KUNDALINI Y LA INTROSPECCIÓN GNÓSTICA

En el libro Tantra iluminado, de Christopher Wallis, el autor comenta dos formas para
despertar la Kundalini. Una es a través de los pranayamas yóguicos y la otra es a
través de la «introspección gnóstica», veamos lo que dice:
«…es la profunda comprensión de que cualquier objeto conocido a través de
cualquier medio de cognición —no importa si es un fenómeno externo o interno— no
es más que un aspecto de tu propio ser, totalmente inseparable de la luz de tu
consciencia, que ilumina ese objeto, vibra en afinidad con él y luego se disuelve en sí
misma. En otras palabras, si realmente logramos comprender a través de la
experiencia que el conocedor, el medio de conocimiento y el objeto conocido son tres
aspectos de una misma realidad dinámica, hemos alcanzado, por otro medio, la fusión
de los correspondientes tres canales sutiles y respiraciones (Ida, Pingala y
Sushumna).
Esto es a lo que Abhinava se refiere en el paso dos de las instrucciones de dhyāna
cuando dice: “uno debe visualizar en el corazón la triada de fuego, Sol y Luna, que
son respectivamente las formas del conocedor, el medio de conocimiento y el objeto
de conocimiento”.
Es así que podemos elegir entre estos dos enfoques: 1) manipular las energías del
cuerpo sutil para detonar una experiencia espiritual liberadora que resulte en
entendimiento, o 2) generar un entendimiento tan poderoso y completo que logre
alinear consigo las energías del cuerpo sutil. Ambos enfoques suponen una unidad
entre cuerpo y mente, y la creencia de que ambos son aspectos del otro es la fuerza
impulsora de todas las prácticas yóguicas.»
Si nos observamos detenidamente veremos que siempre hay una noción mental de
separación. Separación entre el mundo y yo; el tú y yo; el cuerpo y yo; la emoción y
yo y así sucesivamente. Sin embargo si podemos darnos cuenta de esto se dará
naturalmente esa introspección al reabsorber la energía sobre nosotros mismos lo cual
produce una intensa vitalidad y una vibración fuerte en el cóccix y en el canal central.
Inténtalo.
Daniel Curbelo