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Género Neisseria

Morfología y características generales


Las bacterias del género Neisseria son bacterias gramnegativas inmóviles que se
agrupan en parejas (diplococos), tomando la forma de un grano de café. Dos especies
son patógenos primarios: Neisseria gonorrhoeae (gonococo) y Neisseria meningitidis
(meningococo). Aunque puede haber infecciones gonocócicas asintomáticas, N.
gonorrhoeae siempre se considera productor de enfermedad. En cambio, N.
meningitidis puede aislarse de la nasofaringe de muchas personas sanas que no tienen
enfermedad meningocócica (portadores). Otras especies de Neisseria son saprófitas y
sólo raramente se comportan como patógenos oportunistas. En la mayoría de cepas de
N. meningitidis y N. gonorrhoeae aisladas de enfermos puede observarse la presencia
de cápsula.

 Neisseria gonorrhoeae
Patogenicidad
N. gonorrhoeae o gonococo es un microorganismo de transmisión sexual, cuyo único
reservorio es el ser humano. La infección gonocócica es una enfermedad de
declaración obligatoria. En el varón, la infección gonocócica produce una uretritis
(uretritis gonocócica o gonorrea) que se manifiesta por disuria y secreción uretral
purulenta; esta secreción es más evidente por la mañana al levantarse, y se suele
denominar «gota matinal». Para resaltar sus diferencias con las uretritis gonocócicas,
las uretritis no causadas por N. gonorrhoeae suelen denominarse uretritis inespecíficas
o uretritis no gonocócicas. En la mujer, la infección gonocócica afecta en primer lugar
al cérvix uterino, produciendo una cervicitis, que se manifiesta por la aparición de una
secreción vaginal purulenta y disuria, aunque un gran número de mujeres con
infección gonocócica son asintomáticas. Si no se instaura tratamiento, la infección
puede ascender, afectar a las trompas y producir enfermedad inflamatoria pélvica, que
puede dar lugar a obstrucción de las trompas y esterilidad. En algunos casos, el
gonococo puede pasar a la sangre y originar una infección diseminada. Los recién
nacidos de madres con infección gonocócica pueden infectarse durante el parto,
produciéndose una infección ocular llamada oftalmia neonatorum, que produce
ceguera. Para prevenir esta infección, a todos los recién nacidos se les aplica
sistemáticamente como profilaxis un colirio ocular de nitrato de plata, eritromicina u
otro antibiótico.
Diagnóstico microbiológico
El diagnóstico de la uretritis gonocócica en varones se hace por tinción de Gram y
cultivo del exudado uretral. La muestra del exudado uretral debe obtenerse por la
mañana antes de orinar, preferentemente en el laboratorio de microbiología, ya que el
gonococo sobrevive muy poco tiempo fuera del cuerpo (es un microorganismo muy
lábil), y por ello es necesario sembrar la muestra inmediatamente después de su
obtención. Si no es posible realizar la toma en el laboratorio, el escobillón o torunda
con el que se ha obtenido la muestra ha de enviarse al laboratorio en un medio de
transporte (p. ej., medios de Amies o Stuart) en el mínimo tiempo posible; estas
muestras nunca deben conservarse en frigorífico. El pus uretral debe tomarse con un
asa estéril o un escobillón, y además de realizar la siembra en los medios de cultivo
adecuados (medios selectivos para N. gonorrhoeae) se efectúa una tinción de Gram. La
tinción de Gram del pus uretral en caso de uretritis gonocócica permite el diagnóstico
inmediato de uretritis gonocócica en el varón, mostrando un gran número de
leucocitos polinucleares con diplococos gramnegativos en su interior. En la mujer es
siempre necesario realizar cultivo. La toma del exudado cervical se realiza con la ayuda
de un espéculo. La tinción de Gram del exudado es indicativa de infección gonocócica
cuando se observan polinucleares abundantes con diplococos gramnegativos en su
interior, pero no permite un diagnóstico de certeza de gonococia.
Tratamiento
El tratamiento de la gonorrea se realizaba clásicamente con penicilina, pero
actualmente las cepas de gonococo resistentes a penicilina por producción de
betalactamasa son muy frecuentes y se usan otros antibióticos como cefalosporinas o
quinolonas. Como la infección gonocócica es una enfermedad de transmisión sexual
deben estudiarse y tratarse los contactos sexuales de los enfermos, aun siendo
asintomáticos.

