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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE DERECHO, SEDE CHICLAYO

“Bienes Inmuebles en la Sociedad Conyugal”

CURSO:

Derecho Reales

AUTORES:

Burga Delgado, Natalia Lorena U20312013


Heredia Huamán; Rosalinda del Rosario U21214194
Víctor Alfonso Vllaverde Sarmiento U20234300

DOCENTE:

Sánchez Coronado; Carlos Alberto

Chiclayo, Julio del 2023


Introducción

Conceptualizar la palabra matrimonio es algo complejo, según Varsi Rospigliosi, la doctrina


nacional proporciona profundas reflexiones históricas, políticas y sociológicas, tomando en
cuenta ello, no hay uniformidad en los conceptos doctrinales, pues estos pueden ser mutables
y se deben ir adaptando a los cambios sociales que se van dando con el paso del tiempo. Sin
embargo, podemos tomar en cuenta que dentro de nuestras leyes se encuentra regulado el
matrimonio, siendo expresado en el Código civil, en su artículo 234° donde se menciona que el
matrimonio es “la unión voluntariamente concertada por un varón y una mujer legalmente
aptos para ella y formalizada con sujeción a las disposiciones de este Código, a fin de hacer vida
común”.

Entendemos entonces que el derecho de familia implica un conjunto de principios que se


encargan de regular el matrimonio, su vigencia, efectos, disolución, unión estable, parentesco e
institutos complementarios de tutela y custodia. (Carvalho, pág. 1616).

La celebración del matrimonio produce efectos jurídicos personales y patrimoniales, pues, el


matrimonio es un negocio solemne mediante el cual un hombre y una mujer asumen un
compromiso.

Basado en lo anterior, entendemos que, un tema de gran importancia en el Derecho de familia


y que es altamente complejo es el relacionado al ordenamiento de las relaciones económicas y
patrimoniales de los conyugues entre sí y con respecto a terceros. Dentro de los marcos
llamados regímenes de comunidad un área especialmente problemática y conflictiva es la
relacionada a la administración y disposición de los bienes comunes y que en la mayoría de los
ordenamientos jurídicos que siguen este sistema y más o menos excepcionalmente individual,
como ocurre con algunas diferencias tanto en el Derecho español como el Derecho peruano.

Podemos ver también que, de forma general, el conjunto de actos a los que están facultados a
realizar los conyugues en relación con sus bienes en común, el acto de disponer representa
como el más grave en comparación con el de administración o de conservación ya que los actos
de disposición son todos aquellos que comprometen el patrimonio que les pertenece, como
los gravámenes, enajenaciones constitución de derechos reales sobre inmuebles, por tanto, los
conyugues son los únicos que pueden disponer de los benes comunes de su patrimonio
común, pero la medida de su intervención será conforme a lo dispuesto en la regulación
vigente del orden jurídico.
I.- Planteamiento de la Pregunta.

¿Los Bienes Inmuebles de la sociedad conyugal pueden ser transferidos por un solo cónyuge?

Según nuestro Código Civil en articulo 315 nos dice “Para disponer de los bienes sociales o
gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer. Empero, cualquiera de ellos
puede ejercitar tal facultad, si tiene poder especial del otro.

Lo dispuesto en el párrafo anterior no rige para los actos de adquisición de bienes muebles,
los cuales pueden ser efectuados por cualquiera de los cónyuges. Tampoco rige en los casos
considerados en las leyes especiales”.

Se entiende que para poder disponer de cualquier bien social conyugal se necesita la
participación de ambos conyugues, pero si uno de ellos cuenta con un poder especial otorgado
por el otro miembro de esta sociedad conyugal y si se ajusta a las leyes vigentes si podrá
disponer del bien social.

II.- Postura de los autores.

2.1. Dra. Romina Santillán Santa Cruz.

La Dra. Romina Santillán Santa Cruz nos dice “Los cónyuges, según se puede entender, son los
únicos legitimados para disponer de los bienes comunes o comprometer su patrimonio común,
pero la medida de su intervención vendrá finalmente determinada conforme a lo dispuesto en
la regulación vigente de cada orden jurídico. Así, como ya antes se ha advertido, puede pasar
que, frente a la regla general de la actuación conjunta de los cónyuges para disponer de los
bienes comunes, se establezca excepcionalmente la posibilidad de una disposición individual
de tales bienes, que siempre que se efectúe en el seno de lo preceptuado tendrá plena
eficacia”.

