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APUNTE Nº 1

LOS RIESGOS Y CONTINGENCIAS SOCIALES

Existen ciertas circunstancias que hacen que el ser humano requiera de bienes y/o
servicios que le son indispensables para vivir y en cuya razón está imposibilitado de
obtenerlos. Esta situación es lo que se conoce en doctrina como estado de necesidad o
situación de carencia de bienes, que se produce cuando ocurren los llamados riesgos y
contingencias sociales.

1.- Noción de riesgos y contingencias sociales

El objetivo de la Seguridad Social es precisamente su cobertura, por lo que resulta


indispensable determinar claramente ambas nociones.
La idea de contingencia deviene de la de riesgo en el concepto tradicional que a este
vocablo se le asigna en la técnica del seguro, ello porque los primeros eventos protegidos
por los sistemas previsionales (muerte, invalidez y enfermedad) reunían las características
de aquél. Eran, en efecto, acontecimientos futuros, inciertos en algunos casos, como las
enfermedades o imprecisos en otros, como la muerte. Además, se trataba de hechos
involuntarios, al menos de parte del beneficiario y, por último, determinaban un daño,
infortunio o pérdida de un lucro.
Posteriormente se advirtió que los seres humanos necesitaban de ayuda frente a
circunstancias que, sin reunir aquellas características, creaban también una carga, tales
como matrimonio, maternidad, crianza de hijos, etc. Aunque estos acontecimientos
normalmente no significaban una desgracia se constató que motivaban una preocupación
económica.
La previsión evolucionó entonces para amparar todos los casos de necesidades que por
sus causas y efectos asumían proyección político-social. De esta manera, se comenzó a
hablar de contingencia, noción que resulta más amplia que la de riesgo, reservándose esta
última expresión para aquellos eventos más bien dañosos. Nuestra legislación no registra la
diferencia.
El concepto de contingencia y de riesgo social más que jurídico es de esa índole -social-
porque en ellos intervienen factores que en potencia afectan a toda la comunidad, pudiendo
producir incertidumbre y perturbación en la sociedad.
Los riesgos llevan entonces el apelativo de "sociales" por "la incidencia que su acontecer y
sus efectos producen en el orden y la paz social a través de la indisoluble y recíproca
relación que tienen las personas que integran la sociedad civil con el bien común de la
misma".1
Resulta indispensable resaltar que los riesgos y contingencias sociales marcan el
contenido mismo de la seguridad social y se trata de acontecimientos o eventualidades que
el individuo debe afrontar ya sea en relación con su vida o con la actividad laboral que
desempeñe. Cuando estos riesgos se convierten en realidad originan distintas
consecuencias, pero normalmente acarrean una disminución de los ingresos del que los
padece.

2.- Enumeración

Como resulta de fácil constatación, los riesgos y contingencias sociales pueden resultar
innumerables, sin embargo se ha recurrido a una enumeración convencional, a fin de
establecer las bases de un adecuado y suficiente sistema de Seguridad Social.

El Convenio 102 o de Norma Mínima.

Este convenio fue adoptado en la 35ava. Reunión de la Conferencia Internacional del


Trabajo, celebrada en Ginebra el año 1952. Considera como base la necesidad de
generalizar la Seguridad Social, exigiendo de los países miembros determinados mínimo de
población que debe estar sujeta a los beneficios, por ello se llama de norma mínima. Prevé
los siguientes riesgos y contingencias sociales a proteger: enfermedad, maternidad, vejez,
invalidez, muerte, cesantía o desempleo, cargas familiares y riesgos profesionales
(accidentes del trabajo y enfermedades profesionales).
En nuestro sistema los riesgos enumerados de una forma u otra han sido protegidos por
la legislación. Podemos llegar a concluir que en la actualidad aquél se caracteriza por otorgar

1
Bowen, Alfredo. "Introducción a la Seguridad Social". Ediciones Nueva Universidad.
Universidad Católica de Chile. 1971, p.26.
una protección diferente según sea el riesgo que se está atendiendo, sin importar para tales
efectos la profesión, oficio o actividad que se desarrolla por el afiliado al sistema.

