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La tutela judicial su debido proceso.

Este informe es únicamente a nuestro tópico central ¨La tutela judicial efectiva y su debido
proceso¨. Esta nos garantiza que cualquier persona pueda iniciar un proceso legal con tal de
solicitar que se repare la vulneración de sus derechos. Como derecho del ciudadano, la tutela
judicial efectiva configura la obligación de los órganos judiciales de velar por su cumplimiento
para evitar la indefensión de una persona ante la vulneración de sus derechos. La tutela judicial
efectiva se entiende satisfecha una vez que el juez o tribunal han resuelto sobre el caso,
siguiendo un proceso justo y que cumpla con todas las garantías procesales dispuestas
legalmente.
La tutela judicial efectiva no implica que el juez deba reconocer las pretensiones de la persona
que inicia las acciones legales, sino que ha tenido la ocasión de esclarecer ante la ley la
situación mediante un proceso legal y justo. Para que este derecho se entienda satisfecho, la ley
impone la obligación a los jueces y magistrados que conocen de una causa de motivar
suficientemente su decisión. La justicia es, y debe ser uno de los valores fundamentales
presente en todos los aspectos de la vida social, por lo cual debe impregnar todo el
ordenamiento jurídico y constituir uno de los objetivos de la actividad del Estado, en garantía
de la paz social. El debido proceso, cuya institución se observó ya en Francia en contra de los
jueces venales y corruptos que aplicaban la voluntad del Rey y no la justicia, requiere ser
entendido como a aquel proceso que reúne las garantías indispensables para que exista una
tutela judicial efectiva. Es así como en el denominado estado de derecho, se entiende que todas
las personas tienen igual derecho al acceso a la justicia.
De tal forma les invito a continuar deleitándose con lo interesante que es conocer este informe
dirigido a todos nosotros como ciudadanos dominicanos, por consiguiente, Wanda Lis
Rodríguez S. abarca conocimientos sobre la Tutela judicial y el debido proceso de esta.
La Constitución Dominicana tiene todo un grupo de derechos primordiales y paralelamente,
estos derechos permanecen respaldados por garantías que permanecen en la misma
constitución. Visto lo anterior cabe mencionar que el constituyente dominicano del 2010,
establecemos lo anterior pues en la constitución dominicana está prevista una figura
constitucional que fue objeto de análisis por distintos juristas y doctrinarios que al instante de
interpretarla confieren matices diferente, gracias a su extenso campo de aplicación, no estamos
refiriendo nada más y nada menos que a la tutela judicial positiva. Esa figura está contenida en
el artículo 69 de la constitución dominicana, artículo en el que el constituyente estableció 10
causales por las cuales debería ser invocada y aplicada esa figura constitucional.
El juez del Tribunal Constitucional Dominicano, magistrado Manuel Ulises Bonelli Vega hizo
un amplio recuento sobre los diferentes temas abordados por esa Alta Corte, incluso
ponderando como muy positivas las sentencias obtenidas tras finalizados los procesos en
cuestión, presentado en nuestra prestigiosa universidad tecnológica Utesa.

