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Lo prometido es deuda, a continuación os presentamos la primera parte de los apuntes

sobre el uso del flash de mano que usamos en los curso que impartimos con cierta
regularidad desde Perfect Pixel.
Indice:
1. Introducción
2. ¿Por qué usar flashes de mano?
3. ¿Por qué NO usar flashes de mano?
4. Calidades de luz:
4.1. Dureza
4.2. Orientación
4.3. Color
4.4. Intensidad
5. Sincronización entre flash y cámara
6. Flash y cámara… mejor que corra el aire…
7. Disparadores de flash
8. Modificadores de luz
Luces pequeñas para grandes fotos, fotografía de
personas con flashes de mano.
1 – Introducción:
Podría empezar filosofando sobre la historia de la fotografía, sobre cómo antes era
impensable hacer las fotos que ahora hacemos sin tener que trasladar toneladas de
equipamiento de iluminación. O podría, a lo mejor, empezar hablando de ratios de luz,
de reglas y normas de iluminación. Quizá podría también empezar a contaros en qué
consiste la “filosofía strobist” y cómo se originó, pero no pienso hacer nada de eso.
Pretendo que este curso sea “directo al píxel”, con la teoría justita que necesitáis saber,
y ejemplos prácticos que os sirvan para entender cómo se trabaja con flashes de mano.
Pretendo por tanto que estos apuntes sean eso, apuntes, que el grueso de lo que
aprendáis, mucho o poco, sea de seguirme durante el curso, y no de leer esto.

Flash, flash, flash…


Ni tengo los conocimientos, ni la pretensión de explicaros TODAS las formas que hay
de trabajar con flashes de mano, os voy a explicar cómo trabajo yo y, lo que es más
importante, por qué trabajo así, y por qué uso lo que uso. Luego, cada uno, tendréis que
darle vueltas y adaptar mi sistema a vuestras necesidades y forma de trabajar.
Personalmente trabajo la fotografía de acción, moda y retrato, la fotografía corporativa,
el desnudo y algunas otras disciplinas donde el flash no es tan usado, así que esos serán
los campos de aplicación que mas usaré, pero cualquier cosa que diga, casi con toda
seguridad, es aplicable en otros campos.
Mi obsesión es contarte aquello que a mí no me contaron, o no me contaron todo junto.
¡Allá vamos!
2 – ¿Por qué usar flashes de mano?
Lo primero que uno se plantea es qué aporta usar flashes de mano en lugar de usar luz
natural, o flashes de estudio. Para mí, esa pregunta tiene varias respuestas… ¡elige la
que más te convenza!

Comodidad y portabilidad: Los flashes de mano son pequeños y eso los hace idóneos
para trabajos en exteriores o en localización (palabro que significa cualquier sitio que no
sea un estudio). Son más fáciles de transportar que un equipo de iluminación de estudio
y no requieren cargar con una pesada batería. Su pequeño tamaño hace que, también,
sean fáciles de esconder, y eso facilita mucho las cosas en muchas ocasiones.

Flexibilidad: Precisamente el carácter modular e incremental del sistema de


iluminación basado en flashes de mano hace que se puedan adaptar a casi cualquier tipo
de trabajo. ¿Necesitas iluminar algo muy grande? ¿Un avión entero por ejemplo?

Esta foto, del gran Joe McNally, uno de mis referentes, y probablemente el mayor
responsable de que yo haga el tipo de fotos que hago, está iluminada solo con flashes de
mano (8 para ser exactos).

Precio: Comparativamente con un equipo de iluminación de estudio, el equipo


necesario básico para empezar en este mundo es mucho más económico, un flash
normalito, un pie de flash, un sistema de disparo remoto del flash y algún accesorio no
llega a costar ni la mitad de una cabeza de flash de estudio de 200W por sí sola, copias
chinas aparte. Además puedes ir comprando equipo poco a poco a medida que
progresas, sin hacer grandes desembolsos.

Control sobre la luz: Usar flashes te da la opción de realmente CREAR escenarios, de


CREAR tus propias fotos. y eso te abre un enorme mundo de posibilidades fotográficas.
Ya no tienes que esperar a que la luz sea perfecta, simplemente la creas tú ¡y listo!
Serás mega cool: Confesémoslo, si metes la palabra “strobist” en cualquier
conversación te conviertes en hipster al instante. Ni siquiera te va a hacer falta que se te
vean los gayumbos asomando por la cintura, ni comprar tu ropa en tiendas de segunda
mano…

Ahí las tienes, seguro que hay más razones, pero esas son las más obvias, elige la que
más te guste. Pero antes déjame que le dé la vuelta a la tortilla…

3 – ¿Por qué NO usar flashes de mano?


Todo lo que he enumerado antes es verdad, es real, pero hay algo que pocos te contarán
cuando empiezas y que deberías saber.
Si te enganchas a esto de los flashes de tipo cobra (se llaman así por la forma que
tienen), es posible que al final termines como yo, con 5 flashes, y eso implica 20 pilas
(por duplicado, que hay que tener de reserva, ¡así que 40!), un transmisor y 5 receptores
(con sus correspondientes 10 pilas… por duplicado, es decir 20, ya suman ¡60 pilas!),
mas 5 pies de flash, mas modificadores de luz, cargadores y miles de cachivaches varios
que hacen que lo de la “comodidad y fácil transporte” sea un cuento chino…
Esto es una foto (está hecha con el móvil…) de una parte del equipo que transporto
cuando voy a hacer un encargo cualquiera, creo que habla por sí solo… se me ha ido de
las manos si…

Aunque el equipo para empezar es verdad que puede ser económico, también es verdad
que al final, cuando lleves años en esto, terminarás teniendo un montón de equipo,
modificadores de luz, accesorios, filtros, y cachivaches varios, y sumándolo todo muy
probablemente sea mucho más dinero que un equipo de iluminación de estudio decente.
La diferencia es que el primero lo has ido adquiriendo poco a poco, y el otro deberías
pagarlo del tirón.
Si te vas a dedicar a fotografiar personas, hacerlo usando flashes de zapata tiene un gran
inconveniente frente a los equipos de estudio. No tendrás luz de modelado, que es esa
luz continua que te ayuda a ver cómo está cayendo la luz a ojo desnudo, sin tener que
disparar. Personalmente creo que eso no es grave en la actualidad, ya que siempre
puedes disparar una foto y ver en la pantalla el resultado, pero es menos directo sin
duda.

4 – Calidades de luz
“La luz en la fotografía es (casi) todo”. Esa frase seguro que la has escuchado mil
veces, y es muy cierta, pero aún lo es mas en el caso que nos ocupa de iluminar con
flashes, ya que vas a ser tu quién decida qué luz usar, y con ello me refiero a todo de la
luz, su color, su orientación, su dureza, su cantidad… ¡todo!
Así que vale la pena dedicarle un poquito de tiempo a cada una de las cualidades de la
luz. No es necesario que te aprendas esto como una lección de geografía, tan solo quiero
que comprendas los ingredientes que hacen que una luz sea buena para el tipo de foto
que buscamos. Con el tiempo terminarás por identificar, casi sin darte cuenta, qué luz te
gusta, y sabrás diferenciar la cualidad de esa luz.
Voy a reducir mucho la lista de cualidades de la luz, creo que con estas es suficiente:

-Dureza
-Orientación
-Color
-Intensidad
4.1- Dureza
He decidido empezar por esta cualidad, porque personalmente es la primera que tengo
en cuenta. La dureza de la luz tiene un impacto directo y tremendo en el tipo de foto que
hagamos, en el ambiente que le queramos dar a la foto. Observa estas dos fotos, la
primera es luz dura, la segunda es luz blanda.