Para poder realizar con eficacia cualquier acto de ejercicio que corresponda sobre los derechos
de quien es titular se le conoce como “legitimidad”. Bajo este mismo criterio debemos
entender que legitimación es la facultad que se tiene para poder disponer o transferir las
posiciones o las situaciones jurídicas subjetivas, a fin de que el contrato surta efecto.

También nos dice que “En el régimen peruano de gananciales se contemplan distintos
supuestos legales de disposición de los bienes comunes. Las diferentes posibilidades de
actuación personal que se acogen para la disposición de estos bienes en la sociedad de
gananciales, como es de esperarse, darán lugar a la aparición de diferentes tipos de efectos en
la posición patrimonial de los cónyuges, así como en su relación con los terceros que contraten
con ellos.”.

Para la Dra. Romina Santillán, la codisposición del art. 315 CC. se presenta como una regla
general que implica la actuación conjunta de los cónyuges para realizar actos de disposición
sobre los bienes comunes o sociales, y también, como ha matizado la doctrina, para contraer
obligaciones que han de tener incidencia y cumplimiento directo sobre un bien común.

Por lo tanto, la regla de. la codisposición es una consecuencia del principio de igualdad en el
matrimonio, y que exige la colación de iguales derechos y facultades a los cónyuges, tanto en lo
personal como en lo patrimonial, art. 234, parte II, CC: “El marido y la mujer tienen en el hogar
autoridad, consideraciones, derechos, deberes y responsabilidades iguales”.

La autora cita a Plácido Vilcachagua (s.f.) como una de las voces más autorizadas de la doctrina
peruana quien señala que:

“el sistema de actuación conjunta de los cónyuges implica el ejercicio de una facultad
dominical compartida por ambos consortes, de tal forma que se requiere la voluntad
concorde de los esposos como elemento constitutivo necesario para la validez de los
actos. Se trata, pues, de una coparticipación en la administración y disposición de
bienes sociales” (p.86).

Por lo tanto, la autora defiende la idea de una coparticipación o gestión conjunta que exige
indefectiblemente la intervención de ambos consortes en la disposición de los bienes sociales,
pues, de no hacerse en estos términos, se afectaría la validez del acto y, por consiguiente, su
eficacia.

2.2. Wilmar Jhonatan Bautista Bautista y Máximo Robin Ramos Zambrano

Los autores a través de su trabajo de investigación la cual plantea un proyecto de ley para la
incorporación de excepciones en el artículo 315 del CC mencionan que, si es posible que un
solo cónyuge pueda disponer de los bienes sociales sin perjudicar al otro cónyuge, a pesar de
que este acto jurídico podría ser declarado ineficaz o nulo y para que se haga posible todo ello
se debería incorporar excepciones en el artículo 315 del código civil, y además que se cumpla
los requisitos del VIII pleno casatorio, la cual ambos debe ir de la mano para que no haya una
contradicción normativa, estos autores hace mención sobre la legislación comparada, la cual
uno de los conyugues que es el marido tenía la disposición del bien social sin el consentimiento
del otro.

Los autores (Bautista Bautista & Ramos Zambrano, 2022) mencionan al jurista Flores, D. (2015)
señala lo siguiente que:

Antes de la desaparición de la imagen de la dote, en la época de la Edad Media, cuando


las mujeres se casaban y tenían el control de una determinada herencia, ésta se
configuraba como parte de la universalidad de los bienes que facilitaban el
matrimonio. Sin embargo, el poder de administración de estas propiedades generales
recae en el hombre, por lo que el esposo tiene derecho a disponer libremente de su
propiedad personal y la de su esposa, pero cuando se trata de bienes raíces, el esposo
necesita obtener autorización previa al carácter de la mujer. Cuando se disuelve la
empresa, la propiedad conyugal también se disuelve de la misma manera y la
propiedad se transfiere al propietario prematrimonial.