3.- Cobertura de los riesgos y contingencias sociales

A través de la historia el hombre se ha preocupado de solucionar los efectos que el


acontecer de un riesgo produce, utilizando diversos medios, que en su mayoría han
resultado insuficientes, hasta evolucionar hacia los llamados seguros sociales y finalmente
a la seguridad social.
Es así como en algún tiempo tuvo en esta materia, una relevancia trascendental la
asistencia familiar, como una fórmula de aliviar los efectos producidos por un estado de
necesidad. Una gran labor desarrollaron también la asistencia privada, la caridad
cristiana, la asistencia estatal y la beneficencia pública.
El ahorro constituye un sistema muy antiguo destinado solucionar necesidades futuras.
Una interesantísima fórmula de cobertura ha estado constituida por las mutualidades o
sociedades de socorros mutuos, cuyo origen se remonta a la Edad Media, en Europa,
particularmente en los medios obreros. Las mutualidades representan una evolución desde
el ahorro individual al colectivo y suponen un espíritu de solidaridad entre quienes soportan
los mismos riesgos y contingencias. Se trata de asociaciones sin fines de lucro formadas por
personas generalmente pertenecientes a una actividad profesional determinada, que tiene
por finalidad reunir fondos en común mediante el pago de cuotas, con el objeto de auxiliarse
mutuamente a través de ayuda económica y médica, especialmente en caso de enfermedad
y fallecimiento.
Durante algún tiempo y en relación concretamente con los riesgos profesionales, se
sustentó la Teoría de la responsabilidad patronal o del riesgo profesional, sistema de
acuerdo al cual la responsabilidad del empleador existe respecto de todas las situaciones de
daño que se le produzcan al trabajador en el ámbito laboral, aun cuando haya habido
negligencia o descuido de parte de éste. Tales obligaciones encuentran su fundamento, por
un lado, en el beneficio económico que obtiene el empresario a costa del desgaste físico o
intelectual del trabajador y, por el otro, por crear una órbita de riesgo en el trabajo.
Un nueva fórmula en la evolución de la búsqueda de seguridad está constituida por los
seguros privados, de gran importancia previsional en la actualidad.
Las instituciones anteriormente descritas constituyen una demostración del interés y
preocupación del ser humano por encontrar las soluciones a los estados de necesidad que
los aquejan. Sin embargo, han presentado importantísimas falencias que se pueden resumir
en las siguientes:
a) Insuficiencia de medios materiales.
b) Discrecionalidad en la cobertura.
c) Inestabilidad.
d) Voluntariedad.
Las limitantes enunciadas implicaron la continuidad en la búsqueda de medios de solución
a estos problemas, dando lugar al nacimiento de los llamados seguros sociales y
posteriormente a la Seguridad Social.

CONCEPTO Y RAZON DE EXISTIR DE LA DE SEGURIDAD SOCIAL

Esta disciplina se presenta como el punto culminante en la evolución de las fórmulas de


cobertura de los riesgos y contingencias sociales.

a) Fundamento de esta disciplina

Cualquiera que sea la doctrina que nos inspire puede sostenerse que toda persona tiene
derecho a la vida y no sólo a ella, sino que a una vida digna. Sin embargo, las rentas que
perciben no siempre son suficientes para cubrir también las consecuencias que ocasiona el
acaecimiento de un riesgo o contingencia social y ante tal insuficiencia, es el Estado quien
debe instituir las estructuras necesarias que permitan al hombre disponer de los ingresos
suficientes para mantener esa vida digna, cuando pueda encontrarse en un estado de
necesidad por haberse verificado alguna contingencia o riesgo social.

b) Concepto

Es posible definirla como disciplina jurídica considerado que el Derecho de la Seguridad


Social se integra básicamente con la regulación de todas aquellas estructuras, instrumentos
u organismos creados con el fin de conferir a los individuos y sus familias una protección
jurídicamente garantizada, frente a los estados de necesidad originados por el acaecimiento
de alguna contingencia social.
Asimismo, está destinada a normalizar las relaciones que se producen entre esas
estructuras, el Estado y los beneficiarios o afectados en general.
De acuerdo a lo dicho, se puede definir como el conjunto de principios y normas que
regulan la administración y gestión del sistema de cobertura de los estados de necesidad, la
constitución y funcionamiento de estos sistemas y los medios de acción que le son propios.
Las instituciones mencionadas han adquirido cada vez mayor importancia, creándose
diversos organismos tales como cajas administradoras de determinados beneficios, servicios
médicos, de capacitación, etc.
En síntesis entonces, el Derecho de la Seguridad Social regula la organización,
funciones y atribuciones de esos organismos y servicios; la coordinación entre ellos y su
relación con los beneficiarios, estableciéndose derechos y obligaciones recíprocas.
El contenido de esta disciplina jurídica está determinado por los riesgos y contingencias
sociales, los estados de necesidad originados por ellos y las fórmulas de aseguramiento
ideadas para afrontarlos.

c) Ramas o divisiones de la seguridad social

No existe uniformidad entre la doctrina en torno a cuáles son las ramas o instituciones de
la Seguridad Social. Las posiciones giran básicamente en torno a seis divisiones que son
consideradas por algunos autores necesariamente como parte de la Seguridad Social
contemplando otros, sólo algunas de ellas.
Se ha establecido que en su concepto moderno comprende las siguientes ramas
principales: seguros sociales, asistencia social, medicina social, servicios sociales.

