implica la utilización hecha por el niño
pequeño de lo que llame objeto transicional. Pido que se acepte y tolere una paradoja y
que se admita su carácter todavía irresuelto…Una ve aceptada y tolerada, esta
paradoja cobra valor para todo ser humano, que no solamente vive en el mundo
existente, sino que es susceptible de verse enriquecido siempre por la explotación del
vinculo cultural con el pasado y con el futuro. (D.W. Winnicot, 1971, pag.4)”
Lo que Winnicot quiere transmitir es la esencia de la ilusión (que no es la alucinación).
El objeto transicional (trozo de lana, trapo o cualquiera que acaricie el bebé) echa sus
raíces en una cierta cualidad de la experiencia con el pecho de la que ese objeto es la
reedición desplazada.
“Paradójicamente, el desarrollo normal del niño requiere de manera indispensable que
todo se le aparezca como una proyección”. Se trata de la experiencia paradójica,
ilusoria, cuya reedición por la actividad psíquica del niño da origen al objeto
transicional.
La experiencia paradójica de la transicionalidad, soporte de las primeras actividades
psíquicas, se apoya, se apuntala, pues, en los cuidados corporales, pero deriva de
ellos en un proceso apuntalado a su vez en el ambiente.
Como observa Freud, en la fantasía de escena primaria de sujeto asiste a su propia
concepción. Es la figura imaginaria en la cual el sujeto se crea (en la fantasía) como se
encuentra (hijo o hija de padre y madre).

También podría gustarte