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Capítulo I: Los tipos de principados

Teniendo la información de que existen imperios, reinos y principados, el filósofo se ocupa


de clasificar los tipos de principados.
 Hereditarios
 Nuevos
Estos pueden adquirirse ya sea por medio de las armas, de la fortuna o de la virtud. Estos
dominios están acostumbrados a vivir bajo la tutela de un príncipe o se habitúan a ser
libres.
Capítulo II: Principados hereditarios
De acuerdo con Maquiavelo, los principados hereditarios no son un problema en cuanto a
su conservación. Basta con que se dejen las cosas tal cual las había instalado su predecesor,
pero pueden ser abatidos por una fuerza extraordinaria. Aun así, el mando de este
principado puede volver a recuperarse fácilmente.
Maquiavelo ilustra algunos ejemplos:
Duque de Ferrara (Hércules I de Este): no resistió los ataques de los venecianos en 1484,
pero luego se estipuló un acuerdo con ellos (la Paz de Bagnolo) y recuperó parte de sus
tierras principales
Papa Julio I: quien fue desposeído por un corto tiempo por Julio II.
En efecto, el príncipe que es naturalmente príncipe tiene menos motivos para hacer daño, lo
que le hace ser más amado.
Capítulo III: Los principados mixtos
Las dificultades aparecen en el principado mixto. En estos principados ocurre que el
hombre, por inclinaciones naturales, toma las armas para sacar al príncipe ya instalado. Sin
embargo, con el pasar del tiempo se va dando cuenta del empeoramiento que va ocurriendo
por este hecho.
En efecto, el proclamado nuevo príncipe tendrá que enfrentar a todos los enemigos que
abatió para alcanzar el poder. Tampoco podrá ayudarse de los que le facilitaron entrar al
poder ni mucho menos ponerte en contra, pues estos mismos se transformarán en una
especie de acreedores. En palabras del mismo Maquiavelo:
''No está en tu poder emplear en su contra medicinas fuertes, al haber contraído
obligaciones con ellos''
Por otro lado, es imposible sostener un territorio sin la ayuda de los naturales, es decir, de
los que naturalmente viven allí, pues si llegaste al poder con ayuda de extranjeros, entonces
la toma del territorio no durará mucho.
El caso de Francia
Un ejemplo de esto fue el mismo Luis XII de Francia que en un suspiro ocupo Milán y en
un suspiro tuvo que retirarse.
Ahora bien, la segunda arremetida contra el territorio para imponer un nuevo principado
puede resultar. De hecho, así lo hizo nuevamente Luis XII quien en un segundo intentó,
pensándolo mejor, puso a todos en contra de Ludóvico, duque de Milán, y así consiguió
nuevamente el territorio. No obstante, vuelve a perderlo con el tiempo y las otras veces que
lo invadió lo volvió a perder.
Conquista del otro Estado
Maquiavelo nos dice que para que la conquista de un Estado por otro tenga éxito, se
necesitan los siguientes requisitos:
 Mismo ámbito geográfico
 Misma lengua
De no ser así, será imposible conquistar dicho territorio. Una vez que esté conquistado, para
poseerlos con seguridad el filósofo recomienda que se acabe con la estirpe del príncipe que
estaba dominando. Eso sí, si el nuevo principado tiene costumbres que se adecúan a las
costumbres originarias, entonces no habrá necesidad de hacerlo.
Como ejemplo Maquiavelo pone a las siguientes naciones:

 Gran Bretaña
 Borgoña
 Gascuña
 Normandía

Por lo tanto, si es que las costumbres son muy distintas, entonces se debe eliminar a la
estirpe en su totalidad, pero además el sistema tributario debe ser el mismo. Con el tiempo,
el territorio nuevo pasará a formar un solo cuerpo.
También, para hacer más perdurable la posesión, es recomendable que la persona que los
adquiera ponga en el nuevo territorio su residencia. Lo otro es establecer colonias en las
nuevas tierras para así asentar la presencia del nuevo príncipe. ¿Por qué no una ocupación
militar? porque sería más costosa que instalar una colonia.
De esta manera se hicieron grandes Estados duraderos como serían el griego y el romano.
Sin embargo, hoy se cometen errores de los que se debió haber aprendido de estas dos
grandes naciones. Un ejemplo de aquello es la misma Francia.
Luis XII tenía la ambición de poner un pie en Italia conquistó Lombardía y efectivamente
lo hizo. Una vez hecho esto todos los duques, emperadores y reyes quisieron hacerse aliado
suyo, pues era reino de un tercio de Italia. Luis XII tenía una seguridad enorme al estar
respaldado por los siguientes aliados:

 Génova
 El Marques de Mantua
 Duque de Ferrara
 Los Bentivoglio
 La señora de Forlí
 Los señores de Faenza
 Los señores de Pesaro
 Los señores de Rímini
 Los señores de Camerino
 Los señores de Piombino
 Los señores de Lucca
 Los señores de Pisa
 Los señores de Siena
Esta alianza que hizo el señor Luis XII le daría confianza frente al Papa Alejandro VI (que
era un Borgia) y los venecianos; todos contrarios a sus pretensiones.
Sin embargo, Luis XII comete su primer gran error: ayudar al Papa Alejandro VI a
conquistar Romaña. La ambición del Papa creció y Luis como aliado se vio forzado a
compartir ciertos territorios. Otro gran error fue el compartir la ciudad de Nápoles con el
rey de España, por lo cual quedó dividida. Su primer alianza con el Papa lo hizo perder
todas las alianzas que había adquirido desde un principio.

Por lo tanto, de acuerdo con Maquiavelo los errores de Luis XII son cinco:

 Se redujo a los menos poderosos.


 Aumentó en Italia la presencia de los más poderosos.
 Llevó a un extranjero a Italia (el caso del rey de España).
 No fijó su residencia en Italia.
 No estableció colonias.

Podría objetarse esto diciendo que quizás, Luis XII cedió Romaá al Papa para evitar una
guerra, pero a ese argumento Maquiavelo responde con la siguiente frase:
''Jamás se debe dejar que prosiga un conflicto para eludir una guerra, puesto que no se la
elude, sino que se la difiere en perjuicio propio''
Finalmente, el rey Luis pierde Lombardía por no seguir las reglas que menciona
Maquiavelo, reglas que no las estableció él, sino que son reglas que han sido observadas en
los tiempos más remotos (Grecia y Roma).
Termina Maquiavelo diciendo en este capítulo:
 ''Quien es causa de que otro se vuelva más poderoso, se hunde''
Es así como termina este capítulo dedicado a los principados mixtos.
Capítulo IV: ¿Por qué razón el reino de Darío que Alejandro ocupara, a su muerte no
se rebeló contra sus sucesores?