Luz dura

Luz blanda
Fíjate en las sombras, en cómo en la foto con luz dura, la transición entre la zona de luz
y la de sombra es brusca, una línea clara, mientras que en la otra es más bien una zona
de transición, una línea muy difusa que pasa de luz a sombra muy paulatinamente.

En la primera foto (que lleva un flash desnudo a cada lado) fíjate cómo se marca la
sombra del cable en el brazo, cómo es una línea nítida. En la segunda fotografía
(iluminada con un solo flash a la izquierda de la foto y con una ventana montada) fíjate
como todas las sombras, por ejemplo bajo su barbilla, son muy suavecitas.

¿De qué depende que la luz sea dura o blanda? Del tamaño de esa luz con respecto al
objeto.
Si en tu cabeza solo hay hueco para aprender una sola cosa sobre la luz, que sea esta:

Fuente de luz grande en relación a lo que ilumina = luz blanda


Fuente de luz pequeña en relación a lo que ilumina = luz dura
Grande = Blanda
Pequeña = Dura

Grábate eso. Es realmente importante.

Para entenderlo hay que entender la coletilla “en relación a lo que ilumina”, ya que en
eso está la clave de todo.

Si yo ilumino a una “modela” (palabro marca de la casa), con un flash desnudo, es


evidente que eso es una fuente de luz muy pequeñita (la “modela” es mucho más grande
que el flash), pero si monto una ventana, hemos hecho que la fuente de luz sea mucho
mayor, en lugar de medir 7 x 3 cmts que mide el flash, ahora mide 1 x 1 mts, que es lo
que mide la ventana.

Ese mismo flash desnudo, que era una fuente de luz pequeña en el caso de la modela, se
convierte en una fuente de luz enorme si lo que iluminamos es, por ejemplo, una
pequeña taza de café, y se convierte, por tanto, en una luz suave.

Es decir, lo importante no es el tamaño de luz, lo importante es el tamaño en


relación a lo que iluminamos.

Cuando empezamos a usar luces, a veces nos pasa que creemos que si la luz es muy
dura, alejarla la suavizará, pero es justo al revés, alejarla hace que pierda intensidad,
pero la convierte en más dura, ya que hemos reducido su tamaño. El ejemplo típico es la
luz del sol a medio día, es una fuente de luz objetivamente enorme sí, pero está
lejísimos.

Me oirás a lo largo de este curso decir mil veces que no hay luz buena o luz mala, todo
depende de qué es lo que estemos iluminando, y cuál es el aspecto que estemos
buscando en la foto. En general la luz blanda es buena para retratos, sobre todo
femeninos, y la luz dura es buena cuando busquemos contraste, dramatismo. Veamos
algunos ejemplos.
Ejemplo de luces duras, todo en esta foto está orientado a dar dramatismo, a sacar los
relieves de ese cuerpo trabajado. Fíjate en las sombras, definidas, cortantes y potentes.
Otro ejemplo de retrato con luz dura. Arriba puedes ver las dos unidades de flash,
desnudos y cerca, que le darán a la foto final un look de chica malota que le pegaba
mucho al estilismo. Fíjate en la sombra que proyecta la modela en el suelo (o debajo de
la barbilla), bien diferenciada, señal inequívoca del uso de luz dura.
Como ya hemos visto el flash desnudo es, para retratos al menos, una fuente de luz
dura, así que ¿cómo convertimos en suave la luz del flash? pues aumentando el tamaño
de la fuente de luz con respecto a lo que iluminamos, es decir haciendo que ese flash sea
más grande. Y esto lo logramos de dos maneras (juntas o por separado):
-Utiliza un modificador que aumente su tamaño: paraguas, ventana, paneles difusores…

Dos flashes con ventanas, el paradigma de luz blanda.


-Acerca todo lo posible la fuente a lo que iluminas.
¿Y si queremos justo lo contrario? Pues es sencillo, el flash desnudo, de por sí, es una
luz dura, así que solo con usarlo sin modificadores ya lo tenemos. Aún así, si quieres
una luz aún más dura tan solo tienes que hacer lo contrario a lo que hemos dicho antes,
esto es:
-Utiliza un modificador que disminuya su tamaño: snoot, concentradores…
Snoot montado sobre un flash

-Aleja el flash todo lo que puedas de lo que iluminas.

Obviamente todo esto tiene sus límites, alejar el flash implica que pierdo potencia, y
además no lo hace, en contra de lo que la lógica te pueda dictar, de forma uniforme.
Agárrate que vienen curvas.

La ley que determina esto se llama “Ley inversa del cuadrado”, veamos qué dice, pero
sin entrar en términos complicados.

Cada vez que duplicas la distancia del flash a lo que estés iluminando, la luz se
desparrama en un área que es 4 veces mayor, (y no el doble como cabría esperar) y
pierdes 3/4 de potencia (y no la mitad como cabría esperar).
Doble de distancia sujeto al flash = 1/4 de luz le llega (o perdemos 3/4)

Esto es importante, porque pequeñas variaciones de distancia conllevan importantes


variaciones en superficie iluminada y potencia. Todo esto se traduce en que la caída de
luz es dramática a medida que nos alejamos.

A efectos prácticos esto nos afecta de muchas maneras. Por ejemplo, si la persona que
estamos fotografiando se mueve y se acerca al flash, y ya estaba bastante cerca, va a
quedar tremendamente sobre expuesta, y viceversa si se aleja. Por eso es vital controlar
la distancia del flash a lo que iluminamos, sobre todo si está cerca del flash.
Del mismo modo, podemos lograr que el fondo de una foto quede negro, o casi,
separando a la persona de ese fondo, y al revés, podemos iluminar las dos cosas si están
suficientemente juntas.

Por último permíteme que te repita esto:

Fuente de luz grande en relación a lo que ilumina = luz blanda


Fuente de luz pequeña en relación a lo que ilumina = luz dura
Grande = Blanda
Pequeña = Dura
4.2 – Orientación:
La importancia de la orientación de la luz es tan grande que esa es la razón fundamental
por la que separamos la luz del flash de la cámara.

La orientación de la luz, de dónde viene la luz con respecto a lo que iluminamos, es


absolutamente vital, una luz frontal, como la que proyecta el flash montado en la
cámara, ya hemos visto que “aplasta” los volúmenes y deja la imagen plana, mientras
que una luz lateral hace justo lo contrario.

De nuevo hay que resaltar que no hay luz buena y luz mala por sí misma. Uno podría
pensar que la luz frontal es mala y cualquier otra es buena, pero no es así, la luz frontal,
satura mucho los colores y, por ejemplo, en el caso de los retratos, esconde las
imperfecciones de la piel.

Yo distingo tres grandes grupos de luz:

-Frontales: Las que colocamos delante del objeto a fotografiar. Suelen ser luces
principales.

-Laterales: Obviamente las que colocamos a uno o a los dos lados. Suelen ser luces
secundarias.

-Traseras: Las que se ponen detrás de lo que iluminamos. Suelen ser luces secundarias.
La mejor manera que conozco de explicar las luces es imaginar que lo que
fotografiamos, por ejemplo una modela, sea el centro de un reloj imaginario, y usemos
la nomenclatura horaria para referirnos a la situación de la luz, teniendo en cuenta que la
cámara serían las 6 horas. En realidad esta nomenclatura no es que sea ni muy
académica ni muy importante, es solo una manera de poder explicarte de dónde vienen
las distintas luces en cada foto.
Según ese esquema horario las luces quedarían así:

-Frontales: Entre las 4 y las 8


-Laterales: Entre las 3 y las 4 por un lado, y las 8 y las 9 por el otro
-Traseras: Entre las 10 y las 2
En este ejemplo, la luz le llega a Penélope por su derecha, aproximadamente a las 8
(mira la sombra de su nariz o su barbilla para verlo).
Hay que tener en cuenta también la altura de la luz, Penélope tiene la luz bastante por
encima de su cabeza, lo puedes detectar fijándote que las sombras de la nariz y la
barbilla se alargan bastante hacia abajo.