1.- Los seguros sociales

Se trata de una institución que tiene por finalidad proteger a los trabajadores en caso de
pérdida o disminución de sus ingresos mediante la prestación de ciertos beneficios
garantizados por el Estado.
En el Informe Prat se define como "la rama de la Seguridad Social, esencialmente
económica, que protege al trabajador y a su familia, manteniendo la continuidad del ingreso
de aquél, en caso de desempleo o de incapacidad para continuar en trabajo y la del núcleo
familiar en caso de muerte del trabajador”

 Características.
a) Es un sistema de seguros que, a diferencia de los seguros mercantiles, no persiguen
fines de lucro. Esto es así en la doctrina clásica, sin embargo en la actualidad este punto ha
sufrido grandes cambios, según tendremos ocasión de analizar.
b) Es eminentemente contributivo, pues se financia con aportes del trabajador,
empleador, y en algunos casos del Estado.
c) En principio están destinados a beneficiar a la persona afiliada al sistema de previsión,
aunque también se hace extensiva a las personas a su cargo.
d) Es de carácter obligatorio.

 Elementos que conforman la relación jurídica del seguro social.

Se distinguen tres elementos:

a).- Obligación de afiliación.


Consiste básicamente en la incorporación de un trabajador a un determinado régimen de
previsión social. El art. 2º del DL. 3.500 de 1980 que estableció un nuevo sistema de
pensiones define la afiliación como “la relación jurídica entre un trabajador y el sistema de
pensiones de invalidez, vejez y sobrevivencia que origina los derechos y obligaciones que la
ley establece, en especial el derecho a las prestaciones y la obligación de cotizar".
En todo caso, no debemos pensar que la afiliación es un elemento exclusivo o privativo
del Seguro Social, ya que también se presenta y a veces en carácter obligatorio, en algunas
otras ramas de la Seguridad Social, como ocurre por ejemplo en algunos regímenes de
asistencia social e incluso de medicina social.
La afiliación está conceptuada más bien como un acto unilateral del respectivo aparato
administrativo del régimen de que se trate y en el que el papel del trabajador o del
empleador en su caso, se reduce, la mayoría de las veces a efectuar una solicitud de
afiliación, aunque ello sea una obligación impuesta por la ley.
Por otra parte, si el sistema de Seguridad Social está integrado por organismos
administrativos distintos -como ocurre en nuestra realidad- es perfectamente admisible que
existan afiliaciones múltiples, para efectos diferentes, como por ejemplo, para pensiones,
salud, prestaciones familiares, cada una de las cuales cuenta con su propio sistema de
administración.
En nuestro derecho existió la posibilidad de afiliaciones paralelas, para los mismos efectos
y ello ocurría en el llamado "Sistema Antiguo" por ejemplo frente al caso de un trabajador
dependiente de dos empleadores distintos, desempeñando diferentes actividades, por cada
una de las cuales se encontraba obligado a incorporarse a cajas de previsión también
distintas.
La tendencia actual es permitir las afiliaciones múltiples para diferentes efectos, por
ejemplo, la incorporación al Sistema de Pensiones, para protección frente a la vejez,
invalidez y sobrevivencia; a una Caja de Compensación, para prestaciones familiares; a una
Mutualidad, para la Ley de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales; a una
ISAPRE, para salud. No se permite, sin embargo la afiliación paralela, como sería el caso,
por ejemplo, de incorporaciones a una caja de Sistema Antiguo a la vez que a una AFP o a
una ISAPRE Y FONASA.

b).- Cotizaciones.

La obligación de cotizar nace simultáneamente con la de afiliación y consiste básicamente en


la dación periódica de sumas de dinero, con las que se financian los seguros sociales.
Clásicamente son sujetos de esta obligación el trabajador y el empleador, sin perjuicio del
posible aporte estatal.
Las cotizaciones son establecidas por la Ley, pudiendo existir diferentes sistemas:

b.1) Sistema de prima fija.

La cotización se traduce en una suma de dinero de monto igual para todos los afiliados a
un determinado régimen de seguros sociales, con prescindencia de las remuneraciones
percibidas por cada trabajador. Esta variable, que se presenta como evidentemente
injusta, fue adoptada en la Ley de Seguridad Nacional de Gran Bretaña en 1946, en la que
se distinguía sólo entre hombres y mujeres y entre mayores y menores de 18 años.

b.2) Sistema de categoría de salario.