Teniendo en cuenta que es muy difícil adquirir un Estado totalmente nuevo ¿cómo es que lo
hizo Alejandro de Macedonia para conquistar toda Asia? Además, luego de su muerte, sus
herederos supieron seguir manteniendo su imperio.

A esto Maquiavelo responde cómo son gobernados los principados:

 Por un príncipe lleno de ciervos


 Por un príncipe lleno de nobles

En el primer principado la obediencia al príncipe es mayor porque todos reconocen que él


es la gran autoridad (su persona), en cambio, el segundo tipo de principado puede ser
corrompido. Ejemplos de esto son la monarquía turca y la francesa respectivamente. En ese
sentido, el Estado turco será difícil de conquistar, pero su conservación será muy fácil. Será
difícil porque un Estado lleno de siervos leales es más difícil de corromper. En el caso de
Francia es fácil entrar porque bastará sobornar a los nobles con algún beneficio, puesto que
los nobles nunca están satisfechos con el lugar donde están. Por lo tanto, serán más fáciles
de corromper, pero su conservación será difícil porque sus nobles exigirán cada vez más.

El ejemplo de Alejandro Magno, conquistando el territorio de Darío podría ser equivalente


a la conquista de un principado lleno de siervos. Un principado que fue difícil de
conquistar, pero al largo plazo lo conservaron hasta sus herederos.
Capítulo V: Cómo deben ser gobernados los principados

Los Estados ocupados están habituados a vivir de una determinada manera. Para
conservarlos se deben aplicar las siguientes medidas.

 Desbaratarlos.
 Ir a vivir allí en persona.
 Dejarlos vivir según sus leyes y gravándolos con impuestos.

Esto traerá como consecuencia la creación de una necesaria oligarquía que los vincula a la
suerte de el mismo príncipe. Como ejemplo tenemos a los espartanos y los romanos que
retuvieron a sus ciudadanos por medio de oligarquías; aunque la diferencia es que los
espartanos, una vez se apoderaron de Atenas y Tebas, posteriormente la perdieron. En
cambio, cuando Roma atacó Cartago y Numancia la conservaron por mucho más tiempo
¿por qué? porque los romanos, a diferencia de los espartanos, cumplieron con el primer
requisito antes mencionado: desbaratarlos (o destruirlos completamente).

Lo mismo ocurriría en Pisa en el año 1494 cuando estuvo sujeta por Florencia por 100
años, finalmente los pisanos se rebelaron y Florencia perdió la posesión.
Capítulo VI: Principados nuevos que se adquieren mediante las propias armas y la
virtud

En este capítulo, Maquiavelo recomienda al príncipe que observe los ejemplos de los que
ya han gobernado. Que se afiance en la experiencia de los grandes emperadores,
gobernadores, reyes que han tenido éxito en conservar algún nuevo territorio.
Sin embargo, para este príncipe no solo será necesario seguir los requisitos del capítulo
anterior, sino que también deberá tener la denominada virtud para conservarla.

Ejemplos como estos son los siguientes:

 Moisés
 Ciro
 Rómulo
 Teso
El de Moisés es el caso más sobresaliente pues ejecutó las órdenes que le diera Dios para
construir su propio pueblo. Todos ellos tuvieron problemas para enfrentar a los nuevos
príncipes de los territorios; por ejemplo, Moisés se enfrentó al rey de Egipto y claro, obtuvo
la victoria porque los esclavos no estaban contentos con el faraón. Por eso es que pudo
poner a los esclavos de su lado y huir, estableciendo nuevas instituciones y lidiar con
aquellos que le reprochaban que en Egipto vivían mejor que estando con él.

Por lo tanto, la virtud que debe tener el príncipe está vinculada con la fuerza, la valentía y la
autosuficiencia, junto con los requisitos del capítulo anterior.
Capítulo VII: Los principados adquiridos por las armas y la fortuna ajena

Hacerse con un Estado por medio de la buena fortuna no es algo que otorgue ventaja a
largo plazo. Claro, será fácil conquistar aquel Estado, pero será enormemente difícil
mantenerlo. Todo porque las personas que adoraban al príncipe previo todavía están o
porque los aristócratas sobornados piden más de lo que el nuevo príncipe puede dar.
Por lo tanto, no puede confiarse todo a la suerte de adquirir un nuevo Estado. Dos ejemplos
actuales (de la época de Maquiavelo) lo reflejan:

Francisco Sforza: se convirtió en duque de Milán siendo solo un particular. Conservó


dicho título y logró que todos los amaran
César Borgia: obtuvo los territorios por herencia de su padre, pero, así como los obtuvo
por dicha fortuna, luego los perdió.

Maquiavelo se explaya un poco más en la imagen de César Borgia y la explica.


Alejandri VI, padre de César, quería engrandecer a su hijo, pero tenía numerosos
obstáculos:

 No había como hacerlo dueño de un Estado, sino que de alguno de la Iglesia

 Si lo anterior se cumplía, el duque de Milán y los venecianos no se lo concederían

 En Italia había ejércitos dispuestos a enfrentarse con el Papa como los eran los
Orsini, los Colonna y sus acólitos
Por tanto, era necesario para el Papa que estos territorios adversos, beligerantes, fueran
desordenados para tener algunas garantías de parte de estos.
En ese escenario, César fue elegido comandante del ejército papal para encargarse de
conquistar Romaña. Sin embargo, César no lo haría solo pues tendría como ayuda a los
Orsini y al rey de Francia Luis XII.
Con el tiempo, César comenzó a notar que los ejércitos de Orsini ya no le eran leales. La
voluntad del rey tampoco era un aliciente y las tropas no tenían ánimos de conquistar los
territorios que el duque valentino (César Borgia) deseaba obtener. Una vez se enteró que
estos conspiraban contra él, entonces César comenzó a idear un plan para deshacerse de
ellos. Así fue, César Borgia ejecutó a los Orsini y se apoderó de la Romña, además de
Urbino que era el territorio que consiguió gracias al rey de Francia.
Posteriormente, César quiso ganarse el amor de la gente e instauró un buen gobierno con tal
de pacificar a las personas y de que sean obedientes al poder. Instauró un tribunal civil en
Romaña para que no existieran atropellos y de este modo se granjeó una gran reputación.
No obstante, por estas y otras acciones César se ganó la desconfianza del rey de Francia,
por lo que tuvo que buscar nuevas alianzas. De hecho, el gran temor de César era que el rey
de Francia ahora fuera aliado del nuevo Papa. Para detener este acontecimiento, César
pensó en algunas acciones.