Nota: Hay una segunda luz por detrás que es la que ilumina la pared de cristal que tiene
por detrás.

Como has podido comprobar, he escrito en la descripción de los tres tipos de luz varias
veces la palabra “suele”, y es que en esto, como en casi todo en fotografía, nada es
absoluto.

Las luces laterales y traseras no suelen ser la luz principal, se suelen usar para separar
algo del fondo, por ejemplo se usan mucho para que la cabeza de una modela morena no
se funda con un fondo oscuro, pero nada impide que uses una luz lateral, o trasera,
como luz principal.
Esta otra fotografía de Penélope, se realizó con un flash a las 2h y otro a las 9h
aproximadamente. Es decir, una fuente de luz trasera, que es la que le ilumina la cara, y
una 100% lateral que ilumina y perfila su pelo y la parte posterior de las piernas.
En realidad el esquema de luz es casi el mismo en las dos fotos, lo único que ha
cambiado es la orientación de la “modela”.

Pedí a Penélope que se girara de forma que la luz que en la primera foto era posterior y
a ella no le afectaba, ahora se convirtiera en luz principal e iluminase su cara, y la luz
que en la primera fotografía era principal, en este segundo caso es luz secundaria y solo
perfila.

No recuerdo exactamente si hice algún cambio más, probablemente si, en la potencia de


cada una de las dos luces, pero la orientación es idéntica en las dos fotos.
Veamos dos ejemplos de luz trasera usada como luz secundaria. Personalmente uso
mucho la luz trasera (o de contra) para separar a las modelas del fondo, y a menudo ese
trabajo no lo hace ningún flash, lo hace el sol, pero puesto que este es un curso de
flashes, vamos a ver un ejemplo de luz de contra que sea flash.
¿Ves es halo de brillo alrededor de la cabeza de la modela? Eso es un flash que está
colocado justo por detrás de ella (a las 12h) y apuntando a cámara. Si ese flash no
estuviera, los bordes de la cabeza no se distinguirían, es decir, su cabeza se fundiría con
el fondo (en fotografía solemos decir que se “empasta” con el fondo).
Para este tipo de luces yo suelo usar flashes desnudos, me gusta que esa luz sea dura, y
además, al ser más pequeña, es más fácil de ocultar detrás.

Además de esa luz de contra a las 12h, esa foto lleva, como luz principal, una a las 5h,
montada sobre un paraguas (de las poquísimas veces que usé ese modificador, ya lo
veremos más adelante). Luz blandita.

Veamos ahora un ejemplo en el que la luz trasera es la única luz de la foto.


Una sola fuente de luz, un flash desnudo, detrás de la modela (12h) y apuntando a la
pared. Así de simple.

El flash está desnudo, lo que nos puede llevar a pensar que es una luz dura, pero en
realidad está rebotado a la pared, por lo que su superficie es enorme, así que
técnicamente es una luz blanda.
En este caso nos es indiferente, o casi, porque esa luz apunta a la pared, no a la modela.
Pero es luz blanda, eso es irrefutable.

Nota: En esta, como en otras fotos que he usado de ejemplo, la luz está tintada de color,
pero eso es algo que veremos más adelante, por eso no lo he tratado.
Hasta ahora hemos hablado de la posición de las luces en el plano horizontal, en vertical
pasa algo muy similar, pero no quiero complicarlo demasiado, me basta de momento
con que sepas que:
-Luz desde arriba: Es la luz ideal en la fotografía de personas, estamos muy
acostumbrados a ella, ya que el sol nos suele iluminar así, o las bombillas de casa, así
que nos resulta familiar y agradable a la vista. No pienses en luz directamente vertical,
no tiene que ser necesariamente así, cualquier luz que esté por encima de los ojos ya es
“luz desde arriba”.

-Luz desde abajo: ¿Recuerdas de pequeño de jugar a convertirte en un ser siniestro a


base de colocarte una linterna debajo de la barbilla y apuntando hacia arriba? Pues eso,
esta luz da una apariencia siniestra. Eso no significa que no se deba usar en retratos, de
hecho se usa, y bastante, pero casi nunca como luz principal.

4.3- Color:
El color de la luz es otro factor que contribuye a darle a la foto “ambiente”, por ejemplo,
la luz del atardecer nos encanta a los fotógrafos porque es cálida, y eso es favorecedor
para los retratos.

Una de las cosas más divertidas de esto de usar flashes de mano, es que podemos pintar
fácilmente la luz del color que queramos.

Para pintar la luz usaremos filtros de plástico (acetato) de colores. En muchos sitios los
verás denominados como “geles”, pero eso proviene de su denominación inglesa, para
mí son filtros.

Esas pequeñas piezas de plástico de colorines son muy económicas y extremadamente


versátiles. En el mercado hay varios sistemas, pero en mi opinión lo más práctico es lo
más simple. No me gustan los sistemas que consisten en una pieza de plástico que se
acopla al flash y a la que después hay que colocar el filtro deslizándolo por una ranura.

Mis flashes tienen todos unos trocitos de velcro autoadhesivo y cada filtro tiene pegado
lo mismo. De esa forma no tengo que ser muy cuidadoso, sencillamente coloco el filtro
delante del flash y lo pego con los velcros. Rápido, sencillo y muy económico.
Los filtros se dividen en dos grandes grupos:

-Correctores de temperatura: En principio pensados para corregir fuentes de luz. Así por
ejemplo, si estamos haciendo fotos en una estancia iluminada con tubos fluorescentes,
que es muy verdosa, deberíamos poner en el flash un filtro verde, para lograr así que
ambas fuentes de luz se igualen y tengan la misma tonalidad (el término correcto sería
la misma temperatura de color).

Es muy similar a lo que se hace con los filtros de color en los objetivos, salvo que en
este caso lo que queremos es igualar las fuentes de luz, no corregirlas. Lo veremos más
claro con los ejemplos.
Los anaranjados son para dar calidez, y muchos los denominan por sus siglas en inglés
CTO (Color Temperature Orange, o Temperatura de Color Naranja).

Los azules son para enfriar y se conocen por CTB (Color Temperature Blue, o
Temperatura de Color Azul).

Los verdes se suelen usar para igualar la luz de los fluorescentes.


Cada uno de estos suele venir en 3 densidades distintas, 1/4de paso, 1/2paso y un paso
completo o FULL.

Mi consejo de todo a 100 es que escribas con rotulador en cada filtro las iniciales del
color y la intensidad para que sea luego más fácil diferenciarlos. Si no lo haces así
tendrás que andar comparando cada uno con los otros filtros para ver si es de 1/4 de
paso, de 1/2 o de paso completo…

En esta foto puedes ver las dos familias de filtros, los azules y los naranjas, donde se ve
que he escrito en cada uno el tipo de filtro que es y todos tienen los trocitos de velcro
correspondiente.
De arriba a abajo: FULL CTO (naranja de paso completo), naranja de 1/2 paso, naranja
de 1/4 de paso, FULL CTB (azul de paso completo), azul de 1/2 paso y azul de 1/4 de
paso.

-Creativos: Son los que se usan para pintar de color, no para corregir o igualar fuentes
de luz.

Normalmente son de paso completo. Suelen ser colores más intensos.

Lo cierto es que, en realidad, nada te impide usar cualquiera de estos filtros de forma
creativa, y de hecho es como yo más los uso. Es decir, no pretender igualar la luz del
flash con la luz predominante de la escena, si no “pintar de color la luz” casi a modo
teatral.