Las remuneraciones de los afiliados a un determinado régimen se ordenan o distribuyen


en una escala, la que se divide en categorías, que comprenden salarios cuantitativamente
diferentes. A cada categoría se le aplica un mismo porcentaje de cotización.

b.3) Sistema proporcional.

La cotización corresponde a un porcentaje que se aplica sobre la remuneración


imponible de cada trabajador.

c).- Prestaciones.

Son los beneficios que los entes gestores de la Seguridad Social otorgan a sus afiliados
una vez cumplidos los requisitos para que sean exigibles.
Tradicionalmente se distingue entre tres clases de prestaciones: en dinero, especies y en
servicios.
 Las prestaciones en dinero tienen por objeto mantener la continuidad de los ingresos
frente a la terminación o disminución permanente de la capacidad de trabajo
(pensiones); a la suspensión provisoria de la misma (subsidios); o a través de una
prestación global frente a diversas circunstancias (indemnizaciones).
 Las prestaciones en especies se caracterizan porque lo otorgado es el bien que
servirá para atender el estado de necesidad, como es el caso de la entrega de
aparatos ortopédicos, medicamentos, leche y elementos terapéuticos.
 En el caso de los servicios la prestación está constituida por una determinada
actividad humana. Son fundamentalmente las prestaciones médicas, de
rehabilitación y reeducación.

2.- La asistencia social

El Informe Prat la define como "la rama de la seguridad social que se ocupa de
proporcionar condiciones de vida mínimas suficientes a aquellos miembros de la comunidad
que, por causas ajenas a su voluntad, se encuentren en situación de menor valencia psico-
física, económica o social".
La asistencia social, como rama de la Seguridad Social, tiene como objetivo proporcionar
condiciones de vida mínima y suficientes a aquellas personas que en determinado momento
de su vida, no se encuentran en condiciones de solucionar sus problemas de supervivencia.
Es necesario, eso sí, no confundir la idea de asistencia social, con la de beneficencia
pública. El punto básico que las diferencia es que en aquélla el beneficiario goza de un
derecho subjetivo frente a la prestación solicitada. La beneficencia, en cambio, realiza una
actividad meramente caritativa y voluntaria, es decir, otorga el bien como una gracia a
quien lo solicita. Esta diferenciación ha hecho hablar hoy en día de la existencia de un
seguro social no contributivo, al referirse a esta rama o división. Ello se explica porque en
este caso no es el afectado el que paga una cotización o su equivalente, sino que esa retri-
bución es financiada por el Estado o por una institución dependiente de éste.
La situación descrita se presenta en la actualidad más bien como un ideal, pues la
consagración legislativa que se ha hecho de las instituciones de asistencia social, hacen que
se tienda a confundirla en la práctica, con la mera beneficencia, haciendo sentir a quien
solicita un beneficio asistencial, que lo que se le conceda lo será en calidad de gracia y no en
cumplimiento de un deber. En otros términos, podemos señalar que hoy se otorga lo que
se quiere o se cree que se debe dar, muchas veces sin tener siquiera presente la necesidad
de quien solicita o recibe.
De otro punto de vista, no debemos pensar que esta institución está destinada sólo a
proteger al indigente, sino que basta para caer en su amparo haber sufrido una disminución
física, económica o social de cierta consideración. Si la persona que se encuentra en la
situación descrita no está amparado por la institución de seguros sociales, será protegida
por la asistencia social, por lo menos, en la moderna tendencia que informa esta rama de la
Seguridad Social.
En nuestro país la asistencia social, perfecta o no, se ha traducido en la existencia de las
llamadas pensiones asistenciales, que encuentran consagración legislativa en la ley
Nº15.386 de 1963 y en el D.L. 869 de 1975. También existe un sistema de pensiones de
gracia, consagrado en la ley 18.056 de 1981 y un subsidio familiar establecido en la ley
18.020 de 1981.

