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30 Tips de Fotografia
30 Tips de Fotografia
Silvia Illescas
Consejos, Varios
Hacer fotografía es comprarse una cámara y empezar a disparar fotos. ¿De verdad
piensas que dedicarse a la fotografía significa eso? ¿Comprar y disparar solo un botón?
Eso sería demasiado fácil, y nos convertiría a todos en expertos en la materia, pero
déjame decirte que esto no es para nada así. Hacer fotografía pasa por formarse, por
conocer el equipo, por practicar y practicar, y en definitiva, por coger experiencia con el
paso del tiempo.
En el artículo de hoy voy a contarte aspectos importantes que he ido aprendiendo con el
paso del tiempo sobre el apasionante mundo de la fotografía para que te sirvan de guía
en tu propia andadura fotográfica.
Ha pasado ya mucho mucho tiempo desde que cogí mi primera cámara y empecé a
disparar fotos. Aún recuerdo cuando medía el carrete de mi cámara analógica como si
de un tesoro se tratara, y cuando después iba a la tienda para que revelaran mis fotos.
Ese tiempo en el que esperaba para saber cómo habían salido mis imágenes era
emocionante, y más lo era todavía abrir el sobre en el que te las entregaban después y
podías ver tu trabajo materializado.
También recuerdo los días en la universidad en los que me enseñaron a revelar mis
propias fotografías analógicas, y meterse en el cuarto oscuro y ver el proceso que tenía
que seguir para pasar mis tomas del carrete al papel, era magia pura.
Pero por mera cuestión de edad, no fue hasta que me adentré en la fotografía digital
cuando realmente empecé a aprender qué es la fotografía, y la diferencia que hay entre
disparar una toma y hacer una fotografía.
La cámara al final no deja de ser nuestra herramienta, una herramienta que debemos
saber manejar bien para lograr nuestro propósito final, una buena fotografía. Pero si no
tienes ojo fotográfico, da igual que dispares tus tomas con una cámara de 100€ que con
una de 4000€.
Por ejemplo imagina que sales una noche a hacer fotografías nocturnas y al día siguiente
tienes que hacer una sesión diurna. Los ajustes de la cámara no serán los mismos, por lo
que conviene dejar configurada la cámara con algún modo semiautomático por si nos
pilla de sorpresa alguna toma. De cómo tener tu cámara siempre lista ya te hablábamos
en este otro artículo.
4. No Existe la Mochila Perfecta
Hay que intentar ser selectivos y prácticos. Escoge objetivos que puedas aprovechar
para todos aquellos géneros que te gusten, y con el tiempo ya irás adquiriendo aquellos
que sientas que te faltan. En mi caso por ejemplo empecé con el objetivo del kit y un
teleobjetivo. Cuando conocí las bondades del 50 mm f/1.8 me lancé a por él sin dudarlo,
y lo exploté. Lo exploté mucho. Después, descubrí que además de esta lente para mis
fotografías de retrato echaba en falta disfrutar de la gran amplitud que ofrece un gran
angular para capturar mis paisajes, y acabé adquiriendo un Tokina 11-20 f/2.8, que no
solo me vino bien para paisaje, sino también para fotografía nocturna.
Y bueno, con el tiempo y alguna que otra oferta jugosa acabaron cayendo un macro y
otra focal fija luminosa. Y sí, ahora pensarás "Vaya, dice que sea selectivo y mira qué
arsenal tiene ella". Y sí, no te equivocas. Pero el equipo que he ido adquiriendo no ha
sido de un día a otro ni mucho menos. Han pasado años hasta que he adquirido todo lo
que tengo ahora, y sobre todo he realizado muchas fotografías para saber qué
necesidades tenía y qué lentes podían proporcionármela. Luego solo ha sido cuestión de
paciencia y de ahorrar.
7. Adquiere Solo los Accesorios que Utilices
Y otro dato importante, no hace falta que te compres todos los accesorios
fotográficos del mundo. Nos pasa mucho a los fotógrafos que tenemos la necesidad
imperiosa de adquirir cada cacharrito nuevo que vemos; geles de color, reflector,
flashes, difusores, caja de luz, tubos de extensión y otros muchos accesorios. ¿Pero de
verdad los necesitas todos? ¿O solo los utilizarás cuando los compres y los guardarás en
la estantería y dejarás que cojan polvo? Esa es la pregunta que debes hacerte antes de
comprarlos. Además, a veces el ingenio es nuestra mejor carta, y podemos conseguir
resultados parecidos utilizando multitud de trucos caseros o incluso imprimiéndolos
en 3d.