La justificación e importancia del trabajo radica en la necesidad de cualquier que sea la vía
procesal escogida para la defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes procesales
deben garantizar la existencia de un procedimiento que asegure el derecho de defensa de la
parte y la posibilidad de una tutela efectiva. en consecuencia, teniendo presente que las normas
del procedimiento son una expresión de los valores constitucionales, la acción de amparo
contra las resoluciones, sentencias, actos u omisiones de los tribunales de la República está
dirigida a proteger el derecho a un debido proceso que garantice una tutela judicial efectiva.
así las cosas, el justiciable, salvo las excepciones previas y expresamente establecidas en la ley,
tiene derecho a que el en dos instancias de conocimiento se produzca un pronunciamiento
acerca de la defensa de una persona garantizando sus derechos.
Se trata de un derecho complejo que encierra dentro de sí, un conjunto de garantías que se
traducen en una diversidad de derechos para el procesado, entre los que figuran; el derecho a
acceder a un proceso debido, de acceso a los recursos legalmente establecidos derecho a un
tribunal competente, independiente e imparcial, derecho a obtener una resolución de fondo
fundada en derecho, hecho a un proceso sin dilaciones indebidas, derecho a la ejecución de las
sentencias, entre otros, que se vienen configurando a través de la jurisprudencia. todos estos
derechos se desprenden de la interpretación de nuestra Constitución Dominicana.
De igual manera, La Constitución de la República Dominicana Consagra el derecho de la tutela
judicial efectiva en su artículo 69, basándose en el libre acceso de los particulares a los órganos
de administración de Justicia para defenderse de los actos públicos que incidan en su esfera de
derechos, como también comporta el derecho a obtener medidas cautelares para evitar daños
no reparables por el fallo definitivo, De igual forma derecho a asistencia jurídica en todo estado
y grado del proceso, toda persona tiene el derecho a exponer las razones que le asistan es un
descargo para justificar su pretensión oportunidad nacional para presentar dicha conducta
manifestada.
La Tutela jurídica no sólo es un principio que se recoge en la Constitución de nuestros país, va
más allá de ello es un derecho fundamental que se debe cumplir tal cual lo dispone el
ordenamiento jurídico del país; y que por lo tanto los jueces son los primeros llamados a
respetarlos, colocarlos primer lugar en el ejercicio de sus funciones, y velar por la consecución
efectiva de esta garantía fundamental, de esta forma demostrando transparencia en el
cumplimiento de sus obligaciones para con el Estado, puede devolver la confianza en las
entidades estatales judiciales a los ciudadanos, confianza valga la redundancia, que se ha visto
menoscabada a causa de la burocratización del Estado, lo que ha llevado a que exista una
tramitología exagerada, que solo obstaculiza el servicio judicial.
El derecho a la tutela judicial efectiva comprende en un triple e inescindible enfoque:
a) La libertad de acceso a la justicia, eliminando los obstáculos procesales que pudieran
impedirlo.
b) De obtener una sentencia de fondo, es decir motivada y fundada, en un tiempo razonable,
más allá del acierto de dicha decisión.
c) Que esa sentencia se cumpla, o sea a la ejecutoriedad del fallo.
Lo esencial aquí es que la resolución sea motivada y fundada, es decir razonable, congruente y
justa, esta es una exigencia que deriva de la legitimación democrática del poder judicial y de
la interdicción de la indefensión y la irracionalidad.
Debemos tener en claro que cuando la administración de justicia fracasa, la seguridad jurídica
es reemplazada por la irracionalidad y por la imprevisibilidad desapareciendo la confianza y
colocando a los miembros de una sociedad, y a veces hasta al propio gobierno, en estado de
indefensión.

Si este engranaje se resiente en cualquiera de sus fases, se pone en peligro la seguridad jurídica,
el estado de derecho y el estado de justicia. Por eso debe comprenderse que la jurisdicción, la
tutela judicial efectiva, debe extenderse, sin lagunas ni fisuras, a todas las personas, a todo el
territorio y a todas las materias.
Es responsabilidad de los jueces hacerlo posible y realizable.
¿Cuándo se invoca la tutela judicial efectiva?
El derecho a la tutela judicial efectiva tiene incidencia en todas y cada una de esas fases,
invocándose normalmente en los siguientes casos:
Admisión o inadmisión de denuncia o querella
En la fase inicial del procedimiento penal, concretamente en el pronunciamiento sobre
admisión o inadmisión de la denuncia o querella. En este punto, la jurisprudencia establece
que, si en la denuncia o querella se consignan hechos constitutivos de un posible ilícito penal,
imputables a persona o personas determinadas y no existe causa legal que impida incoar el
procedimiento, el órgano instructor deberá practicar las diligencias de investigación
imprescindibles antes de decidir sobre su inadmisión.
Denegación de diligencias de investigación
En cuanto a la denegación de diligencias de investigación solicitadas por las partes. El Juez
Instructor tiene la obligación de resolver mediante auto motivado las solicitudes de práctica de
diligencias de investigación, en base a lo establecido en el art. 141 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal.
En caso de que el Juez desestime la práctica de las diligencias de investigación solicitadas por
las partes mediante providencia inmotivada o auto que no recoja una motivación suficiente, se
estará vulnerando el derecho a la tutela judicial efectiva de la parte proponente.
Es necesario aclarar que las partes no tienen un derecho ilimitado a la prueba, es decir, no toda
diligencia solicitada deberá practicarse si no se entiende procedente y necesaria, si bien siempre
deberá justificarse suficientemente el motivo de su rechazo.
Dictado de sentencia
En la fase de enjuiciamiento y concretamente en el dictado de sentencia. El deber de motivación
y congruencia de las sentencias judiciales es un principio básico rector del procedimiento penal
y un derecho fundamental de las partes, por lo que el Juez o Tribunal enjuiciadores tienen el
deber de motivar suficientemente las decisiones adoptadas en el fallo de la sentencia, en caso
contrario se afecta al derecho a la tutela judicial efectiva de las partes.
Recursos interpuestos
Respecto de los recursos interpuestos por las partes. Procede interponer recursos contra las
decisiones judiciales en todas las fases del procedimiento penal, recursos que deben ser
motivadamente contestados, pues en caso contrario se estaría afectando al derecho a la tutela
judicial efectiva del recurrente.