Pintar la luz de color lo podemos hacer por dos razones:

-Para corregir una dominante de color que haya en la luz ambiental, o potenciarla.
-¡Porque mola! Es decir, por razones puramente creativas.

Veamos el primer caso. En una puesta de sol, la luz ambiental es luz muy cálida, por lo
que si la mezclamos con la luz del flash, que es frío, quedará muy raro, muy poco
creíble. Pero ponle un filtro cálido a tu flash y verás cómo ambas luces se funden sin
problema.
En esta foto la “modela” está iluminada por un solo flash (4h), montado sobre una
ventana y con un filtro cálido, creo recordar que 1/2CTO, es decir, anaranjado de medio
paso. Eso me permitió igualar la luz del flash con la calidez de la luz del atardecer, y de
paso dar calidez a la piel que suele quedar siempre bien.
Y veamos ahora un uso 100% creativo del color.
En esta foto el fondo está pintado con un flash desnudo que lleva un filtro magenta, y la
modela recibe luz de un flash por delante que lleva un filtro de 1/4CTO, es decir,
anaranjado y de solo un cuarto de paso.
En esta otra imagen, al fondo hay un flash con un filtro azul de un paso completo
(FULL CTB) que ilumina la pared mientras que la “modela” lleva un flash con un filtro
naranja suavecito de solo un cuarto de paso (1/4 CTO), lo justo para darle un poquito de
calidez a la piel.

Si vuelves hacia atrás a los ejemplos que he puesto en otros apartados es muy probable
que identifiques fácilmente cuándo se han usado filtros de color.

4.4 – Intensidad:
De todas las cualidades de la luz es, posiblemente, la más evidente, la intensidad de la
luz es, sencillamente, cuánta luz hay. Puesto que hablamos de flashes, centrémonos en
ellos.

He leído en muchos sitios explicaciones la mar de sesudas y científicas sobre ratios de


luz, sobre cuánta luz hay que usar en tal o cuál circunstancia, etc.… la verdad es que no
creo que sea necesario saberse todo eso, y mucho menos en la era digital en la que
estamos, donde vemos al instante la foto que hemos hecho.

En realidad la regulación de la intensidad de luz es muy simple:


¿Hay poca luz? Pon más.
¿Hay demasiada luz? Quita algo.

Suena hasta ridículo, pero es real. Hay cuatro maneras de variar la intensidad de la luz.
-En el flash:
-Subir o bajar la potencia del flash.
-Alejar o acercar el flash a lo que iluminamos.

-En la cámara:
-Abrir o cerrar el diafragma.
-Aumentar o reducir la sensibilidad (ISO).
La opción más obvia es la primera, subir o bajar la potencia del flash me va a dar más o
menos luz. Obvio. No hay más que explicar.

Tampoco creo que merezca la pena explicar que si alejo el flash de lo que esté
iluminando pierdo intensidad, y viceversa (aunque sería bueno recordar la ley de
cuadrado inverso que vimos en la anterior entrega), así que me voy a centrar en explicar
cómo afecta el diafragma y la sensibilidad, y sobre todo, por qué no afecta el tercer
parámetro de la fotografía, la velocidad de obturación.

Velocidad de obturación y flash:


En la fotografía con luz continua, sin flashes, la velocidad de obturación la usamos
generalmente para congelar el movimiento, sin embargo esto cambia radicalmente
cuando la luz es un flash.

Hay un concepto del que no hemos hablado hasta ahora, y del que hay que hablar en
este momento, porque juega un papel crucial en todo esto: la velocidad de sincronía de
la cámara.
Más adelante entraremos más en detalle sobre esto, de momento que sepas que la
velocidad de sincronía es la velocidad máxima a la que puedo disparar con flash sin que
aparezcan las consabidas bandas negras.

Fíjate en la zona inferior de esta foto, se aprecia claramente una banda oscura, casi
negra (no es negra del todo porque hay luz natural en la escena, y esa es la que ilumina
esa zona, no el flash. Si te fijas bien, solo se ve el final de las tuberías al fondo, que es lo
que recibe luz natural, el interior de los tubos está negro), eso es provocado por superar
la velocidad de sincronismo de mi cámara. La foto se tomó a 1/320 de segundo, cuando
la velocidad de sincronismo de mi cámara es 1/200.

La palabra clave en esta relación de la velocidad de obturación y el flash es “duración


de destello”.

El flash, que no deja de ser una bombilla que se enciende y se apaga, lo hace con una
velocidad pasmosa, cada modelo es diferente, pero digamos que la duración más lenta
de un destello de flash está en torno a 1/800 de segundo, y la más rápida 1/50.000 de
segundo… es decir MUY, MUY, MUY rápido.

Si nos mantenemos por debajo de esa velocidad de sincronía (por lo general suele ser
1/200 o 1/250 en casi todas las cámaras), es evidente que el flash es muchísimo más
rápido. Por eso, la variación de la velocidad de obturación no afecta en absoluto al flash,
da lo mismo que dispares a 1/20 de segundo o a 1/125 de segundo, el destello del flash
es más rápido que eso, por lo que su efecto impregnará toda la escena.

¿Entonces te has de olvidar de ese parámetro? Pues no, a no ser que tu única fuente de
luz sea el flash. Si estás mezclando luz de flash con luz continua, cosa que sucede casi
siempre en exteriores, alterando la velocidad de obturación alteraremos la cantidad de
luz ambiental que dejamos que se cuele en la fotografía.
Como digo, esto es algo de una importancia tremenda cuando estamos disparando en
exteriores, así que déjame que lo recalque:

Velocidad de obturación lenta = Mas luz ambiental en la foto


Velocidad de obturación rápida = Menos luz ambiental en la foto

Fíjate en estas dos fotos, los parámetros en ambas fueron todos idénticos, salvo que en
la de la izquierda bajé algo más de un paso la velocidad de obturación, por lo que
permití que todo lo que no esté iluminado por el flash se aclare. Si, la “modela” también
está ligeramente más iluminada, y tiene lógica, se le ha sumado la luz del flash, y la luz
ambiente.

Diafragma y flash:
Así como en la fotografía con luz continua (sea esta natural o no) el diafragma lo
usamos para controlar la profundidad de campo, en el caso de la fotografía con flash, el
diafragma nos va a servir, además de lo anterior, para regular cuánta luz de flash nos
entra en el sensor.

Diafragma abierto = flash más potente


Diafragma cerrado = flash menos potente

La razón es bien sencilla, si el agujero por el que entra la luz es mayor, entrará más luz,
y si es menor, pues entrará menos. Es decir, si abres el diafragma es como si le dieras
más potencia a tu flash, y viceversa.

Sensibilidad (ISO) y flash:


Aumentar o disminuir la sensibilidad a la que trabajamos tiene el mismo efecto que
abrir o cerrar el diafragma, es decir:

ISO alta = flash más potente


ISO baja = flash menos potente

Si estamos trabajando en exteriores, mezclando luz ambiental con flash, hemos de tener
en cuenta que ambos parámetros siguen afectándonos.
5 – Sincronización entre el flash y la cámara
En el apartado en el que hablé sobre la velocidad de obturación, pasé de puntillas por el
concepto de la velocidad de sincronía, pues bien, ahora vamos a profundizar en él.
Me temo que no hay manera de explicar esto sin hablar un poco antes de cómo se abre y
se cierra el obturador de la cámara, así que, como diría Loquillo, pégate a mí, no es
difícil de entender.
Para entenderlo, has de pensar que el obturador de las cámaras está compuesto de dos
frágiles cortinillas que se encargan de tapar o exponer el sensor de la cámara a la luz.
Son las dos bandas negras que ves en la foto.