3.- La medicina social

En el Informe sobre la Reforma de la Seguridad Social chilena se define como "la rama de
la Seguridad Social que se ocupa de las condiciones de salud -incluyendo su componente
económico- de los miembros de la colectividad".
En el Informe el concepto de salud se utiliza en el sentido señalado por la Organización
Mundial de la Salud, es decir, como "el estado de completo bienestar físico, mental y social y
no sólo la ausencia de enfermedades".
Podemos decir que la medicina social es la rama de la Seguridad Social que se preocupa
de la salud de la población, mediante la planificación y desarrollo de acciones de salud, no
sólo en lo que dice relación con las personas, sino también con el medio ambiente en que
éstas viven y se desenvuelven.
En la actualidad se ha comenzado a adquirir conciencia de la importancia de realizar
acciones que tiendan a proteger el medio ambiente en que vivimos. La Constitución de
1980 asegura a todas las personas en el artículo 19 Nº8 el derecho a vivir en un medio
ambiente libre de contaminación.
El profesor Novoa estima que la medicina social no es una institución o rama diferente,
sino que constituye la forma como han de ocuparse de la salud otras ramas de la Seguridad
Social, es decir, la asistencia social y los seguros sociales .
En Chile, y cualquiera que sea la posición que se adopte al respecto, la función
encomendada por la medicina social ha sido desempeñada a través del Servicio Nacional de
Salud y del Servicio Nacional de Empleados, los cuales han sido reemplazados por los
Servicios de Salud, en virtud de la dictación del D.L. 2.763 de Agosto 3 de 1979.
Según el profesor Novoa, del punto de vista administrativo el ex Servicio Nacional de
Salud -hoy reemplazado por el Sistema Nacional de Servicios de Salud- se presenta como un
verdadero seguro social frente a los afiliados o imponentes del sistema y como organismo
de asistencia social respecto de quienes no tienen la calidad de imponentes y carecen de
recursos.
Si bien lo anterior encuentra amparo legislativo en nuestro actual esquema de sistema de
salud, no puede desconocerse que existen ciertas acciones que no resulta fácil identificar
como propias de un seguro social o de un sistema de asistencia, como ocurre por ejemplo
con los planes de vacunación masiva o de prevención de ciertas enfermedades.

4.- Los servicios sociales

En el Informe Prat se definen como "la rama de la Seguridad Social que promueve,
encauza, regula y otorga aquellos beneficios adicionales o complementarios de sus
prestaciones generales, que obtienen determinados grupos de asalariados, como
consecuencia de sus condiciones contractuales de trabajo".
Pertenecen a esta rama los servicios de bienestar de las empresas, los cuales muchas
veces entregan beneficios adicionales a los trabajadores tales como préstamos de auxilio,
para adquisición de viviendas, bonificaciones de orden médico, asignaciones de vacaciones,
becas, etc. Se financian mediante aportes a un fondo común que hacen los propios
afiliados. Otras veces consisten en logros de los trabajadores a través de la negociación
colectiva y en virtud de los cuales, es el propio empleador el obligado a otorgar los benefi-
cios que ayudan a enfrentar los estados de necesidad.

Relación existente entre seguro social, previsión social y seguridad social

Como ya hemos señalado, la expresión previsión social se utilizó -y sigue utilizándose


hoy día- para hacer referencia a las fórmulas de aseguramiento de los trabajadores
existentes a fines del siglo pasado, especialmente a los seguros sociales.
La Seguridad Social, por su parte, es una forma de aseguramiento de gran amplitud y
que comprende a los seguros sociales, de manera que podría decirse que entre ambas hay
una relación de género a especie, lo cual se constata claramente si tenemos presente que la
previsión social se vale básicamente de los seguros sociales, pero además, hace uso de otras
herramientas, a saber, medicina social, asistencia social y servicios sociales.
Por otro lado, la previsión social realiza una labor sólo reparadora, es decir, de carácter
resarcitorio, eminentemente económica, tendiente a suplir la pérdida o disminución de
ingresos al afectado por un estado de necesidad.
La Seguridad Social sin duda alguna que desarrolla esa función, pero además, efectúa
otras de mucha importancia:
a) Acción preventiva, tendiente a evitar que se produzcan los riesgos y contingencias.
b) Acción recuperadora, cuyo objeto es devolver al afectado por el riesgo o contingencia
social al estado anterior a aquél en que se produjo el riesgo, particularmente a través de
prestaciones sanitarias.
c) Acción readaptadora o rehabilitadora, que en general tiene por objeto reincorporar a
la actividad económica y laboral a las personas afectadas por un riesgo o contingencia social.
Insistimos en que estas tres acciones se desarrollan por la Seguridad Social además de
la acción reparadora, la cual se traduce en el otorgamiento de indemnizaciones, subsidios,
asignaciones o pensiones.

