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LOS ENANOS Y LOS GNOMOS

Los enanos son una raza de hombres y mujeres de pequeño tamaño, a los que en ocasiones se
confunde con gnomos. Sin embargo, no es difícil distinguir una raza de otra, ya que los gnomos
miden unos 12 centímetros de estatura, están perfectamente formados y son armoniosos en su
pequeñez, mientras que los enanos tienen el cuerpo torcido, la cabeza muy grande y la cara
distorsionada.
Normalmente los enanos viven bajo la tierra, pero emergen de ella para celebraciones como
bodas y aniversarios.
Los enanos son muy hábiles como mineros, herreros y metalúrgicos, y disponen de poderes
mágicos que les permiten encontrar metales preciosos para elaborar armas y otros artefactos.
Carecen de lenguaje escrito y se transmiten sus conocimientos en forma oral. Un aprendiz puede
pasar siglos aprendiendo los miles de secretos que esconden estos pequeños seres.
Tanto los gnomos como los enanos tienen una gran habilidad para predecir el futuro (hacer
profecías), aunque nunca la emplean para conseguir dinero.
Los gnomos se parecen a los pobladores del país donde viven, son benévolos, serviciales y de muy
buen humor. Su dieta es vegetariana, aunque consumen grandes cantidades de salchichas y salsas
picantes durante sus festividades. Conocen diferentes artes y oficios, como el tejido y la
carpintería, pero su principal tarea es vigilar los tesoros minerales de la tierra. Al principio vivían
bajo el suelo, pero la explotación de la tierra por parte del hombre los fue desplazando al punto
que un buen número de gnomos decidió iniciar una nueva vida sobre la superficie. Los primeros
gnomos de superficie (llamados despectivamente “gnomos superficiales” por sus parientes
subterráneos) aparecieron en los bosques de Europa y vivieron entre las raíces de los grandes
árboles. Con el tiempo se convirtieron en ayudantes invisibles de los humanos. La pequeña
lechera, cansada de su trabajo, encontraba todos los cubos llenos de leche cuando se levantaba
por la mañana; el pastor dormilón descubría al despertar que alguien había reunido el rebaño; y
muchos pobres sastres y zapateros prosperaron cuando familias enteras de gnomos se pusieron a
trabajar por las noches en sus talleres.

Tomado de Enciclopedia de las cosas que nunca existieron

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