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EL NACIMIENTO DE JESUS

La Natividad de Jesús o el Nacimiento de Jesús, se describen en los


Evangelios Bíblicos de Lucas y Mateo y cuentan estos relatos, que
Jesús nació en un establo, en Belén de Judea. Su madre, María
estaba a punto de contraer matrimonio con un hombre llamado
José, pero éste no era el padre biológico de Jesús, pues ella ya
estaba embarazada cuando lo conoció.

El nacimiento de Jesús fue causado por la intervención divina,


como bien aparece escrito en la Santa Biblia:

“Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo


(…). No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás
por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo.

María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, pues no conozco


varón?

El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del


Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será
santo, y será llamado Hijo de Dios.

Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu


palabra. (…)”. (Lucas 1, 26-38)
“(…) Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de
empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del
Espíritu Santo (…)”. (Mateo 1, 18-25).

 Así pues, San José tuvo un papel esencial: Dios le encomendó la


gran responsabilidad y privilegio de ser el padre adoptivo del Niño
Jesús y de ser esposo virginal de la Virgen María. San José, el Santo
custodio de la Sagrada Familia, es el Santo que más cerca está de
Jesús y de la Santísima de la Virgen María.

Aquella noche, en la que María, madre de Dios, estaba a punto de


dar a luz, se encontraban Ella y José, viajando para llegar a Belén. Al
caer la noche, no encontraban donde alojarse y viendo que María
estaba por dar a luz en cualquier momento, el dueño de una
posada les ofreció quedarse en el establo.

El Evangelio de Lucas nos cuenta que María y José entraron en


aquel establo donde había animales y juntando paja hicieron un
pesebre para descansar al recién nacido niño Jesús.

 “Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió en pañales y le


acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el
mesón. (Lucas 02:7)

 
Así pues, debido al maravilloso acontecimiento, la Nochebuena se
convirtió en una época del año muy especial y es el momento
perfecto para disfrutar con la familia y para esas cenas que, a pesar
de repetirlas cada año, son inolvidables.

Los orígenes de la cena que se celebra entre el 24 y el 25 de


diciembre, se remontan al siglo V d.c. con la Misa del Gallo.

Misa del Gallo

Papa Sixto III introdujo en Roma la costumbre de celebrar


el Nacimiento de Jesús con una oración a medianoche, “mox ut
gallus cantaverit”, que significa “al cantar el gallo”, pues éste era el
momento del inicio del día para los antiguos romanos. Esta
expresión es la que da a la misa su curioso nombre actual.

Desde hace siglos, la tradición navideña cristiana celebra esta Misa


nocturna en adoración al Nacimiento del Niño
Jesús en Nochebuena, en la primera hora del día de Navidad.

Hoy en día, la Misa del Gallo es una parte fundamental de las


celebraciones navideñas para muchos católicos, iglesias y
parroquias locales mantienen también la tradición.
Por estas fechas tan especiales, la mayoría de las personas, decoran
sus casas con el árbol de Navidad y el Belén, que suelen empezar a
prepararse el día 8 de diciembre.

Árbol de Navidad

El árbol de Navidad es probablemente el elemento más


significativo de esta época a nivel internacional, sirve para
recordarnos que Jesús vino a la Tierra para conseguir la
reconciliación.

Antiguamente los germanos creían que el mundo y todos los astros


estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco
llamado “Dios Odín” al que, en cada solsticio de invierno, cuando
suponían que se renovaba la vida, le rendían un culto especial. La
celebración de ese día consistía en adornar un árbol de encino en
torno al cual bailaban y celebraban.

San Bonifacio, evangelizador de Alemania e Inglaterra, derribó ese


árbol que representaba al Dios Odín, y en el mismo lugar plantó un
pino, símbolo del amor inmenso de Dios y lo adornó con manzanas
y velas.

Así pues, los primeros árboles navideños se les ponía manzanas y


velas, las cuales representaban el pecado original y la luz de Cristo,
respectivamente.
El significado del árbol es que representa al Paraíso, el lugar donde
Adán y Eva comieron los frutos.

Con el paso del tiempo, las manzanas y las velas fueron


reemplazadas por esferas y luces, y ahora los árboles han cambiado
bastante, se ponen adornos en función de las preferencias de cada
familia.

Su forma triangular es una representación de la Santísima


Trinidad y sus colores simbolizan las diferentes oraciones del
Adviento; el azul la reconciliación, el color plata el
agradecimiento, el oro la alabanza y el verde la abundancia y la
naturaleza.

Belén

Otro de los símbolos característicos de las fiestas decembrinas es


la representación del Nacimiento de Cristo, a través de un Belén,
hecho con figuras en miniatura, que los católicos ponen en sus
casas.

El origen de dicha representación, tal y como la conocemos en la


actualidad, se la debemos a San Francisco de Asís. La inspiración
para reproducir el primer Belén le llegó tras un viaje a Tierra Santa
del que regresó profundamente emocionado.
La costumbre de poner Belenes en todas las casas se extendió por
Italia. A Italia le siguió España y la tradición se trasladó
posteriormente al resto de Europa y América Latina.