La fotografía es apasionante, ¿y qué pasa cuando algo te apasiona? Pues que puedes
perder la noción del tiempo y que lo que era una sesión de fotos al atardecer se acabe
alargando y convirtiendo también en una sesión de foto nocturna. Esto te lo cuento
porque me ha pasado, y aunque hoy en día el flash del móvil puede ser una gran
linterna, también consume batería que da gusto, así que te recomiendo que siempre
lleves alguna linterna o frontal en tu mochila por lo que pueda pasar.
Y no solo porque pueda hacerse de noche, también puedes encontrarte con rincones en
pleno día que estén en plena oscuridad, como una cueva o un túnel por ejemplo.
Por ponerte un ejemplo, aun recuerdo cuando viajé a Escocia con una botas que eran
cómodas pero no impermeables. ¿Qué ocurrió? Bueno, os podéis imaginar que la lluvia
en Escocia no es la misma que tenemos en Valencia, y fueron muchas las jornadas en
las que mis botas terminaron empapadas y yo muy incómoda en gran parte del viaje.
Otro punto que considero muy importante es que sepamos cuidar nuestras
herramientas. La cámara necesita mimos y cuidados, necesita que la limpiemos de vez
en cuando, que no la dejemos tirada de cualquier manera sobre cualquier superficie,
necesita que antes de soltarla en un trípode te asegures de que está bien sujeta, que no la
dejes en un coche sola a la vista si te vas...
Nuestro equipo fotográfico es como el pincel y el lienzo para un pintor, son las
herramientas que nos permiten expresarnos en imágenes, y lo mínimo que podemos
hacer es cuidarlo y no correr riesgos innecesarios. Porque el equipo cuesta mucho
dinero, y con un mínimo de atención podemos hacer que dure muchísimo más tiempo.
Cómo Conseguir Mejores Fotografías
¿Y qué cosas he ido aprendiendo acerca de cómo lograr mejores composiciones
fotográficas?
Seguro que muchas veces has oído lo de "Vale más una imagen que mil palabras", y es
que la fotografía tiene el poder de contar a través de ella historias, así como también nos
ayuda a transmitir sentimientos, reflexiones o incluso ideas complejas de un modo más
directo que las palabras. Y por supuesto, mucho más universal, porque las imágenes no
entienden de idiomas. Así que aprovecha el poder que tiene una imagen y trata siempre
de transmitir algo con tus fotografías para que ganen fuerza.
Por supuesto que debes hacer esa foto. Pero una vez hecha, ¿por qué no pruebas a mirar
a tu alrededor y buscar nuevas perspectivas, o incluso nuevos motivos que pasan más
desapercibidos pero que pueden ser igual de interesantes en tus tomas? No te limites a
fotografiar lo destacado, lo que está señalizado para que fotografíes. Busca la belleza en
el entorno, cambia de ángulo, mira a tu alrededor... En definitiva, busca tener fotos que
sean diferentes a las del resto.
14. Sé Paciente con Tu Aprendizaje
Ante estos casos, lo que sin duda funciona mejor es una vez leída la teoría, practicarla
nosotros mismos. Aunque no sean ejemplos increíbles, aunque simplemente cojas
muñecos o utensilios que tengas por casa... pero practica tus propios ejemplos, porque
es entonces cuando las piezas del puzzle encajarán y entenderás poco a poco qué es la
fotografía y cuáles son las armas que te proporciona para lograr la imagen que tú deseas.
Aprendemos de nuestros errores, eso es un hecho. Da igual que alguien te diga que
tengas cuidado y levantes el pie para no tropezarte con una piedra. Hasta que no te
tropieces tú mismo con ella, no reaccionarás y no aprenderás la lección para que no
vuelva a ocurrirte.
Lo mismo nos pasa en fotografía, aprendemos de nuestros fallos. Así que sí, te
fastidiará mucho descubrir que los ojos de tu modelo no salen perfectamente nítidos, o
que no utilizaste la mejor focal para aquella sesión que hiciste en la montaña, o que no
comprobaste que habías cogido tarjetas de memoria extras y te has quedado sin espacio,
o que se te olvidó limpiar el sensor de la cámara y tienes una mancha muy fea en todas
tus fotografías. Todo ello te fastidiará muchísimo, de verdad. Pero te aseguro que te
pasará una, dos veces... o tres a lo sumo. Ese fallo que cometiste te dará tanta rabia que
se te quedará grabado para siempre. Con lo cual... de algo malo, podemos sacar una
parte positiva.