 Extinguir el entero linaje de los señores a los que había expoliado


 Atraer a todos los nobles de Roma
 Ganarse al Colegio Cardenalicio
 Adquirir antes de la muerte del Papa, todo el poder que le fuera posible

César ya reunía las tres primeras, pero la cuarta no le fue posible de alcanzar. Pero
Alejandro VI, su padre, murió antes que César pudiera hacer alguna cosa, dejándole la
Romaña con el poder fuertemente consolidado, pero con el dominio de los otros territorios
en el aire.
A pesar de todas estas situaciones, la verdad es que para hacer todo lo que hizo, César
Borgia tuvo mucha virtud para apoderarse de aquellos Estados. Su sola virtud pudo aunar a
los ciudadanos de los pueblos conquistados y bien pudo conservarlos.
El único error que se le puede objetar a César Borgia fue haber votado por Julio II como
nuevo Papa, sucesor de Pio III. Claro, Julio II era enemigo de Alejandro VI y Borgia lo
sabía muy bien; sin embargo, como Julio II le prometió que no haría nada contra él ni a su
familia, Borgia le creyó y, por consiguiente, Julio II no cumplió su promesa y lo ejecutó.
De esta lección se saca que las antiguas injusticias nunca se olvidan.
Capítulo VIII: Los que acceden al principado mediante crímenes
Existen otros dos modos en que el príncipe se hace con un nuevo Estado:
 Modo criminal
 Modo particular
El primero tiene que ver con tomarse el Estado por medio de las armas y la violencia, y el
segundo tiene que ver con que un particular va ascendiendo hasta convertirse en príncipe en
su propio Estado. Hablaremos del primero dando algunos ejemplos.
Agatocles (Tirano de Siracusa): fue primeramente militar obteniendo la pretura y
ascendiendo en las gradaciones, finalmente se convirtió en rey de Siracusa.
Consolidó su puesto por medio de la violencia, haciendo partícipe de su plan a Amílcar
quien con su ejército dieron muerte a todos los senadores y a los más ricos del pueblo. Así,
Agatocles pudo conservar el principado sin oposición alguna. Incluso aunque fue invadido
por África, Agatocles pudo conservar Siracusa y además deshacerse del asedio que tenían
reduciendo completamente a Cartago. De acuerdo con Maquiavelo, esta es una de las
formas correctas de conseguir el principado, y quizás una de las más exitosas. Sin embargo,
el filósofo también nos habla de lo cruel que fue a lo largo de su vida. Es por eso por lo
que, en este capítulo, Maquiavelo hace cierto reproche a Agatocles con el siguiente párrafo.
"Sin embargo, no se puede llamar virtud matar a los ciudadanos, traicionar a los amigos,
estar sin fe, sin piedad, sin religión; estos modos pueden permitirle a uno poder, pero no
gloria. [...] Sin embargo, su crueldad salvaje y la inhumanidad, junto con sus infinitos
crímenes, no le permiten ser celebrado entre los hombres más excelentes. Así, no se puede
atribuir a la fortuna ni a la virtud lo que logró sin ninguna de las dos "
Si lo vemos de cierta forma, Maquiavelo primeramente lo pone como ejemplo de un
hombre que consigue lo que quiere por medio de la virtù. Recordemos que el concepto de
virtù, relacionado fonológicamente con ''virtud'', es propio de Maquiavelo. La virtù consiste
en la masculinidad del buen príncipe.
Recordemos que la virtù consiste en:
 Orgullo
 Habilidad
 Astucia
 Fortaleza
 Valentía
 Crueldad
 Vigor
 Osadía
 Dureza
 Disposición a hacer el mal (si es necesario)
Estas ''virtudes'' no tienen nada que ver con las virtudes cristianas que también se ventilaban
en su tiempo. Todo lo contrario, parecieran ser opuestas, aunque también podríamos decir
que algunas forman parte como la valentía.
A esta ''virtud'' se refiere Maquiavelo cuando habla sobre el tirano de Siracusa.
Posteriormente, cuando vemos el reproche, Maquiavelo está dando la mirada cristiana de la
virtud que es justamente aquella que todos conocemos.
Oliverotto da Fermo: siendo huérfano desde la infancia fue criado por su tío Giovanni
Fogliani y entregado en la juventud a la milicia a Paulo Vitelli. Luego de que muriera Paulo
quedó en manos del hermano de éste, Vitellozo y es en este período donde Oliverotto pasó
a ser el primero de su tropa.
Oliverotto quiso volver a casa con Giovanni Fogliani para hacer crecer ahí su patrimonio.
Lo recibieron con todos los honores en casa y Giovanni hizo que se quedara con él.
Luego de este gran encuentro, Oliverotto organizó un gran banquete donde invitó a todos
los ciudadanos más eminentes de Fermo. Una vez que terminó el banquete, Oliverotto
comenzó a hablar sobre temas políticos que mencionaban al Papa Alejandro VI y de su hijo
César Borgia. Todos le respondían a Oliverotto, pero él quiso que esto se conversara en un
lugar secreto, y naturalmente, su padre y los demás lo siguieron. Cuando entraron,
Oliverotto dio la orden para que sus soldados mataran no solo a Giovanni Fogliani, sino que
a todos los que estaban en el banquete.
Acto seguido, Oliverotto se dirigió al palacio del magistrado supremo y se hizo con el
poder de Fermo. Se hizo temible para todos los del pueblo, e instaló un nuevo régimen civil
y militar.
De acuerdo con la opinión de Maquiavelo, Oliverotto podría haber sido un hombre
ejemplar, pero al dejarse convencer por César Borgia junto a los Orsini y los Vitelli de una
alianza, Oliverotto fue asesinado junto con Vitelli a manos de César Borgia.
Paradójicamente, Oliverotto fue asesinado de la misma forma en que él asesinó, a pesar de
que él mismo estaba conspirando contra Borgia.
¿Cómo es que el tirano de Siracusa pudo mantener el poder por largo tiempo y no así
Oliverotto? Todo esto se explica por la buena utilización de la crueldad. Para Maquiavelo,
Agatocles sí usó bien su crueldad en contraste a Oliverotto; en efecto, este último no uso la
crueldad correctamente contra quien conspiró pues no dio él el primer golpe, al contrario, el
primer golpe lo dio Borgia y ya sabemos cómo terminó.
El príncipe no puede dudar en su crueldad.
Capítulo IX: Sobre el principado civil
Imaginemos un nuevo caso, el caso de un príncipe que se hace tal no por medio de
crímenes, sino que por medio de la gracia que le dieron sus ciudadanos. Es aquí donde se
forma un principado civil y este se obtiene no por fortuna o por virtud sola, sino que por
medio de la astucia afortunada.
Ahora bien, este principado se puede deber tanto a la voluntad del pueblo como a la
voluntad de los notables (nobles). Similar a capítulos anteriores, Nicolás Maquiavelo nos
dice que acceder por medio de los nobles hace más difícil la conservación del Estado, pues
el príncipe estaría rodeado de muchas personas que piensan como él y que pueden
arrebatarle el trono. En cambio, cuando accede por el pueblo el príncipe no tendrá ningún
similar y, al contrario, todos le obedecerán.
Con todo esto, es de esperar de todas maneras que el príncipe pueda ser perjudicado por
uno y por otro. Por ejemplo, el pueblo puede dejar al príncipe y abandonarlo a su suerte, a
sus enemigos. Sin embargo, en cuanto a los nobles, estos no solamente pueden
abandonarlo, sino que además pueden hacerle frente que es mucho más peligroso.
En consecuencia, el principado civil por medio del pueblo es el mejor principado para
conservar, pero si este fuera por medio de los notables entonces y no por el pueblo,
entonces el príncipe tendrá que rápidamente ganarse el favor del pueblo porque los notables
es posible que lo traicionen.
Es aquí donde Maquiavelo recurre a un ejemplo con el Tirano de Esparta llamado Nabis.
Este tirano protegió a Grecia del ejército romano teniendo un resultado muy exitoso. Pero
esto hubiese sido imposible sin la ayuda de su pueblo.