Estos autores a través de esta cita mencionan que antes existía este tipo legislación, la cual el
hombre tenia el poder de los bienes del matrimonio, en la actualidad dejo de ser aplicada ya
que ahora es necesario la disposición de ambos cónyuges, sin embargo, hay excepciones donde
se observa en el VIII pleno casatorio.

Además, hace mención a las reglas del VIII Pleno Casatorio con respecto a los actos jurídicos
que es celebrado por un solo cónyuge, la cual este tema es un pilar legislativo sobre el cual se
van a solucionar supuestos o controversias donde se busca declarar la nulidad o ineficacia en
cuanto a la disposición de bienes por parte de un solo cónyuge. En la Casación N ° 381-2015-
Lima Norte, mencionada lo siguiente: El representante de la relación conyugal se ejerce
solidariamente por el cónyuge y no afecta las disposiciones del Código Civil. Sin embargo,
cualquiera de ellos puede autorizar a la otra parte a ejercer este derecho de representación
total o parcialmente.

Otro punto que menciona los autores, es que, si el comprador actúa de buena fe, por los
siguientes casos, primero por falta de información de la propiedad, segundo desconocimiento
de los documentos de identificación de la otra parte como por ejemplo su estado civil, o
también al no tener conocimiento del contenido de la compraventa y por último, si realiza la
transferencia la cual es inscrita en el registro público, entonces se debe respetar la adquisición,
siempre que esté en el Código Civil 2022 antes del número descrito en el artículo, por lo
contrario si no se ha inscrito el bien inmueble que se ha transferido, en este caso se prevalece
el derecho del cónyuge que no ha intervenido en el primer momento que se realizó el contrato,
pero si el tercero de buena fe que adquiere un título oneroso, mantiene su adquisición una vez
inscrita su derecho; por lo que la buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que
conocía la inexactitud del registro.

2.3. Enrique Varsi

En su libro derecho familiar patrimonial, Varsi menciona que “la repersonalización de las
relaciones civiles, conocida también personalización o despatrimonialización del Derecho
Privado (…) son dos formas de ver una misma realidad y obtener mejor provecho”, dándole así
la importancia tanto a la persona como al patrimonio conyugal y viéndolos como
compenetrantes y aliados y considerando que, en materia familiar, la economía y los bienes no
pueden ser tratados de forma ajena.

Considera entonces que, los bienes conyugales forman una comunidad de bienes, no
copropiedad, por ende, no existe un solo dominio dividido en cuotas entre varios titulares,
siendo que lo considera comunidad, podemos mencionar también que, la comunidad recae
sobre un patrimonio rigiendo tanto para el activo como para el pasivo y la sociedad conyugal
debe primero liquidarse para luego realizar su partición.

Sobre la propiedad como comunidad de bienes en la sociedad conyugal, Varsi menciona que:

En este régimen ambos cónyuges administran el destino o finalidad de los bienes, se


sustenta en la cogestión, coadministración y coparticipación adscribiéndose al principio
de actuación conjunta o de gestión conjunta referido tanto a las facultades de
administración como de disposición.

Un punto importante que menciona Varsi es que el “machismo y paternalismo; idiosincrasia y


costumbrismo han llevado a que el régimen de comunidad de bienes o sociedad de gananciales
en el matrimonio no sea realidad, sino solo un simple espejismo”, pues, se observa en nuestra
realidad que es generalmente el marido quien toma decisiones sobre los bienes, sin embargo
no existe doctrina o normas al respecto; el autor considera que una regla general debería ser
“antes de casarnos tenemos bienes separados. Así deberíamos seguir una vez conyungidos,
independientes, cada uno con lo suyo, en el mismo statu quo, sin ataduras materiales”, por lo
que “al momento de casarme o antes de ello, la comunidad de bienes o sociedad de
gananciales debe ser lo elegible, no lo imponible por ley”.
La representación es un medio para realizar actividades económicas de propiedad conjunta, y
debido a las necesidades generales de la familia, la relación matrimonial puede ser
ambiguamente representada por ambos cónyuges. (art. 292), por uno u otro o, si desean, por
ambos dependiendo de las circunstancias de la adquisición del bien y En caso de
comportamiento inusual o habitual, la sociedad de cónyuges está representada por ambos
cónyuges o por uno de los cónyuges (si este último tiene poder especial sobre el otro);
Consideraremos acciones extraordinarias todas las acciones relacionadas con la enajenación,
incluyendo gravámenes, gravámenes, donaciones, ventas, donaciones, permutas,
adjudicaciones y, en general, todo lo relacionado con la transmisión de bienes o derechos, así
como los derechos de uso, servidumbres. , servidumbres, bonos, hipotecas e hipotecas y
cualquier otra naturaleza hereditaria con restricciones de dominio. Por tanto, según el artículo
292. “La representación de la sociedad conyugal es ejercida conjuntamente por los cónyuges,
sin perjuicio de lo dispuesto por el Código Procesal Civil” (art. 292).