PRINCIPIOS ESTRUCTURALES O BASICOS QUE INFORMAN LA SEGURIDAD SOCIAL

En la actualidad la Seguridad Social se presenta como parte de la Ciencia Jurídica,


realidad que prácticamente nadie discute. Sin embargo en lo que a derecho positivo se
refiere esta rama o disciplina no se manifiesta habitualmente como un todo orgánico, sino
que, por el contrario, está conformada por una frondosa legislación que muchas veces hace
dificultoso su estudio y más aun, su conceptualización o definición.
La realidad enunciada no debe sin embargo, confundirnos, pues constituye una disciplina
jurídica tras cuya consagración positiva existen ciertos principios jurídicos básicos que son
los que otorgan su fisonomía propia al sistema de Seguridad Social imperante en un Estado
determinado.
Estos principios estructurales son dinámicos e impulsan la labor legislativa en la materia;
en la medida que encuentren consagración caracterizan la legislación de un país
determinado.
Los principios a los que hacemos referencia han sido reconocidos en la doctrina y en las
legislaciones, por lo que presentan un carácter de universidad innegable. Debemos
mencionar que, al igual que en todo punto doctrinario existen ciertas diferencias entre los
autores, pero para efectos didácticos analizaremos aquellos que han sido reconocidos y
aplicados mayoritariamente:
1.- Universalidad
2.- Solidaridad
3.- Integridad o integralidad
4.- Eficacia o suficiencia
5.- Unidad o uniformidad
6.- Subsidiariedad

1.- Principio de la universalidad

Este principio admite dos variantes: universalidad objetiva y universalidad subjetiva.

a) Universalidad Objetiva.

De este punto de vista la Seguridad Social debe otorgar protección frente a todos los
riesgos y contingencias sociales consideradas como propios. No se quiere significar que
deba otorgar protección frente a cualquier hecho que configure un determinado estado de
necesidad, lo cual implicaría conferirle, un carácter amplísimo que, en definitiva, nos
llevaría a confundirla con toda o casi toda la política social del Estado. Por el contrario, se
trata que la protección que ella otorgue se condicione al acaecimiento de ciertas
eventualidades previstas y reglamentadas en forma concreta. En cuanto a cuáles son o
deben ser los riesgos y contingencias cubiertos, puede existir cierta variedad en las
diferentes legislaciones, pero la pauta ha sido marcada por el llamado Convenio sobre
Norma Mínima de Seguridad Social, que lleva el número 102, preparado por la Oficina
Internacional del Trabajo en 1952 en el cual se indica que son los siguientes: enfermedad,
cesantía, vejez, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, maternidad, invalidez
y supervivencia.
Todos los riesgos o contingencias sociales señalados, de una forma u otra, se encuentran
amparados por nuestra legislación.

b) Universalidad subjetiva.

De acuerdo a este principio la Seguridad Social debe otorgar protección respecto de los
riesgos ya señalados a todos los miembros de la población, cualquiera sea su nacionalidad,
trabajo que desempeñen, edad o monto de los ingresos que perciban.
En los seguros sociales clásicos plasmados en la leyes de Bismarck (1883 a 1889), primó
el criterio de proteger a los económicamente débiles del punto de vista laboral. Esta
posición evolucionó y ya en 1942, en el Informe Beveridge se planteó la necesidad amparar
a todos los ciudadanos contra la miseria.
En Chile este principio ha tenido gran aplicación práctica desde los inicios de la legislación
en la materia. Podemos señalar a vía de ilustración que la Ley 4.054 desde 1924, sobre
Seguro Obrero Obligatorio de Enfermedad, Invalidez y Vejez otorgó una protección frente a
estos riesgos a todos los obreros incluidos los campesinos y los servidores domésticos,
haciendo una excepción a la tendencia de la época que era excluir a estos trabajadores de la
protección brindada.
En la actualidad igualmente encuentra buena acogida en nuestra legislación, pues se
protege por la Seguridad Social a los trabajadores dependientes del sector privado y a los
trabajadores del sector público. No podemos dejar de mencionar la incorporación genérica,
aunque voluntaria, que se hizo de los trabajadores independientes al Nuevo Sistema de
Pensiones establecido por el D. L. 3.500 de 1980.
Por otra parte, nuestra legislación protege también a la población que, sin encontrarse
ligada a la actividad laboral se ve afectada por algún riesgo o contingencia social como es el
caso de la mujer embarazada que se le otorga protección durante todo el embarazo, sin
exigírsele que tenga la calidad de imponente a alguna caja de previsión.

2.- Principio de la solidaridad

De acuerdo a este principio cada individuo debe efectuar aportes en base a su capacidad
económica, a fin de que éste, unido al de los demás miembros de la comunidad, permita
enfrentar los estados de necesidad que él mismo, su familia u otros individuos puedan sufrir.
Se postula que "cada individuo aporte según su capacidad y reciba según su necesidad".