Por otro lado, existe un dicho que Maquiavelo recuerda muy bien.
''Quien se apoya en el pueblo se apoya en el barro''
Pero el filósofo florentino no está de acuerdo con este aforismo, diciendo que eso solo es
posible si el príncipe es víctima de una apresamiento del enemigo o de los magistrados. No
obstante, si el príncipe es valiente orgulloso, seguro de sí mismo y audaz el pueblo jamás lo
abandonará.
El príncipe debe mantener esa imagen para que los ciudadanos le sean fieles incluso en las
adversidades. De esta forma, el príncipe no solo podrá tener un gobierno civil, sino que
puede llegar a uno absoluto.
Capítulo X: Las fuerzas de los principados
Existen dos clases de príncipes con respecto a la fuerza de sus principados.
 Los que se defienden por sí mismos: aquellos que forma su propio ejército y
sostener combate abierto
 Los que tienen necesidad de otros: no pueden comparecer contra el enemigo en
combate abierto y se guarnecen en las murallas de su ciudad
Pareciera ser que Maquiavelo muestra cierto agrado por la segunda opción, ya que un
príncipe que no se granjee el odio y fortifique su ciudad no podrá ser atacado. Esto porque
ningún ejército puede verse en estado de asedio por tanto tiempo (a menos que la ciudad no
esté muy fortificada).
Capítulo XI: Sobre los principados eclesiásticos
Estos tipos de principados se conquistan por medio de dos formas:
 Virtud
 Fortuna
Pero sin virtud ni fortuna el principado eclesiástico puede conservarse de todas maneras.
Esto porque de acuerdo con Maquiavelo, la religión permite que el príncipe se mantenga
haga lo que haga, bien o mal. Tienen Estados y no los defienden; tienen súbditos y no los
gobiernan. Son los principados más seguros y felices. De hecho, Maquiavelo nos dice que
es exagerado y presuntuoso tratar de examinar dichos principados, pues nadie tiene la
capacidad divina para estudiar algo que es esencialmente divino.
Mas ¿cómo es que estos principados llegan a ser tales? Italia se encontraba bajo el poder
del Papa, de los venecianos, del rey de Nápoles, del duque de Milán y de los florentinos,
antes de la llegada del rey Carlos en 1494.
Estos potentados tenían dos preocupaciones:
 Que ningún extranjero entrara a Italia
 Que ninguno de ellos ampliara sus dominios
Los que más preocupaban por estos elementos eran la Iglesia Católica y los venecianos.
Todos los demás debían unirse contra estos dos para que no excedieran sus dominios. Para
esto se sirvieron de barones de Roma como eran los Orsini y los de Colonna. Esto dio como
resultado que los papas se enfrentaran constantemente con los de Colonna y los Orsini,
aunque los adherentes al Papa nunca lograron exterminar a ninguno de los dos.
Eso hasta que llegó el Papa Alejandro VI, que sin expandir los dominios de la iglesia
excesivamente, tuvo gloria y poder con su hijo César Borgia.
Posteriormente llegó Julio II quien iría más allá que Alejandro VI conquistando Bolonia,
acabando con los venecianos y expulsando a los franceses de Italia, además de mantener a
raya a las facciones de Orsini y a los de Colonna.
Capítulo XII: Los diferentes tipos de tropas y tropas mercenarias
Uno de los más sólidos fundamentos para hacerse con un nuevo Estado está amparado en
tener buenas leyes y tener buenas armas. Para Maquiavelo, no puede haber buenas leyes
sino hay buenas armas. Estas armas pueden ser:

Suyas (del príncipe)


 Mercenarias
 Auxiliares
 Mixtas

Las tropas inútiles y peligrosas son las mercenarias y auxiliares porque estas pueden
volverse contra el príncipe, traicionándolo ya sea por ambición, por cobardía o por simple
infidelidad. Como recomendación directa de nuestro filósofo florentino:

''Quieren estar contigo mientras no tengas guerras, pero tan pronto como vean una
venir se largarán''