Equivocarse es una parte más del proceso de aprendizaje, así que equivócate mucho.
Aunque recuerda, después de la caída hay que armarse de fuerzas y volverse a
levantar.
La fotografía es luz, sin ella no existe. Es por eso que parte de tu progreso
como fotógrafo pasará por conocer sus propiedades y las alternativas que
tenemos para modificarla y usarla tal y como queremos en nuestras tomas, ya se
trate de luz natural o luz artificial. Además también es importante que conozcas
cómo varía la luz en los diferentes momentos del día, y en qué horas tendrás una
iluminación más bonita para realizar tus capturas.
El segundo factor es la composición. ¿Qué es la composición? Pues es el arte de
distribuir los elementos que tenemos en el encuadre para que dirijan la mirada de
quien observa la fotografía justo a donde nosotros queremos. Aquí es donde
empieza a verse la diferencia de la que te hablaba antes. No es lo mismo llegar a
un sitio y disparar la foto sin más, que analizar lo que tenemos y aprovechar las
líneas, los marcos naturales, los patrones y muchos otros elementos para que
guíen la mirada hacia el punto que queremos.
Esto tiene mucho que ver con la composición, pero he querido dedicarle un apartado
especial para que seáis conscientes de la importancia que tiene. Porque admitámoslo,
¿alguien de todos nosotros puede jurar que nunca ha hecho un retrato en el que ha
cortado pies, manos, codos o incluso la propia cabeza del modelo en sus fotografías? ¿O
que ha incluido elementos en el fondo que distraían totalmente la atención del sujeto?
Por un lado, tenemos los conocidos como tipos de plano, que es muy interesante que
conozcáis para que sepáis cuáles son los estándares con los que se suele trabajar. Como
os he dicho antes, no se trata de algo super estricto, pero sí que nos dará pistas de cuáles
son los encuadres que mejor suelen funcionar.
Y por otro lado, no nos olvidemos del fondo de nuestras fotografías, que puede
contextualizar y destacar al protagonista, pero también puede robarle atención y
convertirse en una auténtica distracción.
Para ambos casos, ten presente los límites de tu composición para que si se queda algo
fuera de ella sea porque así lo has decidido, y que no se vean cortes de elementos
importantes, tanto en fotografía de retrato como en otras temáticas. Así como tampoco
dejes que los elementos del fondo le quiten importancia al elemento principal de la
toma.
Si hay otra cosa que he aprendido con el paso del tiempo es que la suerte a veces
también juega en la partida fotográfica, y me explico. Por ejemplo, puedes salir durante
seis días por la tarde con tu cámara para tratar de captar un atardecer espectacular y que
éste no lo sea. Ahora, si sales el séptimo día sin la cámara, entonces la ley de Murphy
actuará y será entonces cuando salga una puesta de sol de ensueño. ¿Y con qué cara te
quedarás? Pues déjame decirte que seguro que no será ninguna que quieras poner en la
foto del perfil de tus redes sociales :P
Pero tranquilo porque aunque no lleves siempre tu equipo fotográfico encima, hoy en
día tenemos siempre con nosotros una cámara, la de nuestro móvil. Aunque la calidad
no será la misma, cada vez los móviles ofrecen mejores resultados, y sabiendo utilizar
los elementos que hemos comentado que ayudan a obtener mejores composiciones,
podrás capturar esa bella escena que te ha pillado de imprevisto. Mejor una foto con el
móvil que ninguna ¿verdad?
Ya sabes que insisto mucho en que salgas a practicar, en que dispares muchas
fotografías y en que así es como aprenderás mejor, aunque siempre hay límites. ¿Y
dónde están en nuestro caso? En saber diferenciar los momentos que tienes que capturar
con tu cámara, y los momentos que debes vivir y disfrutar plenamente, a través de tus
ojos, no a través de tu objetivo.
Me encanta la fotografía, la adoro, pero a veces hay ocasiones en las que merece la pena
no vivir algo que es especialmente importante a través del visor de la cámara. Hay
un momento para todo, así que aprende a distinguir esos momentos y resérvate aunque
sea unos minutos para disfrutar plenamente de lo que tienes delante de ti. Puede que sea
un concierto, puede que sea el cumpleaños de un familiar, o incluso puede que
simplemente te encuentres ante un bello paisaje.