El Nacimiento del Niño Jesús se prepara el 8 de diciembre y las


figuras centrales son María, José y los pastores. Debe estar
presente la estrella de Belén, ovejas, una mula y un buey. El día 24
de diciembre se debe agregar la figura del niño Jesús y el día 6 de
enero, la de los Reyes Magos

Independientemente de cómo se decora la casa o cómo se celebra,


la Navidad es una fecha muy especial para todos los cristianos.
Mantengamos Navidad como algo brillante, pues es cuando se
produjo el milagro del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y
cuando su espíritu visita nuestros hogares.

Hace más de dos mil años una mujer de la ciudad de Nazaret


llamada María fue visitada por un ángel llamado Gabriel quien le
dijo a esta mujer judía que daría a luz a un hijo y que le pondría de
nombre Jesús pues sería el hijo de Dios. María era virgen y estaba
por contraer matrimonio con un hombre llamado José. Al ver que
María estaba embarazada José confundido y algo dolido quiso
dejarla en secreto para que nadie fuera a lastimarla, pero el ángel
Gabriel vino a José y le contó exactamente lo que María ya le había
dicho a José, que este bebé es hijo de Dios que será llamado Jesús y
que salvara a su gente de todo pecado.

Por causa de un edicto del rey para hacer un censo, María y José
viajaron a la tierra de Belén para cumplir con el edicto. Maria ya
tenía muy avanzado su embarazo y aun asi viajaron por varios días
en un burro hasta llegar a su destino, pero no pudieron encontrar
ni un solo lugar para poder pasar la noche, pues todo estaba ya
ocupado. Viendo que María estaba por dar a luz en cualquier
momento el dueño de una posada les ofreció quedarse en el
establo.
María y José entraron en aquel establo en donde había animales y
juntando paja hicieron un pesebre para descansar al recién nacido
niño Jesús.

Durante este tiempo un ángel se apareció a un grupo de pastores


que apacentaban sus ovejas en los campos cerca de Belén y les dijo
que traía buenas nuevas pues el Mesias, el salvador del mundo
había nacido. Los pastores lo dejaron todo para ir en busca del
bebé ya que el ángel les dijo que lo encotrarían durmiendo en un
pesebre.
Poco tiempo después los tres hombres sabios (también conocidos
como los reyes magos) vieron la brillante estrella en el cielo que se
postraba justo arriba del establo en donde se encontraba el recién
nacido Jesús. Estos hombres venían del lejano oriente y durante su
travesía el rey Herodes de Judea les dijo que después de encontrar
al bebé le dieran noticias en donde estaba. All arribar al establo los
hombres sabios adoraron al Dios viviente y le dieron regalos de
incienso, oro y mirra. Después regresaron a su tierra por otro
camino pues sabían que el rey Herodes quería asesinar al bebé que
sería el futuro rey.

 En los tiempos de hoy, celebramos el nacimiento de Jesús y su


venida en la época de la navidad. Puedes leer mas a detalle este
hermoso y gran acontecimiento en los libros de Lucas y Mateo en el
Nuevo Testamento.

Tanto el evangelio de Mateo como el de Lucas sitúan el nacimiento


de Jesús en Belén. El Evangelio de Lucas dice que María dio a luz a
Jesús y lo colocó en un pesebre «porque no había lugar para ellos
en el mesón». La palabra griega kataluma puede traducirse como
«mesón» o «habitación de invitados», y algunos eruditos han
especulado que José y María pudieron haber buscado quedarse con
familiares, en lugar de una posada, solo para encontrar la casa
llena, ante lo cual acudieron al refugio de una habitación con
pesebre. Este podría ser un lugar para mantener a las ovejas dentro
del área de Belén, llamado Migdal Eder («torre del rebaño»), como
lo profetizó el profeta Miqueas en Miqueas 4:8. Aunque Mateo no
indica explícitamente el lugar de origen de José o dónde vivía antes
del nacimiento de Jesús, el relato implica que la familia vivía en
Belén. Lucas 1:26-27 relata que María originalmente vivía en
Nazaret en el momento de la Anunciación, antes del nacimiento de
Jesús en Belén.

En el siglo ii, Justino Mártir afirmó que Jesús había nacido en una


cueva en las afueras de la ciudad, mientras que el Protoevangelio
de Santiago describió un nacimiento legendario en una cueva
cercana. La Basílica de la Natividad dentro de la ciudad, construida
por Helena de Constantinopla, contiene el sitio del pesebre de la
cueva tradicionalmente venerada como el lugar de nacimiento de
Jesús, que puede haber sido originalmente un sitio del culto del
dios Tamuz. En Contra Celsum 1.51, Orígenes (quien desde
alrededor de 215 viajó por Palestina) escribió sobre el «pesebre de
Jesús».

La fecha de nacimiento de Jesús de Nazaret no se indica en los


evangelios ni en ningún texto secular, pero la mayoría de los
eruditos asumen una fecha entre el 6 a. C. y el 4 a. C. La evidencia
histórica es demasiado ambigua para permitir una datación
definitiva, pero la fecha se ha estimado a través de eventos
históricos conocidos mencionados en los Evangelios de Lucas y
Mateo o trabajando hacia atrás desde el comienzo estimado
del ministerio de Jesús. Lucas 2:1 afirma que Jesús nació cuando
«se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el
mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo
siendo Cirenio gobernador de Siria». Lo aceptado generalmente es
que Jesús nació antes de 4 a. C., el año estimado de la muerte de
Herodes.

Como los evangelios cristianos, el islam sitúa el nacimiento virginal


de Jesús en Belén.

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