Necesito ahora recordarte un pequeño concepto que es “la velocidad de sincronía” de la


que hablamos casi al final de la parte anterior, cuando vimos esta foto y la banda negra
que aparecía en la parte baja de la foto:

Decíamos que la “velocidad de sincro”, como se la conoce coloquialmente, es la


velocidad de obturación máxima a la que puedo disparar una foto usando flash sin que
me aparezcan bandas negras. Varía según el modelo de cámara, pero normalmente suele
estar alrededor de 1/200 de segundo. Vamos a ver por qué aparecen esas bandas
oscuras.

En una exposición por debajo de esa velocidad de sincronía de la cámara, pongamos por
ejemplo 1/60 de segundo, cuando aprietas el botón, lo que sucede es esto: la primera
cortinilla se desplaza hacia arriba, dejando al descubierto y expuesto a la luz al sensor, y
posteriormente es la segunda cortinilla la que se encarga de volver a taparlo. Es decir,
hay un periodo de tiempo en el que la totalidad del sensor está expuesto a la luz.
Sin embargo, cuando disparamos por encima de esa velocidad de sincronía con el flash,
por lo general por encima de 1/200 o 1/250 de segundo, el funcionamiento es
ligeramente diferente.

Al apretar el botón, la primera cortinilla asciende y abre el orificio del sensor, del
mismo modo que lo hacía en el caso anterior, pero la segunda se pone también en
marcha antes de que la primera termine su recorrido, de manera que el rectángulo que
antes quedaba completamente abierto, y exponía el sensor a la luz, ahora no llega a
hacerlo por completo, y es solamente una tira, una banda, lo que queda abierto.
De hecho, en la foto anterior del obturador es eso justo lo que está sucediendo, la
primera cortinilla, la superior, aún no ha llegado a la parte de arriba del todo, y sin
embargo la segunda ya está empezando a subir, por lo que el espacio que queda
expuesto es esa tira gris clarita que se aprecia.

Cuanto más rápida sea la velocidad de obturación, más estrecha será esa banda.
Aquí creo que es mejor que veas este video creado por “criscamdotcom” en YouTube y
que explica maravillosamente bien cómo es el funcionamiento. El vídeo está en inglés
pero solo con las imágenes seguro que lo entiendes. Lo interesante empieza a partir del
minuto: 1:16

Vídeo: http://youtu.be/fyqbIuTzRVI

Esta es la razón de que, en principio, si disparamos por encima de esa velocidad de


sincronía, aparezca una banda oscura en la foto. Lo que ha sucedido es que el destello
del flash se ha producido cuando el sensor no estaba más que parcialmente expuesto,
porque una, o las dos de las cortinillas estaban tapándolo.
¿Significa esto que no se pueden hacer fotos con flash a más velocidad que la de sincro?
Pues afortunadamente no, y para muestra esta foto fue disparada a 1/3200 de segundo y
con flash.
Para lograrlo hay dos maneras, una tiene que ver con los flashes, y la otra con los
transmisores.

Algunos de los flashes que actualmente hay en el mercado tienen un sistema la mar de
astuto que permite sobrepasar la velocidad de sincronía. Cada marca lo denomina de
una manera, pero el funcionamiento es idéntico.

El flash, en lugar de disparar de una sola vez, dispara minúsculos destellos durante todo
el tiempo que dura la exposición, de esa manera ninguna zona queda a oscuras, y al
sumarse los mini destellos, la foto queda correctamente expuesta.

Más adelante veremos, al hablar de los disparadores, que hay algunas marcas que son
capaces de hacer algo similar, y que los convierte en muy, muy, muy recomendables.
Tanto que yo no salgo de casa sin ellos…

La contrapartida (esto es fotografía, como en la vida, siempre hay contrapartidas) es que


el flash pierde potencia, así que no es perfecto, pero si puedes contrarrestarlo (bien
sumando mas flashes, bien abriendo diafragma o subido ISO), tendrás una herramienta
que te abrirá las puertas.

¿Cuándo usamos esta opción del flash sincronizado a alta velocidad?


-Para controlar la profundidad de campo: supongamos que quieres hacer un retrato a
una modela, pero quieres que tan solo su cara esté enfocada, eso implica abrir
diafragma, y por supuesto aumentar de velocidad, que si es un día soleado se te va a
subir por encima de la velocidad de sincro seguro, pero ¡ahora puedes!, así que abre el
diafragma a tope y arrima el flash.
Esta foto está hecha con el diafragma MUY abierto (f2,8), fíjate en como el fondo está
completamente desenfocado.
-Para congelar el movimiento: Si bien es cierto que el flash congela el movimiento,
también es cierto que no es 100% eficaz. Así por ejemplo, si el movimiento es muy
rápido, y aún sin otra fuente de luz que el flash, puede que no sea suficiente y la foto
salga ligeramente movida. Disparar a alta velocidad te va a dar esa chispa extra. Esta
foto se disparó a 1/500, f 6,3.

-Para luchar contra el sol: Cuando estamos en exteriores, en un día muy soleado de
verano y queremos controlar ese chorretón de luz. Eso implica subir la velocidad para
subexponer. ¡Ahora se puede!

Esta foto se hizo en Almería, en el mes de agosto y a las 4 de la tarde, era


imprescindible una velocidad de obturación rápida para, por un lado congelar el
movimiento de la atleta, y por otro luchar contra ese sol de justicia. (1/1000 de segundo
a f 7,1)
Sincronización a la segunda cortinilla: En condiciones normales, vaya Ud. a saber por
qué, las cámaras vienen configuradas para que el flash se dispare cuando la primera
cortinilla ha terminado su recorrido.
Cuando disparamos una fotografía a, por ejemplo 1/5 de segundo, y lo que estamos
fotografiando se mueve, por ejemplo a la modela Marina Pereira destrozando una
guitarra al más puro estilo rockero, la secuencia sería esta:

1-Apretamos botón de disparo.


2-1ª cortinilla se desplaza completamente, dejando el sensor expuesto a la luz. La
guitarra comienza su trayectoria descendente.
3-Flashazo que congela a Marina y su guitarra.
4-El sensor sigue abierto, sigue recibiendo luz (luz ambiental), y la guitarra se sigue
desplazando hacia abajo.
5-La 2ª cortinilla se desplaza y cierra la exposición.

Por tanto el flash ha congelado a nuestra rockera, pero lo ha hecho al principio de la


exposición, y como el sensor seguía expuesto, el resto del movimiento que la modela y
la guitarra realizaron, hasta que se cerrase la exposición, también ha quedado registrado.
Como resultado de esto, la fotografía tiene una figura congelada y una estela de
movimiento difusa (fruto de la exposición sin flash), pero antinaturalmente situada por
delante, cuando lo lógico, para dar sensación de movimiento, sería que la estela quedase
por detrás. De hecho, parece que Marina está subiendo la guitarra como para atizarse un
porrazo en la cabeza, en lugar de estrellándola en el suelo. Muy poco rockero la
verdad… así no triunfamos…

Por cierto, la foto es de César Soriano, ¡un millón de gracias por cedérnosla!
La solución es activar la opción de disparo del flash a la 2ª cortinilla que la inmensa
mayoría de las cámaras tienen.

Eso hará que el flash salte en el último momento justo antes de que la 2ª cortinilla corte
la exposición, por lo que la estela se verá con naturalidad por detrás del movimiento, no
por delante.
Fíjate como en esta foto el halo de movimiento queda por detrás del ciclista. La foto se
tomó a 1/180 de segundo, que no es precisamente lento, pero es en la famosa “cuesta de
la muerte” de la Casa de Campo de Madrid, una cuesta tremenda por la que bajaban a
toda pastilla.