Ahora bien, “El derecho a la tutela judicial efectiva reconocido en el artículo 24.1 de la
Constitución Española comprende primordialmente el derecho de acceso a la jurisdicción, es
decir, el derecho a provocar la actividad jurisdiccional que desemboque en una decisión
judicial.
Es decir, los tribunales constitucionales del orden internacional al igual que el tribunal
constitucional dominicano han otorgado la facultad de derecho fundamental a las garantías
contenidas en la tutela judicial efectiva y han sostenido que una vez agotado el debido proceso,
los jueces deben velar porque las reglas de juego sean limpias de cara a la protección y tutela
de los derechos de los ciudadanos.
Dada por las autoridades encargadas por las instituciones de realizar la persecución de los
hechos reprochados penalmente y las garantías reconocidas por la propia Constitución en favor
de los ciudadanos objeto de tales persecuciones genial que el Estado tiene la vocación para
ejercer su poder adquisitivo y asumir y sancionatorio en contra de las personas y Es por ello
que en tal escenario la garantía del debido proceso adquieren una dimensión mayor a fin de
que tal potestad estatal se exprese a través de cauces institucionales que legitimen la restricción
severa de derechos también sociales como son la libertad o la propiedad privada. El Tribunal
Constitucional como principal garante de los derechos fundamentales, que a través de sus
interpretaciones debe contornear los límites y el debido proceso que ha definido o el tribunal
hoy reconoce que toda persona tiene derecho a cierta garantía mínima mediante la cual se
procura asegurar un resultado justo y equitativo dentro de un proceso que se lleve a cabo en su
compra permitiéndoles tener la oportunidad de ser oído hacer valer sus pretensiones legítimas
frente al juzgado esas garantías mía que conforman el debido proceso tiene finalidad asegurar
que el Estado se vea en la obligación previa a la privación o restricción de los derechos de la
persona el debido proceso tiene a dos dimensiones que procuran asegurar que el Estado solo
pueda limitar el derecho de la persona cuando se agote un proceso formalmente valido.
La tutela judicial supone tanto el derecho de acceso a los órganos de justicia como la eficacia
de lo decidido en la sentencia, es decir, una concepción garantista y tutelar que encierra todo
lo concerniente al derecho de acción frente al poder-deber de la jurisdicción, el derecho al
debido proceso, en cambio, significa la observancia de los derechos fundamentales esenciales
del procesado, principios y reglas esenciales exigibles dentro del proceso como instrumento de
tutela de los derechos subjetivos.
Es válido concluir que tanto la tutela judicial efectiva como el debido proceso son derechos
fundamentales, inherentes a la dignidad humana y que representan el valor supremo que
justifica la existencia del Estado y sus objetivos, constituyendo el fundamento esencial de todos
los derechos que con calidad de fundamentales habilita el ordenamiento, sin el cual el Estado
adolecería de legitimidad.
se puede esbozar las conclusiones obtenidas en relación al tema planteados al inicio de este
trabajo, tomando en consideración los análisis doctrinarios, constitucionales, legales que se
efectuaron con este fin, así se tiene:
Urge una imperiosa necesidad de una implementación efectiva y real de los principios
constitucionales tutela judicial efectiva e inmediación.
Aún persiste la lentitud en los procesos, ocasionada a causa de la excesiva papelería de las
diligencias que requieren algunos procesos.
El sistema escrito se mantiene a pesar de la norma constitucional que impone la oralidad en
todos los juicios; tomando en consideración que debe siempre existir un respaldo en físico de
los documentos, que se generan durante el proceso.
Existe conocimiento en los servidores judiciales en cuanto a las normas legales que regulan el
sistema de justicia actualmente en el país; sin embargo, aún hay quienes hacen caso omiso de
las mismas.
Los usuarios del sistema judicial consideran que es necesario se termine con los excesivos
trámites, que retrasan los procesos, y han originado que pierdan la confianza en el sistema y
sobretodo en quienes imparten justicia.
La toma de conciencia de la implementación adecuada de los principios de tutela judicial
efectiva, inmediación, concentración y oralidad en el sistema de justicia ecuatoriano, permitirá
la consecución de la agilidad en los trámites procesales civiles, lo que garantiza al ciudadano
la seguridad jurídica, con el fin de alcanzar a través de la justicia el tan derecho al buen vivir.

Referencias bibliográficas
https://lainformacion.com.do/ciudad/santiago-de-los-caballeros/magistrado-manuel-ulises-
bonnelly-vega-dicta-conferencia-sobre-jurisprudencia-en-utesa
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2218-36202018000100168

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