El profesor Novoa señala que la solidaridad se justifica porque


 la Seguridad Social es, ante todo, un esfuerzo de toda la comunidad, realizado en su
propio beneficio;
 a dicho esfuerzo deben contribuir todos y cada cual según sus capacidades y
posibilidades;
 el esfuerzo individual de cada persona debe ser considerado como una exigencia del
Bien Común (y no como prestación previa para que luego el órgano gestor otorgue la
correspondiente prestación).
La aplicación de este principio, encuentra íntima relación con la posición que se adopte
frente al punto de si debe exigirse que la Seguridad Social cumpla el rol de mecanismo de
distribución de ingresos o, por el contrario, su papel escapa a tal logro. Algunos autores
sostienen que existiría en la medida que se redistribuya ingresos, mediante la Seguridad
Social. Otros disponen que tal resultado debe ser logrado por esta disciplina y más aun,
que es "el punto de partida de todo plan o institución de la Seguridad Social".

Otra tendencia considera que no es necesario que los programas de Seguridad Social
deban estar destinados a redistribuir ingresos2 y realizan una diferenciación entre los
afectados por un estado de necesidad y aquellos que se encuentran en un estado de
"pobreza crónica". En el primer caso, la situación debe ser superada por algún sistema que
evite o reemplace los ingresos perdidos o disminuidos, el cual sólo debe buscar este fin y no
servir de mecanismo de redistribución de ingresos. Frente a la segunda situación deben

2
Gaete, María Elena;Matthei, Evelyn; Undurraga José Pedro. "Capitalización
Individual y Reparto en el Actual Sistema de Pensiones Chileno", en "Sistema
Privado de Pensiones". Centro de Estudios Públicos, 1988, ps. 39 y ss.
buscarse planes de ayuda que si son correctamente desarrollados pueden llevar a la ansiada
distribución de ingresos.

3.- Principio de la integridad

De acuerdo a este principio, la Seguridad Social no sólo debe otorgar protección frente a
todos los riesgos y contingencias sociales considerados como propios sino que es necesario
que, en la atención de dichos riesgos desarrolle cuatro funciones: preventiva, es decir
destinada a evitar que ellos acontezcan; recuperadora, o sea, procurar devolver al afectado
por el riesgo al estado anterior en el cual se encontraba cuando éste acaeció; reparadora,
tendiente a conceder el amparo económico que requiere; y readaptadora o rehabilitadora,
que, en general, tiene por objeto reincorporar a la actividad económica y laboral a las
personas afectadas por un riesgo o contingencia social.

4.- Principio de la eficacia o suficiencia

Las prestaciones que la Seguridad Social otorga deben ser eficientes y oportunas, es
decir, deben asegurar la continuidad y mantenimiento de la capacidad de consumo del
afectado por el riesgo o contingencia social en forma decorosa y digna. Por otra parte
deben ser entregadas en tiempo oportuno y conservando su valor adquisitivo.
En otras palabras, se trata que las prestaciones sean tales que sus montos permitan a la
persona conservar el nivel de vida del momento en que ocurrió el riesgo o contingencia.
Sin embargo, normalmente no se confiere una prestación de monto idéntico a la
remuneración o ingreso que se deja de percibir, cuando ello es la causa de la prestación,
pues se considera que tal situación invitaría a la persona a evitar su reincorporación a la vida
activa. Por esta consideración diversos beneficios se confieren sólo en porcentaje de la
base que sirve de cálculo.
Concretamente se manifiesta en instituciones tales como la existencia de pensiones
mínimas y de sistemas de reajustes de pensiones. Se trata, en efecto, que la prestación
sea suficiente, por lo menos, para asegurar una subsistencia mínima a la persona. Por otra
parte, de nada serviría que inicialmente la prestación cumpla con ese requisito si, producto
del proceso inflacionario, a corto plazo disminuyera su valor adquisitivo.
A fin de no confundirnos debemos dejar en claro que este principio no se contradice con
la existencia de "topes" o pensiones máximas pues no es el rol de la Seguridad Social
conferir lo que podría considerarse como pensiones de "lujo". Al respecto, el autor Carlos
Martí Bufill señala "La Seguridad Social obligatoria, por razones éticas (no matar el estímulo)
y económicas (capacidad de los fondos recaudados), no sustituirá nunca la integridad de los
ingresos desaparecidos en un infortunio y se limitará a dar lo necesario para la subsistencia;
luego será siempre necesaria la acción individual y voluntaria".3
No podemos dejar de considerar que autores como don Patricio Novoa Fuenzalida lo trata
como "integridad o suficiencia" y lo enuncia de la siguiente forma: "El principio de
integridad señala que las prestaciones médicas curativas y reeducativas; las prestaciones
económicas en caso de pérdida, suspensión o disminución considerable de la capacidad de
trabajo; y, las prestaciones familiares, deben ser suficientes para atender la contingencia
social de que se trate, esto es, han de resolver el caso social". En su análisis, distingue las
diversas prestaciones señalando cómo debe manifestarse este principio en cada una de
ellas. Así, frente a problemas de salud, debe desarrollarse una labor preventiva,
recuperadora y readaptadora; en cuanto a las prestaciones pecuniarias, deben ser tales que
permitan a la persona seguir viviendo en condiciones relativamente similares a las que
gozaba antes de acaecer el hecho.