Varsi considera que puede darse una representación unilateral, indistinta o individual en las
siguientes situaciones:

- Para los casos de cumplimiento de las necesidades y actos de administración o


conservación ordinarios del hogar - Potestad doméstica (art. 292 in fine).
- Si uno de los cónyuges delega al otro poder, total o parcial (art. 292).
- Si uno de los cónyuges es interdicto o tiene otro impedimento (privado de su libertad,
internado en un hospital, militares en estado de inamovilidad), se ignora su paradero
(desaparecido, art. 47) o se encuentra en lugar remoto o si el otro cónyuge abandona
el hogar (art. 294).

III. Debate entre autores:

3.1. La autora Romina Santa cruz con respecto a los bienes sociales, ambos cónyuges tienen la
legitimación de poder disponer de sus bienes sociales la cual tiene de base la regla general del
CC artículo 315, en cambio los autores Bautista y Máximo Ramos tienen la idea que si es
posible que un solo cónyuge pueda disponer de los bienes sociales sin perjudicar al otro
cónyuge teniendo como base los requisitos del VIII pleno casatorio.

3.2.

3.3. El autor enrique Varsi Rospligiosi con respecto al tema menciona que los bienes conyugales
forman una comunidad de bienes, sin embargo, la idiosincrasia y costumbrismo han llevado a
que el régimen de comunidad de bienes o sociedad de gananciales en el matrimonio no sea
realidad; considera a la representación como una modalidad para los actos de trascendencia
económica en los bienes comunes y en razón de las necesidades ordinarias de la familia, sin
dejar de lado el hecho que la sociedad conyugal puede ser representada indistintamente por
cualquiera de los cónyuges según lo estipulado en el art. 292, siendo que puede darse una
representación unilateral, indistinta o individual según sea la situación.

IV. Conclusiones:

1. Con respecto a la ineficacia en el VIII pleno casatorio, se refiere a un cónyuge que


celebra un contrato sin el consentimiento del otro la cual es totalmente valido por lo
que no hay causal de invalidez, pero este acto jurídico si presenta efectos la cual es la
ausencia de la legitimación.
2. Las leyes son claras con respecto a la sociedad de gananciales y la propiedad conyugal,
sin embargo, la realidad social presenta diversas diferencias que se alejan de la ley,
predominando las decisiones unilaterales dentro del matrimonio, sin embargo, la
representación se presenta como una figura donde ambos cónyuges tienen
consideraciones iguales y donde se fijan cuerdos para la toma de decisiones con
respecto a los bienes.

Bibliografía

Bautista Bautista, W. J., & Ramos Zambrano, M. R. (2022). La disposición de los bienes sociales
por un solo cónyuge en los actos jurídicos de transferencia. Perú.

Coca, S. (20219. ¿Cuáles son los deberes y derechos que nacen del matrimonio? Recuperado
de: https://lpderecho.pe/deberes-derechos-matrimonio-codigo-civil/

Rojas, M. y Bonett, M. (2013). Fraude en la disposición o gravamen de bienes de la sociedad


conyugal. Recuperado de:
https://www.aulavirtualusmp.pe/ojs/index.php/VJ/article/viewFile/50/51
Varsi, E. (2012). Tratado de derecho de familia. Lima. Recuperado de:
https://repositorio.ulima.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12724/5256/
Varsi_derecho_familiar_patrimonial.pdf?sequence=3&isAllowed=y

Sasntillán Santa Maria, R. (2020). Legitimación de los conyugues para disponer de los bienes
comunes bajo un régimen de sociedad de gananciales. Estudio de Derecho Español y
Peruano.

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