Esto lo demuestra con la misma historia de Italia. Si bien las tropas mercenarias y auxiliares
sirvieron a los potentados, la verdad es que cuando un extranjero como el rey de Francia
entró en Italia, los mercenarios y auxiliares se acobardaron y otros se unieron al rey de
Francia.
Capítulo XIII: Sobre las tropas auxiliares, mixtas y propias

Las tropas auxiliares, que también son llamadas ''inútiles'' por Maquiavelo, son aquellas
tropas que provienen de potestad distintos en auxilio de otro Estado requirente. Un ejemplo
de esto fue cuando el Papa Julio II, al ver que sus mercenarios tuvieron una penosa
experiencia en la empresa de Ferrara, pidió al rey de España una ayuda de tropas auxiliares
(De ahí que Fernándo el católico y Julio II crearan lo que se conocería como la liga santa).
Son útiles y buenas en sí mismas, pero para quien las pide, una derrota puede ser el fin y
una victoria puede ser la limitación de la libertad, porque, en efecto, las tropas auxiliares
sentirán que sin su servicio el país puede perecer. Sin embargo, el ejemplo anterior del Papa
Julio II resultó victorioso solamente porque además fue ayudado por Suiza. Así, las tropas
auxiliares no podrían regodearse de la victoria y sentir que eran los grandes salvadores,
pues además de ellos también había otro ejército.
Por eso, las tropas auxiliares son más peligrosas que las mercenarias, de hecho, el juicio
duro de Maquiavelo es que con las tropas auxiliares la derrota está asegurada. Es mejor
ganar y perder con las armas propias que con las ajenas.
A partir de estas ideas, Maquiavelo nos brinda varios ejemplos de hombres que se han
deshecho de las tropas auxiliares. El mismo César Borgia las abandonaría prefiriendo las
mercenarias y luego las suyas. Es más, Maquiavelo cita la misma biblia como cuando
David luchó contra Goliat rechazando las armas e investidura de Saúl, y prefiriendo
solamente la honda y el cuchillo con las cuales se sentía más cómodo.
En cuanto a la actual Francia, esta ha tenido una combinación de ejércitos mercenarios y
propios. Esta es quizás la mejor alternativa si es que no puede defenderse enteramente con
un ejército propio, pues como ya vimos acudir a la tropas auxiliares es la peor elección que
se puede hacer. De ahí la máxima de los sabios que Maquiavelo nos comparte:
''Nada hay tan débil e inestable como la reputación de poder que no se basa en las
fuerzas propias''
Como conclusión entonces, podemos decir que el mejor ejército es aquel propio y no el que
se consigue con otros.
Capítulo XIV: El Príncipe y la milicia
Para Maquiavelo no hay duda de que el príncipe debe estar enfocado en el asunto de la
guerra, pues aquellos que están dedicados a la holgazanería pierden su poder. El príncipe es
una figura de poder, no es accesoria ni nada por el estilo, por lo que sus conocimientos y
experiencias en la guerra lo harán temido por los otros.
Es por eso por lo que Maquiavelo pone como ejemplo a Francisco Sforza quien siendo
particular pasó a ser Duque de Milán por medio de las armas. Sus descendientes, hombres
que despreciaban las armas, se vieron obligados a renunciar a su título y convertirse en
particulares.
Por lo tanto, el príncipe debe entrenar siempre; tanto en la paz como en la guerra y aún más
en la paz donde tendrá sobrado tiempo. También debe ser instruido en la historia y en la
geografía; una para no cometer los errores de otros, y la otra para conocer su país a la
perfección, saber de dónde puede atacar y dónde defenderse. Así debe imitar a los buenos
ejemplos que ha puesto la historia, sobre todo a los griegos y a los romanos.
Capítulo V: Los príncipes alabados o vituperados
A un príncipe se le puede mencionar por muchos aspectos. Maquiavelo nombra aquellas
alabanzas y vituperios en las siguientes dicotomías. Los príncipes pueden ser tenidos por....
 Liberales/Tacaños
 Desprendido/Rapaz
 Clemente/Cruel
 Leal/Traidor
 Pusilánime y ademinado/Fiero y valeroso
 Humano/Soberbio
 Casto/Lascivo
 Íntegro/Desleal
 Flexible/Rígido
 Frívolo/Grave
 Devoto/Incrédulo
Nicolás Maquiavelo sabe muy bien que sería ideal que el príncipe reuniera las
características más buenas, sobresalientes y bondadosas en el gobernador. Pero esto no es
posible debido a la naturaleza humana del hombre que es en esencia mala. Más con todo
esto, el hombre es perfectamente capaz de elegir con que virtud comportarse.
Por lo tanto, debido a esto, el hombre debe elegir aquellas virtudes que le serán propias para
conservar el Estado. Pero ¿qué pasa si estas virtudes no lo llevan a tal lado y al contrario lo
arruinan? entonces el príncipe deberá elegir aquellos vicios por los cuales podría ser
vituperado; todo para alcanzar a cumplir los objetivos del Estado. En consecuencia, al
Príncipe no le debiera importar ser vituperado por proteger al Estado por medio de los
vicios, ya que, en algunas ocasiones críticas, son los vicios los que conservan el Estado.
Capítulo XVI: Liberalidad y parsimonia
Es sumamente complicado mantener la imagen de liberalidad del príncipe. En especial
porque reunir los atributos buenos que mencionamos anteriormente, hará que la imagen del
príncipe se engrande más y más, lo cual llevará consigo la exigencia del pueblo y de sus
súbditos. En consecuencia, cuando el príncipe ya no pueda dar más de aquellas cosas,
entonces todo el mundo se le vendrá encima.
No es necesario ser extremadamente generoso, de hecho, es perjudicial porque de esa
fuente de generosidad se volverá a pedir y llevará complicaciones económicas grandes. Un
príncipe debe tener una buena reputación, pero no debe estar basada enteramente en la
generosidad excesiva que en el futuro no va a poder cumplir. Es preferible protegerse
contra el odio de la gente, que ser extremadamente generoso.
Es preferible, además, ser tomado por tacaño, que solamente daña la honra, pero no la
confianza ni el odio, que ser tomado por liberal y ser tomado por rapaz por no cumplir con
ser liberal, y ser deshonrado y odiado.
Capítulo XVII: Crueldad o clemencia; ser amado o ser temido
Clemencia o crueldad
Ante todo, Maquiavelo nos dice que el príncipe debe ser clemente más que cruel, aunque
también debe hacer buen uso de esa clemencia. Todo consiste en darle buen uso a la
clemencia, pero también a la crueldad; por ejemplo, César Borgia fue considerado cruel,
pero esa crueldad le permitió reordenar Romaña para luego mantenerla en paz. De hecho,
esta última actuación pareció más clemente que cruel lo que también hizo que los
ciudadanos aprobaran la destrucción de Pistoia.
La crueldad se debe llevar con mesura y los ciudadanos lo agradecerán, porque otra cosa
sería tener un príncipe extremadamente clemente que deje proseguir los desórdenes y
finalmente destruya un país.
Ser amado o ser temido
Es más seguro ser temido que ser amado. Para Maquiavelo los hombres en general tienen
las siguientes características:
 Volubles
 Falsos
 Cobardes
 Codiciosos
Si los tratas bien te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pero cuando tú los
necesites te darán la espalda. Peor aún si aquellas lealtades se tienen por un precio porque,
bien se pueden comprar, pero no se tienen.
Por lo tanto, es mejor que el príncipe se haga temido y de este modo, aunque no sea amado,
será capaz de rehuir el odio. En ese mismo caso, el príncipe también debe ejecutar a
alguien, pero solo si es absolutamente necesario. Lo mismo pasa cuando el príncipe por
alguna razón se apodera de los bienes ajenos de sus víctimas. La idea es no hacerlo a menos
que exista una gran justificación para ello.
La fama de cruel también ayudará para tener un ejército que le sea fiel. Un ejemplo
inequívoco de ello fue Aníbal, quien infundía su temor a todas las tropas que además eran
de distintas razas. Otro ejemplo pero que fue todo lo contrario fue el de Escipión, quien
consiguió que sus tropas se le rebelaran debido a su excesiva clemencia.
En consecuencia, el príncipe tiene como objetivo ser temido, pero a la vez debe evitar el ser
odiado.