6 – Flash y cámara… mejor que corra el aire…


En casi todos los procesos de aprendizaje hay pequeños puntos que suponen un cambio
importante, saltos cualitativos que te abren nuevas puertas. ¿Recuerdas de pequeño
cuando aprendiste a andar en bici y te quitaron los ruedines de detrás? (yo no, ¡a mí me
enseñaron en bici de mayores directamente!), o ¿cuando, aprendiendo a esquiar pasaste
de “cuña” a “paralelo”?. Eran pequeños grandes gestos que te abrían un nuevo mundo
de posibilidades.

Mucha gente se compra su primer flash creyendo que eso les abrirá la puerta de un
nuevo mundo, pero después de usarlo un par de veces con resultados decepcionantes,
deciden que la luz de flash es demasiado artificial y que prefieren la luz natural…
En fotografía, uno de esos saltos cualitativos de los que hablaba no es el uso del flash, si
no es cuando empiezas a usar el flash pero separándolo de la cámara. Si estás en este
curso supongo que ya sabes las razones por las que separar el flash de la cámara es el
camino a seguir, y que la luz del flash montado sobre ella es de las luces menos
favorecedoras que existen, así que no insistiré mucho, pero repasemos…
Cuando el flash está sobre la cámara la foto resultante es siempre una cosa: ¡PLANA!
La luz frontal deja casi sin sombras todo, y eso implica que no habrá sensación de
relieve, de volúmenes, y eso es malo, muy malo, especialmente en los retratos.
Así que, a no ser que tu idea de ser fotógrafo sea la de convertirte en una máquina de
esas convenientemente llamadas “foto-matón”, separa el flash del cuerpo de la cámara y
empieza a volar.

Evidentemente hay situaciones en las que no hay más remedio que usar el flash
montado sobre la cámara, por ejemplo en reportaje donde haya que moverse mucho y
rápido (la foto anterior se hizo en esas condiciones), pero por lo general es algo que
deberíamos evitar.

Separar el flash, aunque sea solo la distancia del brazo estirado, ya tiene un impacto
enorme sobre la calidad de la luz, así que vamos a adentrarnos en esas aguas y ver cómo
hacerlo. Empieza lo bueno.

7 – Disparadores de flash
Todo lo que necesitas para poder separar tu flash de la cámara y que siga funcionando
es un sistema de disparo de flash remoto. Un sistema que permita a la cámara
comunicarse con el/los flashes y dispararlos.
Hay tres tipos, mas uno, en total 4:
-Cable: Es el más básico, y también el más fiable. Es un cable que se enchufa al cuerpo
de la cámara por un lado (normalmente a la propia zapata, donde suele ir el flash), y al
flash por el otro y hace que la cámara siga creyendo que el flash está montado en la
zapata encima. En general, este tipo de dispositivo, mantiene los automatismos de la
cámara, es decir permite el disparo TTL (del que hablaremos más adelante, pero que
implica que las mediciones de la cámara se trasladan al flash).

Ventajas: Fiabilidad (siempre funciona), simplicidad, economía, y TTL.


Inconvenientes: Los cables suelen ser de dos tipos, cortitos y en espiral que están más
bien pensados para sujetar el flash con la mano y, por tanto, separarlo, como mucho a la
distancia de de tu brazo extendido, y los que son más largos, que llegan a varios metros,
y que NUNCA deberían ser de tipo espiral, ya que al estirarlo crean una tensión muy
fuerte y pueden hacer que el flash se caiga y se rompa.

Tiene además el inconveniente de todos los cables… son un engorro, te tropiezas con
ellos y se enredan con todo.

-Infrarrojos: Estos disparadores se ponen encima de la cámara, en la zapata del flash, y


emiten un haz de luz infrarroja (IR), que sirve de comunicación con el o los flashes. Es
el mismo sistema que el mando a distancia de tu TV. Muchos flashes ya llevan
incorporado el receptor de IR.

Ventajas: No hay cables, es más cómodo, en condiciones ideales tienen buen alcance y
TTL.

Inconvenientes: En días muy soleados dan fallos y para que funcionen, el disparador
tiene que ver los flashes, es decir, no puede haber nada entre ellos.
-Radio: Se compone de dos aparatos, el emisor, que se coloca sobre la cámara, y el
receptor que se coloca bajo el flash. El sistema es similar al de IR, salvo que son ondas
de radio.

Ventajas: Sin cables. Enorme alcance (250 mts. en algunas marcas), no necesitan verse,
pueden atravesar hasta paredes y TTL.
Inconvenientes: Los más caros (hay marcas baratas) y en entornos con interferencias
pueden dar fallos.

-Modo esclavo: Muchos de los flashes que hay en el mercado son capaces de activarse
si detectan otro flash cercano disparándose. Para ello en la cámara ha de haber un flash
que haga de “maestro”, es decir, será el que se dispare y con ello envíe la orden al flash
(o flashes) esclavos de dispararse. El sistema es similar al de IR, salvo que es un haz de
luz normal, no de luz infrarroja.

Ventajas: Sin cables, si tu cámara tiene flash incorporado es posible que lo puedas usar
como maestro, lo cual es económico.

Inconvenientes: Los flashes se tienen que “ver” entre sí, no puede haber obstáculos
entre ellos. En situaciones de mucha luz ambiental, a pleno sol, es posible que el flash
esclavo no detecte la luz del maestro. La luz del maestro puede contaminar la escena, es
decir, es posible que el destello del flash maestro se note en la foto, cuando es algo que
no queremos que suceda.

Desde mi punto de vista lo ideal es tener de los tres tipos, o al menos dos, pero entiendo
que eso es poco operativo, así que si me tengo que quedar con uno, sería el de radio. El
hecho de que no sea necesario que el flash y la cámara “se vean” unido a su larguísimo
alcance los hace imbatibles.

Yo mantengo un disparador de IR en la mochila y me ha salvado el cuello más de una


vez, en situaciones donde los disparadores por radio funcionaban erráticamente (en una
sala llena de todo tipo de aparatos, por ejemplo), o sencillamente cuando me los olvidé
en casa.

Personalmente me decanto por los disparadores de flash por radio frecuencia, no solo
por su comodidad y eficacia, si no porque algunos te permiten disparar a cualquier
velocidad, saltándose efectivamente la velocidad de sincronía de la cámara, de un modo
similar a como vimos al hablar de la velocidad de sincro, independientemente del tipo
de cámara o del tipo de flash.
Yo utilizo Pocket Wizard, los TT1 y TT5, pero me consta que ya hay versiones de otros
fabricantes que también disponen de esa función (Pixel King y Yongnuo).
Hay otros sistemas de disparo remoto, pero he enumerado los más comunes, y los que
yo considero como más prácticos.

Funcionamiento: El simple hecho de poder separar el flash de la cámara ya nos abre un


sinfín de oportunidades que incluso puede dar un poco de vértigo al principio. Sea cuál
sea el sistema que elijas para disparar remotamente los flashes el mecanismo es siempre
muy similar. Un dispositivo envía la señal al flash para que este se dispare. No hay más.
La cosa es cuánta información ese mecanismo le haga llegar al flash. Hay sistemas que
nos permitirán controlar remotamente el flash, subir y bajar su potencia, y hay otros que
solo nos permitirán enviar la orden de dispararse.

Los mecanismos de disparo remoto de flash por radio se componen de una unidad
emisora, que se coloca en la zapata que las cámaras llevan en la parte superior, y de una
unidad receptora, que por lo general también es capaz de funcionar como unidad
transmisora, por lo que se les llama a menudo “transceptores”, y que se coloca debajo
del flash.

En esta foto puedes ver 3 flashes montados, un poco precariamente, lo admito, sobre un
mismo pie de flash (trípode), y se puede ver claramente como cada flash lleva debajo
(bueno, el de arriba al estar montado al revés, está en encima del flash) su unidad Pocket
Wizard TT5, que son los transceptores.