Está claro que nuestra memoria no guarda imágenes tan nítidas como lo hace la cámara,
pero cuando recuerdes ese momento vivido no solo te vendrán a la cabeza imágenes,
sino también sensaciones intensas que te trasladarán de inmediato a lo que viviste.
20. Disfruta de las Sesiones en Grupo
¿La fotografía solo se puede disfrutar en soledad? ¡En absoluto! De hecho, salir a
fotografiar con otros fotógrafos es realmente interesante. Primero porque la sesión
será mucho más divertida, y además podrás estar hablando con tus compañeros durante
horas de un mismo tema que os apasiona. Por otro lado, cuando hay más de un
fotógrafo siempre está presente ese sentimiento de dar lo mejor de nosotros, ¿por qué?
Pues porque vas a tener el mismo motivo fotográfico que tus compañeros, y para
diferenciarte tienes que poner toda la carne en el asador.
La pasión por la fotografía une a diferentes fotógrafos a pesar de que usen equipos
distintos y tengan visiones distintas.
Hay quienes pueden pensar que esto lleva a crear ciertas rivalidades, y puede darse el
caso. Aunque también te diré que yo lo veo como una oportunidad para compartir
distintas visiones y estilos fotográficos, como una manera de pedirse lo mejor a uno
mismo y esforzarse más en lo que hace, y por supuesto, como una magnífica forma de
aprender cosas nuevas sobre fotografía a través de los ojos de nuestros
compañeros. Además, no nos olvidemos que hay algunos tipos de fotografía que
entrañan cierto riesgo, y el ir con alguien más siempre será más seguro.
Cuando una empresa crea un modelo de cámara y la diseña con ciertos botones de
accesos rápidos no es por casualidad. Esos botones a veces pueden marcar la diferencia
entre conseguir o no conseguir una foto. No siempre tenemos todo el tiempo del mundo
para entrar en el menú y realizar todos los cambios de configuración en varios pasos.
Esos botones nos permiten acceder de manera mucho más rápida y directa a las
funciones más destacadas para que podamos obtener la foto tal y como queremos.
Además, lo mejor es que muchos de esos botones son personalizables, por lo que
puedes decidir tú mismo que función quieres que haya en ellos.
Dicho esto, reitero la importancia de conocer bien la herramienta con la que estamos
trabajando, y de leer el manual para conocer todas sus posibilidades. Al fin y al cabo la
cámara debe ser una extensión de nuestra mano, y debemos conocerla y saber manejarla
como si se trata de una parte más de nuestro cuerpo. Conocer esos botones de acceso
rápido nos ayudará mucho en esta misión, y nos permitirá saber configurar la cámara
hasta en condiciones en las que la rapidez es esencial o incluso cuando no tenemos
apenas luz, porque sabremos donde está cada opción sin necesidad de pensarlo dos
veces.
¿Somos peores fotógrafos por utilizar un modo semiautomático en vez del manual?
En absoluto, y que nadie te diga lo contrario. A veces la situación manda, y esos modos
están ahí para hacerte el trabajo más fácil teniendo cierto control sobre tu fotografía, al
mismo tiempo que te permiten actuar de una manera mucho más rápida.
Es por esa razón que es importante conocer todos esos modos, porque de esta forma
sabrás cuál es la mejor opción para ti en cada situación. Además, antes de llegar a
controlar absolutamente el modo manual, los modos semiautomáticos son una
herramienta perfecta para conocer de qué manera influye cada uno de los parámetros en
nuestras fotografías, no solo teniendo en cuenta cómo afectan a la exposición, sino
también conociendo otras de sus implicaciones.
Así pues, antes de pasar al modo manual puedes trabajar con el modo semiautomático
de prioridad a la apertura de diafragma y conocer cómo esta variable, además de dejar
pasar más o menos luz a la cámara, también afecta a la profundidad de campo, o ver
como con el modo de prioridad a la velocidad de obturación esta puede determinar si
congelamos el movimiento de un sujeto u objeto, o no. Cuando trabajas con el modo
manual tienes el control sobre todo, pero si no tienes claro qué implicaciones tiene cada
variable no tendrás el control sobre tu fotografía, por mucho manual que pongas.