Capítulo XVIII: La palabra del príncipe


No cabe ninguna duda de que el príncipe debe ser una persona que mantenga su palabra.
Sin embargo, para Maquiavelo la experiencia habla por sí sola. Han sido mucho más
grandes aquellos príncipes que no mantienen sus promesas, dejando atrás las lealtades y así
con astucia han logrado grandes empresas.
En este contexto existen dos modalidades de combate:
 Leyes: propia del hombre
 Fuerza: propia de las bestias
Sin embargo, cuando la primera no es suficiente será bueno atender a la segunda. Por lo
tanto, el príncipe debe saber el manejo de ambas modalidades, pues la una sin la otra
siempre es insuficientes.
Metáfora del león y el zorro
Combinando fuerza y astucia, Maquiavelo intenta hacer una metáfora entre el león y el
zorro. Por supuesto, el león tiene cualidades que el zorro no tiene y viceversa; en
consecuencia, sus habilidades se complementan perfectamente y el príncipe debe seguirlas.
Por ejemplo, el león no puede sortear las trampas que le ponen, y el zorro no puede
amedrentar a los lobos. Por esta razón se necesitan mutuamente. En sus mismas palabras:
''Necesita ser zorra para reconocer trampas y león para amedrentar a los lobos''
Por esta razón es que el hombre que es solamente león no puede pensar en muchas cosas,
necesita tener la habilidad del zorro para guiarse.
Si el hombre hace promesas poniéndose en solo una de las posturas, entonces fracasará. Por
eso, el príncipe no debe hacer promesas sabiendo como es el hombre. Maquiavelo nos
recuerda nuevamente que el hombre es malo por naturaleza. Por lo tanto, no puede esperar
que el pacto realizado sea cumplido por la otra parte. Si todos los hombres son malos,
entonces la promesa, de no convenir tampoco al príncipe, puede ser rota sin ningún
problema.
Esto está demostrado por la experiencia de los gobernadores en la historia. Todas las
promesas se incumplen, al fin y al cabo; en consecuencia, las promesas son inútiles. El
único hombre que ganaría en un pacto como este sería el que actúa de zorro, pues el zorro
conoce la naturaleza humana y sabe la promesa puede incumplirse.
Cuando llega la hora de hacer una promesa, el príncipe debe dar toda la apariencia de que la
cumplirá. Es preciso que el príncipe observe con cuanta crueldad los gobernadores se han
deshecho de sus enemigos de esta forma. Las apariencias en ese sentido son muy
importantes, pues después de parecer bueno y benevolente frente a otros, la vez que toque
ser malvado lo tomará por sorpresa. En palabras del mismo Maquiavelo:
''Todos ven lo que pareces, pero pocos tocan lo que eres''
El príncipe de nuestros días debe predicar la paz y lealtad, pero por dentro debe ser
enemigo de la una y de la otra.
Capítulo XIX: El príncipe debe evitar el odio y el desprecio
El príncipe debe siempre evitar el odio y el desprecio. Para esto siempre deberá abstenerse
de ser rapaz con los bienes ajenos. En consecuencia, el príncipe debe salvaguardarse de los
siguientes estados:
 Voluble
 Pusilánime
 Inseguro
 Frívolo
Al contrario, el príncipe siempre deberá arreglárselas para que todas sus acciones
parezcan:
 Nobles
 Valientes
 Graves
 Fuertes
Entre los pleitos privados, su sentencia tiene que ser irrevocable, y mantener su compostura
a fin de que nadie piense en engañarlo o embaucarlo.

Mientras mantenga estas apariencias, el príncipe podrá estar seguro de sí mismo porque hay
dos cosas que el príncipe debe tener especial cuidado:
 Ataque de los súbditos
 Ataque de los extranjeros
Es claro que a los extranjeros los combatirá por medio de las armas, pero en cuanto a los
súbditos el príncipe siempre deberá mostrarse una persona temerosa, pero a la vez
bondadosa. Esto evitará que el pueblo se le rebele y también evitará que sus más cercanos
conspiren contra él. Por lo demás, Maquiavelo nos dice que la conjura no es algo muy
efectivo.
Un ejemplo. Micer Aníbal Bentivoglio fue asesinado por una conjura de los Canneschi, con
el objetivo de dejar de único heredero a micer Giovanni quien era un bebe en ese entonces.
Acto seguido, todo el pueblo se rebeló y los Canneschi terminaron asesinados, todos.
Maquiavelo nos dice que esto se debía al gran afecto que el pueblo tenía a Bentivoglio.
En opinión de Maquiavelo, uno de los reinos más ordenados era el de Francia. En efecto,
existen buenas instituciones que protegían al rey dándole seguridad y libertad. Esta
institución era un contrapeso contra los más poderosos porque además era muy conocido el
odio que se tenían en contra de los nobles. Esta institución se llama Parlamento o corte
provincial. El parlamento o corte provincial actuaba como un tercer juez que castigaba a los
nobles y favorecía a los pequeños, sin que el rey tuviera alguna responsabilidad en ello.

