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EL REINO DE LOS DIMANTES: LEGADO EN RIESGO

Capitulo 1:
Tengo que admitir que nunca pensé que la muerte de Eret seria tan… tranquila, ya han pasado
5 meses desde la lucha por Nibel y no ha habido avistamiento enemigo y espero que se
mantenga así.
La luz brillaba, los pájaros cantaban y era un hermoso día, yo como siempre me encontraba
haciendo los deberes reales, entre estos los arreglos finales para el Festival que como la ultima
vez casi pierdo al reino en manos de la oscuridad, no se pudo realizar así que llame a Ahntua,
el general que junto a mi comando al ejercito en busca de Nibel para que anunciase que en
una semana este se llevaría a cabo.
Me quede mudo he inmóvil cuando me confeso que había un ligero problema del cual hablar,
obviamente le hice caso, sabia que por su mirada algo no iba del todo bien. Llegamos a la
ventana que da al patio principal del reino y me señalo al sacerdote Charles, uno de los 10
sobrevivientes al igual que Elise, el cual decía que planeaba matarme según un escolta que
mando de infiltrado el general. Furioso me dirigí hacia el lugar como alma que lleva el
demonio, no toleraría este tipo de traición pero cuando llegue… casualmente ya no estaba de
alguna manera sabia que iba en su busca.

Capitulo 2:
No podía quedarme quieto sabiendo que un loco sacerdote andaba suelto en el pueblo, sabia
que tenia que dar el siguiente paso antes que el, entonces llame a mi guía espiritual, el cual
me indico que lo buscaba yacía en las ruinas del antiguo reino por lo tanto prepare mi espada
protectora de Amapalma y fui en busca del traidor.
La penumbra era eterna, la luz que me entraba era la del guía y ni eso era suficiente para saber
la de cosas que me aguardaban ahí, murciélagos y ecos escalofriantes se oían por doquier
caminos laberinticos que se veían iguales pero se necesitaba mas que eso para asustar a un
rey. Una extraña luz resplandecía a través de las paredes, parecía ser una especie de fogata la
cual traía consigo al queridísimo Charles. Me asome poco a poco para saber su ubicación en
caso de que intensase escapar y en eso me di cuente de estaba en un rincón el cual podría usar
a mi favor, así que me levante y lo atrape, acorralado y sin salida le pregunte que porque hacia
esto, porque m quería muerto, pero de el solo salió el silencio, no podía dejar solo al pueblo y
Charles tampoco me estaba ayudando. Me vi forzado a empuñar mi espada y lanzar el primer
golpe.
Tal vez no fue lo más razonable de hacer, no me había dado cuenta de que el collar que
llevada en realidad era un antiguo amuleto brujo, fue por eso que salí volando muy lejos tras
un conjuro de empujón de fuerza. El peso de este hizo que me debilitara, ya no podía mas
trataba de levantarme pero la patada de Charles lo finalizo, con la poca fuerza que me
quedaba pude ver como el se acercaba a mi, una vez estuvo en frente me dijo que lo que el
quería no era verme muerto sino reemplazarme, tomar mi aspecto y gobernar al pueblo para
que la oscuridad pueda retomar lo que es suyo. El collar le permitió cumplir lo dicho, no podía
creer lo que mis ojos estaban viendo era igual a mi, en cuanto obtuvo lo que anhelaba poseer
abrió un portal he intento tirarme a el, di todo en el campo para evitarlo, pero en un mal
descuido me golpeo y perdí la conciencia.

Capitulo 3:
El golpe debió haber sido bastante fuerte porque me desperté con mucho dolor de cabeza y
por si fuese poco no tenia ni la menor idea de donde me encontraba ahora mismo. Las colinas
y los bosques no ayudaban mucho. En el desconcierto de no saber donde me encontraba
decidí establecer el perímetro, en tanto, a unos 15 metros de donde desperté encontré mi
espada. Imagino que Charles la habrá arrojado junto conmigo al portal, dado que sin su
portador esta no tiene su poder.
Después de una hora caminando y cansado llame a mi guía, necesitaba ayuda. Se apareció
como siempre, el nunca me dejaba solo. Esta ves su forma era otra, ante mi surgió la forma de
un Pegaso blanco. Lo monte y juntos observando diferentes terrenos montañosos, nevados,
desérticos y algunos cubiertos de mucha agua. Fue sobre los cielos cuando me di cuenta que
estaba en Las Colinas de Trasfería. No me lo podía creer, estaba en el mismísimo reino donde
habitaban los dragones.