 Neisseria meningitidis
Patogenicidad
N. meningitidis o meningococo es el agente causal de la meningitis meningocócica. La
infección meningocócica es una enfermedad de declaración obligatoria, y el único
reservorio es el hombre. Los meningococos se encuentran, sin producir enfermedad,
en la garganta o la nasofaringe de individuos sanos (lo alberga de un 5 a un 20% de la
población), y estos portadores asintomáticos son la principal fuente de infección,
transmitiéndolo a otros a través de contacto directo o por gotitas de sus secreciones
nasofaríngeas. Dado que los meningococos sobreviven mal fuera de su huésped
humano y no tienen otro huésped, la transmisión de persona a persona requiere un
contacto estrecho. Desde la garganta, el meningococo puede pasar a la sangre y
producir sepsis y meningitis. En la pared de N. meningitidis se encuentra una cápsula
compuesta por un lipopolisacárido análogo al de las bacterias gramnegativas, que se
comporta como una endotoxina de gran actividad y que es uno de los factores de
virulencia más importantes en la infección meningocócica. En función de la cápsula
clasificamos a los meningococos en serogrupos, y B y C son los más frecuentes en
nuestro medio. El serogrupo A es poco frecuente aquí, pero es causa de grandes brotes
epidémicos en África y Oriente Próximo. La meningitis meningocócica es una
meningitis purulenta muy grave que se produce sobre todo en niños y adolescentes; se
presenta habitualmente con vómitos, cefalea, fiebre y rigidez de nuca, y si no se
diagnóstica y se trata precozmente origina una infección diseminada
(meningococemia) que puede evolucionar muy rápidamente (horas) a un cuadro
dramático de shock séptico con coagulación intravascular diseminada y fallo
multiorgánico, mortal en la mayoría de los casos. Pueden presentarse pequeñas
epidemias de meningitis meningocócica del serogrupo B o C, sobre todo en
poblaciones cerradas donde hay un estrecho contacto entre las personas, como
colegios y cuarteles.
Diagnóstico microbiológico
El diagnóstico de la meningitis meningocócica es muy urgente. Se hace por tinción de
Gram y cultivo del líquido cefalorraquídeo (LCR). El LCR se obtiene por punción lumbar
y se recoge en un tubo estéril que debe transportarse lo más rápidamente posible al
laboratorio. La meningitis meningocócica es una meningitis purulenta y típicamente se
observan un LCR turbio con abundantes leucocitos polinucleares y diplococos
gramnegativos en forma de granos de café intracelulares y extracelulares. Además del
estudio del LCR, cuando se sospeche una meningitis es preciso realizar siempre
hemocultivo, pues es positivo casi en el 50% de los casos.
Tratamiento y prevención
El tratamiento antibiótico de la meningitis meningocócica se realizaba con penicilina,
pero en la actualidad se suele tratar con una cefalosporina de tercera generación, ya
que algunas cepas presentan sensibilidad disminuida a la penicilina, y con la
cefalosporina también se cubren otras etiologías de las meningitis bacterianas.
Actualmente se conoce que el factor clave para el éxito en el tratamiento de la
meningitis meningocócica es la precocidad. Por ello, ante una posible sospecha de esta
infección, se debe proceder de manera inmediata a administrar antibióticos
adecuados. Habitualmente se recurre a la administración parenteral inmediata de una
cefalosporina de tercera generación (ceftriaxona). En la prevención también utilizamos
antimicrobianos (quimioprofilaxis) para prevenir que aquellas personas que se hayan
podido contagiar desarrollen la enfermedad meningocócica. Esta quimioprofilaxis (p.
ej., con rifampicina) sólo la indicaremos en los contactos estrechos y para proteger a
las personas más susceptibles a la enfermedad, como son los niños de menor edad.
Indicaremos quimioprofilaxis en los niños hermanos de un enfermo, compañeros de
guardería, quienes hayan pernoctado en la misma habitación que el enfermo, etc., no
indicándola en compañeros de juegos ocasionales, compañeros de autobús, etc. En el
domicilio de un enfermo administraremos quimioprofilaxis a los adultos (padres y
hermanos mayores) si hay niños pequeños, para evitar que contagien a los niños
pequeños, quienes son los que corren más peligro de enfermar. Existen vacunas
antimeningocócicas para algunos serogrupos (p. ej., A y C). La vacuna frente al
serogrupo C se encuentra incluida en el calendario vacunal en nuestro país y protege
exclusivamente de la infección frente a este serogrupo. No existe ninguna vacuna
suficientemente eficaz para prevenir la enfermedad causada por el meningococo del
serogrupo B, por lo que éste es actualmente la causa más frecuente de infección en
nuestro medio.

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