Este sistema es perfecto para el príncipe, pues el mismo Maquiavelo nos dice que el
príncipe necesita de alguien que haga el trabajo sucio por él. En este caso, castigar a los
nobles y favorecer al pueblo. Claro, siempre se tiene que ver bien visto por el pueblo.
Sin embargo, la evidencia del Imperio Romano puede poner en peligro esta teoría de
Maquiavelo. Es por esto por lo que el filósofo se propone explicar porque en el Imperio
Romano fue tan difícil aplicar estas medidas. En primer lugar, esto fue porque el emperador
no solo tenía que verse bien frente al pueblo, sino que también frente a los soldados, lo que
le significaba una doble tarea. Los soldados del imperio eran hombres muy ambiciosos y
que constituían básicamente un segundo poder.
Marco, Pertinax y Alejandro
Marco Aurelio fue colmado de honores siempre y fue recordado como un gran emperador.
Mantuvo a los soldados y al pueblo siempre en equilibrio. Sin embargo, fue el único que
murió sin tener problemas.
Pertinax se granjeó su caída cuando se enfrentó al ejército tratando de reducirlos. Se hundió
recién iniciado su gobierno por el solo hecho de desequilibrar la balanza.
Si bien Alejandro fue un hombre magnánimo y no condenó a nadie sin previo juicio, se le
consideraba afeminado y un hombre que se dejaba gobernar por su madre. Finalmente
conspiraron contra él.
Comodo, Severo y Maximino
Severo se hizo del poder de la forma correcta. Para vengar a Pertinax se dio a sí mismo una
imagen de hombre benefactor que haría todo lo posible por vengar al injustamente
asesinado. De este modo, Severo no mostró ninguna intención de adquirir el trono, cosa que
pasó de todas formas luego de vengar a Pertinax y tomar el territorio.
Comodo fue un emperador enteramente despreciable tanto por el pueblo como por los
soldados. Si bien les dio rienda suelta a sus propios servidores, estos finalmente terminaron
odiando su personalidad, así como también lo hizo el pueblo consecuentemente.
Maximino también fue despreciado por sus soldados justamente por su extrema
humildad.
Pero ¿por qué ocurría esto en el Imperio Romano y no ocurre en Italia en los tiempos de
Maquiavelo? el filósofo nos dice que es porque ningún ejército de Italia está arraigado a los
gobiernos y a la administración provinciales, como sí la tenían en los tiempos del Imperio
Romano. Por otro lado, en Italia el pueblo es más numeroso que los soldados; por lo tanto,
se estará al pueblo antes que a los últimos.
Capítulo XX: Si la utilidad de las fortalezas entre otras cosas es útil o no al príncipe
Cuando un príncipe ve desarmados a sus nuevos súbditos debe armarlos él mismo, para así
ganarse el favor de ellos. En cambio, aquellos príncipes que ven a sus súbditos poco
armados y terminan por quitarles las armas, terminan rebelándose contra el nuevo régimen.
Si es que el príncipe observa un Estado beligerante, luego de conquistarlo debe desarmarlo
excepto a aquellos que le ayudaron a combatir dicho Estado. De hecho, de este modo se
ganará la confianza de quienes fueran sus enemigos.
Un de las tácticas que ocupan los príncipes es armar al Estado de fortalezas. Aunque
pudiera parecer en un inicio una buena estrategia, la verdad es que no es así. Es más,
Maquiavelo no lo recomienda por la experiencia que ha visto en la misma Italia. El mismo
César Borgia destruyó hasta los cimientos de las fortalezas edificadas de su enemigo,
juzgando que sin ellas podría volver a perder dichos territorios con más dificultad que como
si estuviera fortificada.
¿Cuándo construir fortalezas entonces? Maquiavelo nos dice que, si el príncipe teme al
pueblo más que a los extranjeros, entonces tendrá que construir la fortaleza, en caso
contrario, hay que dejar las fortalezas de lado. Para Maquiavelo, la mejor fortaleza es no
granjearse el odio del pueblo.

Capítulo XXI: Lo que conviene a un príncipe para ser estimado


Lo que conviene a un príncipe para ser estimado son las grandes empresas y dar de sí
ejemplos singulares. Uno de los casos que propone Maquiavelo es Fernando de Aragón
quien pasó de ser un príncipe débil a un príncipe muy fuerte, el primer rey de los cristianos.
Hagamos un resumen de sus hazañas:
 Conquistó Granada en 1492
 Sostuvo el ejército con el dinero de la iglesia y del pueblo
 Empleó la crueldad para expulsar a los judíos de su reino
 Atacó África
 Conquistó Nápoles
 Atacó Francia para deshacerse de Navarra
Todas estas gestas dieron una alta reputación a Fernando de Aragón quien es considerado
un verdadero príncipe.
Otra de las cosas que se debe considerar para el buen gobierno del príncipe es la amistad y
la enemistad, es decir, ser buen amigo y ser buen enemigo. En otras palabras, Maquiavelo
llama al príncipe a no ser neutral. Esto porque el resultado de ser neutral llevaría a entender
que temes al posible vencedor o que no le temas. En ambos casos, es mejor estar del lado
de alguien porque, en primer lugar, si no lo haces, entonces siempre serás presa del
vencedor.

