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Revolución Mundial y Edificación Del Socialismo en La URSS
Revolución Mundial y Edificación Del Socialismo en La URSS
La Revolución Soviética que empezó hace 100 años tiene una importancia actual por dos
razones principales:
1º) demostró que la clase obrera puede conquistar el poder político y nos enseñó cómo
hacerlo.
y 2º) demostró que, ejerciendo el poder político, la clase obrera puede realizar progresos
sin precedentes, y también nos enseñó cómo hacerlo.
Concretamente, convirtió una sociedad atrasada en una de las más avanzadas; suprimió el
hambre, la pobreza, el desempleo, las crisis económicas y el analfabetismo; elevó el nivel
de vida de toda la población y redujo las diferencias de clase hasta tal punto que los medios
de producción dejaron de ser privados para convertirse en propiedad social.
Todo eso y más es lo que la Unión Soviética consiguió mientras se veía obligada a
defenderse de las agresiones continuas de los Estados capitalistas. Decenas de millones de
vidas y enormes destrucciones materiales le costaron la guerra civil con intervención de 14
potencias extranjeras, desde 1918 hasta 1922, y la Segunda Guerra Mundial, desde 1941
hasta 1945.
La Revolución Soviética fue un éxito porque siguió el camino abierto por Carlos
Marx, el primer gran dirigente de la clase obrera, nacido hace ahora 200 años.
Marx y Engels no inventaron el socialismo. Lo que hicieron fue demostrar que esta meta no
era una utopía, sino la consecuencia necesaria de la socialización de la producción operada
por el capitalismo. Convirtieron el socialismo en la ciencia que permite suprimir el
obstáculo del capitalismo y continuar el progreso social.
Marx y Engels tampoco descubrieron la lucha de clases. Lo que hicieron fue educar y
organizar a la clase proletaria engendrada por el modo de producción capitalista para que
culmine su lucha contra la clase burguesa con una revolución victoriosa.
En la URSS, la clase obrera realizó las medidas que Marx y Engels habían deducido de la
ciencia de su época y de la experiencia práctica del movimiento obrero.
El Manifiesto del Partido Comunista, redactado por ellos, proclama que: “el primer paso
de la revolución obrera es la elevación del proletariado a clase dominante, la
conquista de la democracia. El proletariado se valdrá de su dominación política para
ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital , para centralizar todos los
instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del proletariado
organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor rapidez posible la
suma de las fuerzas productivas.”
Parece que el asunto está claro y, sin embargo, no lo estaba para algunos que se decían
partidarios del marxismo.
Había quienes se oponían a aplicar estas medidas en la Rusia Soviética y hubo que
luchar contra su oposición para poder realizarlas.
La discusión para clarificar el rumbo a seguir y organizar las fuerzas empezó en 1903,
durante el II Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, dejando al partido
dividido en bolcheviques y mencheviques. El debate se agudizó tras la muerte de Lenin
en 1924. Y concluyó en 1927, con los acuerdos tomados por el Decimoquinto Congreso del
Partido. A partir de este Congreso, el objetivo de edificar el socialismo en la URSS se
convertiría en condición indispensable para continuar como miembro del Partido. Este
objetivo sería la principal concreción del internacionalismo del proletariado soviético, su
principal contribución a la revolución mundial.
1- que la URSS resistiera al chantaje nuclear de la «guerra fría» que habían desatado los
Estados Unidos y las demás potencias imperialistas;
Los restos de libertad, de democracia, de bienestar y de paz que todavía quedan en pie, se
los debemos a la Revolución Soviética.
¿Qué caminos equivocados tuvo que desechar la URSS para poder realizar una
hazaña como ésta?
Ante todo, los revolucionarios de Rusia tuvieron que combatir una comprensión unilateral
de la lucha de clases que consideraba al campesinado como una capa burguesa más,
olvidando que la mayoría de los campesinos son también trabajadores y explotados.
Eludían la conclusión de El Manifiesto de Marx y Engels, según la cual “los comunistas
apoyan por doquier todo movimiento revolucionario contra el régimen social y político
existente. En todos estos movimientos ponen en primer término, como cuestión
fundamental del movimiento, la cuestión de la propiedad, cualquiera que sea la forma más
o menos desarrollada que ésta revista”.
En la Rusia de principios del siglo XX, no había duda de que el campesinado estaba
objetivamente interesado en luchar contra la propiedad terrateniente y el régimen zarista
que la defendía.
La segunda consecuencia de las premisas de las que partía era situar la fuerza principal de
la revolución socialista fuera de la sociedad rusa. El proletariado de Rusia sólo podría
imponerse a una población campesina hostil al socialismo, si recibía la ayuda estatal de la
clase obrera que hubiera vencido en los países capitalistas más desarrollados, donde ésta
constituía la mayoría de la nación.
Mientras los socialistas rusos luchaban por sumar a las masas a uno u otro camino, el
capitalismo se adentraba en una nueva etapa de su desarrollo, algo evidente a partir de la
Primera Guerra Mundial. El imperialismo era el resultado de un progreso tan gigantesco
de la socialización del trabajo que la libre competencia se veía desplazada por la
dominación de unos pocos monopolios.
En la sociedad soviética de los años 1920 y 30, Trotski reunió a su alrededor a todos los
que se oponían a la dirección bolchevique encabezada por Lenin y luego por Stalin, para
intentar derribarla por las buenas o por las malas. La construcción del socialismo en un solo
país como la URSS era considerada por él una herejía contra su esquema dogmático de
revolución internacional, porque significaba la refutación definitiva de su criatura
intelectual.
Dicho lo anterior, es pertinente hacerse la siguiente pregunta: ¿Podría haber algo en común
entre el trotskismo y los defectos que impiden a los marxistas-leninistas de hoy recuperar la
fuerza de masas que tuvieron los bolcheviques? Concretamente, ¿qué objetivo inmediato
propugnan éstos para los países más atrasados: revoluciones democrático-nacionales o
revoluciones directamente socialistas?; ¿luchan por la dirección proletaria de todas las
fuerzas oprimidas por el imperialismo o más bien conciben a las clases sociales intermedias
y a los Estados soberanos (China, Rusia, Venezuela, etc.) como una masa igual de
reaccionaria que las potencias dominantes?; ¿practican, como hacen los trotskistas, el
fraccionalismo, el sectarismo y la endogamia o bien luchan, como hacían los bolcheviques,
por la unidad de los marxistas-leninistas en un único Partido consolidado en torno a la
defensa de los principios, la aplicación del centralismo democrático y la vinculación
omnímoda con las masas principalmente proletarias?; etc.