Cansados de tanto viaje buscamos un lugar donde pasar la noche, a lo lejos vimos una cueva
que nos serviría de refugio para descansar y continuar nuestra búsqueda en la mañana.
Me desperté oyendo ruidos y temblores, un aire caliente sobre mi cara hizo que me levantara
de un salto. Estaba en la cueva de un dragón de fuego y éste reclamaba su hogar, su mirada
desafiante hizo que mi mano derecha buscara la espada, no la tenia… del susto con ese aliento
quedo en el piso bajo el enorme cuerpo de la bestia. En una distracción de mi guía pude
tomarla y en un enfrentamiento clavarla en el lomo del animal. Un fuerte rugido que jamás
había escuchado retumbo en las paredes de la cueva , una escalofriante calma vino
acompañado de un aleteo, nunca había visto algo tan grande como él, entonces supe que
tenia que ser un padre dragón la especie mas poderosa y temible de ellos. Quedamos
sorprendidos al ver que podía entenderlo, sabia que no era común que un humano entendiese
el lenguaje dracónico . El enojo que tenia Mydora, ese dijo que era su nombre, por haber
asesinado a uno de sus hijos era insaciable pero sabia que era de mucha importancia el don
que poseía por lo tanto me reto a un duelo, si yo ganaba el me dejaría ir pero si era al revés le
pondría fin a mi vida.

Nunca había luchado contra un rival tan poderoso, mi táctica fue esperar a que diese el primer
golpe y atacarle en una vieja herida que lograba ver debajo de sus escamas, entre espadazos y
garrotazos, logre lastimarlo de tal forma que no pudo seguir en pie, la victoria estaba
asegurada, en agradecimiento por no haberle quitado la vida decidió acompañarme. Con un
aliado como él Charles no tendría oportunidad, le comente que necesitaba llegar al valle de
Nibel pero estaba demasiado lejos, fue entonces cuando me concedió el privilegio de
montarme en él y partimos con la puesta del sol hacia el reino.

Capitulo 4:
Para cuando llegamos ya era el día del Festival y en parte me alegraba de que los aldeanos no
se diesen cuenta de que Charles había tomado mi lugar pero por otro lado sabia que
estábamos en grave riesgo, le dije a Mydora que aterrizase lejos del reino, no quería avisar a
lo grande el que estuviésemos acá, no se como reaccionaria el pueblo ante un padre dragón.
Esperamos a que Charles diese el discurso frente a los ciudadanos para que así Mydora
pudiese atacar, no quería que se derramase sangre inocente. En sigilo y con cuidado nos
dirigimos por detrás a su ubicación, no se que lo asusto más el que yo estuviese vivo justo
frente a él o ver al dragón, pero no iba a permitir que interfiriese con sus planes he invoco
una extraña tormenta que me era familia como si ya la hubiese visto antes, era la misma que
Eret había creado cuando ataco a Nibel.

Dentro de la tormenta el enfrentamiento fue devastador, todo a su paso se perdió. El poder


del amuleto era tan poderoso que había logrado crear a imagen a Mydora, la lucha entre
ambos dragones fue sangrienta. Mientras tanto montado en mi guía logre llegar hasta Charles,
salte sobre él consiguiendo arrebatarle el amuleto de su cuello. Lanzándolo lejos llego a los
pies de los dragones, Mydora al verlo enloqueció de furia, conocía esa vieja magia, la había
visto siglos atrás. Era un poder oscuro que todo a su paso lo destruía, reinos de todo tipo así
como toda humanidad de quien la manipulara.
Charles y su dragón perdieron fuerza y fue nuestra oportunidad para terminar con el embrujo
destruyendo el amuleto. La tormenta, la copia de Mydora y todo lo que alguna vez había sido
corrompido volvió a su normalidad. Sabiendo todo le perdone la vida a Charles, el festival
transcurrió sin mayores altercados y el reino una ves más vio superado un ataque fallido.

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