Así que una buena manera de aprender es empezar primero con los modos
semiautomáticos, y una vez controlados (y para aquellas situaciones en las que se
requiera) utilizar el manual. ¿Y qué situaciones son esas? Pues situaciones en las que las
condiciones lumínicas no estén cambiando constantemente por ejemplo. Porque sino
acabarás mareado con tanto cambio y además desgastarás los botones de tu cámara. En
esas situaciones será mejor optar por algún semiautomático, ¿no crees?
Ahora bien, habrá algunos tipos de fotografías que solo podrás hacer si disparas en
modo manual, y ahí no hay otra opción. La fotografía nocturna es un claro ejemplo de
ello. Si no controlamos todas las variables, la cámara será incapaz de sacar un buen
resultado. Así que lo dicho, conoce bien los modos, práctica con ellos, y evalúa cada
situación para decidir cuál es aquel que te permitirá obtener los resultados que deseas en
tu imagen.
Sobre Procesado y Edición
Veamos ahora algunas cuestiones básicas aprendidas sobre el procesado y el trabajo en
el momento de la edición.
No hay un flujo de trabajo bueno y otro malo. Tampoco hay un flujo de trabajo mágico
que deje todas tus fotografías perfectas en cuestión de segundos. Cada uno procesa sus
capturas siguiendo un camino concreto, y ese será tu flujo de trabajo. ¿Que hay modos
de trabajar más eficientes? Puede ser. ¿Que utilizando otras herramientas más avanzadas
podemos lograr mejores resultados? Pues posiblemente. Pero nada de ello importa,
porque debes ser tú quien determine cuál es la forma de trabajar con la que te sientes
cómodo.
¿Qué más da si editas tus imágenes con Lightroom, Photoshop, Luminar 4, Capture
One, Darketable o Rawtherapee? Al final todos ellos son software puesto a tu
disposición para que te sientas cómodo al editar y dejes tus fotografías como quieres
con las herramientas que te proporcionan. Y a lo mejor, todas las ventajas que le ofrece
uno de esos programas a un fotógrafo, no lo son para otro.
Eso sí, tampoco nos vengamos arriba y recortemos un cuarto de imagen, porque al
hacerlo estaremos reduciendo considerablemente el tamaño del archivo y eso puede
afectar a la calidad de tus fotografías. Así que antes de hacer de usar esta herramienta
ten muy presente de qué forma vas a visualizar la imagen después, en qué plataforma
la subirás o en qué tamaño la vas a imprimir. De esa manera sabremos si podemos
permitirnos un recorte más o menos agresivo.
No. No hace falta que esperes a que tu disco duro te dé un susto para considerar esta
opción. Si valoras tu trabajo y te gusta todo lo que has ido consiguiendo hasta la fecha,
no dudes en crear copias de seguridad de tus fotografías. Puede ser adquiriendo más
discos duros, o puede ser utilizando los distintos servicios de almacenamiento en la
nube que hay disponibles en el mercado, pero hazlo.
Sé que hoy en día con la fotografía digital disparamos mucho más, y que si encima
trabajamos con formato RAW las imágenes pesarán mucho más, así que si no quieres
hacer copia de todo el grueso de tu archivo fotográfico, al menos hazlo de las imágenes
esenciales. Haz un recopilatorio de todas ellas, y guárdalas en una copia de seguridad.
Nunca sabes cuando el disco duro puede fallar, y créeme si te digo que si llega ese
momento ni la peor película de miedo te causará tanto terror.
No hace falta que las imprimas todas por supuesto, pero poder plasmar una de tus fotos
en un lienzo que decore tu habitación, o un álbum que recopile tus mejores fotografías
del año, te hará verlas desde una perspectiva totalmente diferente. Así que valora esta
opción y materializa tus fotos para disfrutarlas de un modo distinto.
Lo bonito de este arte es precisamente eso, que nunca vamos a saberlo todo sobre
fotografía, y que en cualquier momento esta puede sorprendernos con algo.
Está claro que no todo se nos tiene por qué dar bien, y que como ocurre con todo en esta
vida, tendrás tu temática preferida con la que disfrutarás más de la fotografía. Eso sí,
para saber cuál es tu temática predilecta primero tendrás que probar algunas de ellas ¿no
crees?
Ante esta situación hay que sacar nuestra mejor sonrisa y seguir adelante afrontando
esas limitaciones. Porque son las que nos ayudarán a progresar, y porque son las que
nos empujarán a que el día de mañana logremos lo que nos propongamos. De todo esto
te hablo más en profundidad en Aprovecha las Limitaciones para Crecer como
Fotógrafo.