5.- Principio de la uniformidad o de la unidad

Según este principio las prestaciones que la Seguridad Social otorga a las personas
afectadas por un riesgo o contingencia, deben ser de carácter único o uniformes. En otras
palabras, los estados de necesidad deben estar cubiertos del mismo modo respecto de
todos los miembros de la comunidad. No se trata que exista un solo órgano administrador,
pues ello llevaría en la práctica a una situación de complejidad administrativa que deriva en
burocracia y altos costos de funcionamiento. Por el contrario, se sostiene que la existencia
de diferentes organismos administradores es la mejor forma de otorgar una cabal protección
frente a los riesgos y contingencias, ya que un determinado organismo puede presentarse
como idóneo frente al otorgamiento de ciertas prestaciones, pero no para otras. Por
ejemplo, el seguro contra riesgos profesionales admite su administración por instituciones
denominadas mutualidades, especialistas en la materia, pero que tal vez, podrían no contar
con la agilidad necesaria para conferir otros beneficios, como prestaciones familiares. La
unidad se manifiesta en la coordinación con que estos organismos deben desarrollar su

3
"Tratado Comparado de Seguridad Social". Madrid, 1951, p.217
labor, conformando, en conjunto, un todo que es lo que constituye en definitiva, el Sistema
de Seguridad Social.
El profesor Novoa Fuenzalida propone que la existencia de diversos organismos gestores
permite lograr la unidad del sistema de Seguridad Social en la medida que cumplan, a lo
menos con las siguientes condiciones:
 que abarque un conjunto o grupo homogéneo de afiliación, ya sea sobre la base del
territorio o a la profesión a la que pertenecen.
 que por la actividad sumada o conjunta de todos ellos, quede protegida toda la
población.
 que operen de acuerdo con una política de conjunto orientada por el Estado, de
manera que, conservando su autonomía, lleguen a constituir verdaderas "agencias"
del sistema.
 que el régimen de prestaciones sea esencialmente el mismo en cada organismo.
 que el régimen de cotizaciones sea también el mismo en todos ellos.

6.- Principio de la subsidiariedad

La Seguridad Social no debe conducir a la eliminación de la responsabilidad de cada


miembro de la comunidad: no se trata que el Estado, paternalista y autoritario asuma sobre
sí la total responsabilidad frente a la adversidad, aboliendo la responsabilidad que a cada
individuo le corresponde, sino que sólo debe intervenir cuando éste no es capaz de
solucionar sus problemas por sí solo o con ayuda de su grupo familiar o de otros
mecanismos de que pueda disponer.
Este principio ha tenido gran acogida en nuestro país en los últimos tiempos, en términos
tales que se presentó como rector de la política del Gobierno Militar.
La Seguridad Social no ha escapado a su aplicación, lo que se ha manifestado
concretamente en diversos documentos:

a) Proyecto de Reforma de Estatutos y Bases de la Seguridad Social Chilena de 1975. A


través de este documento, que en definitiva no prosperó, se puso en conocimiento del país
un proyecto de reforma de la Seguridad Social de gran amplitud, que abarcaba no sólo
pensiones sino también otros beneficios, como medicina social, asignación familiar, subsidio
por interrupción temporal del trabajo, asistencia social, etc. En este proyecto se daba
acogida a los principios de uniformidad, universalidad, integridad y eficacia y también al de
la subsidiariedad, entregando la administración del sistema a corporaciones basando su
financiamiento en un sistema mixto (capitalización individual para las pensiones y reparto
para otros beneficios).

b) D.L. 1.552 de 1976 (Acta Constitucional Nº3) en que se acoge el principio en materia de
Seguridad Social.

c) La Constitución de 1980 igualmente lo acoge en su artículo 19 Nº9, entregándole al


Estado la función de "garantizar la ejecución de las acciones de salud. En el número 18 del
mismo artículo encomienda al Estado la función de "garantizar" el acceso de todos los
habitantes al goce de las prestaciones básicas y también la de "supervigilar" el adecuado
ejercicio del derecho de la Seguridad Social. Es decir, de acuerdo a estas normas no es
función del Estado el desarrollo propiamente operativo del sistema de Seguridad Social, sino
que de servir de garante de su ejecución.

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