Mejor pongo una foto más normalita…


Esto sería la unidad emisora (en concreto es un TT1 de Pocket Wizard) montado sobre
mi cámara:

Y esto sería la unidad transceptora (en concreto es un TT5 de Pocket Wizard) montada
bajo el flash:

Como dije, la mayoría de los disparadores de este estilo permiten el disparo TTL, lo que
significa que básicamente nos podemos olvidar de que tenemos un flash disparándose y
dejar que sea la cámara la que haga todos los cálculos. El acrónimo TTL, significa
“Through The Lens”, “a través de la lente. Aunque no lo veamos, cuando usamos este
sistema automático, el flash emite un destello, antes de hacer la foto, mediante el cual la
cámara, al recibir el rebote de ese destello, hace los cálculos correspondientes, ajusta los
parámetros del disparo, y envía al flash la orden de dispararse a una potencia
determinada.

Como casi todos los sistemas automáticos de la cámara, aunque en un principio uno
pueda pensar que es un sistema 100% autónomo, la realidad es que funciona mejor si
somos nosotros los que supervisamos las decisiones de la cámara. ¿Por qué digo esto?
Pues porque la cámara no piensa, sencillamente se ajusta a unos esquemas de situación
que tiene como modelos, y trata de acercarse a esos modelos en la foto final… y no
siempre funcionan, ni siempre será lo que queramos lograr.

Seguro que muchos de vosotros habéis experimentado eso de dispara en algún modo
automático de la cámara en un día con nieve, o en una playa muy soleada, y descubrir
horrorizado como la cámara subexpone todas las fotos. Eso sucede porque el modelo de
escena-tipo que usa como referencia la cámara es una escena con valores medios de luz.
Es decir, la cámara usa como referencia una escena que no es ni muy oscura, ni muy
clara, ni con muchas sombras, ni sin ellas, ni muy contrastada, ni muy plana… y claro,
en una escena con nieve (o en la playa a pleno sol), resulta que la escena es MUY clara,
así que la cámara cree que debe subexponer la escena, y resulta que nos devuelve la
nieve en un feo tono grisáceo.

Pues con el uso del flash TTL muchas veces pasa lo mismo. Funciona maravillosamente
en escenas que no se aparten mucho de esa “normalidad” que la cámara usa como
referencia, pero en cuanto nos alejamos un poco, la cosa ya puede que no funcione tan
bien, y tendremos que tomar nosotros los mandos para corregir la obtusa manera de
pensar de la cámara.

Ejemplo típico donde la cámara, al tener el fondo negro y todo ser muy oscuro, se
equivoca y cree que el flash ha de ser más potente de lo que en realidad necesitamos:

Misma foto, pero con la corrección manual del flash, bajándole la potencia un paso y
medio:

En próximos capítulos detallaremos cómo se hacen estos ajustes, esto era solo un
pequeño apunte.
8 – Modificadores de luz:
¡Empieza la fiesta! Si realmente hay algo que abruma al que empieza en esto de la
iluminación con flashes (después del funcionamiento de los flashes en sí, claro) es la
inmensa cantidad de cachivaches que hay en el mercado para modificar la luz de los
flashes, pero justo eso también hace que esto sea divertido, así que vamos a hacer un
breve repaso de lo que yo uso y porque. Repito, voy a repasar lo que YO uso, hay mil
cosas más, pero creo que lo interesante es explicar por qué uso lo que uso.

-Ventanas:

Es el modificador que más uso, con diferencia. Hay que estar un poco chalado para
meter flashes en el agua, lo sé, pero la foto final creo que mereció la pena:
Aunque la mayoría de fotógrafos empieza usando paraguas, cuando empieza en esto de
disparar flashes alejados de la cámara, la verdad es que yo prefiero las ventanas por
varias razones. A saber:

-Da una luz que podemos regular en dureza gracias a los dos paneles difusores que suele
llevar en su interior.

-No desparrama la luz por todas partes como hace el paraguas, hay mucho más control.

-No son tan fáciles de transportar como un paraguas, pero casi, casi… Una vez
plegadas, hasta las más grandes caben en una pequeña bolsita de poco más de 30-40cm
de circunferencia.

-Hace menos “efecto vela” que un paraguas, lo que es muy, muy, muy importante
cuando trabajas en exteriores, donde una mínima brisa de viento puede tirarte todo el
equipo de flashes al suelo.

A estas alturas supongo que ya sabemos que lo que hace la ventana es suavizar la luz, ya
que amplía el tamaño de la fuente de luz, pero por si acaso…

En el mercado las hay de varios tamaños, desde unas muy pequeñitas, pensadas para
poderse usar incluso con el flash montado encima de la cámara, ¡la que yo tengo es
hinchable! …
…hasta las más grandes que pueden albergar más de un flash dentro.

También varían de forma, las cuadradas y, recientemente las octogonales son las de uso
más común. Apenas hay diferencia entre unas y otras, casi la única es el reflejo que
dejan en los ojos, a mucha gente le parece que un reflejo circular, o casi circular, que es
lo que dan las octogonales, es más natural que un cuadradito, que es lo que dan las
ventanas cuadradas. Por otro lado, las octogonales tienen menos tendencia a deformarse
con el uso, ya que tienen más varillas que le dan la estructura.
En la siguiente foto se puede apreciar bien esos reflejos de forma cuadrada en los ojos.
Últimamente han aparecido en el mercado las “strip boxes”, que son ventanas de forma
muy estrecha, rectangulares pero el lado largo es mucho más largo que el estrecho. Yo
no tengo de ese tipo de ventanas, pero me encantaría tenerlas, porque pueden resultar
muy útiles para, por ejemplo, perfilar la figura humana sin que la luz se nos desparrame
por otras zonas.

En estas fotos podemos ver las distintas formas de ventana, en este caso todas con un
“grid” puesto, lo que hace que la luz sea más direccional, y un poquito más dura.

Me gustaría que te fijaras en esta foto hecha en Almería. En realidad en lo que quiero
que te fijes no son tanto las ventanas como lo que hay debajo, en el suelo. El gran
peligro cuando se usan este tipo de modificadores de luz, es que cualquier mínima brisa
puede tirarte el trípode al suelo y estrellar tu caro flash. Me ha pasado, y creo que a
todos los que trabajamos en estas condiciones nos ha pasado. No siempre significa la
muerte del flash, pero no parece una buena idea arriesgarse…
La solución es usar contrapesos en los trípodes, yo suelo colocar mis bolsas de equipo,
como se aprecia en la foto, pero como veremos más adelante en la próxima entrega,
también existen otros sistemas, como bolsas de arena. Si el viento es más que una brisa,
lo mejor es que te lo sujete alguien, o que no uses ventanas. Es demasiado riesgo.

Otro detalle a tener en cuenta, el flash de la derecha de la foto está mejor asegurado que
el de la izquierda, ya que tiene una de las patas del trípode apuntando en la misma
dirección que la ventana, lo que dificulta que se caiga hacia adelante, el otro sin
embargo no.

Como dije ya, la mayoría de ventanas llevan, en su interior, dos telas difusoras que
podemos colocar para regular la dureza de la luz. Podemos usar una u otra por separado,
o las dos juntas, pero, si se usan las dos telas juntas, aunque la luz es maravillosamente
blandita, también se pierde bastante potencia de luz, por lo que o bien lo has de
compensar por otro lado (añadir otro flash, subir ISO, abrir diafragma…) o deberás
acercar muchísimo la ventana a la persona que estás fotografiando.

Un último consejo, si yo tuviera que comprar ahora mis ventanas por primera vez, las
compraría probablemente de estudio, no para flashes de mano. La inmensa mayoría de
fabricantes de este tipo de accesorios venden adaptadores que te permiten usar también
flashes de mano, de forma que una misma ventana la puedes usar con flashes de estudio
y para esto del “strobist”.