Para esclarecer este punto aún más Maquiavelo nos da un ejemplo:


Antíoco entró en Grecia para expulsar a los romanos. Envió una legación de arqueros a los
aqueos, que eran amigos de los romanos, para que fueran neutrales, mientras que los
romanos los instaban a que atacaran a Antíoco. Finalmente, la deliberación de los aqueos en
su tribunal resolvió: En relación con lo que ellos dicen, a saber, que no os inmiscuyáis, en
la guerra, nada es más ajeno a vuestro interés: sin respeto ni dignidad seréis premio del
vencedor
Es mucho más seguro obtener un compromiso cuando el príncipe se compromete a luchar
con sus aliados, es decir, cuando se decide por uno de los dos bandos. Lo que sí advierte
Maquiavelo es que el príncipe no forme alianza con aquellos que son más poderosos que él,
porque de vencer el más poderoso entonces el príncipe quedaría como rehén. Solamente
podría recurrir a esta alianza por extrema necesidad.
Para comprobar lo anterior Maquiavelo señala dos ejemplos: cuando los venecianos se
aliaron con Francia para obtener Milán, el resultado es que terminaron arruinados (los
venecianos). En un segundo ejemplo, España y el papa atacaron Lombardía durante la
guerra de la Liga Santa, alianza que se necesitó por parte tanto de papa como de España.
En consecuencia, el príncipe debe elegir muy bien a sus amistades y siempre tomar bando y
no quedarse neutral.
Capítulo XXII: Los secretarios de los príncipes
Los secretarios serán buenos según la prudencia de cada príncipe. De hecho, la primera
opinión que se forma de los príncipes es a partir de los hombres que le rodean; esto hace
que incluso se estime la inteligencia del príncipe. Para Maquiavelo hay tres clases de
inteligencia:
 Por sí misma
 Discierne lo que otros comprenden
 Ni por sí misma ni por medio de los demás
El filósofos florentino nos dice que la primera es eminente, la segunda excelente y la
tercera es inútil. En efecto, al que le falte la primera puede servirse de la primera,
¿Cómo elegir un buen ministro o secretario? es necesario para esto ver los intereses de
dicho ministro; por ejemplo, si sus acciones son llevadas solamente por sus intereses,
entonces no le servirá al futuro príncipe. Por otro lado, el príncipe también debe colmarlo
de elogios al ministro, hacerlo rico, vincularlo a su persona para que le sea siempre fiel.

Capítulo XXIII: Rehuir a los aduladores

Los hombres corren el riesgo de adular a los superiores con el fin de obtener algún
beneficio o protección. Sin embargo, no se dan cuenta de que al mismo tiempo pueden
volverse despreciables. Pero el príncipe debe ser muy juicioso y elegir a los hombres que
sean capaces de decirles la verdad, pero concediéndoles esta facultad. A estos hombres
debe preguntarles también su opinión son respecto a las diversas situaciones que enfrenta el
príncipe. En consecuencia, el príncipe debe evitar a los aduladores a toda costa.
Un ejemplo de ello lo tiene Maquiavelo con el padre Lucca Rinaldi. De acuerdo con este
filósofo, Lucca, hombre del emperador Maximiliano, decía que el emperador no recibía
consejos de nadie. Sin embargo, una vez que comenzaron a rebelarse contra él, entonces el
emperador dejó esta actitud y empezó a escuchar a sus consejeros.
Así, el príncipe siempre debe estar abierto a escuchar el consejo, pero sólo cuando él
quiera. Ahora, el buen príncipe debe reconocer cuáles son los buenos consejos y cuáles son
los malos. Una vez que los tome no deberá dar marcha atrás, pues un príncipe que se
retracta sufrirá una mala reputación inmediatamente.

Capítulo XIV: Por qué los príncipes de Italia han perdido sus Estados

Las acciones de un príncipe nuevo siempre son más observadas que aquel príncipe que ya
es antiguo en el cargo. Esto se debe a que los hombres refuerzan mucho más las ideas
presentes que las pasadas. El motivo del por cual los príncipes de Italia han perdido sus
Estados es el mismo que hemos estado señalando: poca prudencia, mal manejo de las
armas, no imponen su voluntad o se hacen enemigo del pueblo. En otras palabras, no siguen
la virtù.
Capítulo XV: El poder de la fortuna y cómo se le hace frente
Maquiavelo nos dice que todas las cosas están creadas por la fortuna y por Dios y que el
hombre no está en condiciones de revertir dicho contexto. Por este razonamiento, muchos
dicen que lo que ocurre en realidad pasa por pura suerte, es decir, el hombre no tiene
injerencia alguna en los resultados.
El mismo filósofo, con frecuencia, piensa de la misma manera, pero añade un punto: las
acciones y sus resultados conllevan un 50% de suerte y un 50% de nuestro esfuerzo.
Para Maquiavelo, la suerte es como un gran torrencial que amenaza con destruirlo todo y en
efecto lo hace. Pero eso no obsta a que el hombre pueda precaverse construyendo diques o
represas para contener ese torrencial; lo mismo pasa con la suerte. Por lo tanto, el príncipe
que basa todo en la fortuna está destinado a perecer.
Un ejemplo de ello ha sido el papa Julio II quien siempre fue impetuoso y decidido. No
espero que la suerte lo acompañara, sino que hizo posible que todas las cosas fueran a su
favor por medio de sus acciones. El hombre tiene que tomar riesgos, tiene que ser
impetuoso más que cauto, o, mejor dicho, en palabras de Maquiavelo:
''Es mejor ser impetuoso que ser cauto, porque la fortuna es una mujer y es necesario,
si uno quiere sujetarla, golpearla y golpearla''
Es por eso por lo que la suerte es amiga de los jóvenes ya que estos siempre son
arriesgados, impetuosos y le dan órdenes con más audacia.
El gobernador debe servirse de la suerte, es decir, no todo es la virtù, no es infalible,
también se necesita suerte (o fortuna). En efecto, la fortuna es la diosa que rige nuestro
destino y de la que uno no se puede librar. Sin embargo, el mismo Maquiavelo nos decía
que podía llegar a ''domar'' a esta diosa.

Capítulo XVI: Exhortación a ponerse al mando de Italia y liberarla de los bárbaros


De acuerdo con Maquiavelo, la situación en Italia es desastrosa. En sus propias palabras,
está más esclavizada que los judíos en Egipto. Falta de manera urgente un nuevo príncipe
que enarbole una sola bandera y pueda unir a Italia. Recordemos que en tiempos del
filósofo toda la región de Italia estaba dividida en potentados (ciudades Estado).
Para que Italia pueda seguir el ejemplo de las grandes empresas de los hombres pasados, lo
primero que tendrá que hacer es tener su propio ejército. ¿Para quién van estas palabras?
para la familia Medici, pero directamente al papa León X quien además era un Médici. El
papa debe utilizar a los ejércitos italianos para construir una sola nación vencedora.

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