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Diabetes Mellitus Tipo 1
Diabetes Mellitus Tipo 1
Introducción
- La diabetes mellitus (DM) es un síndrome metabólico frecuente y crónico cuya característica bioquímica
esencial es la hiperglucemia.
- Las formas más importantes de diabetes son las causadas por déficit de secreción de insulina debido a la
lesión de las células beta pancreáticas (DM tipo I) y las que son consecuencia de la resistencia a la insulina
en el músculo esquelético, hígado, tejido adiposo, con diferentes grados de alteración de las células beta
(DM tipo II).
- La DM I es el trastorno endócrino-metabólico más frecuente en la infancia y la adolescencia, con
importantes consecuencias para el desarrollo físico y emocional.
- Los individuos con DM I pueden sufrir graves alteraciones en su estilo de vida, entre ellas la necesidad
diaria de recibir insulina exógena, de controlar su glicemia y de tener que cuidar su ingesta dietética.
- La morbi-mortalidad se debe a los desajustes metabólicos agudos y a las complicaciones a largo plazo
(generalmente en la edad adulta) que afectan a vasos de pequeño y gran calibre, lo cual produce
retinopatía, nefropatía, neuropatía, cardiopatía isquémica y obstrucción arterial con gangrena en las
extremidades.
DM I
- Se caracteriza por niveles bajos o indetectables de insulina de producción endógena para prevenir el
desarrollo de cetoacidosis, una complicación aguda de la DM I que puede llegar a ser mortal.
- Habitualmente la enfermedad se inicia en la infancia, entre los 7 y 15 años
- Se caracteriza por la destrucción autoinmunitaria de las células beta del islote pancreático. En su
patogenia contribuyen tanto los factores de susceptibilidad genética como los ambientales.
- En 1995 la incidencia de DM I en Paraguay fue del 0,8 %
Patogenia
Fisiopatología
- La DM I es un estado catabólico progresivo con niveles bajos de insulina en el que la ingesta no revierte
sino más bien exagera estos procesos catabólicos. Con la insulinopenia moderada, la utlización de glucosa
por parte del músculo y la grasa disminuye y aparece la hiperglucemia postprandial.
- Con niveles de insulina más bajos, el hígado produce un exceso de glucosa mediante la glucogenólisis y la
gluconeogénesis y comienza la hiperglucemia en ayunas. La hiperglucemia produce diuresis osmótica
(glucosuria) cuando se supera el umbral renal: 180 mg/dL.
- La pérdida resultante de calorías y electrolitos, así como la deshidratación persistente, produce un estrés
fisiológico con hipersecreción de hormonas de estrés (adrenalina, cortisol, hormona de crecimiento y
glucagón), estas a su vez contribuyen a la descompensación metabólica.
- La combinación de déficit de insulina y los niveles plasmáticos elevados de las hormonas también es
responsable de la lipólisis acelerada y de la alteración de la síntesis lipídica, que produce un aumento de
las concentraciones plasmáticas de lípidos totales, colesterol, triglicéridos y ácidos grasos libres.
- La acción recíproca hormonal del déficit de insulina y del exceso de glucagón desvía los ácidos grasos
libres hacia la formación de cuerpos cetónicos.
- Estos cetoácidos producen acidosis metabólica (cetoacidosis diabética) y respiraciones profundas rápidas
compensadoras en un intento de excretar el exceso de CO2 (respiración de Kussmaul). La acetona es la
responsable del característico olor afrutado del aliento.
- Las cetonas se excretan en la orina asociadas a cationes y por ello aumentan más las pérdidas de agua y
electrolitos. Con la deshidratación, la acidosis y la hiperosmolaridad progresivas, y la disminución del
consumo cerebral de oxígeno, se altera el nivel de conciencia y el paciente finalmente entra en coma.
Clínica
Cetoacidosis diabética
- Es el resultado final de las alteraciones metabólicas como consecuencia de un déficit grave de insulina
- Se produce en el 20 a 40 % de los niños con diabetes de inicio reciente y en niños con diabetes conocida
que omiten dosis de insulina o que no controlan de forma eficaz la enfermedad
- Existe una cetonuria importante, un intervalo aniónico aumentado, una disminución del bicarbonato
plasmático y del pH, y una osmolaridad plasmática elevada que indica deshidratación hipertónica
Tratamiento
- Se ajusta al grado de insulinopenia en la presentación clínica
- La mayoría de los niños (60 a 80%) tiene síntomas leves o moderados, deshidratación mínima sin
antecedentes de vómitos y no han progresado a cetoacidosis
- Una vez que se resuelve la CAD en el niño recientemente diagnosticado se cambia progresivamente al
tratamiento de los niños con inicio no cetósico
- Los niños con diabetes previamente diagnosticada que desarrolla CAD vuelven a recibir su pauta previa de
insulina
- El tratamiento comprende el inicio y el ajuste de la administración de insulina, la educación diabetológica
del niño y de sus cuidadores y el restablecimiento de la rutina diaria.
- La dosis óptima de insulina solo puede determinarse de forma empírica, con autocontroles frecuentes de
los niveles de glucemia y ajuste de la insulina por parte del equipo médico
- La insulina Regular tiene un pico amplio y un descenso largo para ser insulina en bolo. Este perfil limita el
control de la glucosa postprandial, produce picos prolongados con efectos hipoglucémicos excesivos
entre comidas y aumenta el riesgo de hipoglucemia nocturna
- La insulina NPH y lenta también tienen límites inherentes porque no crean un nivel basal de insulina sin
picos, lo que produce un efecto hipoglucemiante significativo durante la fase media de su duración
- Los análogos lispro y aspártica se absorben mucho más rápido y proporcionan pulsos discretos con escaso
o ningún solapamiento y un efecto de descenso corto. Esto permite un mejor control del aumento de
glucosa postprandial y reduce la hipoglucemia entre comidas o nocturna
- El análogo de larga duración glargina crea un perfil mucho más plano, con lo que es más fácil predecir el
efecto combinado de un bolo rápido (de lispro o aspártica) además de la insulina basal, lo cual produce un
patrón más fisiológico de efecto insulínico