-Paneles difusores y reflectores:


Se trata de discos (aunque también los hay rectangulares y triangulares) de tela que nos
permiten modificar nuestra luz de flash a base de rebotar la luz o disparar a través de
ello. Básicamente suavizan la luz.
El diseño clásico, como digo, es el de forma circular, sin embargo yo prefiero los que
son de forma más alargada, que suelen ser también más grandes, porque te permiten
rellenar de luz a una persona entera. Los de diseño triangular tiene la ventaja de que se
pueden sostener con una sola mano, y eso es la mar de práctico cuando no tienes
ayudante.

Como ves en la foto hay un disco interior translúcido de tela (es lo que se usa para
disparar el flash a través de él), y luego dos fundas reversibles, una blanca y negra, y la
otra dorada y plateada, por eso se llaman “5 en 1”. Las partes dorada y plateada se usan
como reflector, la blanca también, y la negra como fondo o para evitar fugas de luz.
Mi consejo es que te olvides, o casi, del lado dorado, ya que la luz que da es muy poco
creíble, incluso en situaciones de luz naturalmente cálida, como un atardecer.

Sencillamente “canta” mucho. En algunos modelos el lado dorado se ha substituido por


uno a rayas doradas y plateadas, una especie de mezcla entre el lado dorado y el
plateado, de forma que la luz resultante es un poco más realista.

El gran problema de este tipo de cachivaches es que son prácticamente imposibles de


manejar si estás solo. Son muy aparatosos, si hace viento es como una vela y no hay
manera de sujetarlos bien con una sola mano. Se hace casi imprescindible la figura del
ayudante.
Por eso me permito recomendarte el diseño triangular de los Lastolite Trigrip, o sus
correspondientes copias. Tienen forma triangular, con un agarre en uno de los vértices,
lo que te permite sujetarlo con una mano y a la vez disparar la cámara con la otra, los
hay de varios tamaños y tienen el mismo diseño de 5 en 1 que los reflectores.

Mucha gente considera que los reflectores son accesorios de segunda categoría, y que si
no usamos flash la foto no tiene caché, pero lo cierto es que los “refles”, por sí solos,
son capaces de llenar de luz maravillosamente bien una escena.

Aunque este es un texto centrado en el uso de flashes, me gustaría compartir esta foto,
que está iluminada solamente con luz natural.

La estancia, el dormitorio abuhardillado de la modelo, recibía luz por una pequeña


ventana del tejado, pero lamentablemente esa luz no llegaba a la cama, donde yo quería.
La solución fue bien simple, colocar un reflector, de los enormes, debajo de esa ventana
y reorientar la luz que entraba hacia la cama. Simple, eficaz. (si, lo que ves colgando es
una sábana blanca, que se usó para suavizar la luz de la ventana en otras fotos, para la
foto final se retiró).

Conjuntamente con los flashes los reflectores pueden darnos mucho juego por sus
superficies más reflectantes.

En esta foto, por ejemplo, necesitábamos llenar de luz la cara de la atleta, pero no
queríamos una luz dura como la usada en el resto de zonas, y mucho menos teniendo en
cuenta que se iluminaría de abajo hacia arriba, que en la cara es la típica luz de película
de terror. La solución pasó por colocar un reflector blanco en el suelo y apuntar un flash
hacia él, de forma que llenara de luz la cara, y al ser una gran superficie de luz, sería una
luz suavecita.

La foto final, es esta:


Además de estos reflectores hay otros mucho más grandes, que ya requieren una
inversión más fuerte, son paneles generalmente rectangulares y montados sobre una
estructura metálica.

Tienen múltiples usos, crear áreas de sombra en días soleados, rellenar sombras
reflejando la luz natural o incluso colocar varios flashes que disparen a través de ellos y
crear una especie de ventana gigantesca.

Como digo no son accesorios baratos y requieren además de ayuda para usarlos, a no ser
que estés en interiores y puedas colocarlos de forma autónoma.

Otros accesorios que considero útiles, y que llevo siempre conmigo, son:

-Pequeña ventana inflable: Ya la he mostrado al principio, pero es que, por increíble que
parezca, son realmente útiles, especialmente si estamos iluminando en lugares muy
pequeños, o iluminamos cosas muy pequeñas (macrofotografía). No ocupan nada de
espacio, ni pesan apenas y son muy baratas. Me han sacado de más de un apuro.
-Paneles reflectores pequeños: Con esto me refiero a pequeños accesorios que se fijan al
flash y rebotan la luz, haciendo que sea más grande la fuente, y que son útiles en las
ocasiones en las que no puedes separar el flash de la cámara (en reportaje por ejemplo).
La empresa Lumiquest tiene una impresionante colección de este tipo de accesorios,
incluidos algunos que reparten la luz rebotada, dejando pasar una parte hacia el techo y
otra parte al frente (derecha).

En cualquier caso, y siguiendo la filosofía del “háztelo tu mismo” te recomiendo que en


la mochila lleves siempre una sábana blanca vieja, que sujetada con pinzas o cinta
adhesiva, pueden hacer las veces de difusor fácilmente. En lugar de sábana yo llevo una
tela que se usa como filtro para poner en las ventanas de las casas contra el polen. Es
más ligera que la sábana y por eso me gusta más.

Concentradores:
Probablemente no los vayas a usar tanto como los difusores y reflectores, pero sin duda
tienen su utilidad. Concentran el haz de luz, lo hacen más estrecho y eso es muy útil en
determinadas situaciones donde necesitamos aislar con luz algo o queremos que la luz
solo llegue a una zona, y no ilumine el resto de la escena.

Por ejemplo, en esta foto (de la que ya hablamos en esta entrada del blog),
necesitábamos iluminar a la chica, pero sin que el resto de la estancia se contaminara
con esa luz, así que usamos un accesorio para concentrar el haz de luz y crear ese efecto
casi teatral.
Snoot: En castellano los llamaríamos “cono” o “cucurucho” y es un simple cono que se
coloca por delante del flash. En el mercado puedes encontrar de varios tipos y precios,
pero en un momento de apuro hasta puedes usar tus propias manos para dirigir el haz de
luz, no es muy práctico, pero se puede.

Es un accesorio muy sencillo de fabricar, así que no tienes que gastarte mucho dinero,
los he visto fabricados con los cilindros de Pringles, cartulina, o incluso la (por otro lado
casi siempre inútil), funda del flash.

Otra opción es usar un material que se llama “cinefoil” y que es una especie de papel de
aluminio, pero negro mate, y que es muy maleable, por lo que se le puede dar casi
cualquier forma. Haces un cilindro con un trozo, y lo unes al flash con cinta adhesiva o
una simple pinza.

Grids o nidos de abeja: Estos en realidad son accesorios de los modificadores, son
estructuras, generalmente una malla de cuadraditos o hexágonos, que obligan a la luz a
salir de forma mucho más alineada.

Así, por ejemplo, en el caso de las ventanas, es una malla que se coloca por delante de
estas y tienen este aspecto:

Muchos de los modificadores que existen tiene la opción de acoplarle un grid, no solo
las ventanas, los snoots y los flashes desnudos se usan a menudo de esa forma.

Yo utilizo (muy poco, todo hay que decirlo), un pequeño adaptador de plástico que se
encaja directamente al flash y tiene tres tipos distintos de grid, de forma que se puede
afinar más. Es, de hecho, el accesorio que se usó en la foto de la modela en la cocina.
Es este:

Que una vez montado en el flash tiene este aspecto:

Hasta aquí la entrada de hoy, la siguiente será sobre los accesorios que uso, que no
siempre son específicamente fotográficos, y que considero que son realmente útiles.
Como siempre podéis dejar vuestras ideas, preguntas y palabras de ánimo en la sección
de comentarios